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384 CAPÍTULO © 2017. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Infecciones pulmonares en otras inmunodepresiones INTRODUCCIÓN La población de pacientes inmunodeprimidos no infecta- dos por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ha aumentado de manera considerable en los últimos años. Ello se debe tanto a la aparición de tratamientos inmunodepresores más potentes y con mayor eficacia en sus resultados como al mayor número de trasplantes de órganos sólidos y de pre- cursores hematopoyéticos que se realiza. La supervivencia de estos enfermos es cada vez más larga y entre las complicaciones que pueden aparecer las infecciones pulmonares son las más frecuentes —se observan hasta en el 40% de los casos— y una de las más graves. En los individuos que han recibido un tras- plante de precursores hematopoyéticos, las infecciones pul- monares pueden llegar a afectar hasta al 70% de los enfermos. El diagnóstico precoz y la pronta instauración de un régimen terapéutico adecuado son los dos hechos fundamentales que determinan la evolución y el desenlace de la enfermedad. TIPOS DE INMUNODEPRESIÓN La susceptibilidad a las infecciones viene determinada por el tipo de inmunodepresión, humoral o celular, existente en cada paciente (tabla 47.1). No obstante, lo habitual es que estén afectadas, en mayor o menor grado, ambas vías de defensa. Inmunodepresión en los trasplantes Al inducirla, se pretende disminuir el número y la activación de los linfocitos T y B para evitar el rechazo. Uno de los efectos secundarios de este tratamiento es la neutropenia, el factor de riesgo más importante para que se produzca una infección pulmonar. La neutropenia se asocia con una alteración de la función fagocítica y de la quimiotaxis de los neutrófilos. Dentro de los trasplantes debe distinguirse entre los de órgano sólido y los de precursores hematopoyéticos, ya que en estos últimos se produce una incompetencia inmunitaria completa transitoria (fig. 47.1). Entre los trasplantes de órgano sólido, el de pulmón es el que más predispone a las infecciones respiratorias. La paralización del mecanismo de aclaramiento mucociliar del epitelio, la isquemia surgida durante el acto quirúrgico, la disminución del reflejo tusígeno, la falta de drenaje linfáti- co y la colonización del donante o del receptor por parte de microorganismos oportunistas son factores que contribuyen al desarrollo de estas infecciones. Inmunodepresión en las enfermedades oncológicas Los pacientes que padecen alguna enfermedad oncológica pueden sufrir alteraciones en el sistema inmunitario, bien por la propia neoplasia, como ocurre en los linfomas o en las leucemias, o bien por los tratamientos citotóxicos que reciben. Inmunodepresión en otras enfermedades Existen otros procesos en los que el sistema inmunitario se encuentra alterado, como sucede en los trastornos congénitos cualitativos o cuantitativos de los leucocitos, de las inmuno- globulinas o del sistema del complemento. También en los individuos esplenectomizados, quirúrgica o funcionalmente, y en las alteraciones autoinmunes o tras los tratamientos aso- ciados con estas, entre otros motivos. La disminución de la respuesta inmune de tipo humoral predispone al enfermo a infecciones por microorganismos encapsulados, como Streptococcus pneumoniae o Haemophilus influenzae, debido a la pérdida de la capacidad de opsoniza- ción que se produce. Las deficiencias en la inmunidad celular permiten la aparición de infecciones por agentes patógenos intracelulares, como Mycobacterium spp., Legionella spp. o Nocardia spp., además de infecciones estafilocócicas o fúngicas. ANAMNESIS Y EXPLORACIÓN FÍSICA Ante la sospecha de una neumonía el diagnóstico empieza por una anamnesis minuciosa, en la que debe reflejarse al menos lo siguiente: el grado, la causa y el tiempo de inmunodepresión que sufre el paciente; las enfermedades concomitantes; la qui- mioterapia y los antibióticos recibidos; la presencia de catéteres; 47 Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 47 Infecciones pulmonares en otras inmunodepresiones 385 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. TABLA 47.1 Enfermedades infecciosas asociadas con el estado de inmunodepresión Defectos en la respuesta inmune Enfermedades asociadas Microorganismos más frecuentemente asociados Neutropenia Procesos hematológicos malignos, anemia aplásica, quimioterapia citotóxica o inmunodepresora Staphylococcus aureus, bacilos gramnegativos, Aspergillus, Candida Defectos en la fagocitosis Leucemia mieloide crónica, lupus eritematoso diseminado Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae Defectos en la quimiotaxis Síndrome de Chédiak-Higashi, diabetes mellitus, alcoholismo crónico Staphylococcus aureus, Mucor Defectos en el sistema del complemento Lupus eritematoso diseminado, defectos congénitos del complemento, drepanocitosis Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, Pseudomonas spp., Proteus spp. Déficit o disfunción de los linfocitos T Linfoma de Hodgkin, sarcoidosis, lepra lepromatosa, quimioterapia citotóxica o inmunodepresora Mycobacterium, Nocardia, Legionella, Aspergillus, Candida, Cryptococcus neoformans, Pneumocystis jiroveci, CMV, VHS, VVZ, virus respiratorios, Strongyloides, Toxoplasma Déficit o disfunción de los linfocitos B Déficit selectivo de IgA o IgM, mieloma múltiple, leucemia linfocítica crónica, quimioterapia citotóxica o inmunodepresora Staphylococcus aureus, Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae, Pneumocystis jiroveci, enterobacteriáceas CMV, Cytomegalovirus; Ig, inmunoglobulina; VHS, virus del herpes simple; VVZ, virus de la varicela-zóster. FIGURA 47.1 Infecciones respiratorias posibles en los pacientes receptores de un trasplante de progenitores hematopoyéticos. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN V Infecciones respiratorias 386 las infecciones previas, propias y del donante; la posible expo- sición a microorganismos patógenos en el entorno laboral o familiar; el contacto con ambientes poco habituales (viajes a zonas endémicas de histoplasmosis, coccidioidomicosis, etc.), y la cronología de la infección (fig. 47.2). Estos factores son cruciales a la hora de establecer un tratamiento empírico inicial. Los síntomas más frecuentes en estos casos son la disnea, el dolor torácico y la tos. La fiebre puede no existir y la hipo- xemia varía según la gravedad del cuadro clínico. Debido a la inmunodepresión, la infección puede haberse producido por diversos microorganismos y haberse diseminado coincidiendo con la aparición de las manifestaciones clínicas. MÉTODOS DE IMAGEN La radiografía de tórax debe usarse como procedimiento inicial de estudio, pero no revela anomalías hasta en el 10% de los casos o, a veces, solo muestra cambios poco definidos. Una respuesta inflamatoria disminuida hace que las infecciones menos agresivas o las que inducen una respuesta inflamato- ria menor sean más difíciles de diagnosticar debido a la escasez de hallazgos que se aprecia en los primeros momentos. Por consiguiente, algunos autores recomiendan el uso temprano de la tomografía computarizada torácica, por su alto rendimiento frente a la radiografía convencional de tórax y su capacidad para poner de manifiesto alteraciones iniciales. La tomografía com- putarizada torácica también es útil para determinar la extensión de la enfermedad, para evaluar la respuesta al tratamiento y para guiar eventuales procedimientosdiagnósticos invasivos. Además, puede evidenciar la existencia de varios patrones radio- lógicos simultáneos, lo que podría sugerir la posibilidad de que coincidieran distintos procesos concomitantes. En el estudio de las pruebas diagnósticas por imagen hay que considerar la distribución de las lesiones (pueden ser difusas, focales, multi- focales) y su progresión, comparando estas pruebas con otras anteriores, siempre que sea posible (tabla 47.2). PRUEBAS MICROBIOLÓGICAS El estudio microbiológico es fundamental para la instauración de un tratamiento adecuado, especialmente si se tiene en cuenta que hasta el 20% de las infecciones respiratorias en estos casos son de carácter mixto —como las asociaciones entre Cytomegalovirus (CMV) y Pneumocystis jiroveci, o Influenzavirus y Staphylococcus aureus— y que estos pacientes pueden haber estado expuestos a patógenos multirresistentes. Por todo ello, es necesario ser agre- sivo y exigente en la toma de muestras (tabla 47.3). El esputo o el lavado nasofaríngeo pueden proporcionar buenos resultados, FIGURA 47.2 Infecciones respiratorias posibles en los receptores de un trasplante de órgano sólido y su origen más frecuente. NAC, neumonía adquirida en la comunidad. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 47 Infecciones pulmonares en otras inmunodepresiones 387 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. TABLA 47.2 Diagnóstico diferencial de los infiltrados pulmonares en los estados de inmunodepresión Imagen radiológica (radiografía simple o tomografía computarizada de tórax) Principales agentes infecciosos Causa no infecciosa Infección aguda Infección crónica Consolidación Bacterias principalmente Hongos, Nocardia, Mycobacterium spp. BOOP, cáncer broncoalveolar Infiltrado intersticial difuso Pneumocystis jiroveci, Haemophilus influenzae, Legionella spp., CMV, Influenzavirus Mycobacterium spp. Edema pulmonar, toxicidad por fármacos, neumonía intersticial linfocítica, proteinosis alveolar, metástasis, neumonitis por radiación, hemorragia alveolar difusa Infiltrados nodulares Bacterias, Aspergillus, CMV Hongos, Nocardia, Mycobacterium spp., CMV Procesos neoplásicos Adenopatías Mycobacterium tuberculosis Mycobacterium tuberculosis Procesos neoplásicos, linfomas Derrame pleural Bacterias, Mycobacterium tuberculosis Mycobacterium tuberculosis Linfomas (principalmente no hodgkinianos) Neumotórax Pneumocystis jiroveci Cavitaciones Bacterias Mycobacterium tuberculosis, hongos, Nocardia Signo del halo Hongos (principalmente Aspergillus) Hongos (principalmente Aspergillus) Metástasis carcinomatosas BOOP, bronquiolitis obliterante con neumonía organizada; CMV, Cytomegalovirus. TABLA 47.3 Tipos de muestras para el diagnóstico microbiológico y opciones diagnósticas en los estados de inmunodepresión Tipo de muestra Opciones diagnósticas Sangre Hemocultivo (mínimo de dos) Serología: poco útil por la incapacidad del paciente para responder a la infección con una respuesta inmune adecuada. Importante para conocer los agentes patógenos con los que ha tenido contacto el enfermo y poner de manifiesto posibles microorganismos latentes Detección de antígenos de Aspergillus como el galactomanano, de Cryptococcus y de Cytomegalovirus Detección de ácidos nucleicos (importante en el diagnóstico de las infecciones víricas) Orina Muestras respiratorias no invasivas (esputo, frotis o lavado nasofaríngeo) Muestras respiratorias invasivas (broncoaspirado, LBA y cepillo bronquial) Otras: líquido pleural, líquido cefalorraquídeo Detección de antígenos de Legionella pneumophila y Streptococcus pneumoniae Tinciones (Gram, Ziehl-Neelsen para micobacterias, Kinyoun modificada para Nocardia, calcoflúor para hongos, inmunofluorescencia directa para Legionella, etc.) Cultivos en medios habituales o específicos para micobacterias, hongos, Legionella u otros microorganismos oportunistas Detección de antígenos Detección de ácidos nucleicos mediante técnicas de biología molecular (PCR, microchips) Biopsias (transbronquial, a cielo abierto) Son el método de referencia y permiten el diagnóstico microbiológico e histológico LBA, lavado broncoalveolar; PCR, reacción en cadena de la polimerasa. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN V Infecciones respiratorias 388 pero la broncoscopia permite obtener muestras de mayor calidad y es fundamental para la detección de P. jiroveci y CMV. El método de referencia para el diagnóstico es la biopsia. Su análisis microbiológico e histopatológico puede ser necesario desde el inicio del cuadro clínico para diferenciar entre un proce- so infeccioso y otros de diferente naturaleza, como la neumonitis producida por fármacos, el rechazo agudo del órgano trasplan- tado o la enfermedad del injerto contra el hospedador. El lavado broncoalveolar (LBA), asociado con los cultivos cuantitativos y a distintas tinciones, tiene una alta rentabilidad. Recuentos iguales o superiores a 103 unidades formadoras de colonias por mililitro (ufc/mL) son diagnósticos para las muestras tomadas con un cepillo bronquial protegido y para un mini-LBA, mientras que para el LBA el límite es el de 104 ufc/mL. No obstante, hasta el 30% de las neumonías puede quedar sin identificación etiológica. PRINCIPALES AGENTES ETIOLÓGICOS Bacterias Son la causa más frecuente de infecciones pulmonares y son responsables de cerca del 40% del total de las neumonías. Ocasionan dos grupos de infecciones claramente diferenciadas: las nosocomiales, debidas a patógenos intrahospitalarios, y las adquiridas en la comunidad, originadas por microorganismos como S. pneumoniae o Legionella pneumophila, que en estos enfermos pueden ser más agresivos y con mayor tendencia a diseminarse. En la tabla 47.4 se reseñan los tratamientos de las infecciones bacterianas. PSEUDOMONAS AERUGINOSA Pseudomonas aeruginosa es un bacilo gramnegativo que se encuentra en la naturaleza y que puede colonizar el entorno hospitalario. Entre los muchos factores de virulencia que posee, como la adhesividad al epitelio y la producción de diversas toxinas, cabe destacar la formación de biopelículas y de intercambio de información entre gérmenes (quorum sensing), que confieren a la bacteria mayor capacidad de supervivencia. Se relaciona con los pacientes que padecen una fibrosis quística, con las infecciones pulmonares de origen nosocomial, con la ventilación mecánica y con las neumonías adquiridas en la comunidad, principalmente en los individuos inmunodeprimidos que han estado en con- tacto con un ambiente hospitalario. Produce una neumonía rápidamente progresiva, indistinguible radiológicamente de otras infecciones piogénicas. Cursa con tos productiva, fiebre, disnea, formación de microabscesos y hemorragias focales. Su mortalidad es muy alta (hasta del 40%) por su rápida evolución y el tipo de enfermo al que afecta, aumentando esta tasa si se produce una bacteriemia. Su tratamiento supone un reto por la elevada resistencia intrínseca del microorganismo a muchos antibióticos de amplio espectro, aún más teniendo en cuenta que las cepas intrahospitalarias ofrecen un mayor TABLA 47.4 Tratamiento de las infecciones bacterianas en los estados de inmunodepresión Microorganismo Tratamiento de elección Tratamiento alternativo Empírico (Piperacilina-tazobactam 4-0,5 g/6 horas IV o imipenem o meropenem 1 g/8 horas IV o 0,5 g/ 6 horas IV) + amikacina 15 mg/kg/día IV — Pseudomonas aeruginosa (Piperacilina-tazobactam4-0,5 g/6 horas IV o imipenem o meropenem 1 g/8 horas IV o 0,5 g/ 6 horas IV) + aminoglucósido o fluoroquinolona en dosis altas Sustituir el β-lactámico por ceftacidima, cefepima, aztreonam, colistina o ticarcilina-ácido clavulánico Staphylococcus aureus Cloxacilina 1-2 g/4 horas + gentamicina; linezolid 600/12 horas IV si la cepa es resistente a la meticilina Co-Amoxiclav, daptomicina, vancomicina si la CMI es ≤ 1 mg/L Nocardia Cotrimoxazol 10-15 mg/kg/día + imipenem o amikacina Minociclina, levofloxacino, linezolid Stenotrophomonas maltophilia Cotrimoxazol 10-15 mg/kg/día Tigeciclina, minociclina, fluoroquinolona, ceftacidima Acinetobacter baumannii Imipenem + sulbactam o amikacina Tigeciclina, colistina, piperacilina-tazobactam (según patrones de sensibilidad locales) Enterobacter Carbapenem o fluoroquinolona Piperacilina-tazobactam, aminoglucósido, tigeciclina Mycobacterium tuberculosis Isoniacida + rifampicina + piracinamida Etambutol o estreptomicina Mycobacterium kansasii Isoniacida 300 mg/día + rifampicina mg/ día + etambutol 25 mg/kg/día Amikacina, claritromicina, estreptomicina, levofloxacino Mycobacterium avium-complex Azitromicina 500 mg/día + (etambutol 15/mg/ día + rifabutina 150-300 mg/día tres veces a la semana) Claritromicina Mycobacterium xenopi Isoniacida + rifampicina + piracinamida Etambutol o estreptomicina CMI, concentración mínima inhibitoria; IV, vía intravenosa. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 47 Infecciones pulmonares en otras inmunodepresiones 389 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. número de resistencias por la selección que se produce en un entorno antibiótico hostil. STAPHYLOCOCCUS AUREUS Staphylococcus aureus es un coco grampositivo que colo- niza la piel y es uno de los principales agentes patógenos nosocomiales. Entre el 10 y el 40% de los individuos de la población general es portador nasal de esta bacteria. Posee diversos factores de virulencia, como la producción de toxinas y la aparición de resistencias antibióticas. Las cepas de Staphy- lococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) varían en frecuencia según los distintos países (2% en Holanda, 28% en España, 54% en Portugal) y son más comunes en el medio hospitalario. Causa una neumonía necrotizante que progresa con rapidez hacia la cavitación. Radiológicamente es indis- tinguible de la debida a otros gérmenes patógenos, aunque la existencia de un empiema sugiere esta causa. Existe una forma altamente agresiva, que aparece tras sufrir una infección por Influenzavirus. NOCARDIA Nocardia es un bacilo grampositivo ramificado que tiene una débil ácido-alcohol resistencia. Es ubicuo en el medio ambiente y se adquiere principalmente por vía aérea. La nocardiosis pulmonar constituye más del 40% de todas las formas de pre- sentación de esta enfermedad y Nocardia asteroides complex es responsable del 90% de los casos. La infección puede seguir un curso agudo, pero son más frecuentes la forma subaguda y la crónica. En estos casos se manifiesta como un proceso supurativo recurrente, con o sin formación de abscesos, cavi- taciones o fistulización. Su incidencia varía entre el 1 y el 4%, y su pronóstico depende del grado de inmunodepresión del enfermo y de la diseminación a otros órganos. Radiológica- mente aparece como nódulos irregulares con tendencia a la cavitación, infiltrados reticulonodulares difusos o empiema. Para su diagnóstico se precisan procedimientos cruentos por la baja sensibilidad que tienen las muestras respiratorias. BACILOS GRAMNEGATIVOS NO FERMENTADORES Y ENTEROBACTERIAS Los bacilos gramnegativos no fermentadores y las entero- bacterias, como Acinetobacter baumannii, Stenotrophomonas maltophilia o Enterobacter spp., están adquiriendo impor- tancia como agentes patógenos nosocomiales que ponen en peligro la vida de los individuos trasplantados durante el postoperatorio inmediato. Por otra parte, tienen múlti- ples resistencias adquiridas e intrínsecas, lo que dificulta el tratamiento. MYCOBACTERIUM TUBERCULOSIS Mycobacterium tuberculosis se presenta con una incidencia media cercana al 2%, pese a que el riesgo de tener una tuberculo- sis activa es entre 30 y 50 veces superior al que se observa en la población general. Los factores de riesgo principales son la reactivación de una infección latente y la transmisión a partir del donante. OTRAS MICOBACTERIAS Otras micobacterias, como Mycobacterium kansasii, Mycobacte- rium avium-complex o Mycobacterium xenopi, aparecen con una incidencia conjunta similar a la de M. tuberculosis. El diagnós- tico de estas infecciones es difícil, ya que requiere la presencia de signos clínicos y radiológicos o de una respuesta al trata- miento, y el aislamiento del microorganismo en, al menos, tres muestras respiratorias. Hongos Los hongos son responsables de aproximadamente el 20% de las infecciones pulmonares en los pacientes inmunodeprimi- dos. Estas micosis son de diagnóstico es difícil y la mortalidad que originan es alta. En la tabla 47.5 se reseñan los tratamien- tos más adecuados en cada caso. ASPERGILLUS Aspergillus es un hongo filamentoso existente en el medio ambiente. Tiene una alta capacidad para la esporulación, por lo que suelen existir grandes concentraciones de esporas en el aire. No es un agente patógeno habitual, ya que, en las per- sonas sanas, las esporas inhaladas se eliminan por el sistema mucociliar del tracto respiratorio, los macrófagos alveolares y los neutrófilos. Por tanto, las alteraciones locales del epitelio, la neutropenia y los trastornos de la inmunidad celular son los factores que predisponen a la colonización y al desarrollo de una aspergilosis pulmonar invasiva. Las especies aisladas con más frecuencia en el hombre son Aspergillus fumigatus (73%) y Aspergillus flavus (15%), seguidas por Aspergillus niger y Aspergi- llus terreus, entre otras. La incidencia de la enfermedad varía entre el 1 y el 15%. Es más habitual en los pacientes sometidos a un trasplante alogénico de precursores hematopoyéticos o a un trasplante de pulmón. La mortalidad que origina es muy alta, en algunos casos superior al 80%. Los síntomas clásicos de la aspergilosis pulmonar invasiva son la disnea, el dolor torácico y la hemop- tisis, aunque el 25% de los individuos puede estar asintomático en el momento del diagnóstico. La radiografía de tórax es normal hasta en el 10% de los casos, por lo que la tomografía computarizada torácica es indispensable para el diagnóstico en la mayoría de las ocasiones. Inicialmente se observan uno o más nódulos, que pueden cavitarse. La presencia del signo del halo indica que se ha producido una invasión vascular por par- te del microorganismo, si bien otros hongos, como Fusarium, y otras enfermedades, como las metastatización carcinomatosa, pueden producir patrones similares. El diagnóstico etiológico se basa en el examen directo y en el cultivo de muestras res- piratorias no invasivas, como el esputo, o invasivas, como el broncoaspirado o el LBA. Asimismo, en la detección del galactomanano, un antígeno polisacárido de la pared celular de Aspergillus, en la sangre o en el LBA. En muchos casos, la biopsia pulmonar está contraindicada. El tratamiento se fundamenta en la administración de antifúngicos, la reconstitución del estado inmunológico y, en su caso, la intervención quirúrgica. Esta última debe indicarse si el paciente tiene hemoptisis, persiste el microorganismo pese al tratamiento instaurado o se comprometen estructuras vasculares importantes. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización.Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN V Infecciones respiratorias 390 PNEUMOCYSTIS JIROVECI Pneumocystis jiroveci es un hongo no filamentoso, que coloniza el epitelio respiratorio de los seres humanos y que se transmite por vía aérea de persona a persona. Los últimos estudios pare- cen indicar que el reservorio está en los niños de corta edad y en los enfermos inmunodeprimidos. La neumonía por P. jiroveci en los pacientes no infectados por el VIH aparece, por orden de frecuencia, en las enfermedades oncológicas hematológicas, en los individuos receptores de trasplantes y en los sujetos con un proceso autoinmune o un tumor sólido. En todos los casos, en más del 90% de las ocasiones el enfermo ha recibido un tratamiento prolongado con glucocorticoesteroides. El cuadro típico consiste en la aparición, habitualmente en el curso de 1 semana, de tos seca no productiva, fiebre, disnea y taquipnea. La radiografía de tórax pone de manifiesto un patrón intersticial bilateral, pero puede ser normal hasta en el 20% de los casos. La tomografía computarizada torácica tiene mayor sensibilidad. Las muestras más rentables para el diagnóstico son el LBA y la biopsia transbronquial, aunque también son útiles el esputo inducido y los lavados nasofa- ríngeos. La conveniencia de la indicación de un tratamiento profiláctico no está tan clara como en los pacientes portadores del VIH, pero es recomendable en aquellos sujetos que han recibido una corticoterapia prolongada, han sido tratados con agentes antilinfocitos T, sufren una neutropenia duradera, ya han tenido una neumonía por P. jiroveci u otros elementos patógenos oportunistas, o padecen una infección pulmonar por CMV. CRYPTOCOCCUS NEOFORMANS Cryptococcus neoformans es un hongo levaduriforme, amplia- mente distribuido en la naturaleza, que se adquiere al inha- lar formas desecadas de menor tamaño que las levaduras. En los individuos inmunodeprimidos es capaz de producir una infección pulmonar de rápida progresión y diseminarse a otros órganos, especialmente al sistema nervioso central. Los síntomas más comunes ocasionados por este hongo son la fiebre, el dolor pleurítico, la disnea, la tos crónica, la expectoración hemoptoica y la pérdida de peso, aunque las manifestaciones neurológicas pueden preceder a las pul- monares. En las pruebas radiológicas pueden evidenciarse nódulos calcificados, infiltrados bilaterales y adenopatías hiliares o mediastínicas. También pueden observarse cavi- taciones o un derrame pleural. El diagnóstico etiológico de la enfermedad se establece al demostrar la existencia de levaduras encapsuladas en las muestras respiratorias o en el líquido cefalorraquídeo (LCR). Estas levaduras deben cultivarse e identificarse mediante pruebas bioquímicas. La detección y la titulación del antígeno capsular en el LCR, en la sangre o en las muestras respiratorias ayudan a estable- cer un diagnóstico precoz, al tiempo que permiten conocer el pronóstico y la evolución de la enfermedad. No se TABLA 47.5 Tratamiento de las infecciones fúngicas en los estados de inmunodepresión Microorganismo Tratamiento de elección Tratamiento alternativo Empírico Caspofungina 70 mg IV seguido de 50 mg/día IV o voriconazol 6 mg/kg/12 horas IV seguido de 4 mg/kg/12 horas IV Anfotericina B en formulación lipídica 3-4 mg/kg/día IV Aspergillus Voriconazol 6 mg/kg/12 horas IV seguido de 3-4 mg/ kg/12 horas IV; se recomienda la asociación de anfotericina B liposomal o de equinocandina Anfotericina B liposomal 3-4 mg/kg/día IV sola o asociada con equinocandina* Pneumocystis jiroveci Cotrimoxazol 15-20 mg/kg/día VO Isotionato de pentamidina 4 mg/kg/día IV, dapsona 100 mg/día + trimetoprim 20 mg/kg/día, primaquina 30 mg/día o atovacuona 750 mg/12 horas Cryptococcus neoformans Anfotericina B liposomal 3-4 mg/kg/día + flucitosina 100 mg/kg/día (en cuatro dosis) Fluconazol 1,2 g/día asociado con flucitosina 100 mg/kg/día Candida Equinocandina, voriconazol o anfotericina B desoxicolato — Scedosporium apiospermum Voriconazol 400 mg/12 horas seguido de 200 mg/12 horas solo o asociado con caspofungina 70 mg IV seguido de 50 mg/día IV y/o terbinafina 250 mg/día Itraconazol o posaconazol* Scedosporium prolificans Ensayar voriconazol + terbinafina o equinocandina o miltefosina Anfotericina B + pentamidina* Fusarium Dosis altas de voriconazol o anfotericina B en asociación con caspofungina Anfotericina B + azitromicina* Zygomicetes Dosis altas de anfotericina B asociada con equinocandina Posaconazol 800 mg/día solo o asociado con equinocandina, terbinafina o anfotericina B* *Considerar la exéresis quirúrgica, la reducción del tratamiento inmunodepresor, el uso de factores estimulantes de los granulocitos o la transfusión de neutrófilos. IV, vía intravenosa; VO, vía oral. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 47 Infecciones pulmonares en otras inmunodepresiones 391 © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. reco mienda la profilaxis con fluconazol, dada la baja inciden cia de esta enfermedad. CANDIDA Candida spp. es una levadura que coloniza habitualmente las vías aéreas de los pacientes inmunodeprimidos o que han sido tratados con antibióticos de amplio espectro. Rara vez causa una neumonía, excepto en las personas receptoras de un trasplante pulmonar. Puede afectar al sistema respiratorio tras una diseminación hematógena, observándose enton- ces la existencia de nódulos o de infiltrados difusos en las pruebas de imagen. El diagnóstico de la infección requiere el estudio de biopsias pulmonares, para que así sea posible diferenciar entre una colonización y una infección verdade- ra. La profilaxis con fluconazol ha hecho que se aíslen con mayor frecuencia cepas resistentes de Candida distintas de Candida albicans, como Candida glabrata o Candida krusei. OTROS HONGOS Los hongos capaces de producir una neumonía son actual- mente, además de los mencionados, de distintos tipos. Se han descrito micosis por Scedosporium, Fusarium o Zygomicetes. Estos microorganismos, oportunistas, son difíciles de tratar por su agresividad o su resistencia intrínseca a numerosos antifún- gicos. Con frecuencia se necesita recurrir a una intervención quirúrgica y a la corrección de los factores predisponentes. En los últimos años han aparecido nuevas sustancias antifúngicas, con lo que ha aumentado la supervivencia de las personas afectadas. Virus Son agentes patógenos cuya responsabilidad en las infec- ciones respiratorias está en aumento. Ocasionan una alta mortalidad en algunos grupos de sujetos inmunodeprimidos. El origen de la enfermedad puede estar en la reactivación de un virus latente, como ocurre con CMV, o en su adquisición en la comunidad, como sucede con los virus respiratorios. En la tabla 47.6 se reseñan los tratamientos actuales de las infecciones víricas. CYTOMEGALOVIRUS Se trata de un virus de la familia Herpesviridae, que permanece de manera latente en el organismo tras la primoinfección. La enfermedad se adquiere por contagio directo de otra persona, por transmisión del donante en los receptores de un tras- plante, por reactivación de la forma latente tras recibir un tratamiento inmunodepresor, por rechazo del órgano tras- plantado o después de una infección sistémica. CMV es el agente patógeno vírico más habitual en los pacientes inmuno- deprimidos. Ocasiona una alta mortalidad, que alcanza el 84% en los individuos receptores de precursores hematopoyéticos. Es responsable del 5 al 50% del total de las neumonías en los sujetos inmunodeprimidos, dependiendo de la enfermedad de base. Es más frecuente tras el trasplante de precursoreshema- topoyéticos y en los receptores seronegativos de un donante seropositivo. La neumonitis a la que da lugar se acompaña de taquip- nea, tos seca no productiva e hipoxemia. Radiológicamente se observan infiltrados intersticiales o reticulonodulares bila- terales. La tomografía computarizada torácica muestra un engrosamiento de la pared bronquial y un patrón en vidrio deslustrado. Además del cuadro infeccioso pulmonar, puede originar otras manifestaciones indirectas. Por un lado, pro- duce una inmunodepresión que facilita la sobreinfección por otros microorganismos patógenos oportunistas. Así, la presencia de CMV es un factor de riesgo para la infección por Aspergillus o por P. jiroveci. Por otra parte, induce una activación del sistema inmunitario, que favorece el rechazo agudo o crónico del órgano trasplantado. El diagnóstico etiológico se complica por la existencia de una coinfección, por la similitud de las imágenes radiológicas con las debi- das a otros agentes patógenos o a procesos concomitantes, como el rechazo o la enfermedad del injerto contra el hos- pedador. Al mismo tiempo, el aislamiento de CMV en una muestra respiratoria implica la existencia de una infección, TABLA 47.6 Tratamiento de las infecciones víricas en los estados de inmunodepresión Microorganismo Tratamiento de elección Tratamiento alternativo Cytomegalovirus Ganciclovir 5 mg/kg/12 horas, foscarnet 60 mg/kg/8 horas Ambos asociados, ganciclovir + 7-10 dosis de gammaglobulina en los trasplantados de médula ósea Virus respiratorio sincitial Ribavirina aerosol 20 mg/mm3 o 12,5 L/minuto durante 12-18 horas/día o 60 mg/mm3 2 horas tres veces al día Considerar la asociación con palivizumab 15 mg/kg IM en una dosis Herpesvirus simplex Aciclovir 5 mg/kg/8 horas IV Foscarnet 40 mg/kg/8 horas IV Influenzavirus Oseltamivir 75 mg/12 horas (150 mg en los casos graves) o zanamivir inhalado 10 mg/12 horas Amantadina 100 mg/12 horas, ribavirina en las neumonías graves por virus del tipo B o C Parainfluenzavirus Sintomático o ribavirina — Metapneumovirus Sintomático Ribavirina IV sola o con inmunoglobulina IV IM, vía intramuscular; IV, vía intravenosa. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org SECCIÓN V Infecciones respiratorias 392 pero no necesariamente la de una enfermedad. El mayor valor predictivo diagnóstico se alcanza con la detección en sangre de CMV, con la determinación de la carga vírica con técnicas de biología molecular (reacción en cadena de la polimerasa [PCR], PCR en tiempo real), con los cultivos celulares (shell vial más tinción de inmunofluorescencia) y con la identificación del antígeno pp65 en los leucocitos de sangre periférica. VIRUS RESPIRATORIO SINCITIAL El virus respiratorio sincitial es un agente patógeno estacional que predomina en el invierno y en la primavera. En los sujetos trasplantados la mortalidad que produce varía entre el 30 y el 100%, según cuál sea la enfermedad de base y el grado de inmunodepresión del paciente. Puede originar una neumonitis por sí solo o junto con otros microorganismos oportunistas, con manifestaciones clínicas y radiológicas similares a las que ocasiona CMV o P. jiroveci. Por ello, la sospecha es fundamental para llegar al diagnóstico. La prevención es la mejor arma tera- péutica, ya que los resultados, aunque existen tratamientos con ribavirina o anticuerpos monoclonales, no son concluyentes. VIRUS DEL HERPES SIMPLE El virus del herpes simple es una causa de infección pulmonar poco común. Afecta principalmente a los individuos tras- plantados con progenitores hematopoyéticos. El pronóstico de la enfermedad es muy malo si el diagnóstico no se realiza a tiempo. OTROS VIRUS Otros virus respiratorios, como Influenzavirus, Parainfluenzavi- rus, Metapneumovirus o Adenovirus, son una causa creciente de morbimortalidad en los sujetos inmunodeprimidos, llegan- do al 10 o al 20% en algunos estudios. Las infecciones que producen estos virus pueden complicarse con una neumonía bacteriana por H. influenzae, S. pneumoniae o S. aureus. Parásitos Son poco frecuentes como responsables de una infección pulmonar, pero hay que considerarlos debido a su relevancia clínica, como ocurre con Toxoplasma gondii o Strongyloides ster- coralis. En la tabla 47.7 se reseñan los tratamientos adecuados para estos dos parásitos. STRONGYLOIDES STERCORALIS Strongyloides stercoralis es un nematodo intestinal propio de climas tropicales y subtropicales. Sus larvas penetran por la piel y migran por vía hematógena hasta el pulmón, desde donde alcanzan el intestino. En los pacientes inmunodeprimidos pue- de producir un cuadro de hiperinfestación de mal pronóstico, capaz de ocasionar una bronconeumonía difusa y hemorragias intraalveolares. El diagnóstico se lleva a cabo tras la observación de las larvas en extensiones fecales. También pueden visuali- zarse en el esputo o en el LBA en casos de hiperinfestación. TOXOPLASMA GONDII Toxoplasma gondii es un parásito de los felinos. Rara vez es causa de enfermedad en los individuos sanos, pero la infección queda latente y puede reactivarse en los pacientes inmunodeprimidos. La toxoplasmosis pulmonar puede aparecer como una neumo- nía intersticial o como una hemorragia alveolar, una conso- lidación pulmonar o un derrame pleural. La alta mortalidad observada (90% en el trasplante de médula ósea) se relaciona con el retraso en el diagnóstico. Este último se basa en la visión directa del parásito mediante tinciones histológicas o en su aislamiento en cultivos celulares. CONCLUSIONES Las infecciones pulmonares son una de las principales causas de morbimortalidad en los enfermos inmunodeprimidos. La sospecha clínica es fundamental para su diagnóstico, que es un reto para la medicina actual. Los diagnósticos microbiológico y radiológico son tan importantes como el hecho de conocer la historia del paciente o los microorganismos del entorno hos- pitalario y comunitario, así como las resistencias existentes. En contraste con lo que se observa en el individuo inmunocom- petente, la radiografía simple de tórax puede ser insuficiente, lo que hace que desde el inicio se requiera de la tomografía computarizada torácica. Del mismo modo, la necesidad de disponer de muestras obtenidas por métodos invasivos, para llevar a cabo un estudio microbiológico e histopatológico, es una característica inherente al estudio de estas infecciones en los sujetos inmunodeprimidos. La justificación de esta actitud, sin duda más agresiva, se apoya en la conveniencia de llegar al diagnóstico de manera precoz, lo que permite ajustar mejor el tratamiento. Los algoritmos diagnósticos y terapéuticos son muy útiles en estos enfermos (fig. 47.3). TABLA 47.7 Tratamiento de las infecciones parasitarias en los estados de inmunodepresión Microorganismo Tratamiento de elección Tratamiento alternativo Toxoplasma gondii Sulfadiacina 1-1,5 g/6 horas + pirimetamina 200 mg/día 2 días seguido de 75 mg/día + ácido folínico 10 mg/día Clindamicina 600 mg/12 horas + pirimetamina. Espiramicina, cotrimoxazol, claritromicina, azitromicina, dapsona o atovacuona Strongyloides stercoralis Ivermectina 200 µg/kg/día o 2 días + una dosis a los 15 días (mantener el tratamiento 7-12 días tras la desaparición del parásito)* Tiabendazol 25 mg/kg/12 horas VO 3 días, albendazol 400 mg VO 7 días + repetir una vez al mes durante 3 meses *En la hiperinfestación. VO, vía oral. Descargado de ClinicalKey.es desde Universidad Nacional Autonoma de Mexico diciembre 14, 2016. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2016. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. http://booksmedicos.org CAPÍTULO 47 Infecciones pulmonares en otras inmunodepresiones 393 © E ls ev ier. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. Bibliografía Barberán J, Mensa J, Fariñas C, Llinares P, Serrano R, Menéndez R, et al. Recommendations of antifungal treatment in patients with low grade immunosuppression. Rev Esp Quimioter 2008;21:127-42. Donelly JP, Blijlevens NMA, van der Velden WJFM. Infecciones en hués- pedes inmunocomprometidos: principios generales. En: Mandell, Douglas y Bennett. Enfermedades infecciosas. Principios y práctica. Bennett JE, Dolin R, Blaser MJ, eds. 8.ª ed. Barcelona: Editorial Elsevier. 2015;3575-85. Franquet T. 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