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FISIOLOGÍA HUMANA-224

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Otro de los conceptos propuesto por los investigadores de
este campo es la existencia sólo de dos formas de memo-
ria: memoria de corta duración (MCD) y memoria de lar-
da duración (MLD). La primera se refiere a sistemas que
retienen información sólo de manera temporal, mientras
que la segunda hace referencia a la retención de informa-
ción más o menos permanente. 
En el grupo de procesos mnésicos que constituyen la
MCD encontramos la memoria de trabajo, la cual se des-
cribe como un espacio de trabajo en el cual se mantiene
información mientras ésta es procesada. Esta información
puede provenir de la MLD y de información recién adqui-
rida que se está incorporando o se está utilizando durante
periodos cortos de tiempo para luego desecharla. Por
ejemplo, en el caso de una dirección a la cual debemos de
dirigirnos, esta implica un conocimiento de ciertas rutas, o
la zona por la cual accederemos a la calle de la dirección,
pero una vez que llegamos al domicilio buscado, esa infor-
mación puede ser desechada. El conocimiento de la zona
en donde está la dirección esta relacionada con la MLD, el
de la dirección nueva con la MDC, y ambas se encuentran
situadas en la memoria de trabajo mientras se accede a la
casa buscada.
Se considera que la memoria de trabajo puede atender
diferentes tareas de manera simultánea, en un proceso en
paralelo. Esto es, se puede buscar una dirección, sostener
una conversación y conducir un automóvil. 
La MLD se puede dividir en dos procesos: la memoria
declarativa y la memoria de procedimientos. La memo-
ria declarativa es la que puede ser accesible directamente de
la recolección de la conciencia a través del lenguaje. La
memoria de procedimientos o no declarativa es aquella que
se relaciona con habilidades y capacidades de ejecución.
La formación de MLD depende de cambios en la
conectividad sináptica, y estos cambios a su vez serán el
resultado de una serie de cambios neurobiológicos, que
tienen que ver con aspectos metabólicos, síntesis de
macromoléculas y cambios morfológicos. En el caso de la
MCD los cambios se dan en términos de sinapsis. 
Estructuras anatómicas relacionadas con la memoria
Estudios de neurocirugía, por ablación y lesión de
ciertas zonas encefálicas, al igual que trabajos con anima-
les de laboratorio, han llevado a suponer que, si bien no
hay un centro único de la memoria, ésta se encuentra loca-
lizada en diferentes regiones: lóbulo temporal, la corteza
temporal ventral y medial, el núcleo amigdalino y la for-
mación del hipocampo (hipocampo, subículo y circunvo-
lución dentada), así como la corteza entorrinal, perirrinal y
parahipocámpica. El conocimiento almacenado como
memoria explícita se adquiere a través del procesamiento
de información en las áreas de asociación polimodal corti-
cales (cortezas prefrontales, límbicas y parieto-occipito-
temporal). La información ahí es transportada en serie a
las cortezas parahipocámpica y perirrinal, a continuación a
la corteza entorrinal, a la circunvolución dentada, al hipo-
campo, al subículo y finalmente de nuevo a la corteza
entorrinal.
Formas de aprendizaje
Una forma de aprendizaje es el aprendizaje asociati-
vo, el cual se da por la asociación entre dos eventos, como
por ejemplo un estímulo y una respuesta, una respuesta y
sus consecuencias. También pueden participar dos o más
estímulos. En el condicionamiento clásico o pavloviano se
forma una asociación entre un estímulo inicialmente neu-
tral y un evento. Pavlov descubrió que un perro podía sali-
var cuando antes de presentarle alimentos se hacía sonar
una campana. Esto se logra por la secuencia repetida de
campana – comida – salivación. 
El aprendizaje instrumental o condicionamiento operan-
te se forma entre la asociación de la conducta y sus conse-
cuencias. Mediante ensayo y error, un animal aprende a abrir
una caja o a salir de una manera de la misma mediante la rea-
lización de una operación conductual que puede ser el mover
una palanca, y una vez que lo aprende sigue ejecutando esa
misma operación. El aprendizaje condicionado y el instru-
mental forman parte de los llamados aprendizajes asociativos.
Los aprendizajes no asociativos son la habituación, la
sensibilización y la impronta, los cuales implican el apren-
dizaje con uno o dos estímulos sin asociación temporal. En
la habituación hay una disminución de la respuesta a un
estímulo en la medida en que éste se repite. La estimula-
ción repetida a una zona sensorial muestra que el animal
va a responder cada vez menos al estímulo, aun cuando el
registro de la actividad eléctrica de los nervios sensoriales
aferentes siga indicando que se está conduciendo la infor-
mación sin que ésta decaiga. Algunas de las reglas clásicas
de la habituación son las siguientes:
1. Cuanto más débil sea un estímulo, más rápido dis-
minuirá la magnitud de la respuesta.
2. Si el estímulo no se presenta durante un periodo de
tiempo largo, se recupera la amplitud de la res-
puesta inicial. 
3. La habituación a un estímulo X puede causar habi-
tuación a otro estímulo Y, si éstos son similares.
En el caso de la deshabituación y sensibilización, un
estímulo muy intenso puede incrementar la respuesta, aun
cuando se mantenga la misma intensidad del estímulo.
Algunas personas proponen que este fenómeno se descri-
be mejor como sensibilización (véase más adelante). 
El caso de la impronta se ha observado en animales de
edades tempranas. Los animales siguen al primer objeto
relativamente grande que ven. Este hecho fue demostrado
por Konrad Lorenz y su famoso experimento de los gan-
sos, en el cual los polluelos seguían a Lorenz por todos
lados. A este fenómeno se le llama impronta filial o tro-
quelado. Este fenómeno ocurre en animales precociales,
que nacen ya con un desarrollo avanzado del sistema ner-
vioso, en contraposición con los animales altriciales, como
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