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ausencia de ADH, en cambio, se produce muy poca reab- sorción de agua, ya que, a pesar de existir el gradiente osmó- tico adecuado, las paredes de los túbulos son prácticamente impermeables al paso de agua. Cuando hay una secreción insuficiente de ADH debida a un proceso patológico, este trastorno se conoce como diabetes insípida y se caracteriza por la formación de cantidades exageradas de orina diluida, lo que provoca polidipsia (aumento de la sensación de sed) e incapacidad para formar orina concentrada. Cuando exis- te una hipersecreción de ADH por un proceso patológico, lo que se conoce con el nombre de síndrome de secreción inadecuada de ADH, se produce una retención excesiva de agua, lo que provoca expansión del volumen del líquido extracelular y disminución de la osmolaridad plasmática, además de incapacidad para formar orina diluida. La ADH también contribuye a crear el gradiente osmó- tico corticomedular en el intersticio renal, ya que aumenta la permeabilidad a la urea en el túbulo colector de la médu- la interna, por lo que la urea se reabsorbe hacia el intersticio medular pasivamente y después de haberse producido la reabsorción del agua. En algunas especies, aunque no en el ser humano, se ha descrito que la ADH aumenta la salida de sodio desde el segmento ascendente grueso del asa de Hen- le hacia el intersticio medular, acción que contribuye a aumentar la osmolaridad del intersticio porque favorece el mecanismo de concentración por contracorriente. La ADH disminuye el flujo sanguíneo medular por- que constriñe los vasos rectos. Este efecto tiene importan- cia en el mantenimiento de la hiperosmolaridad del intersticio medular. La ADH tiende a disminuir la velocidad o tasa de fil- tración glomerular al actuar sobre el corpúsculo renal pro- vocando la contracción de las células mesangiales, lo que disminuye el coeficiente de filtración glomerular al dismi- nuir la superficie capilar efectiva (Fig. 68.4). Acciones cardiovasculares La ADH recibe también el nombre de vasopresina porque es un vasoconstrictor potente cuando se encuentra en concentraciones elevadas, lo que ocurre después de una hemorragia importante. La ADH actúa sobre el músculo liso de las arteriolas produciendo un aumento de la resis- tencia periférica total y un aumento de la presión arterial. No todos los lechos vasculares responden igual a la acción de la ADH; los más sensibles a su acción vasoconstrictora son el muscular, el mesentérico y el coronario, por lo que la ADH puede participar en la redistribución del flujo san- guíneo en situaciones de hipovolemia. Los efectos vaso- constrictores son mediados a través de los receptores V1, pero la ADH también es capaz de producir vasodilatación a través de los receptores V2. Generalmente, predominan los efectos vasoconstrictores que son la base del papel que tiene la ADH en la regulación aguda de la presión arterial. La ADH también tiene acciones sobre el sistema ner- vioso central que afectan a la función cardiovascular. A través de estas acciones centrales parece desempeñar un papel en el control de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca tanto en animales normotensos como hipertensos. Otras acciones La ADH estimula la secreción de la hormona adreno- corticotropa (ACTH) de dos maneras. Una, actuando como factor liberador hipotalámico a través de axones que terminan en la eminencia media, en contacto con los capi- lares del sistema porta-hipofisario. Otra, actuando en el hipotálamo estimulando la síntesis y liberación de la hor- mona hipotalámica liberadora de la ACTH, la CRH (corti- cotropin-releasing hormone) (véase Capítulo 67). La ADH, actuando como neurotransmisor, puede jugar un papel en el funcionamiento del sistema nervioso central, ya que se ha descrito que estimula los procesos de aprendizaje y memorización, así como los patrones de receptividad sexual y la conducta maternal. La ADH tam- bién tiene una acción antipirética. En el hígado la ADH estimula la glucogenólisis y la liberación de glucosa a la circulación. REGULACIÓN DE LA SECRECIÓN DE VASOPRESINA En la regulación de la secreción de ADH intervienen dos tipos de factores: osmóticos y no osmóticos. Ambos 842 F I S I O L O G Í A D E L S I S T E M A E N D O C R I N O Corteza Médula externa Médula interna 1 2 3 4 56 Figura 68.4. Lugares de acción de la vasopresina en el riñón. 1: Corpúsculo renal, 2: Segmento ascendente grueso del asa de Henle, 3: Túbulo colector cortical, 4: Túbulo colector de la médula externa, 5: Túbulo colector de la médula interna, 6: Vasos rectos.
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