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sido puesto de manifiesto en numerosas pruebas experi- mentales y clínicas. Por ejemplo, el deterioro de la función excretora renal se acompaña, en un plazo prolongado, de un aumento de la PA. El aumento de volumen circulatorio como consecuencia de una transfusión sanguínea produce un aumento de la PA; pasado un cierto tiempo, si los siste- mas renales de control del volumen extracelular funcionan correctamente, se producirá un aumento de la excreción de líquido, con el consiguiente descenso del volumen circu- lante y de la PA. Cuando la presión de perfusión renal se eleva experimentalmente por encima de valores normales, se produce como respuesta un aumento de la excreción de líquido por el riñón mediante el llamado mecanismo de diuresis de presión (Fig. 42.5). De manera similar, cuando tiene lugar una elevación de la PA, se produce el consi- guiente aumento de la presión de perfusión renal, que ori- gina un aumento de la diuresis y la disminución del volumen circulatorio; éste provoca el descenso del gasto cardíaco y, por tanto, de la PA, que regresará a niveles basales. El fenómeno opuesto también es aplicable. Si se produce una caída prolongada de la PA (por debajo de 50 mm Hg), prácticamente no se excreta orina, lo que ayuda a mantener el gasto cardíaco y la PA. Todos estos meca- nismos son relativamente lentos y actúan en un período de tiempo largo. El proceso de diuresis de presión es complejo y en él participan diversos mecanismos y agentes vasoactivos (véanse los Capítulos de Fisiología renal). Así el aumento de la PA y la presión de perfusión renal produce: 1) un pequeño aumento de la filtración glomerular (que está autorregulada), 2) una disminución de la reabsorción tubu- lar de agua, 3) una disminución de la secreción renal de renina y, por consiguiente, una disminución de la actividad del sistema renina angiotensina que tiene acción presora y antinatriurética. Todo ello conduce a un aumento de la excreción de líquido extracelular y a una reducción de la PA hacia valores basales. EFECTOS DE LOS SISTEMAS HUMORALES SOBRE LA PRESIÓN ARTERIAL Probablemente, en un sentido estricto no se puede hablar de una auténtica regulación humoral de la PA, sino más bien de los efectos que diversos factores y agentes humorales ejercen sobre la PA a través de sus acciones sobre el tono vasomotor. La integración de las acciones de los diversos agentes vasoactivos ejerce efectos netos que tienden a elevar o disminuir la PA. Las acciones de estos sistemas pueden durar desde segundos hasta meses, es decir, no se puede hablar, en un sentido ajustado, de un tiempo o período de respuesta determinado. Dichas accio- nes se ejercen a dos niveles: sobre las resistencias periféri- cas y por medio de acciones sobre la función renal que tienen consecuencias sobre la volemia y el gasto cardíaco. Los agentes humorales vasoactivos que afectan a la PA son los mismos que se mencionaron en el Capitulo 41 al ana- lizar la regulación humoral de la circulación. Entre los agentes que tienden a elevar la PA, el sistema renina-angiotensina y las catecolaminas adrenomedulares son los principales factores. El sistema renina-angiotensi- na es el principal sistema vasoconstrictor y retenedor de sodio y agua a través de las acciones de su principal efec- tor, la angiotensina II. Cuando se produce una activación simpática o una reducción del flujo sanguíneo renal aumenta la secreción de renina por el aparato yuxtaglome- rular, lo cual produce una elevación de la producción de angiotensina I y el paso de ésta a angiotensina II. El papel regulador del sistema renina-angiotensina renal parece ser especialmente relevante en situaciones de disminución importante del volumen sanguíneo, como sucede en la hemorragia o en la deshidratación. Como se menciona en el Capítulo 29, existen sistemas renina-angiotensina loca- les, y entre ellos es especialmente importante el vascular. La angiotensina II formada en la pared vascular contribu- ye a elevar las resistencias periféricas, y a largo plazo es un factor de crecimiento de los miocitos de la media; todo ello contribuye a una elevación mantenida de las resisten- cias periféricas. Las catecolaminas son secretadas por la médula suprarrenal en respuesta al estrés o como consecuencia de la activación simpática generalizada en el ejercicio o ante un descenso brusco de la PA. Producen un aumento de la frecuencia cardíaca y del gasto cardíaco, y contribuyen a la elevación de la resistencia periférica. A nivel renal, tan- to la activación de los nervios simpáticos renales como las propias catecolaminas producen modificaciones de la hemodinámica intrarrenal, que conducen a la retención de sodio y a la estimulación del sistema renina-angiotensina por estimulación de los receptores en la arteriola aferen- R E G U L A C I Ó N D E L A P R E S I Ó N A R T E R I A L 559 Eyección Presión arterial (mm Hg) 50 100 150 200 Tasa de filtración glom erular El im in ac ió n de o ri na Figura 42.5. Diuresis de presión. Aumenta la excreción de ori- na cuando aumenta la presión arterial, aunque se mantiene la tasa de filtración glomerular.
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