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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL CUERPO HUMANO (114)

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Cortical
Periostio
Esponjosa
Canal medular
Figura 6-8. Sección transversal de un hueso. De fuera adentro se
reconocen el periostio, la capa ósea cortical, el hueso esponjoso y
el canal medular.
CÉLULA
OSTEÓGENA
AMBIENTE RICO
EN OXÍGENO
OSTEOBLASTO
AMBIENTE
POBRE EN OXÍGENO
CONDROBLASTOS
PARATHORMONA
OSTEOCITO
OSTEOCLASTO
CONDROCITO
Figura 6-9. Componentes del hueso y del cartílago. Influencia del oxígeno, de las hormonas y del calcio en el desarrollo de las estirpes
celulares derivadas de las células osteógenas.
hueso, b) las epífisis son los extremos del hueso y c) las
metáfisis son los puntos donde se unen las epífisis con la
diáfisis; su importancia es enorme durante la fase de creci-
miento del hueso, ya que se desarrolla desde estos puntos.
La osificación completa de las metáfisis significa la finali-
zación del crecimiento longitudinal del hueso (y por tanto
del individuo). La relación entre los diferentes huesos tiene
lugar normalmente en las epífisis en una zona que se deno-
mina carilla articular. La zona articular suele estar recu-
bierta de tejido cartilaginoso, mucho más liso y elástico, que
permite una mayor congruencia y un menor roce con el
hueso vecino. Existen protuberancias en los huesos que
sirven para las inserciones musculares. Si estas protuberan-
cias son alargadas se denominan crestas óseas, pero si son
localizadas reciben el nombre de apófisis. En ocasiones las
apófisis son de gran tamaño y modifican la forma del hueso.
En los huesos cortos y planos no se puede hablar de diáfisis
o epífisis, y a las zonas de crecimiento se las denomina
puntos de osificación, ya que es allí desde donde el hueso
crece y se desarrolla.
6.3.2. Histología ósea
En todo hueso se pueden distinguir dos zonas muy dife-
rentes (Fig. 6-8). La parte exterior del hueso, muy dura y
densa, se denomina cortical y es la que le confiere la
resistencia necesaria para su función. La parte interior del
hueso no es tan densa (ya que aumentaría mucho el peso del
cuerpo), es de tipo poroso y se dispone en forma de trabé-
culas. A esta parte interior se la conoce como hueso espon-
joso. Recubriendo la cortical existe una membrana muy fina
que se denomina periostio. Esta membrana está muy vascu-
larizada e inervada y es la responsable de la nutrición y
sensibilidad de la capa cortical. En el centro de los huesos
largos se puede encontrar una cavidad que carece casi por
completo de estructura ósea y que recibe el nombre de
cavidad medular. En la cavidad medular de los huesos, al
igual que en el hueso esponjoso, existe un «relleno» de
células no óseas que recibe el nombre de sustancia medular
ósea o simplemente médula ósea. En la médula ósea hay
abundante grasa y células hematopoyéticas. Estas células
son las precursoras de las células de la sangre: hematíes,
leucocitos y plaquetas.
En la composición del hueso se puede encontrar, como
derivada del tejido conjuntivo, tanto materia celular como
materia extracelular (Fig. 6-9). El material extracelular
puede ser de tipo orgánico, es decir, fabricado por las
células óseas, y está constituido por fibras de colágeno y
mucopolisacáridos que dan la forma al hueso. Pero el
material extracelular también puede ser de tipo inorgánico,
y está constituido por cristales de hidroxiapatita. La hidro-
xiapatita [Ca10(PO4)6(OH)2] es una sal rica en calcio y
fósforo que se deposita en la materia orgánica y la dota de
rigidez. El fósforo y especialmente el calcio se obtienen a
partir de la sangre y se depositan en la matriz orgánica por
la acción de las células osteoblásticas. Una carencia de
calcio se asocia con una calcificación ineficaz de los huesos
Parte II. Sistemas de relación 95

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