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caso, no se genera la electronegatividad suficiente como para estimular la secreción de potasio. La cantidad de sodio que puede ser retenida en res- puesta a un exceso de mineralocorticoides es limitada. Cuando se administran cantidades grandes de aldosterona se observa un incremento de la excreción de potasio y una disminución de la de sodio. Sin embargo, a los pocos días el organismo se adapta y la excreción de sodio vuelve a alcanzar valores normales (Fig. 73.7). Este fenómeno, lla- mado "escape de sodio", se debe a un descenso de la reab- sorción de sodio en el túbulo proximal, producido por la expansión del volumen del líquido extracelular, y parece intervenir el péptido natriurético auricular (véase el Capí- tulo 29). El aumento de la excreción de potasio se mantie- ne durante todo el tiempo porque el aporte de sodio al túbulo distal se mantiene. Parte del sodio reabsorbido en respuesta a la aldoste- rona se intercambia por hidrogeniones, aumentando la excreción de ácidos por el riñón principalmente en forma de amoniaco. Al igual que ocurre con el potasio, la pérdi- da de hidrogeniones debida al exceso de mineralocorticoi- des puede atenuarse disminuyendo la ingesta de sodio. La carencia de mineralocorticoides genera una pérdi- da de sodio, retención de potasio y disminución de la excreción renal de ácidos. Todo esto da lugar a deshidrata- ción, hiponatremia, hiperpotasemia y acidosis; si la situación se mantiene, se produce disminución de la volemia, hipo- tensión y shock circulatorio. El exceso de mineralocorticoides origina expansión del líquido extracelular, hipopotasemia e hipertensión. La pérdida de potasio causa una debilidad muscular que pue- de llegar a producir parálisis. GLUCOCORTICOIDES Regulación de la secreción de cortisol La ACTH es un polipéptido de 39 aminoácidos que se sintetiza en las células corticotropas de la adenohipófisis a partir de una molécula de mayor tamaño denominada pro- opiomelanocortina (POMC). La ruptura enzimática de la POMC da lugar a diversas hormonas, fundamentalmente la ACTH y la -LPH, aunque también parte de la -LPH se convierte en -LPH y -endorfina. Además de sus acciones sobre la corteza suprarrenal, la ACTH promueve la lipólisis y estimula la entrada de glucosa y aminoácidos en la célula muscular. La síntesis de la proopiomelanocortina en las células corticotropas de la adenohipófisis está controlada por la hormona liberadora de corticotropina (CRH) hipotalámica (Fig. 73.8). Las neuronas secretoras de CRH se localizan en el núcleo paraventricular del hipotálamo y proyectan sus axones a la eminencia media, donde se almacena la CRH hasta ser liberada a la circulación portal. Las neuro- nas que liberan CRH a la eminencia media, además de CRH secretan otras hormonas hipotalámicas, como la ADH, la oxitocina y la angiotensina II. Todas estas hor- monas estimulan la secreción de ACTH, potenciando la acción de la CRH sobre la síntesis de la proopiomelano- cortina y la secreción de los péptidos derivados de esta proteína. Además de estimular la secreción hipofisaria de ACTH, la CRH aumenta el tono simpático y la liberación de catecolaminas por la médula suprarrenal. Estas últimas acciones de la CRH están mediadas por neuronas del núcleo paraventricular cuyos axones no se proyectan a la eminencia media sino al tronco del encéfalo. La secreción de las hormonas del eje suprarrenal no es constante, sino que tiene un ritmo circadiano relacionado con los períodos de sueño-vigilia, con un máximo de secreción por la mañana temprano y un mínimo justo antes de dormir (Fig. 73.8). El ritmo circadiano de cortisol apa- G L Á N D U L A S S U P R A R R E N A L E S 921 Administración de mineralocorticoides A C Na+ en orina mEq/día B K+ en orina mEq/día Peso corporal kg Semanas7654321 Figura 73.7. Efecto de la administración continua de aldostero- na a un individuo normal. La aldosterona aumenta la reabsor- ción renal de sodio, por lo que disminuye la excreción urinaria de este catión (A) y se produce una expansión del volumen del líquido extracelular, que se refleja en un aumento del peso cor- poral (C). Al cabo del tiempo se observa un ”escape” del efec- to antinatriurético de la aldosterona, pero la excreción de potasio sigue elevada (B), mientras dura la administración del mineralocorticoide.
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