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sión intraluminal (como es el caso de la vejiga urinaria) o del volumen intraluminal (como ocurre con los pulmones). También existen fibras quimiorreceptoras situadas en el hí- gado, los cuerpos carotídeos y la mucosa intestinal. Apro- ximadamente el 85% de los axones del nervio vago son aferentes, y viajan hacia el núcleo del tracto solitario en el tronco del encéfalo, y hacia la región sacra de la médula espinal. Las señales de dolor visceral son transmitidas principalmente por las aferentes de la región pélvica. Los circuitos neuronales de las aferencias viscerales del SNA se organizan en circuitos reflejos que median las respuestas adaptativas de las vísceras (p. ej., la vasocons- tricción), o bien en circuitos que incluyen proyecciones as- cendentes hacia el encéfalo, lo que permite la integración de respuestas complejas como el control de la ingesta. FUNCIONES DE LOS SISTEMAS SIMPÁTICO, PARASIMPÁTICO Y ENTÉRICO El SNA controla la respuesta del organismo ante dife- rentes estímulos sensoriales o somatosensoriales a través de diversos reflejos viscerales y oculares. La integración de dichas respuestas en forma de patrones conductuales se logra gracias a la regulación central del SNA, que se inte- gra a nivel del hipotálamo, la amígdala y la corteza cere- bral. A continuación se mencionan algunos ejemplos de la participación del SNA en el mantenimiento de la homeos- tasis: Termorregulación. La temperatura corporal está suje- ta a un mecanismo de regulación sumamente preciso que consta de tres elementos: un sistema detector, un centro de integración y un sistema efector. Es importante señalar que la temperatura no es idéntica en las distintas regiones del cuerpo humano, y que puede variar no sólo dependiendo del ritmo circadiano, sino también del estado emocional, de la nutrición y del ejercicio físico que desempeña cada per- sona. Por tanto, el sistema termorregulador actúa en forma dinámica aun en condiciones basales. La temperatura del medio ambiente es percibida a través de receptores cutá- neos que proporcionan información necesaria para iniciar mecanismos compensatorios que evitan fluctuaciones excesivas de la temperatura corporal. Así, cuando la tempe- ratura corporal aumenta, se activa la respuesta de sudora- ción, mientras que ante el frío la vasoconstricción reduce el flujo sanguíneo cutáneo y se aumenta la retención de calor gracias a la piloerección. Las fibras aferentes que inervan a los termorreceptores periféricos ingresan a la región dorsal de la médula espinal, donde conectan con neuronas de la zona marginal, y ascienden por el tracto espinotalámico hasta el tálamo. Por su parte, las vías eferentes que parten del área preóptica establecen relevo sináptico en el hipotá- lamo, y posteriormente en la médula oblongada (bulbo), S I S T E M A N E RV I O S O A U T Ó N O M O 143 A Neurona motora somática B Músculo esquelético Neurona preganglionar Neurona posganglionar Ganglio autónomo Figura 8.2. Diferencias estructurales entre el sistema nervioso autónomo (SNA) y el somático. En el siste- ma nervioso somático los somas de las motoneuro- nas se localizan en la médula espinal o en los núcleos motores de los nervios craneales en el tron- co del encéfalo (A), mientras que en el SNA los somas se agrupan en los ganglios autónomos perifé- ricos (B).
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