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FISIOLOGÍA HUMANA-745

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ESTRUCTURA FUNCIONAL DEL
HÍGADO
El estudio de la estructura del hígado muestra que este
órgano está preparado para facilitar los intercambios meta-
bólicos entre la sangre de los sinusoides y las células hepá-
ticas. Éstas están dispuestas de forma que gran parte de su
superficie está en estrecho contacto con la sangre (Fig.
59.1A). Los hepatocitos se disponen ordenadamente for-
mando tabiques (trabéculas) entre los cuales se sitúan los
sinusoides. Dos de las seis caras que poseen las células
hepáticas se orientan directamente hacia los sinusoides.
Son las denominadas paredes basales (Fig. 59.1B).
Entre esos tabiques celulares circula la sangre que lle-
ga al hígado por la porta y por las arterias hepáticas. Para
que las células hepáticas puedan tomar de la sangre todo lo
que necesitan es preciso que entre ellas y la sangre se
interpongan pocas barreras. Por ello, las paredes de los
sinusoides son muy finas y carecen de membrana basal.
Las células endoteliales que los recubren están reducidas a
una fina lámina formada por sus membranas plasmáticas y
en las que existen algunas fenestraciones. En lugar de por
membrana basal, los sinusoides están rodeados sólo por
algunas fibras aisladas de reticulina. Entre los sinusoides y
las paredes de los hepatocitos se sitúa el espacio de Disse.
Gracias a esas características estructurales, es posible el
paso, no sólo de pequeñas moléculas, sino también de pro-
teínas e incluso de quilomicrones.
En las paredes basales de las células hepáticas y sus
extensiones laterales intercelulares (paredes laterales) se
sitúan numerosos receptores (de glucoproteínas, inmuno-
globulina A, asialoproteína, insulina, glucagón, etc.) y pro-
teínas transportadoras que son esenciales para que puedan
pasar a las células los metabolitos que llegan con la sangre
sinusoidal. En estas membranas hay una Na+/K+-ATPasa
que extrae tres Na+ de las células y los intercambia por dos
K+ de la sangre, que los envía al interior de los hepatocitos
(Fig. 59.2). De esta forma se crea un potencial negativo
intracelular de -40 mV y un gradiente de sodio (concentra-
ción intracelular de sodio de 15 mM). Este gradiente fuer-
za la difusión pasiva de otras sustancias al interior de las
células. La función del transportador NTCP (Na/taurocho-
late co-transporting polypeptide, polipéptido cotransporta-
dor de Na+/taurocolato) de la membrana basolateral se ve
favorecida por el gradiente de sodio generado por esa
ATPasa. Este transportador es esencial para el paso de sales
biliares conjugadas a las células. La familia de transporta-
dores OATP (organic anion transporting polypeptides,
polipéptidos transportadores de aniones orgánicos) [OATP,
OATP2, OATP-B, OATP8]) interviene en el paso a las 
células de un gran número de aniones orgánicos (sales
biliares no conjugadas, esteroides, eicosanoides, digoxina y
otros fármacos, bilirrubina) con independencia del trans-
porte de sodio. Este transportador se encuentra acoplado a
la salida de los hepatocitos de CO3H
- o de GSH. La entra-
da en los hepatocitos de pequeños cationes orgánicos (fár-
macos, colina, neurotransmisores monoamínicos, etc.) está
facilitada por el transportador OCT1 (organic cation trans-
porter, transportador de cationes orgánicos). Finalmente,
los OAT (organic anionic transporters, transportadores de
aniones orgánicos) transportan salicilatos, análogos nucle-
ósidos y para-aminohipurato.
Entre las caras laterales de las células hepáticas que en
las trabéculas no están orientadas hacia los sinusoides,
existe un espacio de calibre reducido (0.75-1.50 �m),
denominado canalículo biliar, que representa el inicio de
la vía biliar (Figs. 59.1B y 59.1C). Sus paredes plegadas y
con algunas vellosidades están formadas por las membra-
nas de las células entre las que se sitúa. Este espacio está
cerrado herméticamente y aislado del espacio intercelular
y del espacio de Disse por una estructura compleja que se
denomina complejo de unión. En él se pueden identificar
cuatro componentes, pero el más importante son las unio-
nes estrechas (tight junctions, zonula occludens) (Fig.
59.1C). En éstas se han identificados varias proteínas
(ocludina, claudina) que se unen a las homólogas de las
células vecinas y a otras presentes en el citoplasma hepa-
tocitario (ZO-1, ZO-2, zone occludens). Las uniones estre-
chas son electronegativas, por lo que impiden el paso de
aniones orgánicos y proteínas, pero permiten el del agua,
pequeños cationes y parcialmente el de cationes orgánicos.
La vasopresina, la epinefrina y la angiotensina II pueden
aumentar su permeabilidad.
Algunas de las sustancias captadas por las células
hepáticas (electrólitos, colesterol, sales biliares, bilirrubi-
na, fármacos, tóxicos, etc.), modificadas o no por estas
células, son vertidas a los canalículos biliares y contribu-
yen a generar la bilis hepática. En la excreción biliar de
todas estas sustancias juegan un papel decisivo unos trans-
portadores situados en la membrana canalicular de los
hepatocitos. Todos ellos forman parte de la gran superfa-
milia de transportadores ABC (ATP binding cassette, case-
te de unión a ATP), que son capaces de bombear aniones y
cationes orgánicos anfifílicos a la bilis contra un gradiente
de concentración de entre 100 y 1000 veces. La energía
que consumen estas bombas se la aporta el ATP. A esta
familia pertenece el transportador MDR1 (multidrug resis-
tance-1 P glycoprotein, glucoproteína de resistencia mul-
tifarmacológica 1P), que participa en la excreción de
cationes orgánicos, esteroides, fármacos y péptidos hidro-
fóbicos. La MDR3 (multidrug resistance-3 P glycoprotein,
glucoproteína de resistencia multifarmacológica 3P) es
esencial para la secreción biliar de lecitina, ya que la tras-
loca desde la capa interna, citoplásmica, de la membrana
canalicular a la externa (flipasa). De esta forma se crea una
zona superficial rica en lecitina. En presencia de sales
biliares, esta zona protruye hacia la luz canalicular hasta
desprenderse en forma de vesícula unilamelar de lecitina
(Fig. 59.3). A estas vesículas se incorpora el colesterol. Su
deficiencia origina el tipo 3 de colestasis intrahepática
familiar progresiva. La excreción de sales biliares la reali-
za principalmente la BSEP (bile salt excretory pump, bom-
ba exportadora de sales biliares). Esta bomba es deficiente
en el tipo 2 de colestasis intrahepática familiar progresiva.
La MRP2 (multidrug resistance-associated protein, prote-
716 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A D I G E S T I V O

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