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INFANCIA Y GUERRA. IMÁGENES, TIEMPOS, MOVIMIENTOS María Teresa Suárez Vaca Óscar Pulido Cortés (coordinadores) INFANCIA Y GUERRA. IMÁGENES, TIEMPOS, MOVIMIENTOS Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia 2021 Infancia y guerra. Imágenes, tiempos, movimientos / Suárez-Vaca, María Teresa; Pulido-Cortés, Óscar. Tunja: Editorial UPTC, 2021. 234 p. ISBN 978-958-660-613-4 ISBN Digital 978-958-660-614-1 1. Infancia. 2. Cine 3. Guerra 4. Conflicto armado 5. Tiempos. (Dewey 107 ). Rector UPTC Óscar Hernán Ramírez Comité Editorial Manuel Humberto Restrepo Domínguez, Ph. D. Enrique Vera López, Ph. D. Yolima Bolívar Suárez, Mg. Sandra Gabriela Numpaque Piracoca, Mg. Óscar Pulido Cortés, Ph. D. Edgar Nelson López López, Mg. Zaida Zarely Ojeda Pérez, Ph. D. Carlos Mauricio Moreno Téllez, Ph. D. Editora en Jefe: Lida Esperanza Riscanevo Espitia, Ph. D. Coordinadora Editorial: Andrea María Numpaque Acosta, Mg. Corrección de Estilo Adán Alberto Ramírez Santos Editorial JOTAMAR S.A.S. Calle 57 No. 3 - 39. Tunja - Boyacá - Colombia. Libro financiado por la Facultad de Ciencias de la Educación. Se permite la reproducción parcial o total, con la autorización expresa de los titulares del derecho de autor. Este libro es registrado en Depósito Legal, según lo establecido en la Ley 44 de 1993, el Decreto 460 de 16 de marzo de 1995, el Decreto 2150 de 1995 y el Decreto 358 de 2000. Libro resultado de investigación con SGI Citar este libro / Cite this book Suárez-Vaca, M., Pulido-Cortés, Ó. (2021) (Coordinadores). Infancia y guerra. Imágenes, tiempos, movimientos. Tunja: Editorial UPTC. https://doi.org/10.19053/9789586606134 Colección de Investigación UPTC N.° 2 Proceso de arbitraje doble ciego Recepción: octubre 2020 Aprobación: mayo 2021 © María Teresa Suárez-Vaca, 2021 © Óscar Pulido-Cortés, 2021 © William Arciniegas-Rodríguez, 2021 © Augusto Bernal-Jiménez, 2021 © Juan Pablo Franky, 2021 © Iván Darío Cruz-Vargas, 2021 © Yenny Tatiana Avellaneda-Avellaneda, 2021 © José Alfredo Malagón-López, 2021 © Liliana Andrea Mariño-Díaz, 2021 © María Helena Rivera-Rivera, 2021 © Sergio Alexander Rincón-Cuevas, 2021 © Lola María Morales-Mora, 2021 © Lizeth Ximena Castro-Patarroyo, 2021 © Juan Guillermo Díaz-Bernal, 2021 © Paola Andrea Lara-Buitrago, 2021 © Manuel Alejandro Ojeda-Suárez, 2021 © Geraldine Juliana Becerra-Daza, 2021 © Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, 2021 Primera Edición, 2021 200 ejemplares (impresos) Infancia y guerra. Imágenes, tiempos, movimientos ISBN 978-958-660-613-4 ISBN Digital 978-958-660-614-1 Editorial UPTC Edificio Administrativo – Piso 4 Avenida Central del Norte 39-115, Tunja, Boyacá comite.editorial@uptc.edu.co www.uptc.edu.co Colección Perspectivas Facultad de Ciencias de la Educación Director de la Colección Dr. Julio Aldemar Gómez Castañeda Decano Sub–Comité de Publicaciones de la Facultad de Ciencias de la Educación Antonio E. de Pedro – Doctor en Historia del Arte Pedro María Argüello García – Doctor en Antropología Rafael Enrique Buitrago Bonilla – Doctor en Educación Musical Claudia Liliana Sánchez Sáenz – Doctora en Educación Diseñador de la Colección: Carolina Solorzano Diseñador del Logo de la Colección: Pedro Alejandro Leguizamón Páez Libro N° 2 Coordinadores y autores: María Teresa Suárez-Vaca Óscar Pulido-Cortés Título: Infancia y guerra. Imágenes, tiempos, movimientos. Imagen de Portada: William Arciniegas - WAR Las opiniones vertidas en los textos son de entera responsabilidad del autor. RESUMEN El libro presenta los resultados del estudio, con intenciones comprensivas, de concepciones de infancia y guerra, sus relaciones e implicaciones en películas de ficción y documentales que abordan la problemática. Infancia y guerra es una conjunción que supera las ficciones. La infancia es y ha sido parte activa de los conflictos armados a través del reclutamiento forzado, violaciones, mutilaciones, prostitución, secuestros, desplazamientos y muerte. El escrito transita escenarios temporales y espaciales de algunos conflictos contemporáneos donde los niños y las niñas son el foco de intervenciones, justificaciones y acciones. El documento final que toma la forma-libro esta organizado en siete capítulos que realizan análisis, comprensiones, sugerencias y posibilidades de acción con este material para el trabajo educativo en la formación de maestros. Los y la invitamos a leer nuestro presente, la infancia y la guerra, de la mano del cine. Palabras clave: Infancia, cine, guerra, Filosofía e Infancia, Conflicto ABSTRACT The book presents the results of one study, with comprehensive intentions, of conceptions of childhood and war, their relationships, and implications in fiction films and documentaries that address the problem. Childhood and war is a conjunction that overcomes fiction. Children have been and are an active part of armed conflict through forced recruitment, rape, mutilation, prostitution, abduction, displacement, and death. The paper explores the temporal and spatial scenarios of some contemporary conflicts in which children are the focus of interventions, justifications, and actions. The final document, which takes the form-book, is organized into seven chapters that carry out analyses, understandings, suggestions, and possibilities of action with this material for educational work in teacher training. We invite you to read our present, childhood and war, with the help of cinema. Key words: Childhood, cinema, war, Childhood and Philosophy, Conflict 9 Contenido SOBRE LOS AUTORES ...............................................................................11 PRÓLOGO. Augusto Bernal Jiménez .....................................................................................17 INTRODUCCIÓN María Teresa Suárez Vaca ...................................................................................31 DE LAS IMÁGENES William Arciniegas Rodríguez ............................................................................37 CAPÍTULO 1. CINE, CONTEXTOS DE GUERRA E INFANCIA Juan Pablo Franky ...............................................................................................43 CAPÍTULO 2. INFANCIA DOMESTICADA EN Y PARA LA GUERRA: PERSPECTIVA DOCUMENTAL María Teresa Suárez Vaca e Iván Darío Cruz Vargas .........................................73 CAPÍTULO 3. PRÁCTICAS DE CUIDADO DE LA VIDA EN CONTEXTOS DE GUERRA Yenny Tatiana Avellaneda Avellaneda y José Alfredo Malagón López ............................................................................113 CAPÍTULO 4. EL CINE Y LOS GESTOS DE LA INFANCIA EN LA GUERRA Liliana Andrea Mariño Díaz, María Helena Rivera Rivera y Sergio Alexander Rincón Cuevas ...................................................................143 10 CAPÍTULO 5. SILENCIO E IMAGINACIÓN: EL ROSTRO DE LA GUERRA EN UNA NIÑA COLOMBIANA Óscar Pulido Cortés, Lola María Morales Mora y Lizeth Ximena Castro Patarroyo ...................................................................171 CAPÍTULO 6. UN ENCUENTRO CON LA INFANCIA DELINEADA EN EL FOTOGRAMA DE LA GUERRA Juan Guillermo Díaz Bernal, Paola Andrea Lara Buitrago, Manuel Alejandro Ojeda Suárez y Geraldine Juliana Becerra Daza ................203 ANEXO 1 .......................................................................................................226 11 William Elías Arciniegas Rodríguez, Docente investigador de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc), Licenciado en artes plásticas y Magíster en Lingüística y Candidato a doctor en Historia y Estudios Humanísticos: Europa, América, Arte y Lenguas en Universidad Pablo de Olavide. Artículos. Encuentro con la Lingüística, la Semiótica y la Enseñanza de Lenguas (2018). La Casa Ajena: el yerro histórico de la Casa “Juan de Castellanos” en Tunja (Colombia) (2017). Libros: CREACIÓN. Investigación y Arte (2020), CREACIÓN Operador en educación. artey lenguaje (2021). https://orcid.org/0000-0003-1320-7839 Iván Darío Cruz Vargas, Docente en la Institución Educativa Luis Hernández de Yopal, Licenciado en Filosofía y Magíster en Educación. Artículos: Comunidad de indagación como ambiente de aprendizaje: una propuesta y una apuesta (2020), Conocimiento didáctico del contenido y enseñanza de la filosofía (2020) Libro: Pensamiento complejo, infancia y educación (2020) Capítulo de libro: El sujeto que aprende: una lectura a partir de la obra de Peter Sloterdijk en el libro Pensar con Sloterdijk. Antropotécnica, ejercicio y educación (2021) https://orcid.org/0000-0003-2060-0081 Sobre los autores 12 José Alfredo Malagón López, Docente investigador de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc). Psicólogo, Magister en educación y Magíster en lingüística. Artículo: Infancias: voces desde la diversidad (2018) Libro: Infancia, lúdica y juego (2018) Capítulo de libro: Discursos en la perspectiva de Filosofía e Infancia en el libro Diagramas y Polifonías Experiencias de Pensamiento (2021) https://orcid.org/0000-0002-4220-8235 María Helena Rivera Rivera, Estudiante de la Licenciatura en Educación física, recreación y deporte de Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc). https://orcid.org/0000-0001-5466-744X Sergio Alexander Rincón Cuevas, Estudiante de la Licenciatura en Educación física, recreación y deporte de Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc). https://orcid.org/0000-0002-2791-1272 Juan Guillermo Díaz Bernal, Docente investigador de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc). Licenciado en Filosofía, Magíster en educación y Doctor en Filosofía. Artículos: La disertación como estrategia para la enseñanza de la filosofía (2021), Construcción y resignificación de prácticas tecnológicas en entornos (2021), Vigilancia tecnológica: Arkangel en fotogramas (2019) Capítulo de libro: El pensamiento sloterdijkiano: entre filosofía y educación en el libro Pensar con Sloterdijk. Antropotécnica, ejercicio y educación (2021) https://orcid.org/0000-0001-8910-820X Manuel Alejandro Ojeda Suárez, Docente en la Institución Educativa Técnica Departamental Tierra de Promisión: Neiva. Licenciado en filosofía y Magíster en educación. Artículo: Conocimiento didáctico del contenido y enseñanza de la filosofía (2020) 13 Capítulo de libro: El sujeto que aprende: una lectura a partir de la obra de Peter Sloterdijk en el libro Pensar con Sloterdijk. Antropotécnica, ejercicio y educación (2021) https://orcid.org/0000-0002-4379-2090 Geraldine Juliana Becerra Daza, Estudiante de la Licenciatura en psicopedagogía con énfasis en asesoría educativa de Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (Uptc). https://orcid.org/0000-0002-6573-0608 Lola María Morales Mora, Docente de la Institución Educativa Técnica Nacionalizada de Samacá. Licenciada en educación preescolar, Magíster en educación y candidata a doctora en ciencias de la educación . Capítulos de los libros: Transitar con la experiencia: para pensar de otros modos en el libro Experiencia, ética y sujeto en el último Foucault (2020). Experienciar los materiales: una apuesta por pensar y recrear los acontecimientos de Filosofía e Infancia en el libro Diagramas y Polifonías. Experiencias de Pensamiento. (2021) https://orcid.org/0000-0002-1268-8303 Yenny Tatiana Avellaneda Avellaneda, Docente investigadora de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Licenciada en psicopedagogía con énfasis en asesoría educativa y magister en educación Artículo: La lectura, gesto inquietante (2021) Capítulo del libro: Discursos en la perspectiva de Filosofía e Infancia en el libro Diagramas y Polifonías (2021) https://orcid.org/0000-0003-2104-7396 Liliana Andrea Mariño Diaz, Docente investigadora de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia. Licenciada en filosofía, magíster en educación, candidata a doctora en ciencias de la educación Artículo: Aproximaciones sobre los discursos y prácticas de la Escuela Activa en Colombia (2020) Libros: Pensando la filosofía: Voces de la infancia (2020), Pensamiento complejo, infancia y educación (2020) 14 Capítulo de libro: Prácticas pedagógicas que constituyen sujetos, saberes e instituciones en la perspectiva de Filosofía e Infancia en el libro Diagramas y Polifonías. Experiencias de Pensamiento (2021) https://orcid.org/0000-0001-8378-8590 Lizeth Ximena Castro Patarroyo, Docente de la Institución Educativa INEM Carlos Arturo Torres Tunja. Licenciada en filosofía y Magíster en educación. Artículo: Conocimiento didáctico del contenido y enseñanza de la filosofía (2020) Libro: Pensamiento Complejo Infancia y Educación (2020) Capítulo de libro: Enseñanza de la filosofía: reflexiones a partir de Peter Sloterdijk en el libro pensar con Sloterdijk antropotécnica ejercicio y educación (2021) https://orcid.org/0000-0003-3799-4558 Paola Andrea Lara Buitrago, Docente de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Licenciada en educación preescolar y Magíster en educación Artículos: Escritura como práctica de sí y escuela rural (2020), Construcción de paz en escuelas rurales desde la perspectiva filosofía e infancia: discursos y prácticas (2021) Libros: Pensamiento complejo, infancia y educación (2020), Una mirada compleja hacia la diversidad (2020) Capítulos de libros: Experienciar los materiales: una apuesta por pensar y recrear los acontecimientos de Filosofía e Infancia en el libro Diagramas y Polifonías. Experiencias de Pensamiento (2021), Aproximaciones a la ética foucaultiana en el libro Experiencia, ética y sujeto en el último Foucault (2020) https://orcid.org/0000-0003-1975-3371 17 Augusto Bernal Jiménez El recuerdo de las nubes de la guerra Un recuerdo sustituye a otro recuerdo, insensiblemente, como el fondo encadenado del cine. Y acapara la verdad. J.-C. Carrière, Para matar el recuerdo El guionista, dramaturgo y escritor francés Jean-Claude Carrière1 inició su recorrido por Para matar el recuerdo: Memorias españolas, con un texto muy particular, no solamente por la memoria de sus recuerdos de infancia, sino porque desde un alejado lugar, a los ocho años, en su colegio ubicado al sur de Francia —en Colombières-sur-Orb, su pueblo natal—, recordaba el inicio de la Segunda Guerra Mundial con la invasión a Polonia. 1 Jean-Claude Carrière, Para matar el recuerdo: Memorias españolas, Barcelona: Lumen, 2011. Prólogo Cuando los niños miran las nubes de la guerra que los adultos les muestran en el cine 18 Augusto Bernal Jiménez Con respecto a su corta edad, se preguntaba: “¿Podíamos saber mis compañeros y yo lo que verdaderamente significaba la palabra guerra? No lo creo. Era algo horrible y monstruoso que nuestros padres ya habían conocido. Una especie de juego de batallas para adultos”2. Sin pensarlo, al llegar a su clase diaria, conoció a dos nuevos compañeros, Antonio y Restituto Mesa, cuyos padres republicanos habían huido de otra guerra recién terminada. Eran perseguidos por las tropas de Franco: “Nos miraban sin hablar, extrañados y cansados. Sin duda alguna, hambrientos. Y perdidos”3. Era el final de la Guerra Civil Española. Para Carrière, como persona y no como guionista, la definición de recuerdo se traduce en su texto como las “trampas sutiles de la memoria, de su propia memoria y la de los demás”4. Una guerra, dónde ocurre y cómo ocurre, siempre será un recuerdo, una puesta en escena o un punto de vista. Si tomáramos lo anterior con sentido específico —si el cine y la interpretación de un guionista como Carrière, su valor de su memoria-recuerdo, se pudieran leer en imágenes, planos y puestas en escena— ¿el recuerdo sería una ficción de la guerra, una idea infantil de la guerra que vivieron sus adultos: familia, padres y abuelos? ¿O simplemente sería un hecho justificado por la imaginación de un niño que ve como adulto?Para definir la guerra, su violencia y sus consecuencias, retomemos lo siguiente: “¿De qué recuerdos puedo separarme sin demasiada pena, sin demasiada tristeza? Aunque sepamos que, de todos modos y a pesar de nuestros esfuerzos, nuestro pasado sigue modificándose y no deja de mentirnos, es imposible hacerlo”5. La controversia persiste y existe. El cine es el ojo del recuerdo. 2 Ibid., 9. 3 Ibid., 11. 4 Ibid., 16. 5 Ibid., 279. 19 Prólogo Un fotógrafo durante la guerra Los espectadores van al cine, aunque el director sea un imbécil. Y. Ozu, Antología de los diarios de Ozu El director japonés Yasujiro Ozu tiene el estilo trascendental oriental, debido a su postura frente a la cultura japonesa y su arte, hasta el punto de ser declarado como el más japonés de los directores por su concepto espiritual zen que muestra en su filmografía con temas románticos y sociales en los cuales destacan los valores de una clase media que vivió los efectos posteriores de la guerra. Su atención hacia la realidad, con un carácter más intuitivo que analítico, lo ubica en un lugar determinante del cine japonés clásico. En septiembre de 1937 fue movilizado para ir al frente de Manchuria. Se integró al batallón de armas químicas como cabo y permaneció en el campo de batalla, donde asumió diferentes roles durante veintidós meses, a diferencia de otras personas de alta alcurnia dentro del imperio japonés a quienes se les destinó la tarea de propaganda. Su interés durante la guerra sino-japonesa contra la China —como lo ratifica en sus diarios de guerra y escritos posteriores— está marcado por ese yo interior de lo espiritual. Junto a ellas [cadáveres de rebeldes y nativos] un bebé que apenas acababa de salir del vientre de su madre jugaba con un saco de pan seco… le manaba sangre de los párpados que se había coagulado en el mentón; su rostro parecía sereno, de tanto como había llorado. El hombre vestido de azul, a su lado parecía su padre. La escena era tan insoportable que, antes de que se echara a llorar, aligeré el paso.6 En el trasfondo de sus diarios de guerra está justificado su yo interior. Con respecto a su cámara de fotografía Leica, dice: […] como sabe, un soldado no puede llevar durante la batalla cosas como una cámara de fotos… Y la sacaba en mis ratos libres cuando estaba de guardia, o me encontraba en la retaguardia… Por 6 Yasujiro Ozu, Antología de los diarios de Ozu, Valencia: Filmoteca de la Generalitat Valenciana, 2008, 98. 20 Augusto Bernal Jiménez eso mi principal preocupación era hacer fotos para mi recuerdo, con la intención no confesada de utilizarlas, tal vez, en un futuro.7 Con lo anterior surgen algunas preguntas técnicas, morales y de oficio que el mismo Ozu se plantea cuando se le pregunta acerca del hecho de lograr buenas fotos de guerra. La primera es qué son la guerra y la violencia para él, en donde muchos factores confluyen y definen un momento: “me he dado cuenta [de] que cuanto más cruenta se vuelve la guerra, menos fiables son las fotografías o las grabaciones de sonido. Las fotografías tienen unos límites intrínsecos”8. Complementa su respuesta en torno a su obra y lo que significó este hecho en su vida y para su cámara Leica modelo A, Elmar 5 cm con número de serie superior al 40 000: “el problema es que esa belleza no suele hacerse patente en el momento que queremos”9. Su entrevistador añade a su paso en la guerra el hecho de ser soldado y fotógrafo con las siguientes palabras: “pero una Leica como esa es un objeto sentimental”10. ¿Cómo se consigue una respuesta a la interpretación de la fotografía y el misterio que esta conlleva? ¿Acaso Ozu se siente más fotógrafo por las circunstancias de la guerra o más cineasta por las formas de rodar? Parte de la respuesta se conoce con su forma de rodar escenas cotidianas como campos de maleza y campesinos de las zonas donde filmaba, hasta que este tipo de escenas van desapareciendo y se vuelven más cotidianas y reales a su cultura. Cuando retrato algo sucio mostrándolo como si fuera limpio estamos mintiendo; pero si lo mostramos como algo excesivamente sucio la mentira se acaba aceptando sin problemas. Ni esto es realista en sí mismo, ni las películas de inspiración comunista son realistas.11 Lo profundo de Ozu en sus escritos es el camino a la conciencia de una gramática de la investigación cinematográfica en otras áreas, ya sean sociales, filosóficas y pedagógicas, cuyo convencimiento es construido 7 Ibid., 99. 8 Ibid., 107. 9 Ibid. 10 Ibid. 11 Ibid., 139. 21 Prólogo gracias a definir una gramática, que en su opinión debe partir de lo real y su finalidad. Yo no creo que exista una gramática del cine. No hay una forma a la que ajustarse. Cuando aparece una película que se distingue de entre las demás, esa película se convierte en gramática. Por eso basta con que la película se haga como uno cree que debe hacerse. Los espectadores lo seguirán.12 La imagen en conflicto Al igual que no hay forma sin formación, no hay imagen sin imaginación. G. Didi-Huberman, Cuando las imágenes tocan lo real En un apartado del libro Cuando las imágenes tocan lo real13, una de las preguntas básicas de Didi-Huberman se centraba en por qué decir que las imágenes podían tocar lo “real”: “No se puede hablar del contacto entre imagen y lo real sin hablar de una especie de incendio. Por lo tanto, no se puede hablar de imágenes sin hablar de cenizas”14. Lo anterior se podría configurar en tres puntos lógicos y útiles, que, según el sentido de la geometría como espacio, lugar y valor, definen un triángulo cuyas características y orden están determinados por el tamaño de sus lados en cuanto a perímetro en equilátero, isósceles y escaleno. Esto cabría en un espacio real. La imagen requiere de otro espacio para ser concebida como real. En el caso concreto de visualizar la guerra y la violencia como imagen real, serían muchos los espacios a trabajar en diferentes actitudes. ¿Qué quisiéramos encontrar? ¿Tal vez la confabulación entre imagen y realidad? ¿O quizás una interpretación filosófica, política y pedagógica del porqué, en términos cinematográficos, al relacionar una imagen cualquiera de un conflicto cualquiera? Puede ser. 12 Ibid., 214. 13 Georges Didi-Huberman, Clément Chéroux y Javier Arnaldo, Cuando las imágenes tocan lo real, Madrid: Círculo de Bellas Artes, 2013. 14 Ibid., 15. 22 Augusto Bernal Jiménez ¿A dónde conduce este comentario si quisiéramos verlo como la confabulación entre la realidad, la interpretación y la puesta en escena, en términos cinematográficos, donde la imagen de un conflicto cualquiera puede ser interpretada y analizada como expresión y forma de lo acaecido? Tomemos una entrevista del filósofo Jean-Luc Nancy15 al director iraní Abbas Kiarostami, quien dice: Cuando uno cuenta una historia, no cuenta solo una historia, y cada espectador, con su propia capacidad imaginativa, entiende una historia. Pero cuando no se dice nada es como si se dijera una multitud de cosas. El poder pasa al espectador. André Gide decía que la importancia estaba en la mirada, no en el sujeto. Y Godard dice que lo que está en la pantalla ya está muerto, es la mirada del espectador lo que le insufla la vida... He leído varias veces su texto, y he pensado que la responsabilidad de ser cineasta es tan grande que prefería no realizar películas.16 ¿Qué realidad adquiere la respuesta de Kiarostami, sobre todo cuando Nancy define que existe una dimensión tanto en el cine Oriente/ Occidente, que no solamente lo ha impresionado en las cintas del iraní, sino en la necesidad de contar historias, al decir que “el cine se pone enfrente de la realidad actual y está ligado al movimiento”17? La respuesta de Kiarostami es aún más determinante frente a la imagen: “Hasta ahora no he podido encontrar una definición de cine. Si se considera que el cine tiene el deber de contar historias, me parece que la novelalo hace mucho mejor”18. La idea que Nancy construye del cine de Kiarostami parte de la definición del gesto, en un sentido básico, al referirse a cómo Kiorastami sustituye las imágenes y los signos por la mirada. O, con más exactitud, no “sustituye”, en el sentido de que no hace desaparecer ni las imágenes ni los signos, sino que moviliza estos últimos hacia la mirada, y la mirada hacia lo real.19 15 Jean-Luc Nancy, La evidencia del filme. El cine de Abbas Kiarostami, Valle del Pas (España): Errata Naturae, 2008. 16 Ibid., 121. 17 Ibid., 24. 18 Ibid., 125-6. 19 Ibid., 82. 23 Prólogo En este aspecto, los puntos determinantes parten de las diferentes relaciones que se dan en su caso específico —como el de otros cineastas— a manera de análisis: la vida y la muerte, sin que sea una oposición; la relación entre lo antiguo y lo moderno, en el caso del cine iraní o de lo clásico frente a lo moderno en términos de la tradición; y la capacidad de representación frente al registro directo —al tomar este último como real—. La violencia, la guerra, la muerte, el martirio y todas sus acepciones son reales como hecho y como cinematografía, de acuerdo con los postulados emitidos por sus respectivos realizadores, quienes a su vez parten de hechos reales para volver real la ficción. Se podría hablar del lamento de las imágenes. Al igual que el fotógrafo, el cineasta nunca ha dejado de pensar en lo real para significarlo y construirlo, ya sea como registro, como enmienda, como postulado o simplemente como actitud artística. La gran pregunta es cómo se puede llegar allí sin crear esa “noción de ausencia”, como lo dice Kiarostami en su entrevista, lo que está en la pantalla es una fotografía que avanza a veinticuatro cuadros por segundo. ¿Qué tiempo puede tener lo real para definir su velocidad? Con respecto a lo anterior, para Nancy, en ¿Dónde está la casa de mi amigo? (1987) y El sabor de las cerezas (1997) de Kiarostami, se producen imágenes que tienen un origen claro, no se sabe de dónde vienen. Los que fueron… reflejo y sombra de unas categorías Hoy nos vemos como en un espejo, confusamente. San Pablo (Epístola a los Corintios 13:13) En su escrito para el libro Cineastas frente al espejo, Font20 hace referencia al término autobiográfico como una cartografía “libérrima”. Si utilizáramos este criterio aplicado a las categorías de cine, infancia y guerra, muy seguramente las imágenes nos conducirían a diferentes planteamientos. 20 Domenèc Font, “A través del espejo: cartografías del yo”, en Cineastas frente al espejo, coordinado por G. Martín, 35-52. Madrid: T&B Editores, 2008. 24 Augusto Bernal Jiménez Nos encontraremos —como el mismo Font lo enuncia— con cineastas que, en cuanto a valores sobre las tres categorías, se van a definir como creadores de motivos —situaciones específicas—, donde lo real tiene un componente de punto de vista. Es su propio yo el que adquiere una razón dentro de ese universo del cine. Por ejemplo, el documental de autor —término moderno y determinante en su temática— del sirio Talal Derki, Of fathers and sons (2017), está marcado conscientemente por su relación con el grupo insurgente —omito el concepto de terrorista, que es más moderno— Al Qaeda. Él busca un “valor de verdad” a partir de un modelo propio, que instauró desde The return to Homs21, cuando el régimen del presidente sirio estaba en un momento crítico. Para lo anterior, recurre al portero de la selección de fútbol de Siria, quien sueña con la libertad y busca el derrocamiento de Bashar al-Ásad. El jugador regresa a su país natal, Siria, y convive con el frente de Al Qaeda, cuyo grupo sirio Al Nusra fue fundado por Abu Osama al-Masri. Este último entrena a sus propios hijos para el combate, en un lugar de este país donde impera, según el director y su entrevistado, “una división interna de los grupos rebeldes”. Allí, a diferencia del documental anterior, los trabajos de imágenes reales como bombardeos en tiempo real o directo son periodísticamente válidos. Así surge la idea de realidad, de realismo como crónica, en este trabajo premiado en Sundance, a diferencia del trabajo del alemán Werner Herzog —cuyo imaginario en la creación lo han convertido en un “outsider del cine documental”—, quien construye obras particulares con una puesta en escena casi perfecta. Nuestro enfoque no es el cine en la primera persona, que se refiere a “la escritura del yo”, sino el interés de los diferentes investigadores que catalogaron, a partir de sus ideas, las distintas cintas que componen un todo respecto a lo que la palabra hace con la imagen. Herzog22 es un antecedente que muestra esa visión 21 Talal Derki, direc., The return to Homs (documental), Proaction Film; Ventana Film-Und Fernsehproduktion, 2013. 22 Werner Herzog y Denis Reichle, direc., La balada del pequeño soldado (documental), Süddeutscher Rundfunk (SDR), 1984. 25 Prólogo retórica de niño-soldado, con los indígenas misquitos, como un modelo de estereotipo por parte de quienes “los entrenan”, en imágenes documentadas sobre una idea de periodismo de denuncia, válido como investigación, cuyo director muestra en singular y plural lo que se está viendo y oyendo, con la banda sonora de La mochila azul de Pedro Fernández, lanzada en 1978. En Pequeñas voces23, los dibujos sirven de entrevista para “mostrar el conflicto” de los desplazados en nuestro país. En los comentarios de los espectadores, se refieren a “niñez robada” y película de “animación para adultos”. Por esto, la frase del documentalista y director Chris Maker, enuncia estas tres categorías, donde se vislumbra tanto el ensayo fílmico, como lo diario y el propio sentido del yo director: “es el proceso de hacer películas en comunión con uno mismo”24. En el proceso de organizar las diferentes cintas que proponen una respuesta al conflicto dentro de las categorías escogidas, estas adquieren una importancia y determinación a partir del conflicto que representan y lo inducen históricamente. El caso concreto de la guerra de los Balcanes es determinante en el cine, por su propuesta estética e histórica del conflicto, marcado por las cintas de Kusturica, gracias, principalmente, a su posición política y su contenido étnico, al ser serbio ortodoxo y musulmán por su padre. En lo político, es cercano con Slobodan Milošević —conocido como el “carnicero de los Balcanes”— y con el escritor y nobel Peter Handke, por su asistencia a las exequias de Milošević. Pero ¿cómo se comportó mi generación antes de Yugoslavia, donde —y aquí tenía razón Glucksmann, uno de los nuevos filósofos— para la gente como nosotros estaba en juego el mundo, aunque de modo completamente distinto de cómo lo estuvo en tiempos de la guerra civil española (allí estaba en juego la Europa real, de un modo paralelo a la cual habría que haber construido el resto de Europa).25 23 Óscar Andrade y Jairo E. Carrillo, direc., Pequeñas voces (película), Cinecolor Films, 2010. 24 Font, “A través del espejo”, 37. 25 Peter Handke, Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Morava y Drina o Justicia para Serbia, Madrid: Alianza, 1996, 132. 26 Augusto Bernal Jiménez El caso de Enclave (2015) se remite a la resistencia de los habitantes de Kosovo, frente a los pocos habitantes serbios radicados allí. Su director, Goran Radovanović —serbio—, recoge las dificultades de los pocos serbios que quedaron luego de la guerra, entrecruzada por la religión y la etnia —albanesa, en específico—, lo que convierte el enclave en “territorio enemigo”. En este sentido, Heridas26 —ópera prima, parte de una trilogía sobre el conflicto armado en Colombia— es un retrato de la estigmatización de un periodo del país que marcó un inicio a la pérdida de la memoria inmediata y el miedo a la realidad. Las demás cintas trabajadas responden a situaciones específicas y determinantes de las categorías expuestas, lo que hace que seancualitativamente relevantes en los distintos capítulos. Por lo anterior, la referencia específica a las obras mencionadas está determinada por su contenido en relación con el tema y su interpretación tanto desde el conflicto que las define como del tema que desarrollan. Referencias Andrade, Óscar y Jairo E. Carrillo, directores, Pequeñas voces (película). Cinecolor Films, 2010. Carrière, Jean-Claude, Para matar el recuerdo: Memorias españolas. Barcelona: Lumen, 2011. Derki, Talal, director, The return to Homs (documental). Proaction Film; Ventana Film-Und Fernsehproduktion, 2013. Derki, Talal, director, Of fathers and sons (documental). Basis Berlin Filmproduktion; Ventana Film, 2017. Didi-Huberman, Georges, Clément Chéroux y Javier Arnaldo, Cuando las imágenes tocan lo real. Madrid: Círculo de Bellas Artes, 2013. Flores, Roberto y Carlos Franco, directores, Heridas (película). Kymera Producciones; Bastidas Producciones, 2006. 26 Roberto Flores P. y Carlos Franco, direc., Heridas (película), Kymera Producciones/Bastidas Producciones, 2006. 27 Prólogo Font, Domenèc, “A través del espejo: cartografías del yo”, en Cineastas frente al espejo, coordinado por G. Martín, 35-52. Madrid: T&B Editores, 2008. Handke, Peter, Un viaje de invierno a los ríos Danubio, Save, Morava y Drina o Justicia para Serbia. Madrid: Alianza editorial, 1996. Herzog, Werner y Denis Reichle, directores, La balada del pequeño soldado [documental]. Süddeutscher Rundfunk (SDR), 1984. Kiarostami, Abbas, ¿Dónde está la casa de mi amigo? (película). Kanun Parvaresh Gekri, 1987. Kiarostami, Abbas, El sabor de las cerezas (película). Abbas Kiarostami Productions, 1997. Nancy, Jean-Luc, La evidencia del filme. El cine de Abbas Kiarostami. Valle del Pas, España: Errata Naturae, 2008. Ozu, Yasujiro, Antología de los diarios de Ozu (ed. Á. Fernández). Valencia: Filmoteca de la Generalitat Valenciana, 2008. Ozu, Yasujiro, La poética de lo cotidiano. Escritos sobre cine. Madrid: Gallo Nero, 2017. Radovanović, Goran, director, Enclave (película). Nama Film, 2015. 31 Introducción María Teresa Suárez Vaca Infancia y guerra es una conjunción que supera las ficciones. En la historia, la infancia es y ha sido parte activa de los conflictos armados a través del reclutamiento forzado, violaciones, mutilaciones, prostitución, secuestros, desplazamientos y muerte. En el proceso investigativo se encontraron muchas producciones artísticas y académicas con voces y lenguajes que señalan abiertamente esta problemática. Las intenciones de denuncia nacen como experiencias de revitalización ética y política. Los enunciados y las polifonías desentrañan los horrores vividos por la infancia cuando hacen parte de las diversas prácticas de guerra. Este libro se une a estas manifestaciones y hace parte de un camino investigativo que se preocupa por comprender la constitución y el enigma de la infancia a través de una serie de discursos cinematográficos que la ubican en condiciones de guerra. Es una apuesta por nuevas lecturas y formas de comprensión de la infancia para pensarla más allá de la vulnerabilidad, la inocencia, la falta de lenguaje o la ingenuidad a la que se le suscribe habitualmente. Acá la infancia se asume como fortaleza, transformación, lucha y resistencia. María Teresa Suárez-Vaca 32 La infancia se ha convertido en uno de los campos de estudio más prolíferos en la producción investigativa y académica, así como en la construcción de políticas públicas. Esta visibilización se debe a las diferentes iniciativas de orden social a las que ha sido sometida, desde la emergencia como concepto en la cultura moderna, hasta las prácticas que privilegian a niños y niñas como reyes de las relaciones sociales contemporáneas, o bien como seres indefensos y vulnerables. Todas estas nuevas formas de concebir la infancia hacen que en este proyecto optemos por comprenderla como un campo de problematización que permite reconocer las transformaciones de las sociedades y del conocimiento en diversas áreas del saber, en especial de la pedagogía y la filosofía. De igual forma, el uso del cine como lenguaje, instrumento de transmisión y constructor de signos y símbolos culturales —que emerge en la modernidad e intenta atrapar la realidad, darle movimiento y dotarla de impacto emocional— invita a ver y a pensar de otro modo, a sentir el mundo y a posibilitar nuevas miradas sobre los sujetos. Asimismo, asumimos la guerra como concepto no solo político, sino también filosófico y pedagógico, que permite vislumbrar posibilidades de transformación en sociedades complejas, tensionadas por la pobreza, por las clases sociales y por los efectos de las relaciones políticas contemporáneas. Leer el encuentro entre infancia y guerra desde presupuestos filosóficos, educativos y cinematográficos conduce a usar el cine no solo como una posibilidad de entretenimiento, sino como forma del pensamiento que produce discursos que impactan sobre las concepciones particulares de colectivos sociales y sujetos. Esta potencia de la imagen movimiento se reafirma en las diversas películas dedicadas a trabajar tanto la infancia, con la infancia y desde la infancia, como la guerra, con la guerra y desde la guerra. Los campos teórico y metodológico de los estudios en infancia reconocen en el cine una forma novedosa del pensamiento que genera formas de comprensión y recomposición de los discursos y de las posibilidades de formación en las sociedades contemporáneas. El cine, que inicialmente no era considerado un componente de análisis en las ciencias sociales y la política por su Introducción 33 actuar, en apariencia no científico, se convierte para las generaciones de la segunda mitad del siglo XX en posibilidad de exploración de fenómenos sociales, políticos y educativos. El estudio es relevante para los campos de la filosofía y la pedagogía, ya que reconoce en el cine una expresión que propicia prácticas y posibilidades educativas y de pensamiento. Teorizar la infancia y la guerra a partir del cine posibilita también nuevas miradas sobre objetos complejos conceptualmente —infancia y guerra—, que son actuales e importantes para la comprensión de las sociedades que están en situación continua de infancia y de guerra —de infancia porque nacen cada día, se renuevan, preguntan, reconocen lo que son y lo que pueden llegar a ser; y de guerra por las desigualdades e injusticias que aún hoy soportan—. Con el entramado metodológico, analizamos cómo la infancia es leída por el cine y cómo el cine es, a su vez, construido y transformado por la infancia. Los discursos cinematográficos corresponden a doce películas seleccionadas, las cuales invitan a los espectadores a reconstruir sus imaginarios y acciones sobre los niños, niñas y adolescentes que viven y participan en la guerra. Para la observación y el análisis, diseñamos una ficha guía, que permitió registrar diversas categorías a partir de escenas, diálogos, imágenes e impresiones de las películas y documentales. En el desarrollo del proyecto, específicamente en el encuentro con las discusiones teóricas, la ficha documentada condujo por diversos caminos y percepciones, ya que los ejercicios de análisis se hicieron de manera libre. Por lo tanto, cada capítulo evidencia una perspectiva metodológica y analítica particular, lo que produjo un texto variado y con diferentes miradas. Después de un breve recorrido hecho por Augusto Bernal Jiménez sobre las categorías que exploramos en este libro —en el prólogo “Cuando los niños miran las nubes de la guerra que los adultos les muestran en el cine”—, presentamos el primer capítulo, “Cine, contextos de guerra e infancia”, escrito por Juan Pablo Franky, investigador externo, invitado como experto para participar en el proyecto. Franky analiza tres películas: Rebelle (Kim Nguyen, 2012), Beasts of no nation (Cary Fukunaga, 2015) y Firstthey killed my father (Angelina Jolie, 2017). María Teresa Suárez-Vaca 34 Metodológicamente, es un análisis descriptivo enfocado en el guion, en los recursos formales cinematográficos que construyen la película y en las nociones de infancia. Presenta un estudio de las primeras secuencias de cada película y rescata puntos de encuentro y desencuentro de los intereses estéticos y de los conceptos de infancia. Examina y resalta el uso del recurso voz over como estrategia que enriquece la narración audiovisual. En este caso, las voces de la infancia narran su propia historia. Cierra su escrito con un análisis de la estructura narrativa usada por Jolie, en relación con la idea de travesía y viaje. El segundo capítulo, “Infancia domesticada en y para la guerra: perspectiva documental”, se considera un acto de contraconducta por parte de los investigadores María Teresa Suárez Vaca e Iván Darío Cruz Vargas, quienes visibilizan, a través de las voces de los actores involucrados en los documentales, las atrocidades, los desplazamientos, los secuestros y los reclutamientos de la infancia. El texto presenta el análisis de tres documentales: Of fathers and sons (Talal Derki, 2017), La balada del pequeño soldado (Werner Herzog y Denis Reichle, 1984) y Pequeñas voces (Óscar Andrade y Jairo Eduardo Carrillo, 2011). El manejo narrativo de las filmaciones que hacen un acercamiento a la realidad es relevante, pues el género documental es en sí mismo una experiencia investigativa que evidencia el conflicto armado y, en este caso, la infame situación que viven niños, niñas y jóvenes en diferentes lugares del mundo cuando son sometidos y vinculados a los horrores de la guerra. A partir del concepto de voz, se analiza el lugar de la infancia. Los adultos reconocen acciones que niegan la infancia y destacan prácticas de ejercitación y adoctrinamiento. En un apartado, más allá de los documentales, por medio de entrevistas, se analiza la voz de los directores y cómo el encuentro con la infancia trasciende en su vida y en sus pensamientos. Finalmente, se exponen de manera literal voces de la infancia, con la pretensión de encontrarnos con ellas, para dialogar y pensar juntos. El tercer capítulo, “Prácticas de cuidado de la vida en contextos de guerra”, Yenny Tatiana Avellaneda y José Alfredo Malagón, a partir de la idea de la infancia como una actitud ante el mundo capaz de sostener y construir sentido aun en las situaciones más dramáticas de la violencia humana, analizan las películas Enclave (Goran Radovanović, Introducción 35 2015) y La tumba de las luciérnagas (Isao Takahata, 1988). Se enfocan en las prácticas de cuidado como expresiones ético-políticas. Este análisis invita a deconstruir, a partir del cine, la imagen de víctima que pesa sobre la infancia en situaciones de guerra y que minoriza sus actitudes y los alcances éticopolíticos, los cuales pueden llevar a la construcción de subjetividades capaces de dominar las situaciones deplorables de los contextos bélicos. En el cuarto capítulo, la imagen-movimiento se presenta como archivo para ser leído y descubrir sus intenciones, relaciones y alcances. En “El cine y los gestos de la infancia en la guerra”, Andrea Mariño, Helena Rivera y Sergio Alexander Rincón presentan una lectura a partir de los gestos de la infancia en condiciones de guerra en las películas Los colores de la montaña (Carlos C. Arbeláez, 2010) y First they killed my father (Angelina Jolie, 2017). A partir de la idea del cine como gesto y de una selección de escenas de las dos películas, abordan expresiones de la infancia bajo tres categorías o rostros: la lúdica, el juego y la imaginación, los cuales son caracterizados como dimensiones o líneas vitales de fuga ante la realidad caótica que establece la atmósfera bélica y que son capturados y destacados por el cine. En el quinto capítulo, “Silencio e imaginación: el rostro de la guerra en una niña colombiana”, los investigadores Óscar Pulido, Lizeth Castro y Lola María Morales analizan la película Heridas (Roberto Flores y Carlos Franco, 2006). Este ejercicio construye relaciones de la filosofía con la infancia en cuanto a potencia. Destacan la pregunta, la incertidumbre y la creación como posibilidades de fuga a través de la imaginación. Reconstruyen metodológicamente la mirada sobre la infancia en el contexto bélico colombiano, a través de lo expuesto en el discurso cinematográfico al explorar las relaciones que constituyen la emergencia de un determinado tipo de sujeto que busca fugarse de las prácticas de guerra. El sexto y último capítulo, “Un encuentro con la infancia delineada en el fotograma de la guerra”, escrito por los investigadores Juan Guillermo Díaz Bernal, Paola Andrea Lara Buitrago, Manuel Alejandro Ojeda Suárez y Geraldine Juliana Becerra Daza, corresponde a la pesquisa sobre la condición de infancia en circunstancias de conflicto a partir del análisis de dos películas: Las tortugas también María Teresa Suárez-Vaca 36 vuelan (Bahman Ghobadi, 2004) e Infancia clandestina (Benjamín Ávila, 2012). Trabajan bajo la noción de logopatía propuesta por Deleuze1 y esquematizada posteriormente por Cabrera2. Parten de un recorrido sobre la imagenmovimiento, el concepto de guerra y sus prácticas en perspectiva filosófica. El análisis relaciona los fotogramas centrados en las categorías infancia y guerra. Finalmente, presentan una elaboración sobre la concepción de infancia referenciada mediante los sentidos, contextos y experiencias y la relación con el cine. Detallan capturas de cámara que recrean momentos de dureza, angustia, tristeza, desamor e inseguridad. En tiempos de tapabocas, hay voces que precisan ser escuchadas. 1 Gilles Deleuze, La imagen-movimiento. Estudios sobre cine 1, Barcelona: Paidós, 1984. 2 Julio Cabrera, Cine: 100 años de filosofía. Una introducción a la filosofía a través del análisis de películas, Barcelona: Gedisa, 2015. 37 William Arciniegas Rodríguez Imágenes que representan sonidos, sonidos que articulados conforman palabras usadas para significar cosas, ideas, conceptos, que a su vez buscan describir el proceso de formulación de imágenes basadas en otras imágenes de otras palabras con las que se analizan nuevas imágenes, esta vez en movimiento, que relatan historias, realidades y ficciones. Signos de signos de signos en una cadena infinita de interpretaciones y reinterpretaciones que se hacen libro, palabra e imagen. Escribir es siempre un reto para el intelecto, pero escribir con imágenes lo es también para el espíritu. Estas breves líneas buscan justo eso: tratar de explicar el propósito y la naturaleza que cumplen las ilustraciones acompañantes de los escritos aquí reunidos sobre imágenes que, como tal, son mucho más que simples imágenes. Estamos inmersos en la imagen, vivimos en una sociedad hiper- iconizada y, hasta cierto punto, somos imagen. Gran parte de nuestra interacción social se da a través de su uso, de su comprensión y, eventualmente, de su regulación; por eso, la idea de escribir sobre ellas es una tarea loable, siempre necesaria y cada vez más urgente en nuestros días, cuando como nunca antes, las imágenes lejos de ser artilugios accesorios son elementos fundamentales para la transmisión y promoción del conocimiento. En este contexto, la labor de ilustrar De las imágenes William Arciniegas-Rodíguez 38 un documento se aleja de la perspectiva decorativa que algunos suelen endilgarle a la imagen, para acercarse al de la reflexión de carácter ontológico que implica tratar de entender el papel de la representación icónica del mundo, ¿acaso la imagen busca replicar la realidad o recrearla? No es una pregunta menor, pues si entendemos que la imagen replica la realidad estaremos asumiendo que su naturaleza es indiscutiblemente mimética, y su vocación la verdad; pero si entendemos que su búsqueda persigue la recreación dela realidad, estaremos aceptando que la realidad es mutable, cuestionable, debatible, dialógica, que puede ser re-creada, que no apunta a la univocidad, que el paradigma no puede ser lo cierto, lo verdadero o lo ‘real’, que la imagen y sus interpretaciones permiten la transformación no sólo de lo que entendemos y de cómo entendemos, sino de la realidad misma, no como una suplantación, ni como una sustitución, sino como una transformación, como una acción, como una creación. En este sentido, toda creación de imágenes se convierte en un acto de transformación, de poder, un acto eminentemente político. ¿Qué decir de imágenes que hablan de fenómenos tan inquietantes como la guerra? Cruel, justa, injusta, terrible, necesaria, inútil, desalmada, inclemente,… ¿ajena? La indiferencia es uno de los motores de la guerra, la injusticia, la corrupción y la muerte, máxime cuando ésta involucra a los infantes, víctimas por excelencia de la barbarie, pues el conflicto no sólo les arrebata lo que tienen, sino les despoja de lo que pueden llegar a ser, del futuro, su principal activo. Porque por cursi que parezca, los niños son ante todo futuro, la esperanza de un mejor mañana, y la guerra les rapta, les roba toda posibilidad de porvenir anclándoles a un pasado heredado y cargado de odios, rencores y avaricias, en la mayoría de los casos desconocidas por los verdaderos actores de la macabra obra. Pero tranquilo amigo lector, estamos bien, permanecemos a distancia segura… ¿o no? La imagen nos brinda esa ilusión. Aquel mundo terrible de la guerra y particularmente su relación con la infancia, tan tristemente cercano, adquiere una dimensión estética gracias al arte –como se evidencia gracias al cine en los ejemplos citados, o a las ilustraciones en estas páginas contenidas–, creando un aislamiento emocional paliativo, suficiente para hacer de aquello intolerable que refería Rancière, algo que invita a ser observado y valorado con distinto baremo. De las imágenes 39 Blanco y negro se intercalan en juegos compositivos que buscan el equilibrio formal de manchas, líneas y siluetas, fondos y formas reconocibles, alusiones a escenas desgarradoras, fotogramas icónicos de obras cinematográficas que con acertado tono re-crean los pasajes de una guerra cada vez más lejana de la bellum latina, y más próxima al horror y al espanto. La ilustración no busca, no pretende, no puede, re-crear un filme, mucho menos representar una imagen fidedigna de la guerra en su monstruosa dimensión. Estas ilustraciones son por tanto, apenas una alusión, un vistazo –dado quizás más con la mente o el espíritu, que con los ojos– a aquel mundo perverso. Son, en suma, una opinión, una declaración –que sin querer valer más que mil palabras– buscan ser, como bien anotaba Sartre “un acto y no una cosa”. Así, los alcances de la imagen son insospechables, toda vez que cada nuevo espectador se convierte en un nuevo lector, en un nuevo intérprete que enriquece su polisemia. Por eso, antes que volver a decir con imágenes lo ya dicho con palabras, las ilustraciones de este documento buscan complementar las reflexiones alcanzadas por los autores del libro, con espíritu colaborativo, y gratitud por la oportunidad de hallar espacios para ser en el mundo, para entablar diálogos con quienes las leen, bajo la premisa de entender el conocimiento como una construcción colectiva, que se transforma con cada mirada, con cada lectura, con cada palabra, con cada imagen. 43 Juan Pablo Franky Si nos remontamos al nacimiento de las naciones, si descendemos hasta nuestra propia época, si examinamos a los pueblos en todas las condiciones posibles, desde el estado de barbarie hasta el de más avanzada civilización, siempre encontramos la guerra. J. de Maistre, Consideraciones sobre Francia Aunque joven, en comparación con otras artes, el cine ha crecido en un entorno de cambios vertiginosos que lo han transformado tanto formal como temáticamente. Nuestra sociedad vive una metamorfosis dinámica y persistente que se ha intensificado en los últimos veinte años, en la cual el cine ha jugado un papel prioritario al momento de presentar la forma en la que vemos y entendemos el mundo. Por lo anterior, resulta fundamental pensar, dialogar, cuestionar y tratar de entender las dinámicas de representación de los discursos audiovisuales a la hora de acercarse a diferentes problemáticas o personajes. Capítulo 1 Cine, contextos de guerra e infancia Juan Pablo Franky 44 La guerra es un tema caro al cine por su espectacularidad y emoción. Ya sea desde la denuncia explícita o desde la propaganda panfletaria, las balas y las explosiones, han sabido abrirse paso en la pantalla grande hasta conformar un género cinematográfico conocido como cine bélico. El cine ha abordado el tema de forma constante y de manera diversa1. Guerras mundiales, guerras civiles, guerras de guerrillas, guerras cibernéticas. Las guerras mutan en forma, pero no en esencia, pues tienen el dolor y la muerte como un común denominador. Por su lado, la infancia le ha servido al cine como una excelente excusa para explorar el legado de la barbarie. Los niños ejemplifican los testimonios de la violencia de la guerra y catalizan los sentimientos de indignación de los espectadores. Así como lo declara Montaña en su tesis sobre cine e infancia en Latinoamérica, “el sufrimiento de los personajes infantiles es percibido generalmente como el indicador de un problema social que va más allá de cualquiera de las penurias de un solo individuo”2. El infante se convierte en la víctima perfecta frente a nuestros ojos. ¿Perfecta para qué? Para tocar las fibras que enarbolan la angustia de cualquier espectador frente a las injusticias sociales y la infamia colectiva. Este escrito pretende abordar la forma como se presenta la infancia en películas circunscritas en contextos de guerra, en donde es común el reclutamiento forzado de menores de edad. Los protagonistas de las tres películas que se analizaron ven cambiar su vida de un momento a otro por la llegada de un ejército rebelde que termina raptándolos y usándolos como actores involuntarios del conflicto. Dos de las películas que se analizaron se desarrollan en África: Rebelle (2012), dirigida por Kim Nguyen y Beasts of no nation (2015), dirigida por Cary Joji Fukunaga; mientras la tercera, First they killed my father (2017), dirigida por Angelina Jolie, se desarrolla en Camboya durante la llegada al poder del Partido Comunista de Kampuchea. 1 Por nombrar algunas películas: La gran ilusión (Jean Renoir, 1937), Senderos de gloria (Stanley Kubrick, 1957), La infancia de Iván (Andréi Tarskovsky, 1962), Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979), Ran (Akira Kurosawa, 1985), Vals con Bashir (Bridgit Folman, 2008). 2 Francisco Montaña, “Cine-infancia e historia en Latinoamérica” (Tesis de doctorado en arte y arquitectura, Universidad Nacional de Colombia, 2006), 40. Capítulo 1. Cine, contextos de guerra e infancia 45 Este capítulo presenta un análisis descriptivo enfocado en el guion, los recursos formales cinematográficos que construyen la película y las nociones de infancia que estos reproducen. En primer lugar, se analizarán los comienzos de cada una de las películas, para encontrar puntos en común y diferencias que desentrañen los intereses estéticos de las películas y los conceptos de infancia que cada obra presenta. En segunda instancia, se examinará el uso del recurso voz over3 en las películas Rebelle y Beasts of no nation, para desentramar la idoneidad de este recurso a la hora de enriquecer la narración audiovisual, de condensar información y de presentarnos a un infante que narra su propia historia. Por último, se analizará la estructura narrativa de First they killed my father para ver la transformación del personaje principal y la pertinencia de la idea de travesía y viaje en los infantes que viven laguerra. Lenguaje cinematográfico para ingresar al mundo de la guerra De acuerdo con una expresión que tiene arraigo popular, “la primera impresión es lo que cuenta”. Más allá de sus alcances y de su certeza científica, lo importante es que hay algo vital e importante en los primeros encuentros. Si se extrapola a las películas, normalmente los primeros minutos le dejan claro al espectador varias cosas. No solamente funcionan como la introducción que ubica al espectador espacio temporalmente, presenta a los personajes y anuncia el conflicto que han de vivir, sino que, además, es el momento en que el director muestra la forma como ha de abordar la historia, cuáles serán sus decisiones formales, sus métodos narrativos, los riesgos a tomar o las seguridades que prefiere mantener a la hora de contar lo que cuenta. Algunas veces el inicio de una película se convierte para el espectador en la promesa de una maravillosa experiencia que no resulta ser tal con el 3 El voz over es una herramienta cinematográfica que existe cuando determinados “enunciados orales vehiculan cualquier porción del relato, pronunciados por un locutor invisible, situados en un espacio y en un tiempo que no sean los que se presentan simultáneamente a las imágenes que vemos en la pantalla”. [Kozloff citada en André Gaudreault y François Jost, El relato cinematográfico: cine y narratología, Barcelona: Paidós, 1995, 82]. Juan Pablo Franky 46 pasar de los minutos; o, al contrario, puede generar una gran decepción que, al terminar la película, se convierte en una grata sorpresa. Más allá de que al público le guste o no esta primera impresión, en ella podemos encontrar información capital que se debe tener en cuenta a la hora de abordar el análisis de una película. A continuación, se describe y se comenta el comienzo de cada una de las películas que se analizan en este capítulo. First they killed my father (2017) Antes de que la película comience no se presenta su nombre, ni el de la directora o de los actores, sino un lacónico letrero escrito en camboyano que reza: “Basado en una historia verdadera”. Este anuncio predispone al espectador de manera sensible frente a lo que verá. Es casi una advertencia: lo que se contará sucedió en la vida real, aunque haya sido ficcionalizado para los efectos de la película. A continuación aparece el subtítulo en la película: “Una hija de Camboya recuerda”. Este funciona como una invitación al espectador a tener un compromiso mayor con lo que ve, pues invoca el aval de la memoria y, además, hace que una mujer funja como la “representante” de una nación. La primera imagen de la película es un paisaje verde con algunas flores de loto acompañadas por el canto de unos pájaros. De este bucólico cuadro se pasa a la imagen televisiva de Richard Nixon, quien habla sobre Camboya, sus habitantes y su posición neutral frente a la guerra. Sin embargo, una decisión formal convierte la simple alocución televisiva de un presidente estadounidense en un señalamiento ingenioso, ya que cuando aparece Nixon suena de fondo Sympathy for the devil de The Rolling Stones, canción que en su letra presenta al demonio. La relación se hace evidente, pero al mismo tiempo sutil. Y es que la introducción de la película comprime de forma magistral, mediante imágenes de archivo4 y algunos comentarios, el contexto histórico en el que se sitúa la película y, de paso, la responsabilidad de Estados Unidos en el conflicto armado camboyano. 4 Se conocen como imágenes de archivo a aquellas que no son filmadas para la película, sino que son extraídas de algún archivo público o privado. La mayoría de las veces estas imágenes sirven para presentarnos el pasado. Capítulo 1. Cine, contextos de guerra e infancia 47 Después de presentar una breve clase de historia, la película se ubica cronológicamente con un letrero: “abril 1975”, mientras la cámara recorre en un plano secuencia5 el pasillo de una casa con muebles de la época, amplia e iluminada, para terminar su recorrido frente a un televisor. En la pantalla se refleja la imagen de una niña pequeña, con lo que se hace evidente que el movimiento de cámara es un plano subjetivo6. Es significativo que la primera imagen que se ve de la protagonista sea un reflejo: una niña que se presenta inmersa en imágenes y anuncios de guerra que no entiende. Se ve perdida entre discursos mediáticos, mirándose a sí misma en un momento de plena posibilidad del ser, pero cercada por un futuro que la rodea amenazante, aunque ella aún no lo sepa. A continuación, la cámara reanuda su recorrido hasta llegar a un balcón en donde la niña se trepa en una baranda y estira su mano buscando tocar un helicóptero que vuela por encima de la casa, un gesto mínimo de libertad que ofrece un momento de bienestar personal e inocencia, hasta que su madre la llama por su nombre: Loung Ung. En la siguiente escena, todos sus hermanos comparten risas mientras bailan en la sala de la casa. La unión familiar se hace evidente entre gestos de alegría, la presencia de la madre y la llegada del padre, a quien Loung Ung saluda con un gran abrazo. Se presenta una última cena en familia que refuerza la noción de vínculos familiares fuertes antes de la llegada de los Jemeres Rojos a la ciudad, quienes fuerzan a todos los habitantes a salir de sus casas y a vivir en una zona rural controlada por comunistas. A este lamentable periplo la película le dedicará más de veinte minutos, por todas las implicaciones que conlleva tanto para la protagonista como para su familia: la violencia del desarraigo, la impotencia frente a la situación, la locura de semejante empresa y el miedo latente de la muerte. 5 “Plano secuencia: es la filmación de un plano o toma con la duración de una secuencia. El espacio es su único valor; el tiempo es real, continuo sin posibilidad de abreviación” [Luis Campos Martínez, Lo cinematográfico como expresión, Bogotá: Ediciones Paulinas, 1975, 25]. 6 Plano subjetivo: cuando la cámara sustituye exactamente la mirada del personaje y nos presenta aquello que este ve. Puede ser mediante un plano fijo o en movimiento. Juan Pablo Franky 48 Beasts of no nation (2015) Al tiempo que se presentan los logos de las productoras de la película, suena de fondo la algarabía de unos niños jugando. La dicha justa y contenida que conlleva lo lúdico es una invitación a entrar en un mundo y una actividad que caracteriza a la infancia. Aparecen los créditos de la película y se reafirman sensaciones infantiles. Estos se escriben en la pantalla con una tipografía que emula las pinceladas y las manchas que la acuarela deja en una hoja en blanco cuando los niños están aprendiendo a pintar. Colores no faltan: azul, verde, naranja, amarillo. Aunque no son vivos y exhiben la sobriedad de los tonos pastel, son colores y en su variedad se hace visible de nuevo lo lúdico, ahora acompañado por un cántico que bien podría ser un juego de palmas o la canción que se entona cuando los niños se juntan para saltar lazo. El último título es el de la película, que se escribe con letras grandes saturadas de rojo. Un rojo alerta que de forma paradójica se contrapone al tono de la presentación y anuncia la entrada a un mundo en riesgo, a un espacio que terminará gestando unas bestias sin nación. La primera imagen es la de unos niños tomados de la mano que se mueven en círculos en una ronda. Otros están jugando fútbol cerca de ellos. Lo curioso es que esta primera mirada al mundo de la película será desde la pantalla de un televisor. Es decir, la cámara está ubicada dentro del televisor observando a los niños jugar. Los espectadores quedan ubicados como si fueran la pantalla chica mirando a la realidad, observando al espacio donde pasan las cosas. Un movimiento de cámara hacia atrás saca la imagen lentamente del televisor y ofrece un panorama más amplio. Se puede plantear que es una invitación a salir de la televisióny ver el mundo tal como es. Aparecen en cuadro dos niños parados junto al televisor, o más bien, junto al cascarón de un televisor que carece de pantalla. Uno de los niños es Agu, quien será el protagonista de la película y al mismo tiempo el narrador. Su voz explicará que su país está en guerra, por lo que los niños no van al colegio y deben buscar formas para distraerse. En las siguientes escenas presentan la vida diaria de Agu: la unión de su familia, las bromas que hace a su hermano, su tiempo en la iglesia, sus actividades domésticas. En suma, nos introducirán a un mundo que Capítulo 1. Cine, contextos de guerra e infancia 49 al llegar la guerra deja de existir por completo y que se encontraba en armonía a pesar de la precariedad y el poco dinero. Su padre se presenta como un hombre preocupado por su hijo, interesado por el bien social, mientras su madre cuida el hogar y comparte tiempo con su retoño. De las tres películas, será la que más le dedicará tiempo a presentar el mundo del protagonista antes de la llegada de la guerra. Rebelle (2012) Sobre un fondo negro aparece en letras grandes y blancas el título de la película: Rebelle. El título no está acompañado por música, sino por el sonido ambiente de un paisaje en el que el viento mece la cebada. Es un comienzo seco, impersonal, en donde no se quiere comunicar nada más allá del nombre de la película. A diferencia de Beasts of no nation, el título de esta película dice: “no necesitas saber más, vamos directo a los hechos”. Luego aparecen unas viviendas humildes hechas con materiales de desecho, ocupadas por gente a la espera. Estas son presentadas con planos cerrados y fijos sobre las edificaciones. Sus habitantes recorren un lugar carenciado, lo que la sabiduría popular llamaría “olvidado de la mano de Dios”. No hay movimiento, no hay risas, reina la precariedad y un reciclaje ingenioso. Una niña de espaldas juega sola con unos palos; es Komona, la protagonista de la película. No solo quien vive la historia, sino quien la narra. Sentada mientras su madre le hace unas trenzas, su voz expresa la necesidad de contar cómo llegó a ser una rebelde. El sosiego que reina en el lugar se ve alterado por el arribo de un grupo insurgente que llega en canoas motorizadas a atacar el pueblo. La tranquilidad de los planos fijos acompañados del silencio del ambiente se ve violentada por la cámara en mano, que persigue de cerca el desembarco de los asesinos que aterrorizan a la población entre gritos y disparos. En los primeros cinco minutos, la película presenta de forma estridente la violencia con la que la protagonista entrará a ser parte de una milicia, para convertirse en un personaje activo de un conflicto que le es ajeno. En medio de la vorágine de la violencia aparece un letrero en blanco sobre fondo negro que informa que Komona tiene doce años. Luego, la niña, mientras mira al suelo y está asustada, es abordada por un hombre que la obliga a matar a su padre y a su madre, Juan Pablo Franky 50 quienes están de rodillas frente a ella. Es esta especie de bautismo, este acto cruel e irracional, el que convertirá a Komona en una rebelde más mientras llora frente al sinsentido de la guerra, luego de vivir de modo extremo cómo la violencia configura su carácter7. El rostro de Komona en primer plano deja entrever lágrimas que cubren sus ojos mientras observa cómo otros niños son maltratados y raptados para acrecentar las filas de la milicia. No puede hablar, no grita. El ambiente se enrarece a escala sonora con una especie de vacío. La ausencia de sonido ambiente genera la atmósfera de una pesadilla mientras los asesinos huyen del pueblo con los niños en las canoas. Vemos el pueblo olvidado a lo lejos. Introducción: antes de la guerra Al entrelazar los comienzos de las tres películas se encuentra un común denominador. Ninguna empieza con el protagonista inmerso en la guerra. Las tres, aunque en diferentes grados, parten de un mundo estable al que llega una fuerza disruptiva que lo desestabiliza. En el caso de Beasts of no nation y First they killed my father, se presenta cuidadosamente el mundo idílico de la familia. Los personajes tienen hermanos y ríen con ellos. Hay lazos familiares fuertes y un espacio de seguridad que han de perder y al que desearán volver. La travesía de los protagonistas estará marcada por el recuerdo de este mundo que desaparecerá al llegar la guerra y al perder a sus progenitores, lo cual gesta de la misma forma la idea latente de la nostalgia por el pasado que ya no existe y la necesidad de una nueva estabilidad. Las dos películas se toman su tiempo para demostrar la cercanía e intimidad que hay en las familias y la importancia del núcleo familiar en el día a día. 7 Esta forma de introducir a los infantes en la guerra es sistemática, según el informe de las repercusiones de los conflictos armados sobre los niños de las Naciones Unidas: La participación cada vez mayor de los jóvenes en actos de extrema violencia les quita sensibilidad ante el sufrimiento. En varios casos, los jóvenes han sido expuestos deliberadamente a escenas de horror. Esa experiencia hace que les resulte más fácil cometer actos violentos y pueda contribuir a su aislamiento de la sociedad. [Graça Machel, “Repercusiones de los conflictos armados sobre los niños”, ONU, 1996, 20]. Capítulo 1. Cine, contextos de guerra e infancia 51 En Rebelle se entra a la guerra sin anestesia. En los primeros minutos no se ve cómo vivía la protagonista antes del asalto al pueblo; solo la imagen de poca duración que muestra a la madre de Komona haciéndole trenzas. No se percibe una familia amplia; solamente la estructura básica de padre, madre e hija. Sin embargo, la protagonista debe asesinar a sus padres, acto traumático que movilizará el arco narrativo de la película y dejará a la niña a la deriva, entregada desde el comienzo al mundo de la guerra. Estas infancias se presentan y se construyen en relación con sus progenitores. En las tres películas hay planos en los que el cariño materno o paterno se hace evidente mediante un abrazo o una mirada cómplice. Antes de llegar la guerra no se presenta una infancia complicada. En realidad, se enmarca entre el juego, la familia y el paso del tiempo que experimenta el mundo. Narración oral: la voz y el monólogo interior El cine narra visualmente. Las imágenes cuentan historias cuando los rostros expresan estados de ánimo, los colores generan sentimientos y el clima robustece las pasiones. Sin embargo, el cine es un arte audiovisual y puede servirse del recurso voz over para enriquecer la historia mediante una narrativa oral sobrepuesta a las imágenes. Voz over es una voz emitida por alguien que no aparece directamente en pantalla. Esta voz puede informar, describir, reflexionar, contextualizar o ironizar sobre acontecimientos, pensamientos o recuerdos, ya sean de los personajes de la película o del narrador. Quien narra puede ser parte o no de la historia. Sin embargo, frecuentemente se usa un protagonistanarrador, quien contará su propia historia. Muchos directores aborrecen este recurso. Creen que la imagen debe valerse por sí sola para narrar, mientras otros son grandes maestros de esta herramienta y logran sacarle provecho de manera ingeniosa8. Aunque sus alcances son variados, la mayoría de las veces se usa para 8 Sobre la discusión entre la imagen y las palabras, el lector puede remitirse al texto de Sarah Kozloff, “Algunas cuestiones sobre el mostrar y el decir”, Cinema Comparat/ive Cinema, vol. 1, n.° 3, 2013. Juan Pablo Franky 52 presentar un monólogo de algún personaje o ampliar la información que se brinda sobre la historia. Muchas veces será el personaje-narrador a quien se escucha. La película First they killed my father no utiliza este recurso. Nada se cuenta por fuera de lo que muestran las imágenes. Más allá del título del inicio —que informaque la película está basada en un hecho real— y de un texto final donde resumen con cifras el horror de la guerra, toda la información que ofrece la película está en sus imágenes. La pequeña Loung Ung no comenta desde un futuro lejano su historia, ni hace reflexiones sobre la guerra, ni complementa situaciones que vivió con comentarios. Aunque estén basados en las memorias de la protagonista, sus recuerdos se nos presentan de forma visual, no hablada. En Rebelle y Beasts of no nation los protagonistas narran su propia historia de forma descriptiva y clara, lo cual hace que los relatos estén notoriamente focalizados sobre los personajes infantiles. Komona, la protagonista de Rebelle, es el epítome de la resiliencia y la lucha, un ejemplo de tenacidad inclaudicable. Es ella quien narra su historia desde un momento que no podemos determinar con exactitud cronológica. Solo sabemos que comienza su narración antes del parto de su hijo, es decir, después de que fuera raptada por segunda vez y ultrajada por el comandante de los rebeldes. Para ser claros, en realidad ella no está narrando la historia al público, sino que el destinatario será su hijo que aún no ha nacido. Le habla porque quiere hacerlo partícipe de cómo ella se convirtió en soldado y de lo que vivió antes de su llegada al mundo. Lo hace también como una forma para exorcizar sus pecados, al tratar de dilucidar el horror que ha vivido. Podemos tomar una escena para ver cómo la técnica voz over enriquece la historia narrada. Cuando llegan al campamento de los rebeldes, Komona cuenta que tenía que recoger unas piedras negras que llaman coltán. Narra cómo torturaron y mataron a un rebelde por robar algunas. Dice que ella no sabe qué hacen con el coltán, pero cree que es muy importante para que vayan a la guerra por culpa de una piedra. Mientras se escucha el relato oral, el relato visual muestra personas que cargan bultos, separan la tierra de las piedras de coltán y cargan una Capítulo 1. Cine, contextos de guerra e infancia 53 camioneta con la mercancía. Se puede pensar que no es necesario narrar oralmente que están sacando de la tierra coltán, ya que es lo que se ve en las imágenes, pero la narración va más allá de lo que las imágenes muestran. El personaje-narrador hace un comentario que demuestra su inocencia y desconocimiento del mundo de los adultos. Komona es ajena a las dinámicas que movilizan la guerra. Desconoce las razones por las que se llevan a cabo los asesinatos y la lucha. Va saliendo de un mundo para entrar a otro. Infiere ideas de lo que vive, como que esas piedras negras deben valer mucho para que la gente se mate por ellas. La pérdida de infancia comienza a hacerse evidente. Poco a poco descubre un mundo que le es ajeno. Por otro lado, el director se sirve del recurso voz over para evitar ser explícito al mostrar la violencia, pues al narrar oralmente la tortura y asesinato del ladrón de coltán, suma atrocidades que vio y vivió Komona sin necesidad de mostrarlas en la pantalla. Dicho recurso también funciona como un amplificador de lo narrado, pues genera una especie de economía narrativa al brindar dos narraciones simultáneas, como cuando Komona entra a ser parte del grupo insurgente. Ha sido raptada y comienza a vivir la guerra desde el bando de los rebeldes. En una escena se le ve caminar junto a otros personajes por un sendero en medio de la selva. Carga en su espalda un costal. Agotada, cae en la mitad del camino y un rebelde la levanta golpeándola con un palo. Al tiempo su voz comenta que tenía que trabajar duro y luchar contra los soldados del gobierno porque, si no lo hacía, la golpeaban. Tenía que aprender a llorar para adentro para que no la vieran sollozando. Cuando quería llorar debía ir corriendo al bosque para que nadie la viera. La escena narra visual y oralmente cómo la maltratan, pero además presenta dos situaciones en una: primero, cómo cae agotada y maltratada en imágenes; y, al mismo tiempo, expone oralmente que debía esconderse para evitar ser vista llorando. El nuevo contexto transformará a Komona en una asesina impertérrita. Sin embargo, tendrá que aprender a esconder sus emociones y no mostrar debilidad para sobrevivir. A la fuerza, va entendiendo dinámicas antes inexistentes en su vida, enmarcadas en un sistema violento con sus propios códigos y reglas. Juan Pablo Franky 54 La narración oral en este caso proporciona información importante sobre la protagonista que no ofrece la narración visual. Un ejemplo sería la relación de Komona con Dios. En un momento cuenta que todos los días le ora para no odiar a su hijo, por haberlo concebido en medio de la guerra al ser obligada a ser la mujer del comandante. Al comienzo de la película confiesa que no sabe si Dios le dará la fuerza para amar a la criatura que lleva en su vientre. Han matado a su esposo, ha quedado huérfana, ha sido ultrajada. Su lucha es solitaria y Dios es su único salvavidas para mantenerse a flote. El recurso voz over de Beasts of no nation, al igual que el de Rebelle, es también la voz de un personaje-narrador. El protagonista, Agu, cuenta su vida. En este caso la narración va dirigida al espectador. Es una voz que está en presente, acompaña los hechos, opina sobre lo que va pasando y añade información sobre el contexto. Al igual que Komona, Agu se comunica con Dios. De hecho, realiza una plegaria después de ser separado de su madre: “Dios, cierro los ojos. Ha llegado la estación de lluvias a mi aldea. Veo el suelo. Desaparece bajo mis pies. No hay nada seguro y todo cambia constantemente”. Este rezo bien podría llamarse: la incertidumbre. Es un indicador de que a partir de este momento cualquier cosa puede pasar. La guerra entra en la vida de Agu. Matan a su familia, se pierde en la selva, lo capturan y lo obligan a ser parte de un grupo insurgente, hasta que llega el momento del que parece no haber vuelta a atrás: el asesinato. Arrebatar la vida a otro ser humano es abrir el camino a la deshumanización. Agu sabe que no está bien y al hacerlo vuelve a dirigirse al cielo: “Dios, he matado a un hombre. Es el peor pecado, pero también he mentido. Es lo que tenemos que hacer”. En un momento en donde la vorágine de la violencia lo desacomoda, pregunta: “¿Dios, estás viendo lo que estamos haciendo?”. Su relación con Dios habla también de su relación con él mismo. Cada intervención hacia lo divino expresa el lugar en el que se encuentra Agu. Primero, le habla a un amigo al sentir la incertidumbre cerca, luego se confiesa por sus pecados, para después casi cuestionar su existencia al preguntarle si realmente ve lo que hacen sus criaturas en sus dominios. La última vez que nombrará a Dios ya no será para Capítulo 1. Cine, contextos de guerra e infancia 55 dirigirse a él, sino para hacer evidente la llegada de Agu al nihilismo mismo. En el peor momento de los rebeldes, sin comida, ni municiones, ni un destino claro, la voz de Agu se dirigirá a su madre: Ahora solo puedo hablar contigo porque Dios ya no me escucha. Tu canción me da fuerzas para moverme y no tener que seguir pensando… quiero tumbarme en el suelo cálido con los ojos cerrados y sentir el olor del barro. Estos diálogos constantes con Dios pueden verse como pasajes de un recorrido existencial que desemboca en la conclusión de la infancia. Al final de la película los rebeldes se entregan, cansados del sinsentido de su resistencia. En un momento, Agu está sentado frente a una mujer que hace de consejera o asistente social. Él la ve con desprecio y la increpa, diciéndole que no le gusta que lo vean a la cara. Ella le contesta preguntándole: “Si miro a la mesa, ¿cómo vamos a hablar?”. Y continúa pronunciando palabras, pero ya no se escuchan, aunque mueve sus labios. Agu la ve, pero no la oye. Pronuncia un último monólogo interno: Amy cree que no hablo nunca porque no me sé expresar, como un bebé, pero no soy un bebé,
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