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FISIOLOGÍA HUMANA-988

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nérgicos, por lo que se cree que sólo actúa a través de sus
propios receptores en el tubo digestivo, ya que carece de
efectos contráctiles fuera de este aparato.
Los cambios en la motilidad gástrica tienen efectos
importantes sobre la homeostasis de la glucosa. Cuando la
actividad motora gástrica es escasa, las curvas de glucosa
sanguínea son planas, en comparación con los valores
obtenidos cuando la actividad motora es mayor. De esta
forma, cuando se administra motilina durante una prueba
de tolerancia a la glucosa, aumenta el vaciamiento gástri-
co y las concentraciones circulantes de glucosa e insulina.
Dado que el incremento de la glucemia inhibe la liberación
de motilina, esto sugiere un mecanismo de retroalimenta-
ción negativo, que regula la actividad motora y la veloci-
dad de absorción de la glucosa. Otros péptidos reguladores
como gastrina, enteroglucagón, CCK, VIP, somatostatina
y PYY tienen efectos inhibidores sobre el vaciamiento
gástrico.
Efectos tróficos
Basados en la observación de que los péptidos GIP,
PP, enteroglucagón, motilina, gastrina y neurotensina
aumentan durante las primeras semanas de vida de niños
alimentados por vía enteral, en comparación con los trata-
dos por vía parenteral, y que durante este período el creci-
miento del páncreas e intestino delgado es significativo, se
ha postulado que los citados péptidos reguladores poseen
una actividad trófica. Los efectos del enteroglucagón han
sido observados en varias situaciones experimentales y,
especialmente, en pacientes con tumores que lo producen
en grandes cantidades y que a su vez presentan hiperplasia
de la mucosa intestinal. Recientemente se ha descrito que
el GLP-2 tiene un efecto estimulante sobre la proliferación
del epitelio intestinal.
REGULACIÓN DE LA INGESTIÓN 
DE ALIMENTOS 
Además de los efectos sobre los procesos digestivos
ya descritos, los péptidos reguladores controlan a nivel
central y periférico la ingestión de alimentos. Una larga
lista de polipéptidos actúan como activadores de la toma
de alimentos, tales como galanina, neuropéptido Y, factor
de liberación de la hormona de crecimiento y péptidos
opiáceos, mientras que un número creciente de péptidos re-
duce significativamente la ingestión de alimentos, entre
los que se encuentran la CCK, GLP-1(7-36) amida, ente-
rostatina, neurotensina, bombesina, péptido relacionado
con el gen de la calcitonina, oxitocina, factor de liberación
de la corticotropina (CRF), factor de liberación de la tiro-
tropina (TRF), glucagón, leptina y vasopresina. De todos
los polipéptidos citados es el neuropéptido Y el que tiene
efectos más potentes para estimular el apetito, mientras
que el GLP-1(7-36) amida produce saciedad cuando se
administra central o periféricamente. Un complejo circui-
to neuronal localizado en el hipotálamo regula los aspec-
tos motivacionales de la ingestión de alimentos, con un
mecanismo estimulador presente en el área hipotalámica
lateral y otro inhibidor presente en los núcleos ventrome-
dial y paraventricular. Recientemente hemos encontrado
en neuronas hipotalámicas localizadas en las áreas citadas
anteriormente la coexpresión de los ARN mensajeros para
el receptor de GLP-1, el transportador de glucosa GLUT-
2 y la glucoquinasa. Estas neuronas son sensibles y reacti-
vas a la glucosa y tradicionalmente se las ha considerado
implicadas en la regulación de la ingestión de alimentos.
Asimismo, se sabe que GLUT-2 y glucoquinasa son res-
pectivamente el transportador y la enzima fosforilante de
la glucosa que actúan con Km altas, por lo cual sugerimos
que un aumento de la glucemia como consecuencia de la
ingestión de alimentos sería detectada por las neuronas
hipotalámicas y con la metabolización de la glucosa en
esas células se podría generar la señal responsable del
estado de saciedad. Un modelo sensor de glucosa seme-
jante opera en las células 	-pancreáticas, el cual desempe-
ña un papel importante en la secreción de insulina.
EJE ENTEROINSULAR
El término eje enteroinsular fue introducido por
Unger y Eisentraut en 1969 y engloba todos los factores
hormonales, nerviosos y de sustratos que, generados en el
intestino delgado, estimulan la secreción de las hormonas
pancreáticas, insulina, glucagón, somatostatina y polipép-
tido pancreático. Esta integración funcional indica que la
ingestión de alimentos genera la actividad de péptidos
reguladores que facilitan la digestión y absorción de
nutrientes en el intestino e informan al páncreas endocrino
del almacenamiento o utilización de éstos en los órganos
periféricos apropiados, mediante las acciones anabólicas o
catabólicas de la insulina y glucagón, respectivamente.
En 1929, Zung y LaBarre denominaron incretina a la
actividad humoral del intestino, capaz de aumentar 
la secreción endocrina del páncreas, y que actualmente ha
quedado restringida a la secreción de insulina. Este factor
incretina debe ser liberado por nutrientes, especialmente
glucosa. La diferencia entre la secreción de insulina en
respuesta a la ingestión oral de glucosa o tras la adminis-
tración intravenosa de esta hexosa se conoce como efecto
incretina. De acuerdo con lo presentado en la Tabla 75.3,
existe un número importante de péptidos con efectos insu-
linotrópicos, mientras que otros son capaces de inhibir la
secreción de insulina. El GIP es uno de los factores incre-
tina más importantes, ya que es liberado tras la ingestión
de glucosa y posee un potente efecto insulinotrópico. Sin
embargo, otros péptidos pueden participar en el efecto
incretina. Varios péptidos reguladores están presentes en
las terminaciones nerviosas pancreáticas, con efectos esti-
mulantes sobre la secreción de insulina tales como CCK,
gastrina, VIP, PHI y encefalinas o inhibidores, como la
somatostatina, sustancia P, galanina y neurotensina. El sis-
tema nervioso peptidérgico, así como los sistemas adre-
H O R M O N A S G A S T R O I N T E S T I N A L E S 959

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