Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
591 © E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. INTRODUCCIÓN El traumatismo y el síndrome de inmunodeficiencia son las patologías que en los últimos 10 años han incremen- tado su incidencia en forma importante; cada año, las estadísticas de morbimortalidad secundaria a esta enti- dad muestran mayor número de casos. En la actualidad, la paciente embarazada forma parte importante de esas estadísticas, debido a que desarrolla mayores actividades laborales fuera de su hogar, por lo que es más vulnerable a la violencia y accidentes automovilísticos. En el último trimestre del embarazo, los reflejos de la embarazada disminuyen por lo que al conducir un automóvil, al cruzar una calle, al tratar de defenderse o correr ante un asalto es más susceptible a recibir lesiones en estas eventualidades. En el primer trimestre del embarazo, el feto se encuentra protegido de lesiones por la pelvis materna, sólo las que tienen gran energía cinética pueden dañarlo; en el segundo y tercer trimestres, debido al crecimiento uterino y del producto, la protección está dada de mane- ra exclusiva por el útero, por lo que la probabilidad de que sufran una lesión es mayor; algunos tipos de trauma- tismo pueden producir lesión directa al producto, otras son debido a lesiones de la madre. El manejo terapéutico de la embarazada en estas cir- cunstancias depende en forma primaria de la severidad y el tipo de lesión, el embarazo por lo general no afecta el resultado, pero puede retardar el diagnóstico apropiado y la instalación pronta de tratamiento. En ausencia de sufrimiento fetal agudo (SFA) o lesión uterina, rara vez se realiza una intervención quirúrgica obstétrica, ésta sólo se practica cuando la madre está moribunda o es necesario reducir el tamaño uterino para obtener exposi- ción del retroperitoneo. La importancia del manejo anestésico en este tipo de pacientes radica en mantener la estabilidad del bino- mio madre-hijo y del flujo uteroplacentario. Los cambios anatomofisiológicos de la paciente embarazada, aunados a los que causa el traumatismo, implican un reto para el anestesiólogo y todo el equipo traumatológico. EPIDEMIOLOGÍA La morbimortalidad por traumatismo en la paciente embarazada se ha incrementado en los últimos años, debido a que su participación en el ingreso familiar le obliga salir del hogar, por lo que la mujer es “presa” fácil de asaltantes por tener una reacción refleja lenta, lo mismo sucede al tratar de atravesar una calle, puede ser atropellada o caerse de manera muy fácil; al conducir automóviles el empleo del cinturón de seguridad puede protegerla de colisiones, pero si está mal colocado, le puede causar lesiones, otro factor importante es la dis- tancia menor entre el abdomen y el volante. En EUA, los traumatismos ocupan la primera causa de muerte en mujeres en edad fértil, en el país del autor, no existen estadísticas fidedignas, ya que a pesar del incremento de pacientes embarazadas traumatizadas, muchas no requieren tratamiento quirúrgico y sólo son vistas en el área de urgencias, por lo que no son contabi- lizadas.1 El traumatismo es una causa no obstétrica importante de muerte materna (20%).2 La incidencia de eventos que producen lesiones aumenta con la edad ges- tacional, esto puede deberse a disminución de los refle- jos, al cambio de estabilidad del cuerpo, o la desviación del centro de gravedad corporal.3-5 El índice de mortalidad fetal está relacionado con la puntuación de severidad de la lesión (del inglés Injury Severety Score, [ISS]), a la escala abreviada de lesión (AIS, del inglés Abbreviated Injury Scale) y al estado físi- co en que se encuentra la madre (hipovolemia, acidosis, estado de conciencia, tipo de lesiones, etc.).6-8 La morta- lidad fetal tiene una incidencia de 61% en traumatismos severos, 80% cuando existe choque hemorrágico, y 27% en los leves, en algunos estudios no se ha documentado esta relación.9-11 El traumatismo craneoencefálico (TCE) es la primera causa de muerte fetal, el desprendi- Capítulo. Anestesia en la embarazada con traumatismo miento prematuro de placenta (DPP) es la segunda, ya que éste se produce por traumatismos contusos. La rela- ción de muerte fetal con la muerte materna por trauma- tismo tiene una frecuencia de 3:1 a 9:1(12 a 17). Algu- nos estados fisiológicos y lesiones maternas se relacionan con la muerte fetal, entre ellos se mencionan: choque hemorrágico, hipoxia, acidosis, sepsis, quemaduras seve- ras, traumatismo craneoencefálico, pélvico o abdomi- nal.17-23 El parto pretérmino es la complicación obstétri- ca más frecuente, éste se presenta en 20% de pacientes con menos de 36 semanas de gestación.17 Las lesiones por vehículo automotor ocupan el primer lugar como causa de traumatismo, la mortalidad materna en esta situación es de 7.2%, y la fetal de 14.7% en segundo lugar, se encuentran las lesiones por asalto o caída.24 CAUSAS DE TRAUMATISMOS En la embarazada son las mismas que en las demás pacientes, en nuestro medio las caídas (60%) ocupan el primer lugar, seguido de las agresiones (20%), accidentes automovilísticos 15% (colisiones 10% y atropellamientos 5%), heridas por instrumento punzocortante (HPIPC) o arma blanca (3%), heridas por proyectil de arma de fuego (HPPAF), (2%) y quemaduras (menos de 1%) Las HPPAF no son tan frecuentes como en otros paí- ses donde ocupan el segundo o tercer lugar.12,14 Las caí- das se producen de forma habitual durante el tercer trimestre del embarazo; las agresiones intrafamiliares en las primeras 20 semanas de gestación; los asaltos ocurren por lo regular después de la semana 20.24 Las lesiones pueden ser contusas o penetrantes (con o sin perfora- ción), mixtas o por quemadura. Los traumatismos se clasifican en: lesiones de la madre exclusivamente, de la madre con repercusión indirecta en el producto y lesiones directas de la madre y el producto. Los traumatismos cerrados de la madre en raras oca- siones producen lesiones directas del feto, éste es más afectado con las lesiones penetrantes maternas, la excep- ción son los traumatismos de alta energía donde la fuer- za del impacto es absorbida por el líquido amniótico, útero y tejidos blandos, llegando a producir un despren- dimiento prematuro de placenta (DPP).18,22 En las coli- siones automovilísticas, el cinturón de seguridad ejerce una presión sobre el abdomen, lo que puede provocar el DPP y ruptura uterina, lo mismo sucede con el impacto del volante. Sin embargo, la mortalidad materna, fetal y sus complicaciones son más frecuentes al no usar el cin- turón de seguridad. El empleo de bolsas de aire puede prevenir estas eventualidades, el problema en el país del autor es que no se colocan en forma obligatoria en todos los automóviles. Para el manejo de pacientes embarazadas con trau- matismo, debemos tomar en cuenta condiciones mater- nas, fetales y repercusiones de la anestesia. El anestesió- logo está implicado de forma directa en ellas, por lo que sus conocimientos sobre los cambios anatomofunciona- les del embarazo, así como del feto y las alteraciones pro- ducidas por el traumatismo, lo conducen a decidir el manejo anestésico más apropiado para estas pacientes; debe tomarse en cuenta que se enfrentan cuatro even- tualidades: 1) madre, 2) feto, 3) tipo de traumatismo, y 4) efectos secundarios o complicaciones debidos al mismo. Se observa una relación directa entre mortalidad fetal y una calificación alta en la escala de severidad de lesiones, así como con las lesiones de cara, abdomen, acidosis, hi- poxia y aumento de los requerimientos de líquidos.25-28 CONSIDERACIONES MATERNAS Entre éstas, tenemos el conocimiento de cambios anato- mofuncionales que causa el embarazo, los cuales están inducidos por secreciones hormonales, el aumento de requerimientos metabólicos y la compresión del útero grávido. Un factor muy importante en este aspecto es la prevención de la hipotensión arterial, hipoxemia mater- na o fetal y cuidado del flujo uterino.CAMBIOS ANATOMOFISIOLÓGICOS MATERNOS E IMPLICACIONES CLINICO ANESTÉSICAS El conocimiento de cambios anatomofuncionales de la paciente obstétrica es importante, debido a que todos los aparatos y sistemas se ven involucrados, esto nos obliga a determinar en un momento dado, si la paciente se encuentra con alteraciones fisiológicas por el traumatis- mo o son producto del embarazo. Es importante consi- derar que estos cambios fisiológicos son producidos por hormonas y por el crecimiento uterino, estos eventos producen confusiones diagnósticas o bien, precipitan, enmascaran o magnifican algunos datos clínicos en la paciente traumatizada, a su vez esto puede modificar o influenciar el manejo anestésico, sus requerimientos o la técnica, por lo tanto se debe considerar que el embarazo puede modificar los patrones de severidad de la lesión.29-30 En el presente capítulo, se tratarán en forma resumi- da estos cambios anatomofuncionales, sobretodo toman- do en cuenta las implicaciones clinico anestésicas que se pueden presentar en la paciente embarazada con trau- matismo. Cambios respiratorios Se presenta edema en la vía aérea superior (VAS), y se incrementa la vascularidad de la mucosa por lo que deben emplearse para la intubación sondas endotraquea- les de menor calibre, la intubación nasotraqueal está con- traindicada por esta misma situación, a no ser, que sea prioritaria para salvar la vida de la paciente. 592 • Anestesia obstétrica (Capítulo 52) Los volúmenes y capacidades respiratorias presentan cambios, existe disminución de la capacidad funcional residual (CFR) y del volumen de reserva espiratoria (VRE), con la progresión del embarazo aumenta la ven- tilación torácica y disminuye la abdominal, los arcos cos- tales toman una posición más horizontal (aumento del ángulo subcostal), hay aumento de la circunferencia torácica, elevación diafragmática, incremento del volu- men corriente y de la ventilación minuto, disminuyen los valores de la pCO2 y los niveles de HCO3 produciendo alcalosis respiratoria compensatoria. El consumo de oxígeno aumenta 40 a 60% por la demanda del crecimiento uterino. La elevación progresi- va del diafragma con la horizontalización compensatoria costal y la hiperventilación, pueden hacer más dramáti- co un neumotórax a tensión en la embarazada en com- paración con la no embarazada. Una pCO2 materna de 40 mm Hg en la segunda mitad del embarazo indica hipoventilación y posible acidosis respiratoria, que puede precipitar sufrimiento fetal agudo (SFA); la taquipnea de la embarazada se puede confundir con hipoxia, estas pacientes se desaturan muy rápido por la disminución de la CFR y aumento del consumo de oxí- geno, esto incrementa el riesgo de presentación más fácil de hipoxia en episodios de apnea. Se hace necesario mantener una buena fracción ins- pirada de oxígeno; la hipocarbia (menor PaCO2) se puede interpretar como hiperventilación, esto favorece el desarrollo de hipoxia. Debido a la disminución de la CFR, la captación de los halogenados es más rápida. También hay un desajuste en la relación ventilación-per- fusión, y existe un mayor riesgo de broncoaspiración de contenido gástrico, hay que recordar que los pacientes traumatizados se consideran con estómago lleno, otros factores como el dolor, la respuesta neuroendocrina y la inconciencia, también propician broncoaspiración.31-35 La hiperventilación materna durante la anestesia puede precipitar una disminución de la perfusión uteri- na y acidosis fetal progresiva.35,36 Cambios cardiovasculares El corazón se desplaza hacia arriba y a la izquierda, y aumenta de tamaño, lo que causa desviación del eje eléc- trico hacia la izquierda, y cambios electrocardiográficos que pueden confundirse con datos de contusión miocár- dica; la compresión aortocava que se produce desde el segundo trimestre del embarazo por el crecimiento ute- rino provoca hipotensión, y junto con la taquicardia compensadora que se observa, puede causar confusión, interpretándose este fenómeno como datos de hipovole- mia, además, si este evento está presente, su efecto dele- téreo será mayor.29,30,36 El hematócrito por lo regular es bajo y puede suge- rir presencia de hemorragia; la hipervolemia fisiológica que se observa en pacientes embarazadas, propicia una tolerancia a la hemorragia, retardando signos y síntomas de choque, puede haber pérdida hasta de un litro de san- gre sin evidencia de datos clínicos. Existe disminución de la resistencia vascular perifé- rica, del retorno venoso y de la presión sanguínea que pueden producir hipotensión supina, la anestesia regio- nal interfiere con la capacidad de la embarazada para compensar la vasodilatación periférica que produce; el gasto cardiaco aumenta (30 a 50%) a partir de la sema- na diez de gestación, la frecuencia cardiaca, la presión venosa central (PVC) por lo regular permanecen sin cambio, debido al incremento del volumen circulatorio, la disminución de la PVC debe observarse con cuidado en los dos últimos trimestres, esto puede deberse a la compresión aortocava por el crecimiento uterino. El mantenimiento adecuado de la circulación sisté- mica, debe hacerse aún en presencia de hipoxia y hemo- rragia, debido a que su disminución puede afectar la cir- culación uterina; la presión coloidosmótica disminuye y las proteínas séricas, en especial la albúmina, bajan, esto último repercute en la farmacocinética de medicamen- tos que se ligan a proteínas, lo que obliga a disminuir sus dosis. El incremento del volumen plasmático, no es pro- porcional al de los eritrocitos, lo que produce una ane- mia fisiológica, este aumento puede retrasar o enmasca- rar los datos de choque hipovolémico, el cual se presen- ta hasta que haya una pérdida entre 1 500 y 2 000 mL de sangre.29 Existe leucocitosis durante el embarazo, la cual puede confundir los datos del traumatismo abdo- minal, lesión hepática y esplénica.2,18,23 La actividad de la colinesterasa plasmática está disminuida por lo que el efecto de la succinilcolina y del mivacurio pueden pro- longarse.29,30,36-38 Cambios en el sistema nervioso Las convulsiones y el estado de coma de pacientes eclámpticas pueden confundirse con lesiones cranea- les.29 Existe mayor sensibilidad a los anestésicos inhala- dos por lo que la concentración de los mismos durante la anestesia general debe reducirse, además la disminución de la CFR y los efectos de la progesterona producen una inducción más rápida.29,30 Las dosis de los anestésicos locales se reducen 25% en la anestesia regional epidural y subaracnoidea por los efectos hormonales mencionados y los cambios anatómi- cos causados por la ingurgitación de vasos sanguíneos a nivel del espacio epidural que disminuyen su tamaño, la hiperlordosis lumbar puede aumentar la difusión cefáli- ca del anestésico; los cambios hormonales del embarazo también pueden alterar la respuesta en nervios, éstos tie- nen mayor sensibilidad a los anestésicos locales en todo tipo de procedimientos regionales, como el bloqueo de nervios periféricos.39-41 El estrés y el dolor producen reducción del flujo sanguíneo uterino (FSU) por libera- ción de catecolaminas. Hay un requerimiento menor de opiáceos e inductores por el efecto sedante y quizá anal- gésico de la progesterona y de las endorfinas.40-41 Cambios en el sistema gastrointestinal En el embarazo hay: disminución de la motilidad gas- trointestinal y de la absorción de nutrientes, aumento de© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 593 la secreción ácida del estómago y de la presión intra- gástrica causadas por factores mecánicos (crecimiento uterino) y fisiológicos (secreción de gastrina y proges- terona), estas alteraciones incrementan el riesgo de bron- coaspiración del contenido gástrico, por lo que es impor- tante aplicar medidas preventivas para evitar esta complicación, en especial si se va a administrar aneste- sia general.29,30,42,43 El dolor abdominalsecundario a traumatismo direc- to, puede confundirse con el causado por un desprendi- miento prematuro de placenta normoinserta, (DPPN); en ocasiones en las pacientes traumatizadas los signos de rebote y rigidez abdominal se encuentran disminuidos o ausentes, esto dificulta el diagnóstico de lesiones en el abdomen. Cambios en el sistema hematopoyético y de coagulación Hay un aumento de la producción de eritrocitos y leuco- citos, lo que puede hacer pensar que la paciente tiene un proceso infeccioso. El embarazo produce un estado de hipercoagulabilidad, que en las pacientes traumatizadas al estar en reposo y tener una respuesta metabólica al trauma puede desencadenar trombosis venosa profunda (TVP), tromboembolia pulmonar (TEP), o coagulación intravascular diseminada (CID). Al mismo tiempo, los factores de coagulación VII, VIII, IX, X, XII y el fibrinó- geno se incrementan, y se reduce la actividad fibrinolíti- ca, para prevenir o tratar este problema de fenómenos tromboembólicos se utiliza heparina de bajo peso mole- cular, fármaco que no atraviesa la barrera placentaria y no produce efectos secundarios en el producto.44-47 Cambios en el sistema renal Hay aumento en el tamaño de los riñones, dilatación del sistema colector, la filtración glomerular y el flujo plas- mático renal se incrementan al igual que la natriuresis, se puede producir hidronefrosis o hidrouréter, que en oca- siones causan dolor abdominal, el cual puede confundir- se con dolor por traumatismo abdominal; se observa también disminución del tono muscular vesical y de la uretra.48-50 Cambios en el sistema musculoesquelético Existe reblandecimiento de los ligamentos pélvicos, pro- duciendo ensanchamiento de la pelvis, lordosis y cam- bios en el centro de gravedad, esto repercute en la facili- dad de aplicación de la anestesia regional epidural y subaracnoidea.49-50 Cambios en el sistema endocrino Entre los principales cambios que se producen y que tie- nen implicaciones clínicas y anestésicas está el incremen- to en la producción la progesterona, la cual estimula el centro respiratorio y la actividad gastrointestinal, y modifica la respuesta a dosis de anestésicos locales e inhalados. La progestina y las prostaglandinas producen cam- bios en la vasculatura, otras hormonas como la tiroidea que también aumenta, tienen efectos sobre la glicemia y el sistema renal.1,51 La respuesta al estrés produce liberación de catecola- minas, las cuales disminuyen el flujo sanguíneo uterino.1 ALGUNAS CONSIDERACIONES FETALES Y MATERNAS FISIOLOGÍA PLACENTARIA Y FETAL El flujo sanguíneo uterino (FSU) se relaciona de forma directa a la presión arterial materna y de forma inversa a la resistencia vascular del útero. La disminución del FSU causa sufrimiento fetal agudo (SFA) por baja del aporte de oxígeno. El flujo sanguíneo del feto puede reducirse entre 10 a 20% antes de que la presión materna se alte- re, por lo que el producto puede estar en choque y la madre no presentar este cuadro.52-53 Para evitar la dismi- nución del flujo sanguíneo uterino, es necesario mante- ner el gasto cardiaco materno; las cifras de hemoglobina en la madre deben estar entre 10 a 11 g/dL, para que la liberación del O2, sea adecuada hacia el espacio interve- lloso.53 Oxigenación Debe prevenirse la asfixia fetal administrando una buena concentración de O2 a la madre, ya que ésta puede desa- rrollar hipoxemia con facilidad. Evitar agentes teratogénicos Se ha observado que ciertos fármacos se relacionan con la producción de malformaciones congénitas en determi- nadas especies animales; aunque en el ser humano no se ha demostrado, la tendencia general es que a pesar de esto debe evitarse su administración. La teratogenicidad depende del: estadio de desarro- llo (organogénesis) en que se encuentra el feto, del tipo de fármaco administrado a la madre, del tiempo de expo- sición y de la especie a la que se administre.1,29, 52 A con- tinuación, mencionaremos algunos de los fármacos que se utilizan con mayor frecuencia en anestesiología y su posibilidad de producir teratogenicidad Anestésicos locales Los más empleados en nuestro medio son la lidocaína, bupivacaína y ropivacaína; no se ha demostrado que ten- gan efecto teratogénico. Anticolinérgicos Ninguno de los anticolinérgicos (atropina, escopolamina y glicopirrolato), producen teratogénesis; el glicopirrola- 594 • Anestesia obstétrica (Capítulo 52) to no atraviesa la barrera placentaria; en el medio de tra- bajo del autor, la atropina es el más empleado de estos fármacos, puede producir en el producto aumento de la frecuencia cardiaca. Benzodiacepinas Se ha observado cierta relación con el desarrollo de labio leporino y paladar hendido con el empleo crónico de dia- zepam durante el embarazo, pero sin que se haya llega- do a etiquetar a este fármaco como teratogénico, por supuesto que este efecto no se observa con la administra- ción de la dosis que se emplea en anestesia, por lo gene- ral, ésta es única.1 Inductores El tiopental, propofol, etomidato y ketamina no causan malformaciones congénitas. Opiáceos En madres dependientes a estos fármacos se ha docu- mentado retraso en el crecimiento fetal y alteraciones del comportamiento en el recién nacido, el cual puede, en ocasiones, desarrollar un síndrome de supresión. Cuando se emplean en un procedimiento anestesicoquirúrgico no se han observado alteraciones congénitas. Relajantes neuromusculares (RNM) y anestésicos inhalados halogenados Ninguno de estos fármacos produce malformaciones congénitas. Óxido nitroso Se ha observado en estudios con ratas, malformaciones congénitas y aborto relacionadas con la inhibición de la enzima metionina sintetasa, la cual es importante en la síntesis del DNA. En estudios realizados en seres humanos a los que se les administró N2O, comparados con otro grupo que no lo recibieron, no se encontraron diferencias en la inci- dencia de malformaciones congénitas y aborto entre ambos grupos.1,30,36,49,52 Otros fármacos Los bloqueadores H2 (ranitidina, metoclopramida, el on- dansetrón), tampoco han demostrado tener efecto tera- togénico.47-52 Existen otros factores asociados con la presentación de teratogénesis, como son: exposición a rayos X, hipo- xia, fármacos (talidomida), influencia del ambiente, algu- nas patologías y factores no determinados, siendo éstos los que causan la mayor incidencia de malformaciones congénitas.52,53 Las complicaciones asociadas con la anestesia como son la hipoxia materna, hipotensión arterial, hipercarbia, pueden causar mayor teratogenicidad en comparación con la que podrían producir los fármacos anestésicos, la cual no ha sido demostrada. PREVENCIÓN DEL PARTO PRETÉRMINO Cuando se ha desencadenado el trabajo de parto, el esta- do de la paciente lo permite y el producto es viable con más de 24 semanas de gestación, y no hay datos de su- frimiento fetal agudo (SFA), se administran fármacos tocolíticos como el sulfato de magnesio, terbutalina, etc. Estos tocolíticos se pueden administrar, dependien- do de cada caso, antes de la cirugía o en el posoperatorio inmediato. Los β-miméticos como la ritodrina y la terbutalina pueden interferir con los datos clínicos de la paciente, debido a sus efectos secundarios (hipotensión, taquicar- dia, arritmias, isquemia miocárdica y edema pulmonar) además producen en el feto taquicardia, lo que hace difí- cil la evaluación de sus condiciones como es el caso de tener sufrimiento fetal agudo. El sulfato de magnesio agrava o inhibe la respuesta hemodinámica a la hemorra- gia, además produce en relación directa a su concentra- ción plasmática, relajación neuromuscular con pérdida de reflejos osteotendinosos, parálisis respiratoria, blo- queo senoauricular y auriculoventriculares, e inclusive paro cardiaco.1, 14,30 Se han observado daños del sistema nervioso central, como leucomalacia ventricular, hidrocefalia, desórdenes del movimiento y daño global, en el feto de pacientes con 23 a 37 semanas de gestación después de exposición al traumatismo,en las cuales no se pudo inhibir el traba- jo de parto. 26 CONSIDERACIONES ANESTÉSICAS El objetivo del manejo anestésico es la seguridad mater- na, prevención de asfixia fetal intrauterina, mantener el flujo sanguíneo uterino y prevención del parto pretérmi- no o aborto. SEGURIDAD MATERNA La seguridad materna se debe proporcionar tranquili- zando a la paciente, en la que por el embarazo y trauma- tismo, el estrés es mayor, hay que explicarle: cuál es el estado, tanto de ella, como del producto, y el manejo anestésico que se le va a administrar. Además, ésta se obtiene cuando el anestesiólogo hace los ajustes necesa- rios en las dosis de fármacos y técnicas de anestesia para compensar los cambios fisiológicos del embarazo auna- dos a los que produce el traumatismo. PREVENCIÓN DE ASFIXIA FETAL INTRAUTERINA Debido a que la paciente embarazada puede presentar, de manera muy fácil, disminución de la pO2 durante periodos de apnea, es importante mantener una adecua- da fracción inspirada de oxígeno, ya que ésta influye en la oxigenación fetal, otros factores relacionados con esto© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 595 son el cuidado de la pO2, el contenido de oxígeno y la perfusión uteroplacentaria, los cuales deben mantenerse dentro de los valores normales. pO2. Todas las causas que puedan producir hipoxia materna en anestesia general o regional producen dismi- nución de pO2 y por lo tanto, hipoxia materna, y fetal. En la anestesia general, se encuentran como factores desencadenantes: el laringoespasmo, obstrucción de vías aéreas, baja concentración de oxígeno, hipoventilación, y la hipotensión arterial en la anestesia regional. pCO2. La hiperventilación materna intensa produce vasoconstricción y reducción del flujo sanguíneo uterino además de desplazamiento de la curva de disociación de la hemoglobina a la izquierda aumentando la afinidad de la hemoglobina materna por el oxígeno a nivel placenta- rio, todo esto produce hipoxia fetal. CONSERVACIÓN DEL FLUJO SANGUÍNEO UTERINO El flujo sanguíneo uterino está influenciado por la pre- sión arterial media (PAM) materna, la presión venosa y resistencia vascular uterina, cualquier cambio en alguno de estos parámetros como la disminución de la presión arterial media materna o el aumento de la presión veno- sa uterina, pueden producir disminución del flujo san- guíneo uterino y del suministro de oxígeno al producto. Durante la anestesia regional y general, debe preve- nirse la hipotensión arterial materna,53,54 en la anestesia regional las medidas preventivas son: la prehidratación intravenosa con soluciones cristaloides a 10 mL/kg de peso, desplazamiento uterino hacia la izquierda y en caso necesario para su tratamiento, vasopresores como la efe- drina. También el aumento de la resistencia vascular ute- rina, disminuyen el flujo sanguíneo uterino, la pO2 y el consumo de oxígeno fetales; este incremento puede pre- sentarse como respuesta a hemorragia materna, hipoxia hipertonía uterina.36,55, 56 Otros factores que durante el traumatismo produ- cen disminución del flujo sanguíneo uterino por dismi- nución de la PAM son: la hipovolemia, la compresión aortocava, (síndrome de hipotensión supina por compre- sión de vena cava y aorta abdominal), el aumento de resistencia vascular uterina (empleo de α-agonistas, con- tracciones uterinas intensas, DPP) y algunos fármacos anestésicos locales en altas dosis.1 El tiopental y el propofol producen hipotensión, por lo que puede haber disminución del flujo sanguíneo ute- rino, el diacepam a dosis altas tiene el mismo efecto, la ketamina disminuye el flujo sanguíneo uterino al causar hipertensión materna, además de aumentar el tono mus- cular uterino; en concentraciones bajas los halogenados producen relajación muscular uterina , en alta concentra- ciones pueden producir hipotensión que disminuye el flujo sanguíneo uterino. Con los opiáceos no se ha visto algún efecto, los rela- jantes neuromusculares (RNM) tienen un alto peso molecular, tienden a no cruzar la placenta y no alteran el flujo sanguíneo uterino.1, 29,30 En la anestesia regional y general, deben evitarse los cambios bruscos de la tensión arterial.52-57 En el cuadro 52-1 se señalan las causas que pueden provocar disminución del flujo sanguíneo uterino. PREVENCIÓN DEL PARTO PRETÉRMINO En los procedimientos quirúrgicos, la manipulación ute- rina o el empleo de separadores pueden desencadenar el trabajo de parto (contracciones uterinas), con mayor fre- cuencia en comparación a lo que pudieran hacer los anestésicos. Los halogenados (de manera particular el halotano) disminuyen el tono uterino e inhiben la contractilidad uterina. Los anticolinesterásicos (neostigmina) en teoría pueden aumentar el tono uterino e iniciar un parto pre- término, se recomienda no revertir los efectos de los rela- jantes neuromusculares con éstos fármacos. DIAGNÓSTICO Y MANEJO INICIAL La asistencia inicial de la paciente embarazada traumati- zada, no difiere en su manejo al de las mujeres no emba- razadas; la instalación de las maniobras de reanimación es similar, éstas deben realizarse de inmediato por los paramédicos en el sito del evento y luego continuarse en el área de urgencias hospitalaria; en muchas ocasiones la paciente no sabe si está embarazada, o por su estado clí- nico (hipovolemia, inconsciencia) es difícil que pueda referirlo, si se encuentra en el primer trimestre de gesta- ción, no es evidente el diagnóstico, por lo que es obliga- torio que en mujeres en edad reproductiva se les realice una prueba inmunológica de embarazo. La evaluación debe realizarse al binomio madre-feto, primero en la madre y después en el producto. 1,4,17,58 596 • Anestesia obstétrica (Capítulo 52) Cuadro 52�1. Causas que disminuyen el flujo sanguíneo uterino en la paciente embarazada con trauma Causa Factor Efecto Trauma Choque hemorrágico ↓ PAM DPP ↓ PAM Contracciones uterinas ↑ RVU Compresión Hipotensión ↓ PVU aorto-cava (Síndrome de hipotensión supina) ↓ PAM Anestesia Hipotensión ↓ PAM general Hipocapnia (hiperventilación) ↑ PVU Anestesia Bloqueo simpático ↓ PAM regional Fármacos Ketamina ↑ tono uterino anestésicos Propofol ↓ PAM, ↓ FSU Anestésicos locales ↑ RVU (altas concentraciones) Fármacos Vasopresores no anestésicos Tocolíticos ↓ FSU Oxitócicos ↑ RVU Anticolinesterásicos ↑ Tono uterino Aumenta: ↑; Disminuye: ↓; PAM: presión arterial media; RVU: resistencia vascular uterina; FSU: flujo sanguíneo uterino bajo; PVU: presión venosa uterina. Se debe instalar un tratamiento oportuno y efectivo en estas pacientes, en beneficio de los componentes del binomio madre-hijo, la mortalidad fetal está relacionada de forma directa con el tipo de traumatismo y con la hipovolemia e hipoxemia, por lo que desde el lugar del accidente o de la agresión, se debe realizar el control de la vía aérea (VA), administrar oxígeno suplementario e iniciar una venoclisis con soluciones tipo Ringer lactato o cloruro de sodio al 0.9% para restaurar la volemia con una reposición de 3:1 en relación con la posible pérdida de sangre. El traslado de la paciente al centro hospitalario debe realizarse colocándola en una camilla dura, manteniendo la columna cervical en posición neutra (en caso de trau- matismo contuso), de ser posible y si no hay contraindi- cación, colocar a la paciente en decúbito lateral izquier- do (DLI) si está en el segundo o tercer trimestre del embarazo para prevenir la hipotensión supina, o bien desplazar el útero a la izquierda colocando una cuña debajo de la cadera derecha; no está bien estudiado el beneficio del empleo de pantalones neumático anticho- que, en general se contraindican por la compresión abdo- minal que pueden producir.1,4,52,58 El objetivo principal en la atención de estas pacientes es la estabilización materna, ya que al mantener su homeostasis hay mayo- res posibilidades de vida del producto. En el área de urgenciasse evaluará a la paciente uti- lizando revisiones primarias y secundarias; el control de la vía aérea es importante, aunque no se maneje de forma invasiva, las pacientes obstétricas siempre deben estar bien oxigenadas. Se continúa con el ABC de la reanima- ción, si no hay respuesta a la administración de solucio- nes parenterales, se administrará sangre de tipo específi- co o sus derivados en relación (1:1) y coloides en (2:1) de la posible pérdida sanguínea, se colocará de ser nece- sario un catéter central, en caso de haberse repuesto el volumen y continuar la hipotensión se administrarán vasopresores (de preferencia efedrina), debido a que la dopamina y dobutamina pueden disminuir el flujo san- guíneo uterino. Se debe valorar de manera íntegra a la paciente, tra- tando de obtener la historia clínica y del evento, así como la obstétrica; dependiendo de su estado se solicitan los estudios de laboratorio (biometría hemática completa, química sanguínea, tiempos de protrombina, trombo- plastina, fibrinógeno, pruebas cruzadas, etc.) y gabinete necesarios, si la paciente se encuentra con lesiones en potencia fatales y que requieren de cierto tipo de estu- dios y si su estado lo permite, estos se realizarán sin importar las consecuencias que puedan tener en el feto, entre estos se encuentran estudios radiológicos, ultraso- nografías (USG), tomografías axiales computarizadas (TAC) y en pacientes con traumatismos abdominales, el lavado peritoneal diagnóstico (LPD). Es importante tener una valoración obstétrica inme- diata si se sabe que la paciente está embarazada, esto con el propósito de determinar la edad gestacional, descartar lesiones uterinas, conocer el estado del producto (viabi- lidad), y la integridad de las membranas amnióticas. La exploración vaginal y rectal es importante, el diagnóstico de complicaciones como el DPP, se obtiene por la evidente hemorragia vaginal, dolor abdominal y contracciones uterinas, en ocasiones puede no apreciarse la hemorragia, en este caso el estudio ultrasonográfico es de gran valor.4,58-64 El desprendimiento completo de placenta provoca la muerte inmediata del feto y produ- ce choque hipovolémico en la madre y trastornos en el tono del útero, la hemorragia puede causar CID, se ha observado DPP varias horas después del traumatismo. La ruptura de membranas se evalúa con la salida del líquido amniótico por la vía vaginal, si el tiempo lo per- mite, en caso de duda, se recomienda realizar una crista- lografía, otra complicación es el prolapso del cordón umbilical. Se debe monitorizar la frecuencia cardiaca fetal (FCF), ésta debe estar entre un rango de 120 a 160 latidos por minuto, la bradicardia fetal puede estar rela- cionada con sufrimiento fetal agudo, o con embolismo de líquido amniótico; la ultrasonografía se emplea también para determinar la edad gestacional del producto, debe monitorizarse la actividad uterina desde la llegada de la paciente a urgencias, hasta la salida a recuperación, tera- pia intensiva o piso.62-65 Si la madre se encuentra estable, es posible hacer una evaluación más completa del binomio; dependiendo de la edad gestacional, viabilidad fetal y si hay o no acti- vidad uterina se pueden tomar las siguientes decisiones: cuando el embarazo es menor de 24 semanas de gesta- ción y no hay actividad uterina y la paciente no requiere cirugía, se mantendrá en observación por lo menos 48 a 72 h con monitorización adecuada, tanto de ella, como del feto, cuando hay actividad uterina se trata de inhibir con tocolíticos, si esto no se logra, se realiza la atención del parto, bien sea por vía vaginal o cesárea bajo aneste- sia regional. La atención del parto puede realizarse en la posición lateral de Sims con un asistente sosteniendo el miembro que queda en la parte superior, de preferencia del lado izquierdo a fin de evitar la compresión aortoca- va, esto puede hacerse siempre y cuando las condiciones de la paciente y el tipo de lesión que tenga lo permitan, otra alternativa sería hacerlo en la posición ginecológica habitual.61-65 Si la paciente está inestable y no hay actividad ute- rina se ingresa al quirófano para la reparación de las lesiones con anestesia general, en el caso de pacientes estables y dependiendo de la zona de lesión se puede administrar anestesia regional. PROBLEMAS PROPIOS DE LA EMBARAZADA CON TRAUMATISMO ESTUDIOS RADIOLÓGICOS Estos deben realizarse a pesar de los efectos deletéreos que pudieran producirle al producto, son útiles para determinar la extensión y repercusiones del traumatis- mo; sin embargo, se debe evaluar la conveniencia de rea- lizarlos, esto depende de las lesiones de la paciente, de la edad gestacional (etapa de organogénesis en el feto), y de las posibles alteraciones que pueden causar en el feto por la cantidad de radiaciones (rads) que se administran.© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 597 Se debe proteger el abdomen materno cuando se toman placas radiográficas de otras zonas, en algunos estudios se ha mencionado que la cantidad de rads empleadas en estas circunstancias no produce alteracio- nes congénitas aún aplicados de forma directa en el abdomen, lo mismo se menciona de la tomografía com- putarizada. Una dosis menor de 10 rads no incrementa la inci- dencia de malformaciones congénitas, el retardo del cre- cimiento intrauterino o la muerte fetal, en estos estudios radiológicos la dosis es de 5 a 7 rads. Se ha realizado TAC, con menos radiaciones que las radiografías convencionales, sin evidencia de alteración en el feto.59,60 ULTRASONOGRAFÍA La exploración ultrasonográfica se debe realizar sin ingesta previa de líquidos, se emplea para diagnosticar la presencia de sangre o hematomas en cavidad abdominal y pélvica, DPP, edad gestacional, estado del feto y pre- sencia de lesiones fetales.1,66 LAVADO PERITONEAL DIAGNÓSTICO Cuando el lavado peritoneal diagnóstico es positivo, hay indicación de laparotomía exploradora. Este estudio se realiza con una incisión supraumbilical sin mayor pro- blema, algunos autores sugieren que está contraindicado en el tercer trimestre del embarazo.4,66-70 LAPAROSCOPIA DIAGNÓSTICA En los últimos años, se ha utilizado éste método en pacientes con menos de 14 semanas de gestación, en forma segura, sin complicaciones en la madre y el pro- ducto, bien indicada y realizada. La laparoscopia diag- nóstica evita el empleo del lavado peritoneal diagnóstico o de una laparotomía exploradora, su inconveniente es que requiere de la insuflación en el abdomen de CO2 y de anestesia general para poder realizarla.65 COLOCACIÓN DE SONDA DE PLEUROSTOMÍA En el embarazo a término, la sonda no debe insertarse por debajo del cuarto espacio intercostal, ya que la ele- vación del diafragma causada por el estado gestacional es de casi 4 cm con ensanchamiento compensador de las costillas; la embarazada es más propensa al desarrollo de neumotórax a tensión por esta elevación diafragmática, adicionada a la hiperventilación que presenta; las tora- costomías en el tercer trimestre se deben realizar dos espacios arriba del habitual, quinto espacio intercostal en la línea media axilar.1, 4, 70 VALORES DE PaCO2 Las pacientes embarazadas pueden manejar sin proble- mas cifras de PaCO2 entre 32 a 34 mm Hg, si se admi- nistra hiperventilación para disminuirlos, se provoca dis- minución del flujo sanguíneo uterino. Se debe mantener la PaCO2 entre 25 a 30 mm Hg, cifras inferiores pueden producir una desviación a la izquierda de la curva de disociación de la hemoglobina materna y disminución del flujo sanguíneo uterino.1,29 REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR Es frecuente encontrar una relación directa entre el trau- matismo y la incidencia de paro cardiorrespiratorio (PCR), éste se puede deber a choque hemorrágico en forma secundaria o por traumatismo directo de zonas vitales. El masaje cardiaco externo (MCE), puede ser inefi- caz por los cambios anatomofuncionales del embarazodurante el último trimestre. La posición supina agrava la hipotensión por compresión de la aorta abdominal y de la vena cava inferior, por lo que debe lateralizarse a la paciente para practicarlo siempre y cuando esto sea posible. La interrupción del flujo sanguíneo uterino afecta al producto, un paro cardiaco materno puede producir hipoxia fetal y muerte, la hipoxia fetal prolongada puede producir secuelas neurológicas crónicas o malformacio- nes congénitas, dependiendo de la semana del embarazo en que el feto fue expuesto a bajo aporte de oxígeno. Los vasopresores que se administran en la reanima- ción cardiopulmonar pueden producir vasoconstricción uteroplacentaria y disminución del flujo sanguíneo ute- rino que causa hipoxia fetal. La práctica de una cesárea de urgencia (de preferencia en pacientes con más de 32 semanas de gestación), permite mejorar el llenado car- diaco materno, y realizar un mejor masaje cardiaco externo, las probabilidades de viabilidad fetal aumentan, inclusive en el caso de que se produzca la muerte mater- na, en pacientes con menos de 24 sem de gestación, no se recomienda la cesárea. Si no se mejoran las condicio- nes de la paciente se procederá a realizar masaje cardia- co a cielo abierto (MCA), en pacientes que tienen entre 26 a 32 semanas de gestación se prefiere en primera instancia practicar el masaje cardiaco abierto antes de la cesárea. No hay contraindicación para el empleo de cardio- versión.1,29 Si el producto está muerto y el útero gestan- te no influye en los resultados de la reaniamción, se indu- ce el parto vaginal o se practica una cesárea cuando las condiciones de la paciente lo permitan.1,23, 27,71 TRANSFUSIÓN SANGUÍNEA Se prefiere la administración de sangre fresca, debido al problema de disminución de 2,3 difosfoglicerato en la de banco, esto dificulta la liberación del O2 de la hemoglo- bina. En situaciones donde no se han podido realizar 598 • Anestesia obstétrica (Capítulo 52) pruebas cruzadas se puede transfundir sangre de tipo O negativo.1 ANALGESIA Y SEDACIÓN Se debe disminuir el dolor y la ansiedad para reducir la respuesta al estrés, con este objetivo se pueden adminis- trar a la paciente opiáceos por vía endovenosa en dosis menores a las habituales, se recomienda la administra- ción de meperidina más fenotiazinas, valorando con anterioridad el estado clínico de la paciente, recordar que los opiáceos reducen el vaciamiento gástrico.1,30 PREVENCIÓN DEL TRABAJO DE PARTO Cuando se emplean β-adrenérgicos (ritodrina, terbutali- na), para prevenir el parto pretérmino, se generan inte- racciones farmacológicas con los diferentes medicamen- tos que se utilizan en la anestesia entre ellas, se encuen- tra: el halotano con el cual pueden precipitarse arritmias cardiacas, con el sulfato de magnesio, se puede incremen- tar el efecto de los relajantes neuromusculares. Los β- adrenérgicos pueden producir hipertensión arterial, taquicardia, e inclusive edema agudo de pulmón, en especial cuando el manejo de líquidos es inadecuado.1,17, 18 INDICACIONES DE CESAREA EN EL TRAUMATISMO DURANTE LAPAROTOMÍA EXPLORADORA Las indicaciones son: útero que impide la reparación de lesiones maternas o una exploración adecuada del abdo- men, producto maduro lesionado, sufrimiento fetal agudo (el riesgo de SFA excede al del pretérmino), posi- bilidad de muerte materna, choque materno, embarazo a término, amenaza de vida de la madre por hemorragia, lesiones o CID, lesión de columna cervical o toraco- lumbar.72-78 EN PARO CARDIORESPIRATORIO Se realiza cesárea de urgencia cuando la reanimación cardiopulmonar no ha sido efectiva y el producto es via- ble, se requiere de la asistencia del neonatólogo, debido a que el producto puede salir deprimido, por el sufrimien- to fetal agudo que tuvo durante la reanimación. Entre mayor sea el tiempo de reanimación cardio- pulmonar y la extracción del producto, mayor será la mortalidad de los componentes del binomio. La extrac- ción del producto mejora el llenado de la cavidad cardia- ca y el masaje cardiaco externo se realiza con mejor efi- cacia, las posibilidades de supervivencia del feto son mejores en caso de muerte materna y hay menor expo- sición del producto a fármacos.1,67 CÉSAREA PERIMORTEM Se realiza cesárea postmortem cuando el producto es via- ble (más de 26 semanas de gestación), la cesárea debe realizarse durante los primeros 4 a 5 min posteriores al fallecimiento de la madre, se debe contar con el personal adecuado para la reanimación neonatal. Si se realiza en este tiempo el porcentaje de supervivencia del producto es alto (70%), en comparación cuando se realiza entre los 16 o más minutos (1.7 a 3.3 %) donde la mortalidad es muy alta. Los pasos a seguir son: establecer viabilidad del pro- ducto, completar la reanimación cardiopulmonar, reali- zar incisión en línea media, cesárea corporal, extraer al producto, pinzamiento del cordón umbilical, entregar el producto al neonatólogo, en raras ocasiones se reinicia la RCP.1, 18,18, 66 MANEJO ANESTÉSICO Éste dependerá del tipo de lesiones maternas, la posibili- dad de daño en el feto, complicaciones por el traumatis- mo ; cuando el caso lo permita, la cirugía debe aplazarse por lo menos hasta el segundo o tercer trimestre, siem- pre y cuando las alteraciones que se presentan no reper- cutan en la morbimortalidad del binomio madre-hijo. Es importante que el anestesiólogo valore a la emba- razada en la unidad de urgencias, trauma o choque, debi- do a que es parte fundamental del manejo del paciente traumatizado, bien sea en el control de la vía aérea, en las maniobras de la reaniamción cardiopulmonar y del esta- do de choque, además esto le permite conocer y valorar a la paciente desde su ingreso. El manejo anestésico se debe individualizar, de acuerdo con el estado de la paciente, el tipo de trauma- tismo, el área anatómica afectada, la edad gestacional, y si se debe efectuar operación cesárea de urgencia. En todos los pacientes se debe realizar una valora- ción preanestésica, por supuesto, esto dependerá del estado de la paciente, que permitirá o no recabar los antecedentes necesarios y realizar la exploración física completa; se ha recomendado, por varios autores, la valo- ración de antecedentes de acuerdo con las nemotecnias del ATLS (del inglés Advanced Trauma Life Support) del APVI (estado de alerta, respuesta a estímulos verbales, respuesta a estímulos dolorosos, paciente inconsciente) y el AMPLIA (alergias, medicamentos tomados por lo general, patologías previas, últimos alimentos ingeridos, eventos relacionados al traumatismo); se debe recordar que los pacientes traumatizados se consideran con “estó- mago lleno”, al igual que las embarazadas, por lo que se tomarán las medidas necesarias para prevenir la bronco- aspiración. Si el estado de la paciente y el tiempo lo per- miten, se tratará de ponerla en las mejores condiciones posibles. Se deberá contar con exámenes de laboratorio y gabinete pertinentes de acuerdo con el caso, cuando hay sospecha de DPP, es necesario tener pruebas de coagula-© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 599 ción. La monitorización de la embarazada debe realizar- se con oximetría de pulso, capnógrafo, tensión arterial, estetoscopio precordial, y si el caso lo amerita, presión venosa central, línea arterial, sonda de Foley, etc. El feto también debe ser valorado y monitorizado. No olvidar que las medidas principales que deben aplicarse son, la lateralización del útero a la izquierda y la profilaxis de broncoaspiración. Dependiendo del estado de la paciente y del área anatómica lesionada, puede aplicarse anestesia regional, en traumatismo de extremidades, bloqueos de nervios periféricos o de plexo (supraclavicular, interescalénico y axilar, tres en uno, etc.) o anestesia regional endovenosa con anestésicos locales como lidocaína a 1 a 1.5% con epinefrina al 1:200 000 en volúmenes de 20 a 40mL o ropivacaína o bupivacaína a 0.5% de 1 a 2 mg/kg de peso, el bloqueo subaracnoideo o epidural se emplea en procedimientos abdominales, pélvicos o de extremidades inferiores. La ropivacaína tiende a producir menos efec- tos indeseables cardiovasculares, por lo que su adminis- tración es una buena elección. Para la aplicación de anestesia epidural, se deben tomar en cuenta varias medidas: administración de 30 mL de antiácidos no particulados previos, prehidratación 1.5 a 2 L o 10 mL/kg de peso con soluciones cristaloides endovenosas, monitorización materna y del producto; colocar a la paciente en decúbito lateral izquierdo o late- ralización del útero. Aunque la anestesia regional subaracnoidea sea la de elección en cirugía no obstétrica de la paciente embara- zada, debido a que ofrece una menor exposición del fár- maco en el producto, la anestesia epidural en traumatis- mos puede ser de mayor utilidad por la permanencia del catéter en el espacio para proporcionar analgesia posope- ratoria y bloqueo de la respuesta metabólica al trauma, también se puede emplear la combinación de ambas (subaracnoidea + catéter epidural).1,21, 29, 30, 39-41 En la anestesia general se emplearán las medidas preventivas de broncoaspiración, si el tiempo lo permite con la administración de ranitidina 25 a 50 mg endove- nosa (IV), o citrato de sodio 15 a 30 mL por vía oral, y metoclopramida IV, éste para acelerar el vaciamiento gástrico y aumentar el tono del esfínter esofágico infe- rior, ondansetrón, IV, colocación de sonda nasogástrica y prevención de la hipotensión causada por la compresión aortocava. La premedicación dependerá del estado de la paciente, ésta puede hacerse IV con opiáceos (fentanil, 1 µg/Kg), benzodiacepinas (midazolam, 25 µg/Kg) y si se requieren anticolinérgicos (atropina, 10 µg/Kg de peso o glicopirrolato 5 a 10 µg/Kg). Se recomienda: hacer la inducción con la técnica de secuencia rápida a base de un inductor y un relajante neuromuscular despolarizante o no despolarizante (de preferencia succinilcolina, si no está contraindicada), preoxigenar durante 3 a 5 min, no ventilación con mas- carilla, presión del cartílago cricoides (maniobra de Sellick), intubación, corroboración de posición de la sonda endotraqueal, insuflación del manguito y fijación. Se debe contar para la intubación traqueal con son- das endotraqueales de varios calibres; en situaciones muy especiales en donde no se puede movilizar a la embara- zada se tiene que recurrir a la intubación despierta en decúbito lateral; además de la monitorización de la madre, también hay que mantener la monitorización de la frecuencia cardiaca fetal y de la actividad uterina durante todo el procedimiento quirúrgico y por lo menos en las primeras 72 h del posoperatorio. Los inductores se seleccionarán de acuerdo con el estado de conciencia y hemodinámico de la paciente, podemos emplear: tiopental (3 a 5 mg/Kg) o propofol (1 mg/Kg) IV en pacientes normovolémicas, el propofol de preferencia no debe ser empleado en hipovolemia o hipotensión severa, ya que se han reportado casos de hipotensión severa con su empleo, el etomidato por la mayor estabilidad cardiovascular que produce es otra opción, sus dosis son de 150 a 200 µg/kg, el problema es la posibilidad de supresión de la función de la corteza suprarrenal. La ketamina en dosis de 0.5 a 2 mg/kg se indica en pacientes hipovolémicas, aunque en algunos estudios se ha reportado desarrollo de hipotensión bastante severa por agotamiento de catecolaminas; la ketamina en dosis mayores de 1 mg/kg de peso puede provocar aumento del tono uterino con vasoconstricción y probable hipoxia fetal en los dos primeros trimestres del embarazo. Otros fármacos que se pueden emplear son las ben- zodiacepinas, como el midazolam (20 a 30 µg/kg de peso) en pacientes hipovolémicas o el fentanil en dosis de 2 a 3 µg/kg de peso. En la actualidad el remifentanil puede ser un opioide de gran utilidad en esta situación, su única desventaja es que al ser suspendida su infusión, se pierde la analgesia durante unos minutos, por lo que el anestesiólogo deberá iniciar la analgesia posoperatoria de manera oportuna con un analgésico antiinflamatorio no esteroideo (AINE) u otro opioide IV antes de que el efecto del remifentanil desaparezca. En el cuadro 52–2 se muestran las indicaciones de estos fármacos en rela- ción al estado de la volemia de la paciente, así como las dosis que se recomiendan. Por lo que se refiere a los relajantes neuromuscula- res, en algunas instituciones aún se cuenta con la succi- nilcolina (despolarizante), que sigue siendo la primer opción para la intubación endotraqueal en pacientes traumatizados a dosis de 0.5 a 1 mg/kg, se debe tomar en cuenta la disminución de la colinesterasa plasmática 600 • Anestesia obstétrica (Capítulo 52) Cuadro 52�2. Indicacionesy dosis de inductores empleados en pacientes embarazadas normovolémicas o hipovolémicas (dosis/kg de peso) Normovolemia Hipovolemia Fármaco Indicado Dosis Indicado Dosis Ketamina +� 0.5 a 2 mg ++ 0.5 a 1 mg Propofol ++ 1 a 1.5 mg � 100µg Tiopental ++ 4 a 5 mg � � Midazolam +++ 50 a 100 µg + 20 a 30 µg Fentanil +� 3 µg + 1 a 2 µg Contraindicado: �; poco indicado; + indicación moderada: ++; muy indica- do:+++. en las embarazadas, por lo que puede prolongarse su efecto, así como también el incremento del potasio que genera; entre los no despolarizantes se puede emplear el mivacurio, pero la elevada incidencia de reacciones hista- minógenas que produce ha limitado su utilización, por lo que otras opciones son el de atracurio, vecuronio, cisatra- curio, rocuronio este último en dosis dos a tres veces mayores a su ED95, que proporcionan buena relajación neuromuscular a los 45 a 60 seg después de su aplica- ción; el problema al que se puede enfrentar es que con estas dosis, el efecto del fármaco se prolonga y si no se puede intubar al paciente en el primer intento, se tendría que ventilar a presión positiva, con el riesgo de hipoxe- mia y broncoaspiración que esto conlleva Los halogenados se deben emplear a concentracio- nes menores de su CAM, cuando una paciente tiene con- tracciones uterinas, causan relajación del músculo uteri- no; si se administran en grandes concentraciones pueden alterar el flujo sanguíneo uterino y producir relajación uterina, la cual puede causar hemorragia posparto o pos- cesárea. En pacientes con neumotórax o hemotórax se contraindica el empleo del óxido nitroso. El cálculo de líquidos en el transanestésico en estas embarazadas, es semejante a la de pacientes sin embarazo. Cuando es necesario practicar una cesárea se deben tomar en cuenta estas medidas: la administración de opiáceos hasta que se produce el nacimiento del produc- to, manteniendo a la paciente sólo con oxígeno y haloge- nados, esto no proporciona analgesia adecuada; otros autores sugieren lo contrario o sea aplicar lo opiáceos antes del nacimiento del producto, para proporcionar analgesia en la paciente y evitar la liberación de cateco- laminas que disminuyen el flujo sanguíneo uterino, esto se puede hacer siempre y cuando se tengan a la mano los recursos necesarios para la reanimación del producto. Se ha mencionado el empleo de técnicas mixtas (epidural más general), porque éstas disminuyen las dosis de los fármacos permitiendo administrar concentraciones muy bajas de halogenados, obteniéndose la analgesia del blo- queo epidural y el control de la vía aérea, y ventilación, además, permite continuar con analgesia posoperatoria por el catéter, esto siempre y cuando las condiciones de la paciente lo permitan.1,29-32,71-79 ANESTESIA EN TRAUMATISMOS Y ALTERACIONES ESPECÍFICAS HIPOVOLEMIA Puede ser causada por lesiones a órganos como corazón, vasos, hígado, bazo, pelvis, o debido a lesiones del útero gestante por ruptura uterina o por DPP y lesiones de vasos uterinos; el manejo anestésico en estas pacientes es similar al que se hace en otro tipo de enfermos en con- diciones similares de choque hemorrágico, se debe eva- luar el grado del estado de choque enque se encuentra el paciente (GI-IV), es necesaria la oxigenación previa a una inducción de secuencia rápida (ISR) con ketamina (0.5 a 1 mg/kg de peso), o tiopental a bajas dosis (3 a 5 mg/Kg de peso); puede realizarse la intubación con el paciente despierto y la aplicación de anestésico local en nervios laríngeos. El mantenimiento de la anestesia gene- ral dependerá de cada caso, se prefiere la anestesia gene- ral balanceada, la anestesia endovenosa total es poco uti- lizada en este tipo de pacientes.1,4,12,37,55 TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO Es la principal causa de muerte fetal y constituye un ries- go alto en la madre, las lesiones pueden ser cerradas o abiertas. En las cerradas, puede ser focal o difusa por ace- leración-desaceleración. Las lesiones focales producen hematoma epidural o subdural y contusiones. Los trau- matismo penetrantes pueden provocar lesiones impor- tantes, edema cerebral, convulsiones, e hipoxia, para dre- nar los hematomas, y para la corrección de fracturas hun- didas se requiere cirugía, durante el desarrollo de ésta, el anestesiólogo debe controlar la tensión arterial media, presión intracraneana, la ventilación pulmonar, perfusión cerebral materna y fetal. Es en la actualidad, es impres- cindible la realización de TAC para identificar el edema o contusión cerebral, hemorragia o hematoma intracere- brales. Se requiere control de la vía aérea, el manejo tera- péutico y anestésico no varía del que se utiliza en la no embarazada, en éste se incluye: protección cerebral, evi- tar la hipertensión intracraneal, la administración de bar- bitúricos IV, opiáceos, esteroides. En la embarazada el empleo de diuréticos representa un problema, debido a que pueden producir disminución del líquido amniótico (oligohidramnios), cuando es indispensable el empleo de diuréticos en este tipo de pacientes se prefiere adminis- trar furosemida en lugar de manitol , debido a que éste produce mayor deshidratación del producto por la diu- resis osmótica de la madre, además puede causar altera- ciones ácido-base y hemorragia intracerebral; otras medi- das terapéuticas adicionales son la oxigenación e hiper- ventilación, inmovilización de la columna cervical. Se ha administrado fenitoína como profilaxis y tratamiento de las convulsiones sin causar problemas en el producto, quizás por el poco tiempo en que se utiliza.70-87 TRAUMATISMO MEDULAR Las lesiones agudas del cordón espinal son poco frecuen- tes en la mujer embarazada, su incidencia es menor a 1%; las lesiones de este tipo producen con frecuencia: pérdi- da del producto, alta incidencia de óbitos y anormalida- des fetales. Existe mayor problema para el producto cuando esta lesión en la embarazada se produce durante el segundo y tercer trimestres, debido a que puede haber una lesión directa al cordón espinal con DPP o lesión uterina, es necesario considerar el manejo de la lesión primaria y la prevención de la secundaria.88 En pacientes con lesiones agudas, puede generarse el choque medular (hipotensión, bradicardia, etc.), que puede repercutir en el estado del producto. Estas altera-© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 601 ciones se presentan, sobre todo, cuando hay lesiones a nivel cervical (C2-C6) donde además se observa el sín- drome de hipoventilación alveolar primaria, edema pul- monar neurogénico y parálisis flácida por debajo del nivel de la lesión. El choque medular causa hipotensión sistémica pro- funda por pérdida del tono vascular y descenso de la pre- carga, la hipotensión es más severa en lesiones cervicales en comparación con las lumbares, este cuadro puede perdurar durante varios días hasta tres meses. También pueden presentarse contracciones ventri- culares prematuras y taquicardia ventricular, en las lesio- nes cervicales hay bradicardia por falta de estímulo sim- pático e insuficiencia respiratoria, esto puede causar sufrimiento fetal agudo, y una compensación deficiente a cambios súbitos de postura, pérdida de sangre o efecto de los anestésicos, por lo que puede ser necesario practi- car una cesárea para extraer al producto. La principal causa de muerte en pacientes con lesio- nes agudas de la médula espinal es la insuficiencia respi- ratoria por parálisis de los músculos respiratorios, su tra- tamiento requiere de dosis altas de corticoesteroides, corrección quirúrgica de las fracturas y probable ventila- ción mecánica, el nivel de lesión medular se relaciona con el grado de compromiso respiratorio. Por la inestabilidad cervical, se prefiere en estas pacientes la intubación nasal a ciegas con paciente des- pierta o con fibrobroncoscopio, si ésta no coopera se recurre a una inducción de secuencia rápida con relajan- tes neuromusculares no despolarizantes, se retira el colla- rín y se realiza una estabilización manual en línea, este manejo requiere de, por lo menos, tres personas. Se empleará tiopental como inductor a dosis de 3 a 5 mg/kg de peso, y rocuronio (800 µg/kg de peso) o vecuronio (100 µg/kg de peso), se aplica la maniobra de Sellick hasta que se haya corroborado la colocación correcta del tubo endotraqueal y se haya inflado el manguito. El man- tenimiento será con halogenados y opiáceos, si se em- plean en el transanestésico simpatomiméticos como dopamina o dobutamina se pueden producir arritmias cardiacas. Se debe mantener la perfusión de la médula espinal, y prevenir la hipocapnia, si el feto aún no es via- ble, se indica reposo materno con inmovilización raquí- dea, hasta que se alcance la viabilidad del producto y se realice la cesárea; puede presentarse parto pretérmino, mayor riesgo de trombosis venosa profunda e inestabili- dad del choque espinal.83,88-90 TRAUMATISMO TORACOABDOMINAL Con frecuencia, los traumatismo torácicos son produci- dos por accidentes vehiculares, donde la embarazada es la conductora del automóvil y se golpea contra el volan- te, debido a los cambios anatomofuncionales del emba- razo ya descritos, es más factible el desarrollo de un neu- motórax espontáneo grave. El riesgo en las embarazadas de lesiones penetrantes del diafragma es mayor, éstas causan desplazamiento a la cavidad torácica de los órga- nos intraabdominales, los más comunes son estómago y colon, éstos pueden estrangularse hasta tres años después de la lesión. El diagnóstico clínico del neumotórax espontáneo debe confirmarse con radiología, excepto cuando se sospeche de un neumotórax a tensión. El neumomediastino se presenta con mayor frecuen- cia que el neumotórax y es menos grave, en este caso debe colocarse la sonda de pleurostomía como trata- miento, por la posición de los arcos costales es también factible la presencia de fracturas costales y lesiones mio- cárdicas por el incremento de la presión intratorácica. Los traumatismo abdominales se dividen en contu- sos, penetrantes y también en los que producen lesiones en la madre, feto, útero y placenta. En las lesiones mater- nas se encuentran aquellas en las que algún órgano se encuentra afectado en mayor o menor grado, producien- do secuelas; las lesiones del feto también pueden ser con- tusas (las más frecuentes son las de cráneo) y penetran- tes por PAF o instrumentos punzocortantes. Las lesiones del útero se explican en otra sección de este capítulo, las lesiones de la placenta son penetrantes, o dependiendo de la fuerza del impacto contusas, éstas pueden producir DPP. Contusos El útero grávido, al producir desplazamiento de los órga- nos intraabdominales hacia arriba, aumenta la presión de éstos, por lo que durante un traumatismo contuso (cerrado) es más factible la presencia de rupturas esplé- nicas, hepáticas, de riñones o páncreas; las vísceras hue- cas se lesionan en los puntos de fijación, lo que produce hemorragia retroperitoneal y datos de hipovolemia seve- ra que repercute en la madre y producto; se ha observa- do muerte neonatal secundaria a hemoperitoneo inad- vertido por lesiones de vísceras. Las lesiones sonprodu- cidas por traumatismo directo o desaceleración. En la ruptura hepática se presenta, en ocasiones, dolor de hombro, náusea y fiebre. Las transaminasas se encuen- tran elevadas en la ruptura hepática, la esplénica puede estar asociada con hipotensión. El DPP, en estas situaciones, tiene una incidencia variable de 10 a 60%, éste se debe a la fuerza llamada de cizallamiento que se produce en el útero y la placenta, secundaria al fenómeno de aceleración-desaceleración. La ruptura uterina causa alta mortalidad materna y fetal, su sintomatología es la palpación de partes fetales en el abdomen y datos de choque hemorrágico, la colocación de un parche de Gore-Tex para su tratamiento es posible en rupturas pequeñas, pero en extensas y con hemorra- gia masiva se requiere realizar histerectomía; el cálculo para el manejo de líquidos puede ser del doble de los requerimientos de una paciente no embarazada.1, 5,7, 8, 28, 58, 91-93 Penetrantes En este tipo de traumatismo (abiertos), el útero protege al resto de los órganos intraabdominales y al producto; debido al tamaño y a su densidad muscular, el útero absorbe la mayor parte de la energía de las balas en las 602 • Anestesia obstétrica (Capítulo 52) HPPAF; las HPIPC son más frecuentes en el medio donde trabaja el autor, seguido de las HPPAF. En el ter- cer trimestre de embarazo por el tamaño del producto es fácil que éste sufra lesiones, en este trimestre se produce con mayor frecuencia daño del útero en los cuadrantes inferiores. Las lesiones en la parte superior del abdomen, se relacionan con múltiples daños en órganos gastrointesti- nales, debido a la elevación en su posición producida por el crecimiento uterino, esto hace más factible la produc- ción de lesiones penetrantes de intestino. Cuando la heri- da penetra el peritoneo se requiere hacer una laparoto- mía exploradora.1,93-99 El manejo anestésico en esta circunstancia es con anestesia general balanceada, si fuese posible la coloca- ción previa de un catéter epidural, se administra una anestesia mixta, dejando el catéter para el control del dolor posoperatorio. TRAUMATISMO UTERINO Durante el primer trimestre del embarazo, el útero se encuentra protegido por la pelvis, a medida que éste avanza, se vuelve más vulnerable al traumatismo tismo. La hemorragia vaginal, la ausencia de ruidos cardiacos fetales (RCF) y la salida de líquido amniótico sugieren traumatismo uterino. En lesiones contusas o cerradas, la lesión uterina se produce por traumatismo directo o desaceleración, la principal complicación en este caso es el DPP que produce hemorragia y puede llevar al choque hemorrágico y CID, el traumatismo del útero se relacio- na con frecuencia con fracturas pélvicas. La ruptura uterina es indicación de histerorrafia o cesárea-histerectomía. La perforación uterina produce dolor intenso y hemorragia (estado de choque), se diag- nostica por lavado peritoneal, aunque dependiendo de la localización de los desgarros éste puede dar resultados no positivos, la acumulación de sangre puede ser diagnosti- cada también por ultrasonografía o por TAC. El contacto de sangre fetal con la materna por hemo- rragia feto-materna puede producir problemas de sensi- bilización del Rh materno (sobretodo en madres Rh negativa con productos Rh positivo), además de anemia, hipovolemia y muerte fetal por exanguinación, la prue- ba de Betke-Kleihauer (búsqueda de hematíes fetales en sangre materna) es útil en estos casos, si está alterada se debe administrar a la paciente inmunoglobulina Rh. (300 µg anti-D inmunoglobulina). Existe una escala de lesiones uterinas en pacientes embarazadas que toma en cuenta el tipo de lesión, el grado y el manejo que requiere: 1) sólo se observa contusión y hematoma, no requiere tratamiento; 2) presenta laceración superficial de menos de 1 cm con desprendimiento placentario menor a 25%, requiere monitorización fetal y evaluación de CID; 3) existe laceración profunda de más de 1 cm con DPP de 25 a 50%, que requiere además de lo ante- rior, reparación de la herida y probable atención de parto; 4) laceración profunda de más de 1 cm con lesión de arteria uterina y DPP 50%, requiere corrección quirúrgica de la lesión y la atención del parto; 5) se presenta ruptura uterina y DPP completo, se requiere cirugía de urgencia, cesárea y reparación quirúrgica de la lesión o histerectomía. La histerorrafia se realiza en lesiones de áreas pequeñas, en las graves se debe considerar la extensión de la lesión y se torna necesario realizar una cesárea-histerorrafia, en lesiones más severas se requiere una cesárea-histerecto- mía. El traumatismo uterino puede desencadenar con- tracciones uterinas que terminan en aborto o parto pre- término. Se han reportado lesiones del producto como fracturas craneales y hemorragias intracraneales en trau- matismos contusos, además de lesiones directas de la pla- centa en traumatismo penetrante. El manejo anestésico dependerá del estado de la paciente, éste se puede hacer con anestesia regional o general, se debe tomar en cuen- ta que con el sangrado uterino, es muy probable que se presente choque hemorrágico o transfusión feto-mater- na.1,5,14,16,55, 56,67,97-100 PELVIS Las fracturas pélvicas influyen de manera directa en la presentación del trabajo de parto o de DPP, se pueden asociar con muerte fetal, lesiones de vejiga, uretra o del canal vaginal de la madre; si no hay contraindicación y el estado hemodinámico de la paciente lo permite, se puede atender el parto por vía vaginal con la aplicación de anestesia regional, epidural o subaracnoidea;5,98 debi- do a que es un traumatismo en el cual se presenta san- grado activo, se prefiere la administración de anestesia general, además de que en el estado agudo, es difícil la cooperación para sentar o poner en decúbito lateral a las pacientes. CÉSAREA POSMORTEM Se ha explicado con anterioridad el tiempo que se requiere para realizar la cesárea; el manejo anestésico consiste en proporcionar una buena oxigenación, mante- ner la estabilidad cardiovascular, se debe administrar analgesia (fentanil) para evitar ciertas respuestas neuro- vegetativas que pueden afectar al producto, además de proporcionar una reanimación neonatal.101-104 MUERTE CEREBRAL El mantenimiento de la vida en éste tipo de pacientes representa un problema de tipo ético, social, moral y económico, debido a que se debe mantener en condicio- nes cardiovasculares óptimas a la paciente para que esto no repercuta en el producto, se han publicado el mante-© E di to ri al E l m an ua l m od er no Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o Anestesia en la embarazada con. . . • 603 nimiento de pacientes en estas condiciones hasta por 15 semanas antes del nacimiento del producto; se debe: determinar el mejor momento para la interrupción del embarazo, hacer la valoración periódica del producto y de la actividad uterina, así como proporcionar manteni- miento cardiorrespiratorio y nutricional. El control de la temperatura en la madre; la administración de corticoes- teroides es útil en caso de productos de menos de 36 sem de gestación para provocar madurez pulmonar. Estas pacientes tienen alteraciones cardiovasculares, de termo- rregulación y endocrino-metabólicas; el procedimiento anestésico-quirúrgico se encaminará a la protección car- diovascular de la paciente, en caso de emplear fármacos (opiáceos) se administrarán a dosis bajas, junto con una buena fracción inspirada de oxígeno, y la prevención de la hipotensión y factores que produzcan disminución del flujo sanguíneo uterino.105,106 QUEMADURAS Los agentes causales de una quemadura pueden ser: el fuego directo, deflagración, líquidos hirvientes, agentes químicos, electrocución, y relámpago. Las quemaduras graves ocurren en 4% de las mujeres embarazadas, y de forma habitual cubren 40% de la superficie corporal (SC), tienen una mortalidad de 3%, las que son mayores a 60% (SC), tienen una mortalidad de 80%. La muerte fetal depende de la edad gestacionaly de la severidad de la quemadura, en el primer trimestre ocurren en 62%, en el segundo trimestre 29% y en el tercer trimestre 36%. La frecuencia de mortinatos es proporcional a la exten- sión de la quemadura, en superficies corporales mayores de 50% de SC sobreviven 1 de 9 productos y menores a 50% de SC sobreviven 19 de 24 fetos, también la super- vivencia está en correlación al requerimiento de fluidos en la madre; al grado de acidosis o hipoxia materna y a los cambios adicionales que presenta el feto como conse- cuencia de este evento. Sin duda alguna, una de las preocupaciones más importantes durante la anestesia en estos casos es el bie- nestar materno-fetal, por lo que, el restablecimiento de la fisiología y necesidades metabólicas maternas favore- ce, al feto; existe una relación directa proporcional al porcentaje y profundidad de la quemadura con el grado de catabolismo, el cual se ve incrementado aún más en el caso de la mujer embarazada, porque sus requerimientos metabólicos se intensifican conforme la edad gestacional aumenta, la atención de este aspecto resulta prioritaria, puesto que una disminución importante en aportes metabólicos es fatal para el producto, de ahí que el manejo de nutrición parenteral o suplementos alimenta- rios adecuados es de suma importancia. El incremento de la demanda calórica de la madre durante una quemadura es un factor que produce hipo- glucemia, cortos periodos de ayuno causan cetosis materna, a este círculo vicioso se añade la demanda caló- rica del producto, que induce hipoglucemia materna y puede causar muerte fetal. Por esta razón, en presencia de quemaduras durante el embarazo la vigilancia de cetosis urinaria y una ade- cuada terapia IV son necesarias, se recomienda no exce- der de 25 g de glucosa por hora para evitar el desarrollo de hiponatremia e hiperglucemia materno-fetal, que causan efectos colaterales en el binomio y favorecen la generación de infecciones. La infección también se propicia por la pérdida cutánea en el sitio de la quemadura, los microorganismos liberan fosfolipasa A2, a partir de los sitios infectados, generando un aumento de los niveles de ácido araquidó- nico con elevación en la síntesis de prostaglandinas, que pueden inducir el parto pretérmino, además, los tejidos dañados producen prostaglandina E2 y tromboxano A2 que también intensifican el trabajo parto. Mejorar la fisiología materna incrementa la supervi- vencia fetal; sin embargo, la normalización de los signos vitales no garantiza una perfusión útero placentaria ade- cuada. El flujo uterino es proporcional a la presión arterial media materna e inversa a la resistencia vascular uterina. Existen receptores α-adrenérgicos en el útero, que se activan durante la respuesta al estrés de la quemadura, produciendo disminución del flujo sanguíneo uterino e inestabilidad fetal, que se manifiesta por taquicardia mayor a 140 latidos/min, o bradicardia menor a 100 lati- dos/min, o desaceleraciones por hipoxia fetal. Estas situaciones son causa de disminución de: la actividad neurológica, de la ventilación, tono muscular, y respuesta refleja en el recién nacido, el cual cursa tam- bién con calificación de Apgar baja. Las quemaduras son lesiones que producen un dolor intenso, que está en relación directa su extensión y en relación inversa a la profundidad; las quemaduras de ter- cer grado, en donde las terminales nerviosas están des- truidas y no causan dolor, pero sin duda el impacto psí- quico de la presencia de la quemadura, así como los temores de pérdidas de segmentos anatómicos o caracte- rísticas estéticas, harán estragos en el estado emocional en la embarazada, que de por sí es lábil a cualquier situa- ción angustiante, esto causa una percepción distorsiona- da del dolor que incrementa las necesidades de medica- ción sedante y analgésica, deben tomarse en cuenta la dependencia a estas sustancias en la madre y el posible síndrome supresión en el feto. La producción de catecolaminas por la presencia de dolor y cascada humoral de la respuesta al estrés por la quemadura, liberan factores que desencadenan una dis- minución del flujo sanguíneo uterino con consecuencias deletéreas para el producto, por lo que es fundamental una decisión juiciosa para el control del dolor y la dismi- nución de la respuesta al estrés. A las pacientes con quemaduras se les efectúan con frecuencia procedimientos quirúrgicos, como lavados, escisión tangencial, cirugía reconstructiva, toma y aplica- ción de injertos, en los que es muy frecuente el empleo de fármacos y técnicas anestésicas, los cuales deben ser administrados en dosis suficientes para evitar la respues- ta al estrés del dolor y la cirugía con la consecuente dis- minución del flujo sanguíneo uterino y riesgo para el feto. Otro aspecto de interés en el manejo de estas pacientes es la escisión tangencial que consiste en retirar 604 • Anestesia obstétrica (Capítulo 52) en capas el tejido muerto de la quemadura hasta encon- trar tejido sano, este procedimiento se acompaña de una hemorragia importante, por lo que se debe prever esta pérdida de sangre, además de tener en cuenta que en la paciente embarazada los accesos venosos son difíciles, es necesario tener disponible sangre cruzada, incluso duran- te el posoperatorio, ya que el sangrado suele continuar en muchos casos durante este periodo; es recomendable limitar la extensión de dicha escisión puesto que la pér- dida hemática compromete el flujo sanguíneo uterino y al producto. La transfusión siempre entraña riesgos de reacciones alérgicas, hemolíticas, transmisión de infecciones e isoin- munización en la mujer gestante, los anticuerpos que se encuentran con mayor frecuencia son los Rh, Kell, Duffy y Kidd. Deben investigarse la presencia de estos antígenos y el tipo ABO, si la determinación no se efectúa con cuida- do se corre el peligro de que ocurra enfermedad hemolí- tica en el neonato, manifestada por arritmias, anemia neonatal, eritroblastosis y muerte por exanguinación o reacción por transfusión a causa de pruebas cruzadas de compatibilidad inapropiadas. El empleo de eritrocitos aglomerados y lavados fres- cos con poca capa leucocitaria ayuda a evitar la isoinmu- nización y las reacciones por transfusión, el uso de Rh- globulina previene la isoinmunización maternofetal. También es necesario insistir en la posición durante la cirugía y en cualquier momento de la estancia hospi- talaria, ya que las pacientes están mucho tiempo en cama y pueden presentar un problema de tromboembolia venosa o pulmonar, en él ultimo trimestre del embarazo, es recomendable la lateralización izquierda para dismi- nuir la compresión aortocava y mejorar el flujo sanguí- neo uterino. Los cambios en el volumen sanguíneo y el incremen- to de permeabilidad vascular existente en la paciente embarazada, se agravan en presencia de una quemadura, por lo que se dificulta la reposición de líquidos y la fuga capilar se hace más intensa, debido a la hipoproteinemia relativa; el hematócrito puede no presentar elevaciones iniciales, debido a la anemia fisiológica del embarazo. Los cambios respiratorios del embarazo como la hipervascularidad del tracto respiratorio predisponen al edema obstructivo de la vía aérea, causado por la quema- dura de vías respiratorias, por lo que es necesario el empleo de tubos endotraqueales pequeños. La inhalación de monóxido de carbono añadido a una capacidad residual funcional baja, y al aumento de consumo de O2 hasta de 40 a 60%, así como el desajus- te en la relación ventilación perfusión en la mujer emba- razada, la hacen más susceptible a la hipoxia, la cual repercute de forma negativa en el producto, éste se ve más afectado por la alta afinidad de la hemoglobina fetal al monóxido de carbono. Algunas patologías pueden ser el factor que predis- pone a la quemadura, por ejemplo las convulsiones en la eclampsia. Esta entidad que puede presentarse antes o después de la quemadura es de difícil diagnóstico y manejo, la quemadura mimetiza la eclampsia, es difícil hacer el
Compartir