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FISIOLOGÍA MÉDICA-384

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transmisión de las señales dolorosas en el asta dorsal, proba-
blemente a través de circuitos inhibidores laterales. Estos
circuitos, aunque no se conocen bien, explican probablemente
el alivio del dolor que se obtiene con una maniobra sencilla,
frotando la piel próxima al estímulo doloroso.
Estimulación eléctrica y alivio del dolor
Para reducir el dolor crónico se han empleado electrodos
estimulantes que se implantan en las columnas dorsales de
la médula espinal o que se colocan por vía estereotáctica en el
tálamo o en la sustancia gris periacueductal. El paciente puede
regular al alza o a la baja el grado de estimulación para man-
tener una supresión más eficaz del dolor.
Dolor referido (p. 588)
Casi siempre, el dolor referido se debe a señales originadas
en un órgano (víscera) o en un tejido internos. El meca-
nismo no se conoce bien, pero se atribuye a que las fibras
de dolor visceral entablan sinapsis con neuronas de la
médula que también reciben aferencias de dolor de regio-
nes cutáneas aparentemente no relacionadas con esa
estimulación visceral. El dolor de la pared del corazón
constituye un ejemplo conocido y se refiere a la cara
izquierda de la mandíbula y del cuello o al brazo izquierdo.
El paciente, más que asociar ese dolor con el corazón, cree
que el dolor viene de la cara o del brazo. Esto significa que las
señales aferentes viscerales del corazón convergen sobre
las mismas neuronas medulares que reciben aferencias de
la piel periférica (o bien la convergencia podría ocurrir en
el tálamo).
En otras ocasiones, la fuga de secreciones gástricas tras
una perforación o ulceración del tubo digestivo estimula
directamente las terminaciones dolorosas del peritoneo y
causa un intenso dolor en la pared abdominal. El dolor
puede localizarse en la superficie dermatómica relacionada
con la posición embrionaria de la víscera. Los espasmos en la
pared muscular del intestino o la distensión de la pared
muscular de un órgano, como la vejiga, también generan
sensaciones dolorosas.
El dolor de un órgano interno, por ejemplo un apéndice
inflamado, puede percibirse en dos lugares. Si el apéndi-
ce dañado contacta con el peritoneo parietal, el dolor puede
localizarse en la pared de la fosa ilíaca derecha o referirse a
la región periumbilical, o bien percibirse en ambos lugares,
dada la terminación de las fibras de dolor visceral en los
segmentos T-10 o T-11 de la médula espinal, que reciben
aferencias cutáneas de estos dermatomas.
369Sensibilidades somáticas: II. Dolor, cefalea
y sensibilidad térmica
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