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cos. Por ejemplo, el estrés o las frustraciones personales características de la sociedad moderna pueden inducir en muchas personas a la ingestión de alimentos y a la obesi- dad consecuente. En cuanto a los factores que influyen en la pérdida de energía y cuyo descenso puede contribuir a la obesidad, se encuentran la falta de ejercicio físico y también el caso, no siempre considerado, de la calefacción central en las casas. Esto último limita lógicamente la pérdida de energía por el organismo y puede influir en la producción de obesidad. Es importante resaltar aquí, finalmente, que la gente obe- sa, en contra de lo que pudiera pensarse, no tiene general- mente una tasa baja de metabolismo basal. Antes al contrario, al menos en términos generales de población, los obesos tienen una tasa alta de metabolismo, acorde con la ingestión aumentada de alimento. Anorexia nerviosa y bulimia nerviosa La anorexia nerviosa es una enfermedad que se de- sarrolla principalmente durante la adolescencia, particular- mente en mujeres, y que se manifiesta por una ingestión de alimento disminuida, pérdida intensa de peso corporal y falta de apetito. En este proceso hay muchos cambios endocrinos y del sistema nervioso autónomo (p. ej., hay un descenso en la tasa de metabolismo), pero ninguno de estos factores es causa de esta enfermedad, cuyo origen se desconoce. Hay una percepción alterada del propio cuerpo del paciente, en el sentido de que piensan que se encuen- tran obesos. La menstruación desaparece si el peso corpo- ral desciende de un determinado nivel, y hay muchos factores psicológicos a tener en cuenta en la etiología de esta enfermedad. Es una enfermedad que puede ser poten- cialmente peligrosa, dado que puede llevar a la muerte de modo repentino. Por ello es muy importante asegurar médicamente que el peso corporal de estos pacientes no alcance un nivel bajo peligroso. Esta enfermedad, como hemos indicado anteriormente, no tiene causas definidas. La bulimia nerviosa se caracteriza porque los pacien- tes tienen episodios recurrentes de una abundante y com- pulsiva ingestión de alimentos, seguidos de un ayuno intenso para prevenir el aumento de peso. Muy frecuente- mente estos episodios han sido precedidos de trastornos de anorexia nerviosa. Los pacientes no muestran signos de saciedad sensorio-específica, y pueden mostrar el fenóme- no de «contra-regulación», en el sentido de que la comida induce la comida, contrariamente a lo normal, que consis- te en que la ingestión de alimentos conduce a la saciedad. RESUMEN Junto con los factores homeostáticos, es decir, los con- troles de la ingestión de alimentos producidos por señales orgánicas internas tales como la regulación de los niveles y la utilización de glucosa, hay muchos factores no homeos- táticos que, en el hombre, son particularmente importantes (sabores de los alimentos, saciedad sensorio-específica y el efecto de la variedad de los alimentos y el estrés inductor de ingestión y también la hora fija de la comida). Todos estos factores juntos pueden contribuir al hecho de que la ingestión de alimentos en el hombre no se regule de una forma fisiológicamente correcta. Por supuesto y conse- cuente con ello, el hombre, con acceso libre a un variado y abundante rango de buenos alimentos, ajusta muy mal la ingestión en relación a la pérdida energética. Ello hace que se requiera una prevención médica en la sociedad moderna, en la que se aconseje el control del peso corporal, y se ajus- te la ingestión y el ejercicio físico al mantenimiento de un peso corporal que corresponda fisiológicamente con la constitución del individuo. MECANISMOS QUE CONTROLAN LA SED Y LA INGESTIÓN DE AGUA La sed es una sensación que induce a beber agua. Hoy se conocen, en parte, los mecanismos que controlan el ini- cio, el mantenimiento y la terminación de la conducta de ingestión de líquidos. Es obvio que el conocimiento de estos procesos es relevante, no sólo para la fisiología sino también para la medicina. Como hemos visto en capítulos precedentes (véase capítulo sobre composición y distribución de líquidos cor- porales) el agua del organismo se encuentra en los com- partimientos intra y extracelulares, sobre los que operan mecanismos diferentes, aunque complementarios, de con- trol (el agua intracelular representa el 40% del peso cor- poral y el agua extracelular el 20%. De esta última, el 5% se encuentra en el plasma y el 15% en el líquido intersti- cial). La reducción de agua en cada uno de estos compar- timientos moviliza mecanismos inductores de la sed. Veamos los mecanismos que operan en cada uno de ellos. ESTÍMULO DE LA SED INDUCIDO POR DEPLECIÓN DE AGUA CELULAR La ingestión de agua que se produce tras una reduc- ción de líquidos corporales, por ejemplo tras una intensa sudación o por ingestión de alimentos ricos en sal, parece ser consecuencia de una deshidratación celular, lo que da lugar secundariamente a un fenómeno de arrugamiento o encogimiento celular. La prueba de esta especulación está basada en el hecho de que la administración de una solu- ción hipertónica de cloruro sódico da lugar a una salida de agua de las células por ósmosis, lo que produce sed y la consiguiente ingestión de agua. El cambio crucial produ- cido por esta manipulación parece ser, como hemos men- cionado, la deshidratación celular, y no un aumento en la presión osmótica absoluta, dado que concentraciones simi- lares de sustancias tales como glucosa, urea y metilgluco- sa, las cuales pasan al interior de la célula, no producen deshidratación celular y apenas inducen la ingestión de agua. H A M B R E , S E D Y S A C I E D A D 1113
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