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nérgicos, por lo que se cree que sólo actúa a través de sus propios receptores en el tubo digestivo, ya que carece de efectos contráctiles fuera de este aparato. Los cambios en la motilidad gástrica tienen efectos importantes sobre la homeostasis de la glucosa. Cuando la actividad motora gástrica es escasa, las curvas de glucosa sanguínea son planas, en comparación con los valores obtenidos cuando la actividad motora es mayor. De esta forma, cuando se administra motilina durante una prueba de tolerancia a la glucosa, aumenta el vaciamiento gástri- co y las concentraciones circulantes de glucosa e insulina. Dado que el incremento de la glucemia inhibe la liberación de motilina, esto sugiere un mecanismo de retroalimenta- ción negativo, que regula la actividad motora y la veloci- dad de absorción de la glucosa. Otros péptidos reguladores como gastrina, enteroglucagón, CCK, VIP, somatostatina y PYY tienen efectos inhibidores sobre el vaciamiento gástrico. Efectos tróficos Basados en la observación de que los péptidos GIP, PP, enteroglucagón, motilina, gastrina y neurotensina aumentan durante las primeras semanas de vida de niños alimentados por vía enteral, en comparación con los trata- dos por vía parenteral, y que durante este período el creci- miento del páncreas e intestino delgado es significativo, se ha postulado que los citados péptidos reguladores poseen una actividad trófica. Los efectos del enteroglucagón han sido observados en varias situaciones experimentales y, especialmente, en pacientes con tumores que lo producen en grandes cantidades y que a su vez presentan hiperplasia de la mucosa intestinal. Recientemente se ha descrito que el GLP-2 tiene un efecto estimulante sobre la proliferación del epitelio intestinal. REGULACIÓN DE LA INGESTIÓN DE ALIMENTOS Además de los efectos sobre los procesos digestivos ya descritos, los péptidos reguladores controlan a nivel central y periférico la ingestión de alimentos. Una larga lista de polipéptidos actúan como activadores de la toma de alimentos, tales como galanina, neuropéptido Y, factor de liberación de la hormona de crecimiento y péptidos opiáceos, mientras que un número creciente de péptidos re- duce significativamente la ingestión de alimentos, entre los que se encuentran la CCK, GLP-1(7-36) amida, ente- rostatina, neurotensina, bombesina, péptido relacionado con el gen de la calcitonina, oxitocina, factor de liberación de la corticotropina (CRF), factor de liberación de la tiro- tropina (TRF), glucagón, leptina y vasopresina. De todos los polipéptidos citados es el neuropéptido Y el que tiene efectos más potentes para estimular el apetito, mientras que el GLP-1(7-36) amida produce saciedad cuando se administra central o periféricamente. Un complejo circui- to neuronal localizado en el hipotálamo regula los aspec- tos motivacionales de la ingestión de alimentos, con un mecanismo estimulador presente en el área hipotalámica lateral y otro inhibidor presente en los núcleos ventrome- dial y paraventricular. Recientemente hemos encontrado en neuronas hipotalámicas localizadas en las áreas citadas anteriormente la coexpresión de los ARN mensajeros para el receptor de GLP-1, el transportador de glucosa GLUT- 2 y la glucoquinasa. Estas neuronas son sensibles y reacti- vas a la glucosa y tradicionalmente se las ha considerado implicadas en la regulación de la ingestión de alimentos. Asimismo, se sabe que GLUT-2 y glucoquinasa son res- pectivamente el transportador y la enzima fosforilante de la glucosa que actúan con Km altas, por lo cual sugerimos que un aumento de la glucemia como consecuencia de la ingestión de alimentos sería detectada por las neuronas hipotalámicas y con la metabolización de la glucosa en esas células se podría generar la señal responsable del estado de saciedad. Un modelo sensor de glucosa seme- jante opera en las células -pancreáticas, el cual desempe- ña un papel importante en la secreción de insulina. EJE ENTEROINSULAR El término eje enteroinsular fue introducido por Unger y Eisentraut en 1969 y engloba todos los factores hormonales, nerviosos y de sustratos que, generados en el intestino delgado, estimulan la secreción de las hormonas pancreáticas, insulina, glucagón, somatostatina y polipép- tido pancreático. Esta integración funcional indica que la ingestión de alimentos genera la actividad de péptidos reguladores que facilitan la digestión y absorción de nutrientes en el intestino e informan al páncreas endocrino del almacenamiento o utilización de éstos en los órganos periféricos apropiados, mediante las acciones anabólicas o catabólicas de la insulina y glucagón, respectivamente. En 1929, Zung y LaBarre denominaron incretina a la actividad humoral del intestino, capaz de aumentar la secreción endocrina del páncreas, y que actualmente ha quedado restringida a la secreción de insulina. Este factor incretina debe ser liberado por nutrientes, especialmente glucosa. La diferencia entre la secreción de insulina en respuesta a la ingestión oral de glucosa o tras la adminis- tración intravenosa de esta hexosa se conoce como efecto incretina. De acuerdo con lo presentado en la Tabla 75.3, existe un número importante de péptidos con efectos insu- linotrópicos, mientras que otros son capaces de inhibir la secreción de insulina. El GIP es uno de los factores incre- tina más importantes, ya que es liberado tras la ingestión de glucosa y posee un potente efecto insulinotrópico. Sin embargo, otros péptidos pueden participar en el efecto incretina. Varios péptidos reguladores están presentes en las terminaciones nerviosas pancreáticas, con efectos esti- mulantes sobre la secreción de insulina tales como CCK, gastrina, VIP, PHI y encefalinas o inhibidores, como la somatostatina, sustancia P, galanina y neurotensina. El sis- tema nervioso peptidérgico, así como los sistemas adre- H O R M O N A S G A S T R O I N T E S T I N A L E S 959
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