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El informe neuropsicológico PID_00255583 David de Noreña Martínez Begoña González Rodríguez Elena Muñoz Marrón Tiempo mínimo de dedicación recomendado: 6 horas © FUOC • PID_00255583 El informe neuropsicológico David de Noreña Martínez Begoña González Rodríguez Elena Muñoz Marrón Licenciado en Psicología y máster en Neuropsicología por la Universidad Complutense de Madrid. Trabaja como neuropsicólogo en la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Bea- ta María Ana de Madrid, donde ejer- ce funciones de valoración, perita- je y rehabilitación de pacientes con lesiones cerebrales. Imparte docen- cia en diferentes másteres y postgra- dos de Neuropsicología, y su inves- tigación está centrada en las conse- cuencias cognitivas del daño cere- bral adquirido, principalmente en la memoria, las funciones ejecutivas y la cognición social. Licenciada en Psicología por la Uni- versidad Autónoma de Madrid y máster en Neuropsicología por la Universidad Complutense de Ma- drid. Desde hace más de una déca- da desempeña su labor profesional como neuropsicóloga en la Unidad de Daño Cerebral del Hospital Bea- ta María Ana de Madrid. Además, de colaborar con la UOC, imparte docencia en diferentes másteres y postgrados de Neuropsicología. Licenciada en Psicología y docto- ra en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Neuropsicología Cognitiva por la misma universidad. A lo largo de su carrera profesional ha combina- do investigación, docencia e inter- vención neuropsicológica clínica en pacientes con daño cerebral. En la actualidad es profesora de los Estu- dios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya y directora del Máster Universitario en Neuropsicología. Su actividad in- vestigadora está centrada en el es- tudio de las bases neurales de los procesos cognitivos, sus alteraciones y su recuperación mediante técni- cas de estimulación cerebral no in- vasiva. Es directora y cofundadora del laboratorio Cognitive NeuroLab (www.cognitiveneurolab.org). El encargo y la creación de este recurso de aprendizaje UOC han sido coordinados por la profesora: Elena Muñoz Marrón (2018) Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada, reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico, químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita de los titulares del copyright. © FUOC • PID_00255583 El informe neuropsicológico Índice 1. El marco de la evaluación neuropsicológica.............................. 5 1.1. Niveles de análisis de la neuropsicología ................................... 7 1.1.1. Niveles jerárquicos de funcionamiento ......................... 9 1.1.2. Contextos de interacción .............................................. 10 1.2. Objetivos de la evaluación neuropsicológica .............................. 14 1.3. Motivos de consulta .................................................................... 15 2. Características generales del informe neuropsicológico......... 20 2.1. Objetivos y destinatarios ............................................................ 20 2.2. Redacción y estilo del informe neuropsicológico ....................... 22 2.3. Terminología habitual ................................................................. 29 2.4. Consideraciones médico-legales en el informe neuropsicológico ......................................................................... 33 2.4.1. Aspectos relacionados con la capacidad de toma de decisiones y la competencia .......................................... 35 2.4.2. Aspectos relacionados con las habilidades funcionales ..................................................................... 37 2.5. Consideraciones en la redacción de informes neuropsicológicos pediátricos ..................................................... 38 2.6. Formatos de informe neuropsicológico ...................................... 42 3. Estructura del informe neuropsicológico................................... 45 3.1. Datos personales ......................................................................... 46 3.2. Fecha de evaluación .................................................................... 47 3.3. Motivo de consulta ..................................................................... 47 3.4. Historia clínica ............................................................................ 49 3.5. Observación durante la evaluación ............................................ 50 3.6. Evaluación neuropsicológica ....................................................... 53 3.7. Resultados e interpretación en los diferentes dominios neuropsicológicos ........................................................................ 53 3.8. Conclusiones, juicio clínico y diagnóstico ................................. 58 3.9. Recomendaciones ........................................................................ 60 4. Recomendaciones prácticas para la elaboración del informe neuropsicológico................................................................ 63 4.1. Recomendaciones generales ........................................................ 63 4.2. Recomendaciones de redacción y estilo ..................................... 64 4.3. Recomendaciones de estructura y organización ......................... 64 4.4. Recomendaciones de contenidos ................................................ 65 5. Modelo de informe neuropsicológico........................................... 67 © FUOC • PID_00255583 El informe neuropsicológico Bibliografía................................................................................................. 73 © FUOC • PID_00255583 5 El informe neuropsicológico 1. El marco de la evaluación neuropsicológica A lo largo de la carrera profesional de un neuropsicólogo, es muy probable que escuche alguna vez la expresión: «El informe neuropsicológico es nuestra carta de presentación». Esta expresión está fundamentada en, al menos, dos premisas: la primera, que se trata de un documento escrito formal, en el que se sintetiza una gran cantidad de información con un propósito determinado, como ocurre con las cartas de presentación (como por ejemplo la que se re- dacta para acceder a un trabajo), y, la segunda, que el informe neuropsicológi- co pone de manifiesto ante otra persona (familiar, paciente y profesional) las competencias, la seriedad y la experiencia del profesional que lo ha redactado. En un reciente artículo (Postal et al., 2018), se llevó a cabo una encuesta tanto a neuropsicólogos como a receptores de los informes neuropsicológicos de la que se extrajeron varias conclusiones interesantes: • En primer lugar, muchos neuropsicólogos afirmaron dedicar una gran can- tidad de horas redactando informes que consideran que las partes intere- sadas no van a leer, o solo lo van a hacer parcialmente. • Un llamativo 73 % de los receptores de informes informaron de que la gran demora en la entrega del informe afectó negativamente a la atención del paciente. • Los receptores valoraron como muy útiles las secciones de diagnóstico o juicio clínico y recomendaciones. Sin embargo, no encontraron demasiada utilidad en la historia clínica, las observaciones de comportamiento, los aspectos emocionales o las descripciones para cada uno de los dominios cognitivos. En otro estudio reciente (Von Thomsen et al, 2018) se revisó en produndidad la calidad de los informes neuropsicológicos en una unidad clínica ambulato- ria. Como resultado de esta práctica, los informes revisados resultaron ser más cortos y mejoraron en la legibilidad, la estructura y la eficacia en la comuni- cación de los resultados y las recomendaciones. Estudios como los anteriores ponen de relieve la necesidad de mejorar la ela- boración de los informes neuropsicológicos, atendiendo a los destinatarios y adaptándolos a los tiempos y las necesidades de la poblacióna la que van di- rigidos y mejorando en aspectos como la concisión, la legibilidad y la trans- parencia a la hora de plasmar juicios clínicos y recomendaciones específicas. © FUOC • PID_00255583 6 El informe neuropsicológico Una evaluación neuropsicológica debe traducir los datos de las pruebas en un programa de acción (Axelrod, 2014). Es, precisamente, en el informe neuropsi- cológico donde se materializa todo el proceso de exploración que representa la evaluación neuropsicológica, con el fin de guiar una actuación en relación con la persona evaluada, implicando no solo al neuropsicólogo, sino también a otros profesionales y/o familiares. El informe neuropsicológico no debe li- mitarse a ser un documento que recoge información relevante, sino que debe ayudar a quien lo lee, y debe llevarlo a tomar acciones adecuadas con respecto al paciente (Ownby y Wallbrown, 1986). Probablemente haya tantos estilos de informe neuropsicológico como de pro- fesionales de la neuropsicología, por lo que está lejos del objetivo de este ma- terial plantear una guía cerrada e inflexible acerca de cómo elaborar un infor- me neuropsicológico. Más bien trataremos de enumerar y analizar los aspectos más relevantes de cara a la elaboración del informe neuropsicológico así como de proporcionar una guía sobre los aspectos más destacados y los errores más frecuentes, que pueden cometerse durante su elaboración. En líneas generales, los objetivos del informe neuropsicológico se pueden agru- par en cuatro grandes categorías: • Descripción�del�paciente. La forma de describirlo dependerá no solo del estilo individual, sino, como veremos más adelante, del propósito de la evaluación neuropsicológica y del propio informe. • Registro�de�la�ejecución�del�paciente�en�las�pruebas. El informe debe ser lo más objetivo posible, reflejando de forma clara y directa el resultado de la entrevista, la observación y las pruebas administradas al paciente. • Comunicación�de�los�resultados�a�quien�lo�solicitó. Por ello el informe debe ajustarse siempre al motivo de consulta y debe ser comprensible. • Elaboración�de� recomendaciones�con�respecto�a� la�atención� futura. Nuevamente, el motivo de consulta será fundamental en relación con este aspecto. El informe debe tener una naturaleza no únicamente retrospec- tiva (reflejar una exploración), sino también prospectiva, motivando un determinado curso de acción. Antes de abordar los aspectos más relevantes para la elaboración del informe neuropsicológico es necesario enmarcarlo teniendo en cuenta los niveles de análisis de la neuropsicología, así como la naturaleza de la evaluación neuro- psicológica. © FUOC • PID_00255583 7 El informe neuropsicológico 1.1. Niveles de análisis de la neuropsicología La neuropsicología es una especialidad de la psicología que aplica los princi- pios de evaluación e intervención basados en el estudio científico de la con- ducta humana en la medida en que esta se relaciona con el funcionamiento normal y anormal del sistema nervioso central. La especialidad se dedica a ampliar la comprensión de las relaciones cerebro-conducta y la aplicación de ese conocimiento a los problemas humanos (APA, 2006). En definitiva tal y como propusieron Kolb y Wishaw (1986), «la neuro- psicología es el estudio de la relación existente entre las funciones cere- brales y la conducta humana». De definiciones como las anteriores podemos extraer algunas conclusiones relevantes sobre la disciplina, las cuales van a determinar el contenido y la forma de la exploración neuropsicológica y la propia elaboración del informe: • La neuropsicología estudia la relación entre cerebro y conducta humana, entendiendo conducta en sentido amplio e incluyendo la cognición. A diferencia de otras disciplinas neurocientíficas, es el comportamiento el objeto y fin último de la neuropsicología. El estudio de las bases genéticas, la estructura o la fisiología del sistema nervioso serán interesantes para la neuropsicología no en sí mismos, sino en tanto en cuanto permiten avanzar en la comprensión de la relación cerebro-conducta. • Se trata de una especialidad de la psicología, con características propias, pero con un bagaje conceptual y en ocasiones un lenguaje compartido. • Se basa en el estudio científico de la conducta. Por lo tanto, se basa en observaciones sistemáticas de la conducta en función de modelos teóricos sobre el funcionamiento cognitivo y emocional y sus bases neurológicas. • Tiene interés tanto en el funcionamiento del sistema nervioso «normal» como en las patologías que afectan a dicho sistema. La neuropsicología clínica es una de las principales aplicaciones de la neuropsicología, cuyo foco son las patologías que afectan al sistema nervioso central, tanto si se deben a una lesión estructural (por ejemplo, en casos de daño cerebral adquirido o de demencias degenerativas) como a una disfunción de este, como pueden ser la enfermedad mental o los trastornos del aprendizaje. © FUOC • PID_00255583 8 El informe neuropsicológico La evaluación neuropsicológica se fundamenta en la observación de la con- ducta y su interpretación a partir de los conocimientos acerca del funciona- miento del sistema nervioso central y de los procesos cognitivos, emocionales y conductuales. Las principales fuentes de las que dispone el neuropsicólogo en este sentido son las siguientes: Figura 1. Principales fuentes del neuropsicólogo en la evaluación neuropsicológica. • La�entrevista. Esta puede ser estructurada o semiestructurada, y es conve- niente realizarla tanto al paciente como a las personas de su entorno pró- ximo (pareja, hijos, cuidador principal, etc.). En la entrevista, generalmen- te se preguntará por el funcionamiento previo del paciente, sus hábitos y personalidad premórbida (previa a la enfermedad o alteración) y las actua- les manifestaciones cognitivas, emocionales y conductuales. La entrevista será la base para construir la anamnesis o historia clínica del paciente. • Los� informes�médicos/neuropsicológicos. Los informes proporcionan tanto una descripción de la conducta del sujeto como información acerca de la etiología de la enfermedad (en caso de que esté diagnosticada), su evolución y pronóstico, las regiones cerebrales afectadas (en caso de se ha- yan objetivado mediante técnicas de neuroimagen) y los fármacos u otras intervenciones terapéuticas que se hayan aplicado hasta la fecha. Así, los datos de los informes previos guiarán la exploración y ayudarán en el jui- cio diagnóstico, en caso de que sea necesario establecerlo. © FUOC • PID_00255583 9 El informe neuropsicológico • La�observación�conductual. Puede realizarse de forma cualitativa y glo- bal, o mediante el uso de registros y escalas observacionales. Se valorarán diferentes aspectos, entre los que podemos destacar la forma y contenido del discurso del paciente, su conducta no verbal y su aspecto general, in- cluida la higiene aparente y el cuidado en el vestido. • Los�test�neuropsicológicos. Los tests y las pruebas estandarizadas consti- tuyen una de las herramientas más usadas por el neuropsicólogo. Junto con los autoinformes o las escalas observacionales, proporcionarán, ade- más de información cualitativa, información cuantitativa sobre el estado cognitivo, las alteraciones emocionales y la conducta del paciente. Estas pruebas provocan situaciones controladas y altamente sistematizadas, en las que el sujeto debe realizar diferentes tareas, como, por ejemplo, clasi- ficar unas cartas en función de diferentes criterios, unir distintos elemen- tos con un lápiz, evocar palabras, etc. Se registra y se operativiza el rendi- miento del paciente en las pruebas para, con frecuencia, compararlo con los datos normativos de su grupo de referencia y conocer, así, si su rendi- miento es el adecuado o se encuentra alterado. Las observaciones discretas que se llevan a cabo en la evaluación generalmen- te no se analizan ni se registran «en bruto»,sino que es necesario interpretar- las mediante el uso de constructos teóricos. Muchas observaciones distintas, en situaciones diferentes, nos permitirán inferir el funcionamiento cognitivo, emocional y conductual del paciente de manera más fiable. Del mismo modo, la observación de diferentes comportamientos discretos en la esfera social (o el reporte de estos por parte de paciente o familiares) nos permitirá inferir as- pectos esenciales como, por ejemplo, la desinhibición conductual. 1.1.1. Niveles jerárquicos de funcionamiento En relación con lo anterior, debemos tener en cuenta qué niveles de análisis del funcionamiento humano son relevantes para la evaluación neuropsicoló- gica. En este sentido, puede ser ilustrativo tener en cuenta la Clasificación In- ternacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2001), especialmente en lo que hace referencia al funcionamiento anormal. En la CIF se define la discapacidad co- mo «los aspectos negativos en la interacción entre un individuo con una con- dición de salud determinada y los factores contextuales (ambientales y perso- nales)». Dicha clasificación divide el funcionamiento del individuo, con sus problemas de salud, en cuatro niveles jerárquicos (órgano, persona, entorno y sociedad) y tres contextos en los que interactúa (personal, físico y social). 1)�Nivel�del�órgano: hace referencia al nivel más básico, que implica las es- tructuras anatómicas que pueden verse afectadas en una determinada condi- ción de salud. Interactúa con el contexto personal, es decir, las características propias del individuo, que le pueden hacer más o menos susceptible a pade- cer una determinada patología. Este nivel no será explorado directamente en © FUOC • PID_00255583 10 El informe neuropsicológico la evaluación neuropsicológica, si bien el propósito de algunas evaluaciones puede ser inferir, a partir de la conducta del paciente (que se enmarcaría en los siguientes niveles), anomalías en algunas estructuras o funciones cerebrales. Por ejemplo, tras una exploración neuropsicológica de un paciente con frecuentes crisis epilépticas, se puede llegar a la conclusión de la existencia de una afectación de la capa- cidad de codificación de material nuevo de tipo verbal, manteniendo un rendimiento normalizado cuando el material por codificar es visual. Ante estos resultados podríamos inferir que la localización de la lesión, en términos generales, estaría situada en el lóbulo temporal del hemisferio izquierdo, y acotar de este modo la localización anatómica de la lesión, o la naturaleza de la patología. 2)�Nivel�de�la�persona: un nivel superior al anterior, implica las manifesta- ciones concretas (y globales) del funcionamiento de los órganos. Es a partir de este nivel donde se observarían las alteraciones específicas consecuencia de una enfermedad, siempre en interacción con el contexto personal y el fí- sico. En este nivel, más propio de la evaluación neuropsicológica, podríamos considerar las conductas alteradas del paciente como manifestaciones de una afectación estructural o funcional del cerebro. 3)�Nivel�de�la�persona�en�el�entorno: en este caso, el foco se centraría en la actividad del individuo en interacción con el entorno físico y social; es decir, en su conducta manifiesta, en lo que puede o no realizar, o con qué grado de ayuda. La evaluación neuropsicológica debe tener en cuenta este nivel en un doble sentido: en primer lugar, es necesario tener en cuenta los apoyos y las compensaciones que utiliza el paciente para reducir el impacto cotidiano de sus problemas neuropsicológicos, como por ejemplo, usar una agenda para anotar las citas que de otro modo olvidaría o pedir a su pareja que le ayude en actividades complejas. Por otra parte, uno de los principales objetivos de la evaluación neuropsicológica es inferir el impacto funcional de las alteraciones neuropsicológicas del individuo, teniendo en cuenta sus propias características y las de su entorno familiar, social y laboral. Dicho de otro modo, los resultados de la evaluación neuropsicológica solo tendrán sentido en tanto en cuanto permitan inferir el funcionamiento de esa persona en su entorno concreto. 4)�Nivel�de�la�persona�en�la�sociedad: es el nivel más complejo y tiene que ver con la participación de la persona en situaciones sociales relevantes en su entorno cultural. Al igual que en el nivel anterior, debemos ser capaces de tra- ducir todo lo recogido en la evaluación neuropsicológica al nivel de participa- ción del paciente en la sociedad, en aspectos tales como el trabajo, el estudio, la maternidad o la paternidad o en actividades de ocio y relaciones personales. 1.1.2. Contextos de interacción Como se ha comentado, además de los cuatro niveles jerárquicos menciona- dos, la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) tiene en cuenta tres contextos en los que los individuos in- teractúan: © FUOC • PID_00255583 11 El informe neuropsicológico • Contexto�personal: viene determinado por las características individua- les, incluidas la vulnerabilidad y la predisposición a sufrir determinadas condiciones de salud, como características personales fruto de la propia historia de la persona relacionadas, por ejemplo, con el estilo de vida, estra- tegias de afrontamiento, etc. En un sentido más amplio, engloba todas las características individuales (edad, educación, raza, recursos, familia, etc.). En la exploración neuropsicológica dicho contexto será determinante, ya que, por una parte, nos permite poder comparar el rendimiento actual con el funcionamiento premórbido del paciente y, por otra, nos proporciona información sobre el impacto específico de las alteraciones neuropsicoló- gicas en cada individuo en concreto, y su capacidad para compensar, al menos, parte de estas. • Contexto�físico: implica cualquier factor de tipo físico, como la presencia o no de barreras arquitectónicas en el entorno habitual del paciente (por ejemplo en su domicilio, su barrio, etc.) o el acceso a ayudas técnicas (por ejemplo, una silla de ruedas adaptada). • Contexto�social: viene determinado por las características del entorno cul- tural y social del individuo que pudieran influir sobre su funcionamiento, tales como las instituciones y los servicios disponibles, los recursos comu- nitarios, las ayudas económicas, etc. Estos dos últimos contextos se consi- deran factores ambientales que repercuten en la actividad del individuo, mientras que el contexto personal, desde un punto de vista amplio, se en- tendería como factores personales. Así pues, la discapacidad viene determinada no solo por la propia patología, sino también por la interacción de esta con el contexto específico de la persona en los diferentes niveles. Discapacidad es, por lo tanto, un término amplio que engloba todos los componentes de dicha interacción: las deficiencias, las limitaciones en la actividad y las restricciones en la participación. © FUOC • PID_00255583 12 El informe neuropsicológico Figura 2. Niveles de funcionamiento del individuo Fuente: Adaptado de la Clasificación Internacional del Funcionamiento, de la Discapacidad y de la Salud (CIF) de la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2001). • Deficiencias/déficits: son problemas en las funciones fisiológicas o en las estructuras corporales de una persona. Pueden consistir en una pérdida, defecto, anomalía o cualquier otra desviación significativa respecto a la norma estadísticamente establecida. Se encontraría entre el nivel del ór- gano (patología) y el de la persona. Por ejemplo, en un caso de daño cere- bral adquirido, la presencia de una hemiplejia izquierda o de una hemine- gligencia izquierda como consecuencia de un infarto en la arteria cerebral media derecha, podría ser un ejemplo de déficit. • Limitaciones�en�la�actividad: son las dificultades que un individuo pue- de tener pararealizar actividades. Estas dificultades pueden aparecer co- mo una alteración cualitativa o cuantitativa en la manera en que la per- sona desempeña la actividad en comparación con otras que no tienen un problema de salud similar. Se encontraría, por lo tanto, en el nivel de la persona en el entorno. Siguiendo el ejemplo anterior, los problemas de movilidad y la heminegligencia izquierda dificultarían la implicación del paciente en actividades de la vida cotidiana como el vestido, el afeitado o la lectura. • Restricciones�a� la�participación: son problemas que una persona pue- de experimentar al involucrarse en situaciones vitales, tales como relacio- nes interpersonales, empleo, etc., en el contexto real en el que vive. La presencia de una restricción en la participación viene determinada por la comparación de la participación de la persona con discapacidad con la de una persona sin discapacidad en una situación análoga o comparable. Se encontraría, por lo tanto, en el nivel social. En el caso del ejemplo, el © FUOC • PID_00255583 13 El informe neuropsicológico paciente podría tener dificultades para acceder a un empleo debido a sus limitaciones. Figura 3. Niveles de análisis en la evaluación neuropsicológica Gran parte de la exploración se realizará en un primer momento en el nivel de la persona (o del déficit), pero teniendo en cuenta los diferen- tes contextos del individuo (el personal, el físico y el social), su capa- cidad para compensar las limitaciones y el impacto que tienen dichas limitaciones en su vida cotidiana. Así pues, en la evaluación deberemos «saltar» del nivel del individuo (explorado a través de entrevistas, test neuropsicológicos, etc.) al nivel de la persona en su entorno y en la sociedad con el fin de determinar dicho impacto y poder aventurar, si fuera necesario, un pronóstico. Por su parte, el nivel del órgano y la pa- tología, guiará la evaluación neuropsicológica y ayudará a relacionar la conducta anómala del paciente con estructuras y funciones cerebrales que pueden estar afectadas (ver figura 3). © FUOC • PID_00255583 14 El informe neuropsicológico 1.2. Objetivos de la evaluación neuropsicológica La evaluación neuropsicológica, proporciona información única sobre el fun- cionamiento cognitivo, emocional y conductual del paciente y permite res- ponder a diferentes preguntas a las personas, sean o no profesionales, que so- liciten dicha evaluación. Como veremos más adelante, la pregunta (a la que de aquí en adelante llamaremos motivo de consulta) será la que guíe los obje- tivos de la evaluación y el propio proceso de elaboración del informe neuro- psicológico. En líneas generales, la evaluación neuropsicológica permitirá dar respuesta a seis amplias cuestiones (Lezak et al. 2004): 1)�Diagnóstico: identificando la existencia de una disfunción cerebral y sien- do capaz de diferenciarla de otros trastornos que no impliquen necesariamente una lesión estructural, como por ejemplo, algunos trastornos psiquiátricos que sean la causa de alteraciones cognitivas en principio reversibles, tales como la depresión. Asimismo, permitirá establecer un diagnóstico diferencial entre diferentes enfermedades neurológicas. Por ejemplo, permitirá diferenciar una demencia de tipo enfermedad de Alzheimer de una demencia por cuerpos de Lewy, o esta última, de un deterioro cognitivo leve. 2)�Descripción�del�estado�neuropsicológico�de�un� individuo: detallando cómo una enfermedad o una lesión puede expresarse en el nivel de la con- ducta, las emociones y los procesos cognitivos. En este sentido, la evaluación neuropsicológica debe reflejar no solo la existencia de alteraciones, sino tam- bién su severidad y, muy importante, la presencia de puntos fuertes, es decir, funciones cognitivas y emocionales, que se encuentran preservadas o cuyo funcionamiento se encuentre incluso por encima de la media. 3)�Planificación�de�un�tratamiento�o�la�derivación�a�un�recurso�determi- nado: identificando, por ejemplo, si un determinado paciente reúne los crite- rios de inclusión/exclusión necesarios para ingresar en un determinado dispo- sitivo, o permitiendo incorporarle a determinados programas de tratamiento, como por ejemplo, en un taller específico de habilidades sociales, de estrate- gias de memoria o de razonamiento lógico. Además, permite valorar la exclu- sión en determinadas actividades grupales por alteraciones específicas, como pudieran ser la irritabilidad o la agresividad. 4)�Valoración�de�los�efectos�de�un�tratamiento: en este sentido, es impor- tante contar con pruebas que permitan operativizar y medir el cambio y refle- jarlo en el informe neuropsicológico. 5)�Investigación: la evaluación neuropsicológica es una potente herramien- ta de investigación, puesto que permite identificar los procesos cognitivos y emocionales que subyacen a determinadas estructuras o circuitos cerebrales; © FUOC • PID_00255583 15 El informe neuropsicológico por ejemplo, mediante el uso de técnicas de neuroimagen funcional así como valorar el efecto de los fármacos u otras intervenciones sobre el sistema ner- vioso central. 6)�Aplicaciones�forenses: cada vez están más extendidas las evaluaciones neu- ropsicológicas con fines forenses, con el objetivo de determinar hasta qué pun- to un determinado evento ha producido un daño en el sistema nervioso cen- tral, valorar si una persona es capaz de gestionar sus finanzas de forma inde- pendiente o evaluar el estado mental o la capacidad de toma de decisiones de un individuo implicado en una actividad delictiva. Por último, tal y como señalan Schoenberg y Scott (2011), la evaluación neu- ropsicológica puede proporcionar información predictiva con respecto a las consecuencias o al pronóstico de una determinada condición, sea conocida o sospechada. Por ejemplo, las variables neuropsicológicas resultan clave a la hora de predecir determinados logros funcionales, tales como la reincorpora- ción laboral, la vuelta a una vida independiente o la reincorporación acadé- mica, tras un traumatismo craneoencefálico (Ponsoford et al. 2008), o la pro- babilidad de que desaparezcan las crisis epilépticas tras una lobectomía tem- poral (Sawrie et al. 1999). En este sentido, los resultados neuropsicológicos han proporcionado un valor predictivo superior al de la neuroimagen y otras variables clínicas a la hora de identificar a aquellos sujetos con un riesgo más elevado de sufrir un dete- rioro cognitivo con el tiempo en diferentes condiciones, tales como epilepsia (Seidenberg et al. 2007), esclerosis múltiple (Achiron et al. 2005), enfermedad de Parkinson (Dujardin et al. 2004) o deterioro cognitivo leve (Fleisher et al. 2008). 1.3. Motivos de consulta Tal y como se ha comentado anteriormente, el informe neuropsicológico es un documento en el que se plasma información relevante sobre el estado del paciente junto con un plan de acción y unas recomendaciones elaboradas a partir de la evaluación neuropsicológica. Así pues, la información y el plan de acción concreto que se refleje en el informe dependerá del motivo de con- sulta, es decir, de para qué se ha derivado a este paciente a la consulta de un neuropsicólogo. Podemos plantearnos el motivo de consulta como una pregunta, general o concreta, que debe remitirse al neuropsicólogo. Por desgracia, con cierta fre- cuencia el profesional que deriva a un paciente a neuropsicología, general- mente un médico, puede plantear una cuestión tan amplia o vaga como «so- licito evaluación neuropsicológica del paciente X» o, aún peor, «confirmar o descartar organicidad en el paciente X». En otras ocasiones, el neuropsicólogo trabaja en un servicio especializado, como una unidad de rehabilitación del daño cerebral adquirido, un centro de día para personas con deterioro cogniti- © FUOC • PID_00255583 16 El informe neuropsicológico vo leve o de demencia, en los que, al atender a población clínica generalmen- te ya diagnosticada, se realizanevaluaciones neuropsicológicas de forma pro- tocolaria. En estas, se asume implícitamente el motivo de consulta que gene- ralmente tiene que ver con establecer un perfil neuropsicológico (incluyendo alteraciones y funciones preservadas) con el fin de admitir o no al paciente en el servicio (o en un determinado programa) u orientar los objetivos de la rehabilitación. Ya sea porque se encuentra implícito en el marco de trabajo del profesional, o porque es excesivamente vago o general, el neuropsicólogo debe aclarar el motivo de consulta, preguntando si es necesario al derivador (sea un médico especialista, un familiar, un derivador del seguro, etc.) por los motivos de la evaluación neuropsicológica. En la tabla 1, se describen algunos ejemplos de motivos de consulta, planteados en forma de pregunta. Tabla 1. Ejemplos de motivos de consulta para la evaluación neuropsicológica Ejemplos de motivos de consulta pa- ra la evaluación neuropsicológica «¿Qué perfil de alteraciones neuropsicológicas tiene el paciente X tras sufrir un infarto en la arteria cerebral media derecha?». «¿Se deben los problemas de olvidos del paciente, que se vienen produciendo recientemente, al inicio de una demencia?». «¿Tienen las alteraciones neuropsicológicas de este paciente, que sufrió un traumatismo craneoencefálico (TCE) hace varios meses, un impacto funcional significativo en cuanto a la independencia o la reincorporación laboral». (Con el fin de determinar una indemnización). «¿Sufre el paciente X un inicio de demencia o entraría dentro de la categoría de deterioro cognitivo leve?». «¿Es capaz cognitivamente el paciente X de tomar decisiones en relación con el manejo de sus finanzas? De forma más específica, ¿tendría el paciente X al- gún impedimento u obstáculo neuropsicológico para poder decidir vender el piso, tal y como le ha aconsejado su hijo?». Relacionado con lo anterior, «¿está el paciente X capacitado para poder firmar ante notario un poder absoluto en favor de su hijo, conociendo todas las im- plicaciones de dicho poder?». «¿Ha mejorado o empeorado cognitivamente el paciente X tras la comisuro- tomía a la que se le sometió para reducir los síntomas de su trastorno obsesi- vo-compulsivo?» «¿Es el paciente candidato a someterse a una ablación parcial del lóbulo tem- poral izquierdo con el fin de reducir sus crisis epilépticas?». «¿Es el perfil neuropsicológico del paciente compatible con un trastorno de aprendizaje no verbal?». Preguntas o demandas más vagas, como la que hemos señalado antes (ver tabla 1), generalmente sugieren una reducida familiaridad con la disciplina neuropsicológica, así como sobre el alcance y los límites de una herramienta como es la evaluación neuropsicológica. En estos casos, resulta conveniente © FUOC • PID_00255583 17 El informe neuropsicológico solicitar al derivador una mayor concreción en cuanto a los motivos por los que se deriva al paciente, exponiéndole y sugiriéndole, si así lo consideramos, qué podemos obtener mediante la evaluación neuropsicológica. Por ejemplo, muchas veces la valoración de organicidad implica determinar si las altera- ciones neuropsicológicas de un paciente dado podrían deberse a una condición diferente de una patología mental ya diagnosticada, como pudiera ser depresión o esquizofrenia, con un objetivo generalmente terapéutico. En este caso concreto, sería importante solici- tar al derivador información clínica adicional para contar con otros candidatos diagnós- ticos, por ejemplo, un TCE sufrido años atrás. En otras ocasiones, esa pregunta se realiza cuando el profesional tiene la sospecha de que las alteraciones cognitivas que refiere el sujeto o la familia pueden tener como origen una enfermedad neurológica que hasta el momento no ha sido diagnosticada. Tabla 2. Ejemplos de motivos de consulta inadecuados para la evaluación neuropsicológica Ejemplos de motivos de consulta inadecua- dos para la evaluación neuropsicológica «Administrar evaluación neuropsicológica». «Comprobar organicidad en el paciente X». «Valorar si el paciente ha sufrido un daño cerebral». «¿En qué región cerebral muestra una disfunción en el paciente X?». «Mostrar aptitudes a partir de la evaluación cognitiva». Generalmente, cuando no existe una patología conocida, los familiares o los médicos de atención primaria o especialistas pueden requerir la ayuda de un neuropsicólogo en el momento en que comienzan a hacerse evidentes algunos problemas cognitivos y/o conductuales que hasta el momento no aparecían. En la tabla 3 figuran algunas de las quejas más comunes que pueden terminar en una derivación al neuropsicólogo (Kulas y Naugle, 2003). Tabla 3. Quejas más comunes que pueden conducir a una derivación al servicio de neuropsico- logía Problemas en la memoria reciente: olvidar eventos o conversaciones del día a día. Perder objetos con frecuencia. Confusión y desorientación ocasional. Problemas en la orientación topográfica (por ejemplo, se pierde al intentar re- gresar a casa). Un cambio en el comportamiento habitual no explicable por otras causas. Problemas a la hora de tomar decisiones. Dificultad para gestionar el dinero (por ejemplo, compras excesivas). Dificultad para reconocer a algunas personas familiares. Problemas de atención y concentración (por ejemplo, perderse en las conversa- ciones o manifestar confusión, dejar de leer, etc.). Fuente: adaptado de Kulas y Naugle, 2003. © FUOC • PID_00255583 18 El informe neuropsicológico Problemas de lenguaje (por ejemplo, dificultad para encontrar palabras o em- pobrecimiento del discurso). Fuente: adaptado de Kulas y Naugle, 2003. Teniendo en cuenta la información anterior, los motivos de consulta pueden clasificarse en cuatro grandes grupos: Tabla 4. Principales motivos de consulta Motivos de consulta 1) Caracterizar los déficits y las funciones preservadas (puntos fuertes) en el funcionamiento cognitivo y conductual Ya sea con el objetivo de acceder y beneficiarse de un tratamiento rehabilita- dor específico o para evaluar el impacto sobre las actividades de la vida coti- diana que pueden tener los déficits neuropsicológicos. 2) Relacionar los déficits con la neuroanatomía funcional Por ejemplo, relacionar la discalculia, los problemas de lectura y la desorienta- ción izquierda-derecha con la integridad de la corteza parietal izquierda. O la apatía, lentitud en la velocidad de procesamiento de la información y perseve- raciones con una patología en los circuitos fronto-estriatales. 3) Proporcionar consideraciones diagnósticas Especialmente cuando se trata de establecer un diagnóstico diferencial. La eva- luación neuropsicológica puede ser imprescindible, por ejemplo, para diferen- ciar una demencia de tipo enfermedad de Alzheimer de una demencia de ti- po fronto-temporal, un deterioro cognitivo leve de un deterioro asociado a la edad, o una depresión del inicio de una enfermedad neurodegenerativa. Tam- bién aquí deberíamos incluir aquellas demandas que buscan contar con un pronóstico; esto es, con estimar la evolución de una determinada enfermedad. 4) Determinar la etiología para los déficits neuropsicológicos En líneas generales y desde hace décadas, se utilizan de forma rutinaria las téc- nicas de neuroimagen estructural (fundamentalmente, TAC y RM) con el fin de caracterizar la etiología de determinados cuadros neurológicos. No obs- tante, la exploración neuropsicológica sigue siendo útil a la hora de diagnosti- car determinadas patologías para las que dichas técnicas no son todavía sensi- bles, como enfermedades neurodegenerativas, algunas epilepsias, trastornos de aprendizaje o trastorno de déficit de atención. © FUOC • PID_00255583 19 El informe neuropsicológico El motivo de consulta determinará el enfoque de la evaluación neuro- psicológica y, en última instancia, de la elaboración del informe neu- ropsicológico. Los motivos para derivar a un paciente a un servicio de neuropsicología pueden ser heterogéneos, pero en general caerán den- tro de lascuatro categorías anteriores. Debemos recordar que el informe neuropsicológico es un documento formal en el que se incluye infor- mación cuantitativa y cualitativa sobre el funcionamiento cognitivo y emocional de un paciente, así como una serie de recomendaciones o un juicio clínico cuyo objetivo es promover un cambio o ayudar en la toma de decisiones como acceder a un recurso o a una ayuda, obtener pautas para manejar determinadas situaciones, etc. Por ello, cuanto más claro y específico sea el motivo de consulta, mejor será la respuesta propor- cionada por el informe neuropsicológico. © FUOC • PID_00255583 20 El informe neuropsicológico 2. Características generales del informe neuropsicológico La extensión y el formato del informe neuropsicológico pueden ser muy va- riables en función del objetivo de la evaluación neuropsicológica y el destina- tario, de la institución en la que se realiza, de las preferencias del neuropsicó- logo, etc. No obstante, es importante tener en cuenta que la mayoría de los informes incluirán en su estructura los siguientes apartados, los cuales serán tratados en profundidad en el siguiente apartado: • Motivo de consulta. • Historia clínica. • Pruebas aplicadas. • Conducta observada durante la exploración. • Resultados. • Conclusiones, juicio clínico y diagnóstico. • Recomendaciones. 2.1. Objetivos y destinatarios En la gran mayoría de los casos, el paciente es el foco central de la evaluación, por lo que el destinatario final del informe será el propio paciente o su tutor o representante legal, en caso de que lo tenga. No obstante, debemos tener en cuenta que con frecuencia el paciente llegará remitido por un tercero, ya sea un profesional de la salud que lo deriva, por ejemplo un neurólogo, médico de cabecera o psiquiatra, que requiere del in- forme para tomar determinadas decisiones clínicas, o bien un familiar preo- cupado por su situación. Además, el acceso a algunos recursos y ayudas vie- nen determinados por el grado de dependencia, el nivel de discapacidad o la incapacidad laboral permanente por lo que su concesión puede depender, al menos en parte, de la evaluación reflejada en el informe neuropsicológico, por lo que diferentes personas u organismos pueden ser también los destinatarios del informe neuropsicológico, siempre respetando la Ley de autonomía del paciente (Ley 41/2002, del 14 de noviembre). Por otro lado, con cierta frecuencia en patologías como el daño cerebral ad- quirido, los pacientes deberán acceder a un costoso programa de rehabilita- ción multidisciplinar que, en algunos casos, será costeado no por el propio paciente o su familia, sino por un seguro (en el caso de accidentes de tráfico, por ejemplo), una mutua laboral (en el caso de accidentes laborales), o bien por la propia Seguridad Social (directamente o por medio de conciertos con centros privados). Dichas entidades, que marcarán los criterios de inclusión y exclusión para acceder a determinados servicios y exigirán resultados para https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2002-22188 © FUOC • PID_00255583 21 El informe neuropsicológico decidir hasta dónde siguen costeando la rehabilitación, también pueden soli- citar un informe neuropsicológico, generalmente enmarcado en el contexto de un informe más amplio en el que participen médicos, otros profesionales como médicos, fisioterapeutas, logopedas, terapeutas ocupaciones, trabajado- res sociales, psicólogos, etc. En ocasiones, alguna de las partes en un juicio, o el propio juez, solicitará un peritaje neuropsicológico para tomar determinadas decisiones procesales en situaciones relacionadas con la capacidad para tomar decisiones y la posibili- dad de una incapacitación legal, el alcance de secuelas derivadas de una en- fermedad o accidente y las posibles indemnizaciones, así como el grado de responsabilidad en la comisión de un delito. En estos casos, con frecuencia el paciente no será el destinatario del informe, y así se deberá hacer constar durante la evaluación. Por último, en el caso de menores de edad, las personas que tienen su tutela (generalmente, los padres) serán las destinatarias primarias del informe neu- ropsicológico, siempre en beneficio de su familiar. En líneas generales, deberemos tener en cuenta que un informe neuropsicoló- gico, como cualquier otro documento clínico o legal de importancia, es muy probable que pase a lo largo del tiempo por muchas manos, de personas con- cretas, profesionales e instituciones. Debido a ello, no debemos perder de vista la importancia que tienen el contenido y la forma del informe neuropsicoló- gico y la gran responsabilidad que ello supone para el neuropsicólogo. En cuanto a los destinatarios, en líneas generales, podemos dividir a los po- tenciales lectores del informe neuropsicológico en dos categorías: • Lectores�primarios: generalmente, se corresponden con el propio pacien- te, sus familiares directos, los cuidadores y los derivadores (o pagadores): médicos de la Seguridad Social y de mutuas y, en algunas ocasiones, abo- gados o jueces. Podríamos decir que los lectores primarios son aquellos a los que tendrá en cuenta el neuropsicólogo a la hora de elaborar el infor- me, generalmente por ser sus destinatarios principales. • Lectores�secundarios: entre los que estan todos aquellos profesionales que podrán acceder al informe a lo largo del tiempo, sin ser necesariamente los destinatarios iniciales. Entre los lectores secundarios destacan otros profe- sionales sanitarios, maestros, directores de escuela, trabajadores sociales, abogados o jueces. Como norma general, debemos tener en cuenta que el destinatario último del informe será el paciente, al haber sido este el objetivo de la evaluación neuro- psicológica y ser el poseedor de los datos confidenciales que este contiene. Lo habitual en muchos contextos es que se realicen, al menos, dos o tres copias del informe: una para el proveedor/derivador/pagador1, otra que constará en © FUOC • PID_00255583 22 El informe neuropsicológico la historia clínica del paciente en el centro en el que se ha llevado a cabo la evaluación, debidamente protegido y asegurado, y, por último, si así lo solici- ta, otra copia para el propio paciente. Lo solicite explícitamente o no, debe- mos siempre ser claros y éticos en la transmisión de información, indicando al paciente quién será el destinario del informe y dándole toda la información posible acerca de los resultados. (1)Siguiendo el Reglamento general de protección de datos (RGPD) del Parlamento Euro- peo y Consejo de la Unión Europea (Reglamento UE 2016/679). 2.2. Redacción y estilo del informe neuropsicológico La redacción y el estilo específico de un informe neuropsicológico dependerá de múltiples factores, entre los que podemos citar, al menos, los siguientes: • El destinatario del informe y el motivo de consulta. • El objetivo de la evaluación neuropsicológica. • Las características particulares de la institución. Entre estas, podríamos in- dicar algunas como la extensión máxima del informe, si el formato es ce- rrado (predeterminado) o abierto, si elaboramos el informe junto con otros profesionales que integran el equipo multidisciplinar, el tiempo disponi- ble para su elaboración, la incorporación o no de datos numéricos en el informe, etc. • La formación específica del neuropsicólogo, que determinará los construc- tos habitualmente utilizados, el uso o no de terminología relacionada con síndromes clásicos, el mayor o menor uso de la psicometría, etc. • El estilo y preferencias del neuropsicólogo a la hora de redactar: el uso del lenguaje, la preferencia por la descripción o por la enumeración de alteraciones y características, etc. • La pericia y la experiencia del neuropsicólogo. Debemos tener en cuenta que, con independencia de características como las anteriores, el estilo general de redacción debe ser formal y lo más objetivo po- sible. Por lo tanto, debe evitarse un lenguajecoloquial y el uso de manierismos y expresiones propias de este como, por ejemplo, el uso de la primera perso- na («considero que el paciente…») o de expresiones excesivamente subjetivas («podría tener un problema de atención…»). Debemos recordar, además, que el informe ha de ser comprensible, evitando la jerga y la ambigüedad en las expresiones, y facilitando la comprensión al destinatario. Debe ser conciso y preciso, dejando clara la información relevante y las recomendaciones y ob- jetivos futuros. https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=CELEX%3A32016R0679 © FUOC • PID_00255583 23 El informe neuropsicológico Algunos autores recomiendan el uso del «modelo del proceso de exposi- ción» (EPM, por sus siglas en inglés) ideado por Ownby (1992) a la hora de re- dactar el informe neuropsicológico. Desde este modelo, que enfatiza los crite- rios de calidad, orden y precisión, se plantea que el neuropsicólogo debe pre- sentar los resultados de la evaluación neuropsicológica partiendo de los datos ordenados de la observación y de las pruebas administradas, interpretándolos desde los constructos neuropsicológicos intermedios (memoria operativa, re- conocimiento, etc.) y orientándolas hacia el motivo de evaluación, con espe- cial interés en el apartado de juicio clínico, conclusiones y recomendaciones. En este sentido, el proceso de elaboración del informe neuropsicológico segui- ría al menos tres pasos: 1)�La�presentación�ordenada�de�los�datos�en�el�informe, entendiendo por datos no únicamente las puntuaciones de las pruebas administradas, sino to- das las observaciones realizadas durante la evaluación. Los datos deben pre- sentarse en un formato que sea claro, objetivo, fácilmente comprensible por el lector y evitando las incongruencias y ambigüedades. 2)�La�interpretación�de�los�datos�a�partir�de�los�constructos�neuropsicoló- gicos�que�representan. Es necesario no quedarse en la descripción en crudo de la conducta del paciente o su rendimiento en los test, por lo que el neuro- psicólogo debe hacer referencia a aquellos conceptos neuropsicológicos cuyo funcionamiento se está infiriendo a partir de la evaluación, tales como aten- ción, funciones ejecutivas, memoria a largo plazo, etc. En este sentido, debe- mos, primero, no asumir que todo el mundo conoce qué es la memoria ope- rativa, las funciones ejecutivas u otros conceptos neuropsicológicos, debiendo explicar o ejemplificar dichos constructos a partir de la ejecución del pacien- te cuando sea necesario. En segundo lugar, si realizamos una descripción por- menorizada de la ejecución del paciente en una prueba, debemos describir la ejecución del paciente en la tarea, no la tarea en sí. A continuación se pueden comparar dos ejemplos de exposición de los mismos resultados: Planteamiento incorrecto: «El paciente entendió desde el primer momento el criterio de clasificación (color) en el WCST y, cuando este cambió, fue capaz de plantearse diferen- tes hipótesis (primero número y luego forma) que comprobó hasta acertar, cometiendo algunos errores perseverantes en el proceso». Planteamiento correcto: «Muestra una buena capacidad para generar alternativas de res- puesta cuando esta no se ajusta al objetivo (flexibilidad cognitiva), beneficiándose del feedback proporcionado. Presenta una buena capacidad para categorizar en base a dife- rentes criterios». 3)�Relacionar�las�conclusiones�y�recomendaciones�con�la�interpretación�de los�constructos�intermedios. Debemos extraer las conclusiones únicamente a partir de la interpretación de los datos y los constructos neuropsicológicos relacionados, sin perder de vista el motivo de consulta. En general, es impor- tante evitar los saltos inferenciales en la explicación, evitando plantear ideas que no se desprenden directamente de la evaluación neuropsicológica. © FUOC • PID_00255583 24 El informe neuropsicológico Ejemplos de inferencias inadecuadas serían: «El paciente se ríe ante los comentarios del entrevistador, demostrando un buen sentido del humor». «El paciente presenta dificul- tades para conducir, debido a que las habilidades visoespaciales y la velocidad de pro- cesamiento de la información se encuentran comprometidas.» De la observación no se desprende necesariamente que el paciente tenga un gran sentido del humor, ya que la risa podría deberse a distintos motivos, tales como el nerviosismo o una desinhibición conductual. En el segundo caso, estamos estableciendo una relación de causalidad clara, cuando hay muchos más factores en juego que pueden condicionar la conducción del paciente. Frases como las anteriores podrían matizarse utilizando expresiones probabi- lísticas, o menos contundentes: «Las dificultades visoespaciales y la ralentización en la velocidad de procesamiento de la información podrían afectar eventualmente a la capa- cidad de conducción». Desde el Modelo EPM se plantean diferentes recomendaciones para seguir los tres pasos anteriores en la elaboración del informe con la mayor eficiencia posible: 1)�Utilizar�un�lenguaje�comprensible: es mejor emplear palabras de uso co- mún que tecnicismos o cultismos, y construir frases lo más parsimoniosas po- sibles, evitando la ambigüedad (por ejemplo, evitar expresiones como «dema- siados estímulos» o «posible heminegligencia»). Usar un lenguaje comprensi- ble y con expresiones frecuentes no significa, en absoluto, el uso de coloquia- lismos informales, pero sí implica elegir las expresiones adecuadas atendiendo al criterio de parsimonia y sencillez. Por ejemplo, es preferible indicar «el paciente presenta exceso de familiaridad, infantilis- mo y baja tolerancia a la frustración, compatible con un trastorno orgánico de persona- lidad de tipo desinhibido» que «el paciente presenta signos sugerentes de un trastorno orgánico de personalidad subtipo desinhibido, tales como exceso de familiaridad, infan- tilismo y baja tolerancia a la frustración». O «necesita ayuda para alimentarse debido a los problemas atencionales» que «muestra afectación en los subcomponentes de proce- samiento necesarios para completar con éxito la autoalimentación, tales como la aten- ción…». 2)�Evitar�la�jerga�neuropsicológica: es recomendable evitar en la medida de lo posible el uso de tecnicismos propios de la disciplina que, sin embargo, pue- den resultar incomprensibles a otros profesionales y familiares. Este aspecto puede resultar complicado, especialmente para los neuropsicólogos noveles, que todavía no son capaces de discernir con precisión qué términos pueden resultar comprensibles (o por lo menos deducibles) por no-neuropsicólogos y qué términos pueden ser crípticos. Por otra parte, el uso de tecnicismos es algo inevitable en cualquier disciplina especializada, ya que dichas palabras o expresiones hacen referencia a constructos teóricos esenciales y aportan unos significados para los cuales no siempre existe una equivalencia lingüística más sencilla. Una posible matización de este punto sería reducir al máximo el uso de tecnicismos y jerga, aportando una breve explicación adicional cuando sea necesario. En este sentido, podríamos señalar que es más adecuado comentar «el paciente presenta problemas para mantener la información verbal a corto plazo necesaria para completar la tarea (memoria operativa)» en lugar de «el paciente presenta problemas de memoria operativa, especialmente en el bucle fonológico». Otro ejemplo sería «se beneficia de ayudas/pistas a la hora de evocar información de la memoria reciente» en lugar de «se beneficia de claves de recuperación semánticas al acceder a la información almacenada». © FUOC • PID_00255583 25 El informe neuropsicológico 3)�Utilizar�palabras�y�expresiones�que�aporten�precisión�al�contenido: el uso de calificativos es muy frecuente a la hora de describir alteraciones neu- ropsicológicas. No obstante, el sobreuso de estos puede debilitar el potencial persuasivo del informe o restar credibilidad a los resultados de la evaluación. Las expresionesposible o probable tienen más sentido cuando se habla de diag- nóstico o pronóstico que en la exposición de resultados. Por ejemplo, decir que un paciente «muestra probables problemas en la memoria auto- biográfica episódica» resta credibilidad a la evaluación, al poner de manifiesto la insegu- ridad del que redacta el informe. En este sentido, el informe debe reflejar la confianza que tenemos en la evaluación, tanto si hablamos de puntuaciones en test como de ob- servaciones conductuales. Es necesario también evitar expresiones excesivamente vagas y generales, para no caer en el efecto Barnum. Esto es, que una misma frase o expresión pueda aplicarse a una gran mayoría de individuos. Ejemplos de frases vagas y generales serían «el paciente empeora a medida que aumenta la dificultad de la actividad», o «muestra un mejor rendimiento en la tarea de reconoci- miento que en la evocación libre». En líneas generales, todos rendimos peor si aumenta la dificultad, y el reconocimiento es más robusto que la evocación libre. 4)�Emplear�frases�cortas: es fundamental utilizar una estructura gramatical sencilla, tanto en lo referente a las frases como a los párrafos. En líneas gene- rales, las frases más cortas son también más comprensibles y efectivas a la hora de comunicar información. Evitar frases como «los procesos atencionales básicos, tales como la atención focalizada y sostenida, muestran un funcionamiento dentro de la media, mientras que aquellos procesos atencionales más complejos, tales como la atención alternante o dividida, se encuentran alterados, especialmente cuando la actividad en curso exige presión de tiem- po…». 5)�Presentar�una�idea�principal�por�párrafo: es importante recordar que un párrafo tiene que contener un pensamiento o idea unificada, apoyada en va- rias frases. Así pues, los párrafos deben estar compuestos de frases que contie- nen información estrechamente relacionada. Impacta negativamente al lector tanto el condensar muchas ideas diferentes en un mismo párrafo como repar- tir una misma idea entre varios. 6)�No�incluir�información�irrelevante: como se ha señalado anteriormente, el informe neuropsicológico recoge los patrones de respuesta de un paciente y los ordena de modo que conduzcan a unas conclusiones. Por ese motivo, no es aconsejable incluir información que no contribuya a dichas conclusiones, ya que esta puede confundir al lector del informe, no dejando claro cuál es realmente la información importante. Por ejemplo, la frase «no se observaron indicios de simulación o exageración de respues- tas» puede tener sentido en una valoración forense, pero no ser del todo apropiada en un informe evolutivo de un paciente que está recibiendo rehabilitación. Del mismo modo, mencionar «no se observa ideación autolítica» en un paciente que ha sufrido un ictus y sin antecedentes previos de enfermedad mental o alteraciones en el estado de ánimo © FUOC • PID_00255583 26 El informe neuropsicológico puede llevar a confusión y generar en el lector algo que se pretende clarificar o mini- mizar. En otras ocasiones, no obstante, sí que resulta relevante indicar las alteraciones o conductas que se encuentran ausentes en el paciente. Por ejemplo, señalar que «su rendimiento mnésico se encuentra dentro de la media» o «se muestra colaborador, no observándose comportamientos disruptivos» es absolutamente relevante al describir el patrón de puntos fuertes y débiles en un paciente que, por ejemplo, ha sufrido un TCE y, por tanto, podría presentar tanto problemas mnésicos como alteraciones de conducta. 7)�Gestionar�lo�mejor�posible�ambigüedades�e�inconsistencias: en una si- tuación ideal, la evaluación neuropsicológica debería generar una única ex- plicación parsimoniosa de las conductas del paciente. A la hora de la verdad, las funciones cognitivas y emocionales del paciente, inferidas a partir de su conducta, pueden tener su origen en diferentes disfunciones cerebrales junto con una gran cantidad de factores premórbidos como la personalidad y las estrategias de afrontamiento, el nivel intelectual, las alteraciones del estado de ánimo, los déficits sensoriales, el consumo de alcohol y otros tóxicos, la presencia de enfermedades médicas, etc. Además, debemos tener en cuenta la inestabilidad de determinados comportamientos o síntomas, que pueden estar sujetos a la fatiga, la motivación, el efecto de los fármacos, el contexto de evaluación, las propias fluctuaciones asociadas a la patología o las preocu- paciones del momento, por poner algunos ejemplos. La labor del neuropsicó- logo es proporcionar la mejor explicación posible del funcionamiento actual del paciente, no la única posible. En algunas ocasiones, es preferible y más ho- nesto reflejar en las conclusiones del informe nuestra propia incertidumbre, más que plantear una verdad absoluta, obviando cualquier otra interpretación razonable de los resultados. Por ejemplo, en un caso especialmente complejo, sería preferible indicar que «las altera- ciones antes señaladas podrían ser compatibles con una demencia de tipo fronto-tempo- ral» que «las alteraciones antes señaladas permiten establecer el diagnóstico de demencia fronto-temporal». 8)�Revisar�el�borrador�del�informe: aunque pueda parecer obvio, además de revisar el contenido debemos asegurarnos de que nuestro informe no contiene faltas de ortografía ni errores gramaticales. Una gramática pobre, por ejemplo con frases muy largas o mal construidas, no solo hace más costosa la lectura del informe, sino que mina profesionalidad del neuropsicólogo y debilita la confianza que puede depositar el lector en él. Así pues, es fundamental revisar siempre el documento que se va a enviar o a imprimir, asegurándonos las veces que sea necesario de que los datos que se exponen del paciente y la estructura y forma del informe son las adecuadas. Siguiendo este modelo, a continuación se presenta un ejemplo de un estracto de un informe poco profesional, adaptado de Vanderploeg (2014). Ejemplo de informe poco profesional El paciente es un varón agradable y colaborador de 26 años, que posee un rendimiento intelectual promedio. Las alteraciones cognitivas son el claro reflejo del impacto del daño cerebral sobre un cerebro en desarrollo. Se hallaron problemas específicos en la memoria a corto plazo y memoria verbal, así como un impacto general sobre las capacidades de atención y concentración que se traducen en la habilidad para focalizar, sostener la aten- ción en la tarea y no distraerse. La capacidad para resolver problemas y el razonamiento © FUOC • PID_00255583 27 El informe neuropsicológico lógico están bien desarrollados y las puntuaciones en estas habilidades no parecen indi- car una afectación debido a problemas de velocidad de procesamiento de información, al ser medidas con presión de tiempo. Muestra vulnerabilidad a la distracción tanto con estímulos externos como internos, es muy susceptible a la pérdida de información y, por lo tanto, tiende a cometer errores en las conversaciones y en la comunicación en general. El funcionamiento cotidiano se ha visto afectado debido al hecho de que ya no tiene confianza en sí mismo o en su ejecución, lo que se traduce en un grado sustancial de an- siedad, así como sintomatología general de depresión. Su funcionamiento se basa funda- mentalmente en su capacidad para utilizar el razonamiento lógico, así como su capacidad de análisis y síntesis para poder resolver situaciones problemáticas que le confunden. Probablemente, las primeras reacciones al leer el texto anterior sean de con- fusión y cierta molestia con su autor. Como podemos comprobar, las frases son excesivamente largas y con demasiados constructos y palabras técnicas en cada una de las oraciones. Simultáneamente, se utilizan algunas expresio- nes coloquiales tales como «agradable» y otras poco fundamentadas, o cuyo significado es oscuro, como puede ser el hecho de hablar de un «cerebro en desarrollo» (en un hombre de 26 años), «distracción conestímulos interno», etc. Asimismo, se vincula información de tal forma que induce a error, esta- bleciendo ausalidades cuando menos discutibles (por ejemplo, que la ansiedad y la depresión se deben necesariamente a su baja autoconfianza y que son las que determinan el impacto funcional) o proporcionando información irrele- vante (por ejemplo, haciendo referencia a la presión de tiempo o la velocidad de procesamiento de la información). Comparemos, sin embargo, el mismo caso redactado de otra forma. Ejemplo de informe profesional El paciente es un varón de veintiséis años que fue derivado para valorar su funciona- miento cognitivo y emocional actual, tras haber sufrido un traumatismo craneoencefá- lico dieciséis meses antes. Mostró un rendimiento dentro de la media en medidas de funcionamiento intelectual general y resolución de problemas complejos. Por el contrario, mostró dificultades significativas en tareas de atención sostenida y con- centración, así como en memoria verbal. Presenta un cuadro afectivo en el que destacan síntomas de depresión y ansiedad. Refiere problemas a la hora de comunicarse de forma efectiva con los demás, ya que tiende a malinterpretar señales sociales como resultado de sus procesos atencionales deficitarios y su tendencia a distraerse. Parece confiar, no obstante, en sus habilidades preservadas a la hora de afrontar los problemas de concentración y memoria. Autores como Hebben y Milberg (2009) proponen, en la línea de las recomen- daciones contempladas en el EPM, una serie de máximas que todo neuropsi- cólogo debe considerar a la hora de redactar un informe neuropsicológico: • Asegurarse�de�que�estamos�reflejando�las�puntuaciones�correctas�de�las pruebas. No solo se debe comprobar que el borrador y la transcripción de las puntuaciones no contienen erratas, sino también asegurarnos de que las puntuaciones que se proporcionan son las adecuadas para el objetivo del informe. En este sentido, la puntuación directa no ofrecerá informa- © FUOC • PID_00255583 28 El informe neuropsicológico ción útil por sí sola sin un marco de comparación; es decir, sin una pun- tuación estandarizada o un percentil. • Evitar�palabras�y�jerga�técnica. Utilizar un lenguaje comprensible y acla- rar los constructos que se utilizan, en la medida de lo posible. • Ajustar� la� longitud�del� informe�a�la�persona�que�lo�va�a�recibir. Así como al objetivo del informe. Por ejemplo, la extensión será diferente en una nota clínica evolutiva, un informe forense exhaustivo, un screening neuropsicológico, etc. • Incluir�los�datos�relevantes�de�la�historia. No obviar la información im- portante que puede condicionar la evaluación, como por ejemplo, la exis- tencia de un TCE previo, la presencia de una enfermedad mental, el uso de psicofármacos, etc. • Evitar�datos�irrelevantes. Tanto en relación con la historia del paciente como en el rendimiento durante la evaluación. • Hacer�una�descripción�física�y�conductual�del�paciente. Como com- probaremos más adelante, es fundamental incorporar una descripción de carácter cualitativo acerca de la colaboración del paciente, su comporta- miento durante la evaluación, la adecuación de su vestimenta, el aspecto físico, etc. • Nombrar�y�describir�las�pruebas�administradas,�así�como�su�puntua- ción. No en todos los formatos de informe será necesario, si bien es lo esperable tras una evaluación neuropsicológica exhaustiva. • Proporcionar�las�puntuaciones�de�todas�las�pruebas,�incluidas�las�que no�han�salido�afectadas. Es necesario caracterizar el perfil neuropsicoló- gico del paciente, y eso implica también describir aquellos procesos cogni- tivos en los que el rendimiento es normal o superior a la media, así como las puntuaciones neuropsicológicas que confirmen el hallazgo. • Considerar�todas�las�evidencias�para�interpretar�los�resultados�y�no�so- lo�las�puntuaciones�de�las�pruebas. Las fuentes de información del neu- ropsicólogo no se limitan a las pruebas y puntuaciones de los test, sino que la evaluación cualitativa debe desempeñar también un papel crucial en la interpretación de los resultados, aspectos en el que el grado de experiencia del profesional cobra gran valor. • No�vincular� las�puntuaciones�de� las�pruebas�a� la� localización�de� la lesión. Por una parte, las pruebas neuropsicológicas no valoran procesos cognitivos únicos (atención sostenida, memoria episódica), de modo que la puntuación en una sola prueba es insuficiente para determinar qué pro- ceso cognitivo se encuentra afectado. Por otra parte, los procesos cogniti- © FUOC • PID_00255583 29 El informe neuropsicológico vos están sustentados por redes cerebrales por lo que vincular la puntua- ción de una prueba con una región cerebral específica supone un salto in- ferencial inadmisible, con independencia de las asunciones previas acerca de cada prueba o el nombre con el que se la conozca, por ejemplo «batería frontal». • Proporcionar�recomendaciones�específicas�y�útiles. Las recomendacio- nes que se plasmen en el informe no deben ser generales o vagas («se re- comienda una asistencia en aquellas actividades de la vida cotidiana en las que necesita ayuda»), sino que deben aportar algo nuevo y útil a la situación del paciente, su tratamiento o el entorno. • Describir�cualquier�modificación�que�se�haya�realizado�respecto�a�las pruebas�y�el�impacto�que�pueden�haber�tenido�en�la�interpretación�de las�mismas. Por ejemplo, debe explicarse si se ha tenido que ampliar la hoja de respuesta debido a la existencia de un problema visual, si se ha prescindo de los tiempos marcados en las instrucciones de la prueba, se han adaptado los instrumentos de respuesta, por ejemplo el lápiz o tecla- do, o si debido a la presencia de un problema sensoriomotor se han tenido que utilizar componentes mayores en tareas manipulativas. 2.3. Terminología habitual Para cualquier persona no familiarizada con la neuropsicología, con cierta fre- cuencia los términos y constructos neuropsicológicos pueden resultar poco claros, confusos e incluso crípticos. La agenda visoespacial o la amplitud aten- cional pueden ser conceptos muy evidentes para un neuropsicólogo, pero to- talmente ajenos para la mayor parte de los lectores potenciales de un informe. Por no hablar de las pruebas neuropsicológicas habitualmente administradas, como el TMT, el test de Stroop o el WCST, la mayoría de ellas completamente desconocidas fuera del ámbito neuropsicológico. A diferencia de otros informes de corte psicológico, el aspecto único del infor- me neuropsicológico es la inclusión en él de puntuaciones de pruebas o de descripciones del rendimiento del paciente en estas. Para ello, debemos tener en cuenta, a la hora de transmitir la información, que nuestras conclusiones se basan siempre en una comparación. Esto es, para concluir que una deter- minada función está alterada o no, debemos realizar una comparación, que puede ser de dos tipos: 1)�Normativa: se trata de una comparación psicométrica en la que se compara el rendimiento del paciente en un test determinado con una amplia muestra de la población normal con características similares en función de la edad, nivel educativo, nacionalidad o grupo social, etc. En general, en las diferentes pruebas se suele asumir normalidad, esto es, la mayoría de la población tiende a obtener puntuaciones en torno a un valor central, disminuyendo progresi- © FUOC • PID_00255583 30 El informe neuropsicológico vamente en los extremos hacia arriba y hacia abajo de ese valor, formando la distribución que se conoce como campana de Gauss, por su forma caracterís- tica (figura 4). De este modo, aplicando el teorema de límite central, se puede calcular la posición del paciente en la curva a partir de su puntuación. A partir de ahí, puede obtenerse el valor estandarizado o percentil del paciente en esa prueba. Aquellas puntuaciones muy extremas suelen considerarse anómalas, especialmente cuando reflejan un mal rendimientoen la prueba. Figura 4. Campana de Gauss 2)�Individual: una comparación normativa con la población no proporcio- na información suficiente para identificar un déficit específico dentro de un mismo individuo (Schoenberg y Scott, 2011), puesto que la gravedad de las alterationes dependen del funcionamiento premórbido del paciente. Utilizar la comparación individual requiere, por lo tanto, conocer el nivel premórbido del paciente. Como generalmente no disponemos de informes neuropsicoló- gicos previos, utilizamos un conjunto de métodos para estimar el funciona- miento previo que pueden fundamentarse en variables demográficas (edad, nivel educativo, historia ocupacional), la entrevista realizada a la familia y al propio paciente, así como el rendimiento durante la evaluación en funciones que se conoce que son relativamente resistentes al daño cerebral o a la edad, por ejemplo tareas de lectura de palabras, vocabulario, etc. Además, el marco de comparación individual se emplea en la evaluación de la eficacia de las in- tervenciones y en la evolución del paciente, ya que permite establecer compa- raciones intrasujeto, es decir, del paciente consigo mismo. Comprender el uso de un marco de referencia normativo es fundamental para entender algunas de las expresiones habitualmente utilizadas en el informe neuropsicológico cuando se menciona el rendimiento del paciente en diferen- tes procesos cognitivos. Es habitual que se plasmen en el informe adjetivos o expresiones que sirven como descriptores del rendimiento del paciente. En este sentido, los descriptores pueden ser categóricos, «alterado» o «no alterado», si bien es frecuente cierta graduación del rendimiento: «leve», «moderado» o «grave». Esta graduación debe corresponderse con una determinada puntua- ción estándar o percentil en las pruebas que valoran dicho constructo (siem- © FUOC • PID_00255583 31 El informe neuropsicológico pre ayudado de la observación clínica), ya que juzgar el grado de alteración en una función implica siempre una comparación. Y esta se hace, generalmente, con el grupo normativo del paciente. En la tabla 5 se presenta una relación entre descriptores frecuentes y puntua- ciones centiles (Schoenberg y Scott, 2011). Tabla 5. Descriptores y referentes de percentil típicos Descriptor Referente percentil típico Muy superior Igual o superior al 98 Superior Entre el 91-97 Media alta Entre 75 y 90 Por encima de la media Percentil 68-82 (o algo por encima de la media, 51) En la media Entre 25-74. También entre 30-66 Media baja o normal-bajo Entre 16-24 Por debajo de la media Entre 16-27 (o algo por debajo de la media, 49) En los límites normales Igual o superior al 16, aunque por debajo de lo esperado en el sujeto Borderline/límite Normalmente entre 6-15 Límite bajo No se emplea habitualmente; similar a borderline Inusualmente bajo Entre el 3-9 Extremadamente bajo Menor o igual a 2 Alterado Típico, menor que el percentil 16 (también <=9) Alteración leve Típico, entre 6-15 (también entre 6-9) Alteración leve-moderada Entre 2-5 Alteración moderada Entre percentil 1-5. Más recientemente, entre 0,6 y 1,9 Alteración moderada-grave Entre 0,13 y 0,59 Alteración grave Típicamente, menor del percentil 1. Más reciente, <=0,12 Fuente. Adaptado de Schoenberg y Scott (2011). Cuando el marco de comparación es individual, o la valoración que se realiza es más cualitativa que cuantitativa, es recomendable utilizar en el informe descriptores categóricos en términos de «alterado» o «preservado» frente a «no alterado». No debemos perder de vista que las puntuaciones en las pruebas neuropsico- lógicas no prueban la existencia de una disfunción, pero permite rechazar al clínico la hipótesis nula, que es que el funcionamiento en un determinado proceso cognitivo es el normal. Ved también Recordad que podéis consultar las recomendaciones para re- dactar el informe neuropsico- lógico en el subapartado 2.2. © FUOC • PID_00255583 32 El informe neuropsicológico Más allá de los descriptores antes señalados, en un informe neuropsicológico es muy habitual encontrarse con expresiones y frases-tipo que, aunque gene- ralmente evidentes para un neuropsicólogo, no lo son tanto para alguien que no esté familiarizado con la lectura de informes neuropsicológicos. En la ta- bla 6 se presentan algunas frases que se emplean habitualmente junto con su significado. Tabla 6. Expresiones habituales que se incluyen con frecuencia en la redacción de un informe neuropsicológico Frase Significado Disfunción atencional-ejecutiva Problemas en atención/concentración, así co- mo solución de problemas, secuenciación, pla- nificación, razonamiento, insight, juicio e inhi- bición. Frecuentemente asociado a alteración en lóbulo frontal o en circuitos fronto-estriata- les. Por debajo de lo esperado La ejecución está alterada, si nos basamos en el funcionamiento premórbido del paciente (objetivado o estimado). Los datos no son consistentes con la existencia de una disfunción/lesión neurológica El estudio es generalmente normal. En caso de un rendimiento alterado, habitualmente se aporta una explicación de que la calidad del estudio puede ser pobre por diferentes moti- vos (enfermedad psiquiátrica, esfuerzo reduci- do, etc.). Los datos son consistentes/compatibles con disfunción cerebral [focal, difusa o lateralizada] Hay evidencia de disfunción. Se aporta la na- turaleza de la lesión o la etiología. Se encontraron alteraciones neuropsicológicas en [atención/memoria/lenguaje/habilidades visoespaciales/visoperceptivas/funciones ejecu- tivas]… … compatibles/consistentes con disfunción/ lesión en [región afectada] Resumen de las funciones o procesos altera- dos. Puede ir acompañado de determinación de la localización de la lesión o de la lateraliza- ción (izquierda/derecha). Los datos son consistentes con lo esperado Estudio normal en un sujeto que, en principio, no tiene identificada una patología neurológi- ca o psiquiátrica con repercusiones neuropsi- cológicas. Los datos son consistentes con disfunción/le- sión cerebral Estudio anormal. Las quejas no son debidas a problema psiquiátrico o a otros factores. El esfuerzo/implicación/atención en la tarea fue insuficiente Insuficiente esfuerzo por parte del sujeto. La calidad del estudio puede estar comprometida por simulación, disimulación, trastorno soma- tomorfo, etc. Lenguaje Habilidades receptivas o expresivas del lengua- je, incluye lenguaje espontáneo, repetición, escritura, lectura y prosodia, etc. No limitado al habla únicamente. Memoria (y/o aprendizaje) Habitualmente referido a sistemas de memoria declarativa, salvo que se especifique lo contra- rio. Presentes déficits neuropsicológicos. Se desco- noce la etiología, pero la más probable es [in- dicar] Estudio anormal. Se sugiere la etiología más probable en un paciente que no tiene un diag- nóstico hasta la fecha. Fuente. Adaptado de Schoenberg y Scott (2011). © FUOC • PID_00255583 33 El informe neuropsicológico Frase Significado No se han hallado déficits claros Estudio normal. Las quejas pueden ser debidas a problemas psiquiátricos, o a un reducido es- fuerzo del paciente. No se observan alteraciones neuropsicológicas significativas Estudio normal. Los resultados pueden estar influidos por [de- presión / ansiedad / estado de ánimo / enfer- medad psiquiátrica] Estudio normal. También puede haber altera- ciones (generalmente leves), pero claramente influidas por variables emocionales y motiva- cionales o psiquiátricas. La calidad del estudio es pobre, ya que [aquí descripción de por qué consideramos que fue pobre] La implicación en la tarea fue [pobre/inade- cuada/variable/por debajo de lo esperado] Nuevamente, puede hacer referencia al esfuer- zo del paciente, o a factores emocionales o psiquiátricos, como el anterior. No se observaron signos sugerentes de simula- ción o de exageración de los síntomas Se enfatiza que la calidad del estudio es bue- na. Las alteraciones presentes no