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Por todos estos mecanismos el riñón es el más eficaz regulador del pH de la sangre. Su ventaja sobre los amorti- guadores y el sistema respiratorio es que puede eliminar una mayor cantidad de sustancias ácidas y, si es necesario, tam- bién puede eliminar sustancias básicas. Este mecanismo regulador es muy flexible, ya que a lo largo del día pueden variar la cantidad de productos metabólicos residuales, se- gún los alimentos ingeridos, la cantidad de energía consu- mida o los esfuerzos realizados. Por el contrario, su desven- taja es que actúa de forma continua pero lenta, por lo cual la regulación del pH requiere la intervención de los otros sistemas cuando se producen desequilibrios bruscos e im- portantes en la sangre (véase Cuadro 13-6). 13.8. ALTERACIONES DEL EQUILIBRIO ACIDOBÁSICO Cuando el pH de la sangre se encuentra por debajo de 7 es incompatible con la vida. Los elementos más importantes para el mantenimiento del pH son el ácido carbónico y el bicarbonato sanguíneos, cuya proporción fisiológica es de 1/20. El primero es rápidamente controlado por los pulmo- nes y el segundo es eficazmente controlado por el riñón. Cuando el sistema respiratorio falla se pueden producir las siguientes alteraciones: — Acidosis respiratoria. Se caracteriza por una excesi- va producción de ácido carbónico, que no puede ser eliminado y que se detecta por un incremento de la pCO2 en sangre. Se da en la insuficiencia respiratoria. — Alcalosis respiratoria. Se caracteriza por una excesi- va eliminación de ácido carbónico, que se detecta por un descenso de la pCO2 en la sangre. Cuando la alteración se debe a desequilibrios metabólicos se puede producir: — Acidosis metabólica. Se caracteriza por un incremento de sustancias ácidas en la sangre, que el riñón no puede eliminar, o por la falta de bicarbonato. Se identifica por su nivel de bicarbonato bajo en sangre (valores normales de 25 mmol/L) con un exceso de bases negativo (valores normales de ± 2), y aparece en todas aquellas situaciones en que existe una mala perfusión de las células. — Alcalosis metabólica. Se caracteriza por un exceso de bases en sangre o por la pérdida de ácidos. Se recono- ce por un incremento del bicarbonato en sangre con un exceso de bases positivo. GLOSARIO DE PATOLOGÍA DEL EQUILIBRIO HIDROELECTROLÍTICO Y ACIDOBÁSICO Acetonemia: exceso de acetona en la sangre. Ácido: molécula que en disolución acuosa se disocia y produce iones de hidrógeno. Acidosis: es el descenso del pH de la sangre por debajo de 7.35. Cuando se produce por retención de CO2 se deno- mina acidosis respiratoria. Cuando se produce por reten- ción de sustancias ácidas (cuerpos cetónicos, ácido lácti- co) se denomina acidosis metabólica, y se da en la sepsis, en las descompensaciones diabéticas y en algunos tipos de intoxicaciones. Albuminuria: exceso de albúmina en la orina. Alcalosis: es el aumento del pH de la sangre por encima de 7.45. Cuando se produce por un descenso del CO2 se denomina alcalosis respiratoria. Cuando se produce por la acumulación de sustancias alcalinas (ingestión excesiva de leche) o por pérdida de ácidos (vómitos masivos) se denomina alcalosis metabólica. Amortiguadores: sustancias contenidas en los líquidos cor- porales (ácido carbónico, bicarbonato sódico, hemoglobi- na, proteínas) que evitan los cambios bruscos del pH de la sangre. Anasarca: es un edema generalizado que afecta a toda la superficie corporal. Antiácido: sustancia que neutraliza un ácido. Se utiliza para contrarrestar la hiperacidez gástrica. Base: molécula que en disolución acuosa se disocia y es capaz de aceptar iones de hidrógeno. Buffer: véase amortiguador. Cetosis: acidosis de tipo metabólico atribuida al exceso de cuerpos cetónicos en los líquidos. Se da en las diabetes descompensadas. Deshidratación: es el déficit de agua intra o extracelular. Suele producirse por pérdidas excesivas de agua (hemo- rragias, quemaduras, diarreas, vómitos, poliuria) o por falta de reposición de líquidos. Edema: es la acumulación excesiva de agua en el líquido intersticial (por aporte excesivo de agua o por déficit de proteínas). Produce un incremento del diámetro de las extremidades o de las zonas declives. Se detecta porque queda una fóvea al apretar la zona afectada con un dedo. Hiperhidratación: es el exceso de líquidos intra o extrace- lulares. Suele producirse por administración excesiva de agua (por vía oral o intravenosa). Hiperosmolaridad: es la retención excesiva de electrólitos por un incremento en el aporte de los mismos o por falta de agua (sudación o diarreas profusas, enfermos con diu- réticos o en coma que no tienen sed). Hipoosmolaridad: es la situación de exceso de agua en relación con los electrólitos. Se da cuando hay un incre- mento del aporte de agua o en casos de secreción inade- cuada de hormona antidiurética. Hipoproteinemia: es el déficit de proteínas en la sangre. Puede verse en enfermedades renales o en neoplasias. Conduce a la formación de edemas. pH: es el logaritmo inverso de la concentración de iones hidrógeno de una solución. Proteinuria: es el exceso de proteínas en la orina. Puede llevar a la hipoproteinemia. Suele deberse a afectaciones glomerulares. Sal: molécula que en disolución acuosa se disocia fuerte- mente y produce iones diferentes de los del agua. Tampón: véase amortiguador. 320 Estructura y función del cuerpo humano
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