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1448 SECCIÓN XII Neurología ANOMALÍAS DEL DESARROLLO DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL El creciente avance en neuroimagen y genética ha permitido mejorar el diagnóstico de las alteraciones del desarrollo del sistema nervioso central (SNC). Ello aporta beneficios directos al paciente y a su familia, permitien- do hacer consejo genético, un diagnóstico prenatal o preimplantacional en futuros embarazos y un pronóstico más preciso. Las mutaciones causantes de enfermedades suelen ser heredadas a través de la línea germinal de uno de los progenitores y, por tanto, presentes en todas las células del cuerpo del individuo afecto, excepto la mayoría de las mutaciones causantes de cáncer, que son somáticas. Cada vez existen más ejemplos de mutaciones somáticas en enferme- dades distintas al cáncer como, por ejemplo, algunas malformaciones cerebrales. Estas mutaciones aparecen durante el desarrollo del SNC y pueden causar malformaciones incluso con niveles bajos de mosaicis- mo, como se ha descrito, por ejemplo, en casos de displasia cortical focal, hemimegalencefalia o síndrome de Sturge-Weber. Las alteraciones del desarrollo del SNC se han clasificado clásica- mente según la etapa de neurodesarrollo afectada. Este marco clásico es todavía útil para la mayoría de malformaciones, aunque, debido a que ciertas etapas se superponen en el tiempo, por ejemplo migración y organización, la clasificación puede ser un tanto artificial en algunos casos. A medida que se conocen los mecanismos moleculares implica- dos, cada vez se hace más patente que muchos genes juegan un papel importante en varias etapas de desarrollo e incluso en distintas partes del SNC. Esto implica que pueden existir malformaciones complejas, con afectación de distintas fases, por ejemplo, proliferación, migración y organización, e incluso de distintas partes, por ejemplo, cerebelo y cuerpo calloso. En este capítulo se han clasificado las distintas malformaciones según la zona cerebral y la etapa de desarrollo preferentemente afec- tados, especificando aquellos casos en que varios mecanismos pueden haber jugado un papel fisiopatológico. Alteraciones de la neurulación o defectos del cierre del tubo neural (espina bífida) Concepto y clasificación El cerebro y la médula espinal son derivados del tubo neural, cuya formación comprende una neurulación primaria (cierre) y una neu- rulación secundaria (canalización). El cierre primario se inicia en dis- tintos puntos a lo largo del neuroeje: primero en la unión entre el futuro tronco cerebral y la médula espinal e inmediatamente después en la zona rostral del prosencéfalo. Desde estos puntos se produce un cierre «en cremallera» entre los puntos iniciales de cierre y en dirección caudal. La neurulación secundaria es el proceso por el cual el tubo neural se forma en la zona sacra y coccígea. Esta zona contiene células madre pluripotenciales que dan lugar a todos los tejidos no epidérmicos corporales de la zona poslumbar, por lo que las malformaciones y los tumores (p. ej., teratomas) de la región sacrococcígea pueden presentar componentes de distintos tejidos. Cuando se afecta la neurulación secundaria, defectos cerrados ocurren a nivel sacrococcígeo (disrafis- mo espinal), en los cuales la médula espinal está anclada a los tejidos adyacentes, reflejando la falta de diferenciación tisular que ha de ocurrir durante el desarrollo de la zona distal raquídea. Dependiendo de la localización y las estructuras afectadas, los defectos de cierre de tubo neural pueden dividirse en anencefalia, craneorraquisquisis, encefalocele, meningocele o mielomeningocele. Etiopatogenia Tanto factores genéticos como ambientales se han relacionado con los defectos del tubo neural. Existe un aumento del riesgo de recurrencia para hermanos del caso índice (2%-5%), comparado con el riesgo del 0,1% de la población general. La reducción de la frecuencia de los defectos de tubo neural tras la suplementación de ácido fólico en el embarazo ha llevado a descubrir alteraciones genéticas que determinan una reducción de la eficiencia de las vías metabólicas dependientes de folato en algunos casos. Otros genes implicados son los de polaridad celular planar que actúan al inicio de la neurulación y que son determi- nantes para que los pliegues de la placa neural se acerquen para iniciar el cierre. En algunos casos se han detectado anomalías cromosómicas asociadas. Entre los agentes teratógenos implicados en los defectos del tubo neural encontramos la diabetes y obesidad maternas, el déficit de ácido fólico o de cinc, la hipervitaminosis A o el tratamiento antie- piléptico con ácido valproico. Otros factores que pueden aumentar el riesgo de defecto de tubo neural son la exposición ocupacional de la madre gestante a solventes y la historia materna de asma. En contraste con los defectos abiertos de tubo neural, el encefalocele occipital es frecuentemente sindrómico, en el contexto del síndrome de Meckel-Gruber, de herencia autosómica recesiva. Anatomía patológica El meningocele está compuesto por piel, duramadre y aracnoides, pero a diferencia del mielomeningocele no contiene médula ni raíces. Los mielomeningoceles tienen casi siempre una base ancha y muestran una zona central no epitelizada, formada por meninges muy vascularizadas. Los defectos cerrados se asocian frecuentemente a defectos cutáneos sobre la zona afecta, como hipertricosis, seno dermoide, hemangiomas, nevus o lipomas subcutáneos. Los defectos de tubo neural pueden asociarse a otras anomalías medulares o de la columna vertebral, como sujeción de la médula por un filum terminale corto y fibroso (médula anclada), división de la médula espinal en dos hemimédulas (diastematomielia), dilatación del canal central (hidromielia), fusión de los cuerpos vertebrales y/o agenesia del sacro. Cuadro clínico La gravedad clínica es muy variable. Las lesiones abiertas que afectan al cerebro (anencefalia, craneorraquisquisis) son invariablemente letales en período prenatal o perinatal. El encefalocele también puede ser letal dependiendo de la extensión del daño secundario a herniación de tejido cerebral. La espina bífida abierta es generalmente compatible con la supervivencia posnatal, aunque el daño neuronal por debajo del nivel de la lesión lleva a pérdida de sensibilidad, incapacidad para la marcha autónoma e incontinencia. Estos trastornos acaban desarrollando frecuentemente una malformación de Chiari tipo 2, por la que el tejido cerebeloso se hernia por el agujero magno, dando lugar a hidrocefalia, una excesiva acumulación de LCR en el sistema ventricular que provoca aumento de presión intracraneal y que suele requerir la colocación de un drenaje ventrículo-peritoneal. Anomalías del desarrollo del sistema nervioso central y enfermedades neurocutánea Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1449 CAPÍTULO 183 Anomalías del desarrollo del sistema nervioso central y enfermedades neurocutáneas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II Las lesiones espinales cerradas son menos graves e incluso asintomá- ticas. Pueden comportar un anclaje medular, es decir, una fijación de la médula por un filum terminale corto y fibroso, que puede provocar déficits sensitivos, motores y/o una vejiga neurógena. La presencia de signos cutáneos en la zona lumbosacra, como aumento de pigmenta- ción, presencia de pelo, hemangiomas o abultamiento por la presencia de un lipoma, puede ser un signo de disrafismo subyacente. Diagnóstico Las formas abiertas son evidentes en la exploración física desde el nacimiento. Las formas cerradas requieren demostración mediante técnicas de imagen, preferentementeresonancia medular. La detección prenatal de las malformaciones graves del tubo neural es posible a partir de las 16-18 semanas de gestación por ecografía obstétrica y, si es necesario, puede completarse el estudio mediante resonancia fetal. Frecuentemente se acompaña de valores elevados de α-fetoproteína en suero materno. Tratamiento Gran parte de la lesión neurológica atribuible a la espina bífida abierta se debe a una neurodegeneración secundaria por la exposición de las células al líquido amniótico, el cual produce un efecto tóxico. Ello ha motivado el desarrollo de técnicas de cierre del defecto intrauterino para intentar minimizar la lesión. En caso de diagnóstico posnatal, se realizará el cierre quirúrgico lo antes posible para evitar una infección del SNC y se valorará la necesidad de la colocación de una válvula de derivación de LCR. En caso de infección, se administrarán antibióticos por vía endovenosa. Malformaciones del desarrollo cerebral Concepto El desarrollo del córtex cerebral es un proceso muy complejo con varios pasos que se superponen. En muchas de las malformaciones puede evidenciarse por neuroimagen una afectación del ribete cortical, por ejemplo, agiria o polimicrogiria, pero no en todas ellas es demostrable. El término malformaciones del desarrollo cortical se acuñó para incluir también desórdenes con alteración del desarrollo del córtex en que la apariencia de la corteza es normal por neuroimagen, por ejemplo, algunos tipos de microcefalia, megalencefalias y heterotopias. En la genética de las malformaciones cerebrales es importante dife- renciar entre mosaicismo por mutación somática, también llamada pos- cigótica (en este caso la mutación será detectable sólo en tejido afecto), y mutaciones en línea germinal (la mutación se detectará en cualquier tejido y habitualmente se determina en leucocitos de sangre periférica). Etiopatogenia y clasificación El conocimiento de los mecanismos moleculares implicados en el desarrollo embrionario normal de cada estructura del SNC es esencial para realizar el estudio genético pertinente en cada caso. A continuación se detalla la clasificación de las malformaciones del desarrollo cerebral, con los principales mecanismos moleculares etiológicos conocidos hasta la fecha. Malformaciones del desarrollo cortical Secundarias a proliferación anormal Microcefalias congénitas. Los genes cuya mutación provoca microcefalia congénita suelen estar relacionados con el déficit en el proceso de división mitótica de los progenitores neuronales. Dicha mutación provocará una menor neurogénesis y/o aumento de la apop- tosis en fases iniciales del neurodesarrollo. Algunos de estos cuadros se acompañarán de un importante retraso de crecimiento intrauteri- no (enanismos microcefálicos primordiales). Suelen ser entidades de herencia autosómica recesiva. Entre las causas de microcefalias congénitas, que suelen acompañar- se de grave afectación de la formación cortical, se encuentran agentes microbiológicos, como el toxoplasma, y algunos virus, entre los que destacan el citomegalovirus y el zika. Megalencefalias. La alteración de genes que provocan una activa- ción de la vía mTOR produce megalencefalia. Entre ellos se encuentran el síndrome PTEN-hamartoma, la megalencefalia —malformación capilar (MCAP) y la megalencefalia, polimicrogiria, polidactilia e hidrocefalia (MPPH)—. Algunas de estas entidades pueden presentar no sólo megalencefalia, sino otras alteraciones morfológicas añadidas, como disgenesia cortical difusa o polimicrogiria. Disgenesias corticales focales con proliferación celular anor- mal. Entre ellas se encuentran la hemimegalencefalia, las displasias corticales tipo 2a y 2b, y las displasias típicas (túberes) del complejo esclerosis tuberosa (CET). Malformaciones debidas a migración anormal Alteraciones neuroependimarias: heterotopia periventricular. Se ha descrito en varias deleciones/duplicaciones cromosómicas. En estos casos puede acompañarse de otras alteraciones en cerebelo, cuerpo calloso o ventrículos. Las heterotopias periventriculares aisladas suelen ser por mutación en el gen FLNA (filamina A), que presenta un patrón de herencia ligado a X. Las mutaciones con pérdida de función afectan a mujeres que suelen tener inteligencia normal y epilepsia. Suelen ser letales en varones, por lo que es importante hacer el diagnóstico para un adecuado consejo genético. Alteraciones de migración transmanto generalizada Agiria-paquigiria. La lisencefalia o agiria (fig. 183-1) es una malformación grave de la corteza cerebral, en la que esta presenta una superficie lisa, con ausencia (agiria) o disminución del número y profundidad de los surcos cerebrales (paquigiria). La corteza patoló- gica es mucho más gruesa y carece de la organización en capas bien diferenciadas. La resonancia magnética cerebral determinará en gran medida el gen que determinaremos. En caso de lisencefalia clásica grave se ha Figura - RM craneal en paciente de 5 meses afecto de mutación en PAFAH1B1 (LIS1). En axial T1 (A) se observa agiria-paquigiria con mayor afectación posterior. El córtex está muy engrosado (puntas de flecha). En axial T2 (B) se observa una fina zona de sustancia blanca (capa acelular) (flechas) en el córtex. (Por cortesía de la Dra. É. Vázquez, Neurorradiología Pediátrica, Hospital Vall d’Hebron, Barcelona.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1450 SECCIÓN XII Neurología de descartar el síndrome de Miller-Dieker, por deleción recurrente en la región 17p13.3, que puede detectarse por técnicas de microarray cromosómico. Esta microdeleción se considera un síndrome de genes contiguos, ya que el fenotipo lisencefálico es más grave que la mutación aislada del gen responsable de la lisencefalia, el PAFAH1B1 (LIS1). Otros genes comprendidos en el intervalo delecionado, como el gen YWHAE, contribuyen a la mayor gravedad del fenotipo. Debido a la implicación de muchos genes que provocan agiria- paquigiria, la técnica diagnóstica de elección deberá permitir estudiar muchos genes a la vez, en forma de paneles génicos o la secuenciación del exoma. La mayoría de los genes implicados en los trastornos de migración neuronal están relacionados con la función de los microtúbulos y la actina: (ACTB y ACTG1): causan el síndrome de Baraitser-Winter, que puede reconocerse por la presencia de ptosis y colobomas en un paciente con paquigiria. microtúbulos: varias α- y β-tubulinas (TUBA1A, TUBB, TUBB2A, TUBB2B, TUBB4A), cuya imagen puede ser indistinguible de la de LIS1, aunque pueden presentar otros fenotipos como aspecto de polimicrogiria o patrón giral simplificado y frecuentemente presentan dismorfias extracorticales en cuerpo calloso, ganglios basales y/o cerebelo. entre estos encontramos PAFAH1B1, DCX, ARX, genes relaciona- dos con la Kinesina (KIF2A KIF5C), o la dineína (DYNC1H1) y genes pertenecientes a la vía de señalización Reelin-Dab1, muy importante en migración neuronal: se caracterizan por asociar una hipoplasia importante del cerebelo. Se ha descrito este fenotipo con mutaciones en homocigosis de RELN y en su receptor VLDLR. Doble córtex. Esta malformación aparece por mutación de DCX en mujeres. Debido a la inactivación al azar del cromosoma X, la expre- sión de uno u otro cromosoma hará que una población neuronal migre normalmente, mientras que la población que expresa el X afectado se quede a medio camino, formando un córtex adicional. Alteración de la migración terminal y defectos en la lámina pial limitante: paquigiria en empedrado (cobblestone). Los defectos del complejo distroglicano-laminina provocan cuadros de herencia recesiva caracterizados por distrofia muscular congénita y un trastornode giración con una neuroimagen bastante típica. Existen muchos genes (POMT1, POMT2, POMGnT1, FKTN, FKRP, LARGE, etc.) que pueden dar fenotipos como el síndrome de Walker-Warburg, la enfermedad músculo-ojo-cerebro y la enfermedad de Fukuyama. Son cuadros de herencia recesiva caracterizados por distrofia mus- cular congénita y una paquigiria en empedrado, que frecuentemente presentan hipoplasia de tronco y cerebelo. Muchos presentan anomalías oculares, como microftalmia, cataratas, hipoplasia de nervio óptico o coloboma coriorretiniano y/o afectación cerebelosa. Malformaciones debidas a un trastorno del desarrollo posmigracional Polimicrogiria. Se caracteriza por una zona de córtex desorgani- zado con excesivos pliegues y surcos poco profundos. La causa más frecuente es la infección por citomegalovirus congé- nito y, por tanto, la primera que ha de estudiarse. Las causas genéticas son muy variadas. Entre ellas se encuentran varias variantes de número de copia, detectables por microarray. Además, existe un gran número de entidades monogénicas que pueden causar polimicrogiria, tanto con herencia autosómica recesiva o dominante como con herencia ligada a X. Esquisencefalia. La esquisencefalia se caracteriza por una hendidu- ra que atraviesa el hemisferio cerebral, desde el ventrículo lateral hasta la superficie cortical. Puede ser de labios abiertos (si existe una amplia distancia entre los dos bordes de la hendidura, que se encuentra llena de LCR) o cerrados (si los bordes están adyacentes). Se relaciona con causas adquiridas (infecciosa, vascular, tóxica, etc.) predominantemen- te. Mutaciones en el gen COL4A1 (fig. 183-2) se han relacionado con esta malformación, así como con casos de porencefalia familiar, que se caracteriza por la presencia de quistes porencefálicos, es decir, cavidades llenas de LCR, por destrucción de parénquima cerebral durante el desarrollo embrionario. La mutación de este tipo de colágeno, que se encuentra expresado principalmente en vasos embrionarios, daría lugar a accidentes vasculares prenatales que provocarían malformaciones por disrupción del desarrollo normal. Disgenesia cortical secundaria a errores innatos del metabolismo. Principalmente las enfermedades peroxisomales y mitocondriales. Disgenesias corticales focales sin neuronas dismórficas. Tal como se ha comentado en el caso de las displasias corticales focales tipo 2a y 2b, se cree que las displasias tipo 1 y 3 se deben también a mosaicismo, aunque afectando a una fase más tardía del desarrollo. Su base genética todavía no es clara y se deberá esperar al estudio genético en tejido neural afecto. Displasia septoóptica Asocia hipoplasia de uno o ambos nervios ópticos, ausencia de septum pellucidum y frecuentemente anomalías hipofisarias. Se han identificado dos genes causantes, HESX1 y SOX2. HESX1 puede causar fenotipo en homocigosis o heterocigosis, con penetrancia incompleta en este último caso. Mutaciones en este gen también causan déficits múltiples de hormonas pituitarias. Mutaciones en SOX2 suelen presentar anomalías oculares bilaterales graves (anoftalmia, microftalmia) y defectos del cuerpo calloso con hipoplasia de pituitaria anterior. Las alteraciones genéticas son muy raras en esta malformación (< 1%). Esto, junto con el hecho que es más frecuente en madres jóvenes y se ha descrito en casos de abuso de alcohol y drogas, ha llevado a sugerir que se trata de una secuencia de disrupción vascular. Holoprosencefalia Se trata de una malformación por fallo de inducción ventral, que comporta una falta de separación del prosencéfalo en dos hemisferios cerebrales. Frecuentemente se asocia a malformaciones faciales, que pueden abarcar un amplio espectro, desde ciclopía (un solo ojo) hasta un leve hipotelorismo o un incisivo único. Es genéticamente muy heterogénea. El cariotipo es útil para detectar trastornos cromosómicos, Figura - RM craneal (axial T2) en paciente de 5 años afecto de esquisencefalia por mutación en COL4A1. Se observa una hendidu- ra esquisencefálica con sustancia gris tapizando sus bordes (puntas de flecha). (Por cortesía de la Dra. É. Vázquez, Neurorradiología Pediátrica, Hospital Vall d’Hebron, Barcelona.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1451 CAPÍTULO 183 Anomalías del desarrollo del sistema nervioso central y enfermedades neurocutáneas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II como las trisomías 13 y 18. También es importante descartar sín- dromes que pueden presentar esta malformación, como el síndrome de Pallister-Hall o el de Smith-Lemli-Opitz. En holoprosencefalia aislada se han descrito mutaciones causantes en varios genes (SHH, ZIC2, SIX3, TGIF principalmente). Tienen una penetrancia y expresividad variables, principalmente SHH. Por todo ello, lo óptimo es el estudio mediante panel génico o secuenciación de exoma. Recientemente se ha descrito una mutación específica en CNOT1 como causante de holoprosencefalia, que en este caso puede acompañarse de agenesia pancreática. El microarray también puede ser útil, ya que puede ser patológico en un 20% aproximadamente. Malformaciones del cuerpo calloso Según los hallazgos de neuroimagen, suelen distinguirse la agenesia completa de cuerpo calloso (fig. 183-3), la agenesia parcial o dis- genesia y la hipoplasia. En caso de alteraciones de cuerpo calloso aso- ciadas a discapacidad cognitiva y/o autismo, el estudio de elección es el microarray cromosómico, ya que puede detectar variantes de número de copia. La mayoría (> 80%) de los casos de agenesia completa de cuerpo calloso que no se asocian a otras malformaciones encefálicas y con estudio de microarray normal presentará un desarrollo cognitivo dentro de la normalidad. Están implicados varios genes ligados a X, como MED12, L1CAM, ARX o IGBP1, y muchos síndromes de herencia dominante o recesiva. En algunos de ellos, el fenotipo facial y/u otras malformaciones aso- ciadas orientarán a la entidad clínica y a una secuenciación dirigida. No obstante, dado el gran número de síndromes con discapacidad intelectual y agenesia de cuerpo calloso, el estudio molecular mediante panel de varios genes o la secuenciación de exoma son las técnicas más efectivas en el momento actual, en caso de microarray negativo. Malformaciones del hipocampo La malformación más conocida es la malrotación hipocampal o inver- sión hipocampal incompleta, que se define como la falta de rotación normal de dicha estructura durante el desarrollo, lo que le da un aspecto globular en los estudios coronales de resonancia en lugar del normal ovoideo con eje mayor horizontal. Se ha descrito asociada frecuentemente a otras malformaciones cerebrales como la agenesia de cuerpo calloso o los trastornos de migración y en enfermedades como el complejo esclerosis tuberosa o las ciliopatías. A no ser que las mal- formaciones asociadas orienten a otra causa genética, debería realizarse un microarray cromosómico, ya que alteraciones hipocampales se han descrito en algunas variantes de número de copia como, por ejemplo, el cromosoma isodicéntrico 15. Malformaciones de derivados de la cresta neural (leptomeninges y vasos de la circulación anterior) La cresta neural, que deriva del neuroectodermo, es el origen de un gran número de derivados en todo el cuerpo que persisten en la edad adulta en forma de células madre. Entre dichos derivados destacan leptomeninges, células musculares lisas de la circulación anterior intracraneal, huesos y tejido conectivo de la cara y el sistema nervioso periférico y autónomo. Debido a que la cresta neural craneal tiene una importante función en el correcto desarrollo del neuroectodermode alrededor, en algunas ocasiones las malformaciones vasculares o meníngeas se acompañarán de zonas de displasia cortical del tejido subyacente. Además, en algunas ocasiones las malformaciones vas- culares presentan un componente dinámico de fracaso de aporte vascular al tejido neural, con lo que se añade un daño adquirido a la zona, lo que puede empeorar el fenotipo clínico. Un ejemplo de ello sería el angioma leptomeníngeo del síndrome de Sturge-Weber, cuya base molecular es una mutación somática del gen GNAQ. Otros genes importantes para el desarrollo de la vascularización embrionaria, como los COL4A1 y COL4A2, pueden dar lugar a fenotipos de lesiones típicamente consideradas adquiridas por disrupción, como la esqui- sencefalia y/o la porencefalia. Es importante el diagnóstico genético de estos casos, ya que, debido a la penetrancia y expresividad variables, puede dar lugar a un consejo genético erróneo de baja recurrencia, cuando en realidad la herencia puede llegar a ser del 50% si uno de los padres presenta la mutación. Cuadro clínico En general, la clínica de las malformaciones cerebrales será una dismi- nución de las habilidades cognitivas. La mayoría de estos pacientes pre- sentará una discapacidad intelectual (coeficiente de inteligencia < 70) y muchos de ellos no llegarán a desarrollar lenguaje. Frecuentemente los pacientes presentarán también epilepsia, que suele ser refractaria al tratamiento médico. Si la epilepsia es muy precoz (inicio por debajo del año de vida) y refractaria, puede determinar un deterioro añadido de las capacidades cognitivas, así como un mayor riesgo de desarrollar un trastorno de espectro autista. En caso de malformación acusada, también se afectarán las capacidades motrices del paciente, provo- cando frecuentemente hipotonía de predominio axial, espasticidad e incapacidad para la marcha o, en caso de malformaciones de un solo hemisferio, una hemiplejía congénita. Diagnóstico Una adecuada caracterización de las malformaciones cerebrales median- te resonancia es un paso imprescindible antes de realizar estudios dirigidos genéticos o de otro tipo para determinar la causa. En general, existen dos tipos principales de pruebas genéticas. En primer lugar, las que determinan dosis de genes, como el microarray cromosómico. Estas pruebas permiten detectar pérdida (deleción) o ganancia (duplicación) de una parte del genoma, que puede incluir varios genes. En segundo lugar, la secuenciación del código de un gen concreto. Siempre que la malformación esté claramente producida por la mutación de un solo gen, se realizará una secuenciación de ese gen. En caso de que una mis- ma malformación pueda estar producida por varios genes, se deberán secuenciar (mediante técnicas de NGS [Next Generation Sequencing]) varios genes a la vez (panel génico o exoma). El uso del microarray es de primera elección en malformaciones del cuerpo calloso, por ejemplo, a no ser que otros datos clínicos nos orienten a una entidad monogénica. En ese caso, se secuenciará el gen sospechado. En la Figura - RM craneal en paciente de 14 años con neurodesarrollo normal. En axial T1 (A) se observa una agenesia completa de cuer- po calloso (puntas de flecha). En axial T2 (B) se aprecia colpocefalia (dilatación de astas pos- teriores de los ventrículos laterales) (puntas de flecha) y ausencia de cuerpo calloso (flecha). (Por cortesía de la Dra. É. Vázquez, Neurorradiología Pediátrica, Hospital Vall d’Hebron, Barcelona.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1452 SECCIÓN XII Neurología TABLA 183-1 Malformaciones cerebrales Malformación Etiología principal Pruebas genéticas diagnósticas Trastornos del desarrollo cortical Por proliferación anormal Microcefalias Mutaciones de genes relacionados con el complejo de mitosis y con replicación/reparación del DNA Infecciones congénitas Panel génico o exoma (secuenciación de varios genes a la vez) Megalencefalias Mutaciones de genes de la vía mTOR (activación) Panel génico o exoma Disgenesias corticales focales con proliferación anormal Mutaciones de genes de la vía mTOR (activación) Secuenciación dirigida de TSC1/TSC2 En caso de mutación somática, sólo detectable en la malformación Por migración anormal Heterotopia periventricular Variantes de número de copia*, FLNA (ligada a X), ARFGEF2 Microarray cromosómico Secuenciación dirigida o exoma Complejo agiria-paquigiria Genes relacionados con migración neuronal transmanto: PAFAH1B1 (LIS1), DCX (ligado a X), ARX (ligado a X), RELN y VLDLR, genes codificadores de tubulinas y actinas Microarray en caso de sospecha de síndrome de Miller-Dieker Secuenciación dirigida, panel génico o exoma Paquigiria en empedrado Mutaciones en genes del complejo distroglicano-laminina (matriz extracelular). Relacionados con alteración de la migración terminal y defectos en la lámina pial limitante Panel génico o exoma Doble córtex Mutaciones de DCX en mujeres Por alteración de la organización cortical Polimicrogiria Infección congénita por CMV Muchas entidades monogénicas (AD, AR y ligado a X) Estudio de infección por CMV Secuenciación dirigida, panel génico o exoma Esquisencefalia Causa infecciosa, vascular, tóxica Mutaciones en COL4A1 Secuenciación dirigida COL4A1 Disgenesia cortical secundaria a errores congénitos del metabolismo Enfermedades mitocondriales Enfermedades peroxisomales Estudios metabólicos (ácidos grasos de cadena muy larga, lactato en sangre, LCR y/o RM craneal con espectroscopia cerebral). Exoma Displasias corticales focales tipos 1 y 3 Mosaicismos somáticos NA Otros trastornos Displasia septoóptica Causa infecciosa, vascular, tóxica HEXS1 (con panhipopituitarismo), SOX2 (con anomalías oculares) Secuenciación dirigida en caso de sospecha de entidad monogénica. Exoma Holoprosencefalia Variantes de número de copia SHH, ZIC2, SIX3 y TGIF los más frecuentes Algunas entidades monogénicas (Pallister-Hall, Smith-Lemli-Opitz, etc.) Microarray Panel génico o exoma Secuenciación dirigida Anomalías del cuerpo calloso (agenesia, disgenesia, hipoplasia) Variantes de número de copia Múltiples entidades monogénicas (AD, AR, ligado a X) Microarray Panel génico o exoma Secuenciación dirigida Malformaciones hipocampales Variantes de número de copia Asociado a otras malformaciones (lisencefalia, agenesia de cuerpo calloso, etc.) Microarray Panel génico o exoma Anomalías en derivados intracraneales de la cresta neural (vasos, meninges) Síndrome de Sturge-Weber (angiomatosis leptomeníngea): mutación somática en GNAQ Anomalías de desarrollo (porencefalia, esquisencefalia) por alteraciones vasculares embrionarias: COL4A1 y COL4A2 NA Secuenciación dirigida de COL4A1/COL4A2 Hidrocefalia Secundaria a lesión adquirida del sistema de circulación de LCR (hemorragia, inflamación). Estenosis acueductal ligada a X: mutación en L1CAM Secuenciación dirigida L1CAM Exoma *«Variantes de número de copia» se refiere a deleciones o duplicaciones genómicas. NA: no aplicables en el momento actual en la práctica clínica. El mayor conocimiento de las etiologías y el avance de las técnicas genéticas permitirán probablemente una aplicación clínica en breve. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1453 CAPÍTULO 183 Anomalías del desarrollo del sistema nervioso central y enfermedades neurocutáneas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II tabla 183-1 se indicanlas pruebas genéticas aconsejadas en cada una de las malformaciones más prevalentes. Tratamiento El tratamiento de las malformaciones será básicamente sintomático. Muchos pacientes presentarán trastornos de la movilidad que pueden necesitar sillas adaptadas, ortesis, inyecciones de toxina botulínica o cirugía para el tratamiento de la espasticidad. La mayoría de los pacien- tes precisará de soporte educativo especial. La epilepsia es muy frecuen- te en estos trastornos y determina en gran medida la calidad de vida de estos pacientes. Requerirá tratamiento con fármacos antiepilépticos, aunque frecuentemente será refractaria. Algunos casos, principalmente malformaciones unihemisféricas como la hemimegalencefalia, pueden precisar cirugía de la epilepsia, con técnicas como la hemisferectomía funcional. Es recomendable un tratamiento quirúrgico precoz en los casos refractarios a medicación que sean candidatos a cirugía para evitar los efectos nocivos de las crisis epilépticas sobre el cerebro en desarrollo. Malformaciones de fosa posterior Concepto El desarrollo embriológico del tronco encefálico y del cerebelo presenta mecanismos moleculares distintos de los implicados en los componen- tes supratentoriales. No obstante, como en el caso de algunas causas de agiria-paquigiria, ambas alteraciones pueden asociarse. Las mal- formaciones de fosa posterior pueden afectar al cerebelo únicamente, al tronco encefálico, o a cerebelo y tronco conjuntamente. Además, una alteración de la formación de la fosa posterior ósea, en que esta es hipoplásica, puede generar una malformación de Chiari tipo 1, en la que el cerebelo se hernia por el agujero magno. Clasificación Malformaciones del cerebelo Malformación de Dandy-Walker Esta malformación se define por vermis hipoplásico, un 4.° ven- trículo aumentado de tamaño y una fosa posterior aumentada de tamaño con tórcula en posición elevada. Es importante distinguir esta malformación de un quiste de la bolsa de Blake, por déficit en la apertura del orificio de Magendie, que puede presentar complicaciones por obstrucción de la circulación del LCR, pero no se acompaña de hipoplasia de vermis. Una de las pocas causas genéticas conocidas es la pérdida de función del gen FOXC1, que también puede provocar otras alteraciones del desarrollo de la fosa posterior, como hipoplasia de vermis o megacisterna magna. Hipoplasia cerebelosa La hipoplasia de vermis cerebeloso es una malformación muy fre- cuente en pacientes afectos de retraso global del desarrollo y dis- capacidad intelectual o autismo. Se ha descrito en múltiples defectos genéticos. El síndrome PHACE (anomalías de fosa Posterior, Hemangioma, anomalías Arteriales, defectos Cardíacos y anomalías oculares [Eye]) suele presentar una hipoplasia de un hemisferio cerebeloso, ipsilateral a un hemangioma facial y se acompaña frecuentemente de anomalías cerebrovasculares. La causa molecular se desconoce, pero se debe proba- blemente a una mutación somática de novo. Hiperplasia cerebelosa (macrocerebelo) Este es un hallazgo raro que puede encontrarse de forma aislada o asociado a varias anomalías cromosómicas o síndromes de hipercre- cimiento como Sotos, Costello o de la vía mTOR (MCAP/MPPH). En la mayoría de estos síndromes, el tamaño del cerebelo es normal al nacer y aumenta de tamaño progresivamente, lo que puede provocar ectopia cerebelosa a través del foramen magno y signos de compresión de tronco o hidrocefalia obstructiva. Displasia cerebelosa Es frecuente hallar zonas de displasia en cerebelos hipoplásicos de diversas causas, como en el caso de distroglicanopatías o ciliopatías. Rombencefalosinapsis Esta malformación consiste en una ausencia completa o parcial del vermis cerebeloso con continuidad de ambos hemisferios en línea media y es de causa desconocida. La gravedad de la malformación por neuroimagen suele correlacionarse con mayor clínica. Aparte de los síntomas habituales en trastornos del desarrollo de tronco y cerebelo, los pacientes suelen presentar movimientos de la cabeza estereotipados persistentes, en forma de 8 o hacia los lados, por afectación de las conexiones vestibulares. Malformaciones del tronco cerebral Trastornos de disinervación congénita de pares craneales El término síndrome de Moebius se ha usado clásicamente para des- cribir pacientes con disfunción múltiple de pares craneales, más frecuentemente, la asociación de los pares craneales VI y VII. En los últimos años este término va siendo sustituido por el de disgenesia de tronco. La mayoría de estos trastornos, que se manifiestan como anomalías del desarrollo de los pares craneales que provocan movilidad anormal de ojos y cara, no presentan anomalías en neuroimagen. Una excepción es la parálisis de la mirada horizontal con escoliosis progresiva, que se asocia a una imagen en mariposa de protuberancia y bulbo en la resonancia. Se trata de un trastorno recesivo por mutación de ROBO3, que codifica a un receptor requerido para la guía axonal. La pérdida de función del gen HOXA1, que es necesario para la correcta especificación de los rombómeros 4 y 5, el oído interno y el corazón, provoca un cuadro de herencia autosómica recesiva caracterizado por la afectación de múltiples pares craneales, sordera neurosensorial, alteraciones vasculares intracraneales y defectos del tracto de salida cardíaco. Varios defectos de disinervación de pares craneales están causados por defectos en genes relacionados con la formación y/o la supervi- vencia de los pares craneales y la guía axonal como, por ejemplo, el síndrome de Duane radial ray por mutación en SALL4, el síndrome de Duane por mutación en CHN1 y los síndromes de fibrosis congénita de la musculatura extraocular por mutación en genes que codifican tubulinas (TUBB3, TUBB2B, PHOX2A y KIF21A). Malformaciones de tronco y cerebelo Malformaciones asociadas a agiria-paquigiria Puede encontrarse hipoplasia de tronco y cerebelo en ciertos casos de agiria-paquigiria, como las tubulinopatías, mutaciones en RELN o VLDLR, o los defectos del complejo distroglicano-laminina. Hipoplasia pontocerebelosa La mutación en genes que codifican endonucleasas tRNA de splicing, como TSEN 54, TSEN34, TSEN2 y TSEN15, provoca una importante afectación del neurodesarrollo que cursa con una grave hipoplasia pontocerebelosa. Presentan una mayor afectación de los hemisferios cerebelosos que el vermis, lo que le ha dado el nombre de imagen en libélula en la imagen coronal de RM. La afectación de los genes VRK1, EXOSC3, EXOSC8 y SLC25A46 asocia hipoplasia pontocerebelosa con atrofia espinal infantil y mutaciones en el gen RARS2 se acompañan de lactato elevado. Otros trastornos que cursan con hipoplasia pontocerebelosa ocu- rren por afectación de varios genes importantes para el desarrollo del cerebelo. Algunos ejemplos son mutaciones en el gen CASK, ligado a X, que cursa con microcefalia grave y afecta casi exclusivamente a mujeres, por ser letal en varones; el gen PTF1A, que cursa también con agenesia pancreática, o mutaciones recesivas en el gen CHMP1A, que se acompañan de microcefalia progresiva. Una hipoplasia pontocerebelosa caracterizada por una progresiva pérdida de volumen es característica de trastornos de la glicosilación tipo 1a, un trastorno recesivo por afectación el gen PMM2, requerido para el proceso de la N-glicosilación de las proteínas. Los pacientes suelen presentar una afectación multisistémica, en forma de coagulo- patía, distribución anormal de la grasa corporal, neuropatía periférica o degeneración retiniana. Aparte de las causas genéticas, alteraciones adquiridas durante el período prenatal y/o posnatal, también puede causar hipoplasia Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org1454 SECCIÓN XII Neurología de tronco y cerebelo. Se ha descrito, por ejemplo, en el contexto de prematuridad extrema. Displasia pontina tegmental en gorra Esta malformación presenta un acúmulo característico de tejido en la zona dorsal de la protuberancia, en forma de gorra y una hipoplasia muy grave de los pedúnculos cerebelosos medios. Los pacientes presentan múltiples neuropatías craneales, con afectación principal vestibuloco- clear, paresia facial, anestesia trigeminal y disfunción deglutoria. Algunos pacientes también presentan otras malformaciones como cardiopatías, renales o defectos vertebrales y costales. Se desconoce la causa. Síndrome de Joubert/malformación en diente molar Una imagen en diente molar a nivel de tronco en un corte axial de reso- nancia craneal es patognomónica del síndrome de Joubert (fig. 183-4). Estos pacientes presentan hipotonía, movimientos oculares anómalos y apneas. Algunos pacientes presentan distintas combinaciones de polidactilia, retinopatía, afectación renal y hepática; por lo tanto, su diagnóstico precoz permitirá una monitorización clínica de los distintos órganos diana. Actualmente se conocen más de 150 genes implicados en esta ciliopatía, de herencia autosómica recesiva, excepto en el caso de OFD1, que es ligado a X. Alteraciones de la fosa posterior ósea Malformación de Chiari tipo 1 Consiste en una fosa posterior ósea hipoplásica. Esta malformación presenta un desarrollo del cerebelo normal, aunque con un compromiso de espacio para contenerlo, lo que genera sintomatología por herniación de las amígdalas cerebelosas a través del agujero magno y posible com- presión secundaria de las estructuras del tronco. Existe agregación familiar, aunque las bases genéticas son todavía muy poco conocidas. Cuadro clínico La sintomatología más frecuente en malformaciones de tronco y cerebelo incluye hipotonía, retraso del desarrollo motor, nistagmus y alteración del control motor visual, ya desde los primeros meses de vida. Los pacientes más afectados pueden presentar dificultades para la alimentación, apneas y/o espasticidad. También pueden observarse signos de neuropatías craneales, como movimientos oculares anómalos, ptosis, paresia facial, anestesia corneal o trastornos de audición. Diagnóstico Una caracterización detallada de la malformación de fosa posterior por neuroimagen, determinará los estudios genéticos o de otro tipo a realizar en cada caso. En la tabla 183-2 se indican las pruebas genéticas aconseja- das en cada una de las malformaciones más prevalentes de fosa posterior. Tratamiento El tratamiento es sintomático de las alteraciones motrices secundarias a la grave hipotonía, que pueden requerir rehabilitación y ortesis. Además, debido al importante papel que tiene el cerebelo en las fun- ciones cognitivas, muchos pacientes precisarán necesidades educativas especiales. En caso de malformación de Chiari tipo 1 sintomática o que produzca alteraciones importantes en la dinámica del LCR, se realizará cirugía descompresiva de fosa posterior. Hidrocefalia Las causas más frecuentes de hidrocefalia son las adquiridas, por cual- quier afectación que impida la circulación normal del LCR. Puede ocu- rrir como consecuencia de una obstrucción mecánica de la circulación habitual, por un tumor o una malformación (hidrocefalia obstructiva no comunicante) o por una inflamación meníngea o hemorragia que provoque una distorsión de las granulaciones aracnoideas y una dis- minución de la capacidad de reabsorción del LCR a este nivel (hidroce- falia arreabsortiva o comunicante). Aunque frecuentemente esto ocurre en la época pediátrica (incluso prenatal), en el adulto existe una forma adquirida de hidrocefalia comunicante, llamada síndrome de hidrocefalia normopresiva del adulto, que se manifiesta como un trastorno de la marcha, deterioro intelectual e incontinencia urinaria y que presenta una dilatación del sistema ventricular con presión normal del LCR. Existe un trastorno genético que cursa con hidrocefalia por este- nosis congénita del acueducto de Silvio. Se produce por mutación en L1CAM, un gen ligado a X, que afecta a varones y cursa también con discapacidad intelectual. Existen otras causas genéticas de hidrocefalia congénita, que son raras. Las conocidas hasta el momento presentan una herencia autosómica recesiva. ENFERMEDADES NEUROCUTÁNEAS Las enfermedades neurocutáneas comprenden varias entidades que comparten la afectación común del sistema nervioso y la piel. Entre ellas, las más frecuentes son la neurofibromatosis tipo 1 y el complejo esclerosis tuberosa. Otras entidades clásicamente agrupadas bajo este nombre son la neurofibromatosis tipo 2, la enfermedad de Sturge- Weber o la enfermedad de von Hippel-Lindau. Neurofibromatosis tipo 1 Concepto y etiopatogenia La neurofibromatosis tipo 1 (NF1) se produce por una mutación del gen supresor de tumores NF1, que codifica la proteína neurofibromina. Afecta a 1/3.000 individuos aproximadamente. Es una enfermedad multisistémica que afecta a la piel, al sistema nervioso y al hueso, entre otros. Tiene penetrancia completa y expresividad variable, es decir, pre- senta mayor número de manifestaciones clínicas a medida que avanza la edad. La NF1 predispone a sufrir tumores tanto benignos como malignos. Los más frecuentemente asociados son los neurofibromas, el glioma de nervio óptico, el tumor maligno de la vaina de nervio periférico, el tumor estromal gastrointestinal, el tumor carcinoide duodenal y el feocromocitoma. También presentan mayor riesgo de cáncer de mama, glioblastomas y leucemia. Anatomía patológica Las manchas café con leche son áreas de hiperpigmentación que están presentes desde el nacimiento y aumentan en tamaño y número duran- te los primeros años de vida. Otras lesiones hiperpigmentadas típicas de NF1 son las pecas, que se localizan preferentemente en las zonas intertriginosas (moteado axilar o inguinal). Los neurofibromas son tumores benignos derivados de los elemen- tos de sostén del nervio (fibroblastos, células perineurales y células de Schwann) que suelen aparecer generalmente en la adolescencia. Pueden ser cutáneos, subcutáneos o plexiformes. Estos últimos tienden a inva- dir estructuras vecinas y pueden producir deformidades importantes. Figura - RM craneal (axial T1) que muestra imagen típica «en diente molar» (punta de flecha) del síndrome de Joubert. Paciente afecta de mutación en C5orf42. (Por cortesía de la Dra. É. Vázquez, Neurorradiología Pediátrica, Hospital Vall d’Hebron, Barcelona.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1455 CAPÍTULO 183 Anomalías del desarrollo del sistema nervioso central y enfermedades neurocutáneas © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II Los nódulos de Lisch son hamartomas melanocíticos del iris, y los gliomas de las vías ópticas suelen ser astrocitomas pilocíticos. Cuadro clínico En los niños, son frecuentes las manchas café con leche y los trastornos del aprendizaje y déficit de atención con hiperactividad, aunque la dis- capacidad intelectual es muy inusual. En el adulto, pueden aparecer déficits neurológicos, resultado de la presencia de patología cerebrovas- cular, tumores y malformaciones craneales y espinales. Las complicaciones vasculares se relacionan con la presencia de estenosis u oclusiones arteriales carotídeas y cerebrales, aneurismas o enfermedad de moya-moya. Debe vigilarse la aparición de hipertensión arterial, que puede ser idiopática o secundaria a la estenosis displásica de las arterias renales o a un feocromocitoma subyacente. Los neurofibromas cutáneos suelen ser asintomáticos, pero en algunos casos producen prurito oescozor intermitente. Los subcutá- neos se desarrollan sobre el nervio periférico y pueden causar dolor y déficits neurológicos y, ocasionalmente, malignizarse, dando lugar a un tumor maligno de la vaina del nervio periférico. Los neurofibromas plexiformes típicamente se manifiestan al nacer y pueden continuar creciendo lo largo del nervio e incluso llegar a zonas del plexo, y tienen también riesgo de malignización. El crecimiento intrarraquídeo de los neurofibromas llega a producir síntomas compresivos medulares. Los gliomas aparecen en cualquier parte del cerebro, pero tienen predilec- ción por el nervio óptico y, en segundo lugar, por el tronco cerebral. Aproximadamente el 15% de los pacientes con NF1 presentará un glioma óptico. Generalmente se trata de astrocitomas pilocíticos benig- nos, asintomáticos y en muchos se produce una regresión espontánea. Los gliomas que aparecen fuera del nervio óptico, los sintomáticos y los que se desarrollan en la edad adulta suelen ser más agresivos y se asocian a un peor pronóstico. Los pacientes con NF1 pueden desarrollar varias manifestaciones esqueléticas, como displasia del ala de esfenoides, displasia tibial con- génita, osteopenia y escoliosis. Diagnóstico El diagnóstico de la NF1 se basa en los criterios del National Institute of Health (NIH) de 1988 (cuadro 183-1). Dichos criterios recogen las manifestaciones más características de la enfermedad, entre ellas, las múltiples manchas café con leche, que aparecen ya en los primeros meses de vida. Posteriormente, con la edad, aparecen otras manifes- taciones como los neurofibromas. Aunque no esté todavía incluida en los criterios diagnósticos, a efectos prácticos, la detección de una mutación patogénica en NF1 permite un diagnóstico precoz de la TABLA 183-2 Malformaciones de fosa posterior Malformación Etiología principal Pruebas diagnósticas Malformaciones del cerebelo Dandy-Walker Variantes de número de copia* (deleción 6p terminal [gen FOXC1]) Microarray cromosómico Exoma Hipoplasia cerebelosa Variantes de número de copia Síndrome PHACES (mosaicismo somático) Microarray cromosómico Exoma Hiperplasia cerebelosa En síndromes de hipercrecimiento: Sotos, Costello o por activación de la vía mTOR Secuenciación dirigida Exoma Displasia cerebelosa Asociada a cerebelos hipoplásicos (distroglicanopatías, síndrome de Joubert, etc.) Síndrome de Chudley-McCullough (GPSM2) Secuenciación dirigida Panel génico o exoma Rombencefalosinapsis Causa desconocida NA Malformaciones del tronco cerebral Trastornos de disinervación de los pares craneales Varios genes implicados: ROBO3, HOXA1, SALL4, CHN1, síndromes de fibrosis congénita de la musculatura extraocular (TUBB3, TUBB2B, PHOX2A, KIF21A) Secuenciación dirigida Panel génico o exoma Malformaciones del tronco y el cerebelo Malformaciones asociadas a agiria-paquigiria Principalmente RELN, tubulinopatías, distroglicanopatías Panel génico o exoma Hipoplasia pontocerebelosa Genes de endonucleasas tRNA de splicing, EXOSC3, VRK1, RARS2, CASK (lig a X), PTF1A, trastornos de glicosilación Panel génico o exoma Displasia pontina tegmental en gorra Causa desconocida NA Síndrome de Joubert y otros trastornos con signo del diente molar Genes que codifican proteínas del cilio primordial (ciliopatías) Panel génico o exoma Malformación del componente óseo de la fosa posterior Malformación de Chiari tipo 1 Multifactorial: variantes genéticas (somitogénesis y desarrollo vascular fetal) y ambiental NA *«Variantes de número de copia» se refiere a deleciones o duplicaciones genómicas • CUADRO 183-1 Criterios diagnósticos de la neurofibromatosis tipo 1 (National Institute of Health, NIH, 1988) Dos o más de los siguientes: Seis o más manchas café con leche (> 0,5 cm en niños o > 1,5 cm en adultos) Dos o más neurofibromas o un neurofibroma plexiforme Pecas axilares o inguinales Glioma óptico Dos o más nódulos de Lisch Una displasia ósea (displasia del ala del esfenoides o adelgazamiento de la cortical de huesos largos +/– seudoartrosis) Familiar de primer grado afectado NA: no aplicables en el momento actual en la práctica clínica. El mayor conocimiento de las etiologías y el avance de las técnicas genéticas permitirán probablemente una aplicación clínica en breve. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1456 SECCIÓN XII Neurología enfermedad, incluso cuando todavía no han aparecido manifestaciones suficientes para hacer un diagnóstico clínico. Tratamiento Dependerá de las complicaciones que presenten las distintas manifes- taciones de la enfermedad. Los gliomas sintomáticos de las vías ópticas se tratan con quimioterapia. La radioterapia no es recomendable, por el riesgo de favorecer la malignización y el desarrollo de vasculopatía inducida por la radiación. Complejo esclerosis tuberosa Concepto y etiopatogenia El complejo esclerosis tuberosa (CET) es una enfermedad hereditaria autosómica dominante, por mutación en uno de los genes TSC1 o TSC2. Tiene una frecuencia de 1/6.000. Se caracteriza por desarrollar hamartomas o tumores benignos en el sistema nervioso central, la retina, la piel, el pulmón, el riñón y el corazón principalmente. La formación de tumores en el CET sigue un modelo de doble hit, es decir, el crecimiento del tumor se inicia cuando una célula presenta una mutación en el alelo salvaje de TSC1 o TSC2 (el que no presentaba la mutación inicialmente), lo que provoca una mayor activación de la vía mTOR en un grupo celular. Anatomía patológica Las lesiones cutáneas son de dos tipos: hipopigmentadas (máculas acrómicas, lesiones en confeti) o proliferativas. Entre estas últimas se encuentran los angiofibromas faciales, formados por elementos vasculares y tejido conectivo, y que se distribuyen por nariz, mejillas y mentón; los fibromas ungueales y los colagenomas (o placa chagrín), cuya localización más frecuente es la frente (placa fibrosa cefálica) y la zona lumbar. En el cerebro los pacientes presentan nódulos subependimarios en la zona periventricular y displasias corticales llamadas túberes. Frecuentemente se observan líneas de migración radial en sustancia blanca que unen ambas estructuras y que dibujan el camino de las células mutadas desde su origen en los nódulos de la zona ventricular en su camino hacia el córtex (fig. 183-5). En un 20% de los casos aparece un astrocitoma subependimario de células gigantes, que se produce por un crecimiento progresivo de un nódulo subependimario por encima de 1 cm. Suele ocurrir en la infancia o la adolescencia y es muy raro por encima de los 25 años. En el corazón los pacientes presentan rabdomiomas cardíacos, que frecuentemente son múltiples y aparecen ya en el período prenatal. La mayoría involuciona a partir del nacimiento y raramente son sintomáticos. Los angiomiolipomas pueden aparecer en cualquier órgano, pero predominan a nivel renal. La linfangioleiomiomatosis es una enfermedad pulmonar que apa- rece casi exclusivamente en mujeres, caracterizada por la proliferación de células musculares lisas inmaduras que acaba destruyendo y quis- tificando el parénquima pulmonar. Cuadro clínico Las lesiones cerebrales determinan una disminución de las habilidades cognitivas, que puede oscilar desde una leve afectación hasta una dis- capacidad intelectual profunda y epilepsia, que muy frecuentemente es farmacorresistente. Cuanto más precoz y resistente sea la epilepsia, mayor será el riesgo de presentar un trastorno del espectro autista. Los angiomiolipomas renales pueden provocar una insuficiencia renal o hemorragias agudas, que siguen siendo la causa más frecuente de mortalidad en estos pacientes. La linfangioleiomiomatosis puede llegar a provocar insuficiencia respiratoria.Se ha descrito empeoramiento franco de la lesión pulmo- nar durante el embarazo o con el uso de anticonceptivos. Diagnóstico Los criterios para el diagnóstico de CET se encuentran en el cuadro 183-2. Tratamiento Puesto que las células patológicas en los pacientes con CET presentan una activación de la vía mTOR, los inhibidores de mTOR, como sirolimus (rapamicina) y everolimus, pueden ser útiles como trata- miento de algunas manifestaciones. Su uso ya está reconocido para el tratamiento del astrocitoma subependimario de células gigantes y de los angiomiolipomas renales. También parece que pueden ser útiles en el manejo de otras manifestaciones de la enfermedad, como la epilepsia, la linfangioleiomiomatosis, los angiofibromas faciales o los rabdomiomas cardíacos sintomáticos, aunque se precisan más estudios para generalizar su uso clínico en estas indicaciones. La resección quirúrgica está indicada para los astrocitomas sube- pendimarios de células gigantes sintomáticos de forma aguda y una derivación ventriculoperitoneal puede ser necesaria en estos casos. En caso de tumor asintomático en crecimiento, tanto la resección quirúr- gica como el uso de inhibidores de mTOR son adecuados y la decisión de la opción más adecuada se realizará en cada caso individualmente. El manejo de la epilepsia en el CET es muy parecido al de otras epilepsias focales, aunque con ciertas particularidades, por ejemplo, la excelente respuesta de los espasmos infantiles a la vigabatrina. Algunos pacientes pueden requerir la resección de un foco epileptógeno en caso de epilepsia resistente a tratamiento, aunque, debido a los múltiples túberes, más adelante podría aparecer otro foco farmacorresistente. Los trastornos psiquiátricos, principalmente la depresión y la ansiedad generalizada, son muy frecuentes en esta enfermedad y suelen requerir tra- tamientos como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Otras enfermedades neurocutáneas Existen muchas otras enfermedades que comparten una afectación principal del SNC y la piel, aunque son mucho más raras. Entre ellas encontramos las siguientes. La neurofibromatosis tipo 2, de herencia dominante por mutación en el gen NF2, se caracteriza por schwannomas vestibulares, que pue- den asociarse a otros tumores como schwannomas en otros nervios, meningiomas, gliomas y neurofibromas. El examen oftalmológico permite detectar opacidades lenticulares subcapsulares, que son un criterio diagnóstico de la enfermedad. Figura - Paciente afecto de complejo esclerosis tuberosa por mutación en TSC2. En la RM craneal (axial FLAIR) se observan nódulos subependimarios (flecha), múltiples túberes (puntas de flecha) y un quiste aracnoideo izquierdo (estrella). (Por cortesía del Dr. P. Caruso, Neurorradiología Pediátrica, Massachusetts General Hospital, Boston.) Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org 1457 CAPÍTULO 184 Enfermedades metabólicas y carenciales del sistema nervioso © E ls ev ie r. Fo to co pi ar s in a ut or iz ac ió n es u n de lit o. S E C C IÓ N X II El síndrome de Sturge-Weber asocia un angioma cutáneo de la mitad de la cara (nevus flammeus o en vino de Oporto), con un angioma ipsilateral de cerebro y leptomeninges. Es causado por una mutación en mosaico del gen GNAQ en ectodermo. Suele producir epilepsia focal refractaria y una hemiparesia progresiva. La enfermedad de von Hippel-Lindau es una enfermedad autosó- mica dominante por mutación del gen VHL, que se caracteriza por la aparición de hemangioblastomas cerebelosos y retinianos, quistes y tumores renales, pancreáticos y de otros órganos. La melanosis neurocutánea asocia un nevus gigante, normalmente en tronco, con una infiltración melanoblástica de las leptomeninges del cerebro y la médula espinal. Es un mosaicismo por mutación somática en el codón 61 de NRAS, que provoca la activación de este oncogén. El espectro clínico puede variar desde pacientes asintomáticos hasta retraso del desarrollo, epilepsia o hidrocefalia. El síndrome del nevus sebáceo lineal se caracteriza por un nevus sebáceo congénito, localizado generalmente en cabeza o cuello, que sigue las líneas de Blaschko. Se asocia frecuentemente a malformaciones oculares y/o cerebrales ipsilaterales como hemimegalencefalia, displasias corticales y alteraciones de la sustancia blanca, que condicionan dis- capacidad intelectual, epilepsia y/o trastornos motrices. Se trata de una RASopatía en mosaico, es decir, es causado por una mutación somática activante en un gen de la vía MAPK-RAS (genes HRAS, KRAS, NRAS), la cual promueve el crecimiento celular y está en íntima relación con la vía mTOR. La hipomelanosis de Ito se considera hoy en día un cajón de sastre para varias alteraciones genéticas en mosaico que afectan al ectodermo y, por tanto, a sus posteriores derivados, el SNC y la piel. Suele asociar malformaciones del SNC con trastornos pigmentarios, los cuales fre- cuentemente presentan una distribución siguiendo las líneas de Blaschko. BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL Barkovich AJ, Guerrini R, Kuzniecky RI, Jackson GD, Dobyns WB. A develop- mental and genetic classification for malformations of cortical development: update 2012. Brain J Neurol 2012;135(5):1348-69. Copp AJ, Stanier P, Greene NDE. Neural tube defects: recent advances, unsol- ved questions, and controversies. Lancet Neurol 2013;12(8):799-810. Curatolo P, Bombardieri R, Jozwiak S. Tuberous sclerosis. Lancet 2008; 372(9639):657-68. Doherty D, Millen KJ, Barkovich AJ. Midbrain and hindbrain malforma- tions: advances in clinical diagnosis, imaging, and genetics. Lancet Neurol 2013;12(4):381-93. Hirbe AC, Gutmann DH. Neurofibromatosis type 1: a multidisciplinary approach to care. Lancet Neurol 2014;13(8):834-43. © 2020. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos Enfermedades metabólicas y carenciales del sistema nervioso M. ARIAS GÓMEZ 184 INTRODUCCIÓN Los cuadros de disfunción del SNC producidos por enfermedades sistémicas, estados carenciales e intoxicaciones reciben la denomina- ción general de encefalopatías, de espectro clínico muy amplio que abarca síndromes confusionales que se pueden acompañar de déficits focales, movimientos involuntarios, crisis comiciales y disautonomía. Las encefalopatías agudas constituyen la primera causa de asistencia neurológica inmediata. Hasta el 40% de los ingresados en unidades de cirugía y de cuidados intensivos presentan síndromes confusionales. El delirium es el síndrome confusional agitado, en el que el paciente • CUADRO 183-2 Criterios diagnósticos del complejo esclerosis tuberosa (Consenso Internacional sobre CET, 2012) A. Criterios diagnósticos genéticos La identificación de una mutación patogénica en TSC1 o TSC2 en DNA obtenido de tejido normal (habitualmente linfocitos de sangre periférica) es suficiente para hacer un diagnóstico definitivo de CET. Una mutación patogénica se define como aquella que claramente inactiva la función de las proteínas codificadas por TSC1 y TSC2 (p. ej., una mutación sin sentido o una inserción o deleción que rompa el marco de lectura), que impide la síntesis proteica (p. ej., grandes deleciones genómicas) o una mutación de cambio de sentido cuyo efecto en la función de la proteína ha sido establecida mediante estudios funcionales (www.lovd.nl/TSC1, www.lovd/TSC2 y Hoogeveen-Westerveld et al., 2012 y 2013). Cualquier variante en TSC1 o TSC2 cuyo efecto en la función es menos cierto, no cumple criterio de patogenicidad y no es suficiente para hacer un diagnóstico definitivo de CET. Dado que entre un 10% y un 25% de pacientes afectos de CET tienen estudios mutacionales de TSC1/TSC2 negativos, un resultado normal no excluyeel diagnóstico y no afecta al uso de los criterios clínicos. Diagnóstico definitivo: dos criterios mayores o un criterio mayor y dos menores. Diagnóstico posible: un criterio mayor o dos o más criterios menores. B. Criterios diagnósticos clínicos Criterios mayores 1. Máculas hipocrómicas (tres o más, de al menos 5 mm de diámetro) 2. Angiofibromas faciales (tres o más) o placa fibrosa cefálica 3. Fibromas ungueales (dos o más) 4. Placa chagrín 5. Hamartomas retinianos múltiples 6. Displasias corticalesa 7. Nódulos subependimarios 8. Astrocitoma subependimario de células gigantes 9. Rabdomioma cardíaco 10. Linfangioleiomiomatosisb 11. Angiomiolipomas (dos o más)b Criterios menoresc 1. Lesiones cutáneas hipomelanóticas en confeti (< 5 mm) 2. Hoyuelos múltiples en esmalte dentario (tres o más) 3. Fibromas intraorales (dos o más) 4. Placa acrómica en retina 5. Quistes renales múltiples 6. Hamartoma no renal aEl término displasia cortical incluye los túberes corticales y las líneas de migración radial en sustancia blanca. bCuando estos dos criterios están presentes, contabilizan sólo como un criterio mayor y se requiere la presencia de otros factores de CET para el diagnóstico definitivo. cCambios respecto a criterios diagnósticos previos de 1998: en los criterios revisados de 2012 se eliminaron los criterios menores de pólipos rectales y quistes óseos por su inespecificidad. El antiguo criterio menor de líneas de migración radial en sustancia blanca ha pasado a formar parte del criterio mayor de displasias corticales. Descargado para Anonymous User (n/a) en National Autonomous University of Mexico de ClinicalKey.es por Elsevier en junio 12, 2020. Para uso personal exclusivamente. No se permiten otros usos sin autorización. Copyright ©2020. Elsevier Inc. Todos los derechos reservados. https://booksmedicos.org Push Button0:
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