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712 Oncología ginecológica Principios de la radioterapia CAPÍTULO 28 PROPIEDADES FÍSICAS DE LA RADIACIÓN . . . . . . . . . . . 712 ASPECTOS BIOLÓGICOS DE LA RADIACIÓN . . . . . . . . . . 716 PRÁCTICA DE LA ONCOLOGÍA RADIOTERÁPICA . . . . . . . 719 Valoración inicial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 719 Aspectos básicos de la radioterapia fraccionada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 720 Radioterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 720 Probabilidad de control del tumor . . . . . . . . . . . . . 722 Combinación de radiación ionizante y quimioterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 724 Combinación de radioterapia y productos biológicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 724 Combinación de radioterapia y cirugía . . . . . . . . . 725 Respuesta hística normal a la radioterapia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 725 Carcinogénesis inducida por radiación . . . . . . . . . . 727 BIBLIOGRAFÍA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 728 Por más de 100 años los científi cos se percataron de los impor- tantes efectos biológicos de la radiación ionizante y su aplicación en seres humanos. Los progresos notables en las innovaciones tecnológicas junto con la investigación radiobiológica establecie- ron fi rmemente las bases de la radioterapia como una modalidad importante en el tratamiento oncológico. Se puede utilizar sola o junto con otras variantes en el tratamiento de trastornos diversos, cancerosos y benignos. La radioterapia se puede realizar por medio de: 1) haz externo; 2) por colocación de fuentes de radionúclidos en una cavidad interna, técnica llamada braquiterapia, o 3) por instilación de soluciones de radionúclidos. Las formas anteriores tienen enorme importancia en el tratamiento de diversas neoplasias en el aparato reproductor de la mujer (cuadro 28-1). Por ejemplo, el tratamiento con haz externo y la braquiterapia se utilizan como modalidades primarias en cánceres inoperables del cuello uterino, la vagina y la vulva. Como aspecto adicional, puede recomendarse el uso de radioterapia como tratamiento posoperatorio adyuvante (complementario) si es grande la probabilidad de recidiva regional. En el caso de cánceres del útero se recomienda a veces la aplicación de haz externo o braquiterapia como modalidades para emplear después de histerectomía, o en ocasiones como modalidad primaria en el caso de tumores inoperables. En el cáncer epitelial de ova- rio son pocas las indicaciones para aplicar radioterapia. En forma similar, es escasa la utilidad de la aplicación del haz externo en el tratamiento de tumores de células germinativas de ovario y neo- plasias trofoblásticas gestacionales (Soper, 2003). La radioterapia se usa frecuentemente para aliviar síntomas causados por metástasis de cualquier cáncer del aparato reproductor de la mujer. Por esa razón, a menudo se logra alivio del dolor, de hemorragia, de obs- trucción bronquial y de las secuelas neurológicas. PROPIEDADES FÍSICAS DE LA RADIACIÓN ■ Radiación electromagnética Los dos tipos de radiación electromagnética utilizada en la radio- terapia son los fotones y los rayos gamma. Se considera que ambas son ondas electromagnéticas o partículas individuales (cuantos) de energía. La dualidad mencionada se describe en la teoría de onda- partícula de la física cuántica que explica que la energía se puede transferir por ondas o por partículas. Se conoce a los fotones como rayos X y son producidos cuando una corriente de electrones choca con un “blanco” de número ató- mico “grande” como sería el tungsteno situado en el cabezal de un acelerador lineal (fig. 28-1). Los fotones en cuestión se utilizan en el tratamiento con haz externo. A diferencia de lo mencionado, los rayos gamma provienen de núcleos atómicos inestables y son emitidos durante la semidesinte- gración de materiales radiactivos llamados también radionúclidos, que se utilizan ampliamente en la braquiterapia (fig. 28-2). e−e− e− p+ np+ np+ n p+ np+ np+ n Electrón rápido Fo tón in cid en te Fotón emitido (disperso) Efecto Compton e− e− e− e− 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 71228_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 712 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 713Principios de la radioterapia CA P ÍTU LO 2 8 propiedades físicas. La radiación con partículas suele ser aplicada por medio de un haz externo, y cada tipo de partículas posee pro- piedades biológicas o físicas específi cas. Los electrones poseen carga negativa y depositan gran parte de su energía cerca de la superfi - cie, y por ello es escasa la dosis que llega al plano profundo. Son muy adecuados para tratar cánceres de piel o ganglios linfáticos con metástasis, como los ganglios inguinales afectados. Continúa Radiación con partículas Las ondas electromagnéticas se defi nen por su longitud de onda y las partículas, por sus masas. Para empleo en los humanos las partículas incluyen electrones, neutrones, protones, iones de helio, iones de carga pesada y mesones pi; salvo los electrones, que se apli- can en los modernos centros de oncología radiológica, solamente unas cuantas instituciones utilizan otras partículas en humanos. Las partículas son generadas por aceleradores lineales u otros generadores de alta energía diseñadas para investigación de sus Haz de electrones Haz de electrones HAZ DE ELECTRONES ElectronesFotones HAZ DE FOTONES Filtro por aplanamiento Aplicador de electrones Papel metálico dispersor “Blanco” metálico retraído Colimador primario Colimador secundario “Blanco” metálico (como el tungsteno) BA FIGURA 28-1. Esquemas de un acelerador lineal utilizado para generar radiación por haz externo. Se pueden generar haces de fotones o electrones. A. El método con haces de fotones es adecuado para tumores profundos como los del cuello uterino, que se señalan. La energía del haz se mide en millones de voltios (MV). B. La técnica con haz de electrones está indicada para lesiones superficiales como los ganglios linfáticos inguinales. La energía del haz se mide en millones de electrón/voltios (MeV). Cobalto Beta Gamma FIGURA 28-2. Los rayos gamma se emiten durante la desintegración nuclear del cobalto-60 y los rayos beta también se emiten pero no se usan en humanos. CUADRO 28-1. Características de la radioterapia en el tratamiento de cánceres del aparato reproductor de la mujer Intento Sitio Curativo Cuello uterino, vulva, vagina Complemento de cirugía Cuello uterino, vulva, vagina, útero Paliativo Metástasis que ocasionan síntomas: hemorragia, dolor, obstrucción 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 71328_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 713 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 714 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 de tratamiento. De ellos, giran 360° la grúa corrediza, el cabezal y la mesa para tratamiento. Estas características permiten usar el aparato en múltiples campos y ángulos para aplicar la dosis óptima a un tumor. Aparato de cobalto. En todo el mundo existen centros que tie- nen instalados aceleradores lineales para tratamiento oncológico, pero en unos cuantos centros en Estados Unidos y de países en desarrollo aún se cuenta con aparatos de cobalto (bombas) para aplicación de haz externo. El cobalto-60 es un isótopo artifi cial que experimenta semidesintegración nuclear y emite 1.17 y 1.33 MV de rayos gamma que depositan la energía máxima en un tramo menor de 1 cm por debajo de la superfi cie de la piel. Como conse- cuencia, el efecto “dermoprotector” del haz de Co-60 es menor que el de los haces de fotones generados por los aceleradores lineales. Además, la semivida del Co-60 es breve (5.2 años), y a menudo se necesita sustituirlo cada 4 a 5 años. la investigación clínica con neutrones, protones, iones de helio, partículas alfa, iones de carbono y mesones pi para tratar diver- sos tumores. Salvo los electrones, está todavía en el terreno de la investigaciónel tratamiento a base de radiación con partículas (Terasawa, 2009). Radionúclidos Los radionúclidos, llamados también radioisótopos (o isótopos radiactivos) experimentan semidesintegración nuclear y emiten: 1) partículas alfa de carga positiva; 2) partículas beta de carga negativa (electrones), y 3) rayos gamma. Los radionúclidos más utilizados en oncología ginecológica se obtienen en el comercio en unidades selladas como las de cobalto, cesio, iridio, oro y yodo o soluciones “al menudeo” de estroncio, yodo o fósforo (cuadro 28-2). El cesio y el iridio se utilizan a menudo en braquiterapia ginecológica. Equipo de radiación Acelerador lineal (Linac). Uno de los tipos principales de uni- dades generadoras de radiación es el acelerador lineal o linac; se le utiliza ampliamente en todo el mundo para aplicar un haz externo de radiación. Con el acelerador mencionado se producen haces de fotones y electrones (fi g. 28-1). En la modalidad de tratamiento con fotones, indicada para tumores profundos, se orienta el haz de electrones acelerados de modo que incida en un “blanco” metálico para gene- rar fotones con diversas energías. La intensidad del haz fotónico debe ser uniforme para el empleo en humanos y en ese sentido, se utiliza el fi ltro de “aplanamiento del haz”. En la modalidad de trata- miento con electrones, indicado en el caso de lesiones superfi ciales, el haz de electrones incide en una lámina fi na de plomo para disper- sión, en vez de hacerlo en un “blanco” metálico. Los aplicadores o conos “modelan” el haz de electrones. En los dos casos, la energía del acelerador se dirige a los tejidos que se busca radiar. La unidad utilizada para describir la energía de un haz de foto- nes es MV (un millón de voltios). La unidad de energía del haz de electrones se expresa con las siglas MeV (un millón de electrón/ voltios). Por costumbre se clasifi ca al acelerador con base en el número que corresponde a la máxima energía del haz electrónico disponible. Por ejemplo, la energía máxima del haz de electrones producido por un acelerador lineal de número 18 es de 18 MeV. La figura 28-3 señala un acelerador lineal con cuatro compo- nentes: gabinete, grúa corrediza, cabezal del instrumento y mesa S G H C FIGURA 28-3. Fotografía de un acelerador lineal que se utiliza en la University of Texas Southwestern Medical Center. El paciente está en la mesa de tratamiento (C). La grúa corrediza (G), la mesa del paciente y el cabezal (H) giran y permiten que los haces de radiación lleguen a los tejidos preseleccionados, en ángulos diferentes. S, caseta. CUADRO 28-2. Propiedades físicas y uso clínico de radionúclidos escogidos Elemento Energía por radiación en MeV Semivida Uso en clínica Cesio-137 0.6 30 años Braquiterapia Iridio-192 0.4 74 días Braquiterapia Cobalto-60 1.2 5 años Braquiterapia Yodo-125 0.028 60 días Braquiterapia Fósforo-32 1.7 14 días Instilación intraperitoneal Oro-196 0.4 2.7 días Instilación intraperitoneal Estroncio-89 1.4 51 días Metástasis óseas difusas MeV, millón de electrón/voltios. 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 71428_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 714 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 715Principios de la radioterapia CA P ÍTU LO 2 8 voltios (keV) por micra. Se clasifi can dentro del apartado de radia- ción con LET baja, fotones, rayos gamma y X, electrones, protones y iones de helio, porque los fenómenos ionizantes tienden a ser escasos. A diferencia de ello, la radiación con LET alta en que las partículas pesadas (neutrones rápidos, iones de carga pesada y mesones pi) generan cúmulos densos de ionización, tiene como resultado una acción biológicamente más lesiva. ■ Transferencia de energía por radiación electromagnética Cuando se utiliza la radiación electromag- nética en la práctica clínica diaria, ella esta- blece contacto con los tejidos por tratar y les transfi ere energía; tal transferencia genera iones al desalojar los electrones de los áto- mos dentro de los tejidos. En este proceso de la ionización la ener- gía se transfi ere a electrones rápidos, mismos que chocan con las moléculas vecinas para emprender un proceso biológico de daño por radiación. En la transferencia de energía participan tres mecanismos: 1) fotoeléctrico; 2) efecto de Compton, y 3) producción de pares (fig. 28-4). Según el nivel de energía de la radia- ción en su impacto, predominará uno de los tres mecanismos. Si la energía del impacto es poca (menos de 100 kV), predominará el efecto fotoeléc- trico que permite la expulsión de un elec- trón de su órbita. Después de la expulsión, el “hueco” es llenado por otro electrón de otra órbita más externa. La energía cinética expulsada del electrón rápido se deposita en los tejidos y los daña (por radiación). El efecto Compton predomina en el rango de energía media y grande (1 a 20 MV) y de los tres, es el más importante en la radio- terapia clínica. Con el efecto en cuestión la energía del fotón que impacta es mucho mayor que la del electrón de unión y como consecuencia parte de la energía del fotón es transferida al electrón que es expulsado de la órbita. El electrón rápido recién formado desencadena una serie de fenómenos que culminan en el daño biológico. Se genera la producción del par cuando un haz de fotones con extraordinaria ener- gía (más de 20 MV) impacta en el campo electromagnético del núcleo. El resultado es la formación de un par compuesto de un electrón de carga negativa y un positrón de carga positiva; si este último se lentifi ca e interactúa con el electrón de carga negativa quedarán anulados mutuamente, y como consecuencia, se generarán dos fotones que transcurren en direcciones contrarias, foto- nes que interactúan con tejidos para transfe- rir energía y producir daño biológico. ■ Transferencia de energía lineal y eficacia biológica relativa Cuando la radiación interactúa con los tejidos, surgen ionizaciones en toda la vía de transferencia energética. El índice de depósito energético en tal vía recibe el nombre de transferencia de energía lineal (LET, linear energy transfer) que se expresa en kiloelectron- FIGURA 28-4. Al impactar la radiación electromagnética los tejidos “preseleccionados” (blanco), se transfiere a ellos energía. Los tres mecanismos que intervienen en tal transferencia son el efecto fotoeléctrico, el efecto de Compton y la producción de pares. Los dos primeros efectos (A) y (B) originan electrones rápidos que emprenderán el proceso biológico de daño por radiación. A. En el caso del efecto fotoeléctrico, la radiación interactúa con un electrón de la órbita interna. B. Con el efecto de Compton la interacción se produce con un electrón de la órbita externa. C. En la generación del par, la radiación impacta las fuerzas nucleares del átomo para producir un par de positrón/electrón. Cuando más adelante el positrón se combina con un electrón libre, tales tejidos generan dos fotones que pueden ocasionar el daño por radiación. EFECTO FOTOELÉCTRICO EFECTO COMPTON DNA Electrón rápido Radiación electromagnética Electrón rápido Fotón emitido (disperso) PRODUCCIÓN DEL PAR Electrón Electrón Positrón Fotones de anulación e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– e+ e– e– e– e– e– e– e– A B C 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 71528_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 715 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 716 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 tratar a la persona real. Los ordenadores y las mediciones precisas han mejorado impresionantemente la capacidad de presentar en dos, tres, e incluso en cuatro dimensiones la dosis absorbida, y la cuarta dimensión sería el tiempo. La distribución de dosis suele expresarse gráfi camente en un “mapa” colorido, colocado sobre las imágenes radiológicas del paciente (pág. 720). Sin embargo, hay que destacar que los cálculos mencionados simplemente anticipan la dosis absorbida en una situación particular. Rara vez tiene utili- dad práctica para medir enla realidad la dosis in vivo, porque ello obliga a la introducción de sondas dentro del cuerpo del paciente. ■ Unidad de radiación El efecto biológico de la radiación guarda una correlación precisa con la cantidad de energía que absorben los tejidos. Por esta razón, es esencial cuantifi car la dosis de radiación absorbida. En la ter- minología antigua la unidad de dosis absorbida es el rad (dosis de radiación absorbida). En la actualidad, la unidad internacional para la dosis absorbida es el Gray (Gy). Un Gy es igual a 100 rad o 1 joule/kg. En la atención de personas las dosis de radiación para tratamiento curativo o paliativo son 70 a 85 y 30 a 40 Gy, respectivamente. ASPECTOS BIOLÓGICOS DE LA RADIACIÓN ■ La molécula de DNA es el sitio en que se manifiesta el efecto biológico de la radioterapia Los datos señalan que la molécula de DNA es el sitio en que la radiación ejerce su efecto biológico en las células de mamíferos. El daño de DNA abarca sus cadenas, bases y enlaces cruzados, pero la lesión característica es la rotura de las cadenas de la molécula de dicho ácido. Puede haber rotura de 1 o 2 cadenas. La rotura de una cadena (monocatenaria) aparece si la lesión abarca una sola cade- na, y es reparada fácilmente. Los biólogos de la radiación aceptan actualmente que la lesión más importante es la que se ejerce en las dos cadenas. Las roturas bicatenarias originan fragmentación de DNA cuando se producen dos o más “escisiones” en sitios con- trarios de la “escalera” de DNA. Conforme las células intentan reparar las escisiones catenarias pueden unirse de nuevo los seg- mentos de DNA de manera inexacta y ello ocasiona translocación, mutación o amplifi cación de genes. El número creciente de roturas bicatenarias guarda relación directa con la muerte celular. ■ Comparación de las acciones directas/ indirectas de la radiación ionizante Siempre que la radiación, por partículas o equipo electromagné- tico, penetre en un medio como los tejidos de un paciente, inter- actuará de forma directa con los átomos de la molécula de DNA y generará iones que desencadenarán el proceso de daño biológico; este efecto directo es predominante en el caso de partículas LET alta como protones, neutrones rápidos y iones pesados (fig. 28-6). Como otra posibilidad, en promedio, 70% de los efectos ioni- zantes de la radiación electromagnética con LET baja, como los fotones que se utilizan en el entorno clínico corriente, son indi- rectos, es decir, la energía es transferida desde la radiación electro- magnética a los tejidos del paciente, por intermediarios químicos. Los tejidos están compuestos en su mayor parte de agua, y la interacción entre la radiación electromagnética y las moléculas de Los biólogos, ante las diferencias que inducen la ionización, uti- lizan un parámetro denominado efi cacia biológica relativa (RBE, relative biologic eff ectiveness) para comparar los tipos de radiación. La RBE es la proporción de la dosis de radiación de referencia (comparativa) (típicamente rayos X o Co-60), con la dosis de ra- diación de prueba o desconocida (como neutrones). Se necesita cual- quiera de las dos dosis utilizadas en tal proporción para obtener un punto fi nal biológico preciso; por ejemplo, una fracción de una célula particular que sobrevive. Al elegirse un punto fi nal diferente, entonces el valor de RBE sería distinto (fig. 28-5). Con el uso de rayos X como radiación de “referencia” y los efectos citocidas como punto fi nal biológico, la RBE de neutrones es de 3 a 5; sobre tal base, la dosis de rayos X necesaria es 3 a 5 veces mayor que la de neutrones requerida para causar el mismo nivel de muerte celular. ■ Curva de profundidad/dosis La curva de profundidad/dosis ilustra específi camente la distribu- ción en dosis de un haz de radiación particular, en su penetración de los tejidos. Los radiooncólogos dependen de las características de tales curvas cuando seleccionan el haz de radiación con una energía apropiada para que llegue al tumor. Con el tratamiento de haz electrónico la dosis máxima queda muy cerca de la superfi cie y la dosis se distribuye en una forma decreciente “pronunciada” o intensa. Por esta razón, el tratamiento con haz de electrones está indicado para tejidos cercanos a la superfi cie corporal como el cán- cer de la piel o el que ha enviado metástasis a los ganglios linfáticos inguinales. En el caso de los fotones de alta energía la dosis máxima se deposita por debajo de la superfi cie. Más debajo de este punto, la dosis poco a poco disminuye conforme los tejidos profundos absorben la energía; ello explica el llamado efecto de “esquivamiento de la piel” de los fotones de alta energía. La mujer con un cáncer del aparato reproductor suele ser tratada con haces de fotones de 6 MV, como mínimo. Dosimetría La dosimetría es la disciplina de calcular la dosis de radiación que absorbe el paciente. Los cálculos dosimétricos se basan en medicio- nes de profundidad/dosis de los haces de radiación utilizados para 8 7 6 5 4 3 2 1 0.1 1 10 100 1 000 R B E 1 2 LET FIGURA 28-5. Gráfica que muestra la transferencia de energía lineal (LET) en función de la eficacia biológica relativa (RBE); esta última alcanza su máximo cuando llega a 100 keV/micra y varía según los puntos biológicos finales. La curva 1 muestra la supervivencia celular de 80%, en tanto que el punto final de la curva 2 es la supervivencia celular de 10%. 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 71628_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 716 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 717Principios de la radioterapia CA P ÍTU LO 2 8 ■ Muerte celular Después de la exposición a radiación, el daño celular induce la aparición de señales en que compiten la muerte con la supervivencia. La forma en que las células superan dicho factor lesivo es la que regirá su destino fi nal. Se con- sidera que una célula está biológicamente muerta cuando ha perdido su capacidad de reproducción. Las dos vías principales de muerte celular son la apoptosis y la muerte mitótica tardía; esta última es más frecuente después de exposición a radiaciones, y es característica de muchos de los cánceres con mutación en p53 (Erenpreisa, 2001). Apoptosis Se conoce también a la apoptosis como muerte celular programada o en interfase. Surge como un fenómeno natural en organismos normales, para limitar la prolife- ración celular y conservar la homeostasia. Se piensa que la disregulación del proceso apoptótico normal interviene decisivamente en la carcinogénesis y otras situaciones patológicas. Después de un fenómeno lesivo intracelular (estrés) como las roturas bicatenarias irreparables inducidas por radiación, en cuestión de horas se produce rápidamente una serie de fenómenos. Se observan aparición de “ampo- llas” o bulas en la membrana celular, formación de cuer- pos apoptóticos en el citoplasma, condensación de cro- matina, o fragmentación nuclear y “escalada” del DNA (Okada, 2004). La tendencia apoptótica depende funda- mentalmente de células y aparece en linfocitos, esperma- togonias, glándulas salivales y algunas neoplasias que reaccionan a la radiación. Se piensa que dichos tejidos tienen un “fenotipo proapoptótico” y por lo contrario las células con el “fenotipo antiapoptótico” son resistentes a la radia- ción. De este modo, los factores que dirigen las vías de muerte son las que rigen la sensibilidad intrínseca de la célula a la radiación. agua genera ion H2O+ que reacciona con el agua para formar un radical libre, que es el hidroxilo (• OH). Dado que el radical libre tiene un electrón no apareado, es altamente reactivo y transfi ere con facilidad energía a los tejidos y es precisamente la interacción entre los radicales hidroxilo y las moléculas DNA la que ocasiona el daño biológico. Sin embargo, para que el daño dentro del DNA sea permanente o “fi jo”, los radicales libres deben interactuar con el oxígeno. Sin la presencia de dicho gas, la lesión no será perma- nente porque sereparará, y este es el fundamento de la hipótesis de “fi jación de oxígeno”. Se sabe que el 95% de la energía deposi- tada por radiación electromagnética en los tejidos se produce en un tramo de 4 nm de la vía de ionización, es decir, unos 2 diámetros de la molécula de DNA. ■ Importancia del oxígeno La presencia del oxígeno es indispensable para que las células de los mamíferos respondan a la radiación de LET baja. La proporción de intensifi cación por oxígeno (OER, oxygen enhancing ratio) es la proporción de dosis necesarias para alcanzar la misma fracción de células supervivientes en entornos hipóxicos y óxicos. La OER depende del tipo de radiación y en el caso de que ésta sea con LET baja, la proporción de intensifi cación de oxígeno es de 2 puntos para dosis menores de 2 Gy, y 2.5 a 3 para dosis mayores (fig. 28-7). A diferencia de ello, la OER de partículas pesadas de LET alta, como los neutrones, es de 1.5; ello denota que la hipoxia del tumor asume menor importancia con la radiación con LET alta. F ra cc ió n de s up er vi ve nc ia 1 0.1 0.01 OER = 3 con dosis grandes 0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 Dosis (Gy) Entorno óxico Entorno hipóxico OER = 2 con dosis menores de 2 Gy FIGURA 28-7. Las células en un entorno óxico son más sensibles a la radiación que las que están en un medio hipóxico. Para alcanzar la misma disminución en la fracción de la supervivencia celular se nece- sitan menores dosis de radiación en un entorno óxico (curva roja) en comparación con las dosis necesarias en un entorno hipóxico (curva azul) (Modificada con autorización de Hall, 2003.) FIGURA 28-6. Acciones directa e indirecta de la radiación. A. Los electrones rápidos pueden impactar directamente DNA para causar daño. B. Como otra posi- bilidad, un electrón rápido interactúa con agua para generar un radical hidroxilo, que interactuará con DNA para dañarlo. DNA Electrón rápido Electrón rápido e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– e– ACCIÓN DIRECTA ACCIÓN INDIRECTA H2O • OH Radicales hidroxilo A B 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 71728_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 717 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 718 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 G2/M, las células dañadas tienen dos destinos: vivir gracias a la reparación del daño de DNA, o morir en la fase mitótica tardía. De manera específi ca, dicha capacidad de reparar el daño inter- viene en tumores con mutaciones en p53 (Erenpreisa, 2001). En un estudio en que participó un grupo pequeño de mujeres con cán- cer cervicouterino tratadas con radiación, aquellas con un punto de control disfuncional en G2/M presentaron un riesgo mayor de enfermedad progresiva, que las que tuvieron tal punto pero fun- cional (Cerciello, 2005). ■ Reparación celular La magnitud del daño y la reparación del DNA, y en consecuencia, la respuesta a la radiación, dependen, en parte, de la fase del ciclo celular (Pawlik, 2004). Después de exposición a la radiación las cé- lulas que sobreviven terminarán por reparar el daño. Se han des- crito dos tipos de reparaciones: la que corresponde a daño subletal (SLDR, sublethal damage repair) y la que puede ser potencialmente letal (PLDR, potentially lethal damage repair). Se han observado los dos tipos de reparación en tejidos normales y tumorales, aunque en la actualidad se desconocen los mecanismos moleculares de ambos. Reparación de daño subletal Cuando la dosis de radiación se divide en dos o más fracciones y entre ellas median algunas horas, las células cuentan con tiempo para reparar el daño y aumenta el índice de supervivencia; este tipo de reparación se completa en forma característica en término de 6 horas de haber ocurrido la exposición a la radiación. Durante la SLDR se han observado diversos procesos caracte- rísticos. Luego de la reparación inicial del daño subletal comienza la redistribución. En un tumor las células en proliferación están en fases diferentes del ciclo. Al exponerse a la radiación, las células que están en la fase G2/M son las más sensibles y quedan destruidas. Durante la redistribución las poblaciones de células que sobreviven comienzan de nuevo su evolución por el ciclo mitótico. De esta forma, todas las células dentro de un tumor se distribuyen por sí solas en fases diferentes del ciclo. Después de la redistribución se inicia de nuevo la mitosis. El último proceso que se observa en SLDR es la repoblación, que es la respuesta del tejido para reponer el fondo celular común (Trott, 1999). Reparación del daño potencialmente letal Después de la exposición a la radiación, algunas situaciones ambien- tales permiten contar con un lapso adicional para reparar el daño de DNA; en consecuencia, la exposición a la radiación, que en otras circunstancias causaría la muerte celular, queda “atenuada” y se convierte en “daño potencialmente letal”. En esos entornos las células pueden reparar el daño por esa causa y sobrevivir. Las situaciones como la disminución de los nutrientes o temperaturas más bajas que son subóptimas para el crecimiento, permiten tales lapsos más largos para la reparación. En las situaciones anteriores la incapacidad de las células para reparar los daños inducidos por radiación guarda correlación positiva con su sensibilidad última o defi nitiva a la radiación (Kelland, 1988). ■ Los cinco aspectos básicos en la biología de la radiación (las 5 R) Además de la reparación, redistribución y repoblación celulares, la cuarta R en la teoría biología de la radiación es la reoxigenación. La Muerte mitótica tardía El ciclo celular tiene cuatro fases que son G1, S, G2 y M (fig. 28-8). Como otra posibilidad, las células pueden estar en la fase G0 y quedan en un estado inactivo no proliferativo. Las células en fase de mitosis (M) y G2 son las más sensibles a la radiación. Por lo con- trario, las células en las fases G1 y S (síntesis de DNA) son menos sensibles (Pawlik, 2004). El ciclo celular es el que regula el crecimiento (proliferación) y división de cada célula. Los puntos de control de dicho ciclo asegu- ran la integridad de la división celular y una de sus funciones prin- cipales es identifi car el daño del DNA. Las células cuyo DNA ha presentado daño, a menudo son bloqueadas en el punto de control G2/M, cuando pasan de un ciclo a otro. En este punto de deten- ción se repara el DNA dañado. Sin embargo, si las células en cues- tión prematuramente se incorporan a la fase M antes de que se complete la reparación del DNA, y presentan cromosomas abe- rrantes, morirán en un intento de completar los dos o tres ciclos mitóticos siguientes. Por esa razón, la muerte en mitosis es tardía en comparación con la apoptótica que es más inmediata. Las células cancerosas inactivan sus propios “puntos” de con- trol y conservan su crecimiento y proliferación. Por ejemplo, las células de la ataxia telangiectasia muestran defectos en los puntos de control G1/S y G2/M, y por tal razón, las que tienen DNA dañado siguen en las fases siguientes del ciclo y como consecuen- cia, son extraordinariamente sensibles a la radiación. En las células cancerosas radiorresistentes expuestas a la radiación no se activa la apoptosis en el “punto de control” a nivel de G1/S. En el punto Mitosis División celular Inactividad celular Punto de control Punto de control Punto de control Replicación de DNA Mayor crecimiento celular y preparación para la mitosis Crecimiento celular, preparación para la replicación de DNA S M G1G2 G0 FIGURA 28-8. Ciclo de células de mamíferos. El ciclo contiene 5 fases: Go, G1, S, G2 y M. Las células “inactivas” en la fase Go reaccionan a seña- les de crecimiento, y se reincorporan al ciclo celular. La decisión celular crítica de iniciar un ciclo o desplazarse a Go se hace en el segmento ini- cial de G1. En cada fase del ciclo celular, los puntos de control aseguran la integridad y fidelidad de tales fases necesarias para la división de la célula. En caso de sufrir lesión del DNA, elpunto de control no permitirá que la célula siga a la fase S o M, hasta que se reparen los daños. Si el daño de DNA es irreparable, surgirá apoptosis. Los puntos de control defectuosos en muchos tipos de células cancerosas les permiten seguir “sin restricciones” por el ciclo y proliferar. 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 71828_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 718 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 719Principios de la radioterapia CA P ÍTU LO 2 8 la participación de múltiples factores que dañan el DNA. En este punto el segmento cuadrático curvo denota la probabilidad de que la muerte celular sea proporcional al cuadrado de la dosis. De este modo, los componentes de la curva de supervivencia ce lular se expresan en la forma de alfaD y betaD2. La dosis se califi ca con la letra “D”, pero alfa y beta son constantes. En la dosis, D = alfa/beta, existe una contribución igual a la muerte celular por parte de los segmentos lineal y cuadrático. A diferencia de ello, cuando se utiliza la radiación con LET alto, como el tratamiento con neutrones, la curva se transforma en una línea recta. Consecuencias clínicas de la proporción alfa/beta No todos los tejidos normales reaccionan en forma similar a la radiación; los que manifi estan reacciones a ella en términos de días o semanas de haber emprendido el tratamiento son califi cados de tejidos con respuesta temprana. Entre los ejemplos están aquellos con índices a velocidades grandes de proliferación como la médula ósea, los órganos de la reproducción y la mucosa del aparato diges- tivo. Sus valores en la proporción alfa/beta son grandes y se refl ejan por la inclinación neta en la fase inicial de la curva de superviven- cia celular. Al aplicar múltiples fracciones pequeñas de las dosis de radiación se amplifi ca el componente alfa de la curva, lo cual denota reparación de daño subletal. En consecuencia, con la pro- longación del tratamiento disminuyen las reacciones agudas tem- pranas. Por ejemplo, en personas a quienes se aplica radiación en el abdomen en que los tejidos mucosos reaccionan tempranamente, se prefi ere la prolongación del tratamiento. A diferencia de ello, los tejidos que responden tardíamente mues- tran reacciones clínicas únicamente semanas o meses después de haber completado la radioterapia. Los tejidos en cuestión respon- den en forma lenta a la reacción proliferativa y se ha planteado que estos tejidos de respuesta tardía están compuestos de células en G0 que es la etapa inactiva o quiescente. Entre los ejemplos están los de pulmones, riñones, médula espinal y cerebro. Los tejidos de respuesta tardía tienen una proporción alfa/beta baja; tal valor bajo signifi ca que la fracción de supervivencia celular disminuye extraordinariamente si la dosis por fracción es grande. Asimismo, se necesita más tiempo para que el tejido de respuesta tardía repare un daño subletal, que los tejidos de respuesta temprana. En con- secuencia, el empleo de una dosis alta por cada tratamiento de radiación fraccionada, puede fácilmente ocasionar complicaciones tardías graves. Por ejemplo, surge una mayor incidencia de mielitis si la médula espinal recibe una dosis grande de radiación en un lapso breve, es decir, una dosis grande por fracción. PRÁCTICA DE LA ONCOLOGÍA RADIOTERÁPICA ■ Valoración inicial En forma típica, los pacientes a los que se refi ere para consulta con el oncólogo radioterapeuta tienen ya un cáncer diagnosticado. En el comienzo son explorados por tal especialista y revisa sus estudios imagenológicos. A veces se necesitan más valoraciones oncológi- cas y sobre esa base se ordenan y practican. Si se juzga que es adecuado el tratamiento radioterápico los pacientes son atendidos como mínimo una vez por semana por el oncólogo radioterapeuta durante todo el ciclo de radiaciones. Una vez terminado el tra- tamiento el paciente es vigilado por el médico que lo envió y el oncólogo radioterapeuta. población de células tumorales está compuesta de elementos oxi- genados y otros hipóxicos. Las células situadas en un tramo de 100 micras en relación con los capilares sanguíneos están oxigenadas, pero si están más allá de ese límite están en hipoxia. Después de una dosis de radiación las células oxigenadas quedan destruidas por los productos intermediarios químicos que describimos en páginas anteriores (pág. 717). Después de la muerte celular el tumor se contrae y permite que las células hipóxicas queden dentro del radio de difusión de oxígeno de los capilares sanguíneos. De este modo, estas células que antes eran hipóxicas se oxigenan y mueren cuando se aplica otra dosis de radiación. La reparación del daño del DNA y, en consecuencia, la respuesta a la radiación de las células, reciben infl uencia de la hipoxia (Bristow, 2008). Existe una relación intrincada entre el ciclo celular, el meca- nismo de reparación de células y su radiosensibilidad. Los procesos anteriores son regulados por señales moleculares, razón por la cual algunos investigadores han planteado agregar una quinta R, que es la regulación molecular, a las cuatro clásicas erres o elementos de la biología de la radiación (Woodward, 2008). ■ Curva de supervivencia celular La curva de supervivencia celular es una representación gráfi ca de la fracción de células que viven de la aplicación de una dosis de radiación. En el caso de radiación con LET baja, se ha adoptado la curva lineal-cuadrática para explicar la relación. Dicha curva está compuesta de dos partes (fig. 28-9). El segmento lineal inicial de la curva muestra la probabilidad de que la muerte celular sea proporcional a la dosis de la radiación; esta supervivencia mayor con dosis bajas de radiación depende de la reparación del daño de DNA subletal que describimos en párrafos anteriores. En la región de las dosis altas la pendiente de la curva se intensifi ca por FIGURA 28-9. Curva de supervivencia cuadrática lineal de células de mamíferos. La supervivencia celular se expresa gráficamente en una escala logarítmica. La dosis (en Gy) se sitúa en una escala lineal. Se muestran las típicas curvas de supervivencia celular con LET bajo (curva azul) y radiación con LET (línea roja). Con las dosis de rayos X con LET bajo es plano el segmento alfa (lineal) de la curva y señala que la supervivencia celular es proporcional a la dosis. Sin embargo, conforme aumenta la dosis el segmento beta (cuadrático) muestra inflexión, lo cual denota que la supervivencia celular es proporcional a la dosis al cuadrado. A diferencia de ello, con la radiación con LET alta, como el caso de neutrones, la curva de supervivencia se rectifica totalmente. S up er vi ve nc ia d e la c él ul a Dosis (Gy) Segmento alfa Segmento beta Neutrones Rayos X 4 100 10–1 10–2 10–3 8 12 160 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 71928_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 719 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 720 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 peuta debe conocer la extensión exacta del cáncer por radiar y su relación con los tejidos normales adjuntos. La técnica en cuestión comienza con una revisión de los estudios imagenológicos del cáncer de la enferma. En los últimos decenios, las innovaciones tecnológicas en el equipo imagenológico, clínico y en los ordenadores, han facilitado enormemente la planeación y la aplicación de la radioterapia. Los instrumentos modernos inclu- yen los aparatos de tomografía computarizada (CT, computerized tomography), resonancia magnética (MR, magnetic resonance) y téc- nicas funcionales como la MR nuclear/espectroscopia; tomografía por emisión positrónica (PET, positron emission tomography) y la tomografía computarizada por emisión monofotónica (SPECT, single-photon emission computed tomography). Las técnicas anterio- res han permitido que el oncólogo radioterapeuta defi na en forma tridimensional una neoplasia y también los volúmenes de tejidos sanos (Chapman, 2001; Kewee, 2004; Zakian, 2001). Como paso siguiente se realiza una simulación enuna sala dedicada a ese pro- ceso, para defi nir los campos “anticipados” de tratamiento antes de una sesión real. En el proceso, se defi nen los cambios de posición del paciente, técnicas para inmovilizarlo y los campos terapéuticos. En la medida de lo posible, también se planean los bloques de radiación para “proteger” tejidos normales. Se utilizan para simu- lación los aparatos de rayos X y los tomógrafos computarizados. En el caso de muchos de los enfermos se prefi ere la simulación por medio de CT, que esté dentro de la sala mencionada. Se coloca a la persona en posición para el tratamiento y se rea- liza CT del área de interés. Más adelante, en cada una de las “reba- nadas” de CT computarizadas, el oncólogo radioterapeuta defi ne con gran cuidado las áreas anatómicas que deben recibir una dosis tumoricida y también las áreas anatómicas que estarán expuestas a una dosis menor. En estos preparativos se consideran los posibles riesgos en que pueden surgir complicaciones tempranas y tardías por la radiación. Una vez terminada esta fase, un dosimetrista radiológico utiliza planes computarizados para el tratamiento (software) para elaborar un plan óptimo; todo lo anterior suele ser un proceso reiterativo en que el médico y el dosimetrista tienen que concordar en una opción aceptable, lo cual denota una “disposición” óptima de los haces de revisión en el caso de radioterapia con haz externo o fuen- tes radiactivas en el caso de la braquiterapia; se denomina a esta fase optimización de la dosis. Un recurso particularmente útil en la planeación y la optimiza- ción de la radiación es el histograma de dosis/volumen (DVH); es un resumen gráfi co de la distribución de la dosis total en el cáncer y en estructuras normales. Por medio del DVH, el oncólogo radió- logo contará con información sobre: 1) si el cáncer será tratado adecuadamente con una dosis tumoricida, y 2) si cabe esperar que los tejidos normales vecinos reciban una dosis aceptablemente baja que lleve al mínimo las complicaciones del tratamiento. Además del DVH, suele utilizarse la radioterapia conforma- cional tridimensional (3D-CRT, 3-dimensional conformal radia- tion therapy) y con este procedimiento, las distribuciones de las dosis se expresan en mapas de dosis de radiación generados por un ordenador que se “superponen” a las imágenes obtenidas por CT (fig. 28-10); de este modo se obtiene una relación visual dosis- anatomía. Las distribuciones de dosis anteriores se producen para que el oncólogo radioterapeuta revise, ajuste y fi nalmente apruebe. El plan fi nal seleccionado es objeto de revisión por el físico en radiación, lo cual asegura que se lleven a la práctica los detalles físicos y técnicos. ■ Aspectos básicos de la radioterapia fraccionada Fraccionamiento estándar En los comienzos de siglo xx surgieron controversias en cuanto a dos estrategias diferentes para la aplicación de radiación en el trata- miento de cánceres de humanos. Una corriente recomendaba apli- car dosis de radiación masiva en un lapso breve. El sustento teórico es que el tumor con crecimiento rápido conservaba su capacidad de recuperación muy rápidamente después del daño causado por la radiación si no se aplicaba en la primera sesión una dosis tumori- cida (Th ames, 1992). Con un enfoque alternativo otros científi cos recomendaron aplicar dosis de menor cuantía durante muchos días o semanas como forma de llevar al mínimo los efectos adversos de la radiación. La controversia fue solucionada cuando Coutard (1932), junto con la investigación de otros científi cos, obtuvo buenos resulta- dos con la radioterapia fraccionada y como consecuencia, en Estados Unidos desde el decenio de 1950 se consideró como un método corriente o común administrar 1.8 a 2 Gy diariamente durante 5 días a la semana. Fraccionamiento alterado Los regímenes que incluyen un tratamiento que se realiza con una frecuencia que excede de una vez al día, se reservan para casos esco- gidos. En tales situaciones, puede lograrse un mayor control local del tumor y disminución del número de complicaciones a largo plazo, al “manipular” la magnitud de la fracción y el tiempo global en tratamiento. Tal manipulación ha originado muy diversos frac- cionamientos alterados. Se han utilizado dos estrategias importan- tes: hiperfraccionamiento y tratamiento acelerado. Con el hiperfraccionamiento se busca disminuir el daño tardío a tejidos normales, y sobre tal base, se aplica una dosis menor por fracción. Cada día se aplican dos o más fracciones. En el ciclo corriente de 6 a 7 semanas se produce una repoblación de célu- las tumorales y ello puede ocasionar fracaso del tratamiento. Para afrontar tal problema cabe recurrir a un esquema de tratamiento acelerado que comprende acortar la duración del tratamiento con la disminución en la dosis total o sin ella. Se acorta el lapso semanal usual de “descanso” o interrupción del tratamiento o incluso se elimina. A pesar de ello, con el tratamiento acelerado suelen surgir reacciones agudas y graves. De este modo, se necesita un periodo obligatorio de “descanso” a mitad del tratamiento (Wang, 1988). El fraccionamiento alterado ha sido estudiado en cáncer cer- vicouterino. El control tumoral, los efectos tóxicos tardíos y los resultados de la supervivencia fueron similares a los índices histó- ricos alcanzados con el fraccionamiento estándar (Grigsby, 2002; Komaki, 1994). Sin embargo, casi no fue tolerado, especialmente cuando se agregaron radioterapia de gran campo, quimioterapia, o ambos procedimientos (Grigsby, 1998; Marcial, 1995). ■ Radioterapia Radioterapia con haz externo El método en cuestión está indicado cuando es grande la zona por radiar; por ejemplo, los campos necesarios para tratar un cáncer cervicouterino avanzado en forma local puede cubrir toda la pelvis y a veces los ganglios que reciben linfa del plano retroperitoneal. La radioterapia conformacional describe la técnica particular que lleva al máximo el daño al tumor y al mínimo la lesión a los tejidos normales vecinos. Para alcanzar tal objetivo el oncólogo radiotera- 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 72028_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 720 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 721Principios de la radioterapia CA P ÍTU LO 2 8 en casos muy “directos”; por ejemplo, en la planeación anticipada de medios para combatir las neoplasias más comunes del aparato reproductor de la mujer el oncólogo radioterapeuta puede escoger una técnica de cuatro campos en la pelvis, de tipo estándar, con haces de fotones de 10 MV. Para control de calidad, se realiza cada semana o a veces todos los días, un estudio imagenológico de las regiones tratadas para corroborar que las confi guraciones del tratamiento son correctas. Estas imágenes de “portal” se realizan con el haz real usado en el tratamiento y se comparan con los fi lmes de simulación original. Si se advierten discrepancias se harán ajustes. El oncólogo radio- terapeuta también valorará a la paciente, como mínimo, una vez por semana, para identifi car reacciones adversas a la terapéutica, y en casos de surgir algunas agudas y graves, habrá que revisar los planes terapéuticos o puede estar justifi cada la interrupción del tratamiento. Radioterapia estereotáctica corporal. En los últimos 10 años, se ha utilizado frecuentemente en órganos como los pulmones, el hígado y la columna, una nueva radioterapia con haz externo que es la radioterapia estereotáctica corporal (SBRT, stereotactic body radi- ation therapy). Ésta utiliza un régimen hipofraccionado de 5 frac- ciones o menos (10 a 20 Gy por fracción). Al utilizar grandes dosis como las mencionadas por sesión de tratamiento, surgen grandes dudas en cuanto a la posible lesión que puede infl igirse a tejidos normales. Sin embargo, con los progresos tecnológicos como el caso de radioterapia guiada por imagen (IGRT, image-guided radiation therapy) se ha vuelto realidad la SBRT precisa y segura; durante esta última, el sistemaIGRT basado en linac utiliza la orientación imagenológica diaria de tipo regional “particulari- zada” (con un blanco); lo anterior se realiza durante el lapso en que la paciente está dentro de la sala del tratamiento. Si desde el último tratamiento cambiaron las posiciones de la enferma o del tumor, se pueden hacer ajustes antes de una nueva aplicación de radiación; esta estrategia de “tiempo real” puede superar factores técnicos como los movimientos de la paciente o de un órgano, y los cambios en el tamaño y la forma de la neoplasia durante el tra- tamiento; como consecuencia, mejora la precisión en la aplicación de la radiación. Braquiterapia Braquiterapia signifi ca tratamiento a poca distancia. Durante ella se introducen radionúclidos sellados o no sellados que se instilan en la neoplasia o muy junto a ella. Las dosis de radiación disminu- yen netamente al aumentar la distancia desde la fuente radiactiva. De este modo, la técnica en cuestión es más útil si son pequeños los volúmenes del cáncer, es decir, con dimensiones máximas que no alcancen 3 a 4 cm. Por la razón anterior por costumbre se practica la braquiterapia después de que ha disminuido el volumen de un gran tumor por medio de la radioterapia con haz externo. Braquiterapia intracavitaria, intersticial e intraperitoneal. Durante la braquiterapia intracavitaria se insertan en una cavidad corporal como el útero aplicadores que contienen fuentes radiacti- vas selladas como el cesio. Como otra posibilidad, la braquiterapia intersticial entraña la colocación de catéteres o agujas directamente en el cáncer y en tejidos vecinos, y el radionúclido típico usado es el iridio. En el caso de la braquiterapia intraperitoneal, se instilan soluciones como la de fósforo y oro (no contenidas en dispositivos sellados), en la cavidad peritoneal. En un intento para mejorar el aspecto conformacional de la distribución de la dosis, en particular alrededor de zonas cóncavas por radiar, se utiliza un sistema de planeación 3D-CRT más avan- zado, que ha sido llamado radioterapia modulada por intensidad (IMRT, intensity-modulated radiation therapy). Como resultado de esta mejoría la IMRT es capaz de disminuir los efectos tóxicos de la radioterapia en la pelvis, que se manifi estan en intestinos y vejiga (Heron, 2003). Para alcanzar dicho objetivo, el oncólogo radioterapeuta defi ne en primer lugar las dosis que se aplicarán al tumor y los tejidos normales y también las “limitaciones” de dosis a tales regiones. Se modula o cambia la intensidad de los haces de radiación por usar, con el auxilio de programas de ordenador particularizados; este proceso reiterativo recibe el nombre de planeación inversa. Por otra parte, con la estrategia tradicional de planeación anti- cipada el médico diseña los campos reales de radiación con base en datos imagenológicos, y selecciona los haces de radiación. En esta tarea, un ordenador calcula y expresa gráfi camente la distribución resultante de las dosis. En este punto el médico aceptará el plan o diseñará otro. Sin duda, esta estrategia es adecuada solamente A F 71.5 Gy 45 Gy B 66 Gy 36 Gy45 Gy FIGURA 28-10. Distribución de dosis en la radioterapia modulada por intensidad (IMRT) en una persona con cáncer en estadio T4 N2 MO en la vulva. La técnica en cuestión permite la aplicación de dosis tumori- cidas en la vulva y ganglios inguinales y se lleva al mínimo la radiación a los tejidos normales A. El área amarilla es el cáncer vulvar real en los ganglios linfáticos inguinales. Se muestran las dosis que se aplican a la vulva y la cabeza de los fémures (F) (flechas). Las dosis a ambas estructuras son 71.5 y 45 Gy, respectivamente. B. La zona rosa muestra los ganglios inguinales. Se muestran las dosis a los ganglios menciona- dos, la vejiga y al recto (flechas). Las dosis a las estructuras mencio- nadas fueron 66, 45 y 36 Gy, respectivamente. 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 72128_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 721 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 722 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 positivos retenedores para el material radiactivo, se introduce este último. En épocas pasadas el material en cuestión era transpor- tado en un pequeño vehículo protegido, hasta la habitación de la paciente, se “cargaba” en ella y después se extraía y devolvía a la estancia de depósito, después del tratamiento. Este método de “carga manual” incrementaba la exposición del personal hos- pitalario a la radiación. Por tal razón, se creó la técnica de carga remota y es la más usada hoy día; con ella, se hace llegar una sola muestra miniaturizada de iridio o cobalto de una zona protegida y segura. Un cable conector dentro del catéter coloca en forma exacta la fuente miniaturizada dentro de un aplicador introducido desde antes en la mujer. Cuando se aplica en realidad la radiación el personal queda fuera de la sala de tratamiento. Después de ter- minada la sesión se guarda dentro de la caja protegida, en forma automática, el cable con su “fuente” unida. Comparación de la braquiterapia con dosis bajas y con dosis altas. Por costumbre, la braquiterapia con dosis bajas (LDR) se realiza en el transcurso de días y para ello se necesita la hospitalización de la paciente. Sin embargo, en los últimos dece- nios ha tenido mayor aceptación la braquiterapia con dosis altas (HDR) y con esta técnica, el tratamiento sólo dura unos minutos. Se defi ne a “dosis bajas” como las situadas entre 0.4 y 2 Gy/hora y las altas, son las que rebasan los 12 Gy/hora. Por ejemplo, en un implante intracavitario contra el cáncer cervicouterino con una técnica LDR, se aplica continuamente durante varios días una dosis de 30 a 40 Gy. A diferencia de ello, con la técnica HDR se aplica una dosis equivalente en 3 a 5 fracciones cada semana. La dosis por fracción es de 6 a 8 Gy y se aplica en 10 a 20 minutos. Las diferencias radiobiológicas entre la braquiterapia de tipo LDR y la de tipo HDR se basa en el efecto de la frecuencia de apli- cación de las dosis. Al aumentar dicha frecuencia también mejora el control tumoral, pero se incrementa el daño a los tejidos normales, de respuesta tardía. Por tal razón y para evitar complicaciones tar- días, se aumenta el número de fracciones, de 1 a 2 en LRD, a 3 a 6 en la braquiterapia de tipo HDR. Al aumentar el número de las fracciones se cuenta con mayor tiempo para la reparación del daño subletal. Aún más, la dosis tumoral total aplicada en la braquite- rapia de tipo HDR en el cuello uterino es menor que la usada en LDR (Nag, 2000); la dosis se divide en fracciones breves, con lo que se ahorra a la paciente la hospitalización duradera, y se llevan al mínimo la inmovilidad de la persona y los fenómenos trombo- embólicos. Como aspecto provechoso en los tipos HDR o LDR de braquiterapia, el análisis a largo plazo ha señalado control tumoral y cifras similares de complicaciones tardías en mujeres tratadas por cáncer cervicouterino (Arai, 1991; Hareyama, 2002; Wong, 2003). ■ Probabilidad de control del tumor En el caso de muchos cánceres epiteliales, la probabilidad de que la radioterapia controle una masa cancerosa depende de: 1) el tamaño del tumor y su radiosensibilidad intrínseca y 2) la dosis de radiación y el programa de aplicación. Por ejemplo, dentro de un estadio par- ticular es más difícil el control de grandes tumores con la radiación, que los de menor tamaño (Bentzen, 1996; Dubben, 1998). Radiosensibilidad intrínseca Un hecho aceptado es que, en términos generales, la radiosensi- bilidad de un tumor depende de su tipo histopatológico (cuadro 28-3). Sin embargo, en el caso de neoplasias con una organización Braquiterapia temporal y permanente. En la variedad tem- poral de la braquiterapia los radionúclidos son extraídos del paciente después de un lapso preciso que va de minutos a días. Todos los implantes intracavitarios y algunos intersticiales son temporales. En la variedad permanente de la braquiterapia los radionúclidos permanecenhasta que muestran semidesintegración en los tejidos. El lapso que media hasta la absorción de la dosis varía con base en los isótopos utilizados, y va de una semana con el oro, a 6 meses con el yodo. Equipo. En el caso del implante corriente dentro de alguna cavi- dad del aparato reproductor de la mujer el equipo corriente incluye un aplicador llamado también tándem que se adapta a la cavidad uterina, un par de aplicadores vaginales conocidos también como ovoides, o como otra posibilidad, los colpostatos (fig. 28-11). Los tándem tienen curvaturas diferentes para adaptarse a las diversas formas de la cavidad uterina. En forma similar, se pueden ajustar capuchones de plástico en los ovoides y con ello corresponder a las diversas formas de la anatomía vaginal. El tándem y el dispositivo ovoide (T&O, tandem and ovoid) se colocan bajo anestesia general o con sedación y la persona consciente. Después de la colocación se carga en el tándem y los ovoides el material radiactivo, en forma manual o por control remoto. En la oncología ginecológica está indicada la braquiterapia con T&O en caso de cáncer cervicoute- rino y endometrial. Otro método intracavitario usa cápsulas Heyman que son retenedores largos de material plástico con un extremo en forma de cápsula. Estos dispositivos, que se utilizan en algunos casos de cáncer endometrial inoperable, incluyen la colocación de algunas cápsulas dentro de la cavidad uterina. Se agregan a fi nas varillas de acero semillas miniaturizadas de Ir-192 y se recargan mediante cada retenedor. En el caso de la implantación intersticial temporal, se colocan por técnicas quirúrgicas dentro de los tejidos escogidos catéteres de plástico fl exible o agujas metálicas para ser cargadas con semillas de Ir-192. Para que la distribución de la dosis sea óptima los catéteres o agujas deben quedar fi rmemente en su sitio y por esta razón suele emplearse un “modelo” o cartabón perineal. Los “modelos”, a pesar de que se utilizan con menor frecuencia que T&O, son adecuados para tratar a mujeres con cáncer avanzado, en caso de que la anatomía sea subóptima para la colocación de T&O, y en situaciones escogidas de cáncer recurrente. Comparación entre la carga manual y la remota. Durante la braquiterapia, una vez colocados en posición óptima los dis- Tándem Ovoides FIGURA 28-11. Fotografía de tándem y ovoides típicos que se utilizan en la braquiterapia del cáncer cervicouterino. La porción larga y fina del dispositivo (tándem) se introduce en la cavidad endometrial, y los cilin- dros blancos (ovoides) se sitúan en la zona proximal de la vagina. En los depósitos del tándem y los ovoides se carga el material radiactivo. 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 72228_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 722 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 723Principios de la radioterapia CA P ÍTU LO 2 8 Un método más conveniente de mejorar el aporte de oxígeno a los tejidos comprende la “manipulación” de la hemodinámica de vasos sanguíneos con carbógeno o nicotinamida. El carbógeno (95% de oxígeno y 5% de bióxido de carbono), es un preparado a base de oxígeno que tiene mayor capacidad de difusión intratumo- ral. El carbógeno inhalado de manera simultánea durante la radio- terapia con haz externo mejora la tensión de oxígeno dentro del tumor y es tolerado de modo satisfactorio (Aquino-Parsons, 1999). Como otra posibilidad, la nicotinamida es el derivado amídico de la vitamina B3 (niacina) y evita el espasmo vascular intermitente. En combinación, según se piensa, el carbógeno inhalado y la nicotina- mida ingerida mejoran el aporte de oxígeno a las regiones hipóxicas. Fármacos biorreductores. Los fármacos de esta categoría com- plementan la radioterapia e inician una serie de fenómenos bioquí- micos activados por la hipoxia. Tales fases hacen que los agentes citotóxicos destruyan de manera selectiva las células hipóxicas. En decenios recientes algunos señalamientos indican que son clínica- mente efi caces la mitomicina C y la tirapazamina (TPZ, tirapaza- mine) (Craighead, 2000; Nguyen, 1991; Rischin, 2001). A pesar de resultados tempranos promisorios, los obtenidos de un estudio de fase III que incluyó TPZ, cisplatino y radioterapia, en comparación con cisplatino y radioterapia, no produjo mejoría de los índices de supervivencia en personas con cánceres de cabeza y cuello (Rischin, 2005, 2010). El Gynecologic Oncology Group (GOG) ha completado la reunión de datos de un estudio de fase III en el cual se asignó en forma aleatoria a mujeres con cáncer cervicouterino para que recibieran cisplatino y además radiación con haz externo, u otro esquema con cisplatino, TPZ y radioterapia, aunque todavía no se han publicado los resultados (National Institutes of Health, 2010). Transfusiones de sangre. En la práctica clínica en personas que reciben radioterapia es conveniente que la concentración de hemo- globina sea, como mínimo, de 12 g/100 ml; para alcanzar tal obje- tivo, con la transfusión se mejora la hipoxia tumoral y se incre- menta la respuesta a la radiación. Por ejemplo, en una revisión de datos de un grupo de 204 mujeres con cáncer cervicouterino trata- das con radiación, 26% tuvieron una concentración de hemoglo- bina <11 g/100 ml antes del ciclo de radiación o durante el mismo, y recibieron concentrados eritrocíticos en transfusión. De las que recibieron transfusiones, sólo 18% pudieron conservar una concen- tración de hemoglobina >11 g/100 ml durante todo el tratamiento; dicho subgrupo de mujeres tuvo un índice de supervivencia quin- quenal sin enfermedad similar de 71%, en comparación con un grupo de pacientes que nunca necesitaron transfusión. El índice de supervivencia sin enfermedad fue sólo de 26% en aquellas que tuvieron anemia persistente. Sin embargo, no todas las pacientes obtuvieron benefi cio notable con la transfusión, en particular las que tenían ya metástasis ganglionares, estaban en estadio tardío de su enfermedad y la neoplasia tenía gran tamaño (Kapp, 2002). Como una situación precautoria habrá que señalar que la transfu- sión de sangre ocasiona a veces inmunodepresión y por ello puede empeorar los resultados en casos de neoplasia. Se han planteado innumerables mecanismos, que incluyen una respuesta infl amatoria (Varlotto, 2005). Eritropoyetina humana (recombinante). Además de la trans- fusión de sangre para corregir la anemia se ha utilizado la eritro- poyetina humana obtenida por bioingeniería. Sin embargo, desde el punto de vista clínico tal tratamiento no ha sido benefi cioso. En el estudio multiinstitucional de fase II del Southwest Oncology histológica similar, las respuestas a la radiación pueden ser muy variables. La heterogeneidad dentro de un tumor en particular pudiera explicar la respuesta diversa. Otro factor que interviene en la radiosensibilidad de un tumor es la capacidad de sus célu- las para reparar el daño por la radiación. Por ejemplo, se observó que una frecuencia menor de reparación de las escisiones del DNA bicatenario se correlacionaba con una mayor radiosensibilidad de los tumores (Schwartz, 1988, 1996; Weichselbaum, 1992). Las investigaciones recientes básicas sobre “traducción” indican que son múltiples los factores que rigen la radiosensibilidad tumoral y que probablemente se vinculan, pero no se les conoce en detalle. Los aspectos actuales de la investigación se orientan a las vías de reparación del daño de DNA, hipoxia, microambiente y respuesta inmunitaria (Glazer, 2011). Lapsos de tratamiento Cuando se necesitan intervalos largos para completar un ciclo frac- cionado de radioterapia es probable que disminuya el control de la neoplasia, particularmente en cánceres epiteliales de proliferación rápida. Por esa razón, hay que llevar al mínimo las interrupciones o los retrasos del tratamiento. En una revisión retrospectiva de 209 mujeres con cáncer cervicouterino en estadios I a III, tratadas con radioterapia, el control pélvico quinquenal y los índices de super- vivenciaglobal fueron mejores en las pacientes que completaron el tratamiento en menos de 55 días (87 y 65%, respectivamente) que en aquellas que tardaron más de ese lapso (72 y 54%, respectiva- mente) (Petereit, 1995). Hipoxia tumoral La hipoxia tumoral es un factor importante que ocasiona defi ciente control local de la neoplasia y disminución de la supervivencia en mujeres con cáncer cervicouterino (Brizel, 1999; Nordsmark, 1996). La relación íntima entre la hipoxia tumoral, la anemia y la angiogénesis, se demostró en una investigación en que participaron 87 mujeres con cáncer cervicouterino en estadios II, III y IV trata- das únicamente con radiación. De ese grupo, mostraron índices de supervivencia trienal menores aquellas que tuvieron un nivel de he- moglobina menor de 11 g/100 ml, una mediana de tensión de oxí- geno en el tumor (pO2) menor de 15 mmHg y un incremento en la trama microvascular anormal de la neoplasia (Dunst, 2003); por esta razón se han creado innumerables estrategias para superar la hipoxia tumoral. Oxígeno hiperbárico. No se ha demostrado efi cacia del oxígeno hiperbárico junto con la radioterapia en cáncer cervicouterino de estadios II y III (Dische, 1999). Además, ha surgido preocupación de que dicha forma de oxígeno en realidad pueda acelerar la proli- feración del tumor (Bradfi eld, 1996). CUADRO 28-3. Radiosensibilidad de algunos cánceres particulares Sensibilidad Tipo de cáncer Altamente sensibles Linfomas, disgerminoma, cáncer de células pequeñas, cáncer embrionario Moderadamente sensibles Carcinoma epidermoide (escamoso), adenocarcinoma Poco sensibles Osteosarcoma, glioma, melanoma 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 72328_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 723 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 724 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 del ciclo participan en la síntesis de dicho ácido y en consecuencia, un bloqueo les impide evolucionar. A pesar de ello, el resto de la población celular se sincroniza en la “frontera” G2/M y es sensible a la radiación. Gregoire y colaboradores (1994, 1999) observaron que la radiación era más efi caz cuando se aplicaba 24 a 72 horas después de administrar un análogo nucleósido como quimioterá- pico. En un estudio de fase III en que participaron pacientes de cáncer cervicouterino en estadios IIB a IVA, la frecuencia de la supervivencia sin que evolucionara el cáncer a los tres años fue de 74% en mujeres asignadas en forma aleatoria para recibir gemcita- bina y además cisplatino y radiación, seguidas por la gemcitabina complementaria, en comparación con 65% en mujeres tratadas con cisplatino y radiación combinadas, solas. También mejoraron los índices de supervivencia global y el lapso que medió hasta la pro- gresión de la enfermedad . Sin embargo, en 86% de las mujeres en el brazo del estudio surgieron efectos tóxicos graves que abarcaron dos fallecimientos por el tratamiento, en comparación con 46% en mujeres tratadas sin gemcitabina (Dueñas-González, 2009). Como consecuencia, surgieron graves preocupaciones de que el régimen fuera aceptado como un nuevo paradigma en el tratamiento del cáncer cervicouterino, sin modifi caciones (Rose, 2011). Taxanos Los taxanos, como el paclitaxel y el docetaxel disregulan la función de microtúbulos y bloquean las células en la frontera G2/M en que las células son más sensibles a la radiación (Mason, 1999). Los taxanos se han administrado junto con agentes de platino y radioterapia en pequeños estudios sin asignación al azar en que participaron pacientes con cáncer cervicouterino avanzado local- mente (Lee, 2007). ■ Combinación de radioterapia y productos biológicos Entre las clases de agentes biológicos, el cetuximab, es un anti- cuerpo monoclonal que inhibe al receptor del factor de crecimiento Group, con la eritropoyetina y los complementos de hierro no se produjeron incrementos adecuados en las concentraciones de hemoglobina y hubo preocupación adicional de que la eritropo- yetina incrementara el peligro de trombosis de venas profundas (Lavey, 2004; Wun, 2003). La darbepoyetina alfa es otra proteína que estimula la eritro- poyesis. En comparación con la eritropoyetina humana obtenida por bioingeniería, su semivida terminal es mucho más larga y ello permite que se administren dosis con menor frecuencia. Se observó que con la darbepoyetina alfa era menor el control tumoral en la fase III del estudio danés de personas con cánceres de cabeza y cuello tratadas con radiación. El estudio se interrumpió en 2006, fecha en que el análisis provisional indicó que el control tumo- ral era defi ciente (Overgaard, 2009). Se han publicado resultados similares con la epoyetina beta (Henke, 2003). Aún más, en una investigación de pacientes con cáncer tratados de 1991 a 2002 que recibieron epoyetina o darbepoyetina, el índice de transfusiones de sangre permaneció constante a nivel de 22%. Sin embargo, el 14% de los pacientes que utilizaron agentes estimulantes de la eritropo- yetina presentaron tromboembolia en comparación con 9.8% de quienes no la utilizaron (Hershman, 2009). ■ Combinación de radiación ionizante y quimioterapia Esta radiación como modalidad única rara vez logra control de cánceres avanzados localmente, como el del aparato reproductor de la mujer. Entre las causas están factores como hipoxia tumoral, metástasis a distancia e incapacidad de tejidos pélvicos para tolerar grandes dosis de radiación. Sobre tal base, durante muchos decenios se combinó a la radiación con la quimioterapia o la cirugía para mejorar el control de la enfermedad local y aminorar las metástasis a distancia. La radioterapia y la quimioterapia se pueden hacer simul- táneamente (combinada) o alterna. Pero con tal combinación tera- péutica, la prioridad debe ser los intentos de llevar a nivel máximo los efectos tumoricidas y a nivel mínimo los efectos tóxicos “sobre- añadidos” (Steel, 1979). En muchos estudios comparativos hechos en cánceres cervicouterinos y otros más, la combinación simultánea de radiación y quimioterapia mejoró el control del tumor local, con índices aceptables de complicaciones graves. En el tratamiento de los cánceres del aparato reproductor de la mujer, los más utilizados junto con la radioterapia son los compuestos de platino. Compuestos de platino La radiación y el cisplatino tienen al DNA como el sitio en que actuarán, al causar roturas en una o dos cadenas de dicho ácido y daño en las bases (fig. 28-12). Casi todas las lesiones son repa- radas, pero si un aducto de DNA inducido por cisplatino está muy cerca de una rotura monocatenaria inducida por radiación, el daño será irreparable y la célula morirá (Amorino, 1999; Begg, 1990). Además, la membrana de la célula radiada puede ser más permeable al carboplatino, con lo cual aumentará su captación del fármaco (Yang, 1995). Desde fi nales del decenio de 1990, el tra- tamiento estándar para el cáncer avanzado local del cuello uterino, recién diagnosticado, ha comprendido radioterapia y cisplatino (Keys, 1999; Morris, 1999; Rose, 1999). Análogos de nucleósidos Los agentes como la fl udarabina y la gemcitabina inhiben la sín- tesis y el metabolismo del DNA. Las células en la “frontera” G1/S FIGURA 28-12. Daño del DNA por radioterapia (esquina superior derecha) y por cisplatino (esquina superior izquierda). El cisplatino se une en forma covalente a las bases de DNA. La radioterapia puede generar roturas en una sola cadena. En caso de surgir solo cada fenómeno lesivo, posiblemente será reparado. Sin embargo, si ambos aparecen en puntos muy cercanos, el daño irreparable puede culminar en la muerte de la célula. Rotura monocatenaria inducida por radiación ReparaciónReparación Aducto de cisplatino/DNA Cisplatino Daño irreparable de DNA Muerte celular 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 72428_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 724 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 725Principios de la radioterapia CA P ÍTU LO 2 8 cedido las reacciones agudas de la radiación y esmás fácil la inter- pretación histopatológica de la pieza extirpada. Radioterapia posoperatoria Después de la cirugía, es posible anticipar la gran probabilidad de recidiva local gracias a factores como presencia de células neoplá- sicas en los bordes quirúrgicos, metástasis en ganglios linfáticos, invasión linfovascular y cáncer de grado alto en la clasifi cación oncológica. En tales casos puede ser ventajosa la radioterapia en el posoperatorio y en circunstancias óptimas se aplica 3 a 6 semanas después de la cirugía. Tal diferimiento permite la cicatrización ini- cial de la herida (Sedlis, 1999). El grado histopatológico se conoce y por ello se puede individualizar el tratamiento y se ahorra al paciente radioterapia innecesaria (Rushdan, 2004). Los campos de radiación deben abarcar el lecho quirúrgico, por la posibilidad de contaminación con células tumorales en el momento de la ope- ración. Radioterapia transoperatoria En contadas ocasiones se aplica radioterapia durante la cirugía, sea por braquiterapia intersticial o por un haz de electrones producido por un acelerador lineal particularizado instalado en el quirófano. La técnica en cuestión conviene en mujeres escogidas que tienen neoplasias repetitivas en su aparato reproductor. En forma típica, se aplica a la zona en peligro de recidiva o de la cual se sospecha la presencia de un cáncer residual, una sola dosis de 10 a 20 Gy (Gemignani, 2001; Yap, 2005). ■ Respuesta hística normal a la radioterapia En términos generales, la radioterapia no es tolerada satisfactoria- mente si: 1) es grande el volumen de tejidos radiados; 2) es alta la dosis de radiación; 3) es grande la dosis por fracción, y 4) la persona tiene edad avanzada. Además, la lesión de tejidos norma- les por la radiación se exacerba por intervención de factores como operaciones previas, quimioterapia simultánea, infección, diabetes mellitus, hipertensión y cuadros infl amatorios (p. ej., la enferme- dad de Crohn y la colitis ulcerosa). En términos generales, si se irradian tejidos con proliferación rápida como el epitelio del intestino delgado o la cavidad de la boca, transcurrirán unos cuantos días a semanas para que comien- cen los signos y síntomas clínicos agudos; ello se diferencia del caso de tejidos como músculos, riñones y sistema nervioso que tienen una proliferación lenta y tal vez no muestren signos de daño o radiación durante meses o años de realizado el tratamiento. Para evitar complicaciones graves en la práctica, los oncólogos radio- terapeutas deben depender de su experiencia clínica y utilizarán dosis de tolerancia publicadas respecto a tejidos normales, como orientación. Por ejemplo, para impedir las complicaciones graves en el recto y la vejiga en el tratamiento de mujeres con cáncer cervicouterino, se recomienda en los dos órganos, respectivamente, aplicar dosis que no excedan de 65 y 70 Gy (Milano, 2007). Epitelio y parénquima La atrofi a es la secuela más frecuente y constante de la radioterapia. Afecta todos los epitelios de recubrimiento que incluyen la piel y los que revisten los aparatos digestivo, respiratorio y genitourina- rio, y las glándulas endocrinas. Además pueden surgir necrosis y úlceras. epitelial (EGFR, epithelial growth factor receptor) que interfi ere en la reparación de roturas en la cadena de DNA. En un estudio de fase III el cetuximab y la radioterapia mejoraron los índices de su- pervivencia en personas con cánceres de cabeza y cuello avanzados localmente (Bonner, 2010). En Estados Unidos el GOG tiene en marcha un estudio de fase I de cetuxibam en combinación con cisplatino y radioterapia en mujeres con cáncer cervicouterino en estadios IB-IVA. Los resulta- dos preliminares señalan que esta combinación fue útil solamente en mujeres que recibieron radioterapia de la pelvis (Moore, 2011). Se estudia también a otros agentes como el gefi tinib y el erlotinib que son inhibidores de tirosina cinasa de EGFR; bevacizumab, que es un anticuerpo monoclonal que inhibe el factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF, vascular endothelial growth factor), y el sorafenib, que es un inhibidor de la tirosina cinasa del receptor de VEGF (del Campo, 2008; González-Cortijo, 2008). ■ Combinación de radioterapia y cirugía La radioterapia se puede aplicar antes de la cirugía, después de ella, o de manera simultánea. Con esta combinación es posible llevar al mínimo la extirpación quirúrgica y las complicaciones que conlleva. Por ejemplo, la combinación de radioterapia y cirugía en el cáncer vulvovaginal avanzado localmente permite a los cirujanos no hacer cirugía extensa como la exenteracion pélvica (Boronow, 1982). En forma típica, cuando está indicada la aplicación de radiación junto con la cirugía, se agrega alguna forma de quimio- terapia como elemento complementario. Radioterapia en el preoperatorio Los cánceres primarios tienden a infi ltrarse en forma local alrede- dor de tejidos normales, con extensión microscópica. Por la razón expuesta, es posible aplicar la radiación antes de la cirugía para dis- minuir la posibilidad de diseminación local/regional y distante del tumor y aminorar la posibilidad de que haya todavía células can- cerosas en los bordes operatorios. Para esterilizar las zonas de infi l- tración subclínica se necesita la aplicación de dosis de 40 a 50 Gy durante 4 a 5 semanas. No se espera que la radiación preopera- toria elimine las células cancerosas de la neoplasia principal en el momento de la operación, pero es frecuente advertir que no que- dan signos de cáncer en la pieza operatoria. En mujeres que acu- dieron por primera vez con cánceres no extirpables, la radioterapia preoperatoria puede transformarlas en personas elegibles para un intento operatorio (Montana, 2000). A pesar de las ventajas mencionadas, la radioterapia preopera- toria puede exponer innecesariamente a las mujeres a radiación, porque se desconoce el estadio patológico del tumor. Aún más, si en el momento de la operación el estado de los ganglios es normal, el clínico afronta el dilema de decidir si inicialmente hubo ganglios linfáticos que contenían tumor y que fueron esterilizados por el régimen preoperatorio. El punto anterior es importante, porque las mujeres que en el comienzo tenían metástasis en ganglios linfáticos tienden a enviar células cancerosas a distancia, lo cual, en forma típica, obligaría a emprender tratamiento ulterior. Otro problema que surge es el tratamiento de las mujeres con cáncer residual pato- lógicamente comprobado dentro de las áreas radiadas. El patólogo tal vez no pueda defi nir con precisión la viabilidad de las células residuales, en particular cuando se practicó cirugía poco después de la radiación. Por esa razón, se difi ere la cirugía y se realiza 4 a 6 semanas después de terminar la radioterapia. Para esa fecha han 28_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 72528_Chapter_28_Hoffman_4R.indd 725 06/09/13 21:4406/09/13 21:44 726 Oncología ginecológica SECCIÓ N 4 En las mujeres que conservan la actividad sexual después de radioterapia pueden ser benefi ciosos durante el coito lubricantes de base acuosa. Como aspecto de desventaja dichos lubricantes no tienen efectos sostenidos. De este modo, para mujeres con sequedad crónica de la vagina pueden ser mejores los humectantes vaginales que forman una capa lubricada en el epitelio vaginal y conservan la humedad durante 48 a 72 horas. Los humectantes se pueden utilizar diariamente o varias veces a la semana para conser- var la humedad de los tejidos vaginales. Como otra posibilidad en el caso de personas elegibles, se puede aplicar crema de estrógeno para mejorar los síntomas de atrofi a (cap. 22, pág. 597). Los productos mencionados pueden mejorar los cambios en la vagina, que aparecen después de la radioterapia. Sin embargo, en un estudio longitudinal de 118 pacientes se corroboró la persis- tencia de cambios adversos en la vagina y disfunción sexual en los dos años siguientes