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INTRODUCCIÓN El intestino delgado es el segmento del tubo digestivo de mayor longitud; comienza proximalmente a nivel del píloro, que lo separa del antro gástrico, y termina distal- mente al nivel de la válvula ileocecal, también denominada válvula de Bahuin. Su longitud es de 4-7 m, dependiendo del tono de la pared muscular y del método utilizado para su medición. La actividad motora a este nivel tiene dos finalidades: 1) facilitar la digestión y la absorción de los alimentos favoreciendo la propulsión del quimo, y 2) una función defensiva, impidiendo la proliferación bacteriana y reduciendo el tiempo de contacto de algunos componen- tes agresivos de la dieta. Al igual que en el estómago, en el intestino delgado se producen dos patrones claramente diferenciados: el patrón digestivo y la actividad motora durante el período en ayunas. Durante la fase digestiva, la actividad motora garanti- za la mezcla, la absorción y la propulsión del alimento y las secreciones gastrointestinales. La mezcla se realiza mediante contracciones que parecen dividir al intestino en segmentos (contracciones segmentarias), durante las cua- les el contenido intestinal se desplaza a ambos lados de la contracción, para volver a quedar en el mismo lugar cuando se produce la relajación. La propulsión se efectúa cuan- do las contracciones segmentarias se suceden generando un gradiente aboral o por la acción de contracciones peris- tálticas de corto alcance. Esta actividad contráctil puede modificarse en dife- rentes puntos a lo largo del intestino como consecuencia de reflejos locales; así, la distensión por el quimo de la luz intestinal desencadena una contracción proximal y una relajación distal que facilita el desplazamiento del material en dirección caudal (Fig. 60.1). La sobredistensión de un segmento intestinal origina la relajación del músculo liso del resto del intestino, lo que se conoce como reflejo intes- tino-intestinal. Durante la fase interdigestiva, el intestino delgado, que debe mantener la luz intestinal vacía, no está en repo- so, sino que mantiene contracciones periódicas que pro- gresan distalmente, propulsando los residuos y evitando así el estacionamiento de secreciones y una excesiva pro- liferación bacteriana. CARACTERÍSTICAS DE LA ACTIVIDAD ELÉCTRICA DEL INTESTINO DELGADO El músculo del intestino delgado, como ya se ha expli- cado previamente, muestra dos tipos de potenciales: las ondas lentas y el potencial de acción. Las ondas lentas, tam- bién denominadas ritmo eléctrico basal (REB) y potencial de marcapaso, son cambios pequeños y rítmicos en el potencial de membrana. Se propagan distalmente a una velocidad de conducción de 2 cm/s en el intestino delgado proximal. No tienen relación con la contracción muscular, ocurren conti- nuamente y se origina en el duodeno descendente. El ritmo de estas ondas desciende distalmente, de 12 ciclos/min (cpm) en el duodeno a 8 cpm en el intestino distal, siendo lla- mado también gradiente de frecuencia de la onda lenta. Los potenciales en espiga, potenciales de acción o potenciales rápidos, aparecen siempre en relación con la onda lenta y no de forma constante. Están relacionados con la contracción muscular, y la fuerza de estas contrac- ciones depende del número y amplitud o tamaño de las espigas (Fig. 60.2). En términos eléctricos la actividad cíclica intestinal se denomina complejo mioeléctrico interdigestivo (CMI), y 728 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A D I G E S T I V O Figura 60.1. Secuencia de relajación y contracción que facili- ta la propulsión en los movimientos peristálticos. mV mV Ritmo eléctrico basal (REB) Tiempo Tiempo Tiempo Potenciales en espiga sobre el REB Actividad muscular tono basal Figura 60.2. Actividad eléctrica y mecánica del músculo liso que muestra la relación entre las fluctuaciones del potencial de membrana y la actividad contráctil.
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