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durante la evolución de las especies, al asegurar al animal la ingestión de diferentes tipos de alimentos con diferen- cias nutricionales importantes. Sin embargo, en el hombre de hoy, ante quien una gran variedad de alimentos está de inmediato disponible, puede ser un factor que conduzca al exceso en el consumo y consecuentemente a la obesidad. Junto a esta saciedad sensorio-específica que acaba- mos de describir y que opera primariamente dentro del período de una comida y en el inmediato período pospran- dial, hay ahora pruebas de que este fenómeno opera ade- más a largo plazo. Todo esto sugiere la importancia que tiene para el fisiólogo y el médico reconocer estos fenó- menos en tanto que pueden potenciar la malnutrición si los alimentos regulares se rechazan y son cambiados por otros menos nutritivos o inadecuadamente preparados. Puede ser ventajoso, ante estas circunstancias, intentar minimizar la operación de la saciedad sensorio-específica a largo pla- zo, ofreciendo variación en los alimentos o cambiando su sabor con diferentes condimentos añadidos. Curiosamente, el fenómeno de la saciedad sensorio- específica no se produce en los pacientes que padecen bulimia nerviosa, enfermedad caracterizada por episodios recurrentes de ingestión compulsiva de alimentos y absti- nencia. MECANISMOS CEREBRALES QUE CONTROLAN LA INGESTIÓN DE ALIMENTO Hipotálamo ventromedial Desde principios de siglo, se sabe en la clínica huma- na que las lesiones en la base del cerebro pueden influir en la ingestión de alimentos y en el peso corporal. Tal es, por ejemplo, lo que sucede en el síndrome de Fröhlich, en el que se produce bulimia y obesidad. Posteriormente se ha visto que el hipotálamo ventromedial es la zona más afec- tada en el cerebro de estos enfermos. Estudios experimentales con lesiones en esta área del cerebro en animales han podido demostrar, efectivamente, que en el animal se produce un síndrome de hiperfagia con obesidad. Dado que estos animales comen más de lo nece- sario y engordan tras la lesión, a este área del cerebro se le llamó «centro de la saciedad» (dado que su destrucción hacía insaciable al animal). Investigaciones cuidadosas posteriores han demostrado que las vías por las que estas lesiones hipotalámicas producen hiperfagia y obesidad parecen ser causadas, al menos en parte, por una insuline- mia que se produce tras lesiones, dado que la eliminación de estos niveles altos de insulina por una vagotomía o por lesión de las células b del páncreas reduce de un modo importante la hiperfagia y la obesidad. La hiperinsuline- mia produce hipoglucemia y juntas inducen la ingestión de comida. Aun cuando la ingestión de comida producida por la lesión del núcleo ventromedial es probablemente muy rara y por supuesto patológica, es posible que una vía por la que el cerebro controla la ingestión de comida y el peso corporal sea mediante el control de estos núcleos hipotalá- micos de la función visceral a través del sistema autónomo (Fig. 86.1). Hipotálamo lateral En el año 1951 se descubrió que las lesiones bilaterales del hipotálamo lateral en animales producen un síndrome opuesto al descrito anteriormente, esto es, un descenso en la ingestión de comida y peso corporal. Consistente con estos hallazgos, el estímulo eléctrico del hipotálamo late- ral induce la ingestión de alimentos (Fig. 86.1). Pruebas experimentales de este tipo llevaron, en las décadas de los 50 y 60, a la creencia de que el hipotálamo lateral era un «centro del hambre» (se pensaba en este tiempo que era un centro complementario al ya descrito «centro de la saciedad»). Hoy se sabe que la actividad de las neuronas que pro- ducen la hormona concentradora de melanina (MCH) y orexina en el hipotálamo lateral aumenta la ingesta de ali- mentos y desciende la tasa de metabolismo. Estas neuro- nas son activadas por el neuropéptido Y (NPY), péptido que por sí mismo es un potente estimulador de la ingesta de alimentos y es producido por neuronas localizadas en el núcleo arcuato, un núcleo hipotalámico localizado en la región hipotalámica ventromedial. Las neuronas NPY también liberan el péptido agouti (AGRP), que también es un potente estimulante de la ingesta de alimentos. Una de las señales que activan las neuronas NPY/AGRP es la gre- 1110 I N T E G R A C I Ó N Y A D A P TA C I Ó N D E L O R G A N I S M O Hipotálamo lateral Hipotálamo ventromedial Ingestión Ingestión IngestiónIngestión Lesión Estimulación Figura 86.1. Corte coronal de un cerebro de rata que muestra la localización del hipotálamo lateral e hipotálamo ventrome- dial. La lesión del primero produce afagia y adipsia en el ani- mal. El estímulo eléctrico, por el contrario, induce la ingestión de alimento en el animal saciado. Los efectos de la lesión y el estímulo eléctrico del hipotálamo ventromedial son los opues- tos a los producidos en el hipotálamo lateral.
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