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1866 © 2019. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LOS TUMORES CARDÍACOS, 1866 Toma de decisiones clínicas inicial respecto a las masas cardíacas, 1866 Clasificación de los tumores cardíacos, 1866 TUMORES CARDÍACOS PRIMARIOS BENIGNOS, 1867 Mixomas, 1869 Rabdomiomas, 1871 Fibromas, 1871 Lipomas, 1871 Fibroelastomas papilares, 1871 Tumores quísticos del nodo auriculoventricular, 1871 Paragangliomas, 1871 Otros tumores cardíacos benignos infrecuentes, 1872 Escisión quirúrgica radical, 1872 TUMORES CARDÍACOS PRIMARIOS MALIGNOS, 1872 Sarcomas, 1872 TUMORES CARDÍACOS SECUNDARIOS, 1873 Tratamiento, 1874 COMPLICACIONES DIRECTAS E INDIRECTAS DE LAS NEOPLASIAS, 1875 Derrame pericárdico, 1875 Taponamiento cardíaco, 1875 Pericarditis constrictiva, 1875 Síndrome de vena cava superior, 1875 Patología valvular, 1876 PERSPECTIVAS FUTURAS, 1876 BIBLIOGRAFÍA, 1877 95 Tumores que afectan al sistema cardiovascular DANIEL J. LENIHAN, SYED WAMIQUE YUSUF Y ASHISH SHAH Las masas cardíacas con frecuencia suponen un reto clínico diagnós- tico y terapéutico significativo. En muchos casos se detecta una masa cardíaca como hallazgo incidental, y la evaluación resultante puede culminar en la confirmación de un tumor cardíaco. Sin embargo, el descubrimiento de un tumor es generalmente un hecho inhabitual; otras masas, como trombos o vegetaciones, son mucho más frecuentes. En este capítulo se comenzará con la descripción de los síntomas y signos iniciales que pueden indicar un tumor cardíaco, y se mostrará después una explicación del proceso de evaluación típico, el cual depende en gran medida de técnicas de imagen sofisticadas actuales. Una vez se sospecha un tumor cardíaco, el diagnóstico final suele confirmarse mediante biopsia o un procedimiento quirúrgico, ya que el diagnóstico histológico tiene una influencia directa en los planes de tratamiento pos- teriores. El resto del capítulo se centrará en la delineación y el potencial tratamiento de los tumores cardíacos y en los pronósticos anticipados globales. Debe señalarse que se trata de una ciencia inexacta debido a la relativamente rara ocurrencia de los tumores cardíacos. Más aún, el diagnóstico anatomopatológico final se suele confirmar típicamente una vez se han tomado la mayoría de decisiones respecto al tratamiento. MANIFESTACIONES CLÍNICAS DE LOS TUMORES CARDÍACOS Toma de decisiones clínicas inicial respecto a las masas cardíacas Resulta interesante señalar que los pacientes que presentan tumores cardíacos pueden no tener inicialmente síntomas ni hallazgos físicos, pero sí alteraciones en pruebas de imagen. De manera alternativa, puede existir una variedad de síntomas o hallazgos en la exploración física ines- pecíficos y, por supuesto, pueden aparecer síntomas y signos específicos y detallados que deben alertar a los clínicos sobre la posibilidad de un tumor (tabla 95-1). Las consideraciones más importantes a la hora de confirmar la presencia de un tumor cardíaco son un alto índice de sos- pecha y la integración de los síntomas, hallazgos físicos y características en estudios de imagen de una manera lógica. Este proceso ayudará a establecer un plan de acción clínicamente razonable. La evaluación inicial típicamente se hace mediante una prueba de imagen, tal como una ecocardiografía bidimensional (2D)1 o una resonancia magnética (RM),2 durante la cual se puede ver la masa. En función de las características de dicha masa y de las comorbilidades conocidas del paciente se pueden realizar estudios de imagen adicio- nales. Estos estudios pueden incluir una ecocardiografía tridimensional (3D) con contraste,3 RM con gadolinio,4 angiografía coronaria (para definir la presencia de enfermedad arterial coronaria),5 estudios de tomografía por emisión de positrones (PET) para una estadificación del cáncer,5 o tomografía computarizada (TC), para clarificar el estado de las estructuras intratorácicas.6,7 La ecocardiografía transesofágica (ETE) también puede aportar información anatómica específica que resulta esencial para la planificación del tratamiento5 (tabla 95-2). Cuando se está estudiando inicialmente una masa cardíaca para determinar si puede ser un tumor, el contexto clínico de la obtención de las imágenes es fundamental. El diagnóstico diferencial de una masa cardíaca es amplio e incluye tumores, trombos, infecciones y artefactos8 (tabla 95-3). Por ejemplo, en un paciente con insuficiencia cardíaca de nueva aparición en quien la ecocardiografía 2D mues- tra una masa apical, un tumor cardíaco resulta menos probable. La presencia de una alteración grave del movimiento de la pared junto con una masa que parece diferenciada de la pared miocárdica, así como lobulada (fig. 95-1), sugiere fuertemente que la masa es un trombo, por contraposición a un tumor. Otro escenario podría corresponder al estudio rutinario de imagen cardíaca en un paciente con antecedentes de melanoma metastásico a otros órganos, en el que se aprecia una masa sólida en una localización inusual. Como no hay alteración en el movimiento de la pared ni patología valvular significativa u otros signos sugerentes de endocarditis infecciosa, lo probable es que se trate de una lesión metastásica en el corazón (fig. 95-2). Las imágenes en movimiento pueden resultar de ayuda a la hora de diagnostica un tumor cardíaco. Si el tumor infiltra el miocardio, resulta improbable que este se contraiga de forma normal. Una masa apical miocárdica en el ventrículo izquierdo que se contrae de forma similar al tejido circundante se corres- ponde probablemente a una hipertrofia focal (fig. 95-3) o a una no compactación del ventrículo izquierdo9,10 (fig. 95-4), en contraposición a un tumor cardíaco (fig. 95-5). La progresión de una imagen en el tiempo puede indicar un proceso patológico. Si una masa cardíaca cambia de tamaño entre una imagen y la siguiente, la sospecha de tumor cardíaco es mucho mayor. Sin embargo, si una masa apical se mantiene estable durante meses o años, es improbable que sea un tumor cardíaco. Por supuesto la naturaleza y localización exactas de una masa son claves a la hora de determinar si es un tumor. Un ejemplo clásico de este principio es la hipertrofia lipomatosa del tabique interauricular (fig. 95-6). Se podría sospechar inicialmente un mixoma u otro tumor, pero la ETE demostrará claramente las características específicas que son típicas de una hipertrofia lipomatosa, las cuales confirmarán el diagnóstico.11 Clasificación de los tumores cardíacos Los tumores cardíacos se dividen en primarios y secundarios. Los tumores cardíacos primarios son muy infrecuentes, con una incidencia Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1867 Tu m o res q u e afectan al sistem a card io vascu lar 95 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . en autopsias del 0,001 al 0,03%.12 Entre ellos figuran neoplasias benignas o malignas que pueden originarse en cualquier tejido del corazón. Los tumores cardíacos secundarios o metastásicos son 30 veces más frecuentes que las neoplasias primarias, con una incidencia en autopsias del 1,7 al 14%.13 En la tabla 95-4 se resumen algunas de las descripciones anatomopatológicas que se han realizado de los tumores cardíacos, pero no se trata de una lista exhaustiva. Se han publicado muchas descripciones anatomopatológicas específicas y puede resultar difícil categorizarlas adecuadamente. Por tanto, se expondrán en el resto de este capítulo las categorías generales. TUMORES CARDÍACOS PRIMARIOS BENIGNOS La mayoría (> 80%) de tumores cardíacos primarios son benignos, sien- do el mixoma con mucho el tipo másfrecuente.12,14 Los mixomas constituyen aproximadamente el 50% del total de tumores cardíacos benignos en adultos, pero solo un pequeño porcentaje de tales tumores en niños.15 El rabdomioma es el tumor benigno más frecuente en niños, correspondiendo aproximadamente al 40-60% de los casos.14 Otros tumo- res cardíacos benignos que se han descrito comprenden fibromas, lipo- mas, hemangiomas, fibroelastomas papilares, tumores quísticos del TABLA 95-1 Espectro de hallazgos clínicos que pueden indicar un tumor cardíaco Paciente completamente asintomático con alteración incidental en una prueba de imagen Febrícula Accidentes isquémico transitorio o episodio vascular cerebral Disnea postural Pérdida de peso Episodios embólicos periféricos Molestias torácicas Insuficiencia cardíaca congestiva Inflamación de la extremidad superior y/o el cuello Trombosis venosa en extremidad inferior Palpitaciones Arritmias Derrame o taponamiento pericárdico TABLA 95-2 Pruebas habituales para la detección de tumores cardíacos Ecocardiografía 2D o 3D Radiografía de tórax Tomografía computarizada Resonancia magnética Ecocardiografía transesofágica Tomografía por emisión de positrones Gammagrafía nuclear Angiografía coronaria TABLA 95-3 Diagnóstico diferencial de las masas cardíacas Trombos intracardíacos Hipertrofia miocárdica focal No compactación del ventrículo izquierdo Enfermedades infecciosas (absceso) Tumor cardíaco primario Tumor cardíaco secundario (metástasis) Hipertrofia lipomatosa del tabique Quiste Artefactos de imagen FIGURA 95-1 Se aprecia una gran masa irregular en el vértice del ventrículo izquierdo (flecha) en un paciente con grave disfunción ventricular izquierda. Los bordes se diferencian del miocardio, lo que es un signo clásico de un trombo. FIGURA 95-2 Se puede ver una masa irregular en el lado auricular de la válvula tricúspide en un paciente con melanoma metastásico. FIGURA 95-3 Imagen ecocardiográfica de las cuatro cámaras en la que se aprecia una hipertrofia apical focal (flecha) que ocasionó una insuficiencia cardíaca diastólica grave. La masa apical se contrajo y se mantuvo estable durante años. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1868 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI FIGURA 95-5 Un área ecodensa (flecha) no presentaba contracción y se correla- cionaba con una zona de intensa captación en la PET de un paciente con linfoma de linfocitos T mediastínico. Se resolvió con el tratamiento del cáncer. FIGURA 95-6 Hipertrofia lipomatosa. A. Imagen clásica en ETE de una hipertrofia lipomatosa del tabique. Obsérvense la apariencia en forma de mancuerna y la delgada área de la fosa oval (flechas). B. Ecocardiograma de cuatro cámaras en el que se demuestra la hipertrofia lipomatosa en el tabique auricular de una mujer de 72 años de edad. C. Hipertrofia lipomatosa del tabique auricular en el corazón de un hombre de 62 años de edad. Se encontró que el tabique auricular por encima de la fosa oval tenía un espesor mayor de 3 cm (flecha). D. En la tinción con hematoxilina-eosina se pueden ver miocitos cardíacos con grados variables de hipertrofia y atrofia (flecha) junto con tejido fibroso y una mezcla de adipocitos maduros (más grandes) e inmaduros (más pequeños y granulosos) (magnificación: ×200). E. La tinción pentacrómica de Movat resalta los miocitos (violáceos) y el exceso asociado de colágeno (pardo), así como el tejido adiposo no habitual (magnificación: ×200). E, recuadro. La tinción con cloroacetato esterasa demuestra la presencia de mastocitos (magnificación: ×400). (A y B, por cortesía del Dr. Kenneth Gin, Division of Cardiology, University of British Columbia, Vancouver, British Columbia, Canada.) FIGURA 95-4 Se detectó una masa apical no sólida (flecha en A), y con flujo en color en «lagos» dentro de la misma (flecha abierta en B). Esto es típico de una miocardiopatía por no compactación, y esta área no parece contraerse. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1869 Tu m o res q u e afectan al sistem a card io vascu lar 95 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . nodo auriculoventricular (AV) y paragangliomas. El 20% restante de los tumores cardíacos primarios son malignos y se les suele describir anatomopatológicamente como sarcomas.16-18 Mixomas La mayoría de mixomas (> 80%) se encuentran en la aurícula izquierda. También aparecen en orden decreciente de frecuencias en la aurícula derecha, el ventrículo derecho y el ventrículo izquierdo.17 La incidencia de mixomas cardíacos tiene un pico entre los 40 y los 60 años de edad, con un índice entre mujeres y hombres de aproximadamente 3:1.17 La mayoría de mixomas aparecen de forma esporádica, pero pueden ser familiares; se han descrito ocasionalmente en relación con un síndrome particular conocido como complejo de Carney, una enfermedad autosómica dominante que asocia a mixomas cardíacos, mixomas en otras regiones (cutáneos, mamarios), lesiones cutáneas hiperpigmentadas, hiperactividad de las glándulas suprarrenales o testiculares y tumores hipofisarios. El complejo Carney aparece a una edad más temprana, y debe ser tenido en cuenta cuando se descubren mixomas cardíacos en localizaciones atípicas del corazón.16 Etiología y fisiopatología El origen exacto de las células del mixoma sigue siendo incierto, pero se piensa que se originan a partir de restos de células subendocárdicas o de células mesenquimatosas pluripotenciales en la región de la fosa oval, las cuales se pueden diferenciar a lo largo de diversas líneas celulares. La hipótesis sugiere que el mixoma cardíaco se origina a partir de una célula madre pluripotencial, y que las células mixomatosas expresan diversos antígenos y otros marcadores endoteliales. Los mixomas típicamente forman una masa pedunculada con base ancha y corta (85% de los mixomas), pero también pueden aparecer lesiones sésiles.12 Clásicamente, los mixomas son amarillentos, blanquecinos o pardos y frecuentemente están cubiertos de trombos (fig. 95-7). El tamaño tumoral puede abarcar desde 1 cm hasta más de 10 cm y la superficie es lisa en la mayoría de casos (figs. 95-8 y 95-9). Se ha descrito una forma de mixoma vellosa o papilar que tiene una superficie consistente en múltiples extensiones vellosas finas o muy finas, gelatinosas, frágiles, que tienen tendencia a romperse espontáneamente y se asocian a fenómenos embólicos.19 Histológicamente, los mixomas están cons- tituidos por células fusiformes y de forma estrellada en un estroma mixoide que puede contener también células endoteliales, miocitos lisos y otros elementos rodeados de una sustancia de mucopolicáridos ácidos. En algunos casos se pueden ver calcificaciones.12 Manifestaciones clínicas Habitualmente los pacientes se encuentran asintomáticos y el tumor se identifica como un hallazgo incidental en la ecocardiografía 2D. Cuando existen síntomas, la disnea, en especial una disnea que empeora en decúbito lateral izquierdo, debe alertar al clínico avispado sobre la posibilidad de un mixoma. La mayoría de presentaciones clínicas relacionadas con el mixoma se deben a obstrucción de la válvula mitral (síncope, disnea y edema pulmonar) seguida de manifestaciones embólicas.17,19 Los pacientes pueden presentarse con síntomas inespecí- ficos como fatiga, tos, febrícula, artralgias, mialgias,pérdida de peso, erupciones eritematosas y hallazgos de laboratorio de anemia, aumento de la velocidad de sedimentación globular (VSG) y elevación de los niveles de proteína C reactiva y gammaglobulinas. Menos habitualmente pueden aparecer trombocitopenia, acropaquias, cianosis o fenómeno de Raynaud. Los hallazgos de la exploración física pueden poner de manifiesto un ruido sistólico o diastólico sugerente de estenosis mitral. También se puede oír un «plop» tumoral (un ruido diastólico grave producido cuando el tumor se prolapsa hacia el ventrículo izquierdo.17,19 En un estudio se detectaron anomalías en la auscultación cardíaca en el 64% de los pacientes.20 Los hallazgos auscultatorios más habituales son ruido sistólico (en el 50% de los casos) seguido de un primer tono cardíaco fuerte (32%), un chasquido de apertura (26%) y un ruido diastólico (15%).19 El motivo del ruido sistólico puede ser el daño de las válvulas, un fallo de las valvas para solaparse o un estrechamiento del tracto de salida debido al tumor. Se produce un ruido diastólico debido a la obstrucción de la válvula mitral por el mixoma. El plop tumoral puede confundirse con un chasquido de apertura mitral o con un tercer tono cardíaco; se puede detectar en hasta el 15% de los casos.20 La exploración torácica puede poner de manifiesto crepitantes finos compatibles con edema pulmonar. La exploración de las extremidades puede revelar signos de fenómenos embólicos. Los signos varían en función del territorio vascular afectado. La afectación de los vasos cerebrales provoca signos neurológicos, la afectación de las arterias coronarias puede dar lugar a un síndrome coronario agudo, la obstrucción de arterias intestinales pue- de causar isquemia intestinal y la obstrucción de arterias periféricas puede ocasionar isquemia con riesgo para las extremidades. Pruebas de laboratorio Entre las alteraciones analíticas se pueden incluir anemia, elevación de los niveles séricos de gammaglobulinas, elevación de VSG y niveles elevados de proteína C reactiva, lo cual está presente en aproximadamente el 75% de los pacientes.19 No existen hallazgos en el electrocardiograma (ECG) específicos del mixoma. Los hallazgos de la radiografía de tórax son también inespecíficos y comprenden signos de insuficiencia cardíaca congestiva, cardiomegalia y dilatación de la aurícula izquierda. En algunos casos el propio tumor puede resultar visible debido a calcificación.20 La ecocardiografía 2D habitualmente demuestra una masa en la aurícula con su tallo fijado al tabique interauricular (v. fig. 95-8). La ETE ofrece una delimitación específica del tumor, incluidos su tamaño y su origen. Los estudios de TC y RM consiguen una mejor delimitación de la masa intracardíaca y de la extensión del tumor respecto a las estructuras extracardíacas y aportan definición anatómica para la planificación preoperatoria. Tratamiento El único tratamiento definitivo del mixoma cardíaco en su extirpación quirúrgica. En general, tras una esternotomía media, se extirpa qui- rúrgicamente el mixoma utilizando derivación cardiopulmonar y parada cardiopléjica. El tumor se extirpa a través de una auriculotomía derecha o izquierda, o combinada, en función de su localización y extensión. Pueden abordarse también los mixomas auriculares conservando el esternón o mediante accesos mínimos. A través de una toracotomía derecha limitada y canulación periférica, se sitúa a los pacientes en derivación cardiopulmonar; se puede entonces utilizar parada fibrilatoria mediante frío o cardiopléjica, explorar la aurícula y completar la extirpación de masa y la reconstrucción de cualesquiera defectos se hayan creado. Este abordaje se ve limitado respecto a que solo se pueden corregir valvulopatías mitral y tricúspide. La elección de la técnica también depende de las condiciones asociadas que requieren intervención quirúrgica, como la reparación o la sustitución de una válvula y si existe enfermedad coronaria presente. Es necesario seguimiento durante toda la vida porque los mixomas tienen cierta TABLA 95-4 Descripción anatomopatológica de los tumores cardíacos Tumores benignos Mixoma Rabdomioma Fibroma Lipoma Hemangioma Fibroelastoma papilar Tumor quístico del nodo AV Paraganglioma Tumores malignos Sarcoma Linfoma Tumores metastásicos Carcinoma de células renales Melanoma Cáncer de mama Cáncer de pulmón Sarcoma Linfoma Leucemia Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1870 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI FIGURA 95-7 Mixoma auricular. A. Ecocardiograma de cuatro cámaras de un mixoma auricular izquierdo en una mujer de 71 años de edad, donde se puede ver una masa en el lado izquierdo del corazón que se proyecta desde el tabique auricular a través de la válvula mitral hacia el ventrícu- lo izquierdo. B. Fotografía macroscópica del mixoma auricular izquierdo que fue resecado quirúrgicamente de la misma paciente. El tumor es una masa pedunculada abigarrada de textura friable gelatinosa. C. Tinción con hematoxilina-eosina del tumor laxo rico en proteoglucanos (magnificación: ×200). El tumor es altamente vascular, con vasos que contienen eritrocitos entremezclados con células adiposas presentes a través de una retícula por toda la matriz tumoral (flechas). D. La tinción pentacrómica de Movat ayuda en la definición de la composición del mixoma (magnificación: ×400). Hay un tejido conjuntivo rico de glucosaminoglucanos de laxitud variable (aspecto esponjoso turquesa) entremezclado con colágeno (amarillo), células mononucleares extrañas y células mesenquimatosas adiposas (flechas, violeta). E. La tinción inmunohistoquímica indica una expresión prominente de versicano (marrón dorado), un proteoglucano principal en los mixomas (magnificación: ×400). F a H. La tinción inmunohis- toquímico para vasos era positiva para actina de músculo liso α (flecha), CD34 y CD31, respectivamente (magnificación: ×400). I. La tinción para el antígeno común leucocítico es positiva para células mononucleares (magnificación: ×400). J. La tinción para CD68 demuestra varios macrófagos (flechas), algunos de los cuales están cargados de hemosiderina como resultado de hemorragia previa, un episodio frecuente en los mixomas (magnificación: ×400). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1871 Tu m o res q u e afectan al sistem a card io vascu lar 95 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . tendencia a la recidiva con tasas del 5 al 14%. El momento de la recidiva en diferentes series varía entre 0,5 y 6,5 años.19,20 Rabdomiomas Los rabdomiomas suelen aparecer en el ventrículo y son los tumores cardíacos benignos más frecuentes en los niños.14,15 La mayoría de estos pacientes presentan signos o tienen antecedentes familiares de esclerosis tuberosa.14 En un estudio sobre pacientes con el complejo de esclerosis tuberosa, se encontró un tumor cardíaco en el 48% de los pacientes, con una incidencia del 66% entre los pacientes de menos de 2 años de edad.21 Frecuentemente estos pacientes se encuentran asintomáticos, aunque algunos pacientes con un rabdomioma pueden presentarse clínicamente con arritmias e insuficiencia cardíaca.14,21 Estos tumores pueden involucionar con la edad; en ocasiones pueden crecer o aparecer durante la pubertad.21 Como resultado deestos pronósticos inciertos, es necesario un seguimiento clínico y ecocardiográfico a largo plazo de los pacientes con esclerosis tuberosa. En la mayoría de casos se puede evitar la cirugía, aunque si las arritmias se convierten en un problema sintomático, se pueden tener que considerar agentes antiarrítmicos y, finalmente, cirugía.14 Fibromas Los fibromas están constituidos histológicamente primariamente por fibroblastos o colágeno. Típicamente aparecen en niños, aunque también pueden hacerlo en adultos.12,17,22 Con mayor frecuencia los fibromas se localizan en el ventrículo y el tabique interventricular, y los pacientes pueden presentarse con dolor torácico, derrame pericárdico, insuficiencia cardíaca o arritmias; la primera manifestación también puede ser una muerte repentina. En la radiografía de tórax frecuentemente se ve cardiomegalia, y también se pueden apreciar calcificaciones dentro de la masa tumoral.22 Típicamente estos tumores se asocian a arritmias y pueden requerir un tratamiento multimodalidad con medicación, procedimientos electrofisiológicos y/o cirugía. Si se realiza una resección quirúrgica, los fibromas no suelen recidivar. Un rasgo distintivo de los fibromas, a diferencia de los rabdomiomas, es que frecuentemente presentan calcificación.12 Lipomas Los lipomas son tumores cardíacos benignos infrecuentes; constituyen únicamente el 3% de todos los tumores benignos.23 Los lipomas tienden a aparecer en el ventrículo izquierdo o en la aurícula derecha, pero pueden encontrarse en cualquier lugar del corazón, así como en el pericardio (fig. 95-10). Aunque frecuentemente asintomáticos, pueden crecer lo suficiente como para producir síntomas obstructivos. Fibroelastomas papilares Las estructuras valvulares pueden presentar un fibroelastoma papilar, lo cual es con frecuencia un hallazgo incidental. Son tumores de tamaño pequeño, típicamente menores de 2 cm y aparecen más habitualmente sobre la válvula aórtica seguida por la válvula mitral. Raramente pueden encontrarse en cualquier lugar de la superficie endocárdica. La mayoría de fibroelastomas que se han descritos son solitarios; muy raramente se han descrito casos múltiples.24 Los fibroelastomas pueden dar lugar a fenómenos embólicos, y cuando están situados en la válvula aórtica pue- den ocasionar oclusión de los orificios coronarios. Macroscópicamente, un fibroelastoma papilar tiene una apariencia vegetante característica, que recuerda a una anémona marina, e histológicamente presentan un núcleo central interno de colágeno rodeado por una capa de mucopoli- sacáridos ácidos y cobertura de células endoteliales.24 En la mayoría de casos, se recomienda la resección quirúrgica completa, principalmente por la elevada probabilidad de embolia sistémica (es decir, accidente cerebrovascular, infarto de miocardio, embolia periférica o incluso muerte repentina). Un estudio reciente sobre los pronósticos clínicos de una gran población de pacientes con fibroelastomas papilares señaló que las tasas de accidente cerebrovascular o de muerte se veían incrementadas si no se llevaba a cabo la extirpación quirúrgica.25 En las pruebas de imagen, especialmente en la ecocardiografía, se ve un núcleo denso pequeño, móvil, pedunculado y ecocardiográficamente muy denso característico, lo que permite la diferenciación del tumor de una vegetación o trombo. Una vez se ha extirpado completamente el tumor, la probabilidad de recidiva parece baja y no existen datos que parezcan obligar a mantener la anticoagulación a largo plazo a no ser que existan otras indicaciones para ello.24 Tumores quísticos del nodo auriculoventricular Debido a su localización próxima al nodo AV, estos tumores quísticos pueden presentarse con grados variables de bloqueo cardíaco; la muerte repentina también puede ser su primera señal.26 La RM cardíaca es particularmente útil para el diagnóstico de este tumor.27 Los tumores quísticos del nodo AV se denominaban previamente mesoteliomas. Paragangliomas Los paragangliomas son tumores altamente vascularizados y pueden debutar con hipertensión y dolor torácico.28,29 El tumor puede localizarse en la cavidad pericárdica sin extensión intracardíaca.29 Los paraganglio- mas se localizan a menudo alrededor del techo de la aurícula izquierda y de la raíz aórtica y pueden infiltrar estructuras cardíacas (fig. e95-1).30 Los tumores que se originan en el techo de la aurícula izquierda son con FIGURA 95-8 Un gran mixoma de la aurícula izquierda que prolapsa a través de la válvula mitral, lo que provoca síntomas de insuficiencia cardíaca. AD, aurícula derecha; VAVM, valva anterior de la válvula mitral; VD, ventrículo derecho; VI, ventrículo izquierdo. FIGURA 95-9 Aspecto macroscópico de un mixoma de la aurícula izquierda. Obsér- vese el material con aspecto de trombo en la superficie (flecha), el cual probablemente sea el mecanismo para los episodios embólicos que se asocian a los mixomas cardíacos. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1872 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI frecuencia grandes y requieren una extensa cirugía, incluido el autotras- plante cardíaco.30 La angiografía coronaria de estos pacientes muestra un «teñido tumoral» característico (fig. 95-11).28,29 También se conoce a los paragangliomas como feocromocitomas extrasuprarrenales. Otros tumores cardíacos benignos infrecuentes Se han descrito pocos e infrecuentes casos de hemangioma,31,32 neurofi- broma, teratoma,33 leiomioma y linfoangioma, pero no existen datos suficientes como para resumir los hallazgos esperables; típicamente se diagnosticarán tras su resección. La resección completa resulta posible en la mayoría de tumores primarios benignos en comparación con los tumores malignos; la tasa de mortalidad perioperatoria es del 1,4%.34 El hemangioma es característicamente vascular y puede ser endocárdico o epicárdico (fig. 95-12). Escisión quirúrgica radical La mayoría de los tumores, particularmente las masas benignas, tienen un tamaño y una afectación cardíaca adyacente limitados. El abordaje quirúrgico, sea a través de esternotomía media o por una toracotomía derecha, permite la extirpación completa y la reparación de la mayoría de defectos resultantes. Sin embargo, existe un pequeño grupo de tumores con afectación cardíaca compleja. Estos tumores pueden invadir y obstruir las venas pulmonares o el anillo mitral, lo que hace que la extirpación completa sea imposible con los abordajes convencionales. Especialmente en niños, es necesario un abordaje individualizado para conseguir las mejores resecciones y resultados globales.35 Con Reardon et al. como pioneros en Houston, la extirpación completa del corazón con resección y reconstrucción de las venas pulmonares y las aurículas en la mesa operatoria ofrece una potencial cura o paliación en paciente seleccionados. El abordaje es similar al de la cardiectomía para tras- plante cardíaco, permitiendo la exposición de las venas pulmonares y la resección completa de las masas auriculares e incluso ventriculares. En sus series seleccionadas, la tasa de supervivencia fue del 100% a 1 año entre los pacientes con tumores benignos y del 50% en pacientes con tumores malignos (sarcoma primario).36 TUMORES CARDÍACOS PRIMARIOS MALIGNOS Sarcomas Los sarcomas cardíacos primarios constituyen aproximadamente el 1% de todo los sarcomas de partes blandas y son el tumor cardíaco primario maligno más frecuente.37,38 La edad de presentación de los sarcomas cardíacos abarca desde 1 a 76 años, con una edad media alrededor de 40 años.18,37 Los angiosarcomas y los sarcomas no clasificados suponen aproximadamente el 76%de todos los sarcomas cardíacos, siendo los angiosarcomas los más frecuentes.39 El rabdomiosarcoma es la forma más frecuente de sarcoma cardíaco en niños. Leiomiosarcoma, sarcoma sinovial, osteosarcoma, fibrosarcoma, sarcoma mixoide, liposarcoma, sarcoma mesenquimatoso, neurofibrosarcoma y fibrohistiocitoma maligno son otros de los sarcomas cardíacos descritos.16,18,39 Los angiosarcomas se localizan predominantemente en el lado derecho del corazón, mientras que los osteosarcomas y los sarcomas no clasificados lo hacen predominantemente en el lado izquierdo.39 Los angiosarcomas pericárdicos son extremadamente infrecuentes.40 Manifestaciones clínicas Los tumores cardíacos producen síntomas habitualmente por tres meca- nismos separados: obstrucción, embolización y arritmias. Raramente la invasión y el taponamiento pericárdico pueden ser las primeras manifestaciones de la enfermedad. Los tumores tanto auriculares como ventriculares, cuando son suficientemente grandes, pueden ocasionar síntomas obstructivos y causan síncope, dolor torácico, disnea o insuficiencia cardíaca. Los síntomas de presentación más habituales incluyen disnea, seguida por dolor torácico, tos, síncope, hemoptisis, FIGURA 95-11 Se aprecia teñido tumoral en la angiografía (flechas) de un paciente con una gran masa mediastínica. FIGURA 95-10 Lipoma pericárdico. A. Aspecto macroscópico del lipoma pericárdico de un hombre de 71 años de edad. B. La tinción de hematoxilina y eosina demuestra adipocitos maduros en el tumor con el aporte vascular asociado (×200). Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1873 Tu m o res q u e afectan al sistem a card io vascu lar 95 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . fiebre, episodios embólicos y arritmias cardíacas; la muerte súbita también puede ser la primera manifestación.18 Los tumores de gran tamaño del lado derecho, además de provocar congestión venosa, también pueden limitar el llenado cardíaco, con reducciones repentinas del volumen intravascular, lo que potencialmente puede precipitar síncopes en estos pacientes. Los tumores cardíacos del lado izquierdo, si son lo suficientemente grandes, también pueden limitar el llenado ventricular y provocar síncopes o insuficiencia cardíaca (fig. 95-13). Desafortunadamente, aproximadamente el 29% de los sarcomas cardíacos se asocian a enfermedad metastásica en el momento de la presentación, típicamente en el pulmón.18,40 Los sarcomas, especialmente los del lado izquierdo, se asocian habitualmente a episodios embólicos cardíacos,16 y la arritmia también puede ser un problema importante. El hallazgo de una masa cardíaca con derrame pericárdico debe levantar la sospecha de un tumor cardíaco maligno.40 Habitualmente el derrame pericárdico es debido a la afectación pericárdica asociada; sin embargo, no siempre se demuestra un derrame maligno. Pruebas de laboratorio Debido al uso creciente de los estudios de TC y de mejores modalidades de imagen cardíaca, se pueden identificar los tumores cardíacos primarios en un estadio más precoz. Los cambios en el ECG suelen ser inespecíficos; sin embargo, pueden aparecer en algunos casos bloqueo cardíaco, hipertrofia ventricular, bloqueos de rama, aleteo (flúter) auricular o taquicardia auricular. La cardiomegalia es un hallazgo radiológico habitual pero inespecífico de los sarcomas cardíacos.16 FIGURA 95-12 Hemangioma cardíaco primario originado de la arteria coronaria derecha en la base de la aorta y la aurícula derecha. A. Resultó posible su resección completa, que se siguió de un postoperatorio sin complicaciones. B. La pieza resecada fue disecada fácilmente de las estructuras adyacentes y tenía su aporte vascular a través de la arteria coronaria derecha. C. Características histológicas e inmunohistoquímicas del tumor. Parte superior izquierda: imagen a bajo aumento en la que se aprecian grandes espacios vasculares y áreas más sólidas con pequeños capilares. Existe una parte de músculo cardíaco residual en la esquina superior derecha (magnificación: ×2). Parte superior derecha: imagen a medio aumento en la que se aprecia que los espacios vasculares están tapizados por una capa endotelial atenuada de células con núcleos pequeños. Muchos de los espacios contienen sangre y fibrina, mientras que las áreas intermedias de proliferación capilar muestran sangre y células inflamatorias crónicas dispersas (magnificación: ×4). Inferior izquierda: imagen de alto aumento del área rica en capilares en la que se pueden ver células hinchadas que tapizan espacios vasculares (magnificación: ×20). Inferior derecha: tinción inmunohistoquímica para CD31 en la que se aprecia un teñido marrón intenso de las células que tapizan los grandes espacios y también de las células hinchadas de las áreas ricas en capilares (magnificación: ×20). D. Angiografía por TC en la que se puede ver la masa adyacente a la arteria coronaria derecha. Se usa habitualmente la ecocardiografía para el diagnóstico diferencial inicial de los tumores cardíacos primarios, siendo los estudios transtorácicos 2D, 3D y con contraste técnicas adecuadas.41,42 Sin embargo, la ecocardiografía trans- torácica presenta diversas limitaciones bien conocidas: el nivel de experiencia del operador es crucial; la enfermedad pulmonar puede hacer que los pulmones interfieran con las imágenes; o el paciente puede presentar espacios intercostales estrechos o una constitución desfavorable para el estudio de imagen. La ETE puede obtener estudios de imagen más especí- ficos y detallados que la ecocardiografía 2D y, especialmente, si las estructuras que se encuentran más posteriores, como la aurícula izquierda, son las afectadas. Los métodos de imagen seccionales, como la TC y la RM, tienen un papel importante en la evaluación y la valoración adicional de los tumores cardíacos malignos, especialmente para la determinación de la invasión miocárdica (fig. 95-14), la afectación de las estructuras mediastíni- cas, la caracterización tisular (fig. 95-15) y la vascularización.43,44 Tratamiento La resección completa es el objetivo óptimo del tratamiento quirúrgico.16,18,45 Una vez completado el tratamiento quirúr- gico, parece prudente una quimioterapia adyuvante, aunque no ha sido demostrado ampliamente.45 Resulta posible que el tratamiento neoadyuvante pueda tener utilidad, pero esto es especulativo.46 El régimen quimioterápico más habitual en uso para los sarcomas cardíacos es una combinación de doxorubicina e ifos- famida.40 Una combinación de docetaxel y gemcitabina también ha demostrado cierta respuesta en varios sarcomas y puede utilizarse como régimen quimioterápico alternativo.40 Otras opciones de tratamiento son la ifosfamida epirubicina (doxorubicina) y la ciclofosfamida, la vincris- tina, la doxorubicina y la dacarbacina (CyVADIC).37 A diferencia de otros sarcomas, los sarcomas cardíacos tiene globalmente un mal pronóstico, con una tasa de supervivencia mediana de 6 a 25 meses tras el diagnós- tico.12,17,39 La presencia de necrosis tumoral y de metástasis se asocia a un peor pronóstico,39 al igual que la presencia de un sarcoma cardíaco en el lado derecho.47 Los sarcomas diferentes de los angiosarcomas, los sarcomas del lado cardíaco izquierdo y los sarcomas completamente resecados parecen presentar un mejor pronóstico.18 En el momento de la resección quirúrgica, los pacientes con márgenes quirúrgicos negativos tienen una mejor tasa de supervivencia.47 Los sarcomas cardíacos con hallazgos histológicos de grado bajo pueden presentar una mejor tasa de supervivencia, aunque en un estudio no hubo correlación significativa entre el grado histológicoy la tasa de supervivencia.18,39,48 TUMORES CARDÍACOS SECUNDARIOS La incidencia en autopsia de tumores cardíacos secundarios se encuen- tra en un rango entre el 1,7 y el 14% (media, 7,1%) en pacientes oncoló- gicos y entre el 0,7 y el 3,5% (media, 2,3%) en la población general.13 En comparación con series más antiguas, existe un aumento significativo en la incidencia de metástasis cardíacas en pacientes oncológicos pasados los años setenta, predominantemente debido a la mejoría en los estudios de imagen. Las metástasis cardíacas pueden aparecer por extensión directa, a través del sistema circulatorio o por el sistema linfático, o por Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1874 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI difusión intracavitaria a través de la vena cava inferior (VCI) (fig. 95-16). Las metástasis pericárdicas (69%) son las más frecuentes, seguidas de las epicárdicas (34%), las miocárdicas (32%) y las endocárdicas (5%).49 El pericardio se ve afectado más frecuentemente por extensión directa de neoplasias torácicas, incluidos cánceres de mama y pulmón, así como linfomas torácicos. Los tumores abdominales y pélvicos pueden alcanzar la aurícula derecha a través de la VCI. El tumor que más frecuentemente presenta esta tendencia es el carcinoma de células renales.40 Una revisión reciente sugiere que el cáncer de pulmón es la causa más frecuente de metástasis cardíacas, seguido por el cáncer esofágico y las neoplasias hematológicas malignas.17 Los síntomas de las metástasis cardíacas son extremadamente variables, dependiendo de la localización del tumor. Disnea, palpitaciones, síncope, dolor torácico y edemas periféricos son formas de presentación clínica habituales.40,49 Insuficiencia cardíaca, arritmias cardíacas, bloqueos cardíacos, infarto agudo de miocardio, rotura miocárdica, embolias sistémicas y síndrome de vena cava superior (fig. e95-2) son otras manifestaciones de las metástasis cardíacas. Un nuevo tono cardíaco o cualquier hallazgo ECG de reciente aparición sin síntomas claros en un paciente oncológico debe despertar la sospecha de metástasis cardíacas. Los hallazgos ECG típicos que se encuentran en pacientes con metástasis cardíacas son cambios en el ST-onda T (que simulan isquemia o lesión miocárdica), fibrilación o aleteo auricular de nueva aparición, y bajos voltajes con alternancia eléctrica que indican un derrame pericárdico significativo. Los hallazgos ECG de lesión miocárdica pueden indicar invasión de los vasos coronarios por el tumor.50 Tratamiento El tratamiento de los tumores cardíacos metastásicos suele ser paliativo, porque el pronóstico global es malo, con más de un 50% de los pacientes falleciendo en menos de 1 año.40 Se recomiendan radioterapia y quimioterapia paliativas en los tumores quimiosensibles.13 En estos pacientes deben plantearse las atenciones asistenciales en pacientes terminales y realizarse todos los esfuerzos para mejorar la calidad de vida. En casos muy seleccionados se pueden intentar abordajes quirúrgicos extraordinarios, como el autotrasplante, pero se trata de una opción inusual. El tratamiento de un derrame pericárdico maligno se individualiza típicamente según la experiencia local del centro y es necesaria una estrecha colaboración entre oncólogos y cardiólogos para FIGURA 95-14 Imagen de RM cardíaca ponderada en T1 de un tumor apical ven- tricular izquierdo por sarcoma de células alveolares metastásico. Obsérvese la naturaleza indiferenciada del tumor que infiltra el miocardio (flecha). Esto contrasta con la línea bien definida que clásicamente separa un trombo del miocardio. FIGURA 95-15 Imagen de RM de un sarcoma auricular. A. Imagen de RM cardíaca ponderada en T2 en la que se demuestra una gran masa auricular izquierda cerca de la valva anterior de la válvula mitral. B. El realce intenso de la masa durante la perfusión de primer paso confirma el alto grado de flujo sanguíneo, lo que es muy sugestivo de angiosarcoma. FIGURA 95-13 Imágenes de ecocardiografía Doppler de un paciente con sarcoma que presentaba insuficiencia cardíaca y estenosis mitral. A. Imagen de cuatro cámaras en la que se ve engrosamiento de la válvula mitral (flecha). B. Aumento de velocidad a través de una válvula mitral que presenta estenosis (flecha). C. Modo M en el que se puede apreciar el patrón clásico de la estenosis mitral. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1875 Tu m o res q u e afectan al sistem a card io vascu lar 95 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . garantizar un plano de tratamiento óptimo.51 Datos recientes indican fuertemente que la infusión de quimioterapia seleccionada podría resultar útil en pacientes con un derrame maligno.52 COMPLICACIONES DIRECTAS E INDIRECTAS DE LAS NEOPLASIAS Derrame pericárdico El diagnóstico diferencial del derrame pericárdico en un paciente con una neoplasia maligna conocida comprende derrame maligno, peri- carditis inducida por radiación o por fármacos, pericarditis idiopática, derrame infeccioso (incluidos el tuberculoso, el fúngico o el bacteriano) o derrame yatrógeno, secundario a procedimientos intervencionistas. Se estima que aproximadamente el 40% de los pacientes oncológicos con un derrame pericárdico presentan bien derrame inducido por radiación (v. también capítulo 80) o bien un derrame idiopático, y solo una minoría presenta realmente un derrame maligno.53 La pe- ricarditis inducida por fármacos aparece típicamente tras un trata- miento con altas dosis de antraciclina o ciclofosfamida (v. también capítulo 81). Taponamiento cardíaco Aproximadamente un tercio de los pacientes con afectación pericárdica presentará alteración de la función cardíaca, y la compresión cardíaca puede progresar a taponamiento, lo que requiere un drenaje inmediato (v. también capítulo 83). Entre los síntomas de los pacientes figuran dolor torácico, fiebre, disnea, tos y edemas periféricos. El taponamiento sin dos o más signos de proceso inflamatorio (dolor típico, roce por fricción, fiebre, elevación difusa del segmento ST) es más proba- blemente maligno (aumento de 2,9 veces del riesgo).53 Los hallazgos de la exploración física y del ECG o la radiografía de tórax son típicamente similares a los hallazgos del derrame pericárdico de cualquier causa. La ecocardiografía demuestra el derrame, que suele ser voluminoso, aun- que el líquido no tiene por qué acumularse rápidamente. Sin embargo, el taponamiento puede aparecer con derrames loculados y, en estos casos, los signos típicos en la ecocardiografía pueden encontrarse ausentes. El tratamiento agudo del taponamiento incluye un cuidadoso reemplazo de líquidos como medida temporal si se piensa que el paciente tiene falta de líquidos y la hemodinámica está comprometida.53 Es necesaria una pericardiocentesis dirigida por ecocardiografía. Debe remitirse el líquido para una batería completa de pruebas diagnósticas porque, como se señaló, la causa es habitualmente no oncológica incluso en pacientes con neoplasia conocida. En aproximadamente el 85% de los pacientes con un derrame maligno, la exploración citológica del líquido pericárdico resulta positiva. Aunque no se han realizado ensayos clínicos aleatorizados sobre varias estrategias, el riesgo de recidiva del derrame parece deducirse con drenajes prolongados por catéter(3 ± 2 días; 11,5% de recurrencia) en contraposición con las pericardiocen- tesis simples.54 Las recurrencias del de- rrame pericárdico pueden ser tratadas a menudo mediante pericardiocentesis repetidas con drenajes prolongados con catéter. Algunos autores han utilizado la instilación intrapericárdica de agentes quimioterápicos o esclerosantes, pero no está claro que este abordaje sea más efectivo que el drenaje prolongado con catéteres. A veces, puede requerirse una pericardiotomía percutánea o pericar- diectomía, pero los pacientes con derra- mes malignos tienen tan mal pronóstico (mediana de supervivencia de 135 días en una serie de 275 pacientes) que se deben evitar los procedimientos invasi- vos cuando sea posible. El tratamiento se dirige hacia el tumor subyacente. Pericarditis constrictiva La pericarditis constrictiva o seroso-constrictiva es una complicación tardía de la irradiación del tórax que puede estar apareciendo con mayor frecuencia debido a los mayores tiempos de supervivencia de los pacientes con cáncer de mama y enfermedad de Hodgkin, quienes típicamente reciben radioterapia torácica. Esto se trata en detalle en el capítulo 83. Síndrome de vena cava superior En el tercio medio del mediastino, las venas braquiocefálicas izquierda y derecha se unen para formar la vena cava superior (VCS). La VCS discurre caudalmente, siguiendo un recorrido anterior al bronquio principal derecho y finaliza en la parte superior de la aurícula derecha. La VCS recibe posteriormente la desembocadura de la vena ácigos y discurre posterior y a la derecha de la aorta ascendente. Durante su recorrido, la VCS se encuentra adyacente a los grupos de ganglios linfáticos paratraqueal, de la ácigos, hiliar derecho y subcarinal. El flujo sanguíneo en el sistema venoso es de baja presión y el propio vaso tiene una pared fina. Cualquier proceso inflamatorio mediastínico o el crecimiento de los ganglios o de la aorta ascendente pueden comprimir la VCS, lo que tiene como resultado una reducción de su flujo sanguíneo y eventualmente su oclusión completa (fig. 95-17). Etiología y fisiología El síndrome de la VCS fue descrito por primera vez por William Hunter en 1757, en un paciente con un aneurisma sifilítico de la aorta ascendente. Durante un período de tiempo, las causas vasculares han disminuido y actualmente la causa más frecuente del síndrome de la VCS son las neoplasias malignas, de las cuales el carcinoma de pulmón es la principal, seguida del linfoma y los cánceres metastásicos.55 Las neoplasias malignas suponen más del 85% de las causas de síndrome de la VCS.56 Otras causas de síndrome de la VCS, que en cierto modo son benignas, suponen del 3 al 15% de los casos y abarcan causas no malignas, como la trombosis debida al uso de dispositivos intravasculares como catéteres o marcapasos, infecciones, timoma, bocio subesternal y aneurismas aórticos.56 Otras posibilidades comprenden enfermedades que causan vasculitis sistémica (p. ej., enfermedad de Behçet) y la fibrosis inducida por radiación. Diagnóstico clínico El diagnóstico clínico suele realizarse sobre la base de una constelación de síntomas y signos, y se ha propuesto un sistema de clasificación.57 El desarrollo del síndrome de la VCS suele ser insidioso, pero en ocasiones puede ser rápido. La gravedad del síndrome depende de la rapidez de la instauración de la obstrucción y de su localización. Cuanto más rápido se instaure, más graves serán los síntomas porque las venas colaterales no tienen tiempo para distenderse y acomodarse al aumento del flujo sanguíneo. Una presentación habitual de los pacientes incluye edema facial, disnea y tos.55,58 El edema facial es lo que se ve con mayor frecuencia; empeora durante la mañana y mejora a lo largo del día a FIGURA 95-16 Carcinoma de células renales. A. Carcinoma de células renales que invade la vena cava inferior (VCI). B. Carcinoma de células renales que invade la aurícula derecha (AD) y prolapsa en el ventrículo derecho (VD). Se realizó una nefrectomía radical junto con la extirpación de la aurícula derecha y del tumor de la VCI. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1876 En fE rm Ed a d Es c a rd io va sc u la rE s y d E o tr o s ó rg a n o s XI medida que el paciente deambula. Otros síntomas menos frecuentes incluyen estridor, cefalea, síncope, mareo, ronquera y confusión.55,58 Hallazgos habituales en la exploración incluyen edema facial, distensión de las venas cervicales y torácicas, edema en el brazo y plétora facial.55 Pruebas de laboratorio Las pruebas dependen primariamente de si se conoce o no la causa subyacente. En el caso de una presentación sin diagnóstico previo, la radiografía de tórax, la TC de tórax y potencialmente la exploración broncoscópica pueden poner de manifiesto un cáncer de pulmón como la causa más frecuente. El estudio de TC suele resultar de ayuda porque aporta una evaluación detallada del sistema venoso y también ayuda a identificar las principales causas, como neoplasias, trombosis debida a catéteres centrales o infecciones que dan como resultado mediastinitis esclerosante.59 Se puede utilizar la flebografía por RM como alternativa al estudio de TC en los pacientes alérgicos a medios de contraste o en quienes no se pueda realizar una exploración por TC por alguna otra razón. La flebografía intravenosa es otra opción en pacientes que no pueden ser sometidos a estudio por TC. Tratamiento El tratamiento está directamente relacionado con la causa subyacente. En los casos de neoplasia maligna conocida, se suelen aplicar quimio- terapia y radioterapia sistémicas. Si la causa principal de la obstrucción de la VCS es la trombosis, la implantación de una endoprótesis es una opción atractiva.60,61 La derivación quirúrgica de una VCS obstruida es otra opción, especialmente si no se puede obtener suficiente tejido diagnóstico por otras medidas. Patología valvular Resulta ciertamente habitual que los tumores cardíacos afecten direc- tamente a las estructuras valvulares; el tipo de tumor, su localización, su tamaño y cualesquiera condiciones infecciosas o trombóticas asociadas son factores añadidos. Un tumor adicional que clásicamente tiene impacto sobre las estructuras valvulares cardíacas es el tumor carcinoide. Los pacientes con carcinoide tienen un riesgo sustancial de desarrollar insuficiencia tricuspídea grave, la cual puede requerir reparación quirúrgica o sustitución. La alteración valvular comprende la fijación de las valvas, lo que tiene como resultado una mala aposición. Esta puede convertirse en una condición difícil de tratar clínicamente y puede precisar intervención quirúrgica (fig. 95-18).62 PERSPECTIVAS FUTURAS El pronóstico clínico de los pacientes con un tumor cardíaco primario depende en gran medida de una detección precoz y un tratamiento rápido y adecuado. Frecuentemente los tumores cardíacos solo se des- cubren una vez que el paciente ha experimentado durante un tiempo una constelación confusa de síntomas, que se correlacionan, finalmente, con una imagen anómala sugestiva de un tumor cardíaco. Como resultado, el estadio en que se encuentra la enfermedad es habitualmente avanzado en el momento del diagnóstico. Una vez se ha diagnosticado un tumor cardíaco, el paciente debe ser tratado por un equipo multidisciplinar que abarque oncólogos, oncólogos radioterapeutas, cardiólogos y cirujanos cardíacos. Durante los últimos años, el uso creciente de técnicas de imagen (p. ej., ecocardiografía, RM y TC) ha llevado a un número creciente de hallazgos incidentales de tumores cardíacos primarios. Las técnicas de imagen actuales diferencian adecuadamente los tumoresde otras masas solo ligeramente por encima del 50% de las veces. Con las mejoras en las técnicas de ecocardiografía, TC y RM, la identificación de todos los tumores cardíacos se podrá realizar con un mayor grado de certidumbre. Ninguna técnica no invasiva permite identificar si un tumor es benigno o maligno, por lo que se requiere una muestra anatomopatológica en todos los casos con tal fin. La mejora de las técnicas quirúrgicas ha permitido abordajes mínimamente invasivos, pero la cirugía aún comporta anestesia general y una incisión quirúrgica, y es una fuente mayor de estrés para los pacientes. El refinamiento continuado de los instrumentos y los abordajes quirúrgicos contribuirá a lograr menores tasas de morbilidad y mortalidad. En algunos centros se realiza biopsia transvenosa de las masas cardíacas para su confirmación anatomopatológica (bajo guía ecocardiográfica). El refinamiento de esta técnica permitirá una mejor toma de muestras en el futuro. En algunos centros, los estudios de PET se utilizan de rutina para valorar enfermedad metastásica. Actualmente no hay pruebas analíticas en FIGURA 95-17 Anatomía del síndrome de la vena cava superior (VCS). A. Las adenopatías pueden obstruir el retorno venoso por encima de la entrada de la vena ácigos, lo que ocasiona edema en la cara, el cuello y los brazos, y distensión de las venas del cuello y los brazos y de la parte superior del tórax. B. La obstrucción por debajo del retorno de la vena ácigos ocasiona un flujo retrógrado a través de venas colaterales de la ácigos hacia la vena cava inferior (VCI), lo que ocasiona todos los síntomas y signos de A más la dilatación de las venas en el abdomen. (Modificado de Skatin AT (editor): Atlas of diagnostic oncology, 3rd ed. Philadelphia, Elsevier Science, 2003.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en enero 14, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org https://booksmedicos.org 1877 Tu m o res q u e afectan al sistem a card io vascu lar 95 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n d el ito . FIGURA 95-18 Imagen ecocardiográfica 2D típica de la insuficiencia tricuspídea grave que habitualmente se encuentra en un tumor carcinoide. Hay escaso solapamiento entre las valvas de la válvula tricúspide, con fijación de las mismas, lo que se aprecia en muchos casos. sangre que indiquen la posibilidad de metástasis y ello representa una importante necesidad clínica no cubierta. Bibliografía Manifestaciones clínicas 1. Auger D, Pressacco J, Marcotte F, et al. Cardiac masses: an integrative approach using echocardiography and other imaging modalities. Heart. 2011;97:1101-1109. 2. O’Donnell DH, Abbara S, Chaithiraphan V, et al. Cardiac tumors: optimal cardiac MR sequences and spectrum of imaging appearances. AJR Am J Roentgenol. 2009;193:377-387. 3. Plana JC. Added value of real-time three-dimensional echocardiography in assessing cardiac masses. Curr Cardiol Rep. 2009;11:205-209. 4. Buckley O, Madan R, Kwong R, et al. Cardiac masses, part 1: imaging strategies and technical considerations. AJR Am J Roentgenol. 2011;197:W837-W841. 5. Buckley O, Madan R, Kwong R, et al. 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