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251 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Eosinofilias pulmonares CONCEPTO, ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN Las eosinofilias pulmonares se definen por la existencia de una infiltración del parénquima pulmonar por células inflamato- rias, fundamentalmente eosinófilas, que puede acompañarse o no de un aumento de los eosinófilos en la sangre periférica. Se trata de un grupo heterogéneo de enfermedades y trastor- nos de difícil clasificación, que constituyen el 1% de todas las neumopatías. Se incluyen en este capítulo la neumonía eosinófila aguda y la neumonía eosinófila crónica, en las que la infiltración eosinófila se limita al pulmón, y algunas vas- culitis granulomatosas, como el síndrome de Churg-Strauss, que pueden afectar a diferentes órganos. La primera descripción de estos trastornos se debe a Löf- fler, quien en 1932 se refirió a un proceso benigno, de causa desconocida, poco sintomático, que se caracterizaba por la existencia de infiltrados radiográficos fugaces y migrato- rios, que se asociaban con una eosinofilia periférica. Pos- teriormente se comprobó que estos infiltrados estaban cons- tituidos sobre todo, aunque no exclusivamente, por células eosinófilas, que se localizaban en los alvéolos y el intersticio, y que a veces invadían los bronquíolos. En 1952, Reeder y Goodrich introdujeron el concepto de síndrome PIE o de «infiltrados pulmonares con eosinofilia». Poco después Crofton propuso la primera clasificación de las eosinofilias pulmonares, que luego ha sufrido distintas modificaciones por diversos autores. En el momento actual no hay acuerdo unánime sobre cómo deben clasificarse estos trastornos. Una de las clasificaciones más aceptadas es la que se muestra en el cuadro 32.1. En todo caso, para poder establecer el diagnóstico de una eosinofilia pulmonar se exige que estén presentes los dos criterios siguientes: a) existencia de infiltrados radiográficos pulmonares de tipo alveolar, constituidos predominantemente por eosinófilos, cuya presencia puede ponerse de manifiesto por técnicas no histológicas, como el lavado broncoalveolar, y b) existencia de una eosinofilia periférica superior a 1.000 células/ mm3 (se estima como normal hasta 400 eosinófilos/mm3). En los casos en los que no se observa la eosinofilia periférica es necesario constatar histológicamente la infiltración eosinófila del parénquima pulmonar. Además, en muchas ocasiones existe también una eosinofilia en las secreciones respiratorias y en el esputo (fig. 32.1). La vía de entrada al pulmón del agente causal, en las eosino- filias pulmonares de causa conocida, determina una respuesta patológica diferente. En las eosinofilias pulmonares producidas por hongos, como es el caso de la aspergilosis broncopulmonar alérgica, la inhalación de las esporas fúngicas da lugar a una lesión fundamentalmente broncocéntrica, es decir, a la pre- sencia de infiltrados eosinófilos peribronquiales y perihiliares, con bronquiectasias proximales. En cambio, en el caso de las eosinofilias provocadas por parásitos o por fármacos, el agente causal accede al pulmón a través de la circulación, lo que determina una respuesta patológica centrada en los vasos sanguíneos (angiocéntrica). La relación entre los valores de la inmunoglobulina E (IgE) sérica total y el recuento de los eosinófilos en sangre puede ayudar en el diagnóstico diferencial de las eosinofilias pulmo- nares. La observación de una IgE sérica total normal permite excluir, como norma general, la existencia de una aspergilosis broncopulmonar alérgica o de una infestación por un parásito. Además, la IgE sérica aumenta muy en concordancia con la eosinofilia periférica en las helmintiasis, mientras que lo hace desproporcionadamente en la aspergilosis. Cabe también seña- lar que la eosinofilia es más pronunciada que el incremento de la IgE sérica total en la neumonía eosinófila crónica y en las vasculitis sistémicas. NEUMONÍA EOSINÓFILA CRÓNICA Fue descrita por Carrington en 1969 y es la eosinofilia pul- monar más habitual en nuestro medio. Puede presentarse a cualquier edad, más frecuentemente en las mujeres (2:1) y con un pico de incidencia en la quinta década de la vida. Se acompaña de asma bronquial en aproximadamente dos tercios de los casos, asma que generalmente comienza en la edad adulta y antes del desarrollo de la neumonía eosinófila crónica. El 50% de los pacientes tiene una historia previa de atopia. Su causa y su patogenia son desconocidas, aunque se ha sugerido que la lesión pulmonar podría derivar de la liberación por los eosinófilos de sustancias tóxicas en respuesta al depósito local de inmunocomplejos. Las manifestaciones clínicas son bastante inespecíficas (tos seca, disnea, dolor torácico, fiebre o febrícula, sudoración noc- turna, afectación del estado general y pérdida de peso) y suelen prolongarse durante varios meses antes del diagnóstico. En el 32 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN IV Enfermedades pulmonares parenquimatosas difusas 252 90% de los enfermos se encuentra una importante eosinofilia periférica (> 6%). La velocidad de sedimentación globular suele estar muy elevada (> 60 mm/hora) y la IgE sérica total también suele aumentar ligeramente. La exploración funcional respirato- ria puede mostrar un patrón ventilatorio restrictivo, con descen- so en la capacidad de transferencia para el monóxido de carbono (test de difusión alveolocapilar) e, incluso, una hipoxemia en las fases más agudas de la enfermedad. No obstante, también es posible hallar un patrón ventilatorio obstructivo, aunque este, en tal caso, suele ser más el reflejo de un asma bronquial asociada que de la propia neumonía eosinófila crónica. En la radiografía de tórax se observan infiltrados pulmona- res bilaterales y periféricos, generalmente no segmentarios, que en el 25% de las ocasiones aparecen constituyendo un patrón que se ha comparado con la imagen en negativo del edema agudo de pulmón (patrón en alas de mariposa) (fig. 32.2). La tomografía computarizada torácica también permite com- probar la distribución periférica de las lesiones, predominan- temente en los lóbulos superiores. Se observan imágenes en vidrio deslustrado, que coexisten con otras de condensación alveolar, engrosamiento de los septos, pequeños derrames pleurales (40% de los casos) y adenopatías mediastínicas (17% de los casos). El lavado broncoalveolar es de gran ayuda al detectar un gran aumento en el número de eosinófilos, gene- ralmente mayor del 40%, en el recuento celular porcentual. El diagnóstico se basa en la sospecha clínica, la demos- tración de la eosinofilia periférica, la imagen radiográfica y la confirmación de la eosinofilia pulmonar mediante el lavado broncoalveolar. En los casos dudosos o más difíciles puede recurrirse a la punción-aspiración transtorácica con aguja fina o a la biopsia pulmonar transbronquial o quirúrgica. Asimismo, es muy importante, desde un punto de vista diagnóstico, la constatación de una rápida y clara mejoría de las lesiones una vez que se inicia el tratamiento. Solo el 10% de los enfermos mejora de forma espontánea. Por el contrario, la instauración de un tratamiento con cor- ticoesteroides consigue una rápida y espectacular respuesta clínica y radiográfica. Con dosis de 0,5 a 1 mg/kg/día de predni- sona los síntomas se alivian en 24 o 48 horas y las alteraciones radiológicas desaparecen en unos 10 a 30 días. También en poco tiempo se normaliza la función pulmonar y el recuento de eosinófilos en la sangre periférica. Sin embargo, las recidivas son frecuentes, sobre todo cuando se suspenden los esteroides demasiado pronto. En general, se recomienda mantenerlos durante meses —a veces años— en dosis que deben oscilar, segúnla respuesta individual, entre 5 y 20 mg de prednisona en FIGURA 32.1 Extensión de esputo de un enfermo con una eosinofilia pulmonar en la que se observa un predominio celular eosinófilo (tinción de hematoxilina-eosina, 1.000×). Cuadro 32.1 CLASIFICACIÓN DE LAS EOSINOFILIAS PULMONARES Eosinofilias pulmonares de causa no conocida Neumonías eosinófilas idiopáticas: ● Neumonía eosinófila crónica ● Neumonía eosinófila aguda Síndrome de Churg-Strauss Síndrome hipereosinofílico Síndrome de Löffler o eosinofilia pulmonar simple Eosinofilias pulmonares de causa conocida Eosinofilia pulmonar por parásitos Eosinofilia pulmonar por fármacos, agentes tóxicos y radioterapia Eosinofilia pulmonar por hongos: ● Aspergilosis broncopulmonar alérgica ● Granulomatosis broncocéntrica ● Otras micosis Eosinofilia pulmonar por bacterias: Mycobacterium, Brucella Enfermedades pulmonares que pueden asociarse con una eosinofilia: ● Neumonía organizada ● Asma y bronquitis eosinófila ● Neumonías intersticiales idiopáticas ● Granulomatosis de células de Langerhans ● Trasplante pulmonar ● Sarcoidosis ● Neumonía eosinófila paraneoplásica Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 32 Eosinofilias pulmonares 253 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. días alternos. El uso de los esteroides inhalados puede ayudar a reducir la dosis de mantenimiento. Muy pocos enfermos necesitan los corticoesteroides de forma indefinida. NEUMONÍA EOSINÓFILA AGUDA De descripción mucho más reciente, su causa tampoco se conoce. En ocasiones ha aparecido asociada con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida y también se ha observado en relación con el tabaquismo inveterado, la inhalación de polvo de cocaína y la administración de fármacos como la minociclina, la ampicilina y la nitrofurantoína. Su comienzo clínico es más agudo, con fiebre, disnea, tos, dolor torácico, hipoxemia grave y, a veces, desarrollo rápido de un síndrome de distrés respiratorio agudo. En la radiografía de tórax suelen apreciarse unos infiltrados alveolointersticiales difusos bilatera- les, que pueden acompañarse de un derrame pleural bilateral. En la tomografía computarizada torácica se evidencian áreas parcheadas de condensación alveolar o de vidrio deslustrado y, en ocasiones, engrosamientos de los septos interlobulares y nódulos mal definidos. La biopsia transbronquial muestra la existencia de un proceso inflamatorio con predominio de eosinófilos, que afecta al espacio aéreo, al intersticio y a la pared bronquial. En el lavado broncoalveolar estas células suelen representar más de un 25% del recuento citológico total. Los criterios habitualmente aceptados para el diagnóstico de la neumonía eosinófila aguda se reseñan en el cuadro 32.2. La respuesta terapéutica a los corticoesteroides administrados en dosis altas (2 mg/kg/día durante 2-4 semanas) suele ser rápida y completa, sin que normalmente aparezcan recidivas tras su supresión. No suelen requerirse más de 3 meses de tratamiento. EOSINOFILIA PULMONAR ASOCIADA CON ANGEÍTIS La angeítis granulomatosa alérgica o enfermedad de Churg- Strauss es la vasculitis que con más frecuencia se asocia con una eosinofilia pulmonar. Su causa es desconocida. Afecta a múltiples órganos y sistemas, aunque preferentemente al pulmón, al sistema nervioso periférico, al tracto digestivo, a la piel y al riñón. Se considera que su patogenia es de natura- leza inmunoalérgica, con una reacción antígeno-anticuerpo mediada por la IgE. La enfermedad de Churg-Strauss es poco habitual y suele aparecer en personas adultas menores de 65 años. Es una vas- culitis necrotizante de vasos de pequeño y mediano calibre, que se asocia con asma y eosinofilia. El asma, que generalmente es grave, suele preceder a la vasculitis en un período de tiempo que oscila entre los 3 y los 9 años. Además, pueden aparecer manifestaciones derivadas de una afectación rinosinusal. En el 75% de los enfermos se observa rinitis, que puede acom- pañarse de una sinusitis recidivante o de una poliposis nasal. Los síntomas generales de la enfermedad son inespecíficos (fiebre, adelgazamiento, artralgias, mialgias, malestar general). En las fases más avanzadas surgen los trastornos derivados de la vasculitis sistémica, que implica a los órganos y sistemas mencionados: púrpura, nódulos cutáneos, mononeuritis múl- tiple, miocarditis eosinófila, arteritis coronaria, pericarditis, alteraciones gastrointestinales, etc. En el análisis de sangre suele apreciarse una importante eosi- nofilia, que supera el 10% en el recuento diferencial leucocita- rio. También es frecuente la anemia, el aumento de la velocidad de sedimentación y la elevación de la IgE total sérica. Entre el 40 y el 70% de los pacientes tiene anticuerpos anticitoplasma de neutrófilos (ANCA), fundamentalmente de tipo perinuclear (p-ANCA). En la radiografía de tórax se evidencian infiltrados pulmonares difusos, transitorios y, en ocasiones, migratorios. En la tomografía computarizada torácica pueden observarse áreas en vidrio deslustrado o de consolidación periférica. Los FIGURA 32.2 Radiografía posteroanterior de tórax de un enfermo con neumonía eosinófila crónica. Obsérvense los infiltrados alveolares de distribución bilateral periférica, que constituyen lo que se ha denominado imagen en negativo del edema agudo de pulmón o imagen en alas de mariposa. Cuadro 32.2 CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE LA NEUMONÍA EOSINÓFILA AGUDA Comienzo agudo (< 7 días) Fiebre Infiltrados bilaterales en la radiografía de tórax Hipoxemia grave (presión arterial de oxígeno < 60 mm Hg) Eosinofilia pulmonar (recuento de eosinófilos en el lavado broncoalveolar > 25% o predominio de eosinófilos en la biopsia pulmonar) Ausencia de antecedentes de hipersensibilidad a fármacos, de infección reciente y de otras causas conocidas de eosinofilia pulmonar Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN IV Enfermedades pulmonares parenquimatosas difusas 254 nódulos centrolobulares, la dilatación bronquial, los septos engrosados y las adenopatías hiliares o mediastínicas son hallazgos menos frecuentes. En el 20% de los enfermos existe un derrame pleural muy rico en eosinófilos. También puede producirse un derrame pericárdico. El diagnóstico de certeza se realiza por medio de la biopsia de un órgano afecto, generalmente la piel, un nervio o un mús- culo, en la que puede demostrarse la vasculitis necrotizante y la infiltración inflamatoria de predominio eosinófilo. El pronós- tico es malo y el tratamiento se fundamenta en la adminis- tración de corticoesteroides. En la fase aguda la dosis debe ser de 1 mg/kg/día de metilprednisolona, que ha de reducirse progresivamente, pero manteniendo el tratamiento durante varios meses. Son factores de mal pronóstico la proteinuria (> 1 g/día), la insuficiencia renal, la afectación del tracto gas- trointestinal y la miocardiopatía. Cuando aparece cualquiera de ellas puede ser útil un tratamiento combinado con esteroides y ciclofosfamida. Recientemente también se ha empleado el rituximab como una posible alternativa terapéutica, con la ven- taja de tener menos efectos secundarios que la ciclofosfamida. SÍNDROME HIPEREOSINOFÍLICO Es un trastorno muy poco frecuente. Predomina en los varones (9:1) de edad comprendida entre los 20 y los 50 años. Estudios recientes demuestran que el síndrome puede deberse a una proliferación clonal de linfocitos con producción de citocinas eosinofilopoyéticas (variante linfoproliferativa) o, también,a una proliferación clonal de eosinófilos (variante mielo- proliferativa). De acuerdo con estos hallazgos, el síndrome hipereosinofílico quizá deba dejar de considerarse ya como una eosinofilia idiopática. El síndrome se caracteriza por una eosinofilia periférica muy persistente, que suele durar más de 6 meses, con recuentos que superan las 1.500 células/mm3 y que a veces llegan hasta los 150.000 eosinófilos/mm3. Cursa con una alteración multisis- témica, en la que la infiltración eosinófila afecta al corazón (fibrosis endomiocárdica, arritmias y regurgitación valvular mitral), al sistema nervioso (tromboembolismos cerebrales, neuropatías periféricas, alteraciones cognitivas y del comporta- miento) y la piel (pápulas eritematosas y pruriginosas, nódulos, urticaria, angioedema). En el 40% de las ocasiones se observan alteraciones respiratorias (derrame pleural, tromboembolismos pulmonares, tos e infiltrados intersticiales). El pronóstico ha mejorado en las últimas décadas, ya que se alcanzan supervivencias hasta de 10 años en el 40 al 70% de los casos. Menos de la mitad de los pacientes responde bien a los esteroides como tratamiento de primera línea. También pueden utilizarse los quimioterápicos (hidroxiurea, vincristina, etopósido), la ciclosporina y el interferón α. El imatinib, un inhibidor de la tirosina cinasa, es un tratamiento nuevo muy prometedor, especialmente en la forma mieloproliferativa. SÍNDROME DE LÖFFLER O EOSINOFILIA PULMONAR SIMPLE Löffler describió este síndrome en 1932 como una alteración caracterizada por la aparición de infiltrados pulmonares migratorios en la radiografía de tórax, que coincidían con una eosinofilia periférica y cuyos síntomas eran muy leves o, incluso, inexistentes. Es muy probable que casi todos los casos descritos originalmente se debieran a una parasitación pulmonar por Ascaris lumbricoides o por otros helmintos (sín- drome de Löffler secundario). Sin embargo, en el momento actual no existe acuerdo acerca de lo que debe englobarse bajo la denominación de síndrome de Löffler, ya que mientras que para algunos autores se trataría de una neumonía eosinófila aguda idiopática benigna, para otros este término debería reservarse para la neumonía eosinófila aguda producida por helmintos o fármacos. La forma idiopática cursa con manifestaciones clínicas muy escasas. En ocasiones se observa febrícula, malestar general, mialgias, tos seca o sibilancias. La eosinofilia periférica suele ser leve. En la radiografía de tórax son característicos los infil- trados alveolares (no segmentarios, periféricos y fugaces), que desaparecen y reaparecen en otro lugar al cabo de algunas horas. Siempre debe descartarse la existencia de una parasitosis intestinal e investigarse el consumo de fármacos. El pronóstico es bueno y la enfermedad se resuelve espontáneamente en pocos días o semanas. En los casos más graves puede recurrirse al tratamiento con esteroides. EOSINOFILIA PULMONAR POR PARÁSITOS Es una forma de eosinofilia secundaria que se debe a la migra- ción de larvas de distintos parásitos, casi siempre helmintos, por el aparato respiratorio. Cursa con una notable eosinofilia periférica y con un importante aumento de la IgE sérica total. En la radiografía de tórax se observan infiltrados alveolares o micronodulares mal definidos, difusos, migratorios y fugaces. Es una enfermedad poco frecuente en España, excepción hecha de la causada por Ascaris lumbricoides, Ascaris vermicularis y, ocasionalmente, Trichinella spiralis. La eosinofilia pulmonar producida por Ascaris (síndrome de Löffler secundario) habi- tualmente es asintomática. En otras áreas geográficas la forma más importante es la denominada eosinofilia tropical, que está producida por microfilarias de las especies Wuchereria brancofti y Burgia malayi. Esta eosinofilia es endémica en las zonas tropicales y subtropicales de Asia, en África y en los países del Pacífi- co. Es menos frecuente en Centroamérica y Sudamérica. El antecedente de un viaje a estas zonas debe inducir la sos- pecha diagnóstica. Los síntomas más habituales son la tos, que característicamente empeora por la noche, la disnea, las sibilancias, la astenia, la fiebre y la pérdida de peso. La eosinofilia periférica suele ser importante y persistente, con una tasa de IgE sérica que suele superar las 5.000 kU/L. A veces se encuentra, en los casos correspondientes, un incremento de la IgG antifilárica. La radiografía de tórax puede ser normal o mostrar unos infiltrados pulmonares migratorios, de tipo segmentario o miliar grueso, que se localizan preferentemente en los lóbulos medios o inferiores. Como criterios diagnós- ticos deben citarse los siguientes: tos que empeora por la noche, residencia en un área endémica, eosinofilia periférica que supera las 3.300 células/mm3 y respuesta clínica y de la eosinofilia al tratamiento con dietilcarbamacina. En algunos casos puede ser necesario complementar el tratamiento con esteroides. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 32 Eosinofilias pulmonares 255 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. También pueden causar una eosinofilia pulmonar otros parásitos, como Anchylostoma duodenale, Fasciola hepatica, Necator americanus, Dirofilaria immitis, Strongyloides stercolaris, Tenia canis y diversas especies de Schistosoma y Toxocara. El tratamiento debe ser el específico y propio para cada uno de estos parásitos. EOSINOFILIA PULMONAR POR FÁRMACOS Los fármacos que pueden producir una eosinofilia pulmonar son numerosos (cuadro 32.3). Los más habituales son el ácido acetilsalicílico y sulfamidas como la sulfasalacina. El cuadro clínico suele expresarse bajo la forma de una neumonía eosi- nófila aguda, con síntomas más o menos intensos (fiebre, tos, disnea y dolor torácico), que aparecen pocas horas o días después de la ingestión del fármaco. También es frecuente la leucocitosis y la eosinofilia periférica. En la radiografía de tórax se observan infiltrados alveolares o intersticiales transitorios, periféricos y de predominio basal. En un tercio de los casos se encuentra, asimismo, un derrame pleural. La nitrofurantoína puede producir, además del trastorno agudo descrito, formas clínicas subagudas o crónicas, con poca o nula eosinofilia periférica, pero con un patrón intersticial difuso muy tenue. El pronóstico es bueno. La supresión del fármaco suele acompañarse de una curación completa en menos de 1 mes. Los corticoesteroides solo son necesarios en los casos más graves (5-7 días con dosis de 0,5 mg/kg/día). ASPERGILOSIS BRONCOPULMONAR ALÉRGICA La aspergilosis broncopulmonar alérgica es una eosinofilia pulmonar debida a una reacción de hipersensibilidad por linfocitos T cooperadores de tipo 2 (TH2), que se produce Cuadro 32.3 FÁRMACOS QUE PUEDEN PRODUCIR UNA EOSINOFILIA PULMONAR* Ácido acetilsalicílico Ácido paraaminosalicílico Ácido tolfenámico Alopurinol Amiodarona Amitriptilina Ampicilina Azatioprina Beclometasona Bleomicina Busulfano Captopril Carbamacepina Cefalosporina Clofibrato Cloranfenicol Clordiacepóxido Clorotiacida Clorpromacina Cocaína inhalada Codeína Contrastes yodados Cromoglicato disódico Dextrano Diclofenaco Difenilhidantoína d-tubocurarina Eritromicina Estreptomicina Etambutol Fenilbutazona Fenitoína Fenolftaleína Glafenina GM-GSF Halotano Hidralacina Ibuprofeno Imipramina Indometacina Interleucinas 2 y 3 Isoniacida l-triptófano Mefenesina Metilfenidato Metotrexato Minociclina Naproxeno Níquel Nitrofurantoína Penicilamina Penicilinas Pentamidina inhalada Pirimetamina Piroxicam Polimixina Procarbacina Protamina Quinidina Salazopirina Sales de oro Sulfadimetoxina Sulfadoxina Sulfamidas Sulfasalacina Sulfonamida Sulindaco TamoxifenoTetraciclinas Tetrizolina Tiouracilo Tolazamida Tolbutamida Trimetadiona GM-CSF, factor estimulador del crecimiento de colonias de granulocitos-macrófagos. *Se resaltan en negrita los fármacos que más frecuentemente producen una eosinofilia pulmonar. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN IV Enfermedades pulmonares parenquimatosas difusas 256 en respuesta a la inhalación de esporas del género Aspergi- llus. Afecta sobre todo a los enfermos que padecen un asma o una fibrosis quística. Excepcionalmente puede deberse al género Candida. En el 95% de los casos la especie implica- da es A. fumigatus. Muy rara vez está causada por A. flavus, A. nigrans o A. terreus. A. fumigatus es un hongo muy abundante en el medio ambiente, que el individuo sano inhala y elimina normalmente sin problemas, aunque a veces puede colonizar la vía aérea superior. La aspergilosis broncopulmonar alérgica es una enfermedad secundaria a una reacción inmune e inflamatoria de los bron- quios y del parénquima pulmonar próximo. Se produce como respuesta a los antígenos del género Aspergillus. El hongo crece en los tapones de moco que se forman en la vía aérea de los pacientes asmáticos (fig. 32.3). El enfermo genera una respues- ta inmunológica de hipersensibilidad de tipo I, mediada por anticuerpos IgE, y de tipo III, con la participación de anticuer- pos IgG e IgA. Con el paso del tiempo, la reacción inflamatoria asociada lesiona el epitelio bronquial, la capa submucosa y el parénquima pulmonar adyacente. La aspergilosis broncopulmonar alérgica se presenta a cual- quier edad y sus manifestaciones clínicas dependen no solo del poder patógeno del hongo, sino sobre todo del estado inmu- nitario del enfermo. Suele asociarse con un asma bronquial corticodependiente y aparece en el 1-2% de los pacientes que padecen esta enfermedad. Además de los síntomas propios del asma, la aspergilosis broncopulmonar alérgica cursa con episodios de malestar general, anorexia, fiebre, mialgias y expectoración de grandes tapones mucosos, que son auténticos moldes bronquiales (fig. 32.4). La fibrosis quística se complica en el 2 al 7% de los casos con una aspergilosis broncopulmo- nar alérgica. En la radiografía de tórax se evidencian infiltrados alveolares homogéneos, mal definidos, a veces fugaces o transitorios, que suelen localizarse en los lóbulos superiores. Además, son frecuentes las atelectasias producidas por los tapones de moco. Asimismo, son muy típicas las opacidades en dedo de guante y las bronquiectasias centrales o proxi- males (en las fases más avanzadas), que también pueden ponerse de manifiesto con una tomografía computarizada torácica (fig. 32.5). Desde un punto de vista diagnóstico se han establecido unos criterios que, aunque no unánimemente aceptados, son muy útiles en la práctica clínica (cuadro 32.4). La enfermedad evoluciona a través de cinco fases, todas ellas bien descritas y fácilmente identificables: aguda, remisión, exacerbaciones recurrentes, asma corticodependiente y fibrosis final. La fase aguda se caracteriza por la existencia de unos infil- trados pulmonares secundarios a una neumonía eosinófila o a tapones de moco, que producen atelectasias segmentarias, lobulares o, incluso, completas. El cuadro se acompaña de fiebre y de una clara eosinofilia periférica, así como de la expec- toración de tapones de moco en los que pueden apreciarse al microscopio, además de numerosos eosinófilos, los caracterís- ticos cristales de Charcot-Leyden (fig. 32.6). El tratamiento se basa en la administración de esteroides (0,5-1 mg/kg/día en las FIGURA 32.3 Hifas septadas de Aspergillus en las secreciones respiratorias de un enfermo con una aspergilosis broncopulmonar alérgica (tinción de plata, 100×). FIGURA 32.4 Tapones mucosos bronquiales (moldes bronquiectásicos) expulsados por un enfermo con una aspergilosis broncopulmonar alérgica. Por cortesía del Dr. J. Morera Prat. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 32 Eosinofilias pulmonares 257 © E ls ev ie r. F ot oc op ia r si n au to riz ac ió n es u n de lit o. fases agudas). En los pacientes que sufren recurrencias frecuen- tes o en los que se observa un deterioro pulmonar rápidamente progresivo, se precisa la instauración de un tratamiento de mantenimiento a largo plazo. En los últimos años, al objeto de evitar la corticodependencia y de mejorar la evolución de la enfermedad, se han utilizado con cierto éxito los antifúngicos, como el voriconazol, y los anticuerpos monoclonales anti-IgE. Bibliografía Cordier JF, Cottin V. Eosinophilic lung diseases. En: Murray and Nadel’s Textbook of Respiratory Medicine. Mason RJ, Courtney Broaddus V, Martin TR, King TE, Scharaufnagel DE, Murray JF, Nadel JA, eds. 5.a ed. Philadelphia: Elsevier-Saunders. 2010;1679-701. Cottin V, Cordier JF. Eosinophilic lung diseases. Immunol Allergy Clin North Am 2012;32:557-86. Cottin V, Cordier JF. Eosinophilic pneumonias. Allergy 2005;60:841-57. Greenberger PA. Allergic bronchopulmonary aspergillosis. Allergy Asthma Proc 2012;33:61-3. Jeong YJ, Kim K, Seo IJ, Lee CH, Lee KM, Kim KN, et al. Eosinophilic lung diseases: a clinical, radiologic, and pathologic overview. Radio- graphics 2007;27:617-39. Johkoh T, Muller NL, Akira M, Ichikado K, Suga M, Ando M, et al. Eosinophilic lung diseases: diagnostic accuracy of thin-section CT in 111 patients. Radiology 2000;216:773-80. Sueiro Bendito A. Eosinofilias pulmonares. En: Medicina respiratoria. 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Cuadro 32.4 CRITERIOS DE PATERSON PARA EL DIAGNÓSTICO DE UNA ASPERGILOSIS BRONCOPULMONAR ALÉRGICA Criterios mayores: ● Historia de asma bronquial ● Infiltrados pulmonares en la radiografía de tórax ● Reactividad cutánea inmediata a Aspergillus ● Aumento de la IgE sérica total (≥ 1.000 UI/mL; unos valores normales excluyen el diagnóstico) ● Precipitinas a Aspergillus en sangre periférica ● Eosinofilia periférica (> 1.000 eosinófilos/mm3) ● Presencia en el suero de IgE y de IgG específicas frente a Aspergillus ● Bronquiectasias centrales o proximales Criterios menores: ● Intradermorreacción tardía positiva con antígenos de Aspergillus ● Tinción (plata metenamina) o cultivo de esputo, secreciones respiratorias o tapones de moco positivos para Aspergillus, sobre todo si se comprueba varias veces ● Expectoración de moldes bronquiales con hifas de Aspergillus ● Eosinofilia en el esputo Ig, inmunoglobulina. FIGURA 32.6 Extensión de esputo de un enfermo con una aspergilosis broncopulmonar alérgica en la que se observan varios cristales de Charcot-Leyden (preparación en fresco, 400×). Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org Botón1:
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