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Cortical Periostio Esponjosa Canal medular Figura 6-8. Sección transversal de un hueso. De fuera adentro se reconocen el periostio, la capa ósea cortical, el hueso esponjoso y el canal medular. CÉLULA OSTEÓGENA AMBIENTE RICO EN OXÍGENO OSTEOBLASTO AMBIENTE POBRE EN OXÍGENO CONDROBLASTOS PARATHORMONA OSTEOCITO OSTEOCLASTO CONDROCITO Figura 6-9. Componentes del hueso y del cartílago. Influencia del oxígeno, de las hormonas y del calcio en el desarrollo de las estirpes celulares derivadas de las células osteógenas. hueso, b) las epífisis son los extremos del hueso y c) las metáfisis son los puntos donde se unen las epífisis con la diáfisis; su importancia es enorme durante la fase de creci- miento del hueso, ya que se desarrolla desde estos puntos. La osificación completa de las metáfisis significa la finali- zación del crecimiento longitudinal del hueso (y por tanto del individuo). La relación entre los diferentes huesos tiene lugar normalmente en las epífisis en una zona que se deno- mina carilla articular. La zona articular suele estar recu- bierta de tejido cartilaginoso, mucho más liso y elástico, que permite una mayor congruencia y un menor roce con el hueso vecino. Existen protuberancias en los huesos que sirven para las inserciones musculares. Si estas protuberan- cias son alargadas se denominan crestas óseas, pero si son localizadas reciben el nombre de apófisis. En ocasiones las apófisis son de gran tamaño y modifican la forma del hueso. En los huesos cortos y planos no se puede hablar de diáfisis o epífisis, y a las zonas de crecimiento se las denomina puntos de osificación, ya que es allí desde donde el hueso crece y se desarrolla. 6.3.2. Histología ósea En todo hueso se pueden distinguir dos zonas muy dife- rentes (Fig. 6-8). La parte exterior del hueso, muy dura y densa, se denomina cortical y es la que le confiere la resistencia necesaria para su función. La parte interior del hueso no es tan densa (ya que aumentaría mucho el peso del cuerpo), es de tipo poroso y se dispone en forma de trabé- culas. A esta parte interior se la conoce como hueso espon- joso. Recubriendo la cortical existe una membrana muy fina que se denomina periostio. Esta membrana está muy vascu- larizada e inervada y es la responsable de la nutrición y sensibilidad de la capa cortical. En el centro de los huesos largos se puede encontrar una cavidad que carece casi por completo de estructura ósea y que recibe el nombre de cavidad medular. En la cavidad medular de los huesos, al igual que en el hueso esponjoso, existe un «relleno» de células no óseas que recibe el nombre de sustancia medular ósea o simplemente médula ósea. En la médula ósea hay abundante grasa y células hematopoyéticas. Estas células son las precursoras de las células de la sangre: hematíes, leucocitos y plaquetas. En la composición del hueso se puede encontrar, como derivada del tejido conjuntivo, tanto materia celular como materia extracelular (Fig. 6-9). El material extracelular puede ser de tipo orgánico, es decir, fabricado por las células óseas, y está constituido por fibras de colágeno y mucopolisacáridos que dan la forma al hueso. Pero el material extracelular también puede ser de tipo inorgánico, y está constituido por cristales de hidroxiapatita. La hidro- xiapatita [Ca10(PO4)6(OH)2] es una sal rica en calcio y fósforo que se deposita en la materia orgánica y la dota de rigidez. El fósforo y especialmente el calcio se obtienen a partir de la sangre y se depositan en la matriz orgánica por la acción de las células osteoblásticas. Una carencia de calcio se asocia con una calcificación ineficaz de los huesos Parte II. Sistemas de relación 95
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