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Bunyaviridae y Arenaviridae

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561© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
61 Bunyaviridae y Arenaviridae
Un varón de 50 años estaba visitando a su familia en Liberia y se alojó en una casa plagada 
de roedores. Sufrió un cuadro de síntomas seudogripales graves, dolor de garganta 
y enrojecimiento ocular y fue tratado con amoxicilina y cloroquina. Su situación empeoró, elevándose 
la fiebre y apareciendo cefalea intensa, inflamación de los ganglios linfáticos, las amígdalas y el bazo. 
El paciente comenzó a presentar hemoptisis, posteriormente entró en shock y falleció.
1. ¿Cómo fue infectado este individuo por el virus de la fiebre de Lassa?
2. ¿Cuáles son las características únicas de los arenavirus?
3. ¿En qué se parecen a los bunyavirus y en qué se diferencian?
Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es
Las familias Bunyaviridae y Arenaviridae comparten diver-sas similitudes. Los virus pertenecientes a estas familias 
son virus de ácido ribonucleico (ARN) de cadena negativa, 
dotados de envoltura y con mecanismos semejantes de repli-
cación. Producen zoonosis y casi todos los Bunyaviridae, pero 
no los Arenaviridae, son arbovirus. Muchos de los patógenos 
incluidos en estas familias originan encefalitis o enfermedad 
hemorrágica.
BunyAViridAe
Los Bunyaviridae constituyen un «supergrupo» que engloba, al 
menos, 200 virus de ARN segmentado y de cadena negativa 
dotados de una envoltura. El supergrupo se divide, a su vez, 
en los siguientes cuatro géneros, basándose en características 
estructurales y bioquímicas: Bunyavirus, Phlebovirus, Nairo­
virus y Hantavirus (tabla 61-1). La mayoría de los virus de 
la familia Bunyaviridae son arbovirus (transmitidos a través 
de artrópodos) que se diseminan por mosquitos, garrapatas o 
moscas, y son endémicos en el entorno del vector. Los han-
tavirus son una excepción a esta afirmación, ya que se trans-
miten a través de roedores. Todavía se siguen descubriendo 
nuevos virus, como el virus del síndrome de trombocitopenia 
con fiebre elevada, transmitido por garrapatas y descubierto 
en China en 2011.
Estructura
Los virus de la familia Bunyaviridae son partículas práctica-
mente esféricas de 90 a 120 nm de diámetro (cuadro 61-1). 
La envoltura del virus contiene dos glucoproteínas (G1 y 
G2), e incluye tres moléculas de ARN de cadena negativa, 
los ARN grande (L), medio (M) y pequeño (S) que van 
asociados a proteínas para formar las nucleocápsides (ta-
bla 61-2). Los segmentos del genoma de los virus de La 
Crosse y relacionados con la encefalitis de California son 
circulares. Las nucleocápsides incluyen una ARN polimerasa 
dependiente de ARN (proteína L) y dos proteínas no es-
tructurales (NSs, NSm) (fig. 61-1). A diferencia de otros 
virus de ARN de cadena negativa, los Bunyaviridae no poseen 
ninguna proteína de matriz. Los géneros de Bunyaviridae se 
distinguen por diferencias en 1) el número y tamaño de las 
proteínas del virión; 2) la longitud de las cadenas de geno-
ma L, M y S, y 3) su transcripción.
Replicación
Los Bunyaviridae se replican de la misma forma que otros 
virus ARN de cadena negativa con envoltura. En la mayor 
parte de los miembros de esta familia, la glucoproteína G1 
interacciona con b-integrinas de la superficie celular y el 
virus se internaliza por medio de un proceso de endocitosis. 
La fusión de la envoltura con las membranas endosómicas 
como consecuencia de la acidificación de la vesícula com-
porta la liberación de la nucleocápside en el citoplasma y el 
comienzo de la síntesis del ARN mensajero (ARNm) y de 
proteínas. Al igual que el virus de la gripe, los bunyavirus 
toman la porción con cabeza del extremo 5’ del ARNm 
para iniciar la síntesis de los ARNm víricos; sin embargo, 
a diferencia de aquél, este proceso tiene lugar en el cito-
plasma celular.
La cadena M codifica la proteína no estructural NSm y las 
proteínas G1 (de adhesión vírica) y G2; la cadena L codifica 
la proteína L (polimerasa) (v. tabla 61-2). La cadena S del 
ARN codifica dos proteínas no estructurales, N y NSs. En el 
grupo Phlebovirus la cadena S es de doble sentido, de modo 
que una proteína se traduce a partir de la cadena positi-
va (+) y la otra lo hace a partir del molde de ARN de cadena 
negativa (−).
La replicación del genoma realizada por la proteína L tam-
bién genera nuevos moldes para la transcripción, aumentando 
de esta forma la tasa de síntesis de ARNm. Las glucoproteínas 
se sintetizan y se glucosilan en el retículo endoplásmico, tras 
lo cual se transfieren al aparato de Golgi pero no se traslocan 
hacia la membrana plasmática. Los viriones se ensamblan 
introduciéndose en el aparato de Golgi para después ser 
liberados por lisis celular o exocitosis.
Patogenia
La mayoría de los Bunyaviridae son arbovirus y muchos de 
los mecanismos patogénicos que poseen son iguales a los 
de los togavirus y los flavivirus (cuadro 61-2). Por ejemplo, 
el virus se transmite a través de un vector artrópodo y es 
inyectado en la sangre iniciando una viremia. Pasada esta 
fase, la progresión hasta una viremia secundaria y la posterior 
562 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
diseminación del virus puede hacer que éste alcance los sitios 
que habitualmente son afectados por esa enfermedad vírica 
en concreto, como el sistema nervioso central, el hígado, el 
riñón y el endotelio vascular.
Muchos virus pertenecientes a la familia Bunyaviridae 
provocan lesiones neuronales y gliales y edema cerebral, lo 
que produce encefalitis. En determinadas infecciones víricas 
(p. ej., fiebre del Valle del Rift) puede aparecer necrosis 
hepática. En otras (como la fiebre hemorrágica de Crimea-
Congo y la enfermedad hemorrágica de Hantaan), la lesión 
principal consiste en la extravasación de plasma y eritrocitos 
a través del endotelio vascular. En esta última infección, estos 
cambios son más evidentes en el riñón y se acompañan de una 
necrosis hemorrágica renal. Como los togavirus, los flavivirus 
y los arenavirus, los bunyavirus son buenos inductores del 
interferón 1. La enfermedad por bunyavirus se debe a la 
combinación de la patogenia inmunitaria y la vírica.
A diferencia de los restantes bunyavirus, los roedores 
constituyen el reservorio y el vector de los hantavirus, y el ser 
humano adquiere el virus al respirar gotas transportadas por 
el aire contaminadas por la orina infectada. El virus inicia la 
infección y permanece en el pulmón, donde provoca destruc-
ción tisular hemorrágica y una enfermedad pulmonar letal.
Epidemiología
La mayoría de bunyavirus son transmitidos a los roedores, las 
aves y los animales superiores a través de mosquitos, garrapa-
tas o moscas Phlebotomus infectados (cuadro 61-3). De este 
modo, los animales se transforman en reservorios del virus y 
perpetúan el ciclo infeccioso. Las personas se infectan al en-
trar en contacto con el entorno del insecto vector (fig. 61-2) 
pero en general son hospedadores finales. La transmisión se 
produce durante el verano, pero a diferencia de casi todos los 
arbovirus restantes, muchos virus de la familia Bunyaviridae 
pueden sobrevivir durante el invierno en los huevos del mos-
quito y permanecer en la zona.
Muchos de los representantes de esta familia se encuen-
tran en Sudamérica, el sudeste de Europa, el sudeste Asiático 
y África, y llevan los exóticos nombres de sus nichos eco-
lógicos. Los virus del grupo de la encefalitis de California 
(p. ej., virus de La Crosse) se transmiten a través de mosquitos 
que habitan en los bosques de Norteamérica (fig. 61-3). En 
EE.UU. se registran cada verano hasta 150 casos de encefa-
litis, aunque la mayoría de las infecciones son asintomáticas. 
Estos virus se transmiten principalmente a través de los vec-
tores Aedes triseriatus, que se alimentan vorazmente durante 
el día y se reproducen en el agua de los agujeros de los árboles 
y en los neumáticos abandonados.
Los hantavirus no tienen un vector artrópodo sino que se 
transmiten a través de una especie concreta de roedor es-
pecífica para cada virus. El serhumano se infecta por contacto 
directo con los roedores o por la inhalación de orina de roedor 
pulverizada. En mayo de 1993 apareció un brote de síndrome 
pulmonar mortal por hantavirus en la región de Four Corners 
de Nuevo México (EE.UU.). El brote se atribuyó a un mayor 
contacto con el vector, un ratón silvestre, durante una época 
en la que las lluvias fueron excepcionalmente abundantes, 
hubo mayores cantidades de alimentos disponibles y un au-
mento de la población de estos roedores. Se aislaron cepas 
de la subfamilia Sin Nombre tanto de los afectados como de 
los roedores. A partir de este incidente, algunos virus perte-
necientes a esta subfamilia se han asociado a otros brotes de 
enfermedad de las vías respiratorias en los estados orientales y 
occidentales de EE.UU. y en América Central y Sudamérica.
Enfermedades clínicas (caso clínico 61-1)
Los miembros de la familia Bunyaviridae son virus trans-
mitidos a través de mosquitos que acostumbran a provocar un 
Tabla 61-1 Géneros destacados de Bunyaviridae*
Género Miembros Insecto vector Cuadros patológicos Hospedadores vertebrados
Bunyavirus Virus Bunyamwera, virus de la encefalitis 
de California, virus de La Crosse, virus 
Oropouche; 150 miembros
Mosquito Enfermedad febril, encefalitis, 
exantema
Roedores, pequeños 
mamíferos, primates, 
marsupiales, aves
Phlebovirus Virus de la fiebre del Valle del Rift, virus 
de la fiebre de la mosca de la arena; 
36 miembros
Mosca Fiebre de la mosca de la arena, 
fiebre hemorrágica, encefalitis, 
conjuntivitis, miositis
Oveja, ganado vacuno, 
animales domésticos
Nairovirus Virus de la fiebre hemorrágica de 
Crimea-Congo; 6 miembros
Garrapata Fiebre hemorrágica Liebres, ganado vacuno, 
cabras, aves marinas
Uukuvirus Virus Uukuniemi; 7 miembros Garrapata — Aves
Hantavirus Virus Hantaan Ninguno Fiebre hemorrágica con síndrome 
renal, síndrome de dificultad 
respiratoria del adulto
Roedores
Sin Nombre Ninguno Síndrome pulmonar de hantavirus, 
shock, edema pulmonar
Ratón de campo
*Existen otros virus con varias propiedades en común con los Bunyaviridae, pero todavía no se han clasificado.
Tabla 61-2 Genoma y proteínas del virus 
de la encefalitis de California
Genoma* Proteínas
L ARN polimerasa, 170 kDa
M Glucoproteína G1, 75 kDa
Glucoproteína G2, 65 kDa
Proteína NSm (no estructural), 15-17 kDa
S Proteína N (no estructural), 25 kDa
Proteína NSs (no estructural), 10 kDa
*ARN de cadena negativa.
CUADRO 61-1
Características propias de los bunyavirus
Constituyen por lo menos 200 virus relacionados en 
cinco géneros que comparten una morfología común y 
componentes básicos.
Es un virión que se rodea de 3 (L, M, S) nucleocápsides de 
ARN negativo, pero sin proteínas de matriz.
El virus se replica en el citoplasma.
El virus puede afectar al ser humano y a los artrópodos.
El virus del artrópodo se puede transmitir con los huevos.
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cuadro inespecífico febril de tipo gripal que guarda relación 
con la viremia (v. tabla 61-1) y que no se puede distinguir 
de las enfermedades provocadas por otros virus. El período de 
incubación de estas enfermedades es de unas 48 horas, y la 
fiebre dura típicamente 3 días. La mayoría de los pacientes 
que han contraído una infección, incluso los que están infec-
tados por patógenos conocidos que provocan enfermedades 
graves (p. ej., el virus de la fiebre del Valle del Rift, el virus 
de La Crosse) presentan una entidad de carácter leve.
Las encefalitis (p. ej., virus de La Crosse) aparecen súbi-
tamente tras un período de incubación de aproximadamente 
1 semana, y se manifiestan con fiebre, cefalea, letargia y vómi-
tos. El 50% de los pacientes con encefalitis padecen convulsio-
nes, habitualmente al principio del proceso. También pueden 
observarse signos de meningitis. La enfermedad dura de 10 a 
14 días. Solamente es mortal en menos del 1% de los pacientes, 
aunque puede dejar secuelas en forma de convulsiones hasta 
en el 20% de ellos.
Las fiebres hemorrágicas, como la fiebre del Valle del 
Rift, se caracterizan por hemorragias petequiales, equimosis, 
epistaxis, hematemesis, melena y hemorragias gingivales. 
Hasta la mitad de los pacientes con síntomas hemorrágicos 
puede morir. El síndrome pulmonar por hantavirus es una 
enfermedad muy grave que se manifiesta con un pródromo 
de fiebre y mialgias, seguido rápidamente de edema pul-
monar intersticial, insuficiencia respiratoria y muerte a los 
pocos días.
Diagnóstico de laboratorio
La detección de ARN vírico mediante la reacción en cadena 
de la polimerasa-transcriptasa inversa (RT-PCR) se ha conver-
tido en el método aceptado de detección e identificación de 
bunyavirus. Los hantavirus, el virus Sin Nombre y el virus 
de Convict Creek se identificaron inicialmente por medio de 
Figura 61-1 A, Modelo de partícula de bunyavirus. B, Imagen de microscopio electrónico de la variante La Crosse de bunyavirus. Obsérvense las 
proteínas de la punta en la superficie de la envoltura del virión. (A, modificado de Fraenkel-Conrat H, Wagner RR: Comprehensive virology, vol. 14, Nueva 
York, 1979, Plenum; B, cortesía de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Atlanta.)
CUADRO 61-2
Mecanismos patogénicos de los bunyavirus
El virus se adquiere por picadura de un artrópodo (p. ej., 
mosquitos).
Los hantavirus se adquieren a partir de la orina de roedores.
La viremia inicial puede provocar síntomas gripales.
El establecimiento de una viremia secundaria puede 
permitir que el virus acceda a tejidos diana específicos, 
como el sistema nervioso central, los órganos y el 
endotelio vascular.
Los anticuerpos son importantes para controlar la viremia; 
el interferón y la inmunidad celular pueden impedir 
la diseminación excesiva de la infección y pueden 
contribuir a la enfermedad.
CUADRO 61-3
Epidemiología de las infecciones por bunyavirus
Factores de la enfermedad/víricos
El virus es capaz de replicarse en células de mamíferos y 
artrópodos
El virus puede pasar al ovario del artrópodo infectado que 
lo transmitirá en los huevos, permitiendo que el virus 
sobreviva durante el invierno
Transmisión
Mediante artrópodos (cuando pican y se alimentan de 
sangre); grupo de la encefalitis de California: mosquito 
Aedes
Los mosquitos Aedes se alimentan vorazmente de día y 
viven en los bosques
Los mosquitos Aedes ponen huevos en pequeños charcos 
de agua estancada en sitios como agujeros de los árboles 
y neumáticos viejos
Los hantavirus se transmiten a través de aerosoles de orina 
de roedores y por medio del contacto próximo con 
roedores infectados
¿Quién corre riesgos?
Los individuos que viven en el hábitat del vector artrópodo 
o roedor
Grupo de la encefalitis de California: campistas, guardas 
forestales, leñadores
Geografía/estación
La incidencia de la enfermedad depende directamente de 
la distribución del vector
La enfermedad es más frecuente en verano
Métodos de control
Eliminación del vector o de su hábitat
Evitar el hábitat del vector
564 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
RT-PCR utilizando cebadores con las secuencias caracterís-
ticas de los hantavirus.
Generalmente para confirmar el diagnóstico de una in-
fección por bunyavirus se hacen análisis serológicos. Para 
identificarlos se puede recurrir a las pruebas de neutralización 
del virus. Para documentar una infección aguda se recurre a 
análisis específicos de inmunoglobulinas M (IgM). Se utiliza 
la seroconversión o el incremento al cuádruple del título de 
anticuerpos IgG para demostrar una infección reciente, si 
bien son frecuentes las reacciones cruzadas dentro de un 
mismo género vírico. El análisis de inmunoadsorción ligada 
a enzimas (ELISA) puede detectar el antígeno en muestras 
clínicas de pacientes con viremia intensa (p. ej., fiebre del 
Valle del Rift, fiebre hemorrágica con síndrome renal, fiebre 
hemorrágica de Crimea-Congo) o en los mosquitos.
Tratamiento, prevención y controlNo existe ningún tratamiento específico frente a las infecciones 
provocadas por los virus incluidos en la familia Bunyaviridae. 
La enfermedad del ser humano se previene al evitar el con-
tacto de las personas con el vector, ya sea un artrópodo o un 
mamífero. Los vectores artrópodos se controlan 1) eliminando 
las condiciones de crecimiento del vector, 2) pulverizando con 
insecticidas, 3) instalando mosquiteras en puertas y ventanas, 
4) llevando ropa protectora y 5) controlando la infestación por 
garrapatas de los animales. El control de los roedores reduce 
al mínimo la transmisión de muchos virus, especialmente los 
pertenecientes al género hantavirus.
ArenAVirus
Entre los arenavirus se encuentran los virus de la coriome-
ningitis linfocitaria (CML) y de la fiebre hemorrágica, co-
mo los virus Lassa, Junín y Machupo. Estos virus provocan 
infecciones persistentes en roedores específicos y se pueden 
transmitir al ser humano como zoonosis.
Estructura y replicación
Los arenavirus aparecen en las imágenes de microscopia elec-
trónica como virus pleomorfos con envoltura (diámetro, 
120 nm) que presentan un aspecto arenoso (el nombre deriva 
de la palabra griega arenosa) debido a la presencia de los 
ribosomas del virión (cuadro 61-4). Aunque son funcionales, 
los ribosomas no parecen tener ningún objetivo. Los viriones 
contienen una nucleocápside con dos moléculas circulares 
monocatenarias de ARN (S, 3.400 nucleótidos; L, 7.200 
nucleótidos) y una transcriptasa. La cadena L es un ARN de 
sentido negativo que codifica una polimerasa. La cadena S 
codifica una nucleoproteína (proteína N) y glucoproteínas, 
aunque es de doble sentido. Mientras que el ARNm de la 
proteína N se transcribe directamente a partir de la cadena S 
de sentido doble, el ARNm de la glucoproteína se trans-
cribe a partir de un molde completo de la cadena S. Al igual 
que en los togavirus, las glucoproteínas se elaboran como 
proteínas tardías tras la replicación del genoma. Los arena-
virus se replican en el citoplasma y adquieren su envoltura 
al abandonar por gemación la membrana plasmática de la 
célula hospedadora.
CASO CLÍNICO 61-1
Hantavirus en Virginia occidental
Los Centros para el Control y la Prevención de 
Enfermedades (Morb Mortal Wkly Rep 53:1086-1089, 
2004) publicaron un caso de hantavirus en un estudiante 
de ciencias biológicas de 32 años dedicado al estudio de 
animales salvajes. El paciente consultó en el servicio de 
urgencias de Blacksburg (Virginia) tras presentar fiebre, tos 
y «dolor torácico». El estudiante había estado capturando, 
manipulando y estudiando ratones el mes anterior. Ni él ni 
sus colaboradores habían empleado guantes para manejar 
los ratones ni sus excrementos, tampoco se lavaban antes 
de comer y tenían numerosas mordeduras de los ratones 
en las manos. El paciente presentaba fiebre de 39,3 °C 
con una función pulmonar normal, pero la radiografía de 
tórax demostraba una neumonía sutil en el lado derecho. 
El paciente empezó a vomitar en el servicio de urgencias 
y se le ingresó. La neumonía progresó y el enfermo sufrió 
cada vez más hipoxia, hasta llegar a necesitar intubación 
y ventilación mecánica. Al día siguiente se le administró 
proteína C activada como prevención de la coagulación 
intravascular diseminada. El paciente siguió empeorando 
hasta fallecer al tercer día del ingreso. Las muestras 
de suero contenían anticuerpos IgM e IgG y ácido 
ribonucleico genómico (determinado mediante reacción 
en cadena de la polimerasa-transcriptasa inversa) frente a 
hantavirus y se identificaron antígenos víricos en el bazo. 
Aunque el hantavirus se hizo famoso por el brote de virus 
Sin Nombre de la región suroccidental de EE.UU. en 
1993, puede aparecer en cualquier situación en la que los 
pacientes entran en contacto con la orina y las heces de 
roedores portadores de estos virus. Se han descrito casos 
en 31 de los estados que conforman EE.UU.
Figura 61-2 transmisión del virus de la encefalitis de La Crosse (Cali-
fornia).
Figura 61-3 Distribución de la encefalitis de California, de 1964 a 2010. 
(Cortesía de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 
Atlanta.)
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Los arenavirus provocan con facilidad infecciones persis-
tentes. Esto puede ser el resultado de la transcripción ineficaz 
de los genes de las glucoproteínas y, por tanto, de un ensam-
blaje deficiente de los viriones.
Patogenia
Los arenavirus son capaces de infectar los macrófagos, inducir 
la liberación de citocinas e interferón y producir daño celu-
lar y vascular. La destrucción tisular está significativamente 
exacerbada por los efectos citopatológicos inducidos por 
los linfocitos T. La infección persistente de los roedores es 
el resultado de una infección neonatal y de la inducción de 
la tolerancia inmunológica. El período de incubación de las 
infecciones por arenavirus es de 10 a 14 días de promedio.
Epidemiología
La mayoría de los arenavirus, con excepción del virus causan-
te de la CML, se encuentran en las zonas tropicales de África 
y Sudamérica. Al igual que los hantavirus, los arenavirus 
infectan específicamente a los roedores y son endémicos 
de sus hábitats. En estos animales es habitual una infección 
crónica asintomática que provoca una viremia crónica, y la 
diseminación a lo largo de un período prolongado del virus 
en su saliva, orina y heces. El ser humano puede contraer la 
infección por inhalación de gotas respiratorias, consumo de 
alimentos contaminados o contacto con fómites. Normal-
mente las mordeduras no son un mecanismo de transmisión.
El virus que provoca la CML infecta a los hámsteres y los 
ratones domésticos (Mus musculus). Se detectó en el 20% 
de los ratones en Washington D.C. (EE.UU.). El virus de 
la fiebre de Lassa infecta a Mastomys natalensis, un roedor 
africano. El virus de la fiebre de Lassa se transmite de una 
persona a otra por contacto con las secreciones infectadas o 
con líquidos corporales, pero el virus que causa la CML u 
otras fiebres hemorrágicas rara vez se transmite de esta forma.
Durante los años 1999 y 2000, en California se detecta-
ron tres casos de fiebre hemorrágica mortal que habían sido 
causados por el arenavirus Whitewater Arroyo. Normalmente 
este virus se encuentra en la rata de bosque de cuello blanco, 
por lo que su aparición en el ser humano constituye una 
enfermedad reciente. Mediante un análisis RT-PCR especial 
se logró demostrar su asociación con la enfermedad.
Enfermedades clínicas (cuadro 61-5)
Coriomeningitis linfocitaria
El nombre de este virus, coriomeningitis linfocitaria, sugiere 
que la meningitis es un síntoma clínico típico, pero en realidad 
la CML provoca una enfermedad febril con mialgias seudogri-
pales con mayor frecuencia que una afección meníngea. Se es-
tima que aproximadamente el 10% de los individuos infectados 
presenta un cuadro clínico con infección del sistema nervioso 
central. La afectación meníngea, si aparece, se inicia 10 días 
después de la fase inicial de la enfermedad, y la recuperación es 
completa. Los infiltrados mononucleares perivasculares pueden 
estar presentes en las neuronas de cualquier sección del cerebro 
y en las meninges de un paciente afectado.
Fiebre hemorrágica de Lassa y otras
La fiebre de Lassa, que es endémica de África Occidental, es la 
fiebre hemorrágica mejor conocida de las asociadas a los are-
navirus. Sin embargo, otros microorganismos, como los virus 
de Junín y de Machupo, pueden provocar síndromes similares 
en los habitantes de Argentina y Bolivia, respectivamente.
El cuadro clínico se caracteriza por la aparición de fiebre, 
coagulopatía, petequias y, en algunos casos, hemorragias vis-
cerales acompañadas de necrosis hepática y esplénica, aunque 
no de vasculitis. También se producen hemorragias y shock, 
y algunas veces se observan lesiones cardíacas y hepáticas. Al 
contrario que la CML, las fiebres hemorrágicasno provocan 
lesiones del sistema nervioso central. La faringitis, la diarrea 
y los vómitos pueden ser persistentes, especialmente en los 
pacientes con fiebre de Lassa. La mortalidad de la fiebre de 
Lassa puede alcanzar el 50%, y en una proporción inferior 
de los sujetos infectados por otros arenavirus asociados a 
fiebres hemorrágicas. Un viaje reciente a una zona endémica 
puede sugerir el diagnóstico.
Diagnóstico de laboratorio
La infección por arenavirus acostumbra a diagnosticarse según 
los resultados serológicos y de muestras genómicas (RT-PCR). 
Estos virus son excesivamente peligrosos para su aislamiento. 
Las muestras de faringe pueden contener arenavirus; la orina 
es una posible fuente del virus de la fiebre de Lassa, pero 
no del virus CML. El riesgo de infección es notable para 
los trabajadores de los laboratorios que manipulan líquidos 
corporales. Por eso, si se sospecha el diagnóstico, se debe 
advertir al personal de laboratorio, y las muestras sólo se 
pueden procesar en instalaciones especializadas en el aisla-
miento de microorganismos patógenos contagiosos (de nivel 3 
para el virus CML y de nivel 4 para el virus de la fiebre 
de Lassa y otros arenavirus).
Tratamiento, prevención y control
El fármaco antiviral ribavirina presenta una actividad limitada 
frente a los arenavirus y se puede utilizar para tratar la fiebre 
de Lassa. Sin embargo, por lo general los pacientes infectados 
con un arenavirus solamente disponen de tratamiento com-
plementario.
Estas infecciones transmitidas por roedores se pueden 
prevenir al limitar el contacto con el vector. Por ejemplo, una 
mayor higiene para limitar el contacto con los ratones redujo 
la incidencia de la CML en Washington D.C. (EE.UU.). En 
las zonas geográficas en las que aparece la fiebre hemorrágica, 
CUADRO 61-4
Características de los arenavirus
El virus tiene un virión con envoltura, con dos segmentos 
de genoma de ARN negativo circular (L, S). El virión 
tiene un aspecto arenoso a causa de los ribosomas.
El segmento S del genoma es de dos sentidos.
Las infecciones por arenavirus son zoonosis que provocan 
infecciones persistentes en los roedores.
La patogenia de las infecciones por arenavirus se atribuye 
en gran medida a la inmunopatogenia.
CUADRO 61-5
Resumen clínico
Fiebre de Lassa: alrededor de 10 días después de su 
regreso tras haber visitado a su familia en Nigeria, un 
hombre de 47 años desarrolló síntomas seudogripales con 
una fiebre mayor de la esperada y malestar. La enfermedad 
empeoró de manera gradual y, tras 3 días de evolución, 
presentó dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, 
faringitis, encías sangrantes y comenzó a vomitar sangre. 
Presentó shock y posteriormente falleció.
566 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
la captura de roedores y el almacenamiento cuidadoso de la 
comida puede reducir la exposición al virus.
La incidencia de los casos adquiridos en el laboratorio 
puede reducirse si las muestras remitidas para aislamiento 
de los arenavirus se procesan en instalaciones con un nivel 3 
o 4 de bioseguridad, como mínimo, y no en los laboratorios 
de virología clínica habituales.
CASOS CLÍNICOS y PREGUNtAS
Una mujer de 58 años refirió síntomas gripales, cefalea 
intensa, rigidez de cuello y fotofobia. Se encontraba en un 
estado letárgico con fiebre moderada. La muestra de líquido 
cefalorraquídeo contenía 900 leucocitos/ml, la mayoría 
linfocitos, y virus CML. Se recuperó al cabo de 1 semana. Su 
domicilio estaba infestado de ratones comunes (M. musculus).
1. ¿Cuáles eran los síntomas significativos de esta enfermedad?
2. ¿Cómo se transmitía el virus?
3. ¿Cuál es la respuesta inmunitaria más importante para 
controlar esta infección?
Una monitora de un campamento de verano de 15 años 
de Ohio (EE.UU.) refirió cefaleas, náuseas y vómitos; tenía 
fiebre y rigidez en el cuello. Ingresó en un hospital, donde 
una punción lumbar con el consiguiente análisis de líquido 
cefalorraquídeo reveló la presencia de células inflamatorias. 
Al día siguiente estaba aletargada, pero al cabo de 4 o 5 días 
volvió al estado de alerta normal.
4. El médico sospechó que el agente etiológico era el virus 
de la encefalitis de La Crosse. ¿Qué claves apuntaban al virus 
de La Crosse?
5. ¿Qué otros agentes etiológicos se deberían considerar 
además en el diagnóstico diferencial?
6. ¿Cómo se infectó la paciente?
7. ¿Cómo se podría evitar la transmisión de este patógeno?
8. ¿Cómo podría el departamento de Salud Pública local 
determinar la prevalencia del virus de La Crosse en el 
entorno de un campamento de verano? ¿Qué muestras se 
deberían tomar y cómo se deberían analizar?
Las respuestas a estas preguntas están disponibles en 
www.StudentConsult.es
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