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tisular con la aparición de complicaciones graves en dis- tintos órganos y tejidos. Los mecanismos por los que habitualmente distintas enfermedades pueden ser causa de hipoxemia o insufi- ciencia respiratoria son básicamente cuatro: la hipoventi- lación, las alteraciones de la ventilación-perfusión, el shunt (cortocircuito) y las alteraciones de la difusión alve- olocapilar. La hipoventilación se produce cuando el siste- ma respiratorio es incapaz de generar un volumen minuto adecuado. Invariablemente existe hipercapnia y el gradien- te alveoloarterial de oxígeno suele ser normal. El trata- miento debe dirigirse a mejorar la ventilación con el uso de equipos de ventilación mecánica. La administración únicamente de oxígeno puede ser perjudicial al aumentar la hipoventilación por depresión del estímulo ventilatorio (quimiorreceptores periféricos). Las alteraciones de la ventilación-perfusión son la causa más frecuente de insuficiencia respiratoria. Pueden cursar con y sin hipercapnia, y el gradiente alvéolo arterial de O2 suele estar elevado. La administración de oxígeno puede aumentar la PaO2 de forma eficaz. La insuficiencia respiratoria es debida a shunt cuando existe paso de sangre a la circulación sistémica sin que sea oxigenada en el pulmón. La disminución de la PaO2 en estos casos no responde a la administración de oxígeno. Finalmente, las alteraciones de la difusión alveolocapilar son una causa poco frecuente de insuficiencia respiratoria (fibrosis y enfermedades del intersticio pulmonar) que suele corregirse con oxigenoterapia. ASPECTOS FISIOLÓGICOS DE LA VENTILACIÓN MECÁNICA La ventilación mecánica es el procedimiento por el cual se suple la función ventilatoria del pulmón cuando éste, en el contexto de diferentes situaciones patológicas, es incapaz de asegurar un volumen minuto adecuado. Según sea el acceso a la vía aérea se distingue entre ventilación mecánica invasiva cuando el acceso es a través de un tubo endotraqueal o traqueostomía, o no invasiva cuando el acceso se realiza a través de máscaras nasales o faciales. En general se distinguen dos tipos de ventiladores, los de presión negativa y los de presión positiva. El ejemplo característico de ventilador de presión negativa es el pul- món de acero. Este ventilador consiste en un tanque en el interior del cual se introduce al paciente excepto su cabe- za, sellándose el paso de aire a nivel del cuello por medio de un collar flexible. Al aplicar una presión negativa en el interior del tanque se consigue la expansión de la caja torá- cica y por tanto una inspiración; al cesar dicha presión negativa, o al aplicar una presión positiva, se consigue la espiración. El volumen de aire inspirado estará en función de la presión aplicada y de la frecuencia respiratoria pro- gramada. Su uso en la actualidad es muy limitado. Los ventiladores de presión positiva se caracterizan por generar un gradiente de presión contrario al que se produce durante una respiración normal (véase Capítulo 46). Dicho gradiente de presión puede administrarse pro- gramando una presión predeterminada durante un tiempo prefijado (ventilador ciclado por presión) o mediante la administración de un volumen corriente (ventilador cicla- do por volumen). En el primer caso el volumen corriente es variable, mientras que en el segundo lo que varía es la presión en la vía aérea y en el pulmón. La aplicación de ventilación mecánica en un paciente tiene una serie de consecuencias a nivel pulmonar y car- diocirculatorio, y en la función renal, hepática y gastroin- testinal. A nivel pulmonar, el aumento de presión generado por el respirador se transmite a los alvéolos y genera un aumento de la presión transpulmonar. Esta acción facilita la inflación pulmonar, mejora la ventilación y disminuye la carga de trabajo muscular, secundariamente mejora el intercambio gaseoso corrigiendo parcialmente la hipoxe- mia y la acidosis. Además, el aumento de presión alveolar puede abrir atelectasias generadas por la respiración super- ficial y rápida, característica de los estados de insuficien- cia respiratoria aguda, mejorando la distensibilidad pulmonar. Finalmente, la administración de una presión positiva espiratoria (PEEP) puede contrarrestar una even- tual presión espiratoria intrínseca secundaria a hiperinfla- ción dinámica, y de esta forma disminuir la carga elástica que se impone a los músculos respiratorios antes de iniciar el ciclo respiratorio. El efecto más importante que se produce a nivel car- diocirculatorio en pacientes con ventilación mecánica es una disminución del retorno venoso secundaria al aumento de presión intrapleural durante la inspiración. Esta dismi- nución del retorno venoso puede ocasionar habitualmente una disminución del gasto cardíaco con marcada hipoten- sión, hechos que pueden mejorarse con la administración de líquidos endovenosos. La disminución del gasto cardía- co ocasiona en estos pacientes alteraciones en la función renal, hepática y gastrointestinal, con congestión esplácni- ca al alterarse el gradiente de retorno venoso. ASPECTOS FISIOLÓGICOS DE ANOMALÍAS PULMONARES ESPECÍFICAS Hiperrespuesta bronquial Se entiende por hiperrespuesta bronquial (HRB) la constricción exagerada de la vía aérea frente a diversos estímulos ambientales. Habitualmente es un fenómeno multifactorial con varios mecanismos favorecedores (como son, el daño epitelial, las alteraciones del músculo liso y las alteraciones del sistema nervioso autónomo) que se asocia a múltiples enfermedades que afectan al sistema respirato- rio (Tabla 54.1). Sin embargo, es importante conocer que aproximadamente entre un 10 y un 15% de la población general puede presentar HRB sin enfermedad de base. La HRB se manifiesta como una obstrucción variable y reversible al flujo aéreo que ocasiona en el paciente sín- tomas como tos, tirantez torácica, sibilantes y/o disnea. La espirometría forzada puede revelar su presencia al demos- F I S I O L O G Í A A P L I C A D A D E L A R E S P I R A C I Ó N 677
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