Logo Studenta

RETROVIRUS

¡Este material tiene más páginas!

Vista previa del material en texto

567© 2014. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
62 Retrovirus
Una mujer de 63 años sufre tuberculosis e infecciones bucales graves por Candida. 
Su concentración de linfocitos t CD4 era de 50/ml y se detectaron 200.000 copias del genoma 
del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)/ml de sangre. Aunque la paciente es monógama, 
descubre que su marido no lo era.
1. ¿Qué tipo de células infecta el VIH? ¿Cómo afecta lo anterior a la respuesta inmunitaria de la paciente?
2. ¿Cómo se replica el virus?
3. ¿Qué otras infecciones oportunistas pueden afectar a esta paciente?
4. ¿Cuáles son los factores de riesgo de contraer esta infección?
5. ¿Cuál es el tratamiento de esta infección?
Las respuestas a estas preguntas están disponibles en www.StudentConsult.es
Es probable que los retrovirus conformen el grupo de virus más estudiado en el ámbito de la biología molecular. Es-
tos virus son virus de ácido ribonucleico (ARN) de cadena 
positiva, con envoltura, con morfología y forma de replicación 
únicas. En 1970, Baltimore y Temin demostraron que los 
retrovirus codificaban una polimerasa de ácido desoxirribonu-
cleico (ADN) dependiente de ARN (retrotranscriptasa [RT]) 
y se replicaban mediante un intermediario de ADN. La copia 
de ADN del genoma vírico se integra en el cromosoma de la 
célula hospedadora para transformarse en un gen celular. Este 
descubrimiento, que mereció en 1975 el Premio Nobel para 
Baltimore, Temin y Dulbecco, contradecía el dogma central 
de la biología molecular, según el cual la información genética 
pasaba del ADN al ARN y, a continuación, a las proteínas.
El primer retrovirus aislado fue el virus del sarcoma de 
Rous, del que Peyton Rous demostró que provocaba tumores 
sólidos (sarcomas) en pollos. Al igual que la mayoría de los re-
trovirus, se comprobó que el virus del sarcoma de Rous tenía 
un abanico de hospedadores y especies muy limitado. Desde 
entonces se han aislado otros retrovirus que provocan cáncer 
en otras especies animales y se han clasificado como virus tu-
morales de ARN u oncornavirus. Muchos de estos virus 
alteran la proliferación celular al expresar análogos de los 
genes celulares que controlan el crecimiento (oncogenes). 
Sin embargo, hubo que esperar hasta 1981 para que Robert 
Gallo y cols. aislaran el virus linfótropo T humano 1 
(VLTH-1) a partir de un individuo adulto con leucemia de 
linfocitos T, el cual constituyó el primer retrovirus huma-
no aislado y relacionado con una enfermedad en el ser humano.
A finales de los años setenta y principios de los ochenta, en 
EE.UU. se observó que había un número inusual de hombres 
jóvenes homosexuales, haitianos, heroinómanos y hemofílicos 
(el grupo de riesgo inicial del «club de las 4 H») que fallecía 
debido a infecciones normalmente oportunistas y benignas. Sus 
síntomas definieron una enfermedad nueva, el síndrome de 
inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Sin embargo, tal como 
se conoce hoy en día, se ha comprobado que el SIDA no se 
limita a estos grupos, sino que puede afectar a cualquier sujeto 
que tenga contacto con el virus. Hoy en día existen aproxima-
damente 34 millones de hombres, mujeres y niños en todo el 
mundo que portan el virus que provoca el SIDA. Montaigner 
y cols. en París, y Gallo y cols. en EE.UU. informaron del ais-
lamiento del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH-1) 
en pacientes con linfadenopatía y SIDA. Después se aisló un 
virus estrechamente relacionado, denominado VIH-2, que 
sigue existiendo en África Occidental. Al parecer, el VIH fue 
adquirido por el ser humano a partir de chimpancés y después 
se ha extendido con rapidez en África y todo el mundo por 
una población cada vez más móvil. Aunque se trata de una 
enfermedad devastadora que no puede curarse por completo, 
el desarrollo de cócteles de fármacos antivirales (tratamiento 
antirretroviral de gran actividad) ha permitido que un gran nú-
mero de pacientes infectados por el VIH lleve una vida normal.
Los conocimientos acerca de los retrovirus han avanzado 
en paralelo a los descubrimientos de la biología molecular y la 
inmunología. A su vez, los retrovirus han proporcionado una 
herramienta esencial para la biología molecular, la enzima retro-
transcriptasa; asimismo, el estudio de los oncogenes víricos ha 
supuesto un medio para profundizar en nuestro conocimiento 
de la proliferación, la diferenciación y la oncogenia celulares.
Las tres subfamilias de retrovirus humanos son Oncovi-
rinae (VLTH-1, VLTH-2, VLTH-5); Lentivirinae (VIH-1, 
VIH-2) y Spumavirinae (tabla 62-1). A pesar de que el pri-
mer retrovirus humano aislado fue un espumavirus, ninguno 
de ellos se ha podido relacionar con una enfermedad humana. 
Los retrovirus endógenos, los parásitos definitivos, se han 
integrado, se transmiten verticalmente y pueden adoptar has-
ta el 8% del cromosoma humano. A pesar de que no producen 
viriones, se han detectado sus secuencias genéticas en muchas 
especies animales y en el ser humano.
clAsificAción
Los retrovirus se clasifican en función de las enfermedades que 
provocan, el tropismo tisular y el abanico de organismos hos-
pedadores, la morfología del virión y la complejidad genética 
(v. tabla 62-1). Entre los oncovirus se incluyen solamente los 
retrovirus que pueden inmortalizar o transformar las células 
diana. Estos virus también se clasifican según la morfología 
de su centro vírico y su cápside, como de tipo A, B, C o D, 
como puede observarse en las microfotografías electróni-
cas (fig. 62-1; v. tabla 62-1). Los lentivirus son virus lentos 
568 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
asociados a enfermedades neurológicas e inmunodepresoras. 
Los espumavirus, representados por un virus espumoso, pro-
vocan un efecto citopatológico peculiar, pero, tal como se ha 
dicho, no parecen causar ninguna enfermedad clínica.
estructurA
Los retrovirus son virus de ARN aproximadamente esféri-
cos, dotados de envoltura y con un diámetro comprendido 
entre 80 y 120 nm (fig. 62-2 y cuadro 62-1). La envoltura 
contiene glucoproteínas víricas y se adquiere por gemación a 
través de la membrana plasmática. La envoltura rodea una 
cápside que contiene dos copias idénticas del genoma de 
ARN de cadena positiva dentro de un centro vírico denso a 
los electrones. El virión también contiene entre 10 y 50 copias 
de las enzimas retrotranscriptasa e integrasa y dos ARN 
celulares de transferencia (ARNt). Estos ARNt emparejan 
sus bases con cada copia del genoma para ser usados como 
cebadores por la retrotranscriptasa. La morfología del cen-
tro vírico varía en los distintos virus, lo que se utiliza para 
clasificar los retrovirus (v. fig. 62-1). El centro vírico del virión 
del VIH remeda un cono truncado (fig. 62-3).
El genoma del retrovirus tiene una cabeza (cap) en el extremo 
59 y una cola poliadenilada en el extremo 39 (fig. 62-4 y 
tabla 62-2). A pesar de que el genoma se asemeja a un ARN 
mensajero (ARNm), no es infeccioso debido a que no codifica 
ninguna polimerasa que pueda generar directamente otras 
moléculas de ARNm. El genoma de los retrovirus simples se 
compone de tres genes principales que codifican poliproteínas 
para las siguientes proteínas enzimáticas y estructurales del 
virus: Gag (antígeno específico de grupo, proteínas de cápside, 
matriz y unión a ácidos nucleicos), Pol (polimerasa, proteasa e 
integrasa) y Env (envoltura, glucoproteínas). En cada extremo 
del genoma existen unas extensas secuencias de repeticiones 
terminales (LTR). Las secuencias LTR contienen secuen-
cias promotoras, potenciadoras y otras secuencias genéticas 
Tabla 62-1 Clasificación de los retrovirus
Subfamilia Características Ejemplos
Oncovirinae Están asociados a cáncer y 
trastornos neurológicos
—
B tienen una nucleocápside 
excéntrica dentro de un 
virión maduro
Virus del tumor 
mamario de ratón
C tienen una nucleocápside 
central dentro de un 
virión maduro
Virus linfótropo t 
humano* (VLtH-1, 
VLtH-2, VLtH-5), 
virus del sarcoma 
de Rous (pollos)
D tienen una nucleocápside 
de forma cilíndricaVirus del mono 
Mason-Pfizer
Lentivirinae La enfermedad empieza 
lentamente: provoca 
trastornos neurológicos 
e inmunodepresión; 
son virus con una 
nucleocápside cilíndrica 
de tipo D
Virus de la 
inmunodeficiencia 
humana* (VIH-1, 
VIH-2), virus visna 
(oveja), virus de la 
artritis/encefalitis 
caprina (cabra)
Spumavirinae No provocan un 
cuadro clínico sino 
una citopatología 
vacuolada «espumosa» 
característica
Virus espumosos 
humanos*
Virus endógenos Poseen secuencias de 
retrovirus que integran 
en el genoma humano
Virus de la placenta 
humana
*También se clasifican como retrovirus complejos porque necesitan proteínas 
complementarias para replicarse.
Figura 62-1 Distinción morfológica de los retroviriones. Para clasificar 
los virus se recurre a la morfología y la posición del núcleo de la nucleo-
cápside. Las partículas de tipo A son formas intracitoplásmicas inmaduras 
que salen por gemación a través de la membrana plasmática para dar lugar 
a partículas maduras de los tipos B, C y D.
Figura 62-2 Imágenes de microscopio electrónico de dos retrovirus. 
A, Virus de la inmunodeficiencia humana. Obsérvese la nucleocápside en 
forma de cono en el interior de algunos de los viriones. B, Virus linfótropo t 
humano. Obsérvese la morfología de tipo C caracterizada por una nucleo-
cápside simétrica central. (De Belshe RB: Textbook of human virology, 2.ª ed., 
St. Louis, 1991, Mosby.)
REtROVIRUS 569
©
 E
ls
ev
ie
r. 
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o.
CUADRO 62-1
Características propias de los retrovirus
El virus tiene un virión esférico con envoltura, 
con un diámetro de 80 a 120 nm, que contiene 
una cápside con dos copias del genoma de ARN de 
cadena positiva (de aproximadamente 9 kilobases 
en el virus de la inmunodeficiencia humana [VIH] 
y el virus linfótropo T humano).
En el interior del virión hay una ADN polimerasa 
dependiente de ARN (retrotranscriptasa) y enzimas 
proteasas e integrasas.
El receptor del virus es el determinante inicial 
del tropismo tisular.
La replicación se realiza a través de un intermediario 
de ADN, denominado provirus.
El provirus se integra al azar en el cromosoma de la célula 
hospedadora y se transforma en un gen celular.
La transcripción del genoma está regulada por la interacción 
de los factores de transcripción de la célula hospedadora 
con los elementos promotores y estimulantes 
de la fracción larga terminal de repetición del genoma.
Los retrovirus simples codifican genes gag, pol y env. 
Los virus complejos también codifican genes accesorios 
(p. ej., tat, rev, nef, vif y vpu en el caso del VIH).
El virus se ensambla y sale por gemación a través 
de la membrana plasmática.
La génesis final del VIH requiere una escisión 
proteica de los polipéptidos Gag y Gag-Pol tras 
la adquisición de envoltura.
Figura 62-3 Sección transversal del virus de la inmunodeficiencia huma-
na. Los viriones con envoltura contienen dos cadenas idénticas de ácido 
ribonucleico (ARN), una ARN polimerasa, una integrasa y dos ARN de 
transferencia (ARNt) con las bases emparejadas con el genoma del centro 
proteico. Éste está rodeado por proteínas y por una bicapa de lípidos. 
Las puntas de la envoltura son la glucoproteína de adhesión (gp) 120 y 
la proteína de fusión gp41. CA, cápside; MA, matriz; NC, nucleocápside; 
SU, componente de superficie; TM, componente transmembrana de la 
glucoproteína de la envoltura. (Modificado de Gallo RC, Montagnier L: 
Sci Am 259:41-51, 1988.)
Figura 62-4 Estructura genómica de los retrovirus humanos. A, Virus 
linfótropo t humano (VLtH-1). B, Virus de la inmunodeficiencia humana 
(VIH-1). Los genes están definidos en la tabla 62-2 y en la figura 62-7. A 
diferencia de otros genes de estos virus, la producción del ARN mensajero 
de tax y rex (VLtH-1) y tat y rev (VIH) exige la escisión de dos unidades de 
intrón. El VIH-2 tiene un mapa genómico similar. El gen vpu del VIH-2 se 
denomina vpx. ENV, gen de la glucoproteína de la envoltura; GAG, gen 
de grupo antigénico; LTR, repeticiones terminales largas; POL, gen de la 
polimerasa. Nomenclatura proteica del VIH: ca, proteína de la cápside; in, 
integrasa; ma, proteína de la matriz; nc, proteína de la nucleocápside; pr, 
proteasa; rt, retrotranscriptasa; su, componente de la glucoproteína de 
superficie; tm, componente de la glucoproteína de transmembrana. 
(Modificado de Belshe RB: Textbook of human virology, 2.ª ed., -St. Louis, 
1991, Mosby.)
Tabla 62-2 Genes de los retrovirus y su función
Gen Virus Función
gag todos Antígeno específico de grupo: proteínas de la 
cápside y del núcleo
int todos Integrasa
pol todos Polimerasa: retrotranscriptasa, proteasa, integrasa
pro todos Proteasa
env todos Envoltura: glucoproteínas
tax VLtH transactivación de genes víricos y celulares
tat VIH-1 transactivación de genes víricos y celulares
rex VLtH Regulación de la escisión del ARN y promoción 
de su salida al citoplasma
rev VIH-1 Regulación de la escisión del ARN y promoción 
de su salida al citoplasma
nef VIH-1 Disminuye los CD4 de la superficie celular; facilita 
la activación de los linfocitos t; progresión 
hacia el SIDA (esencial)
vif VIH-1 Capacidad de infección del virus, promociona 
su ensamblaje, inhibe una proteína antivírica 
celular
vpu VIH-1 Facilita el ensamblaje y la liberación del virión; 
induce degradación de CD4
vpr (vpx*) VIH-1 transporte de ADN complementario al núcleo, 
detención del crecimiento celular, replicación 
en macrófagos
LtR todos Elementos promotores y estimulantes
ADN, ácido desoxirribonucleico; ARN, ácido ribonucleico; LTR, repetición terminal 
larga (secuencia); SIDA, síndrome de inmunodeficiencia adquirida; VIH, virus de 
la inmunodeficiencia humana; VLTH, virus linfótropo T humano.
*En VIH-2.
570 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
utilizadas para generar distintos factores de transcripción 
celular. Los virus oncógenos también pueden contener un 
oncogén regulador del crecimiento. Los retrovirus complejos, 
como el VLTH, el VIH y otros lentivirus, expresan proteínas 
tempranas y tardías y codifican varias proteínas potenciadoras 
de la virulencia que requieren un proceso de transcripción 
más complejo (corte y empalme) que los retrovirus simples.
Las glucoproteínas víricas se producen por escisión proteo-
lítica de la poliproteína codificada por el gen env. El tamaño de 
las glucoproteínas difiere en cada grupo de virus. Por ejemplo, la 
(glucoproteína) gp62 del VLTH-1 se escinde en gp46 y p21, y 
la gp160 del VIH se escinde en gp41 y gp120. Estas glucopro-
teínas forman unas puntas de trímero semejantes a pirulíes que 
son visibles en la superficie del virión. La glucoproteína mayor 
del VIH (gp120), que se une a los receptores de la superficie 
celular, determina inicialmente el tropismo tisular del virus y 
es reconocida por el anticuerpo neutralizante. La glucoproteína 
menor (en el VIH la gp41) constituye el «palo del pirulí» y es-
timula la fusión de una célula con otra. La gp120 del VIH está 
intensamente glucosilada, su antigenicidad puede cambiar y su 
especificidad de receptor puede variar debido a mutaciones que 
tienen lugar durante la infección crónica por VIH. Estos factores 
impiden que la inmunidad sea capaz de eliminar al virus.
rePlicAción
La replicación de los retrovirus humanos (p. ej., el VIH) empie-
za con la unión de las puntas de glucoproteína vírica (trímero de 
moléculas de gp120 y gp41) al receptor primario, la proteína 
CD4 y un segundo receptor, un receptor de quimiocinas aco-
plado a la proteína G transmembrana 7 (fig. 62-5). La unión al 
receptor es el principal determinante del tropismo tisular y del 
rango de hospedadores de un retrovirus. El correceptor emplea-
do en la infección inicial de un individuo es el CCR5, que se ex-
presa en células mieloides, periféricas y subtipos de linfocitos T 
cooperadores (macrófagos, [M]-trópico). Posteriormente, 
durante la infección crónica de un individuo, el gen env muta 
de modo que la gp120 se une a un receptor dequimiocinas dis-
tinto (CXCR4), que se expresa principalmente en los linfocitos T 
(T-trópico) (fig. 62-6). La unión al receptor de quimiocinas 
pone en contacto a la envoltura vírica y la membrana plasmática 
de la célula y hace posible que gp41 interaccione y favorezca 
la fusión de ambas membranas. La unión a CCR5 y la fusión 
mediada por gp41 son pasos diana de los fármacos antivirales. 
El virus de la inmunodeficiencia humana también se puede 
unir a una molécula de adhesión celular, la integrina a-4 b-7, 
presente en el tejido linfoide asociado al intestino (GALT, por 
sus siglas en inglés) y a una molécula de adhesión intercelular 
específica de células dendríticas-3 no integrina (DC-SIGN) 
presente en las células dendríticas y de otro tipo.
Cuando el genoma se libera hacia el citoplasma, se inicia 
la fase precoz de la replicación. La fase precoz del proceso de 
replicación se inicia tras la introducción del virus en el cito-
plasma. La retrotranscriptasa codificada por el gen pol utiliza el 
ARNt del virión como cebador para sintetizar un ADN com-
plementario (ADNc) de cadena negativa. La retrotranscriptasa 
actúa, igualmente, como una ribonucleasa H, degrada el genoma 
de ARN y luego sintetiza la cadena positiva de ADN (fig. 62-7). 
La retrotranscriptasa constituye el principal objetivo de los 
fármacos antirretrovirales. Durante la síntesis del ADN del vi-
rión (provirus) se duplican las secuencias de cada extremo del 
genoma (U3 y U5), lo que introduce LTR en ambos extremos. 
Este proceso crea las secuencias necesarias para la integración, 
además de crear secuencias potenciadoras y promotoras en el 
interior de la LTR para la regulación de la transcripción. La copia 
de ADN del genoma es de mayor longitud que el ARN original.
La retrotranscriptasa es muy propensa a cometer errores. 
Por ejemplo, la tasa de error de la retrotranscriptasa del VIH 
es de 1 por cada 2.000 pares de bases, o aproximadamente 
de 5 errores por genoma (VIH, 9.000 pares de bases), lo que 
equivale a, como mínimo, un error de imprenta por cada 
página de esta obra, pero diferente en cada libro. Esta ines-
tabilidad genética del VIH es la responsable de la aparición de 
nuevas cepas del virus durante la evolución de la enfermedad 
en una persona, una propiedad que puede alterar la patogenia 
del virus y favorecer la elusión de las defensas inmunitarias.
El ADNc bicatenario se introduce en el núcleo y se inserta 
en el cromosoma del hospedador con ayuda de una enzima 
Figura 62-5 Ciclo vital del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). 
El VIH se une a los receptores CD4 y correceptores de quimiocina, y entra 
por fusión. El genoma se somete a un proceso de transcripción inversa para 
formar ácido desoxirribonucleico (ADN) en el citoplasma y se integra en el 
ADN del núcleo. La transcripción y la traducción del genoma se realizan 
de forma similar a la del virus linfótropo t humano (v. fig. 62-7). El virus 
se ensambla en la membrana plasmática y madura después de salir por 
gemación de la célula. ADNc, ADN complementario; ARNm, ácido ribonu-
cleico mensajero. (Modificado de Fauci AS: The human immunodeficiency 
virus: infectivity and mechanisms of pathogenesis, Science 239:617-622, 1988).
REtROVIRUS 571
©
 E
ls
ev
ie
r. 
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o.
codificada por el virus y transportada por el virión, la inte-
grasa. La integración requiere la proliferación celular, aunque 
el ADNc del VIH y otros lentivirus puede permanecer en el 
núcleo y el citoplasma en una forma circular no integrada de 
ADN hasta que la célula esté activada. La integrasa es una 
de las dianas de los fármacos antivirales.
Una vez integrado, comienza la fase tardía y el ADN vírico 
(el provirus) es transcrito como un gen celular por parte de la 
ARN polimerasa II de la célula hospedadora. La transcripción 
del genoma produce un ARN de longitud total que, en el 
caso de los retrovirus simples, se procesa para producir mo-
léculas de ARNm que contienen las secuencias gag, gag­pol o 
env. Los transcritos del genoma completo también se pueden 
ensamblar en nuevos viriones.
Puesto que el virus actúa como un gen celular, su replicación 
dependerá de la magnitud de la metilación del ADN vírico, de la 
tasa de crecimiento celular y, sobre todo, de la capacidad de 
la célula para reconocer las secuencias potenciadoras y pro-
motoras codificadas en la región LTR. La estimulación de la 
célula como respuesta a otras infecciones, a través de la acción 
de citocinas o mitógenos, genera factores de transcripción que 
se unen a la LTR y pueden activar la transcripción del virus. 
Si el virus codifica oncogenes víricos, estos genes estimulan la 
proliferación celular y la transcripción, y por tanto la replicación 
vírica. La capacidad de una célula de transcribir los genomas 
retrovíricos es también un determinante importante del tropismo 
tisular y del abanico de organismos hospedadores del virus.
El VLTH y el VIH son retrovirus complejos y sufren dos 
fases de la transcripción. Durante la fase temprana, el VLTH-1 
expresa dos proteínas, Tax y Rex, que regulan la replicación 
vírica. A diferencia de otros ARNm víricos, el ARNm de Tax y 
Rex requiere más de un proceso de corte y empalme. El gen rex 
codifica dos proteínas que se unen a una estructura del 
ARNm vírico para impedir otros pasos de corte y empalme y es-
timular el transporte del ARNm hacia el citoplasma. El ARNm 
de tax/rex sometido a un doble proceso de corte y empalme 
se expresa en una etapa más temprana (baja concentración de 
Rex), mientras que las proteínas estructurales se expresan en 
una fase más tardía (elevada concentración de Rex). En una 
fase avanzada de la infección, Rex estimula selectivamente 
la expresión de los genes estructurales sometidos a un único 
proceso de corte y empalme, los cuales se necesitan en grandes 
cantidades. La proteína tax es un activador de la transcripción y 
estimula la transcripción del genoma vírico a partir de la secuen-
cia genética promotora de la 59 LTR. La tax también activa otros 
genes, como los de la interleucina 2 (IL-2), la IL-3, el factor es-
timulador de colonias de granulocitos-macrófagos y el receptor 
de IL-2. La activación de estos genes estimula el crecimiento 
del linfocito T infectado, lo que favorece la replicación vírica.
La replicación del VIH está regulada hasta por seis produc-
tos genéticos «accesorios» (v. tabla 62-2). La proteína Tat, al 
igual que la Tax, es un transactivador de la transcripción de los 
genes víricos y celulares. La proteína Rev actúa de manera se-
mejante a la proteína Rex para regular y promover el transporte 
de ARNm vírico hacia el citoplasma. La proteína Nef reduce la 
expresión del CD4 de la superficie celular y las moléculas del 
complejo principal de histocompatibilidad de clase I (MHC I), 
altera las rutas de señalización de los linfocitos T, regula la 
citotoxicidad del virus y es necesaria para mantener una carga 
vírica elevada. La proteína Nef desempeña una función clave 
para que la infección progrese hasta el SIDA. La proteína Vif 
estimula el ensamblaje y la maduración, y se une a una proteína 
celular antivírica (APOBEC-3G) con el fin de impedir que 
origine hipermutaciones en el ADNc y favorezca la replicación 
del virus en células mieloides y de otro tipo. La proteína Vpu 
reduce la expresión del CD4 de la superficie celular y estimula 
la liberación del virión. La proteína Vpr (Vpx en el VIH-2) 
desempeña un papel destacado en el transporte del ADNc 
hacia el núcleo y en la replicación vírica en las células en fase 
estacionaria, como los macrófagos. La proteína Vpr también 
detiene el ciclo celular en la fase G2, lo cual podría constituir 
la fase óptima para la replicación del VIH.
Las proteínas traducidas a partir de los ARNm gag, gag­pol 
y env se sintetizan como poliproteínas y después se escinden 
para dar lugar a las proteínas funcionales (v. fig. 62-7). Las 
glucoproteínas víricas se sintetizan, glucosilan y procesanen el retículo endoplásmico y el aparato de Golgi. Después 
estas glucoproteínas se degradan para formar una fracción 
transmembrana y subunidades extracelulares de la proteína 
de unión vírica, la cual se asocia para formar los trímeros y 
emigrar hacia la membrana plasmática.
A las poliproteínas Gag y Gag-Pol se les añade un grupo 
acilo y a continuación se unen a la membrana plasmática 
que contiene la glucoproteína de la envoltura. La asociación 
de dos copias del genoma a moléculas celulares de ARN de 
Figura 62-6 Unión del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) a su 
célula diana. El receptor de quimiocinas CCR5 se utiliza durante la infección 
inicial de un individuo, y tras la mutación del gen env, también se utiliza 
el receptor CXCR4. ARN, ácido ribonucleico. (Modificado de Balter M: New 
hope in HIV disease, Science 274:1988, 1996.)
572 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
transferencia estimula la salida del virión por gemación. Tras 
la adquisición de su envoltura y la liberación de la célula, la 
proteasa vírica degrada las poliproteínas Gag y Gag-Pol para 
producir la retrotranscriptasa y formar el centro del virión, lo 
que garantiza la inclusión de estos componentes en el virión. 
La actividad proteasa es necesaria para la producción de vi-
riones infecciosos y es un objetivo de los fármacos antivirales.
La envoltura y liberación de retrovirus tiene lugar en la super-
ficie celular. La envoltura del VIH capta las proteínas celulares, 
incluidas las moléculas del MHC, cuando se libera por gema-
ción. La replicación y la gemación de los retrovirus no implican 
necesariamente la destrucción de la célula. El VIH también se 
puede transmitir de una célula a otra mediante la producción 
de células gigantes multinucleadas o sincitios. Los sincitios son 
frágiles y su formación estimula la actividad citolítica del virus.
Virus de lA inmunodeficienciA HumAnA
El VIH-1 posee cuatro genotipos que se denominan M (del 
inglés, main o principal), N, O y P. La mayoría de los VIH-1 
son del subtipo M, que a su vez se subdivide en 11 subtipos 
o clados, designados de la A a la K (para el VIH-2, de la A a 
la F). Los nombres se asignan en función de diferencias en la 
secuencia de los genes env (diferencia del 7-12%) y gag y esto 
determina la antigenicidad y el reconocimiento inmunitario 
de las gp120 y las proteínas de la cápside de estos virus.
Patogenia e inmunidad
El principal determinante de la patogenia y la enfermedad 
provocada por el VIH es el tropismo del virus por las células 
mieloides y los linfocitos T que expresan CD4 (cuadro 62-2 
y fig. 62-8). La inmunodepresión inducida por el VIH (SIDA) 
provoca una reducción del número de los linfocitos T CD4 
que diezma las funciones cooperadoras y de hipersensibilidad 
de tipo retardado (HTR) de la respuesta inmunitaria.
Durante la transmisión sexual, el VIH infecta una superficie 
mucosa, penetra en ella e infecta con rapidez las células del 
tejido linfoide asociado a las mucosas (MALT, por sus siglas en 
inglés). Los estadios iniciales de la infección vienen mediados 
por los virus M-trópicos, que se unen a CD4 y al receptor de 
quimiocinas CCR5 de las células dendríticas y otras células 
de la estirpe monocitos-macrófagos y también a los linfoci-
tos T de memoria, TH1 y otros CD4. Los individuos con una 
deficiencia del receptor CCR5 también son resistentes a la 
infección por VIH y la unión a CCR5 es una diana para un 
fármaco antiviral. El VIH se puede ligar también a la superficie 
de las células dendríticas y permanecer sobre éstas (inclui-
das las CD foliculares) a través de una molécula de lectina, 
DC-SIGN. Los linfocitos T CD4 se infectan tras la unión del 
virus o mediante transmisión intercelular al unirse a CD. Los 
macrófagos, las CD, los linfocitos T de memoria y las células 
pluripotenciales hematopoyéticas se infectan de forma persis-
tente por el VIH y son los principales reservorios y medios de 
distribución del virus (caballo de Troya). La mutación del gen env 
de la gp120 desplaza el tropismo del virus desde M-trópico (R5) 
a T-trópico (virus X4). La gp120 del virus T-trópico se liga 
a CD4 y el receptor para quimiocinas CXCR4. Algunos virus 
pueden emplear ambos receptores (virus R5X4). El cambio 
de la preferencia de receptor a CXCR4 se produce de forma 
tardía y se correlaciona con la progresión de la enfermedad.
El número de linfocitos T CD4 se puede reducir por una 
citólisis inducida de forma directa por VIH, mediante citólisis 
inmunitaria mediada por los linfocitos T citotóxicos o por la 
activación crónica en respuesta a una gran estimulación por 
antígenos del VIH, que se traduce en una diferenciación ter-
minal rápida con muerte de los linfocitos T. La inhibición de 
Figura 62-7 transcripción y traducción del virus linfótropo t humano. (Para el virus de la inmunodeficiencia humana se utiliza un abordaje similar, 
pero más complejo.) 1) El ácido ribonucleico (ARN) genómico sufre un proceso de transcripción inversa, 2) adopta una configuración circular y 3) es 
integrado en la cromatina del hospedador. A partir de este ARN se procesan 4) un ARN de longitud completa y 5) ARN mensajeros (ARNm) individuales. 
El ARNm de los genes tax y rex requiere la escisión de dos secuencias (X roja), las secuencias gag-pol y env. Los otros ARNm, incluido el ARNm del gen 
env, requieren la escisión de una secuencia. 6) La traducción de estos ARNm produce poliproteínas, que son escindidas posteriormente. AAAn, poliade-
nilato. Nomenclatura genética: env, gen de la glucoproteína de envoltura; gag, gen de antígeno de grupo; pol, polimerasa; rex, regulador del proceso 
de corte y empalme; tax, transactivador. Nomenclatura proteica: C, grupo carboxilo terminal del péptido; CA, cápside; MA, matriz; N, amina terminal; 
NC, nucleocápside; PR, proteasa; SU, componente de superficie; TM, componente de transmembrana de la glucoproteína de envoltura. Prefijos: 
gp, glucoproteína; gPr, poliproteína precursora glucosilada; p, proteína; PR, poliproteína precursora.
REtROVIRUS 573
©
 E
ls
ev
ie
r. 
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o.
los linfocitos T que expresan CCR5 agota los linfocitos T CD4 
del tejido linfoide asociado al intestino (GALT). El desarrollo 
de los síntomas del SIDA se correlaciona con un aumento de 
la liberación del virus hacia las células, un incremento de los 
virus T-trópicos y una reducción de los linfocitos T CD4, con la con-
siguiente reducción del número total de linfocitos T (células que 
expresan CD3) por ausencia de función cooperadora (fig. 62-9).
El VIH induce diversos efectos citopatológicos que pue-
den destruir los linfocitos T (tabla 62-3). Entre éstos figura el 
aumento de la permeabilidad de la membrana plasmática, la 
formación de sincitios y la inducción de la apoptosis (muerte 
celular programada), debido a la acumulación de copias no 
integradas de ADN circular del genoma en los linfocitos T 
CD4 no permisivos. Las proteínas accesorias del VIH son 
importantes para su replicación y su virulencia. La proteí-
na Nef es esencial para favorecer la progresión de la infección 
por VIH hasta el SIDA. Se ha observado que las personas 
infectadas con mutantes naturales del gen nef del VIH y los 
primates infectados con mutantes del virus de la inmunode-
ficiencia de los simios, el cual carece de nef, no desarrollan 
SIDA («pacientes sin progresión»).
La respuesta inmunitaria desplegada frente a la infección 
por el VIH trata de controlar la infección vírica, pero con-
tribuye a la patogenia. Se generan anticuerpos neutralizantes 
frente a la gp120. Sin embargo, el virus recubierto de anti-
cuerpos continúa siendo infeccioso y es absorbido por los 
macrófagos. Los linfocitos T CD8 desempeñan una función 
clave para controlar la progresión de la enfermedad asociada 
al VIH. Los linfocitos T CD8 pueden destruir las células 
infectadas mediante una acción citotóxica directa y pueden 
producir factores supresores que restringen la replicación 
vírica, comoquimiocinas que también inhiben la unión 
CUADRO 62-2
Mecanismos patogénicos del virus 
de la inmunodeficiencia humana
El virus de la inmunodeficiencia humana infecta 
principalmente linfocitos T CD4 y células de la estirpe 
mieloide (p. ej., monocitos, macrófagos, macrófagos 
alveolares del pulmón, células dendríticas y células 
de la microglía del cerebro).
El virus provoca la infección lítica de los linfocitos T CD4 
permisivos e induce la apoptosis de los linfocitos 
T CD4 no permisivos.
El virus produce una infección persistente productiva 
de bajo nivel y una infección latente de células de la estirpe 
mieloide y de los linfocitos T de memoria.
El virus provoca la formación de sincitios en células 
que expresan grandes cantidades de antígeno CD4 
(linfocitos T) con la subsiguiente lisis de las células.
El virus altera la función de los linfocitos T y de los macrófagos.
El virus reduce el recuento de linfocitos T CD4 
y el mantenimiento por parte de los linfocitos T 
cooperadores de los linfocitos T CD8, los macrófagos 
y otras funciones celulares.
El número de linfocitos T CD8 y la función 
de los macrófagos se reducen.
Figura 62-8 Patogenia del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). 
El VIH provoca una infección lítica y latente de los linfocitos t CD4, una 
infección persistente de los monocitos, los macrófagos y las células den-
dríticas y altera la función de las neuronas. Los resultados de estas acciones 
son inmunodeficiencia y demencia asociada al síndrome de inmuno-
deficiencia adquirida (SIDA). HTR, hipersensibilidad de tipo retardado. 
(Modificado de Fauci AS: The human immunodeficiency virus: infectivity and 
mechanisms of pathogenesis, Science 239:617-622, 1988.)
Figura 62-9 Evolución cronológica y estadios de la enfermedad producida 
por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). tras los síntomas iniciales 
semejantes a los de una mononucleosis sigue un período de latencia clínica 
prolongado. La infección inicial se produce por el virus R5-M-trópico y 
posteriormente aparece el virus X4-t-trópico. La reducción progresiva del 
número de linfocitos t CD4, incluso durante el período de latencia, permite 
que aparezcan infecciones oportunistas. Los estadios de la infección por VIH 
están definidos por la concentración de linfocitos t CD4 y la aparición de en-
fermedades oportunistas. ARC, complejo relacionado con el síndrome de 
inmunodeficiencia adquirida (SIDA). (Modificado de Redfield RR, Burke DS: 
HIV infection: the clinical picture Sci Am 259:90-98, 1988, actualizado en 1996.)
574 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
del virus a su correceptor. Los pacientes con ciertos MHC 
(antígeno leucocitario humano [HLA] B27 o B57) unen de 
modo preferencial péptidos del VIH en vez de péptidos 
celulares, de modo que las células infectadas se convierten 
en dianas para ser destruidas por los linfocitos T CD8, por 
lo que son más resistentes a la enfermedad por el VIH. Sin 
embargo, los linfocitos T CD8 han de ser activados por los 
linfocitos T CD4; el número de linfocitos T CD8 desciende 
en paralelo al número de linfocitos T CD4 y su reducción 
guarda relación con la progresión de la enfermedad al SIDA.
El VIH dispone de varios mecanismos para eludir el con-
trol por el sistema inmunitario. Las más significativas son 
la capacidad del virus para mutar y, por tanto, alterar su 
antigenicidad y evitar su eliminación por anticuerpos. El 
VIH altera la totalidad del sistema inmunitario al afectar 
a los linfocitos T CD4. La infección persistente de los ma-
crófagos y los linfocitos T CD4 también mantiene al virus en 
una célula privilegiada para el sistema inmunitario y células 
en tejidos privilegiados inmunes (como el sistema nervioso 
central y los órganos genitales) (v. tabla 62-3).
La evolución de la infección por VIH discurre de manera 
paralela a la reducción del número de linfocitos T CD4 y 
la cantidad de virus en sangre (v. fig. 62-9). Poco después de la 
transmisión sexual, el VIH infecta y agota los linfocitos T CD4 
que expresan CCR5 del tejido linfoide asociado al intestino 
(GALT). Durante la fase aguda de la infección se registra un 
importante aumento de la producción de virus (107 partículas 
por ml de plasma). La proliferación de los linfocitos T y las 
respuestas frente a las células infectadas favorece un síndrome 
semejante a la mononucleosis. Las concentraciones séricas de 
virus descienden durante el período de latencia clínica, pero 
la replicación continúa en los ganglios linfáticos. El virus tam-
bién permanece en estado de latencia en los macrófagos, las 
CD, los linfocitos T de memoria y las células pluripotenciales 
hematopoyéticas. En una fase más avanzada de la enferme-
dad, las concentraciones de virus en sangre aumentan, las 
concentraciones de CD4 están significativamente reducidas, 
las concentraciones de CD8 también disminuyen, los virus 
T-trópicos aumentan, se ha destruido la estructura de los gan-
glios linfáticos y el paciente queda inmunodeprimido.
El papel principal de los linfocitos T CD4 cooperadores en 
el inicio de la respuesta inmunitaria y de HTR queda subra-
yado por la desaparición de la respuesta inmunitaria originada 
por la infección por VIH (fig. 62-10). Los linfocitos T CD4 
activados desencadenan las respuestas inmunitarias al segregar 
las citocinas necesarias para la activación de los macrófagos, 
otros linfocitos T, linfocitos B y linfocitos citotóxicos natura-
les. Cuando no existen linfocitos T CD4 o no son funcionales 
(recuentos de linfocitos T CD4 inferiores a 200/ml), las res-
puestas inmunitarias específicas de antígeno (especialmente 
las respuestas inmunitarias celulares) se ven alteradas y las res-
puestas humorales carecen de control alguno. La desaparición 
de los linfocitos T CD4 TH1 y TH17 responsables de activar 
los macrófagos y los neutrófilos permite la adquisición de mu-
chas infecciones intracelulares oportunistas características del 
SIDA (p. ej., hongos y bacterias intracelulares). La reducción 
en el número y la incapacidad de activar los linfocitos T CD8 
aumenta el riesgo de recurrencia de los virus latentes, entre 
los que se incluyen la leucoencefalopatía multifocal progresi-
va (LEMP) por poliomavirus JC, así como infecciones por el 
virus del herpes simple (VHS), el virus de la varicela-zóster 
(VVZ), el citomegalovirus (CMV) y también los linfomas 
asociados al virus de Epstein-Barr (VEB) y el sarcoma de 
Kaposi asociado al virus herpes humano 8 (VHH-8).
Además de inmunodepresión, el VIH puede provocar 
diversas anomalías neurológicas. Las células de la microglía 
y los macrófagos son los tipos celulares infectados de modo 
predominante por el VIH en el cerebro. Los monocitos y las 
células de la microglía infectadas pueden desprender sus-
tancias neurotóxicas o factores quimiotácticos que estimulen 
las respuestas inflamatorias y la muerte de neuronas en el 
cerebro. La inmunodepresión también aumenta el riesgo de 
sufrir infecciones oportunistas en el cerebro.
Epidemiología
El SIDA se detectó por primera vez en hombres homose-
xuales en EE.UU., aunque se ha extendido con proporciones 
epidémicas por toda la población (cuadro 62-3; figs. 62-11 
y 62-12). Aunque las cifras siguen aumentando, en el año 
2011 se observó una disminución de esta tendencia debido 
a las campañas de prevención.
El VIH procede del virus de la inmunodeficiencia de los 
simios y a nivel genético se parece sobre todo al virus del 
Tabla 62-3 Medios del virus de la inmunodeficiencia 
humana para escapar del sistema inmunitario
Característica Función
Infección de linfocitos 
y macrófagos
Inactivación de un elemento clave 
de las defensas inmunitarias
Inactivación de linfocitos 
cooperadores CD4
Pérdida del activador y 
controlador del sistema 
inmunitario
Variación antigénica de gp120 
(a través de mutación)
Elusión de la detección de los 
anticuerpos
Glucosilación amplia de gp120 Elusión de la detección de los 
anticuerpos
Diseminación intercelular directa 
y formación de sincitios
Elusión de ladetección de los 
anticuerpos
Figura 62-10 Los linfocitos t CD4 tienen un papel crítico en la activación y la regulación de la respuesta inmunitaria mediada por células, en especial 
frente a los patógenos intracelulares. La pérdida de linfocitos t CD4 inducida por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) provoca una pérdida 
de las funciones mostradas, especialmente las respuestas de hipersensibilidad de tipo retardado y el control de la respuesta inmunitaria por parte de 
las citocinas. GM-CSF, factor estimulante de colonias de granulocitos-macrófagos; IFN-g, interferón; IL-2, etc., interleucina 2, etc.; NK, citolíticos; 
TGF-b, factor transformador del crecimiento b.
REtROVIRUS 575
©
 E
ls
ev
ie
r. 
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o.
chimpancé. El VIH-2 se parece más al virus de la inmunodefi-
ciencia del simio. La primera infección en el ser humano se pro-
dujo en África antes de los años treinta, pero pasó desapercibida 
en las zonas rurales. La migración de individuos infectados hacia 
las ciudades y el aumento del uso de jeringuillas no estériles 
después de 1960 introdujo el virus en los centros de población, 
y la aceptación cultural de la prostitución facilitó su transmisión.
Distribución geográfica
Las infecciones por VIH-1 se están extendiendo por todo el 
mundo, y el mayor número de casos de SIDA corresponde 
al África Subsahariana, aunque el número de casos también 
crece en Asia, EE.UU. y el resto del mundo (v. fig. 62-12). El 
VIH-2 es más frecuente en África (especialmente en África 
Occidental) que en EE.UU. y otras regiones del planeta. La 
transmisión heterosexual es la forma principal de transmisión 
del VIH-1 y del VIH-2 en África, y tanto los hombres como 
las mujeres pueden estar igualmente afectados por este virus. 
El VIH-2 produce una enfermedad semejante, pero menos 
grave que el SIDA. Los diversos clados del VIH-1 presentan 
una distribución geográfica diferente.
Aunque es raro, existen casos de supervivientes de larga 
duración. Algunos de estos casos se deben a la infección por 
cepas del VIH que carecen de la proteína funcional Nef. La 
resistencia frente al virus guarda relación con la ausencia o la 
mutación del correceptor para quimiocinas CCR5 del virus 
o con tipos específicos de HLA.
Transmisión
La presencia del VIH en sangre, semen y secreciones vagi-
nales de los individuos infectados y el prolongado período 
de infección asintomático son los factores que han favorecido 
la diseminación de la enfermedad por contacto sexual y con-
tagio con sangre y hemoderivados (tabla 62-4). El feto y el 
CUADRO 62-3
Epidemiología de las infecciones por el virus 
de la inmunodeficiencia humana (VIH)
Factores de la enfermedad/víricos
El virus con envoltura se inactiva fácilmente y se debe 
transmitir con los líquidos corporales
La enfermedad tiene un período prodrómico largo
El virus puede transmitirse antes de que aparezcan 
síntomas identificables
Transmisión
El virus está presente en la sangre, el semen 
y las secreciones vaginales
Véanse los modos de transmisión en la tabla 62-4
¿Quién corre riesgos?
Adictos a drogas por vía parenteral, individuos 
sexualmente activos con muchas parejas 
(homosexuales y heterosexuales), prostitutas, recién 
nacidos de madres positivas al VIH, parejas sexuales 
de individuos infectados
Receptores de sangre y trasplantes de órganos 
y hemofílicos tratados antes de 1985 (antes 
de que se realizasen programas de cribado)
Geografía/estación
Es una epidemia en expansión por todo el mundo
No hay incidencia estacional
Métodos de control
Los fármacos antivirales limitan la progresión 
de la enfermedad
Se están ensayando vacunas para su prevención y tratamiento
Las relaciones sexuales seguras y monógamas limitan 
su difusión
Se deben utilizar agujas de inyección estériles
Se deben desarrollar programas a gran escala de cribado 
de sangre de las transfusiones, de los órganos 
para trasplante y de los factores de coagulación 
utilizados por los hemofílicos
Figura 62-11 Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Estadís-
ticas de EE.UU. hasta 2011. Los porcentajes de casos de SIDA se presentan 
por categoría de exposición en hombres, mujeres y niños menores de 
13 años. En EE.UU., a diferencia de África y muchas otras partes del mundo, 
los homosexuales masculinos son la categoría de exposición más amplia. 
Sin embargo, los adictos a drogas por vía parenteral y las parejas heterose-
xuales son cada vez más frecuentes. (De los Centros para el Control y la Pre-
vención de Enfermedades: HIV in the United States: at a glance. www.cdc.gov/ 
hiv/resources/factsheets/us.htm. Consultado el 9 de agosto de 2012.)
Figura 62-12 Estimaciones máximas del número de personas con infec-
ción por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) a finales de 2009. 
El número total acumulado estimado de adultos infectados por VIH a nivel 
mundial en 2009 era aproximadamente de 33,5 millones: más de 7.000 
nuevas infecciones al día; muertes, 1,8 millones. Las tasas de infección 
varían ampliamente en las distintas regiones del mundo. Las tasas más 
elevadas se dan en el África Subsahariana. (Modificado de UNAIDS: 2006 
AIDS epidemic update maps. http://data.unaids.org/pub/EpiReport/2006/ 
12-Maps_2006_EpiUpdate_eng.pdf. Consultado el 1 de junio de 2012.)
576 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
recién nacido pueden adquirir el virus a partir de una madre 
infectada. Sin embargo, el VIH no se transmite por contacto 
casual, manos, abrazos, besos, tos, estornudos, picaduras 
de insectos, agua, alimentos, utensilios, retretes, piscinas o 
baños públicos.
Población de máximo riesgo
La población que presenta un riesgo máximo de contraer una 
infección por VIH son las personas sexualmente activas (homo-
sexuales y heterosexuales), los drogadictos por vía parenteral 
y sus parejas sexuales y los recién nacidos de madres positivas 
para el VIH, y existe una representación desproporcionada de 
afroamericanos e hispanos en la población positiva para el VIH.
Tal como se ha indicado, inicialmente el SIDA se describió 
en hombres jóvenes homosexuales promiscuos y todavía 
abunda en la comunidad homosexual. Las relaciones sexuales 
anales son un modo eficaz de transmitir el virus. Sin embargo, 
las relaciones heterosexuales por contacto vaginal y el con-
sumo de drogas por vía parenteral se han convertido en las 
vías principales de transmisión del VIH en la población. La 
frecuencia del VIH en los drogodependientes se debe a la cos-
tumbre de compartir las agujas de jeringuillas contaminadas, 
lo cual constituye una práctica bastante común en los recintos 
en los que los drogodependientes acostumbran a inyectarse. 
Solamente en la ciudad de Nueva York más del 80% de los 
drogadictos por vía intravenosa son positivos al análisis de 
anticuerpos frente al VIH, y actualmente son la principal 
fuente de transmisión heterosexual y congénita del virus. Las 
agujas para tatuajes y la tinta contaminada son otros posibles 
mecanismos de transmisión del VIH.
Con anterioridad al año 1985, los individuos que recibie-
ron transfusiones de sangre o trasplantes de órganos y los 
hemofílicos que recibían factores de coagulación de sangre 
mezclada presentaban un riesgo muy elevado de contraer la 
infección por el VIH. El virus se diseminó en muchos países a 
través de profesionales sanitarios que compartían o utilizaban 
de manera incorrecta agujas de jeringuillas o ciertos instru-
mentos. Los cribados adecuados de los productos sanguíneos 
y de los tejidos de trasplante han eliminado prácticamente 
el riesgo de transmisión del VIH por transfusión (v. fig. 62-12). 
Los hemofílicos que reciben factores de coagulación 
mezclados disfrutan de una protección aún mayor gracias 
al tratamiento adecuado de estos factores para eliminar los 
virus (calor prolongado) o a la utilización de proteínas de 
ingeniería genética.
Los profesionales sanitarios corren un gran riesgo de infec-
ción por VIH por pinchazo accidental con una aguja, corteso 
por contacto de la sangre contaminada con pequeñas heridas 
de la piel y las membranas mucosas. Afortunadamente, los 
estudios de las víctimas de pinchazos de agujas han demos-
trado que se produce seroconversión en menos del 1% de los 
que han estado en contacto con sangre positiva para el VIH.
Enfermedades clínicas
El SIDA es una de las epidemias más devastadoras que se 
recuerdan. La mayoría de individuos infectados por el VIH 
acaba presentando sintomatología y la inmensa mayoría 
de éstos sucumbe finalmente a la enfermedad en ausencia de 
tratamiento. La enfermedad por el VIH progresa desde una 
infección asintomática hasta inmunodepresión profunda des-
crita como SIDA (caso clínico 62-1; v. fig. 62-9). Las enfer-
medades relacionadas con el SIDA engloban esencialmente 
infecciones oportunistas, cáncer y los efectos directos del 
VIH sobre el sistema nervioso central (tabla 62-5).
Los síntomas iniciales tras la infección por VIH (fase agu-
da, 2 a 4 semanas después de la infección) se pueden parecer 
a los de la gripe o la mononucleosis, con una meningitis «asép-
tica» o un exantema que aparece hasta 3 meses después de la 
infección (cuadro 62-4). Al igual que en la mononucleosis por 
el VEB, los síntomas se derivan de las respuestas inmunitarias 
de los linfocitos T desencadenadas por una extensa infec-
ción de las células presentadoras de antígenos (macrófagos). 
Estos síntomas desaparecen espontáneamente en el plazo 
de 2 a 3 semanas, y van seguidos de un período de infección 
asintomática o una linfadenopatía generalizada persistente 
que puede durar varios años. Durante este período, el virus 
se multiplica en los ganglios linfáticos.
El deterioro de la respuesta inmunitaria está indicado por 
el aumento de la sensibilidad a los microorganismos patóge-
nos oportunistas, especialmente aquellos controlados por los 
linfocitos T CD4, los macrófagos activados, los linfocitos T 
CD8 y las respuestas de HTR (p. ej., levaduras, virus herpes 
o bacterias intracelulares). El inicio de los síntomas está rela-
cionado con la reducción del número de linfocitos T CD4 por 
debajo de 350/ml y el aumento de las concentraciones de virus 
(determinadas mediante técnicas relacionadas con la reacción 
en cadena de la polimerasa [PCR]) y proteína p24 en sangre. 
El SIDA totalmente desarrollado aparece cuando los recuentos 
de linfocitos T CD4 descienden por debajo de 200/ml (con 
frecuencia hasta 50/ml o indetectables) y la carga vírica supera 
las 75.000 copias/ml, e implica la aparición de enfermeda-
des más graves, incluido el síndrome caquetizante por VIH 
(adelgazamiento y diarrea durante más de 1 mes), infecciones 
oportunistas, neoplasias malignas y demencia (v. tabla 62-5).
El SIDA se puede manifestar de distintas formas, incluidas 
linfadenopatía y fiebre, infecciones oportunistas, tumores 
malignos y demencia relacionada con el SIDA.
Linfadenopatía y fiebre
Pueden aparecer linfadenopatía y fiebre, que se desarro-
llan de forma gradual y que pueden ir acompañadas de 
adelgazamiento y malestar. Estos síntomas pueden persistir 
indefinidamente o bien progresar. Entre los síntomas también 
pueden figurar diversas infecciones oportunistas, diarrea, 
sudoración nocturna y fatiga. En África, el adelgazamiento 
patológico se denomina caquexia por el VIH (slim disease).
Infecciones oportunistas
Las infecciones normalmente benignas provocadas por mi-
croorganismos como Candida albicans y otros hongos, virus de 
ADN capaces de producir enfermedades recurrentes, parásitos 
Tabla 62-4 transmisión de la infección por el virus 
de la inmunodeficiencia humana
Vías Transmisión específica
Vías de transmisión conocidas
Inoculación en sangre transfusión de sangre y hemoderivados
Compartir agujas entre adictos a drogas 
por vía parenteral
Pinchazo con una aguja, herida abierta y 
contacto con membranas mucosas en 
personal sanitario
Agujas de tatuaje
transmisión sexual Relaciones sexuales anales y vaginales
transmisión perinatal transmisión intrauterina
transmisión periparto
Leche materna
Vías que no provocan transmisión
Contacto personal directo Miembros del grupo familiar
Personal sanitario no expuesto a sangre
REtROVIRUS 577
©
 E
ls
ev
ie
r. 
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o.
y bacterias de crecimiento intracelular, pueden provocar una 
enfermedad significativa tras el agotamiento de los linfocitos T 
CD4 provocado por el VIH y la consiguiente disminución de 
los linfocitos T CD8 (v. tabla 62-5). La neumonía por Pneu-
mocystis jirovecii (PCP) es un cuadro clínico diagnóstico de 
SIDA. La candidiasis bucal (hongos), la toxoplasmosis cerebral 
y la meningitis criptocócica también aparecen con frecuencia, 
así como infecciones prolongadas y varias infecciones víricas, 
como el molusco contagioso por poxvirus; los papovavirus 
(virus JC, que ocasiona la leucoencefalopatía multifocal pro-
gresiva); recurrencias de los virus herpes (p. ej., VHS; virus 
de la varicela-zóster; VEB [leucoplaquia vellosa de la boca, 
linfomas asociados al VEB]), y CMV (especialmente retinitis, 
neumonía y enfermedad intestinal). La tuberculosis y otras 
enfermedades micobacterianas, junto a la diarrea asociada a 
microorganismos patógenos habituales (especies de Salmonella, 
Shigella y Campylobacter) y microorganismos inusuales (es-
pecies de criptosporidios, micobacterias, especies del género 
Amoeba), también constituyen problemas frecuentes.
Tumores malignos
El tumor maligno más destacado que se desarrolla en pacien-
tes con SIDA es el sarcoma de Kaposi asociado al VHH-8, un 
cáncer cutáneo infrecuente y, en otras circunstancias, benig-
no, que se disemina hacia los órganos internos en los pacientes 
inmunodeficientes. También son prevalentes los linfomas 
relacionados con el VEB.
Demencia relacionada con el SIDA
La demencia relacionada con el SIDA puede ser el resultado 
de una infección oportunista o una infección por VIH de 
las células de la microglía y las neuronas del cerebro. Los 
CASO CLÍNICO 62-1
Un caso inicial de VIH/SIDA
Elliott y cols. (Ann Int Med 98:290-293, 1983) 
publicaron que en julio de 1981 un varón de 27 años 
consultó por disuria, fiebre, escalofríos, sudoración 
nocturna, debilidad, disnea, tos productiva con esputo 
blanco, anorexia y adelgazamiento de 8 kg. Durante 
los 7 años previos había estado recibiendo cuatro 
infusiones mensuales de concentrado de factor VIII 
para corregir la hemofilia. No tenía ningún otro factor 
de riesgo para la infección por VIH. En agosto 
se visualizaron infiltrados pulmonares en la radiografía 
de tórax y en septiembre los resultados analíticos 
fueron hemoglobina 10,7 g/dL, leucocitos 4.200/mm3 
con 50% de leucocitos polimorfonucleares y 2% 
de cayados, 36% de linfocitos y 12% de monocitos. 
Se reconoció anticuerpo IgG frente a citomegalovirus, 
virus de Epstein-Barr, toxoplasma, antígeno de superficie 
de la hepatitis B y núcleo (core) de la hepatitis B. 
Se sugirió una deficiencia inmunitaria por la falta 
de respuesta en las pruebas cutáneas de la tuberculina, 
la parotiditis y la candidiasis. La existencia 
de Pneumocystis jirovecii en una muestra teñida con plata 
metenamina de una biopsia transbronquial de pulmón 
llevó al tratamiento con trimetoprima-sulfametoxazol 
oral. Los episodios de muguet por Candida albicans 
obligaron a administrar ketoconazol. En mayo de 1982 
desarrolló esplenomegalia con adenopatías y fue 
ingresado en el hospital con un recuento leucocitario 
de 2.100/mm3 y sólo un 11% de linfocitos. En este 
momento se detectó Mycobacterium avium­intracellulare 
en la médula ósea, los ganglios linfáticos y los granulomas, 
y el recuento linfocitario era 448/mm3, comparado 
con los valores normales de 2.668/mm3. Estas cifras 
no respondieron a la estimulación con mitógenos. En julio 
de 1982 los recuentos de linfocitos totales se redujeron 
hasta 220/mm3, con 45/mm3 linfocitos T positivos con CD3 
(normal 1.725 y 64, respectivamente) y un cociente 
CD4/CD8 de 1:4 (normal 2,2:1).El paciente siguió 
empeorando y falleció a finales de septiembre de 1982. 
Se aisló citomegalovirus del pulmón y el hígado y 
M. avium­intracellulare en la mayor parte de las muestras 
de tejido. En 1981 el SIDA era una enfermedad 
recientemente descrita y no se había descubierto el VIH. 
Los anticuerpos monoclonales y el inmunofenotipado eran 
técnicas nuevas. El paciente se infectó por VIH a partir 
del concentrado del factor VIII en una época en la cual 
no se hacía el estudio de detección selectiva habitual 
de los hemoderivados.
Tabla 62-5 Enfermedades indicadoras 
del síndrome de inmunodeficiencia adquirida*
Infección Enfermedad (seleccionada)
Infecciones oportunistas
Protozoos toxoplasmosis cerebral
Criptosporidiosis con diarrea
Isosporiasis con diarrea
Fúngicas Candidiasis del esófago, la tráquea 
y los pulmones
Neumonía por Pneumocystis jirovecii 
(llamado anteriormente P. carinii)
Criptococosis (extrapulmonar)
Histoplasmosis (diseminada)
Coccidioidomicosis (diseminada)
Víricas Infección por citomegalovirus
Infección por virus del herpes simple 
(persistente o diseminada)
Leucoencefalopatía multifocal progresiva 
(virus JC)
Leucoplaquia vellosa provocada por el virus 
de Epstein-Barr
Bacterianas Complejo Mycobacterium avium 
intracellulare (diseminado)
Cualquier enfermedad micobacteriana 
«atípica»
tuberculosis extrapulmonar
Septicemia por Salmonella (recurrente)
Infecciones bacterianas piógenas (múltiples 
o recurrentes)
Tumores oportunistas Sarcoma de Kaposi
Linfoma primario del cerebro
Otros linfomas no hodgkinianos
Otras Síndrome de caquexia por VIH
Encefalopatía del VIH
Neumonía intersticial linfoide
VIH, virus de inmunodeficiencia humana.
*Manifestaciones de la infección por VIH que definen el SIDA, según los criterios 
de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Modificada de Belshe RB: Textbook of human virology, 2.ª ed., St. Louis, 1991, 
Mosby.
CUADRO 62-4
Resumen clínico
Un ex adicto a la heroína de 32 años presentó un cuadro 
semejante a mononucleosis de 2 semanas de duración. 
Refería haber sufrido sudoración nocturna y fiebre de manera 
esporádica a lo largo de 3 años, y posteriormente candidiasis, 
retinitis por citomegalovirus y neumonía por Pneumocystis. 
Su recuento de linfocitos T CD4 es menor de 200/ml. 
Se instauró un tratamiento antirretroviral de gran actividad.
578 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
pacientes con este cuadro pueden padecer un deterioro pro-
gresivo de su capacidad intelectual y otros síntomas de tras-
tornos neurológicos similares a los de las primeras fases de la 
enfermedad de Alzheimer. También puede darse un proceso 
de deterioro neurológico como consecuencia de la infección 
por alguno de los diversos patógenos oportunistas.
Diagnóstico de laboratorio
Los análisis de infección por VIH se realizan por una de estas 
tres razones: 1) para identificar a las personas que padecen la 
infección con el fin de instaurar un tratamiento farmacológico 
antiviral; 2) para identificar a los portadores que pueden 
transmitir la infección a otros sujetos (especialmente donan-
tes de sangre o de órganos, mujeres embarazadas y parejas 
sexuales); 3) para realizar un seguimiento de la enfermedad 
y confirmar el diagnóstico de SIDA, o 4) para valorar la efi-
cacia del tratamiento (tabla 62-6). La naturaleza crónica de 
la enfermedad permite el uso de análisis serológicos para 
comprobar la infección por VIH, los cuales se complementan 
por medio de la detección genómica y la cuantificación por 
técnicas relacionadas con la PCR. Desafortunadamente los 
análisis serológicos son incapaces de identificar a personas 
infectadas recientemente. El virus del VIH se desarrolla con 
dificultad en los tejidos tisulares, por lo que no se lleva a cabo 
el aislamiento del virus. El hallazgo del antígeno vírico p24, 
la enzima retrotranscriptasa, o grandes cantidades de ARN 
vírico en muestras de sangre indica la presencia de infección 
reciente o bien una fase tardía de la enfermedad (v. fig. 62-9).
Genómica
Algunos métodos nuevos de detección y cuantificación de 
los genomas de VIH presentes en la sangre se han convertido 
en una pieza clave del seguimiento de la evolución de una 
infección por el VIH, así como de la eficacia del tratamiento 
antiviral. Tras convertir el ARN vírico en ADN por medio 
de una retrotranscriptasa (suministrada por el laboratorio), 
se puede detectar el ADNc sintetizado a partir del genoma 
vírico mediante PCR y cuantificarlo a través de la PCR en 
tiempo real, amplificación de ADN de cadena ramificada y 
otros métodos (v. cap. 5). La determinación de la carga vírica 
(cantidad de genoma presente en sangre) permite controlar 
la evolución de la enfermedad y la eficacia del tratamiento.
Serología
Los anticuerpos frente al VIH pueden desarrollarse lenta-
mente, en la mayoría de pacientes tardan de 4 a 8 semanas en 
aparecer; sin embargo, hasta en el 5% de los infectados pueden 
llegar a tardar 6 meses (v. fig. 62-9). Para el control habitual se 
utilizan análisis de inmunoadsorción ligada a enzimas (ELISA) 
o pruebas de hemaglutinación. Sin embargo, la prueba de 
ELISA puede dar resultados falsos positivos y no detectar una 
infección reciente. En consecuencia, para confirmar los resul-
tados seropositivos se utilizan procedimientos más específicos, 
como el análisis de Western blot. El análisis de Western blot 
(v. cap. 47, fig. 47-7) determina la presencia de anticuerpos 
frente a antígenos víricos (p24 o p31) y glucoproteínas (gp41 
y gp120/160). Existen también pruebas de detección selectiva 
rápidas, que detectan anticuerpos específicos en la sangre o los 
líquidos orales en un frotis en torunda de las encías.
Estudios inmunológicos
El estado de una infección por VIH se puede deducir de un 
análisis de subpoblaciones de linfocitos T. En los individuos 
infectados por VIH, el número total de linfocitos CD4 y la 
proporción CD4:CD8 son excesivamente bajos. La concentra-
ción concreta de linfocitos CD4 identifica la fase del SIDA. 
El comienzo del tratamiento se suele decidir en función del 
recuento de linfocitos T CD4.
Tratamiento, prevención y control
En todo el mundo se ha iniciado un intenso esfuerzo para 
elaborar fármacos antivirales y vacunas eficaces frente al 
VIH. En el cuadro 62-5 se observa una lista de los principales 
tratamientos antivirales (hasta 2011). Los fármacos anti-VIH 
aprobados por la Food and Drug Administration (FDA) es-
tadounidense se pueden clasificar en inhibidores de la unión 
o la fusión-penetración, inhibidores análogos de nucleósidos 
de la retrotranscriptasa, inhibidores no nucleósidos de la 
retrotranscriptasa o inhibidores de proteasas.
La inhibición de la unión al correceptor CCR5 con un ago-
nista del receptor (maraviroc) o de la fusión de la envoltura 
vírica y la membrana celular con un péptido (T-20: enfuvirtida), 
que bloquea la acción de la molécula gp41, evitará el primer 
acontecimiento dentro de la infección. La inhibición de la 
integrasa impide todos los acontecimientos posteriores durante 
la replicación del virus. La inhibición de la retrotranscriptasa 
impide el comienzo de la replicación vírica al inhibir la síntesis 
de ADNc. La azidotimidina (AZT), la didesoxiinosina (ddI), la 
didesoxicitidina (ddC) y otros análogos de nucleósidos son fos-
forilados por enzimas celulares y son incorporados al ADNc por 
la retrotranscriptasa para interrumpir la síntesis de la cadena de 
ADN. Los inhibidores no nucleósidos de la retrotranscriptasa 
(nevirapina) inhiben la enzima por medio de otros mecanismos. 
Los inhibidores de la proteasa bloquean la morfogenia del virión 
inhibiendo la escisión de las poliproteínas Gag y Gag-Pol. Las 
proteínas víricas y el virión generado son inactivos. La mayor 
parte de los fármacos frente al VIH tienen importantes efec-
tos secundarios y se siguen buscando fármacos frente al VIH 
más nuevos. Cada uno de los pasos de la replicación y todas 
las proteínas víricas están siendo objeto como posible diana 
terapéutica en los ensayoscon nuevos fármacos frente al VIH.
La AZT fue el primer fármaco eficaz frente al VIH. Aunque 
se sigue administrando a los lactantes de madres VIH positivas 
durante las 6 semanas posteriores al parto, el uso en mono-
terapia de la AZT o de otro análogo de nucleótido está dis-
minuyendo. El tratamiento anti-VIH que se suele administrar 
en este momento es una combinación de varios antivirales, que 
se conoce como tratamiento antirretroviral de gran activi-
Tabla 62-6 Pruebas de laboratorio del virus 
de la inmunodeficiencia humana (VIH)
Análisis Objetivo
Serología
 Análisis de inmunoadsorción 
ligada a enzimas
Cribado inicial
 Aglutinación con látex Cribado inicial
 Prueba rápida de anticuerpos 
orales
Cribado inicial
 Western blot (para anticuerpos) Análisis de confirmación
 Inmunofluorescencia Análisis de confirmación
Rt-PCR ARN virión Detección del virus en sangre
Rt-PCR en tiempo real Cuantificación del virus en sangre
ADN de cadena ramificada Cuantificación del virus en sangre
Antígeno p24 Marcador precoz de infección
Aislamiento del virus Prueba no disponible con facilidad
Proporción de linfocitos t 
CD4:CD8
Guarda relación con la enfermedad 
por el VIH
ADN, ácido desoxirribonucleico; ARN, ácido ribonucleico; RT-PCR, reacción en 
cadena de la polimerasa-retrotranscriptasa.
REtROVIRUS 579
©
 E
ls
ev
ie
r. 
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o.
dad (TARGA) (v. cuadro 62-5). El uso de una mezcla de fár-
macos con distintos mecanismos de acción tiene menos riesgos 
de generar resistencias. Los tratamientos múltiples permiten 
reducir hasta casi hacer desaparecer las concentraciones de 
virus en la sangre y reducen la mortalidad y morbilidad en 
muchos pacientes con SIDA avanzado. Estos fármacos a me-
nudo son difíciles de tolerar y cada fármaco posee sus propios 
efectos adversos. La personalización del TARGA para cada 
paciente puede minimizar los efectos adversos de los fárma-
cos, facilitar la pauta de toma de los fármacos y permitir que 
el paciente vuelva a disfrutar de una salud y un estilo de vida 
prácticamente normales. Algunos TARGA se combinan en un 
solo comprimido que se toma una sola vez al día para mejorar 
el cumplimiento. El tratamiento se debe iniciar en individuos 
con síntomas de SIDA, enfermedades que definen el SIDA o 
cuando el recuento de linfocitos T CD4 disminuye por debajo 
de 200/ml. El tratamiento también se puede plantear cuando 
la carga vírica es alta (>100.000), aunque el recuento de 
linfocitos CD4 supere 350/ml. Se sugiere también administrar 
tratamiento para la profilaxis postexposición (p. ej., pinchazo 
de aguja) si se detecta VIH en el paciente. El TARGA es caro 
y puede exigir la toma de muchos comprimidos cada día.
Educación
La vía principal de control de la infección por VIH es la edu-
cación de la población respecto a los métodos de transmisión 
y las medidas que pueden impedir la transmisión del virus. Por 
ejemplo, las relaciones monógamas, la práctica del sexo seguro 
y el uso de preservativos reducen la posibilidad de contagio. 
Puesto que las agujas contaminadas son la principal fuente de 
VIH entre los drogodependientes por vía parenteral, se debe 
insistir en la importancia de no compartir las agujas. La reuti-
lización de las agujas contaminadas en las clínicas fue la fuente 
de brotes de SIDA en los países del bloque de la antigua Unión 
Soviética y otras naciones. En algunos lugares se ha trabajado 
para proporcionar material estéril a los drogadictos por vía 
parenteral. Una exitosa campaña de formación contra el VIH 
llevada a cabo en Uganda ha demostrado ser más eficaz que 
los fármacos antivirales a la hora de salvar vidas.
Control de órganos, sangre y hemoderivados
Los donantes potenciales de sangre y órganos se criban antes 
de proceder a donar sangre, tejidos o hemoderivados. Los indi-
viduos que obtienen resultados positivos en los análisis para el 
VIH no deben donar sangre. Los individuos que anticipan una 
necesidad futura de sangre, como los que están en lista de es-
pera para cirugía, deberían considerar la donación de sangre con 
anterioridad. Para limitar la epidemia mundial, también se debe 
iniciar un control de la sangre en los países en vías de desarrollo.
Control de la infección
Los procedimientos de control de la infección por VIH son los 
mismos que los del virus de la hepatitis B. Entre ellos se incluye 
el uso de sangre universal y precauciones con los líquidos cor-
porales, que se fundamentan en la suposición de que todos los 
pacientes pueden ser portadores del VIH y otros microorganis-
mos patógenos transmitidos por sangre. Entre las precauciones 
se incluyen el llevar ropa protectora (p. ej., guantes, mascarilla, 
gafas) y utilizar otras barreras que impidan el contacto con hemo-
derivados. Nunca se deben reutilizar jeringuillas ni instrumentos 
quirúrgicos a no ser que se desinfecten adecuadamente. Las 
superficies contaminadas se deben desinfectar con lejía domés-
tica al 10%, etanol o isopropanol al 70%, glutaraldehído al 2%, 
formol al 4% o agua oxigenada al 6%. En cuanto a la ropa, para 
inactivar el VIH basta con lavarla en agua caliente con detergente.
Abordajes para la profilaxis
Existen muchas dificultades para el desarrollo de una vacuna 
frente al VIH. Para que una vacuna sea exitosa debe ser capaz 
de bloquear la infección inicial y el movimiento de los linfocitos T 
infectados a los ganglios linfáticos. Por otro lado, al igual que 
los virus herpes, la infección por el VIH establece rápidamente 
una infección crónica o latente. La vacuna debe inducir la pro-
ducción de anticuerpos neutralizantes y la inmunidad mediada 
por células. La diana principal de los anticuerpos neutralizantes, 
la proteína gp120, es diferente entre los diferentes clados del 
VIH e incluso dentro de un mismo clado. Existen muchos 
CUADRO 62-5
Posibles tratamientos antivirales en la infección 
por el virus de la inmunodeficiencia humana
Análogos nucleósidos inhibidores de la 
retrotranscriptasa (NRTI)
Azidotimidina (AZT)
Didesoxicitidina (ddC)
Didesoxiinosina (ddI)
d4T (estavudina)
3TC (lamivudina)
Tenofovir disoproxil fumarato (clase adenosina)
ABC (abacavir)
FTC (emtricitabina)
Inhibidores no nucleósidos de la retrotranscriptasa (NNRTI)
Nevirapina
Delavirdina*
Efavirenz
Etravirina
Rilpivirina
Inhibidores de la proteasa (IP)
Saquinavir
Tipranavir
Darunavir
Ritonavir
Indinavir
Lopinavir
Nelfinavir
Amprenavir*
Fosamprevavir
Atazanavir
Inhibidores de la unión y la fusión
Inhibidor de CCR5 (maraviroc)
T-20 (enfuvirtida)
Inhibidor de la integrasa
Raltegravir
Ejemplos de tratamiento antirretroviral 
de gran actividad (TARGA)
Efavirenz/tenofovir/emtricitabina (EFV/TDF/FTC)
Ritonavir-atazanavir potenciado + tenofovir/emtricitabina 
(ATV/r + TDF/FTC)
Ritonavir-darunavir potenciado + tenofovir/emtricitabina 
(DRV/r + TDF/FTC)
Raltegravir + tenofovir/emtricitabina
Abacavir/zidovudina/lamivudina
*Ya no se encuentran disponibles.
580 MICROBIOLOGÍA MÉDICA
mutantes antigénicamente diferentes que cambian durante la 
infección del paciente. La inmunidad mediada por células es 
necesaria porque el virus puede diseminarse a través de puentes 
intercelulares y permanecer latente, eludiendo de este modo 
a los anticuerpos. El VIH también infecta e inactiva las células 
necesarias para iniciar una respuesta inmunitaria. Por último, el 
estudio de una vacuna es difícil y caro porque se debe evaluar 
un gran número de personan sensibles y se necesita un segui-
miento prolongado para evaluar la eficacia de cada formulación.
Se han probado diferentes abordajes para el desarrollo 
de una vacuna frente al VIH. Las vacunas vivas atenuadas 
(p. ej., deleción del gen nef) eran demasiado peligrosas por-
que pueden causar la enfermedad en los lactantes y pueden 
producir infecciones crónicas. Las vacunas con subunidades 
proteicas de gp120 o de su precursor gp160, por sí mismas 
sólo inducen la producción de anticuerpos frente a una sola 
cepa de VIH y no han resultado exitosas.Las vacunas más 
recientes frente al VIH ceban respuestas de linfocitos T con 
virus vectores (vaccinia, virus de la viruela del canario o ade-
novirus defectivos) o con una vacuna de ADN consistente en 
vectores de expresión eucariotas (plásmidos) que contienen 
el gen para gp160 (env) y otros genes del VIH. Esto se sigue 
de un refuerzo de proteínas con gp120 o gp160 para activar 
los linfocitos B y desarrollar anticuerpos neutralizantes. Las 
proteínas gp120 y gp160 son sintetizadas mediante ingeniería 
genética y son expresadas en diferentes sistemas de células 
eucariotas (p. ej., levaduras, baculovirus). Se está investigan-
do una vacuna que induce anticuerpos frente al CD4 al que se 
unen las gp120, que puede ser capaz de inducir anticuerpos 
neutralizantes frente a la mayoría de las cepas de VIH.
La incorporación de un fármaco anti-VIH en cremas anti-
conceptivas ha demostrado cierta capacidad para reducir la 
transmisión del VIH. La circuncisión de los varones reduce 
su riesgo de infección.
Virus linfótroPo t HumAno 
y otros retroVirus oncógenos
Inicialmente, la subfamilia Oncovirinae recibía el nombre 
de virus tumorales de ARN, y se han asociado al desarro-
llo de leucemias, sarcomas y linfomas en muchos animales. 
Estos virus no son citolíticos. Los miembros de esta familia 
se distinguen por el mecanismo de transformación celular 
(inmortalización) y, por tanto, por la prolongada duración 
del período de latencia transcurrido entre la infección y la 
aparición de la enfermedad (tabla 62-7).
Los virus del sarcoma y de la leucemia aguda han incor-
porado a su genoma genes celulares (protooncogenes) que co-
difican los factores del control de crecimiento (v-onc). Entre 
éstos se incluyen los genes que codifican diversas hormonas 
de crecimiento, receptores de hormonas de crecimiento, pro-
teína cinasas y proteínas de unión al trifosfato de guanosina 
(proteínas-G), así como proteínas de unión al ADN nuclear. 
Estos virus pueden provocan la transformación de las células 
con relativa rapidez y son sumamente oncógenos. No se ha 
identificado ningún virus humano de este tipo.
Por lo menos se han identificado 35 oncogenes víricos 
diferentes (tabla 62-8). La transformación es el resultado del 
exceso de producción o la alteración de la actividad del pro-
ducto del oncogén estimulador del crecimiento. El aumento 
de la proliferación celular favorece la transcripción, lo que 
también estimula la replicación vírica. La incorporación del 
oncogén en muchos de estos virus conlleva la sustitución de 
las secuencias correspondientes a los genes gag, pol o env, 
de manera que la mayoría de estos virus son defectuosos y 
necesitan de virus auxiliares para su replicación. Muchos de 
estos virus son endógenos y se transmiten verticalmente a 
través de las células germinales animales.
Los virus de la leucemia, como el VLTH-1, son compe-
tentes en términos de replicación, pero no pueden trans-
formar las células in vitro. Provocan cáncer tras un período 
de latencia prolongado de, al menos, 30 años. Los virus de 
la leucemia favorecen la proliferación celular de forma más 
indirecta que los virus que codifican oncogenes. El VLTH-1 
codifica un regulador de la transcripción, Tax, que es capaz 
de activar los promotores de la región LTR y genes celulares 
específicos (incluidos genes controladores del crecimiento, 
genes de citocinas como los que codifican la IL-2 y factor 
estimulador de colonias de granulocitos-macrófagos) con 
el fin de estimular una proliferación excesiva de esas cé-
lulas. Asimismo, mediante la integración de otros genes 
controladores del crecimiento de la célula vecina situados 
en su proximidad, las secuencias genéticas potenciadoras y 
promotoras codificadas en la región LTR del virus pueden 
impulsar la expresión de las proteínas estimuladoras de 
crecimiento. La transformación neoplásica para producir 
leucemia precisa otros cambios genéticos que ocurren con 
mayor probabilidad debido al crecimiento estimulado de 
Tabla 62-7 Mecanismos oncogénicos 
de los retrovirus
Enfermedad Velocidad Efecto
Leucemia aguda 
o sarcoma
Rápida: oncogén Efecto directo
Creación de proteínas 
estimuladoras de 
crecimiento
Leucemia Lenta: transactivación Efecto indirecto
Proteína de 
transactivación 
(tax) o secuencias 
promotoras terminales 
de repetición largas que 
estimulan la expresión 
de los genes de 
proliferación celular
Tabla 62-8 Ejemplos representativos 
de oncogenes
Función Oncogén Virus
tirosina cinasa Src Virus del sarcoma de Rous
Abl Virus de la leucemia murina 
de Abelson
Fes Virus del sarcoma felino St
Receptores del factor 
de crecimiento
Erb-B (receptor 
EGF)
Virus de la eritroblastosis 
de las aves
Erb-A (receptor 
de hormona 
tiroidea)
Virus de la eritroblastosis 
de las aves
Proteínas de unión 
al trifosfato de 
guanosina
Ha-ras Virus del sarcoma murino 
de Harvey
Ki-ras Virus del sarcoma murino 
de Kirsten
Proteínas nucleares Myc Virus de la mielocitomatosis 
de las aves
Myb Virus de la mieloblastosis 
de las aves
Fos Virus del osteosarcoma 
murino FBJ
Jun Virus 17 del sarcoma 
de las aves
EGF, factor de crecimiento epidérmico; FBJ, Finkel-Biskis-Jinkins; ST, Synder-Theilen.
REtROVIRUS 581
©
 E
ls
ev
ie
r. 
Fo
to
co
pi
ar
 s
in
 a
ut
or
iz
ac
ió
n 
es
 u
n 
de
lit
o.
la célula infectada. Estos virus también se asocian a tras-
tornos neurológicos no neoplásicos y otras enfermedades. 
Por ejemplo, el VLTH-1 provoca leucemia linfocítica aguda 
de linfocitos T del adulto (LLAT) y mielopatía asociada al 
VLTH-1 (paraparesia espástica tropical), una enfermedad 
neurológica no oncogénica.
Entre los oncovirus humanos se encuentran el VLTH-1, 
el VLTH-2 y el VLTH-5, si bien el VLTH-1 es el único que 
se ha asociado de manera definitiva a una enfermedad (con-
cretamente, LLAT). El VLTH-2 se aisló de formas atípicas 
de la tricoleucemia, mientras que el VLTH-5 se aisló de un 
linfoma cutáneo maligno. El VLTH-1 y el VLTH-2 presentan 
hasta un 50% de homología.
Patogenia e inmunidad
El VLTH-1 se asocia a células y se transmite a través de ellas 
en las transfusiones sanguíneas, las relaciones sexuales o la 
lactancia materna. El virus penetra en la circulación sanguínea 
e infecta a los linfocitos T CD4 cooperadores. Además de 
en la sangre y los órganos linfáticos, estos linfocitos T tienen 
tendencia a residir en la piel, contribuyendo de esta forma 
a los síntomas de LLAT. Las neuronas también expresan un 
receptor de VLTH-1.
El VLTH puede replicarse, y es capaz de transcribir, 
traducir y procesar los genes gag, pol y env como se ha des-
crito en párrafos anteriores. Además de su acción sobre los 
genes víricos, la proteína Tax transactiva los genes celulares 
del factor de crecimiento de los linfocitos T, la IL-2 y su 
receptor (IL-2R), el cual activa el crecimiento de la célula 
infectada. Una proteína celular, HBZ, limita la actividad de 
Tax, lo que potencia la supervivencia celular. El virus puede 
permanecer latente o replicarse lentamente durante muchos 
años, aunque también puede inducir un crecimiento clónico 
de determinados clones de linfocitos T.
Hay un período de latencia prolongado (aproximadamente 
30 años) antes de que aparezca la leucemia. A pesar de que el 
virus puede inducir un crecimiento policlónico excesivo de los 
linfocitos T, la leucemia de linfocitos T del adulto inducida por 
el VLTH-1 en los linfocitos T acostumbra a ser monoclonal.
Se producen anticuerpos frente a la gp46 y otras proteínas 
del VLTH-1. La infección por VLTH-1 también provoca 
inmunodepresión.
Epidemiología
El VLTH-1 se transmite a través de las mismas vías que el VIH. 
Es endémico en el sur de Japón, el Caribe, África Central y 
entre los afroamericanos del sudeste de EE.UU. En las regiones 
endémicas de Japón, los niños adquieren el VLTH-1 a través 
de la leche materna, mientras que los adultos se infectan por 
vía sexual. El número de personas seropositivas en algunas 
regiones de Japón puede alcanzar hasta el 35% (Okinawa),

Otros materiales

Materiales relacionados

7 pag.
ADENOVIRUS

San Marcelo

User badge image

Elsa q Quintana Vertiz

22 pag.
Virus herpes humanos

San Marcelo

User badge image

Elsa q Quintana Vertiz

9 pag.