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TRABAJO PRÁCTICO N° 13 
I. Conceptos básicos de fisiología renal. 
II. Función de la nefrona. 
III. Trastornos de la función renal. 
IV. Examen fisicoquímico de muestras de orina. 
V. Efecto de diversas situaciones sobre la función 
renal. 
VI. Problemas de aplicación. 
 
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OBJETIVOS 
 
1. Enumerar los principales procesos renales, localizándolos en los diferentes segmentos 
de las nefronas. Localizar cada estructura como cortical o medular. 
2. Ilustrar el papel de los riñones en la regulación de la composición del medio interno. 
3. Analizar el efecto de diversas situaciones funcionales sobre la actividad de la función 
renal. 
4. Explicar por qué en un sujeto sano los valores fisiológicos se refieren a orina de 24 
horas, mientras que en una persona portadora de sonda vesical los valores se refieren a 
la excreción en cada hora. 
5. A partir de los datos de un análisis bioquímico de orina, distinguir si los valores de los 
siguientes parámetros están dentro o fuera del rango de normalidad, identificando el 
proceso renal o el mecanismo para su regulación que pueda estar alterado: 
 a. Diuresis. 
 b. Presencia de células. 
 c. Albúmina. 
 d. Glucosa. 
 e. Sodio, cloruro y potasio. 
 f. Bicarbonato. 
 g. Calcio y fosfato. 
 h. pH urinario. 
 i. Urea y Creatinina. 
 k. Osmolalidad urinaria y Densidad urinaria. 
6. A partir de un conjunto de valores para la diuresis y las concentraciones plasmática 
y urinaria de las sustancias pertinentes, calcular los siguientes aclaramientos, 
evaluando si la función renal es normal e identificando los procesos renales y sus 
mecanismos de regulación que estén implicados: 
a. Aclaramientos de inulina y creatinina. 
b. Aclaramiento de PAH. 
c. Aclaramiento osmolar, agua libre y ligada. 
7. Relacionar el balance de agua y de sodio con la presión arterial, el hematocrito, la 
osmolalidad plasmática y urinaria y las concentraciones plasmática y urinaria de 
sodio, y de potasio. 
8. Comprobar los cambios producidos por variaciones en el volumen y composición 
de los líquidos corporales sobre la cantidad y calidad de la orina formada. 
9. Observar algunas características organolépticas de la orina. 
 
 
 
 
 
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I. CONCEPTOS BÁSICOS DE FISIOLOGÍA RENAL 
 
Los riñones son los órganos que desempeñan diversas funciones fundamentales para el 
mantenimiento de la vida del individuo; es decir, la homeostasis del medio interno. 
 Mantenimiento del equilibrio hídrico, mediante la ADH que es regulado por la 
osmolaridad plasmática y el volumen circulante efectivo. 
 Mantenimiento de sodio corporal total, que a su vez se encuentra en estrecha 
relación con el volumen del líquido extracelular y que son regulados por la tasa de 
filtración glomerular, la reabsorción de sodio, hormonas como la aldosterona y el 
factor natriurético atrial. 
 Mantenimiento del potasio corporal total, mediante la aldosterona. 
 Mantenimiento del metabolismo fosfocálcico, mediante la síntesis de la 1,25-
vitamina D y su interrelación con la parathormona (PTH) 
 Mantenimiento del equilibrio ácido-base, mediante la secreción de protones y la 
producción de amonio. 
 Mantenimiento del hematocrito normal, mediante la síntesis y secreción de 
eritropoyetina. 
 Eliminación de los productos finales del metabolismo proteico. 
 Eliminación de otras sustancias del cuerpo. 
 Regulación de la tensión arterial. 
 El riñón, al estabilizar el volumen y las constantes físico-químicas del líquido 
extracelular, también mantiene el equilibrio intracelular de forma indirecta a través de la 
formación de la orina. Esto se realiza mediante la conservación de agua y los osmoles 
presentes normalmente en el organismo. 
 La orina es el resultado de una serie de procesos que comprende a la filtración 
glomerular, resorción de sustancias y secreción de otras a lo largo de los túbulos renales con 
la consiguiente excreción. 
 El glomérulo renal produce un enorme volumen de ultrafiltrado, sin proteínas, que 
representa unos 180 litros por día para ambos riñones, en el sujeto normal. Este ultrafiltrado 
se forma simplemente por ultrafiltración a través de la pared de los capilares glomerulares y 
tiene igual concentración de cristaloides en la fase acuosa del plasma. 
 Los túbulos renales tienen a su cargo el procesamiento selectivo de este filtrado, 
conservando un 99% del agua filtrada y excretando solo 1 a 2 litros diarios. 
 Los cristaloides son selectivamente concentrados o excretados mediante la resorción 
de las sustancias que resultan útiles al organismo y la secreción y eliminación posterior, a la 
luz tubular, de aquellas que deben eliminarse. 
 Basta conocer el funcionamiento de una nefrona para comprender la función del riñón 
en su totalidad. 
 
270 
Anatomía y fisiología renal 
Los riñones son un par de órganos localizados contra la pared abdominal posterior, justo 
debajo del diafragma y detrás del peritoneo. Están revestidos por una cápsula fibrosa y 
presentan una zona cortical (inmediatamente debajo de la cápsula fibrosa) y la zona medular. 
La zona cortical, de color rojo oscuro, envuelve a la sustancia medular que penetra 
profundamente en ella dando lugar a unas formaciones radiadas llamadas pirámides de 
Ferrein o radios medulares de Ludwig. 
 La zona medular, de color más claro, está formada por 8 a 14 masas piramidales 
denominadas pirámides de Malpighi, cuyo vértice se abre en cavidades en forma de copa 
llamadas cálices renales que convergen en el uréter. Entre las pirámides de Malpighi, se 
encuentran unas prolongaciones de la sustancia cortical que reciben el nombre de columnas 
de Bertin. 
 Cada riñón posee numerosos ovillos microscópicos de capilares sanguíneos arteriales 
denominados glomérulos, los cuales reciben sangre de una arteriola aferente y la vierte en 
otra arteriola eferente de calibre más pequeño. 
 El glomérulo está envuelto por una membrana de doble pared que da lugar a la cápsula 
de Bowman, que se repliega en el lugar en donde confluyen las arteriolas aferente y eferente. 
Por el extremo opuesto, la membrana de la cápsula de Bowman continúa por un delgado tubo 
de curso tortuoso denominado túbulo renal. El conjunto de glomérulo y cápsula de Bowman 
se denominan corpúsculo de Malpighi. 
 El túbulo renal que sale de la cápsula de Bowman se denomina túbulo contorneado 
proximal (TCP) y se continúa con un segmento en forma de U denominado asa de Henle. 
Finalmente, al asa de Henle, sigue el túbulo contorneado distal (TCD) que desemboca en un 
túbulo colector. La orina formada en la nefrona se recoge en los túbulos colectores, que 
representan los conductos en los que desembocan los túbulos contorneados distales. Los 
túbulos colectores van confluyendo entre sí a distintos niveles y van aumentando su calibre 
a medidas que se adentran en la zona medular. Finalizan en grandes conductos (conductos de 
Bellini) que se abren directamente en los cálices renales. 
 
La nefrona 
El conjunto de glomérulo, cápsula renal y túbulos renales compone la unidad funcional del 
riñón denominado nefrona. Se estima que el riñón humano contiene alrededor de 1 a 1 millón 
y medio de nefronas. La mayor parte de la nefrona se encuentra situada en la zona cortical y 
solo la porción de la nefrona constituida por el asa de Henle se encuentra en la zona medular. 
 Las nefronas, aunque son esencialmente similares entre sí, difieren en su longitud. 
Las más cortas tienen sus corpúsculos en las capas más superficiales de la corteza y las asas 
de Henle se extienden solamente hasta la mitad de la médula. Los glomérulos de estas 
nefronas reciben el nombre de glomérulos corticales, mientras que, las nefronas largas 
comienzan junto a la médula y sus asas pueden llegar hasta casi alcanzar la papila. Los 
glomérulos de estas nefronas se denominan glomérulos yuxtamedulares. 
 El glomérulo(o corpúsculo renal) consta de una red capilar revestida por una capa de 
células endoteliales, una región central formada por células mesangiales, células epiteliales 
 
271 
con una membrana basal asociada que forman la capa visceral y, finalmente una capa parietal 
de células epiteliales que forman la cápsula de Bowman. Permite que el plasma se filtre a 
través de la membrana filtrante fenestrada compuesta por una membrana basal glomerular 
periférica y por unas células epiteliales viscerales especiales denominados podocitos. Entre 
las dos capas epiteliales (capa visceral y capa parietal) se extiende una cavidad estrecha 
llamada espacio de Bowman. 
 Las células mesangiales son células de forma irregular, con un núcleo denso y unas 
prolongaciones citoplasmáticas alargadas. Además, contienen grandes cantidades de 
microfilamentos formados por actina, -actinina y miosina, que les confieren muchas de las 
propiedades funcionales de las células del musculo liso. Además de proporcionar un soporte 
estructural para las asas capilares glomerulares, las células mesangiales intervienen en la 
regulación de la filtración dado que sustancias vasoactivas como la angiotensina II, 
vasopresina, noradrenalina, y otros, provocan su contracción mientras que son relajadas por 
la PGE2, el péptido natriurético auricular (PNA) y la dopamina (DA). 
 Los capilares glomerulares están revestidos de una capa de endotelio fenestrado, 
tienen la función de sintetizar óxido nítrico (NO) y en su superficie se encuentran receptores 
para el factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF) que es un importante regulador 
de la permeabilidad vascular. Las células endoteliales constituyen la barrera inicial ante el 
paso de los componentes de la sangre desde la luz capilar hasta el espacio de Bowman. 
 Las células epiteliales viscerales, también llamadas podocitos son las mayores del 
glomérulo. Poseen largas prolongaciones citoplasmáticas que se extienden desde el cuerpo 
celular principal y lo dividen en apéndices llamados pedicelos. 
 
Circulación renal 
Los riñones están irrigados por las arterias renales, ramas de la aorta abdominal. Son muy 
cortas y se dividen entre las pirámides de Malpighi, dando origen a las arterias interlobulares. 
De estas a su vez a nivel de la zona corticomedular, nacen las arterias arciformes, las cuales 
se continúan en las arterias interlobulillares que formarán finalmente las arteriolas aferentes 
de los glomérulos. 
 La sangre arterial que llega al riñón por la arteria renal fluye por las arterias 
interlobulares, arciformes e interlobulillares, arteriola aferente, capilares glomerulares, 
arteriola eferente y capilares peritubulares (los verdaderos capilares que aportan al riñón el 
oxígeno y nutrientes necesarios para su función). Estos capilares se continúan con las venas 
interlobulares, arciformes, interlobulillares para luego finalizar en la vena renal que vierte la 
sangre a la vena cava inferior. 
 Debido a que la función de los riñones, de eliminar productos de desecho a través de 
la orina, recibe gran cantidad de sangre por gramo de peso. Una forma de expresar el flujo 
de sangre renal es considerando la fracción renal o fracción del gasto cardíaco que pasa por 
los riñones. Por ejemplo, en un sujeto de unos 60 kg de peso, el gasto cardíaco es de unos 6 
litros/minutos, suponiendo la fracción renal el 20% (1,6 litros/min) de este volumen. 
Dividiendo este volumen por el peso de ambos riñones, se obtiene un flujo de sangre de 420 
ml/min/100 g de tejido, flujo sustancialmente mayor que el del hígado, o del músculo en 
reposo. 
 
272 
 La regulación del flujo sanguíneo en los glomérulos se consigue mediante tres 
formaciones: el cojinete polar, las células de Goormaghtigh y la mácula densa. El cojinete 
polar consiste en un engrosamiento de la pared de la arteriola aferente antes de que esta entre 
en el glomérulo renal. La arteriola pierde su membrana elástica, el endotelio de vuelve 
discontinuo y la túnica media se dispone en dos capas, formadas por células secretoras que 
producen la renina. 
 Las células de Goormaghtigh, se disponen en el ángulo comprendido entre las 
arteriolas aferente y eferente, y se reúnen en pequeñas columnas muy relacionadas con las 
células del cojinete polar. Entre ambas formaciones se encuentra la mácula densa (o de 
Zimmerman) que está en contacto con el túbulo distal y la arteriola aferente justo antes de 
que esta penetre en el glomérulo. Estas tres formaciones en conjunto (cojinete polar, células 
de Goormaghtigh y mácula densa) constituyen el aparato yuxtaglomerular que es el que 
regula el flujo de sangre en el glomérulo mediante el mecanismo de retroalimentación 
tubuloglomerular. 
 
Retroalimentación tubuloglomerular. Sistema renina-angiotensina 
El aparato yuxtaglomerular (AYG) comprende anatómicamente: a) la zona próxima al 
glomérulo del vaso aferente (con células granulares de inervación simpática que contienen 
renina) y del vaso eferente; b) las denominadas células de la mácula densa de la porción 
ascendente gruesa del asa de Henle de la misma nefrona, y c) las células del mesangio 
extraglomerular (almohadilla). 
 El AYG participa en el acopiamiento (retroalimentación) tubuloglomerular (RTG) 
local de la misma nefrona mediante la angiotensina II (ATII), y la síntesis sistémica de ATII 
[sistema renina-angiotensina (SRA)]. 
 Como la IFG diaria tiene un volumen 10 veces mayor que todo el volumen 
extracelular, hay que adaptar de forma precisa la excreción de agua y sal con la ingesta. 
Numerosas causas pueden modificar de forma aguda la IFG de una nefrona concreta y la 
cantidad de NaCl filtrada por unidad de tiempo en ella. Si el cambio fuera muy importante, 
existiría riesgo de que los mecanismos de reabsorción de NaCl distales se sobrepasaran, con 
una pérdida excesiva de H2O y NaCl en la orina. Por el contrario, si la filtración fuera muy 
escasa, se retendrían estas sustancias. La medida de la reabsorción de H2O y NaCl en el 
túbulo proximal se corresponde con la velocidad de flujo de la orina por el asa de Henle. 
Cuanto menor sea la reabsorción, más rápido es el flujo por la porción ascendente gruesa del 
asa de Henle y la orina se diluye menos y aumenta la concentración de NaCl en la mácula 
densa. Si este aumento fuera muy importante, se produciría una reducción e inversión de la 
IFG de esa nefrona en unos 10 s por la vasoconstricción del vaso aferente (retroalimentación 
negativa). 
 Si existiera un acoplamiento fijo entre la IFG de una nefrona y la concentración de 
NaCl en la mácula densa mediante el AYG, podría resultar fatal cuando se produjeran 
modificaciones por alteraciones crónicas del contenido en NaCl y del volumen del líquido 
extracelular (LEC). Un aumento sostenido del LEC reduciría la reabsorción proximal de 
NaCl, con el consiguiente aumento de concentración de NaCl en la mácula densa, que 
reduciría la IFG y podría aumentar aún más el LEC. Lo contrario sucedería en caso de 
deficiencia del LEC. 
 
273 
 Si la presión renal media disminuye de forma aguda por debajo de 90 mm Hg, 
aumenta la liberación de renina y su concentración sistémica a través de los barorreceptores 
renales. La renina es una peptidasa que degrada el angiotensinógeno producido en el hígado 
para liberar angiotensina I. La enzima convertidora de angiotensina (ECA), presente a nivel 
pulmonar, quita dos aminoácidos a la angiotensina I con producción de AT II (unos 30-60 
min después de la caída de la presión arterial). 
 Los receptores 1-adrenérgicos permiten ampliar las variaciones de presión arterial, 
que aumentan la secreción de renina y los receptores adrenérgicos de tipo 1 aumentan su 
secreción basal. 
 Los dos efectores fundamentales del SRA son ATII y aldosterona, cuya secreción en 
la glándula suprarrenal es estimulada por la ATII. Ambas hormonas regulan de forma directa 
(y rápida) o indirecta (lenta) la elevaciónde la presión arterial, lo que normaliza la liberación 
de renina, de forma que la ATII y la aldosterona inhiben la liberación de renina 
(retroalimentación negativa). 
 Cuando la presión arterial media sólo disminuye en un riñón (cuando se estenosa la 
correspondiente arteria renal), éste libera más renina, lo que produce la denominada 
hipertensión renal. 
 
II. FUNCIÓN DE LA NEFRONA 
 
La función básica de la nefrona es la de depurar el plasma sanguíneo de catabolitos no 
utilizables. Las sustancias eliminadas son predominantemente productos finales del 
metabolismo, como urea, creatinina, ácido úrico, sulfatos y fenoles. Además, materiales no 
metabolizables que se acumulan en cantidades excesivas en el organismo como iones de 
sodio, de potasio o de cloruro. 
 La depuración se lleva a cabo mediante un mecanismo en el cuál aproximadamente 
la quinta parte del plasma que pasa por los glomérulos se filtra por la membrana de 
ultrafiltración, el líquido filtrado pasa a los túbulos en los que las sustancias que el organismo 
puede utilizar retornan a la sangre de los capilares peritubulares como la glucosa, los 
aminoácidos, el agua y muchos electrólitos; mientras que las sustancias que no sirven no se 
reabsorben. Esto se lleva a cabo gracias a la existencia de una reabsorción tubular selectiva. 
 La filtración glomerular es totalmente pasiva, mientras que la reabsorción es en, su 
mayor parte, un proceso activo. El mecanismo de filtración del líquido desde los capilares 
glomerulares hacia el espacio de la cápsula de Bowman, es similar al que rige el intercambio 
a través de la membrana capilar en el resto del organismo. 
 Las presiones que tienden a expulsar líquido de los capilares son mayores que las que 
tienden a retenerlo, por lo cual filtra líquido a través de las paredes capilares glomerulares, 
hacia la cápsula de Bowman. Estas fuerzas, aunadas a la permeabilidad hidráulica y el área 
de superficie de la membrana de los capilares glomerulares, determinan el flujo neto de 
líquido, llamado índice de filtración glomerular (IFG). 
 
274 
 Las ecuaciones siguientes expresan todas las fuerzas que participan en la 
determinación del IFG. 
IFG = (coeficiente de ultrafiltración) (fuerzas que se oponen a la filtración y la 
favorecen) 
IFG = (coeficiente de ultrafiltración) [(fuerzas que favorecen la filtración) – (fuerzas 
que se oponen a la filtración)] 
IFG = Kf x [(Pc + b) – (g + Pb)] 
IFG = Kf x (Pc - g – Pb) 
Kf = coeficiente de ultrafiltración, o sea el producto de la permeabilidad hidráulica (Lp) por 
el área de superficie (AS) de la membrana de los capilares glomerulares. 
Pc = presión hidrostática de los capilares glomerulares. 
g = presión oncótica de los capilares glomerulares 
Pb = presión hidrostática del espacio de Bowman. 
b = presión oncótica del espacio de Bowman. 
 Las presiones que favorecen la filtración y las que se oponen a ella son: 
 Presión hidrostática de los capilares glomerulares (Pc): la Pc promedia casi 60 
mmHg en el extremo aferente de los capilares glomerulares y cae a 58 mmHg en el 
extremo eferente de dichos capilares. 
 Presión oncótica del espacio de Bowman (b): en condiciones normales esta fuerza 
es insignificante, dado que se filtran cantidades mínimas de proteínas. 
 Presión hidrostática del espacio de Bowman (Pb): es aproximadamente de 20 
mmHg y permanece constante del extremo aferente al eferente de los capilares 
glomerulares. 
 Presión oncótica de los capilares glomerulares (c): la c promedia 25 mmHg en 
el extremo aferente de los capilares glomerulares. 
 El líquido se filtra hacia fuera del plasma en los capilares glomerulares, mientras que 
las proteínas plasmáticas se quedan en la sangre de modo que la concentración de dichas 
proteínas y la presión oncótica aumentan conforme la sangre circula del extremo aferente al 
eferente de los capilares mencionados. El cambio de la g tiene efecto importante en la fuerza 
neta para la filtración glomerular. En el comienzo (extremo aferente) de dichos capilares, la 
suma de las fuerzas para la filtración glomerular favorece considerablemente la filtración 
neta. La presión neta a favor de la ultrafiltración glomerular (Puf) se puede calcular como 
sigue: Puf = [(Pg + b) – (g +Pb)] = [(60 + 0) – (25 + 18)] = 17 mmHg. En el extremo distal 
(eferente) de los capilares, la  del plasma aumenta hasta 15 mmHg, lo cual modifica en 
forma notable las fuerzas para la filtración: Puf = [(Pg + b) – (g +Pb)] = [(58 + 0) – (40 + 
18)] = 0 mmHg. Por lo tanto, la concentración de proteínas en la sangre glomerular tiene 
efecto considerable en las fuerzas que operan a favor de la filtración glomerular. Los valores 
de las presiones son ciertos si la presión arterial media en la arteria renal es 100 mmHg. 
 
275 
 Debido a que la presión efectiva de filtración en el riñón es sustancialmente superior 
a la presión de filtración capilar en otras partes del organismo, la velocidad de filtración renal 
es muy alta. La mayor presión hidrostática de los capilares glomerulares está condicionada 
por algunas particularidades de la circulación renal. 
 Primero, a la reducida longitud y gran diámetro de las arterias renales. Estas nacen en 
ángulo recto, directamente de la aorta, lo que explica la pequeña diferencia de presión entre 
la aorta y los capilares renales. 
 Segundo, a la alta resistencia que encuentra el flujo de sangre en los capilares del 
glomérulo. Esta se debe, por una parte, a que el diámetro de la arteriola eferente es menor 
que el de la aferente; por otra parte, a que la arteriola eferente se ramifica en una segunda red 
capilar que representa una resistencia adicional. Es por ello que la sangre circula por los 
riñones a alta presión y, en relación a su peso, son los órganos de más intensa irrigación del 
cuerpo humano, ya que pasa por ellos aproximadamente la cuarta parte del volumen-minuto. 
Esto significa que en 24 horas fluye por los riñones, cuyo peso conjunto no sobrepasa los 300 
g unos 1728 litros de sangre. De los 1200 ml de sangre que pasan en cada minuto por los 
riñones, alrededor de 650 ml corresponden a plasma y 550 ml a los elementos formes. Como 
sólo el plasma participa en la formación de la orina, para calcular el volumen total del líquido 
filtrado, la cantidad de los elementos formes carece de interés. De los 1200 ml de plasma, 
filtran hacia la cápsula de Bowman aproximadamente 125 ml de líquido por minuto, o sea, 
cerca de 180 litros en 24 horas. Esto permite a los riñones actuar rápida y eficazmente sobre 
la composición del LEC y regular así constantemente su volumen y composición. 
 Un factor de gran importancia en la filtración, es la permeabilidad de la membrana 
filtrante la cual consta de varias capas. La membrana filtrante está formada por dos tipos de 
células: las células endoteliales de la pared capilar y las células epiteliales de la pared de la 
cápsula de Bowman, que se adosa a los capilares en toda su extensión. Entre ambas capas de 
células se encuentra la membrana basal o lámina densa, que representa en realidad el 
verdadero filtro. Esta lámina, que es la que realmente selecciona las sustancias que pasarán 
por el filtro, posee poros (orificios) funcionales de un diámetro de unos 80 A. Estos poros 
sólo permiten el paso de moléculas de agua y de aquellas substancias cuyo diámetro 
molecular no es mayor que 80 A (como la glucosa, urea, etc.) y retiene todas aquellas 
sustancias que tienen un diámetro molecular mayor. 
 Los elementos formes de la sangre no pueden pasar por los poros de la lámina densa, 
como tampoco las proteínas, especialmente aquellas cuyo peso molecular es elevado 
(seroalbúminas). Por lo tanto, la composición del filtrado glomerular es idéntica a la del 
plasma, a excepción de los elementos formes y proteínas. Cuando un líquido que contiene 
proteínas pasa por un filtro en tal forma que el filtrado resultante carece de proteínas,estamos 
frente a un proceso llamado ultrafiltración. Se puede, por consiguiente, definir el líquido en 
la cápsula de Bowman, como un ultrafiltrado del plasma. 
 
Intensidad de filtración glomerular (IFG) y su determinación 
El volumen del filtrado depende del volumen y de la presión de la sangre que pasa por los 
riñones. El volumen del ultrafiltrado producido por los riñones en 24 horas y, en condicionas 
fisiológicas, es constante como resultado de mecanismos de autorregulación que permiten a 
 
276 
la irrigación de los riñones variar independientemente de los cambios en la circulación 
sanguínea del resto del organismo. 
 La autonomía de la circulación glomerular resulta principalmente del ajuste de los 
diámetros de las arteriolas aferentes y eferentes, o sea, de la regulación del volumen de sangre 
que entra y sale de los glomérulos. Normalmente el diámetro de la arteriola aferente es 
superior al de la eferente, lo que contribuye a crear una alta presión en el interior del 
glomérulo. Si por alguna razón el flujo sanguíneo en el organismo disminuye o la presión 
arterial desciende, las arteriolas aumentan sus diámetros mediante los mecanismos de 
autorregulación, pero se mantiene la diferencia entre el diámetro de las arteriolas aferentes y 
eferentes, la que asegura en los capilares glomerulares la presión hidrostática necesaria y una 
filtración cuantitativamente adecuada. 
 Cuando la presión arterial o el volumen de sangre circulante son elevados, el ajuste 
se realiza en sentido opuesto. En condiciones fisiológicas los mecanismos de autorregulación 
actúan rápidamente, asegurando un volumen uniforme de filtrado, siempre que las 
variaciones de la irrigación y de la presión no sobrepasen ciertos límites. Cuando esta 
autorregulación deja de ser efectiva, disminuye el volumen de sangre que pasa por los 
glomérulos y consecutivamente la cantidad del filtrado. En estas condiciones la producción 
de orina decrece y en casos extremos puede hasta suspenderse por completo llevando a una 
anuria isquémica. 
 En general, se estudia la función renal mediante un método indirecto denominado 
depuración o aclaramiento (clearance), el cual permite calcular no sólo el volumen de líquido 
filtrado en los glomérulos, sino también la reabsorción y excreción tubular de ciertas 
sustancias, procesos que condicionan el volumen y composición final de la orina. 
 La depuración es el volumen hipotético de plasma del cual los riñones extraen 
completamente una sustancia por unidad de tiempo. La depuración de la sustancia X (Cx) 
puede calcularse al multiplicar la relación de concentraciones urinaria versus la plasmática 
de la sustancia X por la velocidad de flujo de orina: 
Cx = Vf x (Ux/Px) 
Ux = concentración urinaria del compuesto x (mg/dl) 
Vf = velocidad de flujo urinario (ml/min.) 
Px = concentración plasmática del compuesto x (mg/dl) 
 Las concentraciones urinaria y plasmática de la sustancia X deben expresarse en las 
mismas unidades, de modo que el valor de depuración tenga las mismas dimensiones (es 
decir, volumen/tiempo) que la velocidad del flujo de orina. 
 En teoría las sustancias que se filtran libremente en los glomérulos y que los túbulos 
renales no absorben ni secretan son los marcadores ideales para medir la filtración 
glomerular. Una sustancia de uso común para tal medición en situaciones experimentales es 
la inulina, polisacárido (PM = 5500) que se infunde por vía IV que es fisiológicamente inerte 
y atóxica. Los riñones extraen la inulina del cuerpo por filtración y no la secretan, ni 
reabsorben, ni metabolizan, de modo que la depuración de la inulina (Cinulina): 
IFG = Cinulina = Vf x Uinulina / Pinulina 
 
277 
Cinulina = depuración de inulina. 
Vf = velocidad del flujo de orina. 
Uinulina = concentración urinaria de inulina. 
Pinulina = concentración plasmática de inulina. 
 En esta ecuación, las concentraciones plasmáticas y urinarias de inulina deben 
expresarse en las mismas unidades (mg/dl) y se cancela mutuamente en el cálculo. Las 
unidades del IFG son las mismas que las de la Vf (ml/min.) 
 Así, por ejemplo, si 100 ml de plasma contienen 0,1 g de una sustancia que filtra 
libremente en los glomérulos y no se reabsorbe, ni se excreta en los túbulos renales, y en la 
orina formada en un minuto hay 0,1 g de la misma sustancia, en un minuto filtran 100 ml de 
plasma en los glomérulos. Se podría definir, por lo tanto, el concepto del índice de depuración 
o clearance plasmático, como el volumen de plasma depurado de sustancias por los riñones 
en la unidad de tiempo. 
 Repetidas mediciones han permitido establecer que el valor promedio del índice de 
depuración de la inulina en el hombre es de 125 ml/minuto para un adulto normal de 70 kg 
de peso y 1,73 m2 de superficie corporal. De esta cifra se deduce que diariamente filtran 
aproximadamente 180 litros de plasma. Esta cantidad equivaldría a 16 veces del volumen del 
líquido extracelular total y significa que el volumen total del plasma (que representa el 4,5% 
del peso corporal) filtra 58 veces al día y que cada 25 minutos se depura la totalidad del 
plasma circulante. 
 
Depuración o clearance de creatinina endógena (DCE) 
La creatinina es una sustancia que deriva del metabolismo muscular endógeno. Es la forma 
en que se elimina la creatina de la cual deriva por deshidratación. La creatininuria es el reflejo 
de la actividad muscular y por tanto no depende de la ingesta de proteínas de la dieta. 
 Su tenor en orina es prácticamente constante y casi no varía de día en día, 
Normalmente se excreta en condiciones fisiológicas entre 1 y 2 g/24 h en hombres, y entre 
0,6 y 1,5 g/24 h en mujeres. Estos valores fluctúan con la masa muscular y la actividad, así 
como también con el grado de funcionalismo renal. 
 La creatinina, es un compuesto sumamente difusible cuya eliminación del organismo 
se efectúa a través del riñón y casi exclusivamente por filtración. Por este motivo, el clearance 
de creatinina endógena es uno de los métodos más frecuentemente utilizados como medida 
de la filtración glomerular. 
 
PROCEDIMIENTO 
 Se determina la superficie corporal (S) mediante la tabla de Dubois. 
 Se recolecta orina de 24 h. 
 La toma de sangre puede efectuarse en cualquier momento de la prueba. 
 Se determina creatinina en suero (P) y en orina (O). 
 
278 
Ccreatinina = Vf x (Ucreatinina / Pcreatinina) x 1,73/S 
Valores de referencia: 80 - 140 ml/min por 1,73 m2 con un valor promedio de 125 ml/min, 
en adultos hasta 60 años. 
 Debido a los problemas prácticos inherentes a la determinación de clearance como el 
de los valores obtenidos en oligurias, se puede usar la determinación de creatinina sérica 
como índice de funcionalismo renal, y se puede utilizar la fórmula de Crockroft – Gault: 
DCE = (140 – Edad) x Peso/kg 
 72 x Creatinina sérica (mg/dl) 
 En mujeres se multiplica por 
0,85 que es la corrección para la 
superficie corporal. Esta fórmula se 
debe utilizar en pacientes entre los 
15 y 50 años de edad, aunque puede 
ser un referente para pacientes de 
mayor edad, tomando en cuenta que 
a partir de la quinta década de la 
vida se pierde unos 0,25 
ml/min/año. 
Procesos tubulares 
El túbulo renal consta de tres 
segmentos histológica y 
funcionalmente diferentes. 
 En el primer segmento, 
denominado túbulo proximal, se 
efectúa la reabsorción activa de los 
solutos filtrados. 
 El segundo segmento (asa de 
Henle) es largo y delgado y posee un 
rol importante en el control del 
volumen urinario y del líquido 
corporal. Posteriormente, en el 
tercer segmento o túbulo distal, se 
realiza la reabsorción selectiva del 
sodio y la acidificación de la orina. 
 Varios túbulos dístales desembocan en un túbulo colector y varios de estos túbulos 
colectores forman una papila renal. Las papilas renales confluyen para constituir la pelvis 
renal, que se continúa con el uréter, elcual conduce la orina a la vejiga. El túbulo colector 
participa activa en la reabsorción del agua y en el manejo de los electrólitos. 
 El proceso principal que se realiza en los tres segmentos de los túbulos renales es la 
reabsorción, que afecta tanto al agua como a los solutos. El mecanismo de absorción varía en 
cada segmento. En el túbulo proximal, por ejemplo, se reabsorben pasivamente agua y 
 
279 
solutos, mientras que en el asa de Henle y en el túbulo colector, por la acción de la hormona 
antidiurética, se reabsorbe activamente el agua. 
 En el túbulo proximal se reabsorben principalmente los solutos, junto con un volumen 
considerable de agua. La reabsorción del agua es totalmente pasiva mediante la osmosis y es 
sólo la consecuencia de la reabsorción de los solutos. Contribuye a la mantención de la 
osmolaridad del filtrado. 
 La capacidad del túbulo proximal para reabsorber líquido es casi ilimitada, si se 
considera que, a su nivel, de los 180 litros filtrados en 24 horas, el 80-85% (alrededor de 150 
litros) vuelve a la circulación. La reabsorción en el túbulo proximal, mediante procesos 
activos y muchas veces selectivos, cambia fundamentalmente la composición del 
ultrafiltrado, por lo cual, el líquido que pasa del túbulo proximal al asa de Henle es de 
composición diferente. Los 30 litros de líquido que fluyen en 24 horas por el asa de Henle 
(de los 180 litros filtrados, 150 se reabsorben en los túbulos proximales), tienen la misma 
osmolaridad que el plasma sanguíneo, pero carecen de glucosa y contienen sólo cantidades 
insignificantes de bicarbonato, de fosfatos y de aminoácidos. Aproximadamente un 80-85% 
del Na+ y Cl-, la totalidad del K+, Ca2+ y Mg2+, el 50% de la urea y del ácido úrico filtrado en 
el glomérulo, han sido reabsorbidos en el túbulo proximal. 
La concentración de algunas sustancias (ácido hipúrico, urocromo, algunos fosfatos) es 
superior en el líquido del asa de Henle que el ultrafiltrado glomerular, a pesar de que la 
reabsorción en el túbulo proximal se efectúa en forma isoosmolar con el ultrafiltrado. 
 La reabsorción tubular se realiza mediante mecanismos similares a los que utilizan 
las membranas biológicas en general, o sea, mediante transporte activo o pasivo. Entre las 
sustancias reabsorbidas activamente son especialmente importantes la glucosa, fosfatos, 
ácido úrico, aminoácidos, vitaminas C y B12. La capacidad de transporte activo de los túbulos 
es limitada y cuando la cantidad de una sustancia por reabsorber sobrepasa esta capacidad, 
el exceso es eliminado por la orina. La cantidad máxima de una sustancia que las células 
tubulares son capaces de transportar del túbulo a la sangre, es designada como Tm (transporte 
máximo) y es diferente para cada sustancia. 
 La concentración de glucosa en la sangre, y por lo tanto en el filtrado glomerular, es 
normalmente alrededor de 100 mg/ml. En condiciones fisiológicas, la glucosa es 
completamente reabsorbida en el túbulo proximal y, por lo tanto, la orina no contiene glucosa. 
En ciertas enfermedades como la diabetes o debido a una ingestión excesiva de glucosa, su 
nivel en la sangre, y por lo tanto en el ultrafiltrado, puede elevarse en tal forma que sobrepasa 
el Tm de las células tubulares. Una parte de la glucosa filtrada no será absorbida, sino 
eliminada por la orina dando lugar a la glucosuria. 
 El Na+, el Cl-, el HCO3
- y parcialmente el K+, se reabsorben sin limitación alguna, 
pero de forma tal de que el líquido intratubular conserve su electroneutralidad. Así, por 
ejemplo, en el caso del NaCl, los iones Na+ se transportan en forma activa pero el Cl- sigue 
pasivamente al sodio y se mantiene así constante la electroneutralidad del líquido reabsorbido 
y la del remanente en los túbulos. El 60-70% del Na+ filtrado en los glomérulos, se reabsorbe 
obligatoriamente en el túbulo proximal independientemente de las necesidades del 
organismo. 
 Existe una estrecha relación entre la reabsorción de Na+ y de agua. El agua sigue al 
NaCl de acuerdo con el gradiente osmótico creado por la reabsorción de este último. 
 
280 
Aproximadamente siete octavas partes del agua filtrada se reabsorben en esta forma. La 
reabsorción es, por consiguiente, obligada, totalmente pasiva y se realiza por simple ósmosis. 
 De los bicarbonatos filtrados, aproximadamente un 99% se reabsorbe en forma activa. 
Esta reabsorción está regulada por el pH en el interior de las células tubulares. 
 Normalmente casi la totalidad del K+ filtrado se reabsorbe en el túbulo proximal. Las 
células del túbulo distal excretan K+ en una cantidad que alcanza alrededor de 50 mEq/24 
horas. 
 Entre las sustancias que se reabsorben pasivamente, la urea tiene particular 
importancia ya que difunde libremente a través de la membrana de todas las células del 
organismo y se encuentra, por lo tanto, distribuido uniformemente en todos los líquidos 
corporales. La reabsorción activa de la glucosa y de algunos electrólitos arrastra agua, junto 
con la cual difunde la urea desde el lumen tubular hacia los capilares peritubulares. La 
difusión de la urea depende principalmente de la calidad y volumen del ultrafiltrado 
glomerular y de la orina excretada. Si el ultrafiltrado es escaso (caso en el cual el volumen 
de orina eliminada también lo es), puede reabsorberse hasta el 70% de la urea filtrada, en 
tanto que, si la ultrafiltración es abundante, la reabsorción no sobrepasa el 40%. 
 Las proteínas pueden pasar la barrera de filtración en pequeñas cantidades, siendo 
éstas de menor tamaño a 80 A, o sea, menor que el diámetro de los poros de la membrana 
filtrante. De las proteínas plasmáticas filtran pequeñas cantidades de albúmina (peso 
molecular 72.000), pero no lo hacen las globulinas, cuyos pesos moleculares son altos. 
 Se ha determinado que en el filtrado glomerular hay alrededor de 10 mg% de 
proteínas. Por consiguiente, los 180 litros filtrados en 24 horas, contendrían 18 g de proteínas. 
Sin embargo, no se excretan por la orina más de 0,07 g de proteínas por litro, o sea, 
aproximadamente, 0,11 g en 24 horas (teniendo en cuenta una diuresis diaria normal de 
aproximadamente 1,5 l), lo que indica que la mayor parte de las proteínas filtradas es 
reabsorbida en los túbulos mediante pinocitosis y es degradado a sus aminoácidos 
componentes para pasar a los capilares peritubulares. 
 Normalmente se secretan diversos iones, especialmente por el túbulo distal. La 
secreción de hidrogeniones por el túbulo distal es de gran importancia, dado el papel que 
estos juegan en la regulación de la constancia del medio interno. Una cantidad elevada de 
iones H+, producidos en el metabolismo celular, es excretada en la orina. 
 Las células tubulares dístales secretan también iones NH4
+, secreción que no es activa 
como en el caso del K+, sino un simple proceso de difusión pasiva, cuya intensidad depende 
del gradiente de concentración osmótico entre líquido tubular y sangre. A través de la 
excreción de iones H+ y NH4
+, el túbulo distal cumple un papel importante en la regulación 
del pH de la orina. 
 Aparte de las sustancias normalmente excretadas por el riñón, hay una serie de otras, 
extrañas al organismo, que al ser suministradas son eliminadas a nivel tubular. Entre estas se 
encuentran algunas sustancias que circulan en la sangre unida a proteínas y que por su gran 
tamaño molecular no filtran en el glomérulo como el ácido para-amino-hipúrico (PAH), el 
ácido hipúrico, compuestos yodados, algunos antibióticos como la penicilina, etc. Estas y 
todas las sustancias extrañas al organismo son excretadas por el túbulo proximal y no por el 
túbulo distal, como es el caso del K+, el H+ y el NH4
+. 
 
281 
 En el túbulo distal se reabsorben Na+ por acción de la aldosterona y H2O por la acción 
de la ADH. Se excretan en el túbulo distal los iones K+ + y NH4
+. El balance acuoso es 
mantenido por la excreción de una orina osmóticamente diluida(proceso de dilución o 
diuresis hídrica), o bien, por una orina osmóticamente concentrada (proceso de concentración 
o de antidiuresis). Normalmente prevalece el segundo proceso, pues la adaptación de la vida 
fuera del medio acuoso obliga al organismo a ahorrar constantemente agua. 
 El mecanismo de dilución prevalece sólo cuando se ingiere líquido en exceso. Ambos 
procesos regulan también el balance osmolar, de acuerdo con la necesidad de eliminar o 
ahorrar osmoles (solutos). El principal soluto, para los efectos de la presión osmótica, es el 
Na+. De acuerdo con las necesidades del organismo, el riñón es capaz de eliminar orina cuya 
osmolaridad fluctúa entre 50 mOsm/l y 1200 mOsm/l. Por lo tanto, suponiendo que la 
ingestión de alimentos sea adecuada, cuali-cuantitativamente, la menor ingestión de agua se 
compensa mediante la concentración de la orina y la sobrehidratación por eliminación de una 
orina diluida. 
 Nuestros conocimientos acerca de los mecanismos que regulan la concentración y 
dilución de la orina, han variado fundamentalmente con la introducción de la llamada teoría 
de contracorriente. 
 El mecanismo de contracorriente se produce gracias a la peculiar arquitectura de la 
médula renal, en la que tanto el asa de Henle como los vasos, siguen recorridos en horquilla. 
Para comprender el fundamento del mecanismo en contracorriente y la regulación de la 
concentración y dilución de la orina, es necesario conocer que: 1) tanto la rama ascendente, 
como descendente del asa de Henle son impermeables para el agua, en ausencia de la 
hormona antidiurética (ADH), 2) la acción de la ADH consiste en permeabilizar estas 
estructuras al paso del agua y, 3) en el túbulo proximal se absorben en forma obligada las 7/8 
partes del agua y del sodio filtrados en el glomérulo (de los 180 litros de agua filtrados se 
reabsorben 150 litros, de manera que sólo 30 litros llegan al asa de Henle). 
 Como la reabsorción en el túbulo proximal se realiza en forma isoosmótica, sólo estos 
30 litros participan en los procesos de dilución y concentración. 
Depuración o clearance de urea (du) 
Como forma de evaluar reabsorción tubular parcial, puede medirse la depuración de urea, 
aunque actualmente suele prescindirse de ésta determinándose en su lugar solamente la 
uremia (urea plasmática). También todavía suele solicitarse por separado la concentración de 
urea en orina en micciones al azar, a pesar de su escaso valor clínico; en todo caso es mejor 
la determinación en orinas de 24 h. La eliminación de urea está sujeta a grandes variaciones 
dependientes de la dieta. Por término medio, y con una dieta mixta corriente, se excretan 
unos 30 g/24 h (20 a 40 g/24h). 
 El clearance de urea no guarda relación con el filtrado glomerular ya que se reabsorbe, 
en parte en los túbulos renales, y es por ello que se utiliza como índice de reabsorción tubular. 
Además, varía con la diuresis de modo que con diuresis por debajo de 2 ml/min., se ha 
convenido en utilizar √V (raíz cuadrada de V), en lugar de V en el cálculo, pero aun así los 
resultados son engañosos en las oligurias. 
 
 
 
282 
PROCEDIMIENTO 
 Es similar al clearance de creatinina. 
Valores de referencia: en adultos 64 a 99 ml/min., por 1,73 m2 y en niños 41 a 65 ml/min., 
por 1,73 m2 
 
Mecanismo de concentración de la orina 
El Na+ que ingresa de la luz tubular, mediante el cotransportador Na+-K+-2Cl-, es 
transportado hacia el espacio intersticial de la médula renal, mediante la bomba de Na+/K+ 
ATPasa, a través de la pared de la rama ascendente gruesa del asa de Henle, que es 
impermeable al agua debido a la densa capa de glucocálix. La electroneutralidad se mantiene 
porque el Cl- sigue al Na+. El líquido intersticial se torna, así, hiperosmótico con respecto al 
líquido intratubular. Consecutivamente sale agua (a través de la pared) de la rama 
descendente del Asa de Henle hacia le intersticio por efecto osmótico y aumenta la 
osmolaridad del filtrado a medida que avanza por el asa. Debido a esto se establece un 
gradiente osmótico en dirección de la papila renal y el líquido intratubular en la corteza está 
más diluido que en las regiones más profundas, cercanas a la médula. La diferencia de 
osmolaridad entre el líquido intratubular y el del intersticio es insignificante cualquiera sea 
el nivel en que se analice ya que la presión osmótica intersticial se modifica paralelamente 
con la intratubular. Por el contrario, la diferencia es considerable si se compara el líquido del 
túbulo proximal (isoosmótica respecto al plasma) con el del asa de Henle (marcadamente 
hiperosmótico). 
La osmolaridad del líquido en los túbulos proximal es de 300 mOsm/l, mientras que 
en el túbulo distal es hipoosmótico (100 mOsm/l) debido a la reabsorción activa de solutos 
en el asa ascendente gruesa de Henle. 
 En la conservación de la hiperosmolaridad medular-papilar participan los vasos rectos 
(vasa recta), que funcionan como otro de los elementos del sistema de contracorriente. En 
efecto, a medida que la sangre fluye hacia la profundidad de la médula, capta Na+ y Cl- y 
entrega H2O al intersticio, por diferencia de osmolaridad, haciéndose así progresivamente 
hiperosmótica. Pero al retornar el vaso recto hacia la capa externa de la corteza, la sangre 
recorre un tejido renal cuyo líquido intersticial es pobre en solutos, por lo cual pierde Na+ y 
Cl- hacia el intersticio y absorbe agua, disminuyendo gradualmente su osmolaridad. En esta 
instancia el líquido en el túbulo distal no sólo no se ha concentrado, sino que se ha hecho 
ligeramente hipoosmótico. 
 La concentración del líquido intratubular requiere la presencia de la hormona 
antidiurética (ADH) la cual hace permeable para el H2O las paredes del túbulo distal y del 
túbulo colector. A este nivel pasa agua del líquido intratubular al intersticio hasta que ambos 
se hacen isoosmóticos al final del túbulo distal, para tornarse progresivamente 
hiperosmóticos en el túbulo colector hasta alcanzar un máximo a nivel de la papila renal. 
Como resultado final de estos procesos iniciados por la ultrafiltración glomerular, se ha 
formado la orina, cuya cantidad, en relación con el volumen de ultrafiltrado glomerular, es 
escasa, pero cuya concentración es considerablemente mayor. 
 Es importante notar que el exceso de agua en el compartimiento extracelular, inhibe 
la secreción de ADH. Debido a esto se elimina una orina abundante, pobre en solutos, o sea, 
 
283 
diluida. Contribuye a este efecto el hecho de que, a pesar que en los túbulos distal y colector 
disminuye la reabsorción de H2O, por la acción de la aldosterona, se mantiene la reabsorción 
de Na+, con la consiguiente reducción de los solutos. 
 
MEDIDA DE LA CAPACIDAD DE CONCENTRACIÓN Y DILUCIÓN URINARIA 
La capacidad del riñón de concentrar o diluir la orina puede evaluarse por la osmolaridad 
urinaria o por la relación entre osmolaridad plasmática y urinaria (UOsm/POsm). Sin embargo, 
es posible evaluar el volumen de agua libre de solutos que se reabsorbe por los túbulos cuando 
el riñón está concentrando, o el volumen de agua retenido en la orina cuando éste está 
diluyendo. Esto se lleva a cabo mediante la medición del clearance osmolar que corresponde 
al volumen de plasma que se libera de sustancias osmóticamente activas en la unidad de 
tiempo. 
 
 
 
 UOsm y POsm son la osmolaridad de la orina y el plasma, respectivamente, y V, el flujo 
urinario. Si la osmolaridad de la orina es igual a la del plasma (UOsm = POsm) tendremos que 
COSM = V, donde el COSM será el flujo urinario para el que la osmolaridad de la orina es igual 
a la del plasma. Asimismo, si V es mayor a COSM, la orina elimina más agua de la necesaria 
para que su osmolaridad sea igual a la del plasma. La diferencia V – COSM es el clearance de 
agua libre (CH2O), que corresponde al volumen de agua libre de solutos que se elimina en la 
orina en la unidad de tiempo. Elagua libre de solutos se formó en los dos segmentos de 
dilución del nefrón (asa ascendente gruesa de Henle y el túbulo distal), en los que se 
reabsorben solutos sin reabsorción paralela de agua. Los solutos se retiran hacia el espacio 
intersticial y lo concentran. Esta situación en la que la secreción de ADH está inhibida y se 
produce una orina diluida es la diuresis acuosa. 
 La capacidad de dilución de la orina estará disminuida cuando se inhiba la reabsorción 
de solutos en el asa de Henle o cuando llegue menos líquido como ocurre en la disminución 
del volumen extracelular. Si el COSM es mayor a V, el riñón elabora una orina concentrada; o 
sea, se retira agua pura del volumen de orina en la que tiene la misma concentración osmótica 
del plasma. La diferencia COSM – V es el TcH20, que corresponde al agua reabsorbida en 
el túbulo colector en la unidad de tiempo en presencia de ADH para igualar la osmolaridad 
del intersticio. Esta agua libre de solutos retorna al líquido extracelular que se diluye y la 
osmolaridad de la orina es mayor que la del plasma. 
 La capacidad de concentración de la orina estará disminuida por deficiencia en la 
liberación de ADH, por reducción de la respuesta del epitelio a la hormona o por deficiencia 
en el funcionamiento del sistema contracorriente multiplicador. 
 
PRUEBA DE DILUCIÓN 
La ingestión y absorción de líquidos, da a lugar a una dilución de la sangre que es detectada 
por los osmorreceptores provocando una reducción en la cantidad de ADH liberada por la 
hipófisis. En respuesta a esta disminución de ADH, los riñones reabsorben menor cantidad 
COSM = UOSM x V 
 POSM 
 
284 
de agua y, en consecuencia, aumenta el volumen de orina excretada por unidad de tiempo 
con una densidad baja. 
PROCEDIMIENTO 
 Dejar de ingerir alimentos o bebidas por lo menos 2 horas antes de iniciar la prueba. 
 Evacuar la vejiga, desechando esta orina. 
 Ingerir 1 litro de agua en 30 minutos. 
 A partir de este momento, se recoge la orina cada 30 minutos en recipientes 
separados, marcando la hora de obtención de cada uno, durante 2 horas. (El alumno 
deberá tener 4 frascos conteniendo las distintas muestras) 
 Se mide la densidad y el volumen de cada muestra. 
 Los resultados obtenidos se colocan en la tabla más abajo. 
 
PRUEBA DE CONCENTRACIÓN 
Cuando se ingieren disoluciones hipertónicas o alimentos ricos en sal, los osmorreceptores 
son estimulados intensamente y, a través de un incremento en la secreción de ADH, se 
reabsorbe mayor cantidad de agua en el riñón y se elimina menor volumen de orina, con 
densidad elevada. 
 
PROCEDIMIENTO 
 Dejar de ingerir alimentos o bebidas por lo menos 2 horas antes de iniciar la prueba. 
 Ingerir un alimento rico en sal; por ejemplo, papas fritas. (Evitar frutas y verduras). 
 Evacuar la vejiga, desechando esta orina. 
 A partir de este momento, se recoge la orina cada 30 minutos en recipientes 
separados, marcando la hora de obtención de cada uno, durante 2 horas evitando la 
ingesta de comida o bebidas hasta finalizada la prueba. (El alumno deberá tener 4 
frascos conteniendo las distintas muestras) 
 Se mide la densidad y el volumen de cada muestra. 
 Los resultados obtenidos se colocan en la tabla más abajo. 
 
Función de la ADH 
La hormona antidiurética (ADH) o Arginina-Vasopresina (AVP) tiene dos funciones 
fisiológicas principales: la primera y más importante es la retención de agua en el riñón y la 
segunda es la contracción del músculo liso vascular. Mantiene el volumen del líquido 
corporal, así como su osmolaridad, dentro de estrechos límites compatibles con el adecuado 
funcionamiento del organismo. Cuando la osmolaridad de la sangre aumenta 1 %, se 
incrementa la secreción de ADH y el riñón reabsorbe mayor cantidad de agua; como 
 
285 
consecuencia, la osmolaridad del plasma disminuye y el volumen de orina excretada se 
reduce. 
 La ingesta de una gran cantidad de agua da lugar a la hemodilución, con la 
consiguiente disminución de la osmolaridad, lo cual disminuye la secreción de ADH. Por lo 
tanto, el riñón reabsorbe menor cantidad de líquido, corrigiéndose la dilución del plasma, y 
el individuo excreto un mayor volumen de orina, de menor osmolaridad (densidad o peso 
específico). 
 Los osmorreceptores están localizados en el hipotálamo anterior, y en los individuos 
normales el “osmostato” parece estar ajustado de forma que la secreción de ADH se suprime 
cuando la osmolaridad del plasma baja a niveles de 280 mOsm. Por encima de esta 
concentración, la secreción de ADH aumenta en proporción directa con la osmolaridad, 
ejerciendo una antidiuresis máxima a una osmolaridad del plasma de 295 mOsm/Kg. de agua. 
 La concentración de sodio en el líquido extracelular determina casi por completo la 
osmolaridad de los líquidos extracelulares. Esto se debe a que el sodio es el catión más 
abundante del líquido extracelular y representa más del 90% de estos iones. Dado que el 
sodio y sus aniones contribuyen normalmente en un 90% de la osmolaridad del plasma, los 
osmorreceptores funcionan principalmente en la detección de cambios en la osmolaridad 
(concentración de sodio). 
 El centro de la sed, localizado en la región anterolateral del hipotálamo, se trata de 
centros distintos de los osmorreceptores. La sed está regulada fundamentalmente por el 
aumento de la osmolaridad plasmática y por la disminución del volumen extracelular. Por 
otra parte, la disminución del volumen extracelular es capaz de estimula la sed aún en 
ausencia de cambios de la osmolaridad plasmática como en las hemorragias. En estas 
circunstancias la Angiotensina II, generada por la activación de la renina, parece ser al menos 
parcialmente responsable. 
 La hiposecreción o déficit absoluto de la ADH produce un cuadro clínico denominado 
“diabetes insípida”. Este trastorno se caracteriza por poliuria, polidipsia y tendencia a la 
hiperosmolaridad plasmática. 
 Por otra parte, la secreción inapropiada de ADH (SIADH), entidad clínica que se 
caracteriza por una hipersecreción de ADH, tiende a producir hipoosmolaridad plasmática 
también denominado intoxicación acuosa. 
 
Fisiología de la micción 
La orina llega por los uréteres a la vejiga. Las contracciones rítmicas de la musculatura lisa 
de los cálices renales, expulsan la orina hacia los uréteres, cuyos movimientos peristálticos 
la impulsan rítmicamente hasta la vejiga. 
 La vejiga es un reservorio cuyas paredes tienen musculatura lisa dispuesta en 3 capas 
superpuestas, que forman alrededor del orificio uretral un anillo muscular que constituye el 
esfínter interno. En condiciones normales su capacidad es de 500-600 ml. Desde la vejiga la 
orina llega al exterior a través de la uretra. Existe además un esfínter externo, de musculatura 
estriada, ubicado alrededor de la uretra, inmediatamente por debajo de la vejiga. 
 
286 
 Es importante mencionar que la vejiga no es un simple receptáculo, ya que es capaz 
de absorber tanto agua como ciertos solutos. Su musculatura conserva cierto grado de tono 
aun cuando está vacía. Este tono depende de impulsos generados en el músculo liso mismo 
(tono miógeno), pero la micción está regulada por un centro medular. Además, la vejiga se 
adapta continuamente, mediante cambios del tono de su musculatura, a los cambios de su 
contenido. Así, la presión intravesical sólo aumenta en grado insignificante al incrementarse 
su contenido. La presión se incrementa, sin embargo, durante la micción, lo que facilita el 
paso de la orina a la uretra y luego al exterior. 
 La contracción de la vejiga se produce por mecanismos nerviosos reflejos inducidos 
por la distensión de sus paredes. La contracción se acompaña de relajación refleja del esfínter 
interno. El esfínter externo, controlado por la voluntad, se relaja y la orina fluye por la uretra 
hacia el exterior. El esfínter externo, en condiciones normales, puedecontraerse voluntaria y 
simultáneamente con la contracción de la musculatura vesical y con la relajación del esfínter 
interno, e impedir, dentro de ciertos límites, el vaciamiento. El vaciamiento de la vejiga es, 
por lo tanto, un fenómeno voluntario que se inicia con la contracción refleja de su 
musculatura y relajación del esfínter interno; luego aumenta la presión intraabdominal, por 
contracción de los músculos del abdomen, y se relaja voluntariamente el esfínter externo. 
 La vejiga tiene doble inervación, simpática y parasimpática, cuyas fibras se 
distribuyen profusamente en la musculatura vesical. El sistema parasimpático, representado 
por los nervios pélvicos, formados por fibras parasimpáticas sacras, produce la contracción 
de la musculatura de la pared vesical y relajación del esfínter interno. El simpático, por su 
parte, disminuye el tono de la musculatura de la vejiga e incrementa el tono del esfínter 
interno. El esfínter externo está inervado por fibras nerviosas motoras somáticas, 
provenientes de la médula sacra. Por lo tanto, el vago estimula y el simpático inhibe el 
vaciamiento de la vejiga. La influencia del simpático es de escasa importancia. 
 El centro nervioso que controla el vaciamiento vesical está ubicado en la médula 
sacra. En condiciones fisiológicas el vaciamiento no se inicia por el aumento de la presión 
intravesical, sino por la distensión de sus paredes, la que estimula receptores allí ubicados. 
Estos receptores emiten impulsos hacia el centro medular, desde el cual se transmiten 
impulsos por las vías eferentes simpática y parasimpática, que van a producir el vaciamiento. 
A pesar de que al evacuarse la orina disminuye la distensión vesical, no cesa el vaciamiento, 
lo que se debe a la estimulación, por el flujo de orina, de receptores situados en la uretra. 
Estos receptores mantienen, por vía refleja, la contracción de la musculatura de la vejiga y la 
relajación de los esfínteres tanto interno como externo. 
 La destrucción del centro reflejo sacro produce retención de orina y aumento de la 
presión intravesical. En esta condición la vejiga no se distiende, por no producirse la 
disminución del tono que, como ya se ha señalado, ocurre normalmente al aumentar su 
contenido. En este caso el vaciamiento se hace por rebalse y en el momento en que la presión 
intravesical vence la resistencia ofrecida por el esfínter externo (incontinencia pasiva). Al 
prolongarse esta situación, la elevada presión intravesical repercute sobre los uréteres, la 
pelvis renal y el riñón mismo, produciendo hidronefrosis que altera el funcionamiento renal. 
 Si se seccionan las raíces posteriores sacras, interrumpiéndose así las fibras aferentes 
que transmiten los impulsos generados por la distensión de la vejiga y que van hacia el centro 
sacro, desaparece el vaciamiento reflejo, pero se conserva el voluntario. En este caso la 
 
287 
micción puede realizarse de manera dificultosa, aunque ésta mejora progresiva y 
substancialmente con el tiempo. 
 Conjuntamente con el centro medular sacro, ciertos centros superiores, situados 
principalmente en la región bulbo-protuberancial, ejercen influencia sobre el vaciamiento 
vesical. 
 
Diuresis y diuréticos 
Diuresis significa una mayor excreción de orina y puede asociarse con: 
 Diuresis acuosa. La disminución de la osmolalidad plasmática y/o el aumento del 
volumen de sangre disminuyen los niveles de ADH y determinan la excreción de la 
denominada agua libre. 
 Diuresis osmótica. Se produce cuando aumenta la cantidad de sustancias no 
reabsorbibles filtradas en el túbulo (a nivel terapéutico, manitol). Estas sustancias 
retienen el agua por mecanismos osmóticos. Un mecanismo parecido se produce cuando 
algunas sustancias reabsorbibles, como la glucosa, supera la capacidad de reabsorción 
del túbulo por un aumento de su concentración plasmática (hiperglucemia). La 
glucosuria asociada a la diabetes se acompaña de diuresis y, de forma secundaria, de sed. 
Un fenómeno parecido se produce para la bicarbonaturia. 
 Diuresis por presión. Se produce por aumento de la osmolalidad medular cuando 
aumenta su circulación, sobre todo como consecuencia de la hipertensión arterial. 
 Diuréticos. Son medicamentos que provocan diuresis. Actúan inhibiendo la reabsorción 
de NaCl, con la excepción de los diuréticos osmóticos, lo que se acompaña de forma 
secundaria de una menor reabsorción de agua. El objetivo terapéutico de estas sustancias 
en los pacientes con edema o hipertensión arterial es reducir el volumen extracelular 
(LEC). Aunque los diuréticos inhiben principalmente el transporte de NaCl en todo el 
cuerpo, su importante “especificidad” renal se debe a que a nivel tubular se produce su 
secreción y un aumento de la concentración por la reabsorción de agua tubular. Los 
inhibidores de la anhidrasa carbónica (como la acetazolamida) reducen el intercambio 
de Na*/H* en el túbulo proximal y la reabsorción de HCO3
-. La diuresis obtenida es algo 
menor, porque los segmentos distales del túbulo reabsorben el exceso de NaCl y reducen 
la IFG por la retroalimentación tubuloglomerular. Además, el aumento de excreción de 
HCO3
- produce una acidosis metabólica. Los diuréticos más eficaces son los diuréticos 
de asa (furosemida, bumetanida, ácido etacrínico), que inhiben el cotransporte de Na+-
2Cl--K+ en la rama gruesa ascendente del asa de Henle, lo que no sólo impide la 
reabsorción de NaCl, sino que al tiempo paraliza el “motor” del mecanismo de 
concentración. De este modo disminuye el potencial transepitelial, lo que dificulta la 
reabsorción paracelular de Ca2+ y Mg2+. Como se produce una mayor llegada del Na+ no 
reabsorbido al conducto colector y a este nivel también se produce reabsorción, aumenta 
la secreción acoplada a la misma de K+ el cual se pierde, lo que determina, por la pérdida 
simultánea de H+, una alcalosis hipopotasémica. La inhibición del TSB de la mácula 
densa por los diuréticos de asa hace que la orina que llega al aparato yuxtaglomerular 
esté libre de NaCl, lo que aumenta la IFG a través de la retroalimentación 
tubuloglomerular, mejorando así la diuresis. Las tiacidas inhiben la reabsorción de NaCl 
 
288 
en el túbulo distal y provocan, igual que los diuréticos de asa, una pérdida de K+ y H+ en 
el sentido de la corriente por la mayor reabsorción de Na+ resultante. La amilorida 
bloquea los canales de Na+ de las células principales del túbulo conectar y el conducto 
colector, reduciendo la excreción de K+, por lo que se le denomina “diurético ahorrador 
de potasio”. Este efecto también lo presentan los antagonistas de la aldosterona (como 
la espironolactona), que ocupan el receptor de aldosterona citoplasmático. 
 
III. TRASTORNOS EN LA FUNCIÓN RENAL 
 
Las funciones principales de la diuresis son la eliminación de sustancias del 
metabolismo (que de acumularse producirían toxicidad y disfunción de órganos) y el 
mantenimiento de la calidad y cantidad adecuada de líquidos corporales. 
 El síndrome urémico es el generado por el daño de los productos tóxicos del 
metabolismo acumulado como consecuencia de la disfunción renal grave. 
 En el organismo y en relación con la dieta se producen 600 mOsm/día de estos 
metabolitos. La capacidad máxima de concentración de la orina con ambos riñones 
normofuncionantes es de 1200 mOsm/L, por lo que podemos decir que como mínimo un 
individuo debe eliminar 500 ml de orina para no retener estas sustancias y evitar su toxicidad. 
 La oliguria se define como la disminución en la diuresis de 24 h del nivel crítico, 
expresando la posible acumulación de sustancias tóxicas derivadas del metabolismo (al inicio 
esto puede acompañarse con aumentos de urea y creatinina o no). Cuando el nivel de 
funcionamiento renal no alcanza para eliminar estos productos que se acumulan día a día, la 
situación de ser irreversible, se torna incompatible con la vida, por lo que debe recurrirse aun riñón artificial (diálisis). El ritmo diurético normal oscila alrededor de 50 ml/h en un 
paciente adulto normohidratado y 1 ml/Kg/h en el niño. La disminución del ritmo diurético 
es el primer indicador de hipoperfusión renal. Tanto la reducción del ritmo diurético como la 
oliguria pueden deberse a trastornos en la perfusión renal (de cualquier etiología), a alguna 
enfermedad que afecte el parénquima renal o bien a obstrucciones en el nivel tubular o de la 
vía urinaria. Tendremos entonces afecciones prerrenales, renales o postrenales. 
 En la falla aguda del sistema (insuficiencia renal aguda) estos procesos que no pueden 
realizarse amenazan la vida en forma inmediata y constituyen hasta un 5% de las 
interconsultas nefrológicas en los hospitales. La falla crónica produce una incapacidad de 
mantener la homeostasis del medio interno que requiere medios artificiales (diálisis) o del 
trasplante renal para vivir. 
 La falla aguda del sistema renal provoca los siguientes cuadros: 
 Sobrecarga de volumen. 
 Hiperpotasemia. 
 Acidosis metabólica. 
 Aumento de metabolitos tóxicos. 
 
 
289 
IV. EXAMEN FISICOQUÍMICO DE MUESTRAS DE ORINA 
 
La técnica de recolección de la muestra de orina varía según el tipo de investigación a 
realizarse. Para el examen de rutina se recogerá por micción espontánea en recipientes 
de vidrio o plástico limpios y secos. Se indica la recolección de la primera orina de la 
mañana que estará en condiciones óptimas de concentración y elementos formes. 
 Para la recolección de orina en niños, existen colectores de orinas (para ambos 
sexos) de polietileno transparente plegable estériles y no estériles. La bolsa se dobla y 
cierra para su transporte. 
 Para determinaciones cuantitativas se recomienda la recolección de orina de 24 h a 
una hora determinada (por ej. 8 h de la mañana), orinando a fondo y desechando esa orina. 
A continuación, se recolecta toda la orina eliminada desde ese momento hasta la misma hora 
de la tarde (20 h). Este volumen se envasa en frasco limpio rotulado como muestra Nº 1 o 
muestra diurna. A partir de ese momento (20 h) toda la orina eliminada hasta la mañana 
siguiente a la misma hora que comenzó la recolección (8 h), se envasa en un segundo frasco 
rotulado muestra Nº 2 o muestra nocturna. 
 Para la conservación de la orina, en general es suficiente el frío, pero pueden utilizarse 
conservadores químicos como formol (solución de formaldehido al 40%), el cual se usa en 
la proporción de 10 ml para el volumen de 24 h; timol, ácido bórico, tolueno. 
 
Examen físico de la orina 
 CANTIDAD. La cantidad de orina eliminada en 24 h está sujeta a diversas influencias 
como la edad, el peso, la dieta, etc. La diuresis normal suele encontrase entre 1200 a 
1800 ml en 24 h en adultos. 
 ASPECTO. Recién emitida es límpida y transparente. Al poco tiempo de estar 
estacionada aparecen enturbiamientos que originan un sedimento compuesto por mucus, 
células epiteliales, leucocitos, etc. El aspecto de la orina se califica como límpido, 
ligeramente turbio o turbio. 
 OLOR. La orina normal tiene un olor ligeramente aromático de origen indeterminado 
("sui generis"). 
 COLOR. Normalmente es de color amarillo, de tonalidad variable entre el ámbar y el 
amarillo oro. Está dado por la presencia de pigmentos como urocromo, uroeritrina, 
hematoporfirinas, etc. Si la orina normal se agita levemente, la espuma es blanca, 
abundante y fugaz. 
 DENSIDAD. Puede variar de 1,001 a 1,035. Normalmente los valores se encuentran 
entre 1,010 y 1,030 mg/l. Para su medición se coloca la orina en una probeta de capacidad 
suficiente (100 ml), procurando no formar espuma. Se introduce el urinómetro 
tomándolo de la parte superior y comunicándole un suave movimiento de rotación, que 
no debe rozar las paredes y el fondo de la probeta. La lectura se hará en el menisco 
inferior que forma el urinómetro en contacto con la orina. Se deberá sumar o restar a la 
lectura leída del urinómetro, 0,001 por cada 3° C de temperatura por encima o por debajo 
 
290 
de aquella para la cual el instrumento ha sido calibrado (generalmente calibrados a 15° 
C) para su corrección. También se puede medir la densidad utilizando tiras reactivas. El 
área reactiva utiliza polielectrolitos y un indicador de pH, lo cual permite, al sumergir la 
tira en la muestra de orina, que se produzca la reacción, observada como un cambio de 
color (éste indica el cambio de los polielectrolitos en relación con la concentración iónica 
de la orina) 
 
Examen químico 
 La composición de la orina humana normal, con emisión de 1 litro en 24 h, se muestra 
en la siguiente tabla. 
 
Usos de tiras reactivas 
Las tiras reactivas contienen 
zonas de test con reactivos 
necesarios en forma 
estandarizada y estabilizada 
para la determinación de 
parámetros en orina en número 
variable, desde 1 hasta 9 o 10 
determinaciones. 
 Se utilizan para 
exámenes de rutina, control 
de terapéutica y recidiva. La 
muestra de orina debe ser 
fresca; es decir, 
recientemente emitida de no menos de 4 h de retención, bien mezclada y sin centrifugar. 
 
Examen microscópico del sedimento de orina 
El examen microscópico del sedimento de orina tiene un extraordinario valor clínico, ya que 
permite al médico orientarse acerca de la posible existencia de una lesión anatómica en 
actividad. 
 
PROCEDIMIENTO 
 Se homogeniza la muestra por rotación sobre la mesada y luego se separa 10 ml de la 
orina, que se introducen en un tubo cónico de centrifugación. 
 Centrifugar a 2000 rpm por 5 minutos y luego volcar el sobrenadante límpido dejando 
solo el sedimento. 
 Homogenizar por golpes suaves laterales con los dedos y tomar una gota de la 
suspensión la cual se deposita sobre el centro de un portaobjetos y colocándole un 
cubreobjetos. 
Glucosa 0 (0,1 g/L) 
Proteínas 0 (0,5 g/L) 
Cuerpos cetónicos 0 (< de 0,05 g/L) 
Hemoglobina, nitritos, bilirrubina 0 (vestigios) 
Urobilinógeno 1 mg/l 
Urea 20 a 40 g/L 
Creatinina 1 a 2 g/L 
Ácido úrico 0,5 g/L 
Fósforo 1 g/L 
Cloruro 170 mEq/L 
Amoníaco 40 mEq/L 
Na+ 140 mEq/L 
Ca2+ 15 mEq/L 
Reacción (pH) 6 (4,5 A 8) 
 
291 
 Observar al microscopio a 10X y 40X anotando lo observado. 
 
 
PROTOCOLO DE EXAMEN DE ORINA 
NOMBRE Y APELLIDO: 
EDAD: TALLA: PESO: 
EXAMEN FÍSICO EXAMEN QUÍMICO 
Volumen: pH: 
Color: Proteínas: 
Aspecto: Glucosa: 
Sedimento macroscópico: Cuerpos cetónicos: 
Olor: Pigmentos biliares: 
Espuma: Urobilina: 
Densidad Sangre / hemoglobina: 
 Nitritos: 
EXAMEN MICROSCÓPICO DEL SEDIMENTO 
Células epiteliales: 
Leucocitos: 
Hematíes: 
Cilindros: 
Cristales: 
Parásitos: 
Filamentos de mucus: 
Observaciones: 
 
 
292 
V. EFECTO DE DIVERSAS SITUACIONES SOBRE LA FUNCIÓN 
RENAL 
 
Efecto del alcohol 
El etanol inhibe la secreción de ADH, por lo que la ingesta de bebidas alcohólicas da lugar a 
un notable aumento de la diuresis. 
 
PROCEDIMIENTO 
 Dejar de ingerir alimentos o bebidas por lo menos 2 horas antes de iniciar la prueba. 
 Evacuar la vejiga, desechando esta orina. 
 Ingerir 10 ml de agua por cada Kg de peso y además 50 ml de whisky. 
 A partir de este momento, se recoge la orina cada 30 minutos en recipientes 
separados, marcando la hora de obtención de cada uno, durante 2 horas evitando la 
ingesta de comida o bebidas hasta finalizada la prueba. (El alumno deberá tener 4 
frascos conteniendo las distintas muestras) 
 Se mide la densidad y el volumen de cada muestra. 
 Los resultados obtenidos se colocan en la tabla más abajo. 
 
Efecto de la nicotina 
Diversas sustancias, entre las que se encuentran la nicotina, favorecen la liberación de 
ADH; por esta razón, después de fumar dos o tres cigarrillos se observa una importante 
reducción en el volumen de orina excretado. 
 
PROCEDIMIENTO 
 Dejar de ingerir alimentos o bebidas por lo menos 2 horas antes deiniciar la prueba. 
 Evacuar la vejiga, desechando esta orina. 
 Ingerir 10 ml de agua por cada Kg de peso y después fumar un cigarrillo. 
 A partir de este momento, se recoge la orina a los 30 minutos y se fuma otro cigarrillo. 
 Se repite la operación cada 30 minutos hasta completar la prueba a las 2 horas. (El 
alumno deberá tener 4 frascos conteniendo las distintas muestras) 
 Se mide la densidad y el volumen de cada muestra. 
 Los resultados obtenidos se colocan en la tabla más abajo. 
 
 
 
 
293 
Efecto del ejercicio 
Durante el ejercicio muscular, un 50 % o más del flujo renal son desviados hacia el músculo 
y la piel, con objeto de disipar el exceso de calor. La pérdida de líquidos por la transpiración 
se acompaña de una disminución de la diuresis. 
 
PROCEDIMIENTO 
 Dejar de ingerir alimentos o bebidas por lo menos 2 horas antes de iniciar la prueba. 
 Evacuar la vejiga, desechando esta orina. 
 Realizar un ejercicio intenso durante 15 minutos como mínimo (por ejemplo, subir y 
bajar las escaleras a la máxima velocidad posible). 
 A partir de este momento, se recoge la orina cada 30 minutos en recipientes 
separados, marcando la hora de obtención de cada uno, durante 2 horas evitando la 
ingesta de comida o bebidas hasta finalizada la prueba. (El alumno deberá tener 4 
frascos conteniendo las distintas muestras) 
 Se mide la densidad y el volumen de cada muestra. 
 Los resultados obtenidos se colocan en la tabla más abajo. 
 
Evaluación de las muestras de orina 
En cada muestra de orina se determinan los siguientes parámetros: 
 Volumen de orina. Transferir la orina recogida en cada período a una probeta 
graduada y medir el volumen de líquido excretado. 
 Densidad. Mediante la utilización de tiras reactivas o urinómetro. 
 Osmolaridad de la orina. Valores de referencia 70 - 1200 mOsm/L. Si la 
densidad urinaria es conocida se puede calcular la osmolaridad a partir de la 
siguiente ecuación: 
Osmolaridad urinaria (mOsm/L) = (D orina - 1) x 35000 
Depuración de agua libre: CH20 = V - COSM 
V = volumen minuto. 
Valores de referencia: 1 ml/minuto 
COSM = clearance o depuración osmolar (la fórmula de la depuración osmolar es similar a la 
de cualquier depuración urinaria) 
Depuración negativa de agua libre: TH20 = COSM - V 
 
 
294 
VI. PROBLEMAS DE APLICACIÓN 
1. ¿Qué fuerza produce la filtración glomerular? 
a) gravedad 
b) presión arterial 
c) presión en la cápsula glomerular 
d) no se requiere de ninguna fuerza para la filtración 
 
2. ¿Qué presión es regulada por la autorregulación renal? 
a) presión hidrostática capilar glomerular 
b) presión hidrostática en la cápsula de Bowman 
c) presión oncótica capilar glomerular 
d) presión oncótica en la cápsula de Bowman 
 
3. ¿Qué presión es afectada por el bloqueo de la arteriola aferente (AA)? 
a) presión hidrostática capilar glomerular 
b) presión hidrostática en la cápsula de Bowman 
c) presión oncótica capilar glomerular 
d) presión oncótica en la cápsula de Bowman. 
 
4. ¿Cómo se altera el filtrado glomerular si hay un daño o destrucción de la barrera de 
filtración? 
a) se reduce el volumen filtrado 
b) aumentan las proteínas filtradas (proteinuria) 
c) aumenta la glucosa filtrada (glucosuria) 
d) presencia de hematíes (hematuria) 
 
Nombre: 
Disolución ingerida: Volumen: Peso corporal: 
Muestra Volumen de 
orina 
Flujo de orina 
(ml/min.) 
Densidad Color CH2O 
 
 
 
 
 
Volumen total de orina excretada: 
 
295 
5. Completar con las siguientes palabras: CONCENTRA, DILUYE, REABSORBE, 
SECRETA, PERMANECE 
 
 
 
 
 
 
 
6. ¿Cómo actúa el diurético furosemida? 
a) inhibe a la enzima anhidrasa carbónica en el TCP 
b) bloquea el cotransporte de Na+-K+-2Cl- en el AAGH 
c) inhibe de forma competitiva a los receptores de la aldosterona 
d) inhibe a la bomba de Na+-K+ ATPasa en el TCP 
 
7. Aplicaciones clínicas: Paciente de sexo masculino de 45 años de edad, que cursa su primer 
día de internación en el Servicio de Clínica Médica, presenta un cuadro de shock 
hipovolémico debido a una insuficiencia cardiaca descompensada. Su FC es de 120/min.; PA 
de 100/60 y Tº de 36° C; mide 1,75 metros y pesa 91,5 Kg. Se comprueba una caída del ritmo 
diurético por debajo de 20 ml/h. Laboratorio: 
 Hematocrito: 22% 
 pH: 7,111 
 pO2: 61 mmHg 
 pCO2: 44,4 mmHg 
 HCO3-: 14,3 mEq/L 
 SatO2: 82 % 
 Lactato: 12,6 mmol/l (V.R: 0,6 a 2,4 mmol/l) 
 Uremia: 0,45 g/L 
 Creatininemia: 1 mg/dl 
 Natremia: 138,2 mEq/l 
 Kalemia: 5,31 mEq/l 
 Cloremia: 101,5 mEq/l 
 Na+ urinario: 40 mEq/día (V.R: 85 – 260 mEq/día) 
a) ¿Cuál es la causa de disminución de la diuresis? (prerrenal, renal o postrenal) 
b) ¿Cuáles son los mecanismos fisiopatológicos posibles que provocan la caída de la 
diuresis? 
c) ¿Cuál es el clearance de creatinina? ¿Tiene alguna utilidad en este momento? 
Veinticuatro horas más tarde, se observa una diuresis de 40 ml/h, con una uremia de 0,7 g/L, 
creatininemia de 2,4 mg/dl y Na+ urinario de 88 mEq/día. 
d) De acuerdo con los valores obtenidos: ¿Qué está sucediendo? ¿Cuál es el mecanismo? 
(prerrenal, renal o postrenal) 
e) ¿Cómo está el clearance de creatinina en este momento? 
f) ¿Qué trastorno se producirá a nivel del medio interno del paciente? 
g) ¿Cuál sería el tratamiento a llevar a cabo? ¿Utilizaría diuréticos? ¿Cuáles? 
h) ¿Cuál es la alteración hidroelectrolítica y ácido-base de la paciente? 
 
 NaCl AGUA FILTRADO 
ADDH 
AAGH

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