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aumentada de CRH, ACTH y cortisol durante todo el período de estrés. La vía final común de la respuesta a una gran variedad de estímulos estresantes es la liberación hipofisaria de ACTH. A nivel hipofisario activan la secreción de ACTH diversas hormonas hipotalámicas (CRH y ADH) y factores periféricos (catecolaminas e interleuquinas). Por ello, aun- que la CRH es el componente hipotalámico esencial en el control de la secreción de ACTH, la información de los distintos estímulos puede ser transferida a la hipófisis por otras hormonas (Fig. 85.1). Asimismo, durante algunos tipos de estrés las señales de origen periférico también pueden estimular directamente la secreción hipofisaria de ACTH, como es el caso de las catecolaminas periféricas y las interleuquinas. La naturaleza multimolecular de todos los factores que estimulan la secreción hipofisaria de ACTH nos indica lo sensible y finamente que está regula- da la secreción de ACTH en respuesta a una gran variedad de estímulos diferentes. Dependiendo del estrés experi- mentado, los distintos factores solos o en combinación estimulan la secreción de ACTH. OTRAS RESPUESTAS ENDOCRINAS Además del sistema nervioso autónomo y del eje suprarrenal, el estrés da lugar a modificaciones en la secre- ción de muchas hormonas y neuropéptidos. Estas res- puestas, aunque numerosas, no se realizan de una manera desorganizada, sino que contribuyen a los ajustes metabó- licos y circulatorios mencionados anteriormente. La betaendorfina sintetizada en las células corticotro- pas se libera junto con la ACTH durante el estrés. El papel fisiológico de los péptidos opiáceos periféricos no se conoce muy bien, aunque se ha sugerido que podrían de- sempeñar un papel importante precisamente en las situacio- nes de estrés. El aumento de la secreción de los opiáceos durante el estrés podría producir analgesia, hipertermia, hipoventilación, hipotensión y disminución del gasto car- díaco. La respuesta de algunas hormonas durante el estrés es bifásica, como es el caso de la prolactina, hormona muy sensible al estrés, cuya secreción aumenta en los primeros momentos de estrés para luego alcanzar unos niveles plas- máticos normales. Si el estrés es de gran intensidad y cró- nico, disminuye su secreción por debajo de los valores basales. La dinámica de la secreción de testosterona es parecida: aumenta durante el estrés agudo, aumento al que se ha atribuido un papel en el comportamiento agresivo, y disminuye durante el estrés crónico. Igualmente, la secre- ción de GH durante el estrés es bifásica en los primates, aumentando en un principio y disminuyendo en el estrés crónico. El estrés crónico produce un retraso del creci- miento que se asocia con disminución de la secreción de GH, IGF-1 y con el aumento de la de cortisol. SISTEMA CARDIOVASCULAR Y FUNCIÓN RENAL La respuesta circulatoria global consiste en un aumen- to del gasto cardíaco y una redistribución del flujo sanguí- neo, para preservar las funciones cerebral y cardíaca. En el corazón se produce taquicardia y aumento de la conduc- ción y contractilidad, por lo que aumenta el gasto cardía- co. Aumenta el flujo sanguíneo en el miocardio y en el músculo esquelético, mientras que disminuyen el flujo sanguíneo renal, el esplácnico y el cutáneo. Estos cambios se deben a un aumento del tono simpático, a una disminu- ción del tono vagal y a la inhibición temporal del reflejo mediado por los barorreceptores arteriales. Los efectos globales del estrés sobre el riñón se deben a la acción combinada de hormonas periféricas, sistema nervioso autónomo y neuropéptidos. Su fin primordial es 1100 I N T E G R A C I Ó N Y A D A P TA C I Ó N D E L O R G A N I S M O Estrés SNC Hipotálamo – SN autónomo CRH, ADH + + – Adenohipófisis ACTH Adrenalina Noradrenalina SN simpático + Suprarrenal Corteza Médula + + Cortisol Figura 85.1. Interacción entre el eje hipotálamo-hipófiso- suprarrenal y el sistema simpático-adrenomedular.
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