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arterias renales grandes, la hiperplasia fibromuscular de una o varias arterias grandes y la nefroesclerosis, causada por lesiones escleróticas de las arterias pequeñas, las arteriolas y los glomérulos que, a menudo, es consecuencia de la hipertensión o la diabetes mellitus. . Lesión de los glomérulos. Un ejemplo es la glomerulonefritis crónica, que puede deberse a varias enfermedades que pro- ducen inflamación y lesión en las asas capilares de los glomérulos renales. Al contrario que la forma aguda de esta enfermedad, la glomerulonefritis crónica es una enfermedad lentamente progresiva que puede llevar a una insuficiencia renal irreversible. Puede ser una nefropatía primaria tras una glomerulonefritis aguda, o secundaria a una enfermedad sistémica, como el lupus eritematoso. . La lesión del intersticio renal. Las enfermedades primarias o secundarias del intersticio renal se denominan nefritis intersticial. Pueden deberse a lesiones vasculares, glomeru- lares o tubulares que destruyen nefronas individuales, o pueden consistir en una lesión primaria del intersticio renal por tóxicos, fármacos o infecciones bacterianas. La lesión del intersticio renal causada por infecciones bacterianas se denomina pielonefritis. Esta infección puede deberse a bac- terias que llegan al riñón a través del flujo sanguíneo o, más comúnmente, a la ascensión desde las vías urinarias bajas a través de los uréteres y hasta el riñón. En la pielonefritis de larga duración, la invasión renal por bacterias no solo lesiona el intersticio renal, sino que también lesiona progresiva- mente los túbulos renales, los glomérulos y otras estructuras provocando, en último término, la pérdida de nefronas funcionales. Función de la nefrona en la insuficiencia renal crónica (p. 404) La pérdida de nefronas funcionales requiere que las nefro- nas supervivientes excreten más agua y solutos. Los riñones filtran normalmente unos 180 l de líquido cada día en los capilares glomerulares y después transforman este fil- trado en aproximadamente 1,5 l de orina a medida que el líquido recorre los segmentos sucesivos de la nefrona. Sea cual sea el número de nefronas funcionales, los riñones deben excretar el mismo volumen de orina (si la ingesta se mantiene constante) para mantener el equilibrio de líquidos. Por tanto, la pérdida de nefronas funcionales exige que las nefronas supervivientes excreten más agua y solutos para evitar una acumulación grave de dichas sustancias en los líquidos corpo- rales. Para ello, se aumenta el FG o se disminuye la reabsorción 252 UNIDAD V Los líquidos corporales y los riñones 252.pdf
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