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proteínas de matriz extracelular. Hay un gran número de este tipo de moléculas que participan en muchos procesos de la respuesta inmunitaria, pero pueden agruparse en familias en las que sus miembros se encuentran relaciona- dos estructuralmente: 1) Superfamilia de las inmunoglobulinas. Se caracte- riza por la existencia de dominios extracelulares de tipo inmunoglobulina en número variable. Entre estas moléculas, que son inducidas en el endotelio vascular, se encuentran: la molécula de adhesión intercelular-1 (ICAM-1 o CD45), la ICAM-2 o CD102, la ICAM-3, la molécula de adhesión celu- lar vascular-1 (VCAM-1 o CD106), la molécula de adhesión de células endoteliales y plaquetarias (PECAM-1 o CD31), la molécula asociada a fun- ción leucocitaria –2 (LFA-2 o CD2) y la LFA-3. 2) Familia de las selectinas. Está formada por 3 miembros, cada uno con un dominio extracelular de tipo lectina, en la región aminoterminal, que le confiere la actividad adhesina, uniéndose a resi- duos altamente glucosidados. Esta región se sigue de tres dominios más, de los cuales el penúltimo contiene secuencias similares a las que aparecen en las proteínas reguladoras del complemento, en tan- to que el último es de tipo transmembrana y termi- na en una cola citoplasmática. Las diferencias entre los miembros de esta familia se deben a variaciones en el penúltimo dominio comentado. Los miembros son: L-selectina (CD62-L), expresa- da en los leucocitos; E-selectina (CD62-E) expre- sada en las células endoteliales activadas y P-selectina (CD62-P) que se encuentra en los grá- nulos de las plaquetas y en las células endoteliales. 3) Familia de las integrinas. Son receptores heterodi- méricos formados por dos cadenas polipeptídicas � y unidas de manera no covalente. Se clasifican en función de la cadena que poseen. De las cua- tro cadenas � que se unen a 2, las más importan- tes en cuanto a su unión al endotelio son: �L 2 (CD11a/CD18 o también denominada antígeno asociado a función de leucocitos o LFA-1) y �M 2 (CD11b o Mac-1). La subfamilia 3 tiene integri- nas que reconocen proteínas de la matriz extrace- lular. Algunas de las integrinas de la subfamilia 7 también participan en las interacciones de los lin- focitos con estructuras endoteliales. 4) Familia de las sialomucinas. Es un grupo de proteí- nas altamente glucosiladas que son ligandos glucídi- cos de las selectinas. La molécula CD45, que se expresa en todas las células hematopoyéticas nucle- adas, está implicada en la señalización intracelular y concretamente en la activación de linfocitos T y B. 5) Familia de las cadherinas. Son glucoproteínas de cadena simple que median interacciones homotípi- cas célula-célula, dependientes de calcio, y que parecen jugar un papel importante en la morfología de células y tejidos, en la segregación celular durante la morfogénesis y en la metástasis tumoral, así como en la señalización intracelular. Hasta el momento se conocen doce miembros, agrupados en cuatro subclases: E-cadherina (epitelial), P (pla- centaria), N (neuronal) y L-CAM (liver cell adhe- sion molecule). 6) Familia CD44. Grupo heterogéneo de proteogluca- nos transmembrana de expresión celular amplia que participan en la adhesión leucocitaria. ACTIVACIÓN DE LAS CÉLULAS CITOLÍTICAS O CITOTÓXICAS NATURALES Las células citotóxicas naturales (NK, natural killer), que pueden actuar como defensa temprana contra ciertas infecciones intracelulares, presentan la propiedad de destruir un amplio espectro de células extrañas, tanto pato- lógicas (infectadas o tumorales) como normales (alogéni- cas). A diferencia de los linfocitos T citotóxicos, las células NK median su actividad espontáneamente, sin necesidad de activación previa, aunque determinadas citoquinas (como la IL-2, la IL-12 o los IFN � y y el TNF�) ampli- fican sus mecanismos efectores. Muchas de esas citoquinas estimulan la producción por las NK de IFN- , el cual acti- va los macrófagos y es crucial para el control de algunas infecciones antes de la activación de los linfocitos T. Así, las células NK activadas pueden contener la infección mientras que la respuesta inmunitaria adaptativa genera células T citotóxicas antígeno-específicas capaces de elimi- narla. El mecanismo que utilizan estas células NK para des- truir a las células infectadas es el mismo que emplean los linfocitos T citotóxicos que se generan en la respuesta inmunitaria adaptativa, y que se comentará más adelante, aunque la acción destructiva de aquellas es inducida por receptores invariantes. Las células NK, por tanto, tienen capacidad de distinguir las células infectadas de las que no lo están, para lo cual utilizan dos tipos de receptores de superficie que controlan la actividad citotóxica. El “recep- tor activador” y el “receptor inhibidor”. El “receptor acti- vador” desencadena la lisis por células NK, y hay numerosos receptores que pueden proporcionar esa señal de activación (algunos ya han sido nombrados en el capítu- lo anterior). Los otros receptores inhiben la activación de las NK, habiéndose comprobado que cada célula NK madura tiene que expresar al menos un “receptor inhibi- dor” que lo es para la molécula propia del complejo princi- pal de histocompatibilidad (CPH) de clase I, previniendo así la autorreactividad frente a células normales. A diferen- cia de lo que ocurre con los linfocitos T citotóxicos, el reco- nocimiento específico que hacen las células NK se traduce en una inhibición de la citotoxicidad. Se han identificado varias moléculas implicadas en ese reconocimiento del CPH de clase I. Así, las células infectadas por virus pueden ser susceptibles a la lisis por NK mediante diversos meca- nismos: a) el bloqueo de la síntesis de CPH de clase I que B A S E S F U N C I O N A L E S D E L A R E S P U E S TA I N M U N I TA R I A 335
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