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Andrógenos

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TESTOSTERONA Y OTROS ANDRÓGENOS
En los varones, la testosterona es el principal andrógeno secretado. Las células de Leydig sintetizan la 
mayor parte de dicha hormona por las vías que se incluyen en la figura 41-1. En las mujeres, la testoste-
rona también constituye un andrógeno principal y es sintetizado en el cuerpo amarillo y en la corteza 
suprarrenal por vías similares. La androstenediona y la dehidroepiandrosterona, precursores de la testos-
terona, son andrógenos débiles que los tejidos periféricos transforman en testosterona.
SECRECIÓN Y TRANSPORTE DE LA TESTOSTERONA. La secreción de testosterona es mayor en varones que en mujeres 
prácticamente en todas las etapas de la vida, diferencia que explica muchas de las demás que se observan entre uno y 
otro género. En el primer trimestre en el útero, los testículos del feto comienzan a secretar testosterona, factor principal 
en la diferenciación sexual masculina, probablemente estimulada por la gonadotropina coriónica humana (hCG, 
human chorionic gonadotropin), proveniente de la placenta. Al comenzar el segundo trimestre de la gestación, la 
concentración sérica de testosterona se acerca a la observada en la fase media de la pubertad, aproximadamente 250 
ng/100 ml (figura 41-2). Al final del segundo trimestre disminuye la producción de la hormona, pero en el recién 
nacido la cifra de nuevo es cercana a 250 ng/100 ml posiblemente por la estimulación de las células fetales de Leydig 
por parte de la hormona luteinizante (LH, luteinizing hormone), proveniente de la hipófisis del feto. La cifra de testos-
terona disminuye de nuevo en los primeros días después del nacimiento, pero aumenta y alcanza el máximo una vez 
más cerca de los 250 ng/100 ml entre el segundo y tercer mes después del nacimiento, para disminuir a 50 ng/100 ml, 
a los seis meses, y permanece sin cambios hasta la pubertad. En esta última etapa, que va de los 12 a 17 años, en 
promedio, la concentración de testosterona sérica en los varones aumenta al grado que para los comienzos de la vida 
adulta tal variable es de 500 ng/100 ml a 700 ng/100 ml en varones, en comparación con 30 ng/100 ml a 50 ng/100 ml 
en mujeres. La magnitud de la concentración de testosterona en los varones es el factor que origina los cambios pube-
rales que diferencian todavía más a los varones de las mujeres. Conforme el varón tiene mayor edad sus concentracio - 
nes séricas de testosterona disminuyen poco a poco, y ello pudiera contribuir a otros efectos del envejecimiento en él. 
La LH, secretada por las células gonadotrópicas de hipófisis (capítulo 38), es el principal estímulo para la secreción de 
testosterona en los varones, posiblemente potenciada por la hormona foliculoestimulante (FCH, follicle-stimulating 
hormone), secretada también por las células gonadotrópicas. La secreción de LH por dichas células es regulada en 
sentido positivo por la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH, gonadotropin-releasing-hormone). La testos-
terona inhibe directamente la secreción de LH por el asa de retroalimentación negativa. LH es secretada en pulsos que 
se suceden cada dos horas aproximadamente y cuya magnitud es mayor por la mañana. El carácter pulsátil al parecer 
es consecuencia de la secreción de GnRH en pulsos desde el hipotálamo. Asimismo, la secreción de testosterona es 
pulsátil y diurna, y la máxima concentración plasmática se produce cerca de las 8 a.m., y la mínima a las 8 p.m. Los 
picos diurnos disminuyen conforme el varón crece. La globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG, sex 
hormone-binding globulin) se une aproximadamente 40% de la testosterona circulante con notable afinidad, de modo 
que la hormona ya unida deja de estar disponible para efectos biológicos. La albúmina se une a casi 60% de la testos-
terona circulante con poca afinidad y queda en promedio 2% libre o sin unir. En las mujeres, LH estimula al cuerpo 
amarillo (formado en el folículo después de que libera el óvulo), para secretar testosterona. Sin embargo, en circuns-
tancias normales los principales inhibidores de la secreción de LH son el estradiol y la progesterona en las mujeres. 
METABOLISMO DE LA TESTOSTERONA HASTA LA FORMA DE COMPUESTOS ACTIVOS E INACTIVOS. La testosterona 
tiene diferentes efectos en tejidos, en forma directa y por medio de su metabolismo hasta generar dihidrotestosterona 
y estradiol (figura 41-3). La enzima 5α-reductasa cataliza la conversión de testosterona en dihidrotestosterona; esta 
última se une al receptor de andrógeno (AR, androgen receptor) que posee mayor afinidad que la testosterona y 
activa la expresión génica con mayor eficacia. Se han identificado dos formas de 5α-reductasa: la del tipo I que apa-
rece predominantemente en piel extragenital, hígado y huesos, y la del tipo II que se localiza predominantemente en 
tejido urogenital en varones, y piel de genitales en varones y mujeres. La enzima compleja aromatasa, que aparece 
en muchos tejidos, cataliza la conversión de testosterona en estradiol; tal mecanismo origina cerca de 85% del estra-
diol circulante en varones; el resto es secretado directamente por los testículos. El metabolismo hepático transforma 
la testosterona en compuestos biológicamente inactivos como son la androsterona y la etiocolanolona (figura 41-3). 
La dihidrotestosterona es metabolizada hasta formar androsterona, androstandiona y androstandiol.
Andrógenos41capítulo
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Separación de
la cadena lateral 
3β-hidroxiesteroide
deshidrogenasa 
3
1
11
21
20
17
HO
Colesterol
celular 
Pregnenolona
Progesterona
17α OH-pregnenolona 
17α OH-progesterona
17α-hidroxilasa 17, 20 liasa
Dehidroepiandrosterona
(DHEA)
Androstendiona Testosterona
Androstendiol
Colesterol plasmático
CH3
CH3
H3C
H3C
CH3
OH
O
Acetato 
H3C
H3C
Figura 41-1 Vía de síntesis de testosterona en las células de Leydig de los testículos. En las células de Leydig no se detec-
tan las 11 y 21 hidroxilasas (presentes en la corteza suprarrenal), pero está presente CYP17 (17α-hidroxilasa). Por esa 
razón, se sintetizan andrógenos y estrógenos, pero no se forman la corticosterona ni el cortisol. Las flechas negras gruesas 
denotan las vías preferenciales.
Gestación NiñezLactan-
cia 
0
250
500
1 10 20 100
Edad (años)
TE
S
TO
S
TE
R
O
N
A
 S
É
R
IC
A
, n
/d
l Pubertad Vida adulta
Figura 41-2 Esquema de la concentración sérica de testosterona desde los comienzos de la gestación hasta la senectud.
EFECTOS FISIOLÓGICOS Y FARMACOLÓGICOS DE LOS ANDRÓGENOS
La testosterona es el andrógeno circulante principal en los varones y sus efectos heterogéneos provienen 
de su capacidad de actuar cuando menos por tres mecanismos: al unirse al receptor de andrógeno (AR); 
por conversión en algunos tejidos, hasta formar dihidrotestosterona que también se une a AR, y por con-
versión al estradiol que se une al receptor de estrógeno (figura 41-4).
EFECTOS QUE OCURREN POR MEDIO DE LOS RECEPTORES DE ANDRÓGENOS. La testosterona y la dihidros-
testosterona actúan en la forma de andrógenos a través de un AR, miembro de la superfamilia de recep-
tores nucleares, al que se le ha designado como NR3A.
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762 Metabolitos
activos
DIHIDROTESTOSTERONA
ESTRADIOL
5α-
reductasa
OH
OH
OH
HO
HO
HO
(Aromatasa)CYP19
O
O
O
O
H H
H
ANDROSTERONA
ETIOCOLANOLONA
TESTOSTERONA
17
18
19
5
4
3
DC
BA
Metabolitos
inactivos 
Figura 41-3 Metabolismo de la testosterona hasta generar sus principales metabolitos activos e inactivos.
De no estar presente el ligando, el AR se sitúa en el citoplasma, como parte de un complejo proteínico de choque 
térmico. Cuando la testosterona o la dihidrotestosterona se unen al dominio de unión con ligando, AR se disocia del 
complejo proteínico de choque térmico, se dimeriza y se desplaza al núcleo. El dímero se fija por medio de los domi-
nios de unión con DNA, a los elementos de respuesta androgénica en algunos genes reactivos. El complejo de 
ligando/receptorrecluta coactivadores y actúa como un complejo del factor de transcripción que estimula o reprime 
la expresión de los genes particulares.
Las mutaciones en la hormona o en las regiones de unión con DNA del AR culminan en resistencia a la acción de la 
testosterona desde la vida fetal. Por tal motivo, la diferenciación sexual masculina es incompleta, como también el 
desarrollo puberal. En individuos con atrofia de músculos pararraquídeos y bulbares se suceden mutaciones de AR, 
conocidas como enfermedad de Kennedy. Estos pacientes tienen una expansión de la repetición CAG, que codifica 
la glutamina en el extremo amínico de la molécula. El resultado es la aparición de mínima resistencia a andrógenos 
que se manifiesta principalmente por ginecomastia y la atrofia de motoneuronas progresivamente grave. Se desco-
noce el mecanismo por el cual se produce la atrofia neuronal. Otras mutaciones de AR podrían explicar el hecho de 
que las metástasis del cáncer prostático suelen mostrar regresión en el comienzo, en respuesta al tratamiento de pri-
vación de andrógeno, para después perder la reactividad a la privación continua. AR sigue expresándose en el cáncer 
de próstata andrógeno-independiente, y sus señales permanecen activas. Las señales independientes del ligando 
pueden ser consecuencia de mutaciones en el gen AR o cambios en las proteínas correguladoras de AR. En algunos 
pacientes resistentes al tratamiento de privación androgénico común, la neoplasia reacciona a la mayor depleción de 
andrógenos por inhibidores de la síntesis de andrógeno suprarrenal como abiraterona.
EFECTOS QUE SE PRODUCEN POR MEDIO DE LOS RECEPTORES DE ESTRÓGENOS. Algunos efectos de la 
testosterona son mediados por su conversión en estradiol, catalizados por CYP19.
En unos cuantos varones con deficiencia de CYP19 o del receptor de estrógeno, las epífisis no se fusionan y persiste 
indefinidamente el crecimiento de huesos largos; aún más, el cuadro en tales pacientes es de osteoporosis. El estra - 
diol corrige las anormalidades óseas en pacientes con deficiencia de aromatasa, pero no en aquellos con un defec - 
to del receptor de estrógeno. Debido a que los varones tienen huesos más largos que las mujeres, y el hueso expresa 
AR, la testosterona pudiera tener un efecto en los huesos por medio del AR. La administración de estradiol en un va - 
rón con deficiencia de CYP19 puede intensificar el deseo sexual, y ello sugiere que el efecto de la testosterona en la 
libido del varón pudiera ser mediado por su conversión en estradiol.
EFECTOS DE LOS ANDRÓGENOS EN DIFERENTES ETAPAS DE LA VIDA
En el útero. Cuando los testículos del feto estimulados por hCG comienzan a secretar testosterona cerca de la octava 
semana de gestación, la elevada concentración local de dicha hormona alrededor de los testículos estimula los con - 
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ductos de Wolff cercanos para diferenciarse y ser los genitales internos del varón. En el primordio de los genitales 
externos, la testosterona es transformada en dihidrotestosterona, encargada del desarrollo de los genitales externos 
masculinos. El incremento de la testosterona al final de la gestación pudiera ocasionar continuación del crecimiento 
del falo.
Lactancia. Se desconocen las consecuencias del incremento de la secreción de testosterona por los testículos en los 
primeros meses de vida.
Pubertad. La pubertad en el varón comienza cerca de los 12 años de edad, con un incremento en la secreción de FSH 
y LH de las células gonadotrópicas estimuladas por la mayor secreción de GnRH del hipotálamo. La mayor secreción 
de FSH y LH estimula a los testículos. El incremento de la producción de testosterona por parte de las células de 
Leydig y el efecto de FSH en las células de Sertoli estimula el desarrollo de los túbulos seminíferos, que al final 
producirán espermatozoides maduros. La mayor secreción de testosterona y su paso a la circulación general modifica 
simultáneamente muchos tejidos, y los cambios de casi todos aparecen poco a poco en el transcurso de varios años. 
Aumenta la longitud y el grosor del pene, el escroto muestra arrugas y la próstata comienza a secretar el líquido que 
contribuye al semen. La piel se torna más gruesa y oleosa por la mayor producción de sebo, lo cual contribuye a la 
aparición de acné. Comienza a crecer el vello en zonas relacionadas con el sexo, al inicio en el pubis y la axila, des-
pués en las piernas, y por último vello en otras zonas corporales, incluido el rostro. Aumentan la masa y la potencia 
musculares, en particular de la cintura escapular, y disminuye la grasa subcutánea. Se acelera el crecimiento epifisa-
rio, lo cual se refleja en la etapa de crecimiento puberal acelerado, pero la maduración epifisaria finalmente llega a una 
fase de lentificación y por último interrupción del crecimiento. Los huesos se tornan más gruesos. Aumenta la eritro-
poyesis y como consecuencia es mayor el valor hematocrito; son mayores las concentraciones de hemoglobina en 
varones, que en niños o mujeres. La laringe muestra engrosamiento y con ello la voz se enronquece; aparece la libido. 
Otros cambios pueden ser consecuencia del incremento de la concentración de testosterona durante la pubertad. Los 
varones tienden a tener un mejor sentido de las relaciones espaciales que las mujeres y su comportamiento difiere en 
algunas formas del de ellas, incluso con una mayor agresividad.
Etapa adulta. La concentración de testosterona sérica y las características del varón adulto se conservan en gran 
medida en los comienzos de la vida adulta y la etapa media de la misma. Un cambio en este lapso es la aparición 
gradual de la alopecia de distribución masculina que comienza con la recesión del implante piloso en las sienes, el 
vértex o ambos sitios. Otras dos situaciones tienen enorme importancia médica. Una es la hiperplasia prostática 
benigna, que aparece en grado variable en casi todos los varones, aunque en ocasiones obstruye el flujo de orina al 
comprimir la uretra a su paso por la próstata. Tal situación es mediada por la conversión de testosterona en dihidro-
testosterona por actividad de la 5α-reductasa II dentro de las células prostáticas. El otro cambio es el desarrollo 
de cáncer de próstata. Aunque ninguna prueba directa sugiere que la testosterona cause la neoplasia, ella depende de 
la estimulación con andrógeno; tal dependencia es la base del tratamiento de las metástasis del cáncer prostático, al 
disminuir la concentración sérica de testosterona o bloquear su acción a nivel de su receptor.
TESTOSTERONA CYP19
(aromatasa)
5α-
reductasa
Dihidrotestosterona
Genitales externos:
 -diferenciación durante la gestación
 -maduración durante la pubertad
 -enfermedades de la próstata en adultos
Genitales internos:
 -Desarrollo de conductos de Wolff 
 durante la gestación 
Huesos:
 -cierre de epífisis 
 -incremento de la
 densidad 
Libido
(apetito sexual)
Músculos de �bra estriada
 -incremento de la masa y la potencia 
 durante la pubertad 
Eritropoyesis 
Crecimiento óseo 
Folículos pilosos:
 -mayor proliferación durante 
 la pubertad 
Estradiol
Receptor
de estrógeno 
Receptor
de andrógeno 
Receptor
de andrógeno 
Figura 41-4 Efectos directos de la testosterona y efectos mediados en forma indirecta por medio de la dihidrotestosterona 
o el estradiol.
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Vejez. Conforme los varones envejecen, la concentración de testosterona sérica disminuye progresivamente (figura 
41-2) y aumenta de manera gradual la concentración de globulina transportadora de hormonas sexuales (SHBG, sex-
hormone binding globulin), de modo que para los 80 años la concentración total de testosterona se acerca a 80% y la 
forma libre es 40% aproximadamente de la que había a los 20 años. Dicha disminución de testosterona sérica pue de 
contribuir a otros cambios que se suceden conforme los varones tienen cada vez mayor edad, como son disminución 
de energía, libido,masa y potencia muscular, y densidad mineral ósea. La privación de andrógenos también ocasiona 
resistencia a la insulina, obesidad troncal y anormalidades de lípidos séricos, como se observa en varones con metás-
tasis de cáncer de próstata que reciben dicho tratamiento (consúltese también el capítulo 63).
CONSECUENCIAS DE LA DEFICIENCIA DE ANDRÓGENOS
Las consecuencias de la deficiencia de andrógeno dependen de la etapa de la vida en la cual apareció 
originalmente y la magnitud de tal transtorno.
DEFICIENCIA DURANTE EL DESARROLLO FETAL. La deficiencia de testosterona en un feto varón en el primer trimes-
tre origina diferenciación sexual incompleta. La deficiencia completa de la secreción de dicha hormona también 
origina que los genitales externos sean totalmente femeninos. La deficiencia de testosterona en esa fase del desarrollo 
también hace que los conductos de Wolff no se diferencian en genitales masculinos internos, pero los conductos de 
Müller tampoco se diferencian en genitales internos femeninos en la medida en que persistan los testículos y secreten 
la sustancia inhibidora de conductos de Müller. Se producen cambios similares si se secreta normalmente la testoste-
rona, pero su acción disminuye por alguna anormalidad de AR o de la 5α-reductasa. Las anormalidades de AR pue-
den tener efectos heterogéneos. La forma más grave origina la ausencia completa de acción andrógena y la aparición 
del fenotipo femenino; formas moderadas originan virilización parcial de los genitales externos y las menos extensas 
permitirán la virilización normal en el útero y sólo en la vida adulta habrá deficiencias en la espermatogénesis. La 
5α-reductasa anormal produce la virilización incompleta de los genitales externos en el útero, pero el desarrollo 
normal de los genitales internos del varón, para lo cual se necesita solamente testosterona. La deficiencia de dicha 
hormona en el tercer trimestre entorpece el crecimiento del pene. El resultado, el microfalo, es un cuadro común en 
varones que más tarde se identifica por la imposibilidad de secretar LH, situación que proviene de anormalidades 
en la síntesis de GnRH. Además, con la deficiencia de testosterona, los testículos no descienden al escroto, situación 
llamada criptorquidia y ocurre frecuentemente en niños cuya secreción de LH es subnormal (capítulo 38).
DEFICIENCIA ANTES DE COMPLETAR LA PUBERTAD. Cuando un feto de sexo masculino puede secretar normal-
mente testosterona en el útero, pero pierde dicha capacidad antes de la fecha prevista de la pubertad, el resultado es 
la pubertad incompleta. Todos los cambios puberales descritos, que incluyen los de genitales externos, vello en zonas 
de órganos sexuales, masa muscular, voz y comportamiento quedan disminuidos en un grado que es proporcional 
a la de ficiencia de la secreción de testosterona. Además, si la secreción de la hormona somatotrópica es normal cuan - 
do la de testosterona es subnormal en los años de pubertad esperados, los huesos largos siguen su desarrollo longitu-
dinal porque la epífisis no cierra. El resultado es brazos y piernas más largas en relación con el tronco. Otra conse-
cuencia de la secreción subnormal de testosterona para la fecha anticipada de la pubertad es el agrandamiento del 
tejido mamario glandular, situación llamada ginecomastia. 
DEFICIENCIA DESPUÉS DE TERMINADA LA PUBERTAD. Si disminuye la secreción de testosterona después de la pu - 
bertad (por castración o tratamiento antiandrogénico), la regresión de los efectos puberales de la testosterona depende 
del grado y la duración de la deficiencia. Si dicha deficiencia es importante, en término de una a dos semanas dismi-
nuirá la libido y la energía, pero otras características que dependen de la testosterona disminuyen con mayor lentitud. 
Durante varios años no se produce un decremento clínicamente detectable de la masa muscular en el varón. En tér-
mino de meses habrá la disminución notable en el valor hematocrito y la hemoglobina. La disminución de la densidad 
mineral ósea probablemente se detecte por absorciometría de energía doble en término de dos años. Se necesita el 
transcurso de varios años para que desaparezca el vello en zonas púbicas y axilares.
DEFICIENCIA EN MUJERES. La pérdida de la secreción de andrógenos en mujeres hace que disminuya el vello en la 
zona púbica y axilas, pero no por muchos años. La desaparición de tales sustancias (en particular con la pérdi - 
da intensa de los andrógenos ováricos y suprarrenales que aparece en el panhipopituitarismo) puede originar la des-
aparición de efectos que surgen junto con la libido, la energía y la potencia muscular y la densidad mineral ósea.
PREPARADOS ANDROGÉNICOS TERAPÉUTICOS
El consumo de testosterona no constituye una forma eficaz de sustituir la deficiencia de la misma, debido 
al catabolismo hepático rápido. Por esta razón, muchos preparados farmacéuticos de andrógenos tienen 
como característica derivar el metabolismo de testosterona por parte de dicha víscera.
ÉSTERES DE TESTOSTERONA. La esterificación de un ácido graso hasta la forma del grupo 17α-hidroxilo de testoste-
rona, genera un compuesto que es más lipófilo que la propia hormona. Cuando el éster, como el enantato (heptanoato) 
o cipionato (ciclopentilpropionato) (cuadro 41-1), se disuelve en aceite y se aplica por vía intramuscular cada dos a 
cuatro semanas a varones hipogonadales, se hidroliza in vivo y genera concentraciones de testosterona sérica que van 
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765Cuadro 41-1
Andrógenos disponibles para uso terapéutico.
TESTOSTERONA
Ésteres de testosterona
Enantato/undecanoato/cipionato de testosterona
Andrógenos 17α-alquilados
Metiltestosterona, oxandrolona, estanozolol
Fluoximesterona, danazol
Otros productos 
17α-metil-19-nortestosterona, tetrahidrogestrinona
desde niveles mayores de lo normal en los primeros días después de la inyección, hasta niveles bajos de lo normal 
exactamente antes de la inyección siguiente (figura 41-5). Los intentos por disminuir la frecuencia de inyecciones al 
incrementar la dosis de cada aplicación originan fluctuaciones más amplias y resultados terapéuticos más deficientes. 
El éster undecanoato de testosterona se puede disolver en aceite y consumir; por esa vía se absorbe en la circulación 
linfática y con ello deriva el primer paso del catabolismo hepático. El undecanoato de testosterona en aceite también 
se inyecta y produce concentraciones estables de la hormona en suero durante dos meses. El éster de undecanoato 
no se comercializa en Estados Unidos.
ANDRÓGENOS ALQUILADOS. Hace algunos decenios, los químicos observaron que la adición de un grupo alquilo en 
la posición 17α de la testosterona retardaba el catabolismo hepático. En consecuencia, los andrógenos 17α-alquilados 
son androgénicos si se administran por vía oral; sin embargo, son menos androgénicos que la testosterona y ocasio-
nan hepatotoxicidad, cosa que no causa la testosterona natural. Algunos andrógenos 17α-alquilados muestran mayo-
res efectos anabólicos que los efectos androgénicos, en comparación con la testosterona original, en pruebas de 
laboratorio en ratas; sin embargo, con tales esteroides “anabólicos” tan solicitados por los deportistas para mejorar 
ilícitamente su rendimiento, no se ha demostrado convincentemente un efecto diferencial en seres humanos. En 
Estados Unidos, la FDA, al citar posibles riesgos graves a la salud, ha recomendado no usar los productos de fisico-
culturismo que se distribuyen porque contienen esteroides o sustancias similares a ellos.
SISTEMAS DE ADMINISTRACIÓN TRANSDÉRMICO. Las sustancias llamadas excipientes se usan para facilitar la 
absorción de la testosterona natural a través de la piel por un procedimiento controlado. Los preparados transdérmi-
cos generan concentraciones séricas de testosterona más estables que las logradas con inyecciones de los ésteres de 
la hormona. La primera presentación fue la de parches, de los cuales aún se distribuye uno. Las nuevas preparaciones 
incluyengeles y un comprimido para absorción oral (figura 41-5).
MODULADORES SELECTIVOS DEL RECEPTOR DE ANDRÓGENOS. Se han sintetizado los moduladores selectivos de la 
respuesta a estrógenos (SERM, selective estrogen receptor modulators) (capítulo 40). Cabría preguntarse si los 
moduladores selectivos de AR presentan los efectos beneficiosos de la testosterona en algunos tejidos, como múscu-
los y huesos, sin los efectos farmacológicos secundarios en otros tejidos como la próstata. Se han obtenido moléculas 
no esteroideas con tales propiedades y están en fase de estudio en los humanos. 
USOS TERAPÉUTICOS DE LOS ANDRÓGENOS
HIPOGONADISMO DE VARONES. La indicación establecida para administrar andrógenos es la deficiencia 
de testosterona en varones. Cabe utilizar para tratar tal cuadro cualesquiera de los preparados de la hormo - 
na o sus ésteres descritos en estos apartados.
Vigilancia de la eficacia. El objetivo de administrar testosterona a un varón hipogonadal es remedar lo más cercana-
mente posible a la concentración sérica normal de la hormona (figura 41-5). Por esa causa, el aspecto más importante 
de valorar la eficacia de la administración de testosterona es medir la concentración de la hormona en el suero en lo 
que dure la terapéutica. Cuando se administra un éster de enantato o cipionato de testosterona una vez cada dos 
semanas, la concentración sérica de la hormona medida en un punto intermedio entre una y otra dosis debe ser nor-
mal, y de no serlo habrá que hacer ajustes en el calendario posológico. Si la deficiencia de la hormona es consecuen-
cia de trastornos testiculares, como lo denota el aumento de la concentración sérica de LH, también se podrá valorar 
de manera indirecta la adecuación del tratamiento con testosterona por la normalización de la LH en término de dos 
meses de haber comenzado la terapéutica. La normalización de la concentración sérica de testosterona induce la 
virilización normal en varones prepúberes y restaura la virilidad en adultos que mostraron la deficiencia gonadal en 
esa etapa. En término de unos meses, y a menudo antes, se normalizarán la libido, la energía y el valor hematocrito. 
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Un parche (5 mg) 
100 mg
50 mg
1 600
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1 000 1 000
800 800
600 600
400 400
200 200
00
800
400
0
0
0 4 8 12 16 20 24
2 4 6
Tiempo (días)
8 10 12 14
Enantato de testosterona
Parche de testosterona
Gel de testosterona 
Te
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os
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Te
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l)
Te
st
os
te
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na
 s
ér
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a 
(n
g/
10
0 
m
l)
Tiempo (horas)
0 4 8 12 16 20 24
Tiempo (horas)
200 mg por vía intramuscular 
Figura 41-5 Perfiles farmacocinéticos de preparados de tes- 
tosterona durante la administración duradera a varones hipo-
gonadales. Las dosis de cada producto se administraron en la 
hora 0. Las áreas sombreadas denotan límites del nivel nor-
mal. A) Datos adaptados con permiso de Snyder P.J., et al. 
J Clin Endocrinol Metab. 1980;51:1535-1539. B) Datos adap-
tados con permiso de Dobs A.S., et al. J Clin Endocrinol Metab. 
1999;84:3469-3478. C) Datos adaptados con permiso de Swer-
dloff R.S., et al. J Clin Endocrinal Metab. 2000;85:4500-4510.
En un plazo de seis meses aumentará la masa muscular y disminuirá la masa grasa. Sin embargo, persistirá el incre-
mento de la densidad ósea durante dos años.
Vigilancia de efectos nocivos. La testosterona administrada por el propio paciente en la forma de un preparado trans-
dérmico no conlleva “efectos farmacológicos secundarios” (es decir, ningún efecto que no tendría la hormona secre-
tada por mecanismos endógenos), en la medida en que la dosis no sea excesiva. Los compuestos modificados como 
los andrógenos 17α-alquilados tienen efectos farmacológicos secundarios incluso si las dosis están calculadas den - 
tro del reemplazo fisiológico. Algunos de estos efectos aparecen poco después de emprender el uso de la testosterona, 
en tanto que otros no lo hacen hasta que continúa la administración durante años. El incremento de la concentración 
sérica de testosterona puede ocasionar efectos farmacológicos secundarios semejantes a los que aparecen durante la 
pubertad, que comprenden acné, ginecomastia y un comportamiento sexual más agresivo. Las cantidades fisiológicas 
de testosterona al parecer no modifican los lípidos séricos ni las apolipoproteínas. El reemplazo de los niveles fisio-
lógicos de dicha hormona en ocasiones tiene efectos perjudiciales en presencia de enfermedades coexistentes. Si la 
dosis del producto es excesiva, aparecerá en varones predispuestos a tales problemas, eritrocitosis, y pocas veces 
retención de sodio y agua, así como edema periférico. Cuando un varón tiene > 40 años de edad está predispuesto a 
algunas enfermedades que dependen de la testosterona, que incluyen la hiperplasia benigna prostática o cáncer de 
próstata. Los principales efectos farmacológicos secundarios de los andrógenos 17α-alquilados son hepáticos, 
e incluyen colestasis y, pocas veces, púrpura hepática o quistes en el hígado llenos de sangre. En contadas ocasiones 
se han señalado casos de cáncer hepatocelular. Los andrógenos 17α-alquilados, particularmente en grandes dosis, 
pueden disminuir la concentración sérica del colesterol de lipoproteína de alta densidad. 
Vigilancia de la fecha anticipada de la pubertad. La testosterona acelera la maduración epifisaria y en el comienzo ori-
gina la etapa de crecimiento rápido, pero después hay cierre epifisario, con interrupción permanente del crecimiento 
CAPÍTU
LO 41
An
drógen
Os
767
lineal. En consecuencia, hay que considerar la talla y el estado de la hormona somatotrópica del niño. Los niños de 
talla corta por deficiencia de la hormona mencionada deben recibirla antes de tratar su hipogonadismo con tes - 
tosterona.
SENECTUD DEL VARÓN. Los datos preliminares sugieren que el aumento de la concentración sérica de testosterona 
en varones cuyos niveles séricos son subnormales sin razón alguna, salvo la edad, mejorará la densidad de minerales 
óseos y la masa magra, y aminorará la masa grasa. Sin embargo, no hay certeza, de que el tratamiento mencionado 
empeore la hiperplasia prostática benigna o incremente la incidencia de cáncer de próstata.
HIPOGONADISMO DE LA MUJER. En un estudio de mujeres con concentraciones pequeñas de testosterona en suero 
causadas por panhipopituitarismo, el incremento y normalización de la concentración de testosterona se acompañó 
de aumentos pequeños en la densidad de minerales óseos, masa magra y función sexual, en comparación con el 
placebo.
MEJORÍA DEL RENDIMIENTO DEPORTIVO. Algunos deportistas consumen fármacos que incluyen andró-
genos para mejorar su rendimiento físico. En Estados Unidos, la FDA, después de citar riesgos potencial-
mente graves para la salud, ha recomendado no utilizar productos fisicoculturistas comercializados, 
porque contienen esteroides o sustancias similares a ellos. 
Tipos de andrógenos usados. Los deportistas han probado prácticamente todos los andrógenos producidos para fines 
clínicos o veterinarios. El uso de tales sustancias era práctica común entre los atletas cuando empezaron a usarse 25 
años atrás; entonces se pensaba que los andrógenos 17α-alquilados y otros compuestos tenían mayores efec - 
tos anabólicos que androgénicos, en relación con la testosterona (los llamados esteroides anabólicos). Debido a que 
estos compuestos son fácilmente detectables por las organizaciones que rigen las competencias deportivas, otros 
fármacos tienen mayor aceptación porque mejoran la concentración sérica de la propia testosterona, como los ésteres 
de la hormona o hCG. En fecha reciente han tenido aceptación cada vez mayor los precursores de la testosterona 
como androstenediona y dehidroepiandrosterona (DHEA, dehydroepiandrosterone), porque se les ha concedido el 
estado de complementos nutricionales y no están regulados por las organizaciones deportivas. Un nuevodesarrollo 
en el uso de andrógenos por deportistas lo constituye el consumo de tetrahidrogestrinona (THG, tetrahydrogestri-
none), andrógeno potente que al parecer ha sido diseñado y sintetizado para no ser detectado por los laboratorios que 
combaten el dopaje con base en su nueva estructura (cuadro 41-1) y catabolismo rápido. 
Eficacia. Los escasos estudios con testigos sobre los efectos de dosis farmacológicas de andrógenos, sugieren un 
efecto (que depende de la dosis) de la testosterona en la potencia muscular, que actúa sinérgicamente con el ejercicio. 
En otra investigación, la androstenediona no produjo un aumento de la potencia muscular en varones, en compara-
ción con el placebo; dicho tratamiento tampoco aumentó la concentración media de testosterona en suero.
Efectos adversos. Todos los andrógenos suprimen la secreción de gonadotropina si se administran en grandes dosis y, 
en consecuencia, anulan la función testicular endógena; ello hace que disminuya la testosterona endógena y la pro-
ducción de espermatozoides, lo que resulta en disminución de la fecundidad. Si la administración persiste durante 
muchos años, el volumen de los testículos puede reducirse. La producción de testosterona y espermatozoides por lo 
común se normaliza en término de meses de interrumpir su uso, pero puede necesitar más tiempo. Las dosis altas de 
andrógenos originan también eritrocitosis. Cuando se administran en dosis mayores, los andrógenos que sí pueden 
transformarse en estrógenos, como la propia testosterona, ocasionarán ginecomastia. Los andrógenos cuyo anillo A 
ha sido modificado de modo que sea imposible aromatizarlo, como la dihidrotestosterona, no causarán ginecomastia 
incluso en grandes dosis. Los andrógenos 17α-alquilados son los únicos que causan efectos hepatotóxicos; dichos 
andrógenos, en grandes dosis, afectan las concentraciones de lípidos en suero, específicamente disminuyen la con-
centración de colesterol de lipoproteína de alta densidad (HDL) y aumentan la del colesterol de lipoproteína de baja 
densidad (LDL). Las mujeres y los niños presentan virilización que incluye hirsutismo facial y corporal, retroceso de 
la línea de implante capilar que sigue una distribución masculina, y acné. Los niños presentan agrandamiento del falo 
y las mujeres clitorimegalia. Niños y niñas cuyas epífisis no han sido cerradas, presentan cierre prematuro de ellas y 
disminución de su crecimiento lineal. 
ESTADOS DE CATABOLIA Y CONSUNCIÓN. La testosterona, por sus efectos anabólicos, se ha utilizado en intentos de 
mejorar estados de catabolia y consunción muscular, pero en términos generales no ha sido eficaz. Una excepción 
sería en el tratamiento de consunción muscular que surge con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), 
que suele ser acompañado de hipogonadismo.
ANGIOEDEMA. El tratamiento crónico con andrógenos de pacientes de angioedema evita eficazmente los ataques. La 
enfermedad es causada por una perturbación hereditaria del inhibidor de C1-esterasa o la generación adquirida de 
anticuerpos contra dicho inhibidor. Los andrógenos 17α-alquilados (como estanozolol, danazol) estimulan la síntesis 
del inhibidor de la esterasa, por parte del hígado. Como otra posibilidad, cabe recurrir al inhibidor concentrado de 
C1-esterasa obtenido de plasma humano para proteger a sujetos con angioedema hereditario.
DISCRASIA SANGUÍNEA. Los andrógenos, como el danazol, aún se utilizan a veces como complemento para tratar 
la anemia hemolítica y la púrpura trombocitopénica idiopática resistente a fármacos de primera línea.
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ORM
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ALES
SECCIÓN
 V
768 ANTIANDRÓGENOS
INHIBIDORES DE LA SECRECIÓN DE TESTOSTERONA. Los análogos de GnRH inhiben eficazmente la 
secreción de testosterona al anular la producción de LH. Los análogos de GnRH en administración repe-
tida disminuyen el número de receptores de GnRH, y se cuenta con dichos productos para tratar el cáncer 
de próstata.
Algunos antimicóticos de la familia de los imidazoles como el ketoconazol (capítulo 57) inhiben la actividad de CYP 
y con ello bloquean la síntesis de hormonas esteroides, que incluyen la testosterona y el cortisol. Ambas pueden 
inducir insuficiencia suprarrenal y generar hepatoxicidad, razones por las cuales no se utilizan para inhibir la síntesis 
de andrógeno, pero a veces se usan en caso de exceso de glucocorticoides (capítulo 42).
INHIBIDORES DE LA ACCIÓN DE ANDRÓGENOS. Los fármacos de esta categoría inhiben la unión de 
andrógenos a AR o también la 5α-reductasa.
ANTAGONISTAS DEL RECEPTOR DE ANDRÓGENO
Flutamida, bicalutamida, nilutamida y enzalutamida. Los antagonistas relativamente potentes de AR 
mencionados tienen escasa eficacia cuando se usan solos, porque la mayor secreción de LH estimula la 
aparición de concentraciones todavía mayores de testosterona en suero. Se utilizan principalmente junto 
con un análogo de GnRH en el tratamiento de las metástasis del cáncer de próstata (capítulo 63). La flu-
tamida también se ha utilizado para tratar el hirsutismo en mujeres, pero la relación causal con la hepato-
toxicidad justifica cautela contra su uso para este fin estético.
Flutamida 
Espironolactona (capítulo 25) es un inhibidor de la aldosterona que también bloquea débilmente AR e inhibe en 
pequeño grado la síntesis de testosterona. Cuando el fármaco se usa para tratar la retención de líquidos o la hiperten-
sión en varones, un efecto farmacológico secundario común es la ginecomastia; en parte por la aparición de dicho 
efecto, se obtuvo el antagonista selectivo del receptor de mineralocorticoide. La espironolactona se usa en mujeres 
para tratar el hirsutismo. El acetato de ciproterona es un progestágeno y un antiandrógeno débil porque se une al 
receptor de andrógeno. Es eficaz para reducir el hirsutismo, pero en Estados Unidos no se ha aprobado su uso para 
tal apli cación.
INhIBIDORES DE 5α-REDuCTASA. La finasterida y la dutasterida son antagonistas de la 5α-reductasa; ellos 
bloquean la conversión de testosterona en dihidrotestosterona, en particular en los genitales externos del 
varón. Los fármacos en cuestión han sido aprobados para tratar la hiperplasia prostática benigna.
La impotencia es un efecto farmacológico secundario corroborado, aunque es poco común con el uso de dicho fár-
maco. La ginecomastia es otro efecto raro. Se ha aprobado el uso de la finasterida para tratar la calvicie con distribu-
ción masculina y es eficaz en el tratamiento del hirsutismo.
Finasterida
Véase Goodman & Gilman: Las bases farmacológicas de la terapéutica, 12a. edición, para revisión bibliográfica o 
Goodman & Gilman Online en www.AccessMedicine.com.

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