Logo Studenta

Sistema endocrino

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

331
16Sistema endocrino
El sistema endocrino produce hormonas, que 
actúan como mensajeros químicos llevados 
por el torrente sanguíneo a los tejidos 
efectores
En la práctica clínica, la disfunción endocrina suele ser 
consecuencia de la producción excesiva o insufi ciente de 
hormonas, comúnmente a causa de enfermedades genéti-
cas, metabólicas o neoplásicas, o de efectos ocupativos por 
compresión de estructuras circundantes. Además, el sis-
tema endocrino tiene también una carga signifi cativa de 
enfermedades autoinmunitarias. Para complicar más aún la 
situación, las enfermedades endocrinas también pueden ser 
el resultado de trastornos en la frecuencia y amplitud de la 
liberación de hormonas, más que de los simples extremos 
de producción excesiva o insufi ciente, por ejemplo la inca-
pacidad de coordinar la ovulación en el ciclo menstrual de 
la mujer. Esto puede hacer difícil el diagnóstico, pues es 
posible que mediciones que se realizan una sola vez se 
encuentren dentro de los límites normales. Con frecuencia 
la enfermedad de una glándula endocrina tiene efectos secun-
darios en otros órganos endocrinos efectores, de modo que 
cuando se interpreten anormalidades endocrinas es esencial 
considerar efectos más adelante en la secuencia, en particular 
en órganos sujetos al control del eje hipotalamohipofi sario, 
por ejemplo el síndrome de insensibilidad a andrógenos.
Las hormonas pertenecen a tres grupos principales: hor-
monas peptídicas, derivadas de esteroides y metabolitos de 
la tirosina (adrenalina, noradrenalina, dopamina y las hor-
monas tiroideas). Los receptores de hormonas se encuen-
tran en la superfi cie epitelial (hormonas peptídicas), donde 
están enlazadas a una diversidad de cascadas de segundos 
mensajeros, o en el núcleo (esteroides y hormonas tiroi-
deas), donde las moléculas receptoras ligadas a hormonas 
se unen a regiones promotoras de genes que son sus obje-
tivos y las regulan. Por tanto, las perturbaciones en la fun-
ción endocrina pueden originarse a múltiples niveles de la 
vía endocrina, desde síntesis, acumulación y almacenamiento 
de la hormona hasta defi ciencias del órgano objetivo pasando 
por los mecanismos de liberación y secreción.
Las enfermedades más importantes de las 
glándulas endocrinas se asocian con 
producción excesiva o insufi ciente de 
hormonas
El control de la secreción hormonal por los diversos com-
ponentes del sistema endocrino suele estar fi namente ajus-
tado por una combinación de mecanismos de realimentación 
nerviosos y químicos. La pérdida de este control a causa de 
enfermedades primarias o secundarias que afectan al órgano 
endocrino produce anormalidades metabólicas y estructu-
rales. Los tumores que se forman dentro de glándulas endo-
crinas pueden ser hormonalmente activos (funcionales) o 
inactivos (no funcionales).
HIPÓFISIS 
La hipófi sis tiene dos componentes: 
adenohipófi sis y neurohipófi sis
La adenohipófi sis (lóbulo anterior de la hipófi sis) sin-
tetiza y secreta seis hormonas principales, la mayoría de las 
cavidad del 
tercer
ventrículo
hormona del crecimiento
prolactina
hormona foliculoestimulante
hormona luteinizante
β-endorfina
hormona adrenocorticotrópica
hormona estimulante del tiroides
hormona estimulante de melanocitos
hormona antidiurética
oxitocina
quiasma
óptico
lóbulo
posterior
de la
hipófisis
duramadre
esfenoides
silla
turca
cuerpo
mamilar
hipotálamo
lóbulo
anterior
de la hipófisis
Figura 16.1 Hipófi sis e hipotálamo y sus hormonas. Se muestran 
las hormonas secretadas por lóbulo anterior de la hipófi sis 
(adenohipófi sis), hipotálamo y lóbulo posterior de la hipófi sis 
(neurohipófi sis).
16 PATOLOGÍAPatología clínica
332
cuales actúan sobre otras glándulas endocrinas. La princi-
pales hormonas de la adenohipófi sis son: hormona del cre-
cimiento, prolactina, hormona adrenocorticotrófi ca (ACTH), 
hormona estimulante del tiroides (TSH) y las gonadotropi-
nas hormona luteinizante (LH) y hormona foliculoestimulante 
(FSH). Las consecuencias patológicas de las enfermedades 
de la adenohipófi sis están relacionadas con producción
excesiva o insufi ciente de las hormonas anteriores, o con 
la compresión de estructuras circundantes (efectos ocupa-
tivos o de masa) por tumores. La relación íntima de la fosa 
hipofi saria (silla turca) con el quiasma óptico, los nervios 
craneales III a VI al atravesar el seno cavernoso, y el tallo 
hipofi sario y el riego sanguíneo portal de la hipófi sis, explica 
muchas de las presentaciones clínicas de las enfermedades 
hipofi sarias a causa de la expansión de la lesión.
La neurohipófi sis (lóbulo posterior de la hipófi sis) está 
en continuidad directa con el hipotálamo. Almacena y secreta 
hormona antidiurética (ADH) y oxitocina, sintetizadas en 
las neuronas hipotalámicas (fi gura 16-1).
Muchas de las funciones de la hipófi sis son controladas 
por estímulos nerviosos y químicos procedentes del hipotá-
lamo, cuyas enfermedades causan anormalidades secunda-
rias en la función hipofi saria.
Las enfermedades más comunes e importante 
de la hipófi sis son tumores de la 
adenohipófi sis (adenomas hipofi siarios)
Los adenomas hipofi sarios, aunque benignos porque no 
metastatizan, pueden representar una amenaza para la vida, 
a causa de su posibilidad de secretar hormonas en exceso. 
Como grupo, representan alrededor de 10% de las neopla-
sias intracraneales, de las cuales 3% se asocian con neopla-
sias endocrinas múltiples (NEM) tipo 1 (véase más adelante). 
Muchos adenomas hipofi sarios se asocian con mutaciones 
en componentes del mecanismo de señalización de la pro-
teína G, y como resultado, desregulación de la síntesis y 
secreción hormonal. 
Los adenomas no funcionales (o silenciosos) crecen pro-
gresivamente, hasta que se proyectan desde la silla turca hacia 
arriba, comprimiendo con frecuencia el quiasma óptico. Esto 
produce un trastorno visual característico conocido como 
hemianopsia bitemporal (fi gura 16-2). El tumor puede 
destruir la adenohipófi sis normalmente funcional, con el 
resultado de síntomas y signos de hipopituitarismo. Como 
estos adenomas son clínicamente ‘silenciosos’ tienden a pre-
sentarse tardíamente, con síntomas de aumento de la pre-
sión intracraneal, o efectos compresivos locales.
Los adenomas funcionales (fi gura 16-3) pueden, en teo-
ría, producir cualquiera de las hormonas adenohipofi siarias, 
pero la mayoría producen prolactina u hormona del creci-
miento (fi gura 16-4); unos cuantos producen ACTH.
En general, los tumores hipofi siarios funcionales se presentan 
más tempranamente que la variedad no funcional, y su presencia 
es revelada por los efectos de la producción hormonal excesiva. 
En ocasiones, los adenomas funcionales son muy pequeños, a 
pesar de producir anormalidades metabólicas signifi cativas. 
Los adenomas hipofi siarios menores de 1 cm de diámetro 
se designan arbitrariamente microadenomas.
Otras causas raras de hiperpituitarismo son hiperplasia de 
la hipófisis, carcinoma hipofisiarios y algunos trastornos 
hipotalámicos.
La producción reducida de hormonas de la 
adenohipófi sis se denomina 
‘panhipopituitarismo’
La producción defectuosa de hormonas de la adenohipófi -
sis (panhipopituitarismo), que puede ser el resultado de 
enfermedad hipofi saria o hipotalámica, es rara. Las causas
hipofi sarias más importantes son:
• Resección quirúrgica de un tumor hipofi siario, o 
radioterapia.
• Obliteración de la hipófi sis normal por un tumor 
hipofi siario primario o un tumor metastásico, por 
ejemplo carcinoma mamario metastásico.
• Necrosis isquémica de la adenohipófi sis por choque 
hipovolémico, lo que puede suceder como resultado de 
una hemorragia transparto o posparto (síndrome de 
Sheehan).
• Hemorragia dentro de un adenoma hipofi sario 
(apoplejía hipofi siaria), lo que causa expansión aguda 
del volumen de la hipófi sis y puede provocar muerte 
súbita. Esta situación representa una urgencia 
neuroquirúrgica.
a
b
A
A
Figura 16.2 Estudio de TC (a) de un adenomahipofi siario grande 
(A) que se expande hacia arriba hasta comprimir el quiasma óptico 
(fl echas). Este tumor grande se presentó con trastorno visual y no 
fue productor de hormonas. Macroscópicamente (b), los adenomas 
son tumores carnosos blandos (A). Ésta es una muestra de autopsia 
de la fosa hipofi siaria.
16Sistema endocrino
333
Entre las causas muy raras de hipopituitarismo se incluyen 
infl amación (adenohipofi sitis autoinmunitaria, sarcoidosis) 
y ruptura traumática después de fractura de cráneo.
Las causas hipotalámicas del panhipopituitarismo inclu-
yen la destrucción del hipotálamo por:
• Tumor encefálico primario, por ejemplo glioma o 
craneofaringioma.
• Infarto.
• Infl amación, por ejemplo sarcoidosis (capítulo 25).
• Infección, por ejemplo encefalitis o meningitis.
Las enfermedades de la neurohipófi sis son 
muy raras 
La mayoría de las defi ciencias en la producción de ADH y 
oxitocina son el resultado de lesiones del hipotálamo, cau-
sadas usualmente por invasión tumoral o infarto.
La producción defi ciente de ADH ocasiona diabetes insí-
pida, en la cual la falta de ADH impide la resorción de agua 
del fi ltrado glomerular en los conductos colectores renales. 
Se excretan grandes cantidades de orina muy diluida (poliu-
ria), y el riesgo de depleción del agua corporal debe contra-
rrestarse aumentando considerablemente la ingestión de agua 
(polidipsia). Las causas principales de diabetes insípida son 
extirpación quirúrgica de la hipófi sis o su tallo –más a menudo 
durante la resección de un tumor– y lesiones infl amatorias o 
neoplásicas del hipotálamo; la causa infl amatoria más común 
es sarcoidosis. En alrededor de 30% de los casos de diabetes 
insípida no se encuentra causa estructural alguna.
La secreción inapropiada de ADH, independientemente 
de enfermedad de la hipófi sis o el hipotálamo, puede pre-
sentarse en asociación con algunos tumores, en particular 
carcinoma de células pequeñas del pulmón y algunos tumores 
endocrinos. También es un fenómeno transitorio frecuente 
después de lesión de la cabeza, neurocirugía por un tumor, 
y algunas enfermedades pulmonares que producen hipona-
tremia (sodio bajo en el suero) y desequilibrio hídrico, con 
el riesgo de intoxicación por agua.
a
b
• Causada por la producción excesiva de hormona de 
crecimiento a partir de un adenoma hipofi siario de 
células somatotrópicas, después de la fusión epifi siaria.
• Crecimiento notable de tejidos blandos, piel y vísceras.
• El crecimiento de huesos y tejidos blandos en manos y 
pies da un aspecto ‘de palas’, con dedos como 
salchichas. 
• El crecimiento de la mandíbula produce prognatismo 
(mandíbula saliente), crecimiento de la cara, y 
separación de los dientes.
• Entre los trastornos metabólicos se incluyen: intolerancia 
a la glucosa, diabetes mellitus, hipertensión, 
osteoporosis e insufi ciencia cardiaca congestiva.
Figura 16.3 Adenoma hipofisiario funcional 
Características clínicas
Productor de prolactina
 (30%)
Trastornos menstruales e 
infertilidad en mujeres
Impotencia, pérdida de la 
libido y depresión en varones
Productor de hormona 
 de crecimiento
Antes de la pubertad: 
gigantismo
Después de la pubertad: 
acromegalia
Productor de ACTH Enfermedad corticosuprarrenal 
(enfermedad de Cushing) 
(pág. 244)
Puntos clave
Acromegalia
Figura 16.4 Adenoma hipofi siario. (a) Tinción con H y E. (b) 
inmunohistoquímica. Los adenomas hipofi siarios tienen patrones 
sólidos y trabeculares (a). Puede usarse inmunohistoquímica para 
determinar la producción hormonal; aquí, la hormona del 
crecimiento se tiñe de color marrón.
16 PATOLOGÍAPatología clínica
334
TIROIDES
El tiroides secreta dos tipos de hormona a 
partir de dos tipos celulares
El tiroides es una glándula endocrina pura compuesta por 
dos tipos celulares, que secretan dos tipos de hormonas. 
Las células de los folículos tiroideos, que constituyen el 
espesor de la glándula, están dispuestas en forma de folícu-
los. Producen la hormona tiroxina (T4), y su más potente 
producto de desyodación triyodotironina (T3). La mayor 
parte de la T3 se produce por la eliminación de un átomo 
de yodo de T4 en los tejidos periféricos. Ambas hormonas 
intervienen en muchos procesos metabólicos, casi siempre 
aumentando su actividad, con lo que incrementan el meta-
bolismo basal. Esta glándula dispone de un rico drenaje 
linfático, e inervación adrenérgica y colinérgica.
Las células parafoliculares, o células ‘C’, son una pobla-
ción minoritaria, que se presenta sólo en pequeños grupos 
en los intersticios entre los folículos. Producen la hormona 
calcitonina, que interviene en la homeostasis del calcio, 
posiblemente inhibiendo la resorción osteoclástica del hueso 
(compárese con la hormona paratiroidea, pág. 538).
Las células de los folículos tiroideos sintetizan 
y secretan T4 y T3 bajo el control de la hormona 
estimulante del tiroides (TSH) de la hipófi sis
La T4 es sintetizada por las células foliculares del tiroides, 
que captan de modo preferencial yodo y lo enlazan a la 
tirosina. Las yodotirosinas se almacenan entonces en los 
ácinos foliculares y se fi jan a proteinas para formar tirog-
lobulina (coloide tiroideo). Ésta se retira del depósito de 
coloide según se requiera como resultado de pinocitosis 
por las mismas células foliculares, que luego separan la 
proteína enlazada por degradación lisosómica y convierten 
la hormona en los componentes activos T3 y T4. Éstos se 
secretan en los capilares tiroideos adyacentes para pasar a 
la circulación.
El término ‘bocio’ se usa para describir 
cualquier tumefacción del tiroides
Tradicionalmente, la palabra ‘bocio’ se ha usado para des-
cribir cualquier crecimiento del tiroides. El crecimiento tiroi-
deo puede tener muchas causas y a veces se relaciona con 
un trastorno metabólico debido a aumento o disminución 
de la producción de hormona tiroidea. En ocasiones se usa 
el término ‘bocio tóxico’ para describir el aumento de tamaño 
del tiroides por incremento de dicha producción (tirotoxi-
cosis), y el término ‘bocio no tóxico’ se aplica a un tiroides 
crecido cuando los niveles de hormona tiroidea son nor-
males. Ambos términos son imprecisos y no implican pato-
logía específi ca alguna, por lo cual es mejor evitarlos.
El aumento de tamaño del tiroides puede ser 
difuso o nodular 
El crecimiento del tiroides produce una tumefacción palpable, 
y a menudo visible, delante del cuello. El aumento de tamaño 
puede ser difuso o nodular; el crecimiento nodular puede 
abarcar toda la glándula o sólo parte de ella. La distribución 
y las características de la tumefacción con frecuencia pro-
porcionan valiosos indicios sobre la patología de base:
• El crecimiento multinodular irregular de todo el 
tiroides es la causa más común de aumento del 
tamaño tiroideo, y se ve particularmente en personas 
de edad avanzada. Este tipo también se llama bocio
multinodular.
• El crecimiento nodular focal dentro del tiroides
puede deberse a un tumor tiroideo. Este tipo de 
crecimiento debe investigarse (usualmente por excisión 
y examen histológico), ya que el tumor puede ser 
benigno o maligno. 
• El crecimiento simétrico fi rme levemente nodular 
(abultado) del tiroides entero es característico de la 
tiroiditis de Hashimoto (pág. 338).
• El crecimiento simétrico difuso del tiroides suele 
asociarse a datos de hipertiroidismo, por ejemplo en la 
enfermedad de Graves (véase más adelante), y a veces 
se llama bocio parenquimatoso. Este tipo de 
crecimiento también se ve como una respuesta 
fi siológica en mujeres en la pubertad y durante el 
embarazo.
Con la excepción de los tumores y la tiroiditis de Hashi-
moto, la mayoría de los crecimientos tiroideos obedecen 
a hiperplasia de los folículos tiroideos y sus células. El 
aumento en el número de células también puede aso-
ciarse con un incremento en la función celular, con pro-
ducción y secreción excesivas de T4 y T3, que conducen 
a hipertiroidismo.
El bocio multinodular es la cusa más común 
decrecimiento tiroideo en personas de edad 
avanzada
En el examen de necropsia se encuentra que muchas per-
sonas de edad avanzada presentan distorsión nodular de la 
arquitectura del tiroides. Sin embargo, sólo en casos en que 
el crecimiento es notable los pacientes buscan tratamiento, 
de ordinario por razones estéticas (el crecimiento del tiroi-
des produce una hinchazón desagradable en el cuello), y 
porque pueden desarrollarse síntomas de compresión por 
presión sobre la tráquea. Los síntomas de compresión son 
particularmente probables cuando el crecimiento ocurre en 
el istmo del tiroides, y el nódulo grande pasa detrás del 
manubrio del esternón (bocio retroesternal).
El bocio multinodular produce crecimiento hiperplásico 
irregular del tiroides a causa del desarrollo de nódulos bien 
circunscritos, de tamaño variable. Como muchos de los nódu-
los tiroideos de gran tamaño están llenos de coloide gelatinoso 
pardo, los bocios más grandes son llamados frecuentemente 
bocios coloides multinodulares (fi gura 16-5). Es posible 
que unos cuantos nódulos presenten indicios de hemorragia 
y cicatrización fi brosa. A veces hay nódulos más pequeños, 
carnosos, de color crema, que contienen poco coloide, y están 
compuestos principalmente por células foliculares tiroideas.
La mayoría de los pacientes con bocio multinodular tiene 
funcionamiento tiroideo normal, aunque ocasionalmente uno 
de los nódulos se vuelve funcional y estructuralmente hiper-
16Sistema endocrino
335
plásico, y secreta T3 y T4. Se desconoce la causa del bocio 
coloide multinodular, pero es posible que represente una res-
puesta desequilibrada de varias partes del tiroides a los niveles 
fl uctuantes de TSH durante el transcurso de muchos años.
Una causa extremadamente rara de crecimiento tiroideo 
es la tiroiditis de Riedel. En este trastorno ocurre fi brosis 
extensa, que a menudo se extiende a músculos adyacentes. En 
el examen clínico el padecimiento puede simular un carci-
noma tiroideo.
El crecimiento difuso liso de la glándula 
tiroides suele ser causado por hiperplasia de 
las células foliculares
La hiperplasia folicular causante del crecimiento del órgano 
en su totalidad puede asociarse con secreción de hormonas 
tiroideas normal (eutiroidea), aumentada (hipertiroidea),
o disminuida (hipotiroidea), dependiendo de los estímulos 
que producen la hiperplasia.
El tipo difuso simétrico de crecimiento puede ser provo-
cado por defi ciencia tiroidea alimentaria (bocio endémico),
que es el resultado de niveles bajos de yodo en el agua y el 
suelo locales. La defi ciencia de yodo induce bajos niveles de 
T3 y T4 en la sangre, lo cual inicia un aumento en la secre-
ción de TSH por la hipófi sis. Esto estimula una hiperplasia 
compensadora de las células foliculares tiroideas en todo el 
órgano, lo que produce el tipo de crecimiento característico. 
Este cuadro, que antes se veía en comunidades pequeñas 
aisladas en áreas montañosas de partes de Europa (de donde 
provienen nombres como cuello de Derbyshire), es raro en 
la actualidad en el mundo occidental, aunque aún se ve en pobla-
ciones montañosas del Himalaya y los Andes. A pesar de la 
hiperplasia compensadora, los pacientes son hipotiroideos.
La defi ciencia congénita de enzimas también puede ser 
responsable del bocio parenquimatoso. Surge en ciertos 
trastornos muy raros, en los que hay defi ciencia en la síntesis 
de T3 y T4. Por tanto, los pacientes son hipotiroideos, a 
pesar de los intentos de la hiperplasia compensadora.
Sin embargo, la causa más común es la tiroiditis auto-
inmunitaria. Hay dos tipos, uno de los cuales (enfermedad 
de Graves) se asocia particularmente con hipertiroidismo. 
El otro tipo (tiroiditis de Hashimoto) se asocia con la 
secreción reducida fi nal de hormona, que a menudo pasa 
por estados hipertiroideos y eutiroideos transitorios. Estas 
dos importantes enfermedades se describen con más detalle 
más adelante. 
La tiroiditis suele ser causada por infl amación, 
ya sea viral o autoinmunitaria
La infl amación del tiroides, que se denomina tiroiditis,
puede ser viral o autoinmunitaria.
La tiroiditis viral es rara, y su tipo clínico más común es 
la tiroiditis de de Quervain. Este cuadro se ve en mujeres 
jóvenes y de edad madura, como una ligera hinchazón difusa 
y dolorosa del tiroides, y suele presentarse en asociación con 
una enfermedad febril transitoria, a menudo durante diver-
sas epidemias virales. Muchas de estas pacientes son madres 
jóvenes cuyos hijos sufren en ese momento de paperas, 
sarampión u otras enfermedades virales, o se recuperan de 
ellas. La destrucción infl amatoria de los folículos se asocia fre-
cuentemente con una reacción granulomatosa de células gigan-
tes en respuesta al coloide que escapa, de aquí el sinónimo 
de ‘tiroiditis de células gigantes’ o ‘tiroiditis granulomatosa’.
La tiroiditis autoinmunitaria comprende la enfermedad 
de Graves y la tiroiditis de Hashimoto, que se expondrán con 
más detalle más adelante. Se nota infi ltración linfocítica 
progresiva del tiroides de los pacientes al envejecer, y es 
posible que sea un cambio normal con la edad. Sin embargo, 
algunos pacientes tienen una infi ltración linfocítica focal que 
excede la que se esperaría por la edad, y este trastorno ha 
sido llamado a veces tiroiditis linfocítica focal.
La secreción excesiva de hormonas tiroideas 
produce hipertiroidismo
El hipertiroidismo es causado por la secreción excesiva de 
hormonas tiroideas. La enfermedad es común, con preva-
lencia de 1a 2% en mujeres de países no defi cientes en yodo, 
que en su mayor parte padecen de enfermedad autoinmu-
nitaria del tiroides (enfermedad de Graves). La mayoría 
de las características clínicas (conocidas colectivamente como 
tirotoxicosis) (fi gura 16-6) son manifestaciones de un 
metabolismo basal permanentemente elevado, y los cam-
bios patológicos que ocurren son pérdida de grasa subcu-
tánea, reducción de masa de músculo esquelético, y a veces 
miocardiopatía. Además, puede ser visible o palpable un 
crecimiento de la glándula tiroides (bocio).
a
b
Figura 16.5 Bocio coloide multinodular. (a) Aspecto macroscópico. 
(b) Histología a bajo aumento. Los nódulos en el bocio 
multinodular están compuestos por folículos tiroideos 
hiperplásicos. Muchos generan coloide, otros son sólidos y de color 
crema. La degeneración quística y la fi brosis son comunes.
16 PATOLOGÍAPatología clínica
336
La tirotoxicosis puede ser causada por un nódulo autó-
nomo de tejido tiroideo hiperactivo que está fuera del con-
trol de la TSH. Este nódulo autónomo ‘caliente’ puede ser 
un adenoma tiroideo solitario, o un componente de un 
crecimiento multinodular del tiroides (bocio multinodular; 
fi gura 16-5).
La enfermedad de Graves es la causa más 
importante de hipertiroidismo
La enfermedad de Graves es una forma de tiroiditis auto-
inmune (fi gura 16-8a), que se presenta con crecimiento 
difuso del tiroides, exoftalmía (ojos protuberantes a causa de 
expansión de estructuras retroorbitarias por tejido adiposo 
y fi broblastos, que expresa de manera aberrante receptores 
de TSH de superfi cie), mixedema pretibial e hipocratismo de 
los dedos. La enfermedad es más común en adultos jóve-
nes, particularmente mujeres.
En los pacientes con enfermedad de Graves puede 
detectarse una variedad de autoanticuerpos, como anticuer-
pos contra receptor tiroideo, peroxisomas tiroideos o tiro-
globulina. De éstos, probablemente los más importantes 
son los anticuerpos contra diversos epítopes del receptor de 
TSH. El anticuerpo que se detecta con más frecuencia, la 
inmunoglobulina estimulante del tiroides (TSI), se fi ja 
al receptor de TSH y activa la adenilciclasa, con lo cual 
activa constitutivamente la producción de hormona tiroi-
dea. La enfermedad parece ser el resultado de una expansión 
de células B impulsada por células T colaboradoras aberran-
tes, que han escapado a los procesos reguladores normales. 
En los paciente con enfermedad de Graves hay alta inciden-
cia del antígenoHLA llamado HLA-DR3, y se producen 
polimorfi smos del antígeno 4 del linfocito T citotóxico 
(CTLA4), los cuales se ha sugerido que tienen una función 
supresora de células T. Un segundo grupo de anticuerpos, 
conocido como el grupo de inmunoglobulinas estimulantes 
del crecimiento tiroideo (TGI), también está dirigido con-
tra el receptor tiroideo e induce la proliferación del epitelio 
folicular del tiroides. El tercer grupo de anticuerpos contra 
el receptor tiroideo se conoce como inmunoglobulinas inhi-
bidoras de la fi jación a TSH (TBII). Éstas inhiben la unión 
de TSH a su receptor y, dependiendo del sitio de fi jación, 
pueden imitar la acción de la TSH o inhibir la secreción de 
hormona, por lo cual producen hipertiroidismo o hipotiroi-
dismo, dependiendo del sitio de fi jación. 
La estimulación autoinmune en la enfermedad de Graves 
da por resultado la división de las células foliculares tiroi-
C
L
a
b
Figura 16.6 Características clínicas del hipertiroidismo
Sensación de calor
Aumento de la sudoración
Pérdida de peso a pesar de aumento del apetito
Debilidad muscular proximal ± temblores
Taquicardia, palpitaciones
Fibrilación auricular (ocasionalmente)
Hipermotilidad intestinal, malabsorción, diarrea
Ansiedad e hiperactividad inquieta
Mirada fija, amplia, ptosis del párpado
C
Figura 16.8 Enfermedad de Graves. (a) Fotografía clínica que 
muestra exoftalmos. (b) Histología. En esta enfermedad el tiroides 
está infi ltrado focalmente por células linfoides (L). Los folícilos 
tiroideos hiperplásicos estimulados por anticuerpos están 
aumentados de tamaño, con núcleos grandes y un aspecto 
festoneado del coloide (C).
Figura 16.7 Hiperplasia tirotóxica. Las células epiteliales están 
aumentadas en número y tamaño, y los bordes del coloide (C) 
están festoneados, lo cual indica la remoción activa de coloide 
almacenado para su transformación en tiroxina.
16Sistema endocrino
337
deas, estimulándolas a dividirse (hiperplasia) y a sintetizar y 
secretar hormona tiroidea continuamente, fuera del control 
de la TSH de la hipófi sis. Por tanto, se sintetiza y secreta 
hormona tiroidea, y se pasa por alto el mecanismo de retroa-
limentación normal. El tiroides muestra un crecimiento 
carnoso difuso, los folículos están recubiertos por células 
foliculares activas grandes, y la luz de los folículos práctica-
mente no contiene coloide almacenado (fi guras 16-7 y 16-8). 
Otra característica histológica de la enfermedad es la pre-
sencia de mayor cantidad de agregados linfoides, incluyendo 
algunos folículos linfáticos. Este infi ltrado, de conformidad 
con el mecanismo propuesto arriba, está compuesto predo-
minantemente por células T mezcladas con células B, y 
células plasmáticas maduras secretoras de anticuerpos.
La menor producción de hormona tiroidea 
causa los síntomas y signos físicos del 
hipotiroidismo (mixedema)
En los lactantes, el hipotiroidismo causa el síndrome clínico 
del cretinismo, que produce una cara abultada y creci-
miento de la lengua, rasgos toscos, abdomen globoso y 
retraso del desarrollo físico y mental. Las causas principales 
del cretinismo son:
• Hipotiroidismo materno no tratado. Esto es raro en 
la actualidad, gracias a mejores prevención, 
reconocimiento y tratamiento del hipotiroidismo 
materno. Todavía es un problema en algunas áreas del 
mundo, donde se ve el bocio endémico causado por 
defi ciencia alimentaria de yodo.
• Defecto enzimático hereditario. Esta situación 
produce cretinismo esporádico, por defi ciencia en la 
síntesis de T3 y T4.
En los adultos, el hipotiroidismo se debe casi siempre a 
autoinmunidad o tratamiento previo de tirotoxicosis. Se 
presenta en 1 a 2% de las mujeres, con prevalencia cinco a 
diez veces menor en varones. El hipotiroidismo en adultos 
se manifi esta como el síndrome llamado mixedema, que es 
causado por menor metabolismo basal y acumulación de 
mucopolisacáridos en los tejidos conjuntivos de la piel. 
Ocurre disminución progresiva de la actividad física y men-
tal, letargia y sensibilidad creciente al frío, tumefacción facial, 
sequedad y aspereza de la piel, adelgazamiento del cabello 
(en particular de las cejas), agravamiento de la voz y ronquera, 
así como varias anormalidades internas, en especial insufi -
ciencia cardiaca y predisposición a hiperlipidemia y coma 
hipotérmico. Las principales causas del mixedema son:
• Ablación quirúrgica del tiroides, que ordinariamente 
es resultado de tiroidectomía total por una enfermedad 
maligna, o tiroidectomía subtotal por enfermedad de 
Graves hipertiroidea.
• Tiroiditis de Hashimoto (véase más adelante).
• Algunos tratamientos farmacológicos, por ejemplo 
litio, sulfonilureas y amiodarona.
Sin embargo, muchos pacientes con mixedema se presen-
tan por primera vez en una edad avanzada, y sólo unos 
cuantos tienen un historial de cirugía o enfermedad tiroi-
deas previas. En el examen de autopsia tienen uniforme-
mente una glándula fi brosa retraída, con muy poco tejido 
folicular residual, y a menudo sólo un infi ltrado linfocítico 
escaso, que representa un tiroides en fase terminal.
No hay indicios, ni en la historia ni en la histología, sobre 
la etiología de la disminucón del tamaño de la tiroides, 
aunque algunos pacientes tienen anticuerpos antitiroideos 
demostrables. Estos casos se denominan a veces tiroiditis
atrófi ca primaria. Se especula que algunos pacientes con la 
llamada tiroiditis linfocítica focal pueden avanzar a este 
estado, como también pueden hacerlo pacientes con tiroi-
ditis de Hashimoto subclínica o tiroiditis de de Quervain 
previa.
Una asistente de tienda de 34 años de edad se quejó de 
sudores nocturnos y palpitaciones. Había perdido 10 kg 
de peso durante los seis meses anteriores.
Tiroxina libre 42 pmol/L (12 a 26)
Triyodotironina libre 12 pmol/L (3.3 a 7.5)
Hormona estimulante
del tiroides (TSH) <0.1 mU/L (0.4 a 6.3)
Esta paciente tiene enfermedad de Graves, caracterizada 
por niveles altos de tiroxina libre que suprimen la 
secreción de hormona estimulante del tiroides. El 
trastorno es causado por autoanticuerpos que se fi jan a 
receptores de TSH en la glándula tiroides. Pocas veces es 
necesario medir el nivel de estos anticuerpos para 
establecer el diagnóstico. Los autoanticuerpos contra 
microsomas tiroideos y tiroglobulina son más fáciles de 
medir, y frecuentemente se presentan en niveles 
elevados en la enfermedad de Graves, aunque no son 
específi cos de este trastorno.
Una mujer de 44 años consulta a su médico general 
por falta de energía.
Tiroxina libre 4 pmol/L (12 a 26)
Hormona estimulante
del tiroides (TSH) 56 mU/L (0.4 a 6.3)
Esta paciente tiene hipotiroidismo primario, con 
niveles bajos de secreción de hormona tiroidea a 
pesar del aumento masivo en la producción de TSH 
por la hipófi sis. Una elevación de TSH en la sangre es 
un sensible marcador temprano de insufi ciencia 
tiroidea, y la medición de TSH es valiosa para vigilar la 
idoneidad del tratamiento de reemplazo hormonal 
tiroideo.
Datos relevantes
Hipertiroidismo
Datos relevantes
Hipotiroidismo
16 PATOLOGÍAPatología clínica
338
La tiroiditis de Hashimoto es una tiroiditis 
autoinmunitaria destructiva que conduce a 
hipotiroidismo
La enfermedad de Hashimoto es más frecuente en la edad 
madura, y es hasta 20 veces más común en mujeres. Es la 
causa más común de hipotiroidismo en Europa y en EUA, 
y constituye un ejemplo de enfermedad autoinmune espe-
cífi ca de un órgano que tiene tanto componentes celulares 
como humorales. El componente celular, en gran medida 
responsable de la destrucción del parénquima glandular, 
está compuesto por células T citotóxicas, mientras que el 
componente humoral deriva de una población de células B 
que secretan inmunoglobulinas de unión al receptor de 
TSH inhibidor. Estos anticuerpos inhiben la activación del 
epitelio tiroideo, dando lugar a hipotiroidismo. También 
se producen anticuerpos contra tiroglobulina y peroxidasa 
tiroidea, probablemente como consecuencia de exposición 
a antígenos previamentesujetos a secuestro inmunitario. La 
enfermedad de Hashimoto se observa en especial en aso-
ciación con HLA-DR5 y HLA-B8.
Las manifestaciones clínicas iniciales incluyen crecimiento 
difuso del tiroides, a veces con una fase preliminar de hiper-
tiroidismo, pero cuando la mayoría de los pacientes buscan 
atención médica, ya han pasado por las fases hipertiroidea y 
eutiroidea, y de manera progresiva se hacen hipotiroideos.
En el examen clínico, el tiroides suele estar simétrica-
mente crecido y fi rme, con superfi cie abultada. Como resul-
tado de la desaparición del coloide pardo (rico en yodo) y 
su reemplazo por linfocitos, la superfi cie de corte es blanca 
(fi gura 16-9), no del color pardo normal.
Es posible que algunos casos de tiroiditis de Hashimoto 
avancen a tiroiditis atrófi ca primaria. La demostración de 
los anticuerpos antitiroideos en el laboratorio constituye la 
base del diagnóstico de tiroiditis de Hashimoto, lo que hace 
innecesaria la biopsia.
Los pacientes con tiroiditis de Hashimoto (y con enfer-
medad de Graves) muestran una alta incidencia de otras 
enfermedades autoinmunes (como vitiligo, lupus eritematoso 
sistémico (LES), etc.).
 Los nodulos solitarios de la tiroides suelen 
requerir extirpación para confi rmar su 
naturaleza
Como la mayoría de los tumores epiteliales malignos de la 
tiroides se presenta inicialmente como un nódulo solitario, 
suele ser necesario practicar una escisión quirúrgica com-
pleta, con un margen seguro de tejido tiroideo normal. Sin 
a
b
a
b
Figura 16.10 Adenoma tiroideo solitario. Un nódulo ovoide simple 
bien circunscrito parcialmente marrón ocupa un polo del tiroides 
(a). La histología del borde del nódulo (b) muestra que el adenoma 
está compuesto, cuando menos en parte, por folículos grandes 
llenos de coloide (adenoma coloideo). Otras variantes pueden ser 
más celulares.
Figura 16.9 Enfermedad de Hashimoto. La tiroides está crecida 
difusamente, con lesiones nodulares (a) y una superfi cie de corte 
blanca, carnosa, a causa de infi ltración linfocítica y el reemplazo del 
coloide marrón. La histología (b) muestra infi ltración linfocítica 
folicular y difusa, con obstrucción de folículos tiroideos.
16Sistema endocrino
339
embargo, con frecuencia se puede hacer un diagnóstico 
preopertorio preciso después del examen citológico de células 
obtenidas por aspiración con aguja fi na del nódulo.
Los nódulos solitarios palpables del tiroides pueden ser 
causados por un:
• Nódulo desproporcionadamente grande en un bocio 
multinodular.
• Adenoma tiroideo solitario (fi gura 16-10), que puede 
estar lleno de coloide o tener un patrón folicular más 
celular. Este último puede parecer carnoso en la 
suprfi cie de corte.
• Tumor tiroideo maligno (principalmente carcinomas 
derivados del epitelio folicular). Sólo el examen 
histológico puede distinguir esos tumores del adenoma 
tiroideo solitario con el patrón más celular.
Hay tres tipos de tumores malignos derivados 
de las células foliculares tiroideas
Los tres tipos principales de tumores malignos derivados 
de las células foliculares tiroideas (fi gura 16-11) tienen 
evolución natural, comportamiento y pronóstico muy dis-
tintos. El tipo más común es el carcinoma papilar (70 a 80% 
de los casos), un tumor bien diferenciado que ocurre más 
frecuentemente en adultos jóvenes. Histológicamente, las 
células están dispuestas en proyecciones papilares, y las célu-
las epiteliales individuales son grandes, con núcleos centra-
les claros. El tumor a menudo es multifocal dentro del tiroides, 
y tiende a metastatizar por vía linfática a los ganglios del 
cuello. Es de crecimiento lento y tiene pronóstico exce-
lente; aun las metástasis crecen con lentitud y pueden curar 
con resección quirúrgica.
a b
dc
Figura 16.11 Carcinoma tiroideo. (a) 
Esta muestra macroscópica revela un 
carcinoma tiroideo que exhibe 
extensa propagación local. La fl echa 
superior revela su extensión hacia 
arriba, hasta abarcar la laringe, y la 
fl echa inferior muestra su 
crecimiento posterior hasta infi ltrar, 
comprimir y distorsionar la tráquea. 
Este tipo de crecimiento es 
característico del carcinoma 
anaplásico en el anciano. Este 
paciente sólo presentó síntomas 
durante ocho semanas antes de su 
muerte. (b) Esta micrografía muestra 
el carcinoma papilar tiroideo típico, 
con las células tumorales sobre un 
tallo vascular que producen el 
patrón vascular característico. En 
ocasiones el tallo estromal contiene 
calcifi caciones (cuerpos ‘psamoma’). 
(c) Esta micrografía muestra un 
carcinoma tiroideo folicular típico en 
la mitad superior. Aunque el tumor 
intenta reproducir el modelo 
folicular del tiroides normal, es 
mucho más celular, con menos 
coloide (rosado) formado. La fl echa 
indica donde el tumor ha invadido 
un vaso sanguíneo cercano, lo que 
es una indicación importante de que 
el tumor es maligno, y no un 
adenoma benigno. (d) Histología del 
carcinoma anaplásico. El tumor está 
compuesto por células redondas 
pequeñas indiferenciadas, dispuestas 
en láminas, sin evidencia alguna de 
diferenciación folicular o papilar. 
Puede ser difícil distinguir 
histológicamente este tipo de tumor 
de un linfoma sin la ayuda de la 
inmunohistoquímica.
16 PATOLOGÍAPatología clínica
340
El carcinoma folicular (10 a 25% de todos los casos)
suele afectar a personas de edad madura. Metastatiza a tra-
vés del torrente sanguíneo y es uno de los tumores que de 
forma característica se propaga al hueso. Los pacientes pue-
den presentarse con una fractura espontánea a causa de una 
metástasis antes de que el tumor principal se detecte. Tiene 
buen pronóstico. 
Confi nado por completo a personas de edad avanzada, el 
carcinoma anaplásico (<5% de todos los casos) crece con 
mucha rapidez e invade extensamente tejidos cercanos al 
tiroides, como la tráquea y los tejidos blandos del cuello. 
Puede presentarse como una masa tiroidea que crece rápi-
damente causando compresión traqueal o invasión de la vena 
yugular. El pronóstico es muy desfavorable. Las células del 
tumor, que suelen ser pequeñas, indiferenciadas y redondas, 
deben distinguirse histológicamente del linfoma maligno,
el cual también puede afectar el tiroides de individuos de 
edad avanzada, aunque responde mejor al tratamiento.
La única anormalidad signifi cativas de las 
células parafoliculares o ‘C’ del tiroides es el 
tumor conocido como ‘carcinoma medular’
El carcinoma medular (5% de todos los casos) tiene las 
características de un tumor neuroendocrino, y está com-
puesto por células pequeñas que contienen gránulos neu-
roendocrinos. Una característica inusual es la presencia 
ocasional de amiloide en el estroma de soporte. Estos 
tumores se presentan en personas de edad madura y mayo-
res, y ocasionamente se ven en niños y adultos jóvenes 
como componentes del síndrome de neoplasia endocrina 
múltiple (NEM) tipos IIa y IIb (véase más adelante).
Los tumores son de crecimiento lento, metastatizan a gan-
glios linfáticos cercanos (fi gura 16-12), y generalmente tie-
nen buen pronóstico. Los que ocurren en pacientes con el 
síndrome NEM a veces son más agresivos, y se asocian con 
un pronóstico menos favorable, aunque este último suele 
deberse a los efectos adversos de otros tumores endocrinos 
más que al del tiroides. Los tumores secretan calcitonina, y 
el diagnóstico puede apoyarse en la demostración de niveles 
elevados de calcitonina en la sangre. El aumento de calci-
tonina no produce manifestaciones sistémicas.
PARATIROIDES
Las glándulas paratiroides son glándulas 
endocrinas pequeñas cuya única función es 
secretar hormona paratiroidea
Hay cuatro (y a veces hasta ocho) glándulas paratiroides, 
que suelen estar situadas cerca de la tiroides. Dos glándulas 
están cerca de los polos superiores de los lóbulos tiroideos 
derecho e izquierdo, y las otras están situadas cerca de los 
polos inferiores, aunque su posición es variable; puede haber 
glándulas paratiroides dentro del tejido de la glándula tiroi-
des y en el remanentede grasa tímica debajo de la tiroides 
y en el mediastino. Esta localización variable reviste impor-
tancia clínica, porque las enfermedades paratiroideas de 
mayor relevancia se tratan quirúrgicamente, y las glándulas 
son difíciles de encontrar, en particular porque las parati-
roides normales son demasiado pequeñas (unos 5 � 3 �
2 mm).
La hormona paratiroidea (PTH), secretada por las célu-
las principales, es importante en el equilibrio del calcio, y 
actúa en dos sitios principales:
• La superfi cie ósea, donde estimula principalmente la 
resorción del hueso mineralizado, estimulando 
inicialmente a los osteoclastos para producir el factor 
activador del osteoclasto, con lo cual libera de manera 
indirecta calcio al torrente sanguíneo, e induce la 
activación del osteoclasto.
• Los túbulos renales, donde estimula la resorción 
preferencial de iones calcio en la orina, minimizando la 
resorción de iones fosfato. También cataliza la 
producción de 1,25-dihidroxivitamina D a partir de un 
precursor menos activo (pág. 538). Además, la PTH 
inhibe la resorción de sodio y bicarbonato y, por tanto, 
tiene un efecto diurético y puede provocar acidosis 
hiperclorémica. También reduce la depuración renal de 
ácido úrico y, por tanto, el hiperparatiroidismo se 
asocia también con hiperuricemia y gota.
La producción de 1,25-dihidroxivitamina D por el 
riñón tiene importancia vital en el control de la absorción 
intestinal de calcio y fósforo.
a
b
A
A
Figura 16.12 Carcinoma medular de tiroides. El tumor (a) se 
presentaba como un nódulo solitario en la tiroides, pero había un 
tumor metastásico en un ganglio linfático del cuello en el 
momento de la presentación. La histología (b) muestra un patrón 
de crecimiento neuroendocrino, con células tumorales y grandes 
masas de amiloide en el estroma (A).
16Sistema endocrino
341
En general, el aumento en la secreción de PTH incre-
menta los niveles de calcio en el suero, y su secreción redu-
cida disminuye los niveles séricos de calcio. Las variaciones 
de los niveles de calcio en suero suelen mantenerse dentro de los 
límites fi siológicos normales por medio de la variación limi-
tada de la secreción de PTH. Un aumento o reducción 
inapropiados en la secreción de PTH inducen un incre-
mento (hipercalcemia) o reducción (hipocalcemia) pato-
lógicos en los niveles séricos de calcio. Los cambios óseos 
por exceso en la actividad de la PTH se exponen en el 
capítulo 24.
El aumento en la secreción de PTH suele ser 
causado por la presencia de un adenoma 
paratiroideo benigno
El adenoma paratiroideo suele ser un tumor solitario que 
afecta sólo una de las paratiroides, mientras que las otras a 
menudo muestran atrofi a. Por lo común los tumores son 
pequeños, y muy rara vez son palpables en el cuello; los 
principales síntomas de presentación se deben a la secreción 
excesiva de hormona paratiroidea (paratiroidismo prima-
rio), que produce los síntomas y signos de hipercalcemia.
Las características histológicas del adenoma paratiroideo se 
muestran en la fi gura 16-13b.
Los tumores paratiroideos malignos, con invasión y 
propagación metastásica, son muy raros, aunque algunos 
adenomas paratiroideos pueden mostrar considerable poli-
morfi smo y atipia nuclear y citoplásmica.
El adenoma paratroideo primario es sólo una de las posi-
bles causas de hipercalcemia (fi gura 16-14a). Es poco común 
que, el hiperparatiroidismo primario sea el resultado de 
hiperplasia difusa de las paratiroides, es más frecuente que 
lo hago un tumor solitario.
La hiperplasia difusa de todas las glándulas 
paratiroides suele ser una respuesta 
compensadora a los niveles de calcio 
persistentemente bajos
La causa más común de hiperplasia compensadora de las 
paratiroides es insufi ciencia renal, en la cual la pérdida 
excesiva de calcio en la orina conduce a una hipocalcemia 
sérica persistente (fi gura 16-15).
La hiperplasia paratiroidea produce aumento de la secre-
ción de PTH, la cual moviliza calcio del hueso estimulando 
el aumento de la actividad osteoclástica. Sin embargo, el 
calcio así liberado sólo acerca a la normalidad el nivel sérico 
de calcio, sin producir nunca hipercalcemia. Este meca-
nismo compensador se llama hiperparatiroidismo secun-
dario, y se asocia con niveles normales o bajos de calcio en 
el suero. Muy raramente, puede surgir un adenoma parati-
roideo autónomo en una de las paratiroides hiperplásicas 
(hiperparatiroidismo terciario).
Varón de 42 años de edad con cálculos renales 
recurrentes.
Plasma
Calcio 2.92 mmol/L (2.2 a 2.6)
 11.6 mg/L (8.5 a 10.3)
Fosfato 0.51 mmol/L (0.7 a 1.4)
Albúmina 43 g/L (35 a 50)
 4.3 g/dL (3.5 a 5.0)
Fosfatasa alcalina 270 U/L (80 a 280)
Hormona paratiroidea 75 ng/L (10 a 55)
Hiperparatiroidismo y enfermedad maligna son las dos 
causas más comunes de hipercalcemia, y pueden 
distinguirse determinando los niveles de la hormona 
paratiroidea (PTH) plasmática. Estos son bajos en la 
hipercalcemia debida a cáncer, y altos o en el límite normal 
superior en pacientes con hiperparatiroidismo, como este 
varón. El fosfato plasmático puede ser bajo en ambos 
trastornos, pero los niveles de fosfato están elevados en 
pacientes con deterioro renal por cualquier causa. Los 
niveles de fosfatasa alcalina están aumentados en una 
minoría de pacientes con hiperparatiroidismo primario.
Hypercalcemia
Figura 16.13a Causas de hipercalcemia
Tumor metastásico 
ampliamente 
propagado al hueso
Destrucción de hueso 
esponjoso porque el tumor 
libera calcio
Adenoma paratiroideo El aumento de la secreción de 
PTH libera calcio del hueso por 
resorción osteoclástica
Mieloma múltiple Los tumores de células 
plasmáticas en el hueso 
medular liberan calcio del
hueso erosionado
Secreción ectópica 
de PTH
Algunos tumores, como el 
carcinoma pulmonar de células 
pequeñas, segregan PTH
Intoxicación con 
vitamina D
Sarcoidois
Síndrome de leche y álcali
Raros
Figura 16.13b Efectos patológicos de la hipercalcemia
Depósito de calcio en los túbulos renales
 (nefrocalcinosis)
Cálculos renales
Calcificación excesiva de vasos sanguíneos
Calcificación de las córneas
Datos relevantes
Hiperparatiroidismo primario
16 PATOLOGÍAPatología clínica
342
a b
Masculino de 83 años que vivía solo, rara vez 
cocinaba, y comía principalmente pan y galletas.
Plasma
Calcio 1.93 mmol/L (2.2 a 2.6)
Fosfato 0.50 mmol/L (0.7 a 1.4)
Albúmina 36 g/L (35 a 50)
Fosfatasa alcalina 410 U/L (80 a 280)
PTH 85 ng/L (10 a 55)
La hipocalcemia, causada en este paciente por 
defi ciencia de vitamina D, produce 
hiperparatiroidismo secundario. El aumento resultante 
en la actividad osteoclástica se refl eja en los niveles 
elevados de fosfatasa alcalina. La supresión de la 
resorción renal de fosfato causa hipofosfatemia.
Hypocalcemia
Figura 16.16 Causas de hipocalcemia
Insuficiencia renal 
crónica
Por pérdida excesiva de calcio y 
retención de fosfato por el riñón 
deficiente. Esto se compensa a 
menudo con hiperparatiroidismo 
secundario y enfermedad de los 
huesos (pág. 538)
Hipoparatiroidismo Extirpación quirúrgica, 
enfermedad autoinmune
Deficiencia de 
vitamina D
Conduce a osteomalacia
y raquitismo (capítulo 24)
a b c
Figura 16.15 Hiperplasia 
paratiroidea. (a) Fotografía de 
la cara posterior de la glándula 
tiroides tomada en el examen 
de autopsia de un hombre que 
murió de insufi ciencia renal 
crónica no tratada; se observa 
crecimiento de todas las 
paratiroides (fl echas). (b) La 
paratiroides hiperplásica es 
casi idéntica histológicamente 
al adenoma paratiroideo de la 
fi gura 16-13b; compárese la 
celularidad con la de la 
paratiroides normal en la 
fi gura 16-13 (c).
Figura 16.14 Adenoma paratiroideo. (a) Adenoma paratiroideo de 1 cm extirpado de un paciente con hipercalcemia. (b) El borde del 
adenoma paratiroideo muestra una masa sólida de células paratiroideas. (c) La paratiroides normal muestra que las células productoras de 
hormona normalmente comprenden sólo una pequeña parte de la glándula, y el resto es tejidoadiposo.
Datos relevantes
Hiperparatiroidismo secundario
16Sistema endocrino
343
El hiperparatiroidismo primario suele ser 
clínicamente silencioso 
De ordinario, el hiperparatiroidismo produce un aumento 
clínicamente silencioso en los niveles séricos de calcio ioni-
zado, que puede simular la hipercalcemia que es común ver 
asociada a la infi ltración ósea por una metástasis tumoral. 
Los trastornos pueden distinguirse bioquímicamente, por-
que la hipercalcemia producida por el hiperparatiroidismo 
se acompaña de una elevación de PTH, mientras que en 
las lesiones malignas, los niveles de PTH son apenas 
detectables.
Como consecuencia de la detección temprana de la hiper-
calcemia, los síntomas tradicionales de dolor de huesos por 
erosión y fractura del hueso trabecular, y los ‘tumores pardos’ 
(pág. 540), se encuentran ahora raramente. Sin embargo, 
puede haber varios síntomas y signos que no son exclusivos 
del hiperparatiroidismo, como estreñimiento y náuseas, úlcera 
péptica, pancreatitis, cálculos biliares, y debilidad muscular 
e hipotonía. También puede haber presentaciones psiquiá-
tricas, incluyendo depresión. Por tanto, es esencial que se 
practiquen las pruebas de funcionamiento tiroideo y para-
tiroideo y se mida el calcio sérico en todos los pacientes que 
se presenten con depresión y otros trastornos psiquiátricos.
El hipoparatiroidismo casi siempre es 
resultado de la ablación quirúrgica de las 
glándulas paratiroides
Las glándulas paratiroides pueden ser resecadas de manera 
inadvertida o deliberada durante la cirugía del tiroides. Si 
no se se extirpan, pueden ser lesionadas en el procedimiento 
quirúrgico, o por interferencia con su riego sanguíneo.
Con frecuencia mucho menor, las glándulas paratiroides 
son lesionadas por un proceso patológico autoinmune 
(enfermedad paratiroidea autoinmune) asociado con la 
pesencia de un anticuerpo, lo que suele ocurrir en pacien-
tes que tienen otra enfermedad endocrina autoinmune, 
como la tiroidits de Hashimoto (pág. 338) o la enfermedad 
de Addison (pág. 345). 
El decremento en la secreción de PTH causa un descenso 
del calcio sérico, con un correspondiente aumento en los 
niveles séricos de fosfato. El hipoparatiroidismo es sólo una 
de las causas de hipocalcemia (fi gura 16-16).
El hipoparatiroidismo se presenta comúnmente con sig-
nos de irritabilidad neuromuscular, que incluyen sensación 
de hormigueo, espasmos musculares, tics faciales y espasmo 
carpopedio sostenido. También puede haber arritmias car-
diacas o convulsiones, o ambas cosas. También puede detec-
tarse calcifi cación distrófi ca en los tejidos.
GLÁNDULA SUPRARRENAL
La glándula suprarrenal tiene dos 
componentes endocrinos distintos: la corteza 
y la médula
La corteza suprarrenal (fi gura 16-17) sintetiza, almacena y 
secreta tres grupos principales de hormonas, todas las cua-
les son hormonas esteroideas, sintetizadas a partir de 
colesterol.
• Hormonas glucocorticoides, por ejemplo 
hidrocortisona en la zona fasciculada y la zona 
reticular.
• Hormona mineralocorticoide (aldosterona), en la 
zona glomerular.
• Esteroides sexuales, en la zona reticular.
La médula suprarrenal deriva embriológicamente de la 
cresta neural ectodérmica, y es parte del sistema nervioso 
simpático. Sintetiza y secreta las aminas vasoactivas adrena-
lina y noradrenalina (epinefrina y noreprinefrina).
La producción excesiva de hormonas de la 
corteza suprarrenal suele deberse a 
hiperplasia o tumor
La producción de hidrocortisona y esteroides sexuales por 
la corteza suprarrenal es controlada por la ACTH secretada 
por la hipófi sis; la secreción de aldosterona se controla a 
través de la producción de renina en el aparato yuxtaglo-
merular del riñón (pág. 356). La produccion excesiva de 
ACTH, por ejemplo por un adenoma hipofi sario secretor 
de ACTH, estimula el aumento en número, tamaño y 
actividad secretora de las células de la corteza suprarrenal, 
C
ZR
ZF
ZG
Figura 16.18 Hiperplasia corticosuprarrenal. La suprarrenal de la 
derecha es normal, la de la izquierda muestra hiperplasia.
Figura 16.17 Corteza suprarrenal normal. Microfotografía que 
muestra las tres zonas bien defi nidas de la corteza suprarrenal: la 
zona glomerular (ZG), la zona fasciculada (ZF) y la zona reticular 
(ZR). Estas zonas están envueltas por una cápsula (C).
16 PATOLOGÍAPatología clínica
344
lo que ocasiona hiperplasia corticosuprerrenal (fi gura 16-18), 
que puede ser difusa o nodular.
La producción excesiva descontrolada de homonas de la 
corteza suprarrenal puede causar síndome de Cushing o 
síndrome de Conn (véase Puntos clave).
El adenoma corticosuprarrenal es un tumor amarillo 
bien circunscrito (fi gura 16-9) en la corteza suprarrenal, 
que suele medir 2 a 5 cm de diámetro. El color del tumor, 
como el de la totalidad de la corteza suprarrenal, se debe a 
los lípidos almacenados (principalmente colesterol), a partir 
de los cuales se sintetizan las hormonas corticales. Estos 
tumores son hallazgos incidentales frecuentes en exámenes 
de autopsia, y no parecen haber producido trastorno meta-
bólico signifi cativo; sólo un porcentaje muy reducido pro-
ducen síndrome de Cushing. Sin embargo, estos adenomas, 
aparentemente ‘no funcionales’, se encuentran con mayor 
frecuencia en personas obesas de edad avanzada, que a 
menudo son hipertensas. Hay cierto debate sobre la posi-
bilidad de que realmente representen nódulos en la hiper-
plasia cortical nodular difusa.
Muy ocasionalmente, un verdadero adenoma corticosupra-
rrenal se asocia con las manifestaciones clínicas del síndrome 
de Conn, y puede mostrarse que secreta mineralocorticoides.
El carcinoma corticosuprarrenal es raro, y prácticamente 
cada caso se asocia con producción excesiva de hormonas, 
• Provocado por exceso de esteroides, cuya causa más 
común es la administración terapéutica de corticosteroides. 
También puede resultar de un adenoma hipofi siario (el 
cual produce secreción excesiva de ACTH), un adenoma 
suprarrenal, secreción ectópica de ACTH (p. ej., por 
carcinoma pulmonar), y carcinoma corticosuprarrenal.
• Afecta la mayor parte de los sistemas, incluyendo facies 
típica (cara de luna), con acné e hirsutismo; osteoporosis 
grave, a menudo con colapso vertebral; miopatía 
(debilitamiento y desgaste muscular); fragilidad de la 
piel y reparación defi ciente de heridas; obesidad del 
tronco con estrías; ulceración péptica, hipertensión y 
diabetes; hipopotasemia; y trastornos psiquiátricos.
• El diagnóstico se basa en las características clínicas y la 
demostración de niveles plasmáticos elevados de cortisol.
• La causa se determina con prueba de supresión de 
dexametasona, observación por IRM y TC de la hipófi sis 
y las glándulas suprarrenales, y análisis minucioso del 
nivel de ACTH en sangre (alto: adenoma hipofi siario o 
fuente ectópica de ACTH; bajo: tumor suprarrenal 
primario).
• Causado por secreción excesiva del 
mineralocorticoide aldosterona, que es autónoma 
(aldosteronismo primario). La secreción excesiva de 
aldosterona por los niveles plasmáticos excesivos 
de renina (aldosteronismo secundario) es más 
común, p. ej., en cirrosis hepática, síndrome 
nefrótico.
• El aldosteronismo primario es causado casi 
invariablemente por un adenoma 
corticosuprarrenal. 
• Los efectos incluyen retención de sodio y agua (en 
conjunto, esto conduce a hipertensión sistémica) y 
pérdida urinaria excesiva de potasio (que induce el 
riesgo de arritmias cardiacas).
• El diagnóstico se basa en establecer la presencia de 
hiperaldosteronismo por estimaciones de los 
electrólitos en la sangre (alto Na+, bajo K+, alcalosis 
metabólica), y se confi rma por la detección de 
niveles plasmáticos elevados de aldosterona y la 
observación de un adenoma corticosuprarrenal por 
TC o IRM. El nivel de renina es bajo en el síndrome 
de Conn y alto en el aldosteronismo secundario.
Figura 16.19 Adenoma corticosuprarrenal. La suprarrenal contiene 
un adenoma amarillo, solitario, bien circunscrito, derivadode la 
corteza.
Puntos clave
Síndrome de Cushing
Puntos clave
Síndrome de Conn
16Sistema endocrino
345
por lo común glucocorticoides y esteroiodes sexuales. Como 
resultado, con frecuencia los pacientes tienen características 
de síndome de Cushing mezcladas con efectos andrógenos, 
que son particularmente reconocibles en mujeres. Los 
tumores suelen ser grandes y de color blanco amarillento, 
y son comunes invasión local y propagación metastásica.
La secreción ectópica de ACTH puede estar asociada 
con tumores no suprarrenales, en particular el carcinoma de 
células avenulares de los bronquios y algunos tumores car-
cinoides. En casos del tumor bronquial altamente maligno, 
los síntomas son principalmente metabólicos, con hipopo-
tasemia, alcalosis y deterioro de la tolerancia a la glucosa. 
El paciente rara vez sobrevive el tiempo sufi ciente para 
desarrollar las características físicas del síndome de Cushing, 
aunque éstas y la hipertensión pueden presentarse cuando 
la secreción inapropiada se debe a un de comportamiento 
menos agresivo.
La insufi ciencia coticosuprarrenal crónica 
produce enfermedad de Addison
La enfermedad de Addison es causada por insufi ciencia corti-
cosuprarrenal crónica que ocasiona defi ciencia de glucorti-
coides y mineralocorticoides. Las principales características 
de la enfermedad son hiponatremia e hiperpotasemia con 
deshidratación crónica; hipertensión, a menudo notable-
mente postural; letargia y debilidad; vómito y pérdida del 
apetito; y pigmentación oscura de la piel y la mucosa bucal.
La causa más común de enfermedad de Addison es destruc-
ción de la corteza de ambas suprarrenales por adrenalitis 
autoinmune, asociada frecuentemente a enfermedad tiroi-
dea autoinmune (págs. 337 a 338 y 343), gastritis autoin-
mune y otras enfermedades autoinmunes de órganos 
endocrinos. Otras causas son tuberculosis suprarrenal bila-
teral, infecciones micóticas, y destrucción suprarrenal por 
tumor, aunque todas ellas son raras.
La insufi ciencia corticosuprarrenal aguda suele 
ser causada por infarto hemorrágico, pero 
puede ser yatrógena
La necrosis hemorrágica bilateral de las suprarrenales suele 
asociarse con coagulación intravascular diseminada. Es una 
característica de la septicemia grave, en particular septice-
Una mujer de 45 años de edad, con el antecedente de 
debilidad y pérdida de peso progresivas durante un 
periodo de meses, es vista por su médico general.
Plasma
Sodio 129 mmol/L (135 a 145)
Potasio 6.2 mmol/L (3.5 a 5.3)
Urea 9 mmol/L (1.0 a 6.5)
Creatinina 125 μmol/L (60 a 120)
Cortisol plasmático 4 a 22 μg/dL (110 a 607 nmol/L) 
am 3 a 17 μg/dL (83 
a 469 nmol/L) pm
La defi ciencia de mineralocorticoide por insufi ciencia 
corticosuprarrenal causa pérdida de sodio de los túbulos 
renales distales, dando como resultado, hiponatremia. La 
pérdida de agua asociada conduce a deshidratación y 
reducción del fl ujo sanguíneo renal, lo que se refl eja en la 
leve uremia. Los iones potasio e hidrógeno se retienen en 
los túbulos distales, y es común observar hiperpotasemia 
y acidosis metabólica. La defi ciencia de glucocorticoides 
puede producir hipoglucemia.
Se practicó una prueba corta de Synachten:
Basal Cortisol plasmático 54 nmol/L
Se administraron 250 μg de Synachten por vía intramuscular
30 minutos después Cortisol plasmático 71 nmol/L
Synachten es un análogo sintético del ACTH. Una 
respuesta normal a Synachten muestra una elevación de 
cortisol en el plasma de cuando menos 200 nmol/L 
respecto al valor basal. La falta de una respuesta adecuada 
en este paciente confi rma el diagnóstico de insufi ciencia 
suprarrenal.
Datos relevantes
Insufi ciencia corticosuprarrenal crónica
Figura 16.20 Síndrome de Waterhouse-Friderichsen. Tomadas de 
un niño con septicemia meningocócica, ambas suprarrenales 
muestran necrosis hemorrágica aguda que condujo a insufi ciencia 
suprarrenal aguda.
16 PATOLOGÍAPatología clínica
346
mia meningocócica, en la cual se le conoce como ‘síndrome 
de Waterhouse-Friederichsen (fi gura 16-20). Hay choque 
hipovolémico e hipertensivo, con hipoglucemia, y riesgo alto 
de muerte súbita.
Puede presentarse insufi ciencia corticosuprarrenal aguda 
iatrógenica cuando el tratamiento prolongado con dosis 
altas de corticosteroides se suspende de forma repentina. El 
tratamiento prolongado con corticosteroides hace que se 
suprima la producción endógena normal de esteroides por 
la corteza suprarrenal, la cual se atrofi a notablemente. El 
cese súbito de la terapia con esteroides exógenos provoca 
insufi ciencia corticosuprarrenal aguda (crisis suprarrenal),
con choque hipovolémico e hipertensivo, hipoglicemia y 
riesgo de muerte súbita.
Los tumores de la médula suprarrenal 
pueden producir un exceso de adrenalina 
y noradrenalina o de sus productos de 
desdoblamiento
Los dos tipos principales de tumor de la médula suprarrenal 
son los feocromocitomas (que ocurren en adultos) y los 
neuroblastomas (que ocurren en niños). Los neuroblasto-
mas se describen en una sección posterior, en las páginas 
350 a 351.
El feocromocitoma es un tumor de las células secretoras 
de adrenalina y noradrenalina (epinefrina y norepinefrina) de 
la médula suprarrenal. Produce niveles altos de una o ambas 
hormonas y sus productos de desdoblamiento, ácido vani-
lilmandélico (VMA) y ácido homovanílico (HVA), que son 
ambos secretados en la orina y pueden estimarse como una 
prueba diagnóstica.
El tumor suele ser esférico (fi gura 16-21) y menor de 5 cm 
de diámetro. Tiene superfi cie de corte pálida, cremosa, que 
cambia a un color pardo oscuro casi instantáneamente al 
exponese al aire debido a la oxigenación de los pigmentos 
del tumor. A pesar del hecho de que el tumor suele ser 
pequeño y no metastásico, es un trastorno peligroso con 
alta mortalidad perioperatoria.
La producción excesiva de aminas ocasiona hipertensión, 
que a menudo es inicialmente paroxística y asociada con 
cefaleas intensas, pero con el tiempo la hipertensión se 
vuelve constante. Puede haber insufi ciencia cardiaca intra-
table, a menudo inexplicable. El feocromocitoma es una de 
las causas de hipertensión sistémica tratable con cirugía.
Los tumores bilaterales se ven con más frecuencia en 
pacientes con los síndromes NEM tipos IIA y IIB (pág. 349).
En raras ocasiones el feocromocitoma ocurre en tejido 
simpático extrasuprarrenal, principalmente en el área retro-
peritoneal, a lo largo de la aorta abdominal (órgano de 
Zuckerkandl).
a
b
Figura 16.21 Feocromocitoma. (a) La suprarrenal contiene un 
tumor pardo esférico bien circunscrito, con pequeños focos de 
hemorragia. (b) La histología muestra un tumor neuroendocrino 
típico, con células que recuerdan las de la médula suprarrenal 
normal.
Femenino de 38 años con crisis de angustia (ataques de 
pánico). Su presión arterial era alta (170/105), y no se 
controlaba con las dosis ordinarias de bloqueadores β 
antihipertensivos.
Excreción de catecolaminas en orina de 24 h 
Adrenalina 170 nmol/día (hasta 
200)(epinefrina)
Noradrenalina 2697 nmol/día (hasta 
530)(norepinefrina)
VMA 47 μmol/día (hasta 35)
La excreción excesiva de catecolaminas por un 
feocromocitoma produce un incremento en la excreción 
urinaria de noradrenalina, adrenalina o ambas, y del 
metabolito de las catecolaminas VMA (ácido 
vanililmandélico o ácido 3-metoxi-4-hidroximandélico). 
La medición de las catecolaminas en el plasma es útil si 
es posible obtener la muestra durante la crisis.
Datos relevantes
Feocromocitoma
16Sistema endocrino
347
TEJIDO PANCREÁTICO ENDOCRINO
La mayor parte del tejido pancreático 
endocrino está situada en islotes septados
Los islotes de células endocrinas, los islotes de Langerhans, 
están dispersos en la cabeza, el cuerpo y la cola del páncreas, 
dispuestos entre los acinos del componenete exócrino secre-
tosr de enzimas. Los islotes son nidos de células endocrinas 
con citoplasma granular rosado que contiene gránulos neu-
roendocrinos; cada nido tiene una red capilar íntima enla 
cual se vierten las sececiones de los islotes. Hay un compo-
nente endocrino menor distinto de los islotes, con células 
endocrinas dispersas en los conductos que drenan la secre-
sión de los ácinos excretores, particularmente los conductos 
más pequeños.
Las células endocrinas secretan las siguientes hormonas:
• Insulina, que permite la transferencia de glucosa 
sanguínea a las células y estimula la síntesis de 
glucógeno en higado y músculo esquelético. La 
insulina disminuye el nivel de glucosa en la sangre, y 
en ausencia de insulina dicho nivel se eleva y en las 
células se agota la glucosa.
• Glucagon, que se opone a las funciones de la insulina.
• Somatostatina, que tiene muchas funciones y se 
encuentra ampliamente distribuida en todo el cuerpo. 
En el páncreas inhibe la liberación de insulina y 
glucagon desde los islotes. En otros órganos, por 
ejemplo el estómago y el hipotálamo, tiene otras 
funciones.
• Polipéptido pancreático, que es una secreción menor 
con función desconocida.
Más de 60% de las células de los islotes se relacionan con 
la producción de insulina, y alrededor de 20% con la produc-
ción de glucagon. La clasifi cación de las células de los islotes 
ha sido compleja. Sin embargo, el uso de técnicas inmuno-
histoquímicas permite identifi car el producto de una célula 
individual, y ahora es mejor clasifi car los tipos celulares por 
su producto secretado, por ejemplo ‘secretora de insulina’.
La enfermedad más común e importante 
asociada con el páncreas endocrino es la 
diabetes mellitus
La diabetes mellitus, causada por daño autoinmune de las 
células secretoras de insulina, es una enfermedad común e 
importante asociada con el páncreas endocrino.
La diabetes mellitus es un síndrome clínico debido a 
trastornos del metabolismo de carbohidratos, lípidos y pro-
teínas, por la carencia de glucosa intracelular. Esta carencia 
puede deberse a defi ciencia primaria grave de insulina en la 
sangre, que conduce a una falla en el transporte de glucosa 
al interior de las células, o a incapacidad de la glucosa de ingresar 
en las células como resultado de resistencia de las membra-
nas celulares a los efectos de los que pueden ser los niveles 
normales de insulina circulante. 
El primer patrón se llama diabetes mellitus tipo I (insu-
linodependiente, DMID), y el último, diabetes mellitus 
a
b
c
T
T
T
Figura 16.22 Tumor de las células de los islotes del páncreas. Esta 
muestra del páncreas obtenida quirúrgicamente (a) fue tomada de 
un paciente con síndrome MEN I, y muestra varios tumores (T) de 
células de los islotes separados. Histológicamente (b) los tumores 
están compuestos por cordones y nidos de células 
neuroendocrinas en contacto con tejido pancreático adyacente. La 
inmunohistoquímica (c) mostró que las células neuroendocrinas 
estaban produciendo insulina (color marrón). En este caso, el 
paciente se presentó con ataques hipoglucémicos recurrentes 
(véase el texto en la página 348).
16 PATOLOGÍAPatología clínica
348
tipo II (no insulinodependiente, DMNID). El tipo I se 
asocia con lesión autoinmune de las células secretoras de 
insulina de los islotes de Langerhans, que conduce a defi -
ciencia en la secreción de insulina, con producción de altos 
niveles de glucosa en la sangre.
Aunque algunas características de ambos tipos de diabetes 
mellitus son el resultado de trastornos bioquímicos genera-
les, muchas de las manifestaciones clínicas que producen 
grave morbilidad y mortalidad son complicaciones estruc-
turales que afectan múltiples tejidos y órganos por todo el 
cuerpo. Por tanto, se hace una descripción detallada de la 
diabetes mellitus en el capítulo dedicado a procesos patoló-
gicos sistémicos (capítulo 25).
El otro único trastorno importante causado 
por una anormalidad del componente 
endocrino del páncreas es el tumor de células 
de los islotes
Los tumores de las células de los islotes del páncreas son ejem-
plos de tumores neuroendocrinos. En su mayoría son benig-
nos, y producen sus síntomas a través de la secreción 
excesiva de una hormona específi ca, por lo común insulina. 
Suelen ser solitarios, pero en los síndromes MEN es su 
mayor parte son múltiples (fi gura 16-22).
El insulinoma produce hipersecreción de insulina con el 
resultado de ataques de hipoglucemia, a menudo lo sufi -
cientemente intensos para producir coma. Los signos pre-
vios al coma incluyen confusión y trastornos conductuales 
(a veces agresividad).
El glucagonoma es muy raro. La secreción excesiva de 
glucagon con frecuencia es asintomática, aunque los pacien-
tes pueden estar anémicos, y desarrollar una diabetes secun-
daria inexplicable. A veces se presenta un extraño exantema 
cutáneo característico llamado eritema migratorio necrolítico.
Muy raramente, los tumores de células de los islotes 
secretan hormonas inusuales, como péptido intestinal vaso-
activo (VIP) y gastrina (que produce el síndrome de Zollin-
ger-Ellison de úlceras pépticas múltiples recurrentes en el 
estómago e intestino proximal), e incluso ACTH.
OVARIO Y TESTÍCULO
El ovario en un órgano endocrino importante 
que produce estrógenos y progesterona
El ovario produce cíclicamente estrógeno y progesterona, 
bajo la infl uencia de la producción cíclica de hormona 
foliculoestimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH) 
por la hipófi sis, la cual a su vez es estimulada por hormonas 
hipotalámicas liberadoras de gonadotropina. Complejos 
ciclos de realimentación en que participan estrógeno, pro-
gesterona y el polipéptido inhibina actúan tanto a nivel 
hipotalámico como a nivel hipofi siario para regular la sín-
tesis y liberación de gonadotropina.
• Los estrógenos, producidos por el folículo ovárico en
maduración, estimulan la proliferación del endometrio, 
y son responsables del desarrollo y el mantenimiento 
de las características sexuales secundarias. Los 
estrógenos también son producidos en pequeñas 
cantidades por otros componentes del ovario, por 
ejemplo el estroma y las células hiliares.
• La progesterona, producida por el folículo
luteinizado (cuerpo amarillo), estimula cambios 
secretores en el endometrio. La persistencia del cuerpo 
amarillo después de la concepción induce la 
persistencia de la secreción de progesterona, esencial 
para el desarrollo de la decidua y el mantenimiento del 
embarazo, y también infl uye en la estructura y función 
mamaria.
El desequilibrio de estrógenos y progesterona puede tener 
efectos patológicos signifi cativos sobre el útero y las mamas, 
que ocasionan anormalidades menstruales, infertilidad, aborto 
espontáneo, crecimiento mamario irregular, y el desarrollo 
de neoplasias mamarias y endometriales. Muchos de estos 
trastornos se exponen en los capítulos 19 y 20.
Los ovarios producen a veces cantidades 
anormales de andrógenos, que provocan 
masculinización
Aunque los folículos en maduración producen principal-
mente estrógenos, éstos (y las células hiliares) también pue-
den producir andrógenos. Estas hormonas normalmente se 
generan en cantidades tan diminutas que no causan un 
impacto clínico signifi cativo, aunque algunas raras enferme-
dades de los folículos o las células hiliares (síndrome de 
Stein-Leventhal y tumores de células de Sertoli-Leydig; 
capítulo 19) pueden asociarse con secreción excesiva de 
andrógeno. Esto induce masculinización con cese de la 
menstruación, infertilidad, pérdida de las características 
sexuales secundarias femeninas y adquisición de caracterís-
ticas masculinas, como el hirsutismo. También se secretan 
excesos de estrógenos, pero éstos suelen ser dominados por 
los efectos de los andrógenos.
El componente endocrino de los testículos 
secreta testosterona
Las células intersticiales o células de Leydig, forman el 
componente endocrino de los testículos. Estas células 
secretan testosterona, la hormona responsable del inicio de 
la espermatogénesis en la infancia, y de su mantenimiento 
en la edad adulta. También es responsable de mantener la 
estructura y función de los conductos genitalesmasculinos 
(p. ej., conductos deferentes) y las glándulas secretoras 
accesorias (p. ej., próstata), y del desarrollo y manteni-
miento de los caracteres sexuales secundarios masculinos.
El agotamiento de la testosterona es raro, 
aunque la cantidad secretada disminuye con el 
envejecimiento 
La depleción patológica de la testosterona causa pérdida de las 
características de la masculinidad y reducción de la esper-
matogénesis. Es una enfermedad poco común, pero se 
utliza con mucha frecuencia, realizando una orquiectomía 
bilateral, que a veces se practica para controlar el cáncer 
avanzado de la próstata (capítulo 18). Los testículos no des-
cendidos continúan produciendo testosterona, aunque pueden 
ser incapaces de efectuar la espermatogénesis (pág. 398). 
16Sistema endocrino
349
Las células de Leydig también tienen la capacidad de secretar 
estrógenos, pero normalmente lo hacen en cantidades tan 
reducidas que son dominadas por el efecto de la testoste-
rona. No obstante, tumores raros de las células de Leydig 
(tumor de células intersticiales, pág. 407) frecuentemente 
secretan cantidades anormales de estrógenos, y pueden pre-
sentarse con características de feminización, como pérdida 
de la libido, pérdida de vello corporal, y ginecomastia.
La glándula pineal y el timo secretan hormonas
Aunque la glándula pineal y el timo secretan hormonas, las 
enfermedades de estos órganos que tienen efectos hormo-
nales son muy raras. El timo se expone en el capítulo 15.
La enfermedad más común del sistema 
neuroendocrino difuso es la formación de 
tumores
Gracias a los adelantos en la técnica de inmunohistoquí-
mica, se ha determinando que muchas células dispersas en 
superfi cies epiteliales y órganos sólidos son de naturaleza 
neuroendocrina. Además, se han reconocido muchas de sus 
hormonas peptídicas y proteínicas. Bajo circunstancias nor-
males estas células son paracrinas, es decir, productoras de 
hormonas que actúan localmente y no pasan a la circulación 
sanguínea. Sin embargo, algunos tumores vierten cantida-
des excesivas de la hormona a la sangre y pueden producir 
efectos sistémicos, como el tumor carcinoide del tracto 
gastrointestinal y del síndrome carcinoide (pág. 266, capí-
tulo 13).
SINDROMES DE NEOPLASIA ENDOCRINA 
MÚLTIPLE
En los síndromes de neoplasia endocrina 
múltiple (NEM) el paciente genera tumores en 
varias glándulas endocrinas
En los individuos afectados por los síndromes NEM suele 
existir un claro antecedente familiar de tumores endocrinos 
múltiples con herencia autosómica dominante. Los pacientes 
son más jóvenes que los que desarrollan tumores esporádi-
cos simples. Los tumores se originan en múltiples órganos, 
ya sea de manera sincrónica o metacrónica, y a menudo son 
multifocales.
El NEM tipo I se hereda con patrón autosómico domi-
nante, y el gen MEN1 es un gen supresor tumoral situado 
en el cromosoma 11q13. En el síndrome NEM I, los 
pacientes suelen mostrar una combinación de hiperplasia 
paratiroidea (95%), tumores de células de los islotes pan-
creáticos (>40%) (con frecuencia múltiples), y adenomas 
hipofi sarios (>30%). Éstas son las características más comu-
nes, pero también puede haber adenomas paratiroideos, 
hiperplasia de las células parafoliculares secretoras de calci-
tonina, e hiperplasia corticosuprarrenal.
Los pacientes con los síndromes NEM II tienen muta-
ciones activadoras del protooncogén RET. Los síndromes 
NEM II se heredan con patrón autosómico dominante, y 
el protooncogén RET se localiza en el cromosoma 10q 
11.2. Los pacientes con NEM IIA (síndrome de Sipple)
tienen una combinación de feocromocitoma (50%) (a veces 
bilateral) y carcinoma medular del tiroides (casi 100%) que 
puede ser multifocal; ocasionalmente hay hiperparatiroi-
dismo a causa de hiperplasia paratiroidea (30%). Un pequeño 
subgrupo de los síndromes NEM, NEM IIB (síndrome 
de William) (llamado a veces NEM III) también muestra 
abundantes neuromas y ganglioneuromas en las regiones 
cutánea y submucosa de todo el cuerpo. A diferencia de los 
pacientes con NEM IIA, estos pacientes no desarrollan 
hiperparatiroidismo primario.
El carcinoma medular del tiroides de la fi gura 16-12 y el 
tumor de células de los islotes de la fi gura 16-22 corres-
ponden a pacientes con síndromes NEM II y NEM I, 
respectivamente.
ENFERMEDADES ENDOCRINAS EN NIÑOS
La defi ciencia de hormona del crecimiento en 
niños produce enanismo hipofi sisario
Los niños con enanismo hipofi sario están perfectamente 
formados pero son muy pequeños, y no crecen al ritmo 
normal. La edad ósea está retrasada, la voz tiene tono alto, 
y los órganos genitales son pequeños (lo cual es más apre-
ciable en varones). Los individuos afectados tienden a 
padecer ataques recurrentes de hipoglicemia. Es posible 
que la anormalidad hipofi saria primaria sea una defi ciencia 
familiar de hormona del crecimiento, o que haya un tumor 
remplazando la hipófi sis (p. ej., un adenoma hipofi sario grande 
o un craneofaringioma); en caso de tumores hay defi ciencia 
de otras hormonas del lóbulo anterior de la hipófi sis.
El hipotiroidismo en los niños causa 
cretinismo
El cretinismo se expuso anteriormente en este capítulo 
(pág. 337). Puede ser endémico, y se debe a hipotiroidismo 
materno, asociado con falta de yodo, o a una defi ciencia 
enzimática congénita.
El hipertiroidismo transitorio es común en 
niñas durante la pubertad
El hipertiroidismo transitorio suele asociarse con un creci-
miento leve difuso de la tiroides. Ocurre con tanta frecuen-
cia, que casi puede considerarse una respuesta fi siológica 
transitoria. Los síntomas de hipertiroidismo suelen ser 
mínimos y desaparecen en corto tiempo, aunque el creci-
miento tiroideo usualmente persiste, y el estado hipertiroi-
deo puede volverse permanente.
Los trastornos corticosuprarrenales en los 
niños son raros
Los tumores corticosuprarrenales son muy poco comunes 
en la niñez, y la mayoría de los niños con síndrome de 
Cushing tiene un tumor hipofi sario, o recibieron trata-
miento con esteroides exógenos. Una enfermedad impor-
tante que se produce en niños es la hiperplasia suprarrenal 
congénita, que es un trastorno autosómico recesivo aso-
ciado con falta de 21-hidroxilasa en la corteza suprarrenal. 
La 21-hidroxilasa está implicada en la producción tanto de 
16 PATOLOGÍAPatología clínica
350
aldosterona como de cortisona a partir de precursores; en 
su ausencia, los precursores se convierten en testosterona. 
Los pacientes tienen por tanto defi ciencia de cortisona y 
aldosterona, pero exceso de testosterona, lo que se mani-
fi esta como desarrollo sexual precoz en los niños y viriliza-
ción en las niñas (con masculinización de los órganos 
genitales externos femeninos, por ejemplo hiperplasia del 
clítoris).En vista de que los niveles plasmáticos de cortisona 
son bajos, la adenohipófi sis es estimulada por el mecanismo 
de realimentación para secretar un exceso de ACTH, el cual 
induce notable hiperplasia corticosuprarrenal. Las caracte-
rísticas clínicas se conocen como síndrome adrenogenital.
Los pacientes también pueden presentar anormalidades 
electrolíticas, incluida pérdida excesiva de sal a causa de la 
defi ciencia de aldosterona.
El neuroblastoma de la médula suprarrenal es 
un tumor maligno importante en niños
El neuroblastoma es un ejemplo de ‘tumor embrionario’,
y deriva de neuroblastos primitivos. El tumor se origina en 
la médula suprarrenal y en los ganglios simpáticos del sis-
tema nervioso autónomo (75% en el abdomen). Es uno de 
los tumores neuroectodérmicos primitivos periféricos (PNET 
por sus siglas en inglés). En la mayoría de los casos, los 
tumores se presentan en niños menores de tres años de 
edad, y la mayor parte en menores de un año. El neuro-
blastoma es causante aproximadamente del 15% de las 
muertes por cáncer en la infancia.
Macroscópicamente, los neuroblastomas varían en tamaño 
desde nódulos pequeños hasta masas enormes (fi gura 16-23a), 
aunque en la mayor parte de los casos el tumor es de

Continuar navegando

Materiales relacionados

24 pag.
PATOLOGÍA ENDÓCRINA

User badge image

Estudiando Medicina

4 pag.
Apudomas - lunatika

User badge image

Desafío COL y ARG Veintitrés

25 pag.
Patologia Endocrina

SIN SIGLA

User badge image

Jhon bennet