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Resumen: Tripanosomiasis│Parasitología UC│Br. Alejandra A. Colmenares Tripanosomiasis La ‘’enfermedad de Chagas’’ o tripanosomiasis americana, es una protozoosis potencialmente mortal cuyo agente etiológico es Trypanosoma cruzi, descrito por Carlos Chagas, en Brasil, 1909. Además de T. cruzi se estudiará Trypanosoma rangeli, descrito por Enrique Tejera en Venezuela, en 1920. La mayoría de los autores aceptan que T. rangeli no es patógeno para el hombre. Sin embargo, en Venezuela es imprescindible conocer el diagnóstico diferencial entre ambos tripanosomas por cuanto los índices de infección humana son elevados, siendo frecuentes las infecciones mixtas por T. cruzi y T. rangeli, debido a que estos parásitos generalmente tienen la misma distribución geográfica y comparten los mismos vectores biológicos, por tanto en las áreas donde coexisten ambos parásitos, la frecuencia de infección por T. rangeli en los vectores, puede ser igual o mayor que para T. cruzi. Morfología: Durante su ciclo evolutivo T. cruzi presenta las siguientes formas: Forma tripomastigota: Se encuentra en la sangre del hospedador vertebrado y en la porción final del tracto digestivo del hospedador invertebrado, denominándose tripomastigotas sanguícolas y tripomastigotas metacíclicos respectivamente. El tripanomastigota sanguícola se encuentra libre en la sangre del hombre y de un gran número de otros animales como perros, rabipelados, cachicamos, roedores, etc., los cuales actúan como reservorios naturales del parásito. Esta forma parasitaria presenta pleomorfismo. En los preparados de sangre periférica al fresco se verifica que el tripomastigota se desplaza en la dirección de la porción libre de su flagelo, por lo tanto, la extremidad donde se proyecta este flagelo es considerada como la anterior. Por el tamaño, el contorno y el tipo de movimiento, especialmente de la membrana ondulante, se puede identificar al fresco un tripomastigota pero solamente en preparados coloreados se pueden distinguir los detalles de estructura. En los preparados fijados y coloreados con Giemsa u otros derivados del Romanovsky y vistos al microscopio óptico se puede observar que, de una manera general: La forma de tripomastigota de T. cruzi se presenta con un cuerpo alargado, casi siempre recurvado en “C” o “S”, citoplasma azul pálido, núcleo esférico que se colorea en rojo o rosado, ocupando generalmente la porción mediana del parásito. Sumergido en el citoplasma y próximo a la extremidad posterior, está la base del flagelo, este sigue en dirección anterior a lo largo del cuerpo del protozoario. En su recorrido es acompañado por una expansión de la membrana celular, la cual forma una hoja plegada, que es la membrana ondulante. Inmediatamente por detrás de la base del flagelo se visualiza el kinetoplasto en forma de bastonete grueso o Según los numerosos estudios realizados en el país, se puede afirmar que, con la excepción del estado Delta Amacuro, en todos los estados de Venezuela existe o ha existido transmisión de la enfermedad de Chagas. Desde finales de los años 90’s el Programa de Control de la Enfermedad de Chagas se encuentra en estado de desatención, no realizándose actividades seroepidemiológicas ni control de vectores. Se mantiene el diagnóstico centralizado de la infección y su detección en bancos de sangre. Es una enfermedad de notificación obligatoria. En T. cruzi, la división no se hace en la fase tripomastigota. El desplazamiento de la base del flagelo y del kinetoplasto, a lo largo del cuerpo del parásito, es el responsable de las modificaciones en la morfología del parásito en el curso de su ciclo evolutivo. Resumen: Tripanosomiasis│Parasitología UC│Br. Alejandra A. Colmenares redondeado, que se colorea en rojo oscuro, con un tono casi morado. En los tripomastigotas de T. cruzi es característico un kinetoplasto grande que aparenta pasar los límites del ancho del cuerpo, muy cerca del extremo posterior del parásito. El flagelo y la membrana ondulante son las organelas de locomoción del parásito. La forma tripomastigota de T. rangeli tiene extremidades muy afiladas. El kinetoplasto es pequeño puntiforme situado a cierta distancia de la extremidad posterior. La membrana ondulante es bien visible con 4 a 5 ondulaciones. El núcleo es oval o alargado generalmente en la parte media del cuerpo. Al igual que en T. cruzi, estas formas tripomastigotas de T. rangeli tampoco se multiplican. Forma epimastigota: Son formas de tamaño variable, presentan las mismas organelas que el tripomastigota, pero el kinetoplasto y la base del flagelo se sitúan por delante o a un lado del núcleo. El flagelo emerge lateralmente recorriendo el contorno del extremo anterior formando una pequeña membrana ondulante, para luego hacerse libre. La diferenciación entre epimastigotas de T. cruzi y T. rangeli se hace básicamente por el tamaño. Los epismastigotas de T. rangeli pueden alcanzar hasta 50 μm, en tanto que los de T. cruzi no pasan de 25 μm y además el kinetoplasto de T. cruzi es voluminoso, en forma de barra y el de T. rangeli es puntiforme o en forma de barra pero más pequeño. La forma epimastigota no se encuentra habitualmente en sangre periférica, apareciendo durante el ciclo evolutivo en el tubo digestivo de los invertebrados transmisores y en los medios de cultivos. Tiene capacidad reproductora, multiplicándose por división binaria, tanto en el insecto como en los cultivos. Forma amastigota: Es una forma pequeña, redonda u ovoide, de 2 a 3 μm en su diámetro mayor. El núcleo es muy visible y el kinetoplasto grande. Al microscopio electrónico se observa que el corpúsculo basal da origen a un flagelo rudimentario llamado rizonema, que permanece en el interior del parásito sin hacerse libre. Las formas amastigotas representan las fases de reproducción en el hospedador vertebrado de T. cruzi y pueden observarse en el interior de células de cualquier tejido, pero especialmente en células del Sistema Fagocítico Mononuclear (S.F.M.) y fibras musculares. En T. rangeli no existen formas intracelulares en los tejidos del hospedador vertebrado. Sin embargo, recientemente esta afirmación ha sido cuestionada por algunos autores. La forma amastigota de T. rangeli se observa en el intestino y en el interior de hemocitos en la hemolinfa del insecto vector. Biología: Estos parásitos además del hospedador vertebrado que está representado por el hombre y un número grande de mamíferos, necesitan de un hospedador invertebrado transmisor. 1. Los trasmisores son insectos hematófagos, de la familia Reduviidae, subfamilia Triatominae (chipos), los cuales al chupar sangre de los animales reservorios o del hombre enfermo, ingieren las formas tripomastigotas sanguícolas. 2. En el interior y a todo lo largo del aparato digestivo del triatomino, pasa de la forma tripomastigota a la de epimastigota, se multiplican bajo esta forma y posteriormente se transforman en tripomastigotas. 3. Estas nuevas formas predominan en la ampolla rectal del insecto, y son llamadas tripomastigotas metacíclicos, son las formas infectantes para el hombre y otros mamíferos. Este ciclo en el insecto transmisor se completa en un tiempo no menor de una semana. 4. Cuando el insecto pica e ingiere sangre, inmediatamente por un mecanismo reflejo de defecación elimina el líquido elaborado en sus túbulos de Malpighi (“orina”) y seguidamente las heces. Con estas excretas salen los tripomastigotas metacíclicos, los cuales son depositados cerca del sitio de la picadura. Resumen: Tripanosomiasis│Parasitología UC│Br. Alejandra A. Colmenares ✓ Se admite hoy que ellos tienen capacidad para atravesar la piel y penetrar a través de las mucosas, ya sea por el orificio de la picadura o ayudado por el rascado de la persona picada, atraviesa la piel y las mucosas (como la conjuntiva),los tripomastigotas metacíclicos penetran al nuevo hospedador e invaden las células cercanas al punto de penetración, siendo capaces de parasitar a cualquier tipo de células, principalmente fibroblastos e histiocitos allí existentes. 5. En el interior de la célula parasitada el tripomastigota metacíclico se transforma en amastigota. En esta fase el parásito inicia su multiplicación, por divisiones binarias sucesivas y en aproximadamente 5 días el citoplasma de la célula parasitada está completamente lleno. Es lo que se conoce como un “nido de amastigotas”, y comienza entonces una acelerada transformación hacia tripomastigotas. 6. Cuando todos los parásitos dentro de una célula alcanzan la forma tripomastigota, entran en un período de activo movimiento, lo que contribuye a hacer estallar la célula que los contiene, así los nuevos tripomastigotas pasan a la circulación y van a parasitar células de diferentes sistemas y órganos tales como: músculos estriados, con preferencia músculo cardiaco, sistema nervioso central hígado, bazo, ganglios y musculatura lisa. En estas células se cumple nuevamente el ciclo, dando así nuevos aportes de formas tripomastigotas a la sangre. Las formas tripomastigotas de T. rangeli ingeridas con la sangre por el triatomino, van a evolucionar a epimastigotas, sus formas de multiplicación, comenzando a reproducirse activamente en el intestino. Las formas epimastigotas invaden la cavidad celómica del insecto permaneciendo un tiempo variable en las células de la hemolinfa donde también se multiplican, para luego pasar a las glándulas salivales, donde adoptan de nuevo la forma tripomastigota. Estas formas son pequeñas y son las formas infectantes para el hombre y otros vertebrados. Inoculados por el chipo en el momento de la picadura, permanecen circulando en sangre, sin aceptarse hasta ahora la existencia de un ciclo tisular del parásito. La permanencia en el hospedador vertebrado puede durar hasta 2 años. Patogenia y patología: Luego de ingresar al organismo a través de una puerta de entrada cutánea o mucosa, los tripanosomas se diseminan por vía hemática o linfática y alcanzan distintas vísceras. La acción patógena inicial de T. cruzi en la fase aguda consiste en la ruptura de las células parasitadas, con posible liberación de una toxina, lo cual desencadena una reacción inflamatoria, caracterizada por vasodilatación capilar, edema e infiltrado difuso constituido por macrófagos, linfocitos, neutrófilos y eosinófilos. Esto ocurre a nivel de cualquier tejido, sin embargo, el T. cruzi tiene especial preferencia por las fibras musculares del corazón, por lo cual la sintomatología de la enfermedad de Chagas está dada principalmente por las alteraciones cardíacas. A consecuencia de la reacción inflamatoria y de una posible toxina, se producen alteraciones de las fibras musculares no parasitadas y, de las neuronas de los ganglios parasimpáticos subepicárdicos, lo cual origina trastornos del recambio iónico y de la excitabilidad, lo que se traduce por trastornos electrocardiográficos. En 1986 fue demostrada la presencia de epimastigotas de T. cruzi multiplicándose en el hospedador vertebrado, específicamente en el lumen de la glándula odorífera de rabipelados. Por primera vez queda demostrado que el hospedador vertebrado puede tener también un papel que siempre fue exclusivo de los insectos. Resumen: Tripanosomiasis│Parasitología UC│Br. Alejandra A. Colmenares En esta fase de la enfermedad, todas las capas de las paredes cardíacas son atacadas. Una vez controlado el proceso inflamatorio agudo, el miocardio readquiere su aspecto normal quedando focos de infiltración donde predominan linfocitos y plasmocitos. La patogenia de la miocarditis crónica chagásica es más compleja y no depende solo de la presencia del parásito. Se ha establecido que la destrucción de neuronas parasimpáticas durante la fase aguda, constituye la principal fase fisiopatológica de las graves secuelas que aparecen en la fase crónica y también está demostrada la importancia de procesos de autoinmunidad en la patogenia de las lesiones. Se han detectado antígenos comunes con T. cruzi en el endotelio vascular cardiaco y en las neuronas autonómicas del tejido cardiaco y digestivo. Las lesiones del tubo digestivo se traducen en los cuadros de mega esófago y megacolon, frecuentemente descrito en Brasil y Argentina. Desde el punto de vista patológico, en la fase crónica, los fenómenos resultantes del daño miocárdico serían: a. alteraciones de la motilidad de carácter segmentario y global. b. arritmias y trastornos de la conducción (por lesiones del sistema excitoconductor). c. incompetencia de las válvulas (por regurgitación valvular). d. insuficiencia cardíaca. El aumento del volumen del corazón es acentuado, pudiéndose llegar a cardiomegalias extremas por hipertrofia y/o dilatación de los ventrículos. En casos de dilatación, el corazón se hace flácido y adquiere la imagen radiológica de corazón en bolsa de hielo. Las trombosis intracardíaca parietales son frecuentes, particularmente en la punta del ventrículo izquierdo. También se describe la atrofia de la punta del ventrículo izquierdo, con disminución de su espesor, sustrato de los aneurismas de la punta, frecuente en el Chagas. El cuadro microscópico de la cardiopatía chagásica crónica es el de una inflamación crónica, con esclerosis progresiva como componente principal. Sintomatología: El período de incubación puede ser de 1 a 3 semanas. Pasado este tiempo, el individuo puede no tener una fase aguda aparente y sin embargo desarrollar tardíamente la fase crónica de la enfermedad. En otros casos se puede presentar la sintomatología característica del período agudo y, luego de un período variable de latencia, presentarse los síntomas de la fase crónica. Una amplia proporción, quizás la mayoría de los individuos parasitados, no presentan ninguna sintomatología o lesión aparente durante toda su vida y solo se descubre su infección por exámenes de laboratorio, especialmente exámenes serológicos. 1. Fase aguda: se observa el síndrome de puerta de entrada, es decir, las lesiones en el lugar donde han penetrado los tripanosomas. Cuando la penetración ha sido a nivel de la mucosa ocular se observa el complejo oftálmico ganglionar denominado signo de Mazza-Romaña, que se caracteriza por edema bipalpebral unilateral, conjuntivas hiperémicas, inflamación de las glándulas lagrimales y de los ganglios linfáticos satélites. Si la penetración ha sido a través de la piel se observa el chagoma de inoculación, que generalmente se presenta como una tumoración rodeada de un área edematosa y una adenomegalia satélite. Como síntomas generales hay fiebre, generalmente moderada, edema “duro” en las extremidades, hepatoesplenomegalia leve, adenomegalias con frecuencia no relacionadas con la puerta de entrada, y pueden aparecer exantemas. En lactantes pueden presentarse cuadros graves de meningo-encefalitis, generalmente mortales. Lo más característico de este periodo son los síntomas de miocarditis aguda, cuya intensidad varía de acuerdo a la gravedad del proceso. Puede haber dilatación de las paredes del corazón e insuficiencia cardíaca. La duración de la fase aguda sintomática es de cerca de un mes y hay recuperación espontáneamente en la mayoría o puede morir como ocurre frecuentemente en niños pequeños. El Chagas agudo, incluyendo Resumen: Tripanosomiasis│Parasitología UC│Br. Alejandra A. Colmenares los signos de puerta de entrada, se ven raramente en Venezuela después de la introducción de la Campaña de Control. 2. Fase crónica asintomática: sin patología demostrable (anteriormente conocida como fase indeterminada: Grupo A o Grupo I). Se define como la etapa preclínica, subclínica o inaparente en la que los pacientes pasaron la fase aguda en forma asintomáticao manifiesta, en los cuales la serología es positiva, pero no existe cardiopatía clínicamente comprobable, el examen físico cardiovascular y del aparato digestivo no demuestran signos patológicos manifiestos y los estudios complementarios (electrocardiograma, radiografía de tórax, prueba de esfuerzo; Holter, ecocardiograma, etc.) son normales según lo establecido para cada práctica. La infección se encuentra activa por el hecho de poder demostrarse los parásitos a través del Xenodiagnóstico. No ocurre cura espontánea, pudiendo pasar a la fase crónica sintomática, luego de un período con frecuencia prolongado, de unos 10 a 20 años. Esta es la forma clínica más frecuente (75%) y la más importante desde el punto de vista epidemiológico, detectándose en los estudios de campo y en los bancos de sangre. También se le denomina fase latente. 3. Fase crónica sintomática: Se observa en el 30% de los sujetos seropositivos. Dos formas clínicas se pueden observar en esta fase: la miocardiopatía crónica y las alteraciones del esófago y del colon denominadas mega esófago y megacolon. Miocardiopatía crónica (daño leve a moderado) Miocardiopatía crónica (daño severo) Megas (megacolon y mega esófago) (Grupo B o Grupo II, anteriormente forma compensada). Ocurre aproximadamente en el 15% de los pacientes seropositivos. Las alteraciones fundamentales son las arritmias, referidas por el paciente como palpitaciones y objetivables en el electrocardiograma como trastornos de la excitabilidad y de la conducción: bloqueos incompletos o completos de la rama derecha y de la subdivisión anterior de la rama izquierda del haz de His, bloqueo aurícula ventricular, extrasístoles, taquicardia sinusal. Las arritmias y los fenómenos tromboembólicos concurrentes, pueden llevar a la muerte antes de que se instale la insuficiencia cardíaca. En esta fase puede presentarse la muerte súbita, fundamentalmente por fibrilación ventricular. (Grupo C o III, anteriormente forma descompensada). Se aprecia en el 10-15% restante de los pacientes seropositivos. La progresión de la miocardiopatía chagásica está en relación directa con la edad del paciente, observándose actualmente en Venezuela los cuadros francos de la misma con mayor frecuencia, en edades superiores a los 50 años, mientras que antes de la Campaña de Control (en la década de los 50) se observaba ya a los 30 años. El corazón aumenta de tamaño, siendo esto de mal pronóstico. La insuficiencia cardíaca es similar a aquella de otras etiologías. Entre las lesiones más serias están las trombosis y las embolias producto del desprendimiento de trombos parietales, que son llevados a otros órganos. Las lesiones en los plexos mioentéricos autonómicos de Auerbach y Meissner de la musculatura del esófago y del colon, han sido detectadas con frecuencia en la enfermedad de Chagas. Esto lleva a la dilatación del esófago (y colon), determinando los cuadros de mega esófago y megacolon. Ambas megas se observan principalmente debajo de la línea ecuatorial (Brasil, Chile, Argentina). Nunca ha sido reportado en Venezuela, ni en los países del área continental del Caribe (Desde México hasta Colombia), posiblemente por razones dependientes del parásito. Resumen: Tripanosomiasis│Parasitología UC│Br. Alejandra A. Colmenares 4. Enfermedad de Chagas congénita: Esta presentación es producto de la transmisión del parásito durante el embarazo ya sea en etapa aguda o crónica de la enfermedad (transmisión vertical). La OMS estima que en Latinoamérica existen 2 millones de mujeres en edad fértil infectadas por T. cruzi, lo que representa el 25% de la población infectada. La incidencia de transmisión congénita es del 0.133%, lo que representa por lo menos 14.385 casos/año. La madre se puede encontrar en cualquier etapa de la infección al momento de embarazarse. En las etapas crónicas asintomática o sintomática se producen parasitemias oscilantes, existiendo por lo tanto riesgo de transmisión. No existe una correlación directa entre el grado de parasitismo placentario y la infección fetal. Puede existir infección congénita en embarazos sucesivos, como así también en gemelos, incluso se ha descrito infección congénita de segunda y tercera generación. Entre 70% y 80% de los recién nacidos (RN) infectados nacen asintomáticos. El RN sintomático presenta manifestaciones clínicas similares al síndrome de TORCH (Toxoplasmosis, Rubeola, Citomegalovirus, Herpes y sífilis) y debe considerarse esta infección dentro del diagnóstico diferencial de este síndrome. Dentro de la sintomatología se describe, RN puede ser prematuro o de término, de baja talla y peso para edad gestacional, destacando: hepatoesplenomegalia, ictericia, anemia, neumonía intersticial, compromiso variable del SNC (que puede manifestarse incluso sólo por alteraciones citoquímicas en el LCR), miocarditis, compromiso del fondo de ojos y de piel. La ausencia de síntomas al nacer, no implica ausencia de infección y de enfermedad a futuro, por el contrario, ese niño puede presentar, al igual que en la forma adquirida vectorialmente, meses o años después, manifestaciones de la etapa crónica de la enfermedad. Diagnóstico: 1. Clínico-epidemiológico: Los datos más importantes del interrogatorio son la procedencia de una zona endémica, el tipo de vivienda del paciente, el hecho de que haya sido picado o de conocer el “chipo”, “chupón” o”quipito”. Sin embargo, la mayoría de los pacientes no recuerda haber sido picado por el chipo. También debe averiguarse si hay antecedentes de transfusión sanguínea y si hay antecedentes familiares. En base a este diagnóstico clínico-epidemiológico se deberá establecer si la enfermedad se encuentra en fase aguda o crónica. Esta orientación es importante ya que la indicación de los métodos de laboratorio, varía según la fase de la enfermedad. 2. Diagnóstico de laboratorio: Existen métodos directos, indirectos y de concentración en cuanto a demostración del parásito. Por otra parte también existen métodos inmunológicos, auxiliares y paraclínicos, tales como radiología, la electrocardiografía y la eco cardiografía. En la fase aguda la parasitemia es relativamente elevada y por tanto los métodos de laboratorio más indicados son los de demostración del parásito. En la fase crónica, al contrario, estos métodos tienen poca utilidad ya que la parasitemia generalmente es baja. Durante esa fase son los métodos inmunológicos los más indicados, en los cuales se detecta anticuerpos específicos contra antígenos del parásito, pudiéndose detectar a partir de la cuarta semana de la infección. De acuerdo con lo establecido por la OMS, se debe realizar por lo menos tres pruebas inmunológicas diferentes y para ser considerado un paciente infectado por T. cruzi, debe dar positivo en al menos dos de ellas. Resumen: Tripanosomiasis│Parasitología UC│Br. Alejandra A. Colmenares Demostración del parasito (Métodos Directos) Demostración del parásito (Métodos de Concentración) Métodos Inmunológicos Examen de sangre al fresco: Con este método se pretende visualizar la presencia de parásitos mótiles circulantes en la sangre del paciente. La sensibilidad es menor que 50% para un solo examen y debe ser repetido varias veces para diferentes muestras de sangre de un mismo paciente para aumentar su sensibilidad. Extendido coloreado: Con este método se pretende identificar morfológicamente la especie de tripanosoma. Se utiliza cuando el examen al fresco resulta positivo. Gota gruesa: Con este método se pretende concentrar un mayor número de parásitos en un área reducida. Análisis de la crema leucocitaria: Consiste en centrifugar la sangre heparinizada del paciente y observar al microscopio la crema leucocitaria. Este método aumenta la sensibilidad del examen al fresco en la fase aguda. Triplecentrifugación: Consiste en remover los eritrocitos de la sangre heparinizada mediante centrifugaciones a baja velocidad y centrifugar el plasma recolectado a mayor velocidad para buscar los parásitos en el sedimento. La sensibilidad alcanza hasta un 70% en fase aguda. Centrifugación con silicón líquido. Técnica de Strout. Una vez retraído el coagulo, el suero recolectado se centrifuga para ver al microscopio el sedimento. La sensibilidad es de 95% en fase aguda. Hemaglutinación indirecta o hemaglutinación pasiva: El fundamento de esta reacción es la adherencia de antígenos específicos sobre la superficie de glóbulos rojos, que luego se aglutinaran al producirse la reacción entre el antígeno y el anticuerpo homólogo existente en el suero del paciente. Actualmente esta reacción está es una de las pruebas más utilizadas y recomendadas para estudios en seroepedemiológicos. ELISA (ensayo inmunoenzimático): Esta reacción es de muy alta sensibilidad, pero menos especifica en función de la calidad del antígeno utilizado. Es de gran utilidad porque permite revelar infecciones muy recientes. Reacción indirecta de anticuerpos fluorescentes (RIAF): Esta reacción por su sensibilidad puede ser comparada a ELISA, pero su laboriosidad y exigencia de equipo es mayor. Tratamiento: El tratamiento antiparasitario en la enfermedad de Chagas debe ser considerado en función de la fase de la enfermedad. Como la fase aguda de la enfermedad generalmente tiende a declinar espontáneamente en un 90%, esto ha llevado a conclusiones controversiales en los resultados de la administración de drogas. Sin embargo, ha sido posible lograr la curación parasitológica con seroconversión (pacientes serológicamente positivos, que se hacen negativos), en pacientes en fase aguda, con tratamiento antiparasitario. Por lo tanto, todo paciente en fase aguda debe ser tratado. En el tratamiento de esta fase se han empleado las siguientes drogas: a. Nifurtimox (Lampit) por 1 a 2 meses. b. Benznidazol (Rochagan, Radanil), por 1 a 2 meses. Estas drogas destruyen efectivamente los tripomastigotas sanguíneos y previenen la colonización de nuevos tejidos, de ahí su eficacia en la fase aguda. Sin embargo, sabiendo que la sustitución de tejido noble por tejido cicatricial y un componente auto inmune son el fundamento de la patología en la fase crónica, es evidente que los logros del tratamiento etiológico son limitados. Deben tratarse en estos casos los trastornos del ritmo cardiaco (arritmias ventriculares malignas como la taquicardia ventricular, muerte súbita resucitada) con drogas anti-arrítmicas como la Amiodarona, con la cual se obtiene más éxito, o con el Mexiletine. En casos de trastornos serios de la conducción, se requiere del uso de marcapasos. Resumen: Tripanosomiasis│Parasitología UC│Br. Alejandra A. Colmenares Vectores (Triatominos) Biología: Son insectos hematófagos. Rhodnius prolixus, tiene gran adaptabilidad a la vivienda humana típica de nuestras áreas rurales (ranchos) por tanto mantiene el ciclo de transmisión doméstica. Triatoma maculata, está relacionado al área peri doméstica, ya que se alimenta predominantemente de sangre de aves que son refractarias a T. cruzi y se encuentra en los gallineros. Sin embargo, puede alimentarse de sangre de otros animales y así mantener el ciclo de transmisión peri doméstica. Panstrongylus geniculatus, mantiene el ciclo de transmisión silvestre, pues su hábitat principal son las cuevas de roedores y otros animales silvestres. Morfología: El orden Hemíptera agrupa a insectos que se caracterizan porque todos ellos poseen una probóscide más o menos larga, adaptada para picar y chupar, la cual en reposo se mantiene doblada y adosada a la superficie inferior de la cabeza. En el acto de la picada se proyecta hacia adelante. Otra característica del orden Hemíptera es que generalmente tienen dos pares de alas bien desarrolladas. El primer par es membranoso solamente en su extremidad distal, ya que la base es gruesa y dura. Este tipo de alas reciben el nombre de hemiélitros y se pliegan una sobre la otra en la cara dorsal del abdomen. El segundo par es enteramente membranoso y queda oculto por los hemiélitros. Sub-Familia Triatominae (chipos), hematófagos estrictos. Probóscide un poco más larga que la cabeza y cuyo vértice descansa en un surco llamado estridulatorio, en la región ventral del tórax (prosterno). Las antenas están insertadas lateralmente en la cabeza. Rhodnius prolixus Triatoma maculata Panstrongylus geniculatus Tamaño aproximado: 20 mm. Color general pardo-amarillento con manchas marrón oscuro en varias regiones del cuerpo. Cabeza: prognata (alargada), ojos compuestos y multifacetados. En la región anteocular se implanta un par de tubérculos anteníferos lo cual caracteriza el género Rhodnius. La probóscide es recta y tiene tres segmentos. En la región postocular se observan los ojos simples (ocelos). Esta región se une al tórax por un cuello. Tórax. Visto por la cara dorsal, solamente se observa el pronoto ya que el mesonoto y metanoto están ocultos por las alas plegadas. Abdomen: De forma oval y sus bordes laterales aplanados presentan dibujos utilizados para la clasificación. Coloración general oscura con manchas amarillentas o color naranja pálido en diversas partes del cuerpo. La morfología general es semejante a la ya descrita para el R. prolixus, pero debe observarse que los tubérculos anteníferos se sitúan en la parte media de la región ante ocular, lo cual es característico para todos los ejemplares pertenecientes al género Triatoma. Ejemplares más grandes que los anteriores (aproximadamente 25-30 mm de largo). Coloración general amarillo claro con manchas negras en diversas partes del cuerpo. Los tubérculos anteníferos están muy próximos a los ojos compuestos, lo cual es característico para todos los ejemplares del género Panstrongylus. La especie P. geniculatus puede ser reconocida porque además del color amarillo claro, presenta sobre la parte media del pronoto una mancha negra que semeja un trébol de cuatro hojas y en el borde posterior de dicho pronoto, hay una franja transversal negra de margen anterior ondulado. Resumen: Tripanosomiasis│Parasitología UC│Br. Alejandra A. Colmenares
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