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la proteína y que son circunstanciales. Los principales fac- tores intrínsecos son la composición de la proteína, es decir, las cantidades que contienen de cada uno de los ami- noácidos indispensables, la biodisponibilidad de los aminoá- cidos y la competencia metabólica que puede ocurrir entre ellos. Cuanto más se parezcan las cantidades de aminoáci- dos indispensables de la proteína de la dieta a los requeri- mientos individuales de dichos aminoácidos, mayor será la ECP, y cuanto mayores sean las diferencias, menor será la EPC. Existe controversia en cuanto a los requerimientos de aminoácidos indispensables, pero con el fin de ilustrar este fenómeno se puede tomar como base el llamado patrón provisional FAO/OMS 1973 como expresión de dichos requerimientos. En la Tabla 64.6 se presenta este patrón y dos ejemplos hipotéticos de proteínas de la dieta. Como se puede observar, la proteína X se parece mucho al patrón, ya que, sin coincidir exactamente, no difiere de forma importante de él. Al digerirse esta proteí- na y absorberse los aminoácidos, las proteínas del organis- mo se podrán sintetizar sin mayor dificultad y la ECP puede acercarse al 100%. La proteína Y, en cambio, mues- tra diferencias importantes con el patrón; con respecto al patrón esta proteína contiene más isoleucina y leucina, prácticamente la misma cantidad de lisina, aminoácidos azufrados, aminoácidos aromáticos y triptófano, pero menos treonina y valina. De estos dos últimos, la treonina está más baja (50% del valor del patrón) que la valina (80% del valor del patrón); en este caso la treonina es el amino- ácido limitante de la ECP, ya que es el que se encuentra en menor proporción con respecto el patrón, y es el que limi- tará la cantidad sintetizada de proteínas del organismo. Mientras que con 100 g de proteína X se pueden sin- tetizar casi 100 g de proteínas del organismo (cuya com- posición global es la del patrón), con 100 g de la proteína Y no se podrá sintetizar más que 50 g de proteína del organismo, ya que sólo aporta 2 g de treonina, y se nece- sitarían 4 g. Así, la eficiencia de conversión de la proteí- na Y es 50%, porque su aminoácido limitante, la treonina, se encuentra en un 50% con respecto al patrón. Lo seña- lado en este ejemplo es válido para cualquier proteína de la dieta. La biodisponibilidad de algunos aminoácidos puede no ser satisfactoria. Particularmente la lisina puede no estar disponible debido a la reacción de Maillard, en la que este aminoácido se une con glucosa y no puede ser absor- bido. Por ello, no basta contar con el análisis habitual de aminoácidos, sino que es necesario verificar la disponibi- lidad de la lisina. Supóngase que en la proteína Y, que con- tiene 5.7 g de lisina por 100 g, sólo 1.0 g está disponible; en este caso, a pesar de las apariencias, la ECP sería de apenas 18 %, pues la lisina y ya no la treonina sería enton- ces el aminoácido limitante. Algunos aminoácidos pueden competir entre sí en la absorción intestinal o en su utilización tisular. Esto puede ocurrir con los aminoácidos ramificados —valina, leucina e isoleucina—, de manera que si uno de ellos está en fran- co exceso con respecto a los otros dos, el que está en exce- so puede desplazar a los otros volviéndolos limitantes, aunque no parecieran serlo por los datos del análisis. Hasta aquí hemos analizado los factores intrínsecos de la ECP. De los factores extrínsecos destaca la composi- ción de la dieta en la que se encuentra la proteína, la can- tidad que se ingiere de la proteína y las características de quién la ingiere. La composición de la dieta influye de muchas formas. Las deficiencias de la dieta reducen la ECP, particularmen- te la deficiencia de energía ya que, entonces, buena parte de los aminoácidos se emplea para fines energéticos que son prioritarios. Un exceso de fibras puede arrastrar la proteína o disminuir su exposición a las enzimas digestivas, con lo cual su digestibilidad y su ECP decrecen. Por otra parte, en condiciones reales no se ingiere una sola proteína sino varias, de manera que ya no tiene importancia la composi- ción de una de ellas, sino la composición global de amino- ácidos del conjunto de proteínas ingeridas en la dieta. El concepto de ECP es relevante si la ingestión prote- ínica es igual o menor que el requerimiento. Si la ingestión es francamente mayor al requerimiento —lo que es fre- cuente—, una proteína con ECP mediana puede cubrir perfectamente el requerimiento, ya que una menor eficien- cia se compensa con una mayor cantidad; en el ejemplo de la Tabla 64.7, la proteína Y sería tan suficiente como la proteína X si se ingiere el doble. Por otra parte, si una pro- teína con alta ECP se ingiere en exceso del requerimiento, su ECP decrece, ya que el organismo no retiene excesos proteínicos. La ECP es crucial en organismos en crecimiento, pero no tanto en adultos que sólo tienen necesidades de “man- tenimiento”, para lo cual los requerimientos particulares de cada aminoácido son menos estrictos que lo que señala el patrón. Una proteína con elevada ECP para el niño o la embarazada tiene una elevada ECP para el adulto, pero proteínas con ECP mediana para el niño o embarazada pueden tener una alta ECP para el adulto. Por otra parte, la ECP aumenta cuando se mide en organismos previamente restringidos en su ingestión de proteína, ya que se encuen- tran en un estado “ahorrador”. 774 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A D I G E S T I V O Tabla 64.6 Patrón provisional FAO/OMS 1973 y composición de dos proteínas hipotéticas (mg de cada aminoácido/100 mg de proteína) Aminoácido Patrón Proteína X Proteína Y Isoleucina 4.0 4.3 5.0 Leucina 7.0 6.9 8.0 Lisina 5.5 5.7 5.6 Aminoácidos 3.5 3.5 3.6 azufrados Aminoácidos 6.0 6.1 5.8 aromáticos Treonina 4.0 3.8 2.0 Triptófano 1.0 1.0 1.0 Valina 5.0 5.4 4.0
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