Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
transmisión de las señales dolorosas en el asta dorsal, proba- blemente a través de circuitos inhibidores laterales. Estos circuitos, aunque no se conocen bien, explican probablemente el alivio del dolor que se obtiene con una maniobra sencilla, frotando la piel próxima al estímulo doloroso. Estimulación eléctrica y alivio del dolor Para reducir el dolor crónico se han empleado electrodos estimulantes que se implantan en las columnas dorsales de la médula espinal o que se colocan por vía estereotáctica en el tálamo o en la sustancia gris periacueductal. El paciente puede regular al alza o a la baja el grado de estimulación para man- tener una supresión más eficaz del dolor. Dolor referido (p. 588) Casi siempre, el dolor referido se debe a señales originadas en un órgano (víscera) o en un tejido internos. El meca- nismo no se conoce bien, pero se atribuye a que las fibras de dolor visceral entablan sinapsis con neuronas de la médula que también reciben aferencias de dolor de regio- nes cutáneas aparentemente no relacionadas con esa estimulación visceral. El dolor de la pared del corazón constituye un ejemplo conocido y se refiere a la cara izquierda de la mandíbula y del cuello o al brazo izquierdo. El paciente, más que asociar ese dolor con el corazón, cree que el dolor viene de la cara o del brazo. Esto significa que las señales aferentes viscerales del corazón convergen sobre las mismas neuronas medulares que reciben aferencias de la piel periférica (o bien la convergencia podría ocurrir en el tálamo). En otras ocasiones, la fuga de secreciones gástricas tras una perforación o ulceración del tubo digestivo estimula directamente las terminaciones dolorosas del peritoneo y causa un intenso dolor en la pared abdominal. El dolor puede localizarse en la superficie dermatómica relacionada con la posición embrionaria de la víscera. Los espasmos en la pared muscular del intestino o la distensión de la pared muscular de un órgano, como la vejiga, también generan sensaciones dolorosas. El dolor de un órgano interno, por ejemplo un apéndice inflamado, puede percibirse en dos lugares. Si el apéndi- ce dañado contacta con el peritoneo parietal, el dolor puede localizarse en la pared de la fosa ilíaca derecha o referirse a la región periumbilical, o bien percibirse en ambos lugares, dada la terminación de las fibras de dolor visceral en los segmentos T-10 o T-11 de la médula espinal, que reciben aferencias cutáneas de estos dermatomas. 369Sensibilidades somáticas: II. Dolor, cefalea y sensibilidad térmica © EL SE V IE R .F ot oc op ia r si n au to ri za ci ón es un de lit o. 369.pdf
Compartir