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Hiperandrogenismo

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Hiperandrogenismo
Ma. de Lourdes Morato Hernández 
El exceso de andrógenos o hiperandrogenismo (HA) es 
la anormalidad endocrina más común en las mujeres en 
etapa reproductiva. Las tasas de prevalencia fluctúan en-
tre 10 y 15% en población mundial.
El HA se manifiesta en forma diversa dependiendo 
de varios factores, como tiempo de aparición o exposi-
ción, sexo, edad, intensidad del hiperandrogenismo, cau-
sa o etiología, asociación a otros factores hormonales y 
susceptibilidad individual. En mujeres en etapa repro-
ductiva se relaciona con anovulación, manifestaciones 
dermatológicas, como hirsutismo, acné, seborrea, olor 
corporal intenso y alopecia androgénica; hallazgos fí-
sicos de defeminización, como reducción de volumen 
mamario, redistribución del tejido adiposo, y en casos 
más graves y persistentes, virilización, como crecimiento 
del clítoris, ganancia de masa muscular y engrosamiento 
de la voz (cuadro 69-1). Se ha observado que tampoco 
existe correlación entre la anormalidad bioquímica del 
hiperandrogenismo y la manifestación clínica; existen 
algunos casos de hiperandrogenemia grave sin traducción 
o expresión clínica, que algunos estudiosos la han 
denominado como hiperandrogenismo críptico.
La minoría de las pacientes con HA tienen un 
diagnóstico definido, como una neoplasia secretora de 
andrógenos, hiperplasia suprarrenal no clásica/clásica 
por deficiencia de 21-hidroxilasa, 11β-hidroxilasa, 
3β-hidroxiesteroide-deshidrogenasa, una combinación de 
éstas y los muy raros casos de resistencia insulínica hiper-
androgénica asociada a lipodistrofia, como síndrome de 
HAIR-AN (del inglés, HyperAndrogenic-Insulin-Resistant-
Acantosis Nigricans). 
En más de 85% de mujeres que sufren HA se debe al 
síndrome de ovarios poliquísticos. 
Las manifestaciones hiperandrogénicas del síndrome 
de ovarios poliquísticos afecta de 6 a 12% de las mujeres 
en el mundo, y es la causa única más común de irregula-
ridades menstruales, subfertilidad, hirsutismo y alopecia 
androgénica, y un factor potencial de riesgo para el de-
sarrollo de diabetes mellitus tipo 2 y patología cardio-
vascular. 
EL HA se debe diferenciar entre pacientes femeni-
nas hirsutas o con acné que no tienen exceso en los valo-
res de andrógenos. La raza y la herencia son importantes. 
La asociación de hirsutismo y acné o la aparición de 
pubarca precoz o prematura incrementan de manera no-
table la posibilidad de haber un exceso de andrógenos 
circulantes. 
DEFINICIÓN
De acuerdo con las guías terapéuticas de la American 
Association of Clinical Endocrinologists (AACE), hiperan-
drogenismo es el término usado para describir los signos 
clínicos en mujeres con hiperandrogenemia: hirsutismo, 
acné y alopecia. En un término más amplio es el exceso 
de la acción biológica de andrógenos (endógenos o exó-
genos), que se manifiesta en diferentes etapas de desarro-
llo en varones y mujeres. 
EPIDEMIOLOGÍA
Las causas del HA son variadas. Puede producirse por 
exposición hiperandrogénica prenatal y posnatal. En el 
periodo posnatal, puede ser prepuberal o pospuberal. 
La causa más común de HA es el síndrome de ovarios 
poliquísticos (SOP), seguida de hiperplasia suprarrenal 
no clásica, tumores secretores de andrógenos, hirsutismo 
idiopático, uso y abuso, o ambos, de andrógenos en mu-
jeres. 
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738  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 69)
en forma notable (cuadro 69-1). Al producirse la meno-
pausia hay una disminución moderada de la producción 
ovárica total de andrógenos. Los andrógenos ováricos los 
producen las células de la teca. Estas células tienen re-
ceptores para hormona luteinizante (LH) durante todas 
las etapas del ciclo menstrual. La LH estimula, de ma-
nera principal, la producción de androstenediona y en 
menor grado la de testosterona. La androstenediona es 
transportada a las células de la granulosa en el folículo en 
desarrollo para ser aromatizada y convertirse en estrona, 
y ésta en estradiol; y así contribuir al incremento de es-
tradiol en el pico ovulatorio. 
Los andrógenos de origen suprarrenal se secretan en 
respuesta a la hormona adrenocorticotrópica (ACTH). 
La síntesis y secreción de ACTH la regula primariamen-
te la hormona liberadora de corticotropina (CRH) y en 
menor grado la vasopresina-arginina, ambas producidas 
en el núcleo paraventricular del hipotálamo. El cortisol y 
los andrógenos adrenales se secretan de forma sincrónica 
con ritmo circadiano, es decir, disminución en la noche 
y alcanzan su pico máximo seis a ocho horas después de 
dormir, para luego declinar antes de despertar. Existen 
otros co-reguladores en la síntesis de andrógenos adre-
nales. Entre ellos están prolactina, factor de crecimien-
to epidérmico, estrógenos, prostaglandinas, hormona de 
crecimiento, β-endorfinas, angiotensina y β-lipotropina. 
Las glándulas suprarrenales poseen receptores para pro-
lactina. Se ha demostrado que prolactina tiene un efec-
to directo en la esteroidogénesis y ésto es de particular 
relevancia en casos de hiperprolactinemia. La hormona 
liberadora de corticotropina placentaria parece favorecer 
el mantenimiento glandular y la secreción adrenal en el 
feto. Los andrógenos adrenales se producen en pequeñas 
cantidades durante la infancia y su secreción se incre-
menta, de manera gradual con la edad, en forma parale-
Cuadro 69-1. Manifestaciones del hiperandrogenismo
•	 En	el	feto
- Fetos masculinos 
•	 Aumento	del	tamaño	del	pene
•	 Aceleración	del	crecimiento
- Fetos femeninos presentan pseudohermafroditismo femenino
•	 Virilización	de	los	genitales	externos	en	grado	variable
•	 Desarrollo	variable	de	los	conductos	de	Wolff
•	 Aceleración	del	crecimiento
•	 En	la	etapa	prepuberal
- Aceleración del crecimiento
- Aceleración de la edad ósea y cierre prematuro de epífisis
- Hipertrofia muscular
- En varones: crecimiento peneano
- En mujeres: crecimiento del clítoris
- Pubarquia precoz
- Cambios en el olor corporal 
- Acné 
- Seborrea
- Aumento del pelo corporal 
- Engrosamiento de la voz
•	 En	la	etapa	puberal	o	pospuberal
- En mujeres
•	 Hirsutismo
•	 Acné
•	 Seborrea
•	 Alopecia	androgénica
•	 Redistribución	androgénica	de	la	grasa	corporal	
•	 Atrofia	mamaria	o	reducción	mamaria
•	 Irregularidad	menstrual	e	infertilidad
•	 Aumento	de	la	libido	
- En varones
•	 Aceleración	en	la	maduración	y	crecimiento
•	 Acné
•	 Aumento	de	la	libido
Cuadro 69-2. Principales causas 
de hiperandrogenismo posnatal 
•	 Origen	suprarrenal
- Síndrome de ovarios poliquísticos
- Tumores benignos y malignos
- Síndrome de Cushing
- Deficiencias enzimáticas de 21-hidroxilasa, 11β-hidroxilasa y 
3β-hidroxiesteroide deshidrogenasa, de aparición tardía
•	 Origen	ovárico
- Síndrome de ovarios poliquísticos
- Tumores virilizantes
•	 Origen	testicular
- Tumores
- Testotoxicosis 
•	 Origen	placentario
- Deficiencia de P-450 aromatasa en el feto
•	 Aumento	en	la	producción	periférica
- Obesidad
- Hiperandrogenismo idiopático
•	 Exógeno
- Administración de corticoides sintéticos, andrógenos y este-
roides anabólicos, levonorgestrel y progestágenos sintéticos 
a dosis altas.
En el periodo prenatal la causa más importante es la 
hiperplasia suprarrenal congénita fetal.
En el niño prepuberal debe considerarse hiperplasia 
suprarrenal congénita, resistencia a glucocorticoides y 
tumores suprarrenales. 
En el cuadro 62-2 se indican las principales causas 
de hiperandrogenismo posnatal de acuerdo a su origen.
FISIOLOGÍA NORMAL DE ANDRÓGENOS 
Y FISIOPATOLOGÍA 
Biosíntesis
Desde de la pubertad, es normal que las mujeres man-
tengan una producción androgénica constante, y así 
permanece hasta ocurrir el climaterio. En la mujer con 
ciclos ovulatorios, el 50% de la testosterona proviene de 
la conversiónperiférica de otros esteroides, 25% de la 
producción ovárica y 25% de producción suprarrenal. La 
contribución adrenal y ovárica se modifica de acuerdo a 
la fase del ciclo ovárico. En la fase folicular, los precurso-
res suprarrenales constituyen las dos terceras partes de la 
producción de testosterona y la mitad de la producción 
de 5a-dihidrotestosterona (DHT), mientras que en la 
fase periovulatoria, la contribución ovárica se incrementa 
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Hiperandrogenismo 739
la con el crecimiento de la zona fascicular y la zona re- 
ticular de la glándula. Las anormalidades en la actividad 
enzimática de la zona fascicular y reticular o sus regula-
dores (como hormona adrenocorticotrópica o prolacti-
na) pueden causar hirsutismo o virilización en mujeres 
o feminización en varones (exceso de andrógenos trans-
formados a estrógenos por aromatización periférica). 
Es normal que la corteza suprarrenal secrete andróge-
nos en cantidades crecientes desde los seis o siete años 
en las mujeres y siete u ocho años de edad en varones. 
La adrenarquia (incremento en la secreción de andró-
genos adrenales) ocurre unos años antes de la pubertad 
(secreción de los esteroides sexuales gonadales). La pu-
barquia es la aparición del vello púbico que resulta de 
incremento de la secreción de andrógenos. También se 
observa aparición del vello axilar. El hallazgo bioquímico 
clave de la adrenarquia es aumento en la producción de 
dehidroepiandrosterona (DHEA) debido a reducción en 
la actividad de 3β-hidroxiesteroide deshidrogenasa. Los 
factores de crecimiento insulinoide potencian la capaci-
dad de sintetizar andrógenos al aumentar la fosforilación 
de P450c17. Este hallazgo pudiera ser clave en el desa-
rrollo de una adrenarquia prematura en niñas con con-
centraciones elevadas de insulina e hiperandrogenismo 
en pacientes con síndrome de ovarios poliquísticos, que 
se tratará en el capítulo 70. 
Hasta ahora se desconocen con certeza los mecanis-
mos que provocan el inicio en el desarrollo de la zona 
fascicular y reticular adrenal, y los cambios en la activi-
dad enzimática que conducen a adrenarquia. Se define 
pubarquia precoz o prematura a la aparición de vello pu-
biano antes de los ocho años de edad en la niña y de los 
nueve en el varón, en ausencia de otros signos puberales, 
como botón mamario o aumento del volumen testicular.
CIRCULACIÓN, CONVERSIÓN PERIFÉRICA 
Y METABOLISMO DE ANDRÓGENOS
Los andrógenos suprarrenales se secretan en la corteza 
suprarrenal en forma libre, y al unirse a proteínas se vuel-
ven biológicamente inactivos. La ∆4-androstendiona, 
dehidroepiandrosterona (DHEA) y sulfato de dehidroe-
piandrosterona (DHEAS) se unen 90% a albúmina y 3% 
a la globulina fijadora de hormonas sexuales (SHBG). La 
SHBG tiene gran afinidad con estos esteroides pero tiene 
poca capacidad, mientras que la albúmina tiene baja afi-
nidad pero gran capacidad de unión. Ésta es una manera 
de controlar la disponibilidad de los andrógenos, siendo 
independiente de su origen, ovárico o suprarrenal. 
Los andrógenos adrenales pueden seguir dos vías 
metabólicas diferentes al entrar a la circulación, degra-
dación e inactivación o conversión periférica a deri- 
vados más potentes, como testosterona y 5a-dihidrotes-
tosterona .
Los andrógenos adrenales y sus metabolitos se inac-
tivan o degradan en varios tejidos, incluyendo hígado y 
riñones. Las rutas bioquímicas para sufrir inactivación o 
excreción es formando residuos sulfato o glucurónidos 
que son hidrofílicos y son excretados por la orina. 
La DHEA, DHEAS y ∆4-androstendiona se convier-
ten en andrógenos potentes, como testosterona y DHT 
en los tejidos periféricos. Las principales conversiones 
son de ∆4-androstendiona a testosterona y de testostero-
na a DHT. Los sitios periféricos más importantes para la 
conversión se localizan en los folículos pilosos, glándulas 
sebáceas, próstata, genitales externos y tejido adiposo. El 
sulfato de DHEA es la versión sulfatada de DHEA. Su 
conversión la cataliza la sulfotransferasa (SULT2A1) lo-
calizada en las glándulas suprarrenales, hígado, riñones e 
intestino delgado. Los valores de DHEAS son 300 veces 
más altos que las concentraciones de DHEA y, a diferen-
cia de ésta, no muestra variación diurna o circadiana. La 
DHEA, que se produce en la glándula adrenal, puede 
convertirse también a ∆4-androstendiona. La DHEA y 
DHEAS se metabolizan también por hidroxilación en 
7a y 16a o reducción en 17β. La ∆4-androstendiona se 
convierte a testosterona, etiocolanolona o androsterona. 
La testosterona se convierte en DHT por la acción de 
5a-reductasa. Los metabolitos de estos andrógenos se 
conjugan como glucurónidos o sulfatos y se excretan en 
la orina. 
Otra vía metabólica que actúa en los andrógenos 
sintetizados es la aromatización. La fuente principal 
de estrógenos en las mujeres premenopáusicas son los 
ovarios, mientras que en las posmenopáusicas la mayor 
parte de los estrógenos se producen vía la conversión de 
los andrógenos en estrógenos por medio de la enzima 
aromatasa en los tejidos periféricos (tejido adiposo, 
mama, cerebro). 
El aumento en la producción de andrógenos en la 
mujer, así como la disminución de sus transportadores 
(SHBG o albúmina), reducción en su metabolismo en el 
nivel hepático o reducción de su excreción renal puede 
causar aumento en su concentración y su manifestación 
clínica es hirsutismo, acné, irregularidades menstruales e 
infertilidad, o ambas. 
El hiperandrogenismo de origen suprarrenal es la se-
gunda causa más frecuente de hiperandrogenismo. Las 
deficiencias enzimáticas en la síntesis de cortisol causan 
hiperplasia suprarrenal congénita. En algunas series re-
presenta de 12 hasta 42% del hiperandrogenismo en mu-
jeres. De acuerdo al defecto enzimático se reconocen tres 
formas clínicas de presentación graves o moderada, que 
causan hiperandrogenismo. En las formas graves o clási-
cas el déficit es completo y sus manifestaciones inician en 
la etapa fetal o al nacimiento; en las formas moderadas, 
no-clásicas o de aparición tardía, el defecto es parcial y se 
manifiestan en la infancia tardía o hasta la adolescencia, 
o incluso, pueden pasar inadvertidas hasta la edad adulta. 
HIPERPLASIA SUPRARRENAL CONGÉNITA
Deficiencia de 21-hidroxilasa 
Es la forma más frecuente de hiperplasia suprarrenal, 
pues ocurre en 95% de estas deficiencias. En las for-
mas no clásicas se manifiesta como hiperandrogenismo 
de aparición posnatal. Los signos más frecuentes en la 
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740  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 69)
infancia es pubarquia prematura, acné, aceleración del 
crecimiento y maduración ósea; y en las niñas puede ob-
servarse hipertrofia del clítoris en algunos casos. En la 
adolescencia y en la etapa adulta las mujeres presentan 
con frecuencia irregularidades menstruales, hirsutismo, 
calvicie de tipo androgénico, ovario poliquístico en un 
examen por ultrasonido, acné e infertilidad; los varones 
afectados, en su mayoría son asintomáticos, sin embargo, 
en algunos puede aparecer acné, oligospermia e inferti-
lidad. 
Deficiencia de 11β-hidroxilasa
Es la segunda forma más frecuente de hiperplasia supra-
rrenal, ya que se manifiesta entre 3 y 5% de los casos. La 
anormalidad hormonal se caracteriza por deficiente con-
versión de 11-desoxicortisol y 11-desoxicorticosterona 
en cortisol y corticosterona, y por eso observa un incre-
mento en plasma de 11-desoxicortisol y 11-desoxicorti-
costerona. A diferencia de la deficiencia de 21-hidroxi-
lasa, el acúmulo de estos metabolitos provoca elevación 
de la tensión arterial y por consecuencia, un bloqueo del 
eje renina-angiotensina. La forma no clásica es muy rara 
y se manifiestade manera muy similar a la deficiencia de 
21-hidroxilasa.
Deficiencia de 3β-hidroxiesteroide 
deshidrogenasa 
Es una forma muy poco frecuente de hiperplasia supra-
rrenal que afecta la transformación de 3β -∆5 esteroides 
(pregnenolona, 17a-hidroxipregnenolona, dehidroepian-
drosterona y ∆5 androstenediol) en ∆4-3cetoesteroides 
(progesterona, 17a-hidroxiprogesterona, ∆4-androsten-
diona, y testosterona). En las formas clásicas, las muje-
res manifiestan virilización intrauterina por acúmulo de 
DHEA. La forma no clásica es muy poco frecuente. 
HIPERANDROGENISMO 
INSULÍNICO
La resistencia a la insulina puede causar hiperproduc-
ción de andrógenos por el ovario, así como reducción en 
las concentraciones de SHBG. Aquí se incluyen estados 
graves de resistencia, como el síndrome HAIR-AN (hi-
perandrogenismo, resistencia a la insulina y acantosis ni-
gricans), resistencia insulínica tipo A de Kahn y tipo B. 
HIPERANDROGENISMO 
FUNCIONAL/IDIOPÁTICO
Representa entre 5 y 15% de los casos de hirsutismo. En 
este grupo no se puede demostrar hiperproducción de 
andrógenos de origen ovárico o suprarrenal. 
EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA
En la mayor parte de los casos, los signos y síntomas se 
asocian al tiempo de exposición al hiperandrogenismo 
(cuadro 69-1).
Las manifestaciones más comunes que indican un 
exceso de andrógenos en las mujeres incluyen hirsutis-
mo, acné e irregularidades menstruales. 
Antes de poder definir alguna anormalidad en las 
mujeres con HA habría que definir: ¿qué es normal? 
¿Qué tanto es tener irregularidades menstruales? ¿Es 
normal este pelo terminal, constitucional o hirsutismo? 
Para poder definir estas anormalidades se han esta-
blecido criterios aceptados en el ámbito internacional. 
Cabe mencionar que aún con estos criterios generales la 
variabilidad en la presentación de estos signos puede di-
ferir de acuerdo a la raza.
HIRSUTISMO
Crecimiento de pelo terminal en zonas andrógeno-de-
pendientes donde es habitual que la mujer no presente 
pelo. Para su diagnóstico aún se usa la evaluación de Fe-
rriman-Gallway, publicada en 1961. Esta evaluación di-
vide al cuerpo en nueve regiones que son andrógeno-de-
pendientes. De acuerdo a la cantidad de pelo terminal 
observado en éstas se da una puntuación que fluctúa del 
1 al 4 en función de la gravedad del crecimiento del pelo. 
Los valores mayores de 8 se considera hirsutismo. 
ACNÉ 
Se evalúa en forma independiente en cara y espalda, y 
se clasifica de leve a grave. La intensidad depende del 
número de lesiones observadas. 
Leve: microcomedones menores o iguales a 2 mm o 
menos de 20 comedones de más de 2 milímetros. 
Moderado: más de 20 comedones mayores o iguales 
a 2 mm pero con menos de 20 pústulas. 
Grave: más de 20 comedones de más de 2 mm de 
diámetro con más de 20 pústulas. 
Quístico: lesiones inflamatorias mayores o iguales a 
5 mm en número variable. 
HIPERANDROGENEMIA
Es la evidencia bioquímica de exceso de andrógenos que 
debe confirmarse en forma consistente. En la práctica clí-
nica cotidiana demostrar esta anormalidad quizá no es 
tan útil, pues su medición no es de fácil acceso en todos 
los laboratorios, la medición puede ser variable de acuer-
do al método o tienen un costo elevado. Los parámetros 
de mayor utilidad recomendados son: 
1. Índice de andrógenos libres. Se calcula mediante la 
siguiente fórmula: 
(Testosterona total (ng/mL) × 3.47/SHBG nmol/L) × 100
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Hiperandrogenismo 741
Se considera que un valor mayor o igual a 4.5 
hacen diagnóstico de hiperandrogenemia. 
2. Cuantificación de testosterona libre. Es la cuantifi-
cación de la testosterona no unida a proteínas. 
3. Cuantificación de otros andrógenos. Como ∆4-an-
drostendiona, sulfato de dehidroepiandrosterona y 
dehidropiandrosterona en suero. 
La evaluación mínima dependerá de la disponibilidad 
de los recursos, en especial con la medición de andróge-
nos en sangre. La realización de un ultrasonido pélvico 
o transvaginal de alta resolución es capaz de detectar o 
confirmar una tumoración pélvica encontrada en la ex-
ploración física como fuente productora de andrógenos. 
La historia clínica detallada genera un diagnóstico 
correcto en más de 90%. La exploración física debe co-
rroborar si existen hallazgos de hirsutismo e hiperandro-
genismo, y por supuesto descartar enfermedades relacio-
nadas. 
LABORATORIO Y GABINETE 
Las mediciones hormonales tienen dos propósitos en la 
paciente con hiperandrogenismo:
1. Excluir enfermedades relacionadas o que provoquen 
incremento en los valores de andrógenos, como acné 
con concentraciones de andrógenos normales. 
2. Detectar enfermedades que cursan con incremento 
en la producción de andrógenos, como síndrome de 
ovarios poliquísticos.
Se debe señalar que en la actualidad existe un déficit de 
métodos sensibles, específicos y que sean accesibles para 
la cuantificación de testosterona de manera rutinaria. En 
fechas recientes la cuantificación de testosterona por es-
pectrometría de masas se ha convertido en un método 
menos variable y con estándares de referencia, pero aún 
no muy accesible en la práctica clínica.
En la evaluación de la hiperandrogenemia es útil 
contar con la determinación de testosterona total, hor-
mona luteinizante, hormona foliculoestimulante, prolac-
tina, cortisol en sangre matutina y vespertina o cortisol 
urinario, perfil tiroideo, glucosa e insulina en ayunas y en 
algunos casos la cuantificación de globulina fijadora de 
hormonas sexuales, cuantificación de 17a-hidroxipro-
gesterona en sangre u otros esteroides seleccionados. La 
cuantificación hormonal de preferencia se realiza en las 
mujeres en la fase folicular temprana (día 3 a 5 del ciclo) 
o en cualquier momento después de por lo menos dos 
meses sin ciclos. 
La clínica y las determinaciones basales son suficien-
tes en la mayoría de los casos para hacer el diagnósti-
co. Cifras muy elevadas de 17a-hidroxiprogesterona 
son propias de la deficiencia de 21-hidroxilasa. Valores 
mayores de 1.5 ng/mL de testosterona total pueden co-
rresponder a tumores suprarrenales u ováricos. Si existe 
hiperandrogenemia asociada a concentraciones elevadas 
de cortisol deberá excluirse la posibilidad de síndrome 
de Cushing o tumor suprarrenal. Los valores moderados 
altos de DHEAS sugieren hiperandrogenismo de origen 
suprarrenal, mientras que la elevación de ∆4 androsten-
diona, sugiere hiperandrogenismo ovárico. Las concen-
traciones elevadas de LH y normales de FSH, en una 
relación LH/FSH mayor o igual a 2.5 apoyan el diagnós-
tico de síndrome de ovarios poliquísticos. La elevación 
de prolactina puede asociarse o no a hipotiroidismo. 
La medición de glucosa e insulina se utiliza para 
calcular el valor HOMA (del inglés, Homeostatic Model 
Assesment) que refleja la sensibilidad a la insulina. La 
prueba de oro por excelencia para descartar resistencia a 
la insulina es el clamp euglucémico, pero este método no 
se realiza en forma rutinaria, sino sólo en investigación. 
La cuantificación del valor HOMA correlaciona con el 
clamp euglucémico y es fácil de determinar. Se considera 
resistencia a la insulina a un valor > a 2.5. 
PRUEBAS DINÁMICAS 
Las pruebas dinámicas sólo se realizan cuando la explo-
ración física y las mediciones basales no son suficientes 
para establecer un diagnóstico, y en su defecto, la prueba 
terapéutica falla en revertir la anormalidad endócrina. 
Debido a que la realización de este tipo de pruebas pue-
de ser altamente costosa y de poco acceso en la obten-
ción de las hormonas liberadoras sólo se insistirá en ellas 
cuando la confirmación diagnóstica sea determinante en 
el abordaje terapéutico. 
Prueba de estimulación con ACTH
Después de un ayuno mínimo de 6 horas y entre 8:00 y 
10:00 horas se administran 0.25 mg de ACTH por vía 
intravenosa y en los tiempos 0 y +60 minutos se obtie-
nen muestrasde suero para cuantificar hormonas. Una 
elevación anormal de 17a-hidroxiprogesterona, ∆4-an-
drostendiona o una relación DHEA/∆4-androstendio-
na mayor a 1 sugiere la realización de esta prueba para 
descartar hiperplasia suprarrenal no clásica. En niñas con 
pubarca prematura pudiera requerirse esta prueba para 
excluir algún bloqueo enzimático de aparición no-clási-
co. De acuerdo a la sospecha clínica se cuantifica cortisol, 
desoxicortisol, 17a-hidroxipregnenolona, 17a-hidroxi-
progesterona, DHEA, DHEAS y ∆4-androstendiona. 
En la deficiencia de 21-hidroxilasa no clásica se con-
sidera una prueba positiva a un valor mayor de 15 ng/mL 
de 17a-hidroxiprogesterona después del estímulo. 
Si la glucosa basal es anormal, se recomienda realizar 
una curva de tolerancia oral a la glucosa para definir de 
manera clara el estado de sensibilidad a la insulina. 
TRATAMIENTO 
El enfoque terapéutico de las mujeres con HA está en 
función de la necesidad individual de la paciente (abor-
daje individualizado). 
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742  •  Endocrinología clínica de. . . (Capítulo 69)
Si se ha identificado una causa específica de HA, así 
se resuelve, es decir, si existe un tumor productor de an-
drógenos ovárico o suprarrenal su remoción es la correc-
ción. Si se debe a hiperplasia suprarrenal debe corregirse 
la anormalidad suplementando con hidrocortisona o, en 
su defecto, con prednisona o dexametasona. 
Sin deseo de reproducción
El objetivo en este grupo es restaurar los ciclos menstrua-
les y corregir los efectos del exceso de andrógenos en piel 
y folículo pilosebáceo. 
Anovulatorios
Son los compuestos más usados por ser accesibles y, en 
general, bien tolerados en la mayoría de las pacientes. Se 
usan con mucha frecuencia los anovulatorios hormonales 
(estrógeno más progestina por vía oral) pues reducen la 
secreción de gonadotropinas y la producción ovárica 
de andrógenos, aumentan SHBG y reducen el efecto 
de los andrógenos en órganos sensibles al disminuir su 
proporción libre. Las progestinas solas inyectables y 
los implantes subdérmicos son anovulatorios, pero no 
aumentan la globulina fijadora de hormonas sexuales. 
Estos tratamientos no revierten la anormalidad, por 
lo que al suspenderlos, recidiva el hiperandrogenismo, 
hirsutismo, acné y anovulación. 
Se usan combinaciones de etinilestradiol con pro-
gestinas antiandrogénicas (acetato de ciproterona, dieno-
gest y drospirenona) o androgénicas metabólicas neutras, 
como gestodeno, desogestrel o norgestimato. No hay 
evidencia de que alguna formulación sea superior a las 
demás. 
El acetato de ciproterona inhibe de manera com-
petitiva al receptor de DHT, reduce la actividad de 5a 
reductasa e inhibe la secreción ovárica de andrógenos y 
la secreción de gonadotropinas, sobre todo de hormona 
luteinizante. 
Dienogest tiene una actividad antiandrogénica me-
nos intensa que el acetato de ciproterona. Y drospireno-
na es un derivado de 17a-hidroxiprogesterona que tiene 
una acción antimineralocorticoide. Al igual que dieno-
gest se administra en combinación con etinilestradiol.
Antiandrógenos
Los antiandrógenos más usados son espironolactona y 
flutamida. 
Espironolactona es un agonista puro de aldosterona 
e inhibe p450c17 y receptores de DHT, o ambos. 
Flutamida es un compuesto que inhibe de manera 
competitiva a los andrógenos en su receptor periférico. 
Inhibe la actividad de 17-20 desmolasa suprarrenal e 
inhibe, en forma selectiva, la secreción de DHEAS. Re-
quiere de anovulatorios adicionales para mantener ciclos 
regulares. Se ha asociado a daño hepático en algunos 
casos. 
Finasteride. Es un inhibidor de 5a-reductasa que 
bloquea la conversión de testosterona a 5a-dihidrotes-
tosterona. Se asocia, por lo general, a anovulatorios para 
mantener ciclos regulares, y se utiliza sobre todo en mu-
jeres con hirsutismo.
TRATAMIENTO COSMÉTICO
En general se utilizan los procesos de depilación tem-
poral o definitiva, aunque siguen evaluándose produc-
tos tópicos que se asocien a procedimientos eficaces de 
pérdida de pelo, que no sea dolorosos o costosos para las 
pacientes. 
El manejo del acné requerirá tratamiento tópico o 
sistémico según el caso. Es conveniente que un dermató-
logo evalúe a las pacientes. 
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO 
PARA HIPERPLASIA SUPRARRENAL 
CONGÉNITA NO CLÁSICA
Las pacientes con hiperplasia suprarrenal congénita sin 
anormalidades hidroelectrolíticas se manejan de acuer-
do a la anormalidad predominante, como irregularidad 
menstrual, hirsutismo o acné. Sólo las pacientes sinto-
máticas deberán recibir tratamiento con suplementación 
mineralocorticoide. Se recomienda incrementar la dosis 
de mineralocorticoides en pacientes con hiperplasia su-
prarrenal congénita en las siguientes situaciones: proceso 
infeccioso acompañado de fiebre (temperatura corporal 
mayor > 38.5°C), evento quirúrgico, traumatismo mo-
derado a grave. Es recomendable administrar hidrocorti-
sona en infusión continua cada seis a ocho horas. No se 
recomienda modificar la dosis de mineralocorticoides en 
situaciones como ejercicio, estrés emocional o mental, o 
procesos infecciosos sin fiebre. 
Con deseo de reproducción
Una causa frecuente de consulta es la infertilidad o las 
irregularidades menstruales asociadas a hiperandrogenis-
mo. En este grupo de mujeres se aborda la oligoovulación 
o anovulación de acuerdo a los esquemas aceptados en la 
actualidad. Reducir el estado hiperandrogénico por unos 
meses mediante anovulatorios orales puede mejorar la 
respuesta a la inducción de ovulación. 
En otro capítulo se expondrá con detalle el trata-
miento de pacientes con síndrome de ovarios poliquís-
ticos. 
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	Endocrinología clínica de Dorantes y Martínez 5ª Edición
	Sección IX. Gónadas
	69.
Hiperandrogenismo
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