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nes reales de cada individuo, si bien su capacidad amorti- guadora no es tan eficaz como en personas normotensas. Por último, los barorreceptores desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la PA en la parte supe- rior del cuerpo durante los cambios posturales. Cuando una persona está tumbada y se incorpora bruscamente, la PA en la cabeza tiende a disminuir, de forma que de mane- ra instantánea se produce una cierta disminución del apor- te de sangre a la cabeza. Este descenso momentáneo de la PA es registrado por los barorreceptores carotídeos, que inmediatamente envían señales al centro de regulación car- diovascular, el cual produce una descarga simpática que tiende a elevar la PA y a compensar la caída en el momen- to de incorporarse. Reflejo quimiorreceptor Además del reflejo mediado por los barorreceptores, existe un reflejo mediado por quimiorreceptores que, aun- que su función principal está en relación con el control de la respiración, también participa en la regulación nerviosa de la PA. Los quimiorreceptores son células sensibles a la disminución de la presión parcial de oxígeno (PO2), al aumento de la presión parcial de dióxido de carbono (PCO2) o a la disminución del pH (aumento de hidroge- niones) de la sangre. Existen quimiorreceptores centrales en las mismas regiones donde se localizan las áreas que componen el centro de control cardiovascular en el bulbo y la protuberancia, cuya misión es el control de la respira- ción a nivel central. Los quimiorreceptores periféricos se encuentran situados en zonas próximas a los barorrecepto- res en los cuerpos aórticos y carotídeos. Su estimulación produce una señal que circula por los nervios de Hering y vagos hasta el centro de control cardiovascular bulbar. Como los barorreceptores periféricos están situados en una localización de elevada perfusión sanguínea, cuando se produce una disminución de la PA por debajo de 70 mm Hg se produce una disminución del riego en los cuerpos aórticos y carotídeos, de manera que los quimiorreceptores detectan una menor disponibilidad de O2 y exceso de CO2 e hidrogeniones. Estos estímulos producen un aumento de la ventilación pulmonar y, además, las señales que se transmiten al centro de regulación cardiovascular provo- can una respuesta vasoconstrictora que contribuye a elevar la PA. Si la presión cae a niveles aún más bajos o se pro- duce una grave hipoxia (descenso de la PO2) o hipercapnia (aumento de la PCO2), la respuesta vascular se acompaña de un aumento de la frecuencia cardíaca, mediada proba- blemente por la estimulación de los quimiorreceptores centrales. Respuesta isquémica central La respuesta isquémica central se produce cuando el flujo sanguíneo al tronco encefálico es lo suficientemente bajo como para producir isquemia cerebral. En esta situa- ción, que puede ser debida a una caída de la PA por deba- jo de 50 mm Hg, los mecanismos de regulación nerviosa de la PA mediados por los reflejos barorreceptor y qui- miorreceptor, y por los receptores de baja presión, son ineficaces para elevar la PA y la perfusión de las áreas isquémicas. Cuando se produce la isquemia de las áreas del centro de regulación cardiovascular, las propias neuro- nas que las componen se estimulan mucho y provocan una elevadísima respuesta simpática que incrementa la resis- tencia periférica y la frecuencia cardíaca hasta niveles R E G U L A C I Ó N D E L A P R E S I Ó N A R T E R I A L 557 Presión arterial (mm Hg) R es pu es ta d el b ar or re ce pt or 80 125 6 5 4 3 2 1 Figura 42.3. Respuesta de los barorreceptores a cambios de la presión arterial. Presión arterial Presión arterial Activación reflejo Respuesta RespuestaActivación reflejo Contractilidad Frecuencia cardíaca Capacitancia vascular Resistencias periféricas Resistencias periféricas Capacitancia vascular Frecuencia cardiaca Contractilidad Figura 42.4. Respuestas barorreflejas que se producen ante cambios de la presión arterial.
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