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165 23 Aspergilosis broncopulmonar alérgica INTRODUCCIÓN La aspergilosis es una enfermedad de la vía respirato- ria causada por la colonización e infección del hongo Aspergillus. El asma y la aspergilosis las asoció, por primera vez, Rénon en 1897. En 1925 van Leeuwen, Good, Kremer y Varekamp volvieron a poner atención a la asociación de las dos enfermedades.1 Posteriormen- te, Hansen (1928), Bernton (1930), Flood (1931), Brown (1932 y 1936) y Feinberg (1936) mostraron que entre 1 y 20% de los asmáticos dieron pruebas cutáneas posi- tivas a Aspergillus.2 El primer reporte de aspergilosis broncopulmonar alér- gica se publicó en 1952 por Hinson y su grupo, quienes describieron tres pacientes con episodios recurrentes de sibilancias, eosinofilia, producción de esputo, fiebre e infiltrados en la radiografía de tórax.1 EPIDEMIOLOGÍA La prevalencia mundial de aspergilosis broncopulmonar alérgica se desconoce pero existen reportes epidemio- lógicos, especialmente en pacientes con asma y fibrosis quística. El 66% de los pacientes con asma grave están sensibilizados a hongos y a Aspergillus fumigatus en 45%. De este subgrupo, 1 a 2% padece aspergilosis broncopulmonar alérgica. Se manifiesta desde la se- gunda década de la vida sin predilección por sexo.1 En 20% de los pacientes con fibrosis quística se ha documentado Aspergillus fumigatus en el árbol respira- torio.3 La prevalencia de aspergilosis broncopulmonar alérgica en fibrosis quística es de 7 a 9%. En el Instituto Nacional de Pediatría sólo hay 30 casos documenta- dos de pacientes con edad promedio de 11 años con aspergilosis broncopulmonar alérgica de 2008 a 2018, de los que 20 tenían fibrosis quística como enfermedad de base. ETIOLOGÍA La palabra aspergillus proviene del latín y significa “as- perjar”, “rociar” o “esparcir”, “hisopo”, de ahí que fuese empleada por Micheli en 1729 para denominar este gé- nero de hongos que cuenta, en la actualidad, con unas 150 especies. Fue Virchow, en 1856, quien relacionó a los aspergilos con enfermedad en el hombre.4 La aspergilosis constituye la infección micótica opor- tunista más frecuente del pulmón. Los conidios miden de 2.5 a 3 micras de diámetro y secretan enzimas pro- 166 teolíticas. La estructura microscópica de Aspergillus es única. Tiene hifas trabiculares y conidióforos, su cabeza se localiza en el extremo de una hifa, compuesta por una vesícula rodeada por una corona de fiálides en forma de botella, directamente insertadas en la vesícula. De las fiá- lides se desprenden las esporas (conidios). Figura 1 ESPECIES DE ASPERGILLUS CAUSANTES DE ASPERGILOSIS BRONCOPULMONAR ALÉRGICA Aspergillus fumigatus Aspergillus flavus Aspergillus niger Aspergillus terreus Aspergillus nidulans UBICACIÓN DEL ASPERGILLUS Los aspergilos se encuentran ampliamente distribui- dos en la naturaleza: tierra, plantas, materia orgánica en descomposición. Contaminan alimentos, sobre todo los que contienen carbohidratos y fibras (pan, dulces, alimento de aves, granos). Las esporas se diseminan por el aire (conidios) y son inhaladas.4 FISIOPATOLOGÍA Las conidias se inhalan y, gracias a su tamaño, logran llegar a la vía aérea inferior y alvéolos, donde pueden crecer. Aspergillus crece a través de la producción de hifas, de las que brotan los conidióforos que secretan enzimas proteolíticas. La adherencia de las conidias a las células epiteliales respiratorias provoca disfunción celular, inicialmente con alteraciones en los cilios de la vía respiratoria, posteriormente el hongo crece y produ- ce hifas que invaden todo el epitelio.2 La inhalación de las esporas de hongos es ubicua, pero la colonización y la infección por Aspergillus sólo ocurren en algunos individuos. Existen factores predisponentes que permiten la proliferación de Aspergillus, primero, la inmunidad innata con mecanismos de eliminación mucociliar que, en caso de tener alguna alteración, el individuo sea más susceptible a la adherencia de las esporas al epitelio de la vía aérea. Las enfermedades preexistentes con bronquiectasias, como ocurre en la fibrosis quística, también pueden proporcionar un am- biente para la colonización de la vía aérea y la excesiva producción de moco secundaria a la inflamación. La proliferación de Aspergillus en la vía aérea conduce al reclutamiento de células inflamatorias. En el hués- ped alérgico predomina la respuesta tipo Th2 sobre la respuesta Th1, con liberación de citocinas específicas (IL-4, IL5 e IL13) que propagan la inflamación, incremen- tan la IgE total, producen específicamente IgE contra A. fumigatus, desgranulación de mastocitos y respuesta eosinofílica exacerbada que daña los tejidos.1 Las enzimas proteolíticas y toxinas secretadas por el hongo, así como la inflamación generada por la res- puesta inmunitaria, destruyen las fibras elásticas y de colágeno en las paredes bronquiales, ocasionan di- lataciones anormales (bronquiectasias). En estas se acumula moco que no puede drenarse adecuadamen- te, por lo que se convierte en un sitio idóneo para la proliferación del Aspergillus e infección por bacterias (P. aeruginosa entre otras) que propagan la inflamación y destrucción pulmonar.2 Luego que el hongo se adhiere al epitelio respiratorio se inician las respuestas inmunitarias específicas, y va- rias propiedades heredadas hacen a un individuo más susceptible a la proliferación de Aspergillus en la vía aé- rea. Cuadro 1 Las características inmunitarias específicas se rela- cionan con el sistema inmunitario innato, la respuesta inmunitaria celular, respuestas de anticuerpos y gené- tica. En el sistema inmunitario innato los receptores tipo Toll (TLR) 2, 4 y 9 se consideran importantes en la inmunidad contra las especies de Aspergillus. En un modelo de sensibilización fúngica crónica los ratones deficientes de TLR2 mostraron un retraso e hiperreacti- vidad bronquial de la vía aérea y periodos más largos de colonización con Aspergillus, lo que sugiere un papel de TLR2 en la susceptibilidad a aspergilosis broncopul- monar alérgica.1,5,6,7 Figura 1. Estructura de Aspergillus Conidióforo Fiálides Microconidios Vesícula Aspergilosis broncopulmonar alérgica 167 En la aspergilosis broncopulmonar alérgica los anti- cuerpos IgE específicos al antígeno Aspergillus Asp f 34, se encuentran incluso en 94% de los casos y en 46% de los individuos sensibilizados con A. fumigatus. En ratones transgénicos se ha encontrado el genotipo HLA-DR2, particularmente DRB1 1503, que parece tras- mitir mayor susceptibilidad pulmonar a Aspergillus. Se han encontrado polimorfismos de citocinas asociadas con inflamación eosinofílica en aspergilosis broncopul- monar alérgica, como en el receptor de IL-4, IL-13, factor de necrosis tumoral-a (TNF-a), e IL-10.2 La evidencia microbiológica y patológica ha demostrado que la hipersensibilidad en la aspergilosis broncopul- monar alérgica no es solo de tipo I (mediado por IgE).1,3 Algunos estudios han encontrado, también, complejos inmunitarios que circulan en pacientes con aspergilosis broncopulmonar alérgica (hipersensibilidad tipo III). CUADRO CLÍNICO El cuadro clínico característico es el de episodios recurrentes de asma, eosinofilia en sangre y esputo, infiltrados pulmonares fijos o cambiantes y pruebas cutáneas positivas para Aspergillus. Puede haber fiebre, astenia y pérdida de peso. A veces hay dolor torácico por reacción pleural. Los pacientes tienen un marcado empeoramiento de los síntomas de asma.1,3 También puede haber tos, disnea y expectoración de tapones mucosos en forma de moldes bronquia- les de los que pueden aislarse: el hongo, micelios, cristales de Charcot-Leyden (fibrillas de mucina en espiral), espirales de Curschmann (detritos de eosi- nófilos), bacterias o virus en el lavado broncoalveolar y esputo. En el paciente con fibrosis quística el diagnóstico pue- de ser difícil debido a que el cuadro clínico descrito es indistinguible de una exacerbación infecciosa. En es-tos casos la sospecha de aspergilosis broncopulmonar alérgica se hará cuando el paciente no reaccione al tratamiento antibiótico y la terapia inhalada habitual, o cuando tenga deterioro de la función pulmonar, inexpli- cada por otras causas. Se describen cinco etapas en la aspergilosis broncopul- monar alérgica. Cuadro 1 Cuadro 1. Fisiopatología de la aspergilosis broncopulmonar alérgica Genética: HLA-DR2, DRB1 1503 Receptores tipo Toll (TLR) 2, 4 y 9 Polimorfismos en Factor de Necrosis Tumoral-α (TNF-α) e IL-10. Enfermedad previa (asma, fibrosis quística) Aspergillus fumigatus Enzimas proteolíticas Epitelio respiratorio bronquial Inflamación Migración celular (neutrófilos, linfocitos) Linfocitos Th2 CD4+ IL-4, IL-5, IL-13 Eosinófilos Linfocitos B IgG, IgE Asp f 34 Producción de IL-6, IL-8, metaloproteinasa 9 Daño al epitelio bronquial + 168 DIAGNÓSTICO Para establecer el diagnóstico de esta enfermedad se requiere la coexistencia de los siguientes criterios de la Sociedad Internacional de Micología para Humanos y Animales (ISHAM), que se encuentran en alrededor de 90% de los pacientes:3,4 Enfermedades predisponentes (al menos una): asma y fibrosis quística. Criterios obligatorios (todos deben coexistir): • Prueba cutánea positiva para Aspergillus o IgE elevada contra Aspergillus fumigatus • IgE total elevada (más de 1000 UI/mL), pero si el paciente cumple otros criterios puede estar la IgE total menor a 1000 UI/mL Otros criterios (al menos dos deben coexistir): • IgG elevada contra Aspergillus • Opacidades radiográficas pulmonares consis- tentes con APBA • Eosinofilia más de 500 c/mm3 previo al trata- miento con esteroides Según la European Academy of Allergy and Clinical Im- munology , 2016, se describen los siguientes criterios: • Asma o fibrosis quística con deterioro de la fun- ción pulmonar • Reactividad cutánea inmediata a extractos de A. fumigatus • IgE total sérica elevada mayor de 416 IU/mL o IgE e IgG específicas a A. fumigatus elevadas en suero • Infiltrados radiográficos • Anticuerpos precipitantes contra A. fumigatus • Bronquiectasias centrales en la TAC-AR • Eosinofilia periférica en sangre • A. fumigatus en tapones de moco Estudios de gabinete La repetida ocurrencia de episodios termina dañando la estructura bronquial y produce bronquiectasias. Las lesiones predominan en los lóbulos superiores, en re- giones parahiliares: bronquiectasias centrales. Cuando los casos son crónicos pueden aparecer, de manera ocasional, niveles hidroaéreos y aspergilomas en las bronquiectasias. En la radiografía de tórax los infiltrados recurrentes e imágenes “en riel de tranvía” corresponden a bronquiolos dilatados.3,4 Figura 2 En la tomografía de tórax se aprecian imágenes quísti- cas saculares y tubulares difusas, de distinto tamaño en ambos pulmones, con paredes gruesas bien definidas, sin contenido líquido en su interior. El engrosamien- to bronquial y algunos micronódulos que originan el patrón de árbol en brotes, revelan la existencia de múl- tiples bronquiectasias cilíndricas, varicosas y saculares, y algunas con tapones mucosos con predominio cen- tral. Figura 3 Pruebas cutáneas Las pruebas cutáneas contra antígenos de Aspergillus mediante prueba cutánea con 1-10 mg/mL de Aspergi- llus muchas veces resultan negativas.1 Por esto también se ha recurrido a la prueba intradérmica que provoca una pápula de 2 a 3 mm de aparición inmediata en más de 95% de los pacientes con aspergilosis bron- copulmonar alérgica y en algunos casos hasta 3 horas después; esto es indicativo de respuesta de hipersen- sibilidad tardía, mediada por complejos inmunitarios.7 Asp f2 es el alergeno mayor de Aspergillus fumiga- tus en la aspergilosis broncopulmonar alérgica1 y su Cuadro 1. Etapas de la aspergilosis broncopulmonar alérgica3 Etapa Características clínicas Laboratorio Radiología I. Aguda Fiebre, tos, dolor torácico, hemoptisis, esputo. IgE elevada +++ Eosinofilia Infiltrado pulmonar II. Remisión Asintomático-asma estable. IgE normal o elevada + Sin infiltrados, en ausencia de esteroide sistémico por más de 6 semanas. III. Exacerbación Síntomas que simulan etapa aguda o sintomática. IgE elevada +++ Eosinofilia Infiltrados pulmonares IV. Asma corticodependiente Asma severa persistente IgE normal o elevada + Con o sin infiltrados pulmonares V. Fibrosis (etapa final) Cianosis, disnea severa IgE normal o elevada + Lesiones cavitarias, bronquiectasias, fibrosis. Aspergilosis broncopulmonar alérgica 169 determinación se recomienda para el diagnóstico y las pruebas cutáneas. No se recomienda la inmuno- terapia específica, por la posibilidad de formación de inmunocomplejos y empeoramiento de los síntomas respiratorios.1 TRATAMIENTO En caso de infección bacteriana agregada se recomien- da el tratamiento con antibióticos y broncodilatadores, para mejor control de los síntomas del asma.1,3 Puesto que el fondo de esta enfermedad es la colonización de la vía aérea inferior por Aspergillus están indicados los antifúngicos, como itraconazol durante al menos 16 semanas. Esta opción permite erradicar el hongo y, de forma conjunta con el esteroide, acortar el tiem- po de recuperación. El voriconazol es adecuadamente tolerado. Con el tratamiento con esteroides se espera controlar los síntomas en 2 a 4 semanas, aunque la duración total del tratamiento puede ser de seis meses. Cuadro 2 Figura 3. En las radiografías se aprecia importante atrapamiento de aire, imágenes areolares y reforzamiento bronquial difuso con predominio en zonas perihiliares y basales. En la TAC se aprecian múltiples bronquiectasias cilíndricas, varicosas y saculares y algunos tapones mucosos. Figura 2. Atrapamiento de aire, imágenes areolares y en "riel de tranvía", correspondientes a bronquiolos dilatados. En la TAC se aprecian mejor las imágenes "en riel de tranvía". Los infiltrados radiográficos pueden aparecer y desapa- recer en ausencia síntomas.3,4 Se han descrito casos de tratamiento con omalizumab (anticuerpo monoclonal humanizado anti-IgE) y me- polizumab (anticuerpo monoclonal humanizado anti IL-5) con la ventaja de disminuir la dosis de esteroide.6,7 En el Instituto Nacional de Pediatría, de los 30 casos reportados, solo 3 se encuentran en tratamiento con omalizumab, el resto en control con dosis baja de este- roide sistémico e inhalado. Seguimiento Se recomienda dar seguimiento con concentraciones séri- cas de IgE porque se ha observado que estas disminuyen en los primeros dos meses de tratamiento. La monitoriza- ción debe efectuarse cada 6 a 8 semanas en el primer año para determinar las concentraciones séricas de base. El incremento en las concentraciones séricas de IgE en más de 100% sugiere alto riesgo de exacerbación mientras que la reducción de 35% hace vislumbrar la remisión.3,4 Cuadro 2. Tratamiento de la aspergilosis broncopulmonar alérgica Etapa I y III Esteroide 0.5 mg-kg-día durante 2 semanas con reducción progresiva Etapa II En remisión. Paciente con más de 6 semanas asintomático. No se recomiendan los esteroides Etapa IV Asma corticodependiente. Indicar la dosis mínima efectiva para control de los síntomas. Etapa V Fibrosis. Mal pronóstico. Indicar la dosis mínima efectiva para control de los síntomas. 170 Los pacientes sin tratamiento continuarán con la infla- mación y destrucción pulmonar, circunstancia que los llevará a la formación de bronquiectasias irreversibles, fibrosis pulmonar, neumonías de repetición y, eventual- mente, insuficiencia respiratoria. El tratamiento con esteroides se asocia con menores recurrencias y menos daño bronquial.3,4 CONCLUSIONES La aspergilosis broncopulmonar alérgica es una enfer- medad poco frecuente en niños pero a pesar de ello debe descartarse en los casos de asma de difícil con- trol y fibrosis quística como enfermedad de base. Desde el momento en que se integra la historia clínica debe sospecharse si el paciente tiene o no aspergilosis broncopulmonaralérgica; posteriormente, con apoyo de estudios de gabitene iniciales, como la radiogra- fía de tórax y envío a hospitales especializados para complementar con pruebas cutáneas y tomografía de pulmón, necesarios para el diagnóstico y tratamiento. Los pacientes que no reciban tratamiento conti- nuarán con la inflamación y destrucción pulmonar, circunstancia que los llevará a la formación de bronquiectasias irreversibles, fibrosis pulmonar, neu- monías de repetición y, eventualmente, insuficiencia respiratoria.4 REFERENCIAS 1. Hinson KFW, et al. Broncho-pulmonary aspergillosis. A review and a re- port of eight new cases. Thorax 1952;7(4):317-33 2. Middleton’s allergy. Principles and practice. Eighth edition. Elsevier 3. Fernández de Córdova, et al. Aspergilosis broncopulmonar alérgica. Re- vista Alergia México 2014;61(2):121-26. 4. Rivas LFE, Brito DH. Aspergilosis broncopulmonar alérgica. Alerg Asma Inmunol Pediatr 2017;16(3):69-72. 5. van der Ent C. Successful treatment of allergic bronchopulmonary asper- gillosis with recombinant anti-IgE antibody. Thorax 2007;62(3). http:// dx.doi.org/10.1136/thx.2004.035519 6. Altman MC, et al. Combination omalizumab and mepolizumab thera- py for refractory allergic bronchopulmonary aspergillosis. J Allergy Clin Immunol Pract 2017;5(4):1137-39. https://doi.org/10.1016/j. jaip.2017.01.013 7. European Academy of Allergy and Clinical Immunology, EAACI. 2016
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