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Procesamiento de la información sensorial La información que ingresa del mundo exterior y del cuerpo (interna) procedente de los receptores sensoriales correspondientes, consciente e inconsciente, puede ser de diferente calidad en cuanto a su significado e importancia, y es potencialmente, aunque no necesariamente, “desper- tadora”. Esta forma de información pone al individuo en relación con el ambiente y lo mantiene, además, en estre- cho contacto con su medio interno, sus vísceras, músculos y articulaciones. Durante el sueño las reacciones psicomotoras a estí- mulos del ambiente están claramente disminuidas. Nos encontramos relativamente aislados del ambiente. Sin embargo, desde el punto de vista electrofisiológico, la reactividad de los sistemas sensoriales a estímulos especí- ficos, medida con los potenciales provocados (evoked potentials) o las respuestas neuronales unitarias, es com- parativamente mayor durante el SL que durante la vigilia. Este hecho, en apariencia paradójico, se demostró en rela- ción con la información visual y auditiva. Los potenciales provocados auditivos talámicos y corticales tienen más amplitud en el SL, mayor que en la vigilia y que en el SP. El sistema auditivo es un sistema telerreceptor relati- vamente “abierto” durante el sueño. Esta posibilidad de entrar en contacto auditivo con el mundo exterior puede significar desde el punto de vista filogenético una adecua- da defensa o una reacción frente a un depredador. Datos experimentales derivados del estudio de la entrada al sistema auditivo a nivel del receptor y de la pri- mera neurona, apoyan la idea de que existe un ingreso pro- bablemente facilitado durante el SL. Cuando estudiamos la segunda y tercera neuronas de la vía auditiva clásica, núcleos coclear y de la oliva supe- rior, se obtienen cambios en las descargas neuronales seguramente consecuencia de procesamientos o modula- ciones realizadas a través del sistema auditivo descenden- te córtico-subcórtico-receptorial. Más aún, todo el sistema auditivo ascendente muestra variaciones porcentuales en su actividad neuronal unitaria durante el sueño, esto es, en el colículo inferior, en el núcleo geniculado medial y en la corteza primaria (Fig. 9.6). Es importante destacar que, hasta el presente, no hemos encontrado ninguna neurona auditiva que cesara sus descargas al pasar de la vigilia al sueño. Como se muestra en la Figura 9.6, las neuronas pueden aumentar sus descargas, disminuirlas o mantener- las similares a la vigilia. El SNC condiciona el ingreso de información senso- rial durante el sueño, y, a la inversa, la falta total de la entrada auditiva (animal sordo) produce alteraciones del sueño y la vigilia, incrementando ambas formas de sueño en detrimento de la vigilia (Pedemonte y cols., 1996). Consideramos que el cerebro dormido impone condi- ciones para el ingreso y el procesamiento de la informa- ción sensorial auditiva; más aún, nuestra hipótesis es que lo observado en el sistema auditivo puede ser válido para todos los sistemas sensoriales. La información sensorial procesada en estado de sueño durante el período temprano de la vida (días, meses) debe participar en la maduración del SNC, dado que en el sueño también ingresan –en gran medida– datos sensoriales. De esta manera, la actividad sensorial que llega al SNC durante el desarrollo ontogéni- co temprano y que ocurre mayoritariamente durante el sueño en un neonato, es un hecho relevante para comenzar a “esculpir” (madurar) el cerebro. SUEÑO Y ENSUEÑO Los estudios fisiológicos actuales demuestran que los ensueños aparecen regularmente durante todos los estadios del sueño (SL y SP). Seguramente, aquellos que se recuer- dan más fácilmente y, por lo tanto, se relatan con mayor frecuencia, son los correspondientes a los últimos SP de la mañana, previos al despertar. En el 85-90% de los desper- tares provocados durante un SP se obtienen relatos de ensueños, aunque lo mismo se observa en el 50% de los despertares desde las etapas del SL. La idea de que los ensueños del SP son extraños, aje- nos a la realidad, etc., parece provenir del escaso número de estudios en los que se basaba esta suposición. Los aná- lisis bien controlados realizados en laboratorios de sueño demuestran que durante el SP también existen ensueños relacionados con experiencias comunes de la vida diaria. Investigaciones recientes sostienen que el contenido de los ensueños que se registran en SL y SP es igual, siempre que tengan la misma duración. Para demostrar este hecho se han comparado ensueños de duración equivalente, y se ha observado que este factor cuantitativo es determinante: cuando el relato de un ensueño en SL y otro en SP tienen la misma duración, no se observan diferencias de conteni- do entre ellos. Estos conceptos llevan a postular la exis- tencia de un solo sistema generador de ensueños que funciona a través de las diversas etapas del sueño. Por otra parte, es preciso resaltar la coherencia y la organización temática de cada ensueño, que dejan pocas dudas de que los ensueños son realmente productos de un cerebro que funciona organizadamente. Los contenidos temáticos de los ensueños cuentan con imágenes visuales en un 100% de los relatos, en tanto que el 65% poseen sensaciones auditivas, y en menores pro- porciones se asocian a otras modalidades sensoriales (Fig. 9.7). En algunas ocasiones, dependiendo del sistema sen- sorial involucrado, las informaciones del ambiente pueden “entrar” en un ensueño y formar parte del relato. La impor- tancia del sistema auditivo, permaneciendo siempre “abierto”, es la posibilidad de controlar continuamente el ambiente sonoro. La Figura 9.7 también da cuenta porcen- tual de los componentes afectivos presentes en los relatos de ensueños. Aunque las fuentes de ensueños específicos son aún un enigma, podemos decir en general que éstos se forman a partir de: 1) posible información genéticamente trasmiti- da, 2) aquello que posee el individuo ya almacenado en su memoria, y 3) posibles intrusiones de información senso- rial desde el mundo exterior o desde el propio cuerpo, en F I S I O L O G Í A D E L A V I G I L I A Y E L S U E Ñ O 157
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