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aunque se distinguen los bronquiolos respiratorios, los conductos alveolares y los sacos alveolares. Los bronquio- los respiratorios constituyen una región transicional, pues en su pared se combinan elementos bronquiales (superficie mucosa y músculo) y epitelio alveolar. Los conductos alveolares pueden considerarse como bronquiolos con paredes totalmente alveolarizadas, y se distinguen de los sacos alveolares en que en estos últimos ya no existen más divisiones. El diámetro de las vías aéreas disminuye de forma sis- temática hasta, aproximadamente, la 16ª generación. A partir de la 17ª generación, los diámetros varían muy poco con cada división. Por el contrario, la sección total de la vía aérea aumenta con cada generación, pasando de un área de unos 2.5 cm2 en la tráquea, a un área superior a 1 m2 en la 23ª generación (Fig. 45.3). Este diseño favorece el movimiento del aire, dado que al aumentar progresiva- mente la sección total en las porciones distales de la vía aérea, la resistencia al flujo aéreo es mínima. En la vía aérea de conducción el avance del aire es debido al movimiento convectivo de sus moléculas, en el que éstas se desplazan de forma ordenada y rápida, siguiendo el eje de los bronquios por los que discurren. En las regiones periféricas, el aire inspirado avanza merced a un mecanismo de difusión molecular. En esta zona, la lon- gitud a recorrer es tan reducida, inferior a los 5 mm, que el aire inspirado alcanza las paredes de los sacos alveolares con gran celeridad. Al igual que ocurre con la sección total, el volumen de la vía aérea se dispone principalmente en las regiones ter- minales. Así, la vía de conducción tiene un volumen total aproximado de unos 150 mL, mientras que el volumen de la zona respiratoria supera los 3 L. Estructura de la pared de la vía aérea La vía aérea superior está tapizada por dos tipos de epitelio. La fosa nasal anterior, la orofaringe, la laringofa- ringe y la región superior de la laringe se encuentran tapi- zadas por epitelio escamoso estratificado no ciliado. La vía nasal principal, la nasofaringe y la región inferior de la laringe se encuentran tapizadas por epitelio columnar pseudoestratificado ciliado. En el árbol traqueobronquial la estructura de la pared está compuesta de tres capas principales: mucosa, múscu- lo liso y tejido conectivo. Los elementos que constituyen la pared de la vía aérea van cambiando a lo largo de ésta, transformándose progresivamente desde la tráquea al epi- telio alveolar. La mucosa está formada por una lámina epitelial y otra de tejido conectivo. La lámina epitelial se compone de células columnares pseudoestratificadas ciliadas y células glandulares, productoras de moco. A lo largo del árbol bronquial la lámina epitelial disminuye de grosor. También varían el número y la disposición de las células glandula- res. En la tráquea y los grandes bronquios, las células glan- dulares se agrupan en acinos, formando las glándulas bronquiales, que se sitúan en el tejido conectivo o lámina propia y se comunican con la superficie bronquial a través de conductos. En los bronquiolos, el moco es secretado por las células caliciformes, que se entremezclan con las células epiteliales. Las glándulas bronquiales son numero- sas en los bronquios de mediano tamaño y desaparecen en los bronquiolos terminales, mientras que las células calici- formes se extienden hasta éstos. Las glándulas bronquiales producen la mayor parte del moco que cubre la superficie epitelial (unos 10 mL al día) y se encuentran inervadas por fibras nerviosas parasimpáticas, dependientes del nervio vago. La viscosidad de la capa mucosa aumenta progresi- vamente, condicionando la existencia de dos fases distin- tas: 1) la fase sol, fluida y adyacente a la superficie epitelial y 2) la fase gel, más viscosa y adyacente a la superficie interna de la luz bronquial. En condiciones nor- males los cilios se mueven de una forma ondulante en el interior de la fase sol, a una frecuencia de unas 1500 veces por minuto. Este movimiento propele la fase gel a una velocidad de unos 2 cm por minuto, favoreciendo la expul- sión al exterior de las partículas que se encuentran en la superficie epitelial. La capa muscular está formada por haces de músculo liso, que se extienden desde los grandes bronquios hasta los bronquiolos respiratorios. Los haces musculares tienen un curso oblicuo y forman entrecruzamientos alrededor de la capa epitelial, por lo que su contracción origina el estre- chamiento de la luz bronquial. En la zona respiratoria de la E S T R U C T U R A Y F U N C I Ó N D E L A PA R AT O R E S P I R AT O R I O 589 10 102 103 104 cm2 20 4 6 8 10 12 14 16 18 20 Generaciones 23 Figura 45.3. Sección total de la vía aérea (cm2) en cada una de las generaciones. Obsérvese que la sección total aumenta de forma notable a partir de la 14.a generación. (Tomado de E. R. Weibel, Morphometry of the human lung.)
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