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INTRODUCCIÓN Entre las características que distinguen a los organis- mos vivientes figura su capacidad para realizar funciones. Independientemente de su tipo o de su complejidad, toda función representa “trabajo biológico” cuya realización exige energía. Dado que el trabajo biológico nunca se detiene, la necesidad de energía es continua y, por ello, sus fuentes inmediatas presentes en el interior del organismo tienden a agotarse y es preciso restituirlas a partir de algu- na fuente externa, como pueden ser las radiaciones elec- tromagnéticas que emite el sol o alguna sustancia reducida que al oxidarse libere energía. Todo organismo posee una estructura determinada que lo separa del medio exterior confiriéndole individuali- dad y en ella se llevan al cabo las funciones vitales. Llega- do el momento de la reproducción la estructura se replica, pero en tanto no se replique es necesario mantenerla en perfectas condiciones, lo cual se logra mediante el recam- bio de sus componentes y las reparaciones que pudieran proceder. La replicación, la reparación y, en menor grado, la renovación de la estructura, exigen el abastecimiento de las diversas sustancias que la componen. Como en el caso de la energía, las fuentes externas de componentes estruc- turales deben restituir a las muy limitadas fuentes internas, y esta necesidad es particularmente cuantiosa en la fase reproductiva (o de crecimiento en los organismos plurice- lulares, ya que implica reproducción celular). La realización de las funciones y el mantenimiento y reproducción de la estructura de un organismo son las tare- as que cumple el metabolismo intermedio, un conjunto de miles de reacciones químicas finamente entretejidas y sin- cronizadas y capaces de ajustarse a las necesidades de cada momento. La existencia de este virtual concierto metabólico depende de los catalizadores que controlan la mayoría de las reacciones. Igual que la energía y los com- ponentes estructurales, y aunque en cantidades comparati- vamente pequeñas, el abasto de catalizadores o de las sustancias para sintetizarlos proviene, al fin y al cabo, del exterior. LA NUTRICIÓN En los párrafos anteriores se afirma que la vida depen- de del suministro ambiental de sustancias con función estructural, de sustancias que son o forman parte de cata- lizadores y de sustancias que al oxidarse aportan energía o bien directamente de energía electromagnética (luz). Con- viene aclarar que, por su parte, el organismo “vierte” en el medio sustancias sobrantes o de desecho, así como energía en forma de calor y trabajo. Como el flujo es bidireccio- nal, se puede decir que la “vida supone un continuo inter- cambio de materia y energía entre el organismo y el medio que lo rodea”. Se esboza así, de manera muy rudimentaria, pero muy útil para iniciar el presente capítulo, lo que es la nutrición y lo que son los nutrimentos: nutrición es ese intercambio, evidentemente regulado con todo esmero, en tanto que nutrimentos son esas sustancias nutritivas con función energética, estructural o catalítica que provienen del medio. En España y en varios países de América Lati- na se utiliza la palabra nutriente, por lo que en este texto se usará indistintamente nutrimento y nutriente. Para animales pluricelulares como el ser humano, defino nutrición como el conjunto de procesos biológicos, psicoemocionales y socioculturales involucrados en la obtención por el organismo y en la asimilación y utiliza- ción metabólica por cada una de sus células, de las sus- tancias energéticas, estructurales y catalíticas necesarias para la vida (nutrimentos o nutrientes). Cabe destacar que la nutrición comprende e integra numerosos procesos, que se la puede ver en su esencia subcelular (metabólica) y celular, o puede ser integrada a nivel del organismo com- pleto y hasta de toda una población (social). La etapa de obtención de nutrimentos por el organismo es propia sola- mente de organismos, y es lo que se conoce como alimen- tación; la diferencia entre nutrición y alimentación no es más que la diferencia entre un todo y una de sus partes, entre un resultado y uno de sus determinantes. Mientras que, debido a su carácter biológico, las etapas de la nutri- ción que siguen a la alimentación son muy semejantes entre individuos y hasta entre especies cercanas, la ali- mentación puede diferir enormemente, ya que influyen en ella factores geográficos, históricos, económicos, sociales y culturales. Modalidades de nutrición Aunque todos los seres vivientes se nutren, es tal la diversidad de las especies y sus formas de vida que es razonable esperar algunas diferencias en su nutrición. Entre las diferencias más importantes resaltan la manera en que se obtiene energía (radiaciones electromagnéticas o sustancias oxidables) y el tipo de nutrimentos utilizados (orgánicos o inorgánicos). Los organismos capaces de utilizar la energía del Sol se conocen como fotosintéticos, y los que utilizan sustan- cias oxidables se conocen como quimiosintéticos. Hay organismos que sólo necesitan nutrimentos inorgánicos a partir de los cuales sintetizan una amplísima gama de sus- tancias orgánicas y, como pueden subsistir por sí mismos en un medio inanimado, se les llama autótrofos, en tanto que otros organismos necesitan nutrientes inorgánicos y, además, un buen número de nutrimentos orgánicos que no pueden sintetizar; dado que en la práctica tienen que obte- ner esos nutrientes orgánicos de algún otro organismo, se les llama heterótrofos, es decir, que dependen de otros para nutrirse. En términos generales, las especies vegetales son autótrofas y fotosintéticas y las animales son heterótrofas y quimiosintéticas; así, los vegetales tienen una nutrición independiente y pueden subsistir con relativa facilidad, en tanto que los animales tienen una nutrición dependiente de la existencia de otros organismos que los provean de sus- tancias oxidables y de los demás nutrimentos orgánicos. N U T R I C I Ó N 761
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