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El control del FSCt, especialmente a través de las anastomosis arteriovenosas, está regulado por el centro termorregulador del hipotálamo anterior. La aplicación directa de frío en esta región produce vasoconstricción cutánea, mientras que el aumento de la temperatura pro- duce vasodilatación y aumento de la sudoración. Los ter- morreceptores cutáneos también pueden modificar el FSCt, bien a través de reflejos espinales o del centro ter- morregulador. Éste además coordina el FSCt durante el ejercicio físico. En reposo, el tono vascular cutáneo es alto y el FSCt es bajo. Al comienzo de un ejercicio físico, la actividad simpática aumenta y reduce aún más el FSCt, lo que permite desplazar la sangre hacia los músculos que trabajan, pero a medida que el ejercicio físico va incre- mentando la temperatura corporal se produce una vasodi- latación progresivamente mayor de los vasos cutáneos que facilita la pérdida de calor corporal, a pesar del aumento del tono simpático existente. El centro hipotalámico y los centros vasomotores simpáticos localizados en el bulbo raquídeo del tronco encefálico también controlan el tono de los vasos cutáneos de la cabeza, el cuello y los hom- bros, lo que permite explicar cómo las emociones modifi- can el FSCt. Así, la vasodilatación cutánea y el sonrojo producidos en situaciones de ira o de vergüenza, y la pali- dez y el sudor frío producidos en situaciones de miedo o ansiedad, parecen asociarse, respectivamente, a la inhibi- ción o estimulación de las fibras nerviosas simpáticas de estas zonas corporales. La activación de los barorreceptores aórticos y carotí- deos producida por un aumento de la presión arterial redu- ce el tono simpático y aumenta el FSCt, mientras que cuando disminuye la presión arterial, o tras una hemorra- gia o al realizar cambios posturales (ponerse en pie) dis- minuye la actividad de dichos receptores, aumentando el tono simpático vasoconstrictor cutáneo como parte de una respuesta vasoconstrictora general. En algunas personas se puede observar un marcado aumento del tono simpático vasoconstrictor local, al exponer las extremidades a bajas temperaturas. En estas circunstancias, el frío puede producir un intenso vasoes- pasmo que reduce el FSCt por debajo de las necesidades mínimas metabólicas. Ello produce palidez, cianosis y dolor isquémico agudo, que va seguido, al cabo de unos minutos, de una hiperemia reactiva que produce un enro- jecimiento intenso de las extremidades. Este cuadro, denominado enfermedad de Raynaud, puede llegar a producir de forma crónica lesiones tróficas e incluso gan- grena de los dedos. El aumento excesivo del tono simpá- tico vasoconstrictor puede tratarse administrando fármacos vasodilatadores (p. ej., dihidropiridinas antago- nistas del calcio). Regulación metabólica. Cuando se ocluye durante un corto período de tiempo una arteria cutánea, y luego se desocluye, aparece la típica hiperemia reactiva, que aumenta el FSCt por encima de sus valores habituales. Ello indica que durante la isquemia se acumula alguna sus- tancia que sería responsable de la vasodilatación de los vasos de resistencia. Respuestas vasculares de la piel Cuando se presiona ligeramente la piel con un objeto romo aparece al cabo de 15-20 s una zona de palidez que marca el camino por el que pasó dicho objeto. Esta reac- ción es debida a la vasoconstricción arteriolar, ya que per- siste tras la compresión de los vasos de mayor calibre. Cuando se aplica un estímulo presor de mayor inten- sidad en la piel, se produce una triple respuesta: a) en el lugar de contacto aparece de forma inmediata (5-15 s) una línea roja, que desaparece gradualmente y que es debida a una vasodilatación directa venular y capilar en respuesta a la presión; b) al cabo de unos 15-30 s aparece una zona de enrojecimiento que se extiende a una distancia variable (1- 10 cm), que es debida a un reflejo axónico local, que pro- duce vasodilatación arteriolar y venular y que requiere que los nervios sensitivos estén intactos; c) finalmente, al cabo de 1-3 min aparece un edema local, de 1-2 mm de altura, que es debido a un incremento de la permeabilidad capilar secundario a la liberación de histamina por las células cebadas. En individuos susceptibles, la estimulación de la piel con una uña o un lápiz, produce un edema que sigue la dirección del trazado; a este fenómeno se le denomina dermografismo positivo. CIRCULACIÓN ESPLÁCNICA Un 25-30% del volumen minuto cardíaco (850 mL/min) irriga, a través de las arterias celíacas y mesen- téricas, el estómago, el intestino, el páncreas y el bazo. La sangre venosa de estos órganos drena en el sistema veno- so portal y, a su través, en el hígado; la sangre venosa hepática, a su vez, drena a través de las venas hepáticas en la vena cava inferior. Puesto que todos estos vasos reciben una inervación común a través de los nervios simpáticos esplácnicos, se habla de circulación esplácnica. La circu- lación esplácnica no sólo transporta los nutrientes que han sido absorbidos en el tracto digestivo, sino que desempe- ña un importante papel como reservorio sanguíneo, que ayuda a mantener el retorno venoso y el volumen minuto cardíaco. Circulación gastrointestinal Se realiza a través de las arterias celíacas y mesenté- ricas, que establecen numerosas anastomosis entre sí, lo que reduce las consecuencias de la isquemia intestinal tras oclusión de una o más ramas. El flujo gastrointestinal está controlado por factores metabólicos y nerviosos. Control metabólico. El flujo gastrointestinal está regulado por la PaO2, que al disminuir reduce las resisten- cias vasculares y restaura el aporte de O2, y por la activi- dad metabólica, incrementándose hasta 2 veces durante las 3 horas que siguen a una comida, momento en que el flu- jo puede llegar hasta 200 mL/min/100 g (2.2-2.5 L/min). El flujo de la mucosa es superior al del resto de la pared 578 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A C A R D I O VA S C U L A R
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