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1 Lo grupal, la cuestión de lo neutro Marcelo Percia 1. Lo neutro es una astucia para escapar de los lugares fijos que el lenguaje nos impone.1 Lo grupal no se reduce a lo que los grupos insisten en ser. Lo grupal sirve de pasadizo para escapar del terreno pantanoso de los grupos. Los grupos parecen ciénagas que tientan a entrar y no dejan salir. En esos espacios del estar juntos -entre amores y odios, fidelidades y traiciones- cada tanto se boceta una pista de despegue para la inesperada potencia de los desanudados. 2. Las prácticas clínicas con grupos iniciadas por psicoanalistas2, alrededor de 1950 en Buenos Aires, se realizan en contra de la institución del psicoanálisis de su tiempo. Lo grupal es pensamiento portador de disidencia. Lo neutro es un antídoto contra la institucionalización de La posibilidad. Lo posible llama intensidades negadas: sin certificación ni constancia de existencia probada. 3. Lo Grupal es la expresión que sirvió de contraseña política para una publicación que alcanzó en nuestro país diez volúmenes colectivos entre 1983 y 1993, promovida por Eduardo Pavlovsky, Juan Carlos De Brasi y Hernán Kesselman. Explica Pavlovsky (1983), en la presentación del primer tomo de Lo Grupal, que la iniciativa retoma, tras los años de exilio, la revuelta del psicoanálisis argentino que en los años setenta decide acompañar el movimiento social emancipador de aquellos tiempos, testimoniando su ruptura con la Asociación Psicoanalítica Argentina a través de los libros Cuestionamos 1 y 2 compilados por Marie Langer y Armando Bauleo. 4. 1 El pensamiento de lo neutro reconoce entre los autores franceses (Foucault, Deleuze, Barthes, Derrida) una deuda con Maurice Blanchot. 2 Pichon Riviere, Marie Langer, Emilio Rodrigué, entre otros. 2 Lo neutro es un modo de concebir lo no pensado. Un modo de alojar intensidades que vacilan cada vez que son empujadas al encierro en un referente. 5. El Antiedipo de Deleuze y Guattari (1972) es un libro que comienza con el hablar de lo neutro: “Ello funciona en todas partes, bien si parar, bien discontinuo. Ello respira, ello se calienta, ello come, ello caga, ello besa. Qué error haber dicho ‘el’ ello. (…) yo y no-yo, exterior e interior ya no quieren decir nada”. Ello no es pronombre de la tercera persona, ni el sustantivo-fuente del manantial inconsciente: ello es un apelativo provisorio de lo neutro, sujeto preposicional sin representación ni identidad.3 El grupo no habla: no se trata de una sola boca parlanchina, pero lo grupal es la voz inaudible del habla colectiva. 6. Escribe De Brasi (1986) en el prólogo a Lo Grupal 3: “Lo grupal dice, a un oído atento, sobre conjunciones, disyunciones, atravesamientos; evoca multiplicidad de formas y repertorios que arman esas fluidas -a veces efímeras- ‘positividades’ llamadas grupos”. Lo grupal es movimiento que piensa subjetividad y política, angustia y deseo, amor y odio, proximidad y distancia. 7. En una entrevista (1997) Juan Carlos De Brasi recuerda que la publicación Lo Grupal fue un proyecto de pertenencia en tiempos de la postdictadura: “En esos devenires, la fórmula-advertencia ‘lo grupal no son los grupos’ nos sirvió como un estilete negativo para hundirnos en tierras soleadas. Y para impulsarnos a salir de la encerrona que acecha a cualquier idea de ‘sujeto’ o ‘subjetividad’ a secas; ahí hubiéramos quedado atrapados en una mera relación de antagonismo con la ‘objetividad’ o en alguna versión sustancialista, donde ahora la ‘subjetividad’ ejercería la impostura que denunciaba en su oponente. De modo que circulando por otros senderos llegamos al desfondamiento de la misma idea de subjetividad”. 3 La noción de Ello que Freud transforma en una instancia de su teoría del psiquismo, fue tomada de Groddeck (1923). Así lo admite Freud en una carta al autor de El libro del Ello: “En su Ello no reconozco a mi Ello, civilizado y burgués, despojado de su misticismo. Sin embargo, usted sabe que el mío deriva del suyo”. Ese supuesto misticismo de Groddeck, sin embargo, estaba familiarizado con el empleo de lo neutro que alemán hacía Nietzsche. 3 En la proposición lo grupal no son los grupos, lo neutro transforma la negación en enunciado infinito (no son los grupos ni las instituciones, ni las comunidades, ni las multitudes ni los conjuntos). No importa lo que es sino lo que acontece (en los grupos, las instituciones, las comunidades, las multitudes, los conjuntos) inesperado. Lo neutro es un ardid para pensar con la lengua sin encallar en sustantivos establecidos: un modo de escapar de las contundencias cerradas del no y el sí. Una cosa es una negación (o una afirmación) absoluta y otra es una negación (o una afirmación) infinita: si lo absoluto ejerce el poder de la clausura (no hay nada fuera de mi negación o de mi afirmación), lo infinito llama o sigue las pistas de lo que huye inclasificado. 4 8. De Brasi piensa lo grupal como movimiento de autores y de prácticas que ensaya un pasaje desde el estudio de los grupos y sus componentes históricos (conflicto y cohesión, interacción y roles, resistencias y transferencias, ilusiones y supuestos, asociaciones del psiquismo y el narcisismo) hacia “Lo Grupal (y la producción de subjetividad), especie de acontecimiento blanco que dispara el neutro ‘lo’, neutro del que carecen todavía algunas lenguas…”. Lo grupal para De Brasi fue un deslizador, un fluir en otro sentido, una fuga de los grupos hacia la interrogación sobre las condiciones de producción de subjetividad. Lo neutro como contraseña de un tránsito histórico, estético, político y de ideas clínicas hacia otros modos de pensamiento y acción. Eso que llamó el acontecimiento blanco (tal vez el acontecimiento de lo neutro) posibilitó a algunos el deseo de pensar todo de nuevo y de prefigurar otro género narrativo. 9. Para Blanchot (1969) lo neutro es un modo de alojar lo desconocido sin confinarlo a lo conocido ni a lo todavía no conocido: acogida de lo desconocido como lo infinitamente inalcanzable. A partir de una pregunta que encuentra en un poema de René Char “¿Cómo vivir sin desconocido 4En la entrevista a la que se hace referencia, De Brasi, por momentos emplea las expresiones lo grupal y la grupalidad como alusiones en proximidad. Dice: “hablo de grupalidad para arrancar al término de su uso adjetivo…”. Suele decirse talleres grupales, técnicas grupales, coordinadores grupales, producciones grupales, como si la cosa grupal fuera una cualidad de los talleres, las técnicas, los coordinadores, las producciones. De Brasi no piensa grupalidad como núcleo esencial arrancado de la contingencia del habla y la acción de los grupos, sino como horizonte ético, siempre móvil, de una enunciación colectiva. 4 ante sí?”, propone pensar que “Vivir en lo desconocido ante sí quiere decir también vivir ante lo desconocido y ante sí como desconocido”. Lo grupal es la memoria de lo desconocido que los grupos olvidan. La separación irreducible con el otro me pone frente a las infinitas distancias que crecen en mí. Lo desconocido no es el otro, sino lo otro del otro; no es mi otro yo, sino lo otro del yo; no es el futuro, sino lo otro del porvenir. Lo otro es el diferir mismo que late en lo existente. Lo inconsciente es lo que se enuncia sustraído del enunciado conocido. Tal vez lo neutro sea una astucia para aprender a desconocer lo conocido. 10. Lo grupal es llamado de soledad: no ensimismamiento novelado del que se recluye ni ansiedad asociativa de los que se juntan, soledad del que se sabe solo y llamado como constante vocación e invocación del otroy lo otro, incluso lo extraño en uno mismo. 11. Una cita de Michel Serres: “Amar a alguien es oírle contar su vida y contarle la tuya. Existir es relatar la propia vida. Hay que hacer que la vida sea algo que se pueda decir. Todos necesitamos un relato para existir”. Lo grupal: invención de espacios para uno e infinitos relatos. 12. Lo neutro se resiste a quedar confinado en las opciones existentes. Lo neutro: ni uno ni otro, ni una cosa ni otra, escapa a toda definición, no puede clasificarse. Lo grupal no se reduce al repertorio de los grupos conocidos. 13. Escribe Blanchot (1981): “Lo otro habla. Pero cuando lo otro habla nadie habla, pues lo otro, al que debe evitarse honrar con una mayúscula que lo fijaría en un sustantivo de majestad, como si poseyera alguna presencia sustancial, incluso única, precisamente nunca es sólo lo otro, tal vez no sea ni uno ni lo otro, y el neutro que lo señala lo retira de ambos, como de la 5 unidad, estableciéndolo siempre fuera del término, del acto o del sujeto en que pretende ofrecerse”. Lo otro habla dice lo inquietante, sugiere que la palabra no es de nadie, que las identidades llegan mucho después o nunca a adueñarse de esa efervescencia anunciadora. Lo neutro interesa como revuelta anti- mayúscula, como fuerza desbordante que delira (se sale de surco) cada vez que un límite se declara horizonte natural de las cosas. 14. Lo grupal: posibilidad de grupo, imaginación que se abre a los infinitos grupos posibles. 15. Maurice Blanchot escribe (1969) que: “Lo neutro es aquello que no se distribuye en ningún género: lo no-general, lo-no genérico, así como lo no particular”. Lo grupal se resiste a las generalizaciones de los grupos, a la enumeración de rasgos que parecen comunes, a la descripción de casos particulares de un universal ya establecido. Lo grupal es espera de lo único. 16. Lo neutro esquiva la soberbia de las opciones consagradas, dice: “ni lo uno ni lo otro: lo posible más allá de lo uno y más acá de lo otro”. Lo grupal no es la arrogancia de los grupos. 17. Lo neutro crece entre las cosas. Lo neutro es pasión del ni: ni masculino ni femenino, ni activo ni pasivo, ni vivo ni muerto, ni presente ni ausente, ni visible ni invisible. El ni no importa tanto por lo que parece negar, como por lo que fuerza a pensar entre las cosas ya pensadas. Lo grupal es potencia todavía no nacida o exiliada de los grupos. 18. Barthes anota que lo neutro es la producción de un espacio: un espaciamiento.5 5 Todas las citas de Roland Barthes pertenecen a sus notas de 1977-1978. Algunos años antes (1971), sin embargo, a propósito de pensar las excentricidades clasificatorias en la obra de Fourier recurre a la idea 6 Si los grupos (la familia, los amigos, los que se encuentran en las aulas escolares y universitarias, los que viajan juntos, los que viven en el mismo edificio, los que se encuentran hablando en un hospital porque sufren la vida) son laberintos: pequeños territorios segmentados por cientos de caminos imbricados, de los cuales, a veces, sólo alguno lleva a una salida; lo grupal es pregunta sobre cómo producir espacio en un desierto saturado por el sentido común. Lo grupal es una referencia sutil, no un lugar ni un sitio fijo: un intervalo móvil de los solitarios que se reúnen alrededor de nada. 19. Si los grupos consagran modelos, normas, culturas; lo grupal es deseo que desbarata esas formaciones ya instituidas. 20. Lo grupal es reserva de intensidades colectivas que se realizan, a veces, en las protestas de los grupos sociales. Lo grupal flota como promesa en la indignación por la injusticia y la desigualdad social, esa potencia se expresa cuando un colectivo humano decide (más allá del miedo) romper el cerco del silencio y hacer oír su denuncia. El escrache6 es una acción estética política que se hace en público. Suele emplearse para denunciar a un violador de los derechos humanos, a un personaje corrupto o nefasto. El escrache grita algo que está denegado: en esta ciudad, en tu barrio, en la cuadra de tu casa, en tu mismo edificio, vive un torturador. Un grupo interviene señales para indicar la dirección del denunciado, realiza pintadas, sentadas con canciones y bailes frente a su domicilio, de lo neutro. Advierte allí que para que un orden, clasificación o taxonomía no se vuelvan tumbas de las cosas, las ideas, las personas, son necesarias las travesías, los pasajes que permitan estar entre un lugar y otro, dice que esa “especie de lubricante que el aparejo combinatorio debe utilizar para no rechinar; la parte reservada es, pues, la de las Transiciones o Neutras (lo neutro es lo que se sitúa entre la señal y la no señal, esa suerte de tapón, de amortiguador, cuyo papel consiste en sofocar, suavizar, fluidificar el tic-tac semántico, ese ruido metronómico que señala obsesivamente la alteración paradigmática: sí / no, sí / no, sí / no (…) Lo Neutro es, pues, lo opuesto al Término Medio; este constituye una noción cuantitativa, no estructural; es la figura misma de la opresión que el mayor número hace padecer al menor número: tomado en un cálculo estadístico(…) lo neutro, al contrario, es una noción puramente cualitativa, estructural; es lo que desvía el sentido, la norma, la normalidad. Tener gusto de lo neutro es, forzosamente, sentir disgusto por el término medio”. 6 Escrache es una palabra que deriva del lunfardo (escrachar: arrojar algo con fuerza; escrachar: fotografiar o pescar en infracción). La agrupación de derechos humanos HIJOS la utiliza, desde 1995, para describir una acción colectiva de resistencia al indulto otorgado durante el gobierno de Menem a los criminales de la dictadura de 1976. 7 dramatizaciones de hechos ocurridos en un escenario improvisado en la puerta de su casa. Si el escrache es una acción de grupo que sirve para denunciar algo; lo grupal es la potencia alegre que fluye en toda denuncia colectiva de lo socialmente silenciado. 21. Lo grupal se resiste a la violencia técnica de los grupos. 22. Cuando se sugiere que lo grupal necesita ser pensando más desde las prácticas estéticas que desde las teorías psicológicas, psicoanalíticas o sociológicas, no se propone ahora hacer talleres artísticos de música, teatro, escritura, plástica, circo o danza y otros movimientos; sino aprender de lo estético sus modos de aproximarse a los misterios de la sensibilidad y la enunciación colectiva, sus modos de alojar lo todavía no catalogado, no previsto, no codificado, no representado. 23. Roland Barthes encuentra en lo neutro un borde que le sirve para diferenciar entre querer asir y querer vivir. Si las técnicas de grupo son recetas para conducir pequeños colectivos humanos, lo grupal es el deseo de lo colectivo desprendido de las maniobras control. 24. La posición de lo neutro, anota Barthes, no supone ausencia o rechazo de deseo, sino flotación eventual del deseo fuera del querer asir. Si los grupos son conjuntos que se aferran a consignas (vivir en una casa, viajar en un barco, concurrir a la misma aula), lo grupal sobrevuela las superficies como deseo errático del estar juntos. 25. Lo neutro evita estabilizarse en un sentido, anota Barthes: “lo Neutro es desapego del sentido”. Lo grupal es la incesante interrogación por el sentido de los grupos. El sentido copula en la pregunta. 26. 8 Si los grupos contabilizan cuántos integrantes los componen, lo grupal se interesa por lo intrigante de cada composición. 27. Lo neutro aloja intensidades inusitadas. Si los grupos son sitios de constataciónde lo programado, lo grupal es reserva de lo inusitado, incluso alojamiento de lo suscitado. Los grupos son nombres de fantasías (momentos de reposo) de un movimiento sin fin, ese movimiento es la potencia de lo grupal. A propósito de de las acciones colectivas del Grupo de Arte Callejero, el Colectivo Situaciones (2009) escribe: “El GAC no es un grupo sino un repertorio de formas operativas, que hacen de su plasticidad una puesta en escena a la vez barrial, detallada, intempestiva y colectiva. Su pensamiento metodológico, como ellas se ocupan de exponer, implica un conjunto de procedimientos donde se reúnen materiales, estrategias y decisiones políticas en una misma voluntad de intervención. Y, en ese sentido, el grupo no es más que el nombre de fantasía o la superficie de una ‘producción por movilidad’”. 28. Barthes piensa que la lengua es autoritarismo asertivo: la enunciación impone la cosa, digo árbol y la palabra obliga una existencia. Anota: “Todo lo Neutro es esquive de la aserción”. Si los grupos son criaderos de mayorías fanáticas que se afirman contra algunos disidentes que se oponen, lo grupal es herida de la unanimidad. 29. En la expresión lo grupal, lo neutro es un intento de escapar a las figuras consolidadas. A veces, no se puede huir de lo existente, pero el que intenta la huída, aún sin alcanzarla, la saborea. El intento no es fantasía del inmovilizado, sino impulso que procura. Intento es una palabra que anda con zancos. 30. Lo neutro, tras desprenderse de los lugares comunes, es una posición que se disuelve. Escribe José Lezama Lima: “Las palabras son una red que apresa silencios. Prendido el silencio, se disuelve la palabra”. 9 31. Si los grupos se definen por las intenciones conjuntas, lo grupal es pregunta por las intensidades colectivas. 32. Barthes anota que lo neutro designa el tiempo del todavía no, el momento anterior a las diferencias. Lo grupal es memoria disponible de todo lo que no son los grupos. 33. Los grupos se dejan inmovilizar en calificaciones y encerrar en presunciones. Se dice: un grupo numeroso, un grupo callado, un grupo demandante, un grupo cálido, un grupo disperso, un grupo agradecido. También se utiliza el adjetivo grupal para indicar cualidad de conjunto, se dice: un problema grupal, una situación grupal, una producción grupal, un escándalo grupal. En la expresión lo grupal el adjetivo precedido por el artículo neutro queda sustantivado. Situarse en lo neutro es un modo de evitar las fijezas que suelen adosarse al sustantivo grupo; a la vez que la des-adjetivación del término grupal intenta recuperar la potencia que flota en algunas situaciones colectivas. Barthes anota que, sin embargo, no se trata de suprimir ni de censurar los adjetivos, sugiere que quizás lo neutro sea aceptar la adjetivación como un simple momento, una estación de la posibilidad 34. Lo grupal es deseo de pensar, tras la regularidad de los grupos, qué insiste como irregularidad; tras la previsibilidad de los conjuntos, qué insiste como imprevisibilidad; tras el equilibrio de los colectivos humanos, qué insiste como oscilación. 35. Lo grupal a veces queda cancelado por las imposiciones de los grupos. Suele decirse “se incorpora un miembro al grupo” como si -en ese acto- la bestia del conjunto se devorara un brazo, una pierna o una oreja. 36. 10 Si los grupos alucinan su unidad, lo grupal es el sueño dispersivo de lo que no se junta. 37. Si el discurso progresista de los grupos proclama el respeto de las diferencias como concesión de mentes amplias que podrían (si no estuvieran esclarecidas) optar por despreciarlas, reprimirlas, someterlas o eliminarlas; lo grupal es el contacto deseado con el vértigo indiferenciador de lo infinitamente singular. Escribe Blanchot (1969): “Lo neutro. Eso que lleva la diferencia hasta dentro de la indiferencia, más exactamente, que no deja a la indiferencia en su igualdad definitiva”. 38. Si los grupos cultivan el imaginario de la interioridad: fantasías inconscientes ocultas, figuras psíquicas defensivas frente a la vulnerabilidad, núcleos o fuentes profundas del malestar; lo grupal es simultaneidad de lo oscuro y lo claro, de lo cercano y lo lejano, de lo presente y lo ausente, de lo dicho y lo callado. Lo neutro aloja lo sombrío, distante, inmanente, silencioso. 39. Si los grupos son presionados a hacer o no hacer algo, lo grupal es la morada en la que la potencia espera. 40. Barthes anota el carácter no sistemático de lo neutro, su relación con lo ocasional, lo coyuntural, lo inútil. Si los grupos se rigen por el imperio de la necesidad: la necesidad social e institucional, la necesidad de resultados, la necesidad de interpretación, la necesidad de conducción; lo grupal es oportunidad de lo colectivo innecesario, algarabía de lo contingente. 41. Anota Roland Barthes: lo neutro valora lo que perece. Si los grupos atesoran historias, levantan monumentos, trazan zonas de exclusión y coleccionan repeticiones confirmatorias de su razón de ser; lo grupal celebra lo perecedero, lo que ocurre por única vez. 42. 11 Una pregunta de Kafka: “en qué momento y cuántas veces, cuando ocho personas están conversando, conviene tomar la palabra si no se quiere pasar por silencioso”. Si en los grupos cada uno hace cálculos para cuidar su imagen personal, lo grupal es lo incalculable de un colectivo desprendido de los imaginarios personales. 43. Si los grupos suelen ser espacios de regulación de la afectación, lo grupal busca el contacto con lo infinito. 44. Si los grupos son pequeños rejuntes de conjurados alrededor de un poder, lo grupal es la pregunta sobre qué pueden los colectivos humanos. 45. El sujeto colectivo no es un solo cuerpo que marcha unido hacia el porvenir; a veces es un estado de ebriedad de muchos que se chocan, se lastiman o creen que se acompañan. Interesa lo grupal como acontecimiento siempre posible y no como moral predeterminada para muchedumbres disciplinadas que cumplan los gestos solidarios y festivos esperados del estar juntos. Lo grupal, así invocado, sólo puede narrarse como potencia ya acontecida, como existencia nunca imaginada antes de ser vivida. 46. Lo neutro es el nombre mismo de lo singular y lo único. Escribe Deleuze (1969): “El sentido, lo expresado de la proposición, sería entonces irreductible a los estados de cosas individuales, y a las imágenes particulares, y a las creencias personales, y a los conceptos universales y generales. Los estoicos supieron decirlo: ni palabra, ni cuerpo, ni representación sensible, ni representación racional. E incluso puede que el sentido fuera ‘neutro’, completamente indiferente tanto a lo particular como a lo general, a lo singular como a lo universal, a lo personal y a lo impersonal. (…) “Anteriormente, el sentido considerado como ‘neutro’ nos parecía que se oponía a lo singular, no menos que a las otras modalidades. Ya que la singularidad no estaba definida sino en relación con la designación y la manifestación, lo singular no era definido sino como 12 individual o personal, y no como ‘puntual’. Ahora, por el contrario, la singularidad forma parte del dominio neutro”. 47. Deleuze (1969) cita de la obra de Joe Bousquet dos fragmentos para pensar lo neutro como acontecimiento de una herida que espera ser habitada: “Mi herida existía antes que yo; he nacido para encarnarla (…) Todo estaba en su sitio en los acontecimientos de mi vida, antes de que yo los hiciera míos; y vivirlos, es sentirse tentado de igualarme con ellos, como si les viniera sólo de mí lo que tienen de mejor y de perfecto”. Deleuze sugiere que, a veces, logramos habitar esa potencia que vive en nosotros: como si la hiciéramosnuestra dándonos al esplendor neutro de un acontecimiento “impersonal y preindividual, más allá de lo general y de lo particular, de lo colectivo y lo privado” que nos espera. Lo grupal es el nombre de un acontecimiento del que, a veces, algunos grupos se adueñan. Los grupos son efectuaciones posibles de lo grupal. Lo neutro aloja lo preindividual e impersonal de la potencias colectivas. 48. Anota Barthes: “Lo Neutro sería lo complejo: pero, lo complejo inextricable, insimplificable: ‘el enmarañamiento amoroso’ (Nietzsche) de los matices, los contrarios, las oscilaciones”. Los grupos se fundan en el amor, el odio, la conveniencia. Lo grupal es deseo enmarañado de lo amoroso, lo odioso, lo inconveniente. 49. Anota Barthes: lo neutro es burbujeo de intensidades. Si los grupos realizan experiencias más o menos satisfactorias, más o menos divertidas, más o menos útiles; lo grupal es el secreto de las intensidades colectivas satisfactorias, divertidas, inútiles. 50. Anota Barthes: lo neutro desbarata los paradigmas si/no, adentro/afuera, bueno/malo, hombre/mujer, ausencia/presencia, individual/colectivo. Si los grupos cultivan identidades individuales y de conjunto; lo grupal es invitación a la fuga de todos los reductos cerrados. 51. 13 Anota Barthes: lo neutro tiende a disminuir la superficie de contacto de un sujeto con la arrogancia de las afirmaciones que flamean sobre la planicie del mundo significado. Si los grupos suelen contentar fanáticos que se unen a través del odio para huir del miedo; lo grupal es alegría colectiva de los que se saben tristes, solos, vulnerables. 52. Si los grupos creen en sí mismos, aún cuando deciden, a veces, su autodisolución; lo grupal es indecisión que no cesa de preguntarse sobre el sentido y el valor de las acciones colectivas. 53. Si los grupos suelen practicar sacrificios para conjurar el miedo (al grupo, a los extraños, a uno mismo); lo grupal es la disposición a practicar la hospitalidad con lo que se teme. 54. Los grupos suelen ser teatros, escenarios para espiar conductas estereotipadas, sitios de intrigas y crisis repetidas, espectáculos de personajes buenos y malos, activos y pasivos, tímidos y desenvueltos, razonables y caprichosos; lo grupal es otra cosa: potencia de lo impersonal, existencia de lo individual diseminado, pujo del sentido no representado. 55. Si lo grupal guarda el secreto de la inventiva de los grupos que vendrán; los grupos, ya sidos, son conservas de formas canónicas, constrictivas, sobresignificadas. 56. Lo grupal no son los grupos, pero los grupos son imprescindibles para pensar lo grupal. 57. Si los grupos son marcos morales de los amuchados, lo grupal resguarda la inquietud de lo colectivo indisciplinado. 58. Asistimos a una cultura que trata de mantener entretenido al aburrido: de interesarlo por objetivos más o menos alcanzables. El mundo social ofrece un surtido de trivialidades para matar el tiempo. Matar el tiempo es el 14 enunciado de la cultura del entretenimiento. El entretenido es tenido, capturado como público: amordazado en sus deseos. El tiempo puede ser asesinado estando uno solo o participando en un grupo. Los grupos pueden ser campos de exterminio del tiempo (como ocurre con las audiencias televisivas). Lo grupal es la pregunta por el sentido que tiene estar juntos. Lo grupal es experiencia de recepción colectiva de que vamos a morir y de que vivir es habitar cada momento y, también, copular con el tiempo del otro. 59. Las prácticas de grupo agotan su sentido: en un momento, realizan todas las posibilidades para las que fueron diseñadas. Si los grupos se agotan, lo grupal es la inquietud que recomienza cuando los recorridos ya realizados se repiten desvitalizados. 60. Si los grupos consumen novedades técnicas como ilusión de rejuvenecimiento, lo grupal custodia potencias inexploradas, otros sentidos que los grupos siempre podrían tener. 61. Si lo grupal es el espacio de la simultaneidad, los grupos son nerviosismo que dice: hablemos uno por vez, así nos escuchamos todos. 62. Los grupos interesan si posibilitan entrever algo de lo grupal: lo grupal adviene cuando uno se da cuenta que, ensimismado en los fantasmas de siempre, se está perdiendo algo de la fiesta que crece a su alrededor. 63. Para dar una puntada más al hilván, una proposición barthesiana: lo grupal expresa el grado cero de los grupos. 64. Lo grupal no interesa sólo como espacio posible en el que se alojan diferencias de los que se reúnen en grupo (obviedad que casi no necesita ser dicha), lo que importa, ahora, es lo grupal como ocasión para que, en el relato de cada cual, acontezca la posibilidad del diferir en uno mismo, oportunidad de una fuga de sí, huída de la obstinada perseverancia de una representación. 15 Derrida (1968) introduce un artificio para remover en el sustantivo diferencia la potencia del verbo diferir tanto en su sentido de rechazar, demorar, desviar o reservar como en el del desacuerdo, la alteración, la desemejanza, la polémica. Propone un neografismo: si la palabra diferencia se escribe en francés différence, sugiera anotar différance (con a) para reponer el movimiento de sentidos acallados en el sustantivo de empleo habitual. Percibe que lo neutro de la diferencia es lo difiriente. Recupera, así, la fuerza del diferir en uno mismo como un modo de abrir paso a lo no representado e ignorado de sí. Inconsciente es el término que dice la productividad de lo difiriente. Escribe Derrida: “…la différance nos mantiene en relación con aquello de lo que ignoramos que excede la alternativa de la presencia y la ausencia. Una cierta alteridad -Freud le da el nombre metafísico de inconsciente- es definitivamente sustraída a todo proceso de de presentación por el cual lo llamaríamos a mostrarse en persona. En este contexto y bajo este nombre el inconsciente no es, como es sabido, una presencia para sí escondida, virtual, potencial. Se difiere, esto quiere decir sin duda que se teje de diferencias y también que envía, que delega representantes, mandatarios; pero no hay ninguna posibilidad de que el que manda ‘exista’, esté presente, sea el mismo en algún sitio y todavía menos que se haga consciente”. 65. Los grupos son espacios propicios para la dramatización del malestar. Las personas que concurren a grupos tensionados por el poder (casi todos los grupos humanos se convocan alrededor de algún poder) tienen malestares que comentan en voz baja en pasillos y bares: temores y rumores que circulan por fuera de las reuniones. Los espacios de grupo no suelen ser transparentes: sitios en los que se pueda ver con claridad todo lo que la gente piensa. En El Banquete de Gombrowicz se puede advertir que, en los grupos institucionales afectados por las relaciones de poder, se suele pedir la palabra para callar. Lo grupal sabe que no se trata de zarandear a los silenciosos hasta que dejen caer de sus bocas las blasfemias contenidas, sino la inclusión de lo acallado como extrañeza siempre por alojar, aún sin decir. Lo grupal conoce que lo que ocurre es mucho más y muy diferente que eso que nosotros creemos comprender. 16 En cuanto a los desacuerdos, desavenencias e inconsistencias de la conducción, ya se sabe, en el terreno de los grupos, conducir bien es como amaestrar una pulga: la única pulga que obedece a las consignas es la pulga muerta. También están las que se hacen las mosquitas muertas, pero esas son las que fingen inmovilidad para conservar la vida. 66. Freud cita en Psicología de las masas y análisis del yo una parábola de Schopenhauer (1859) incluida en su Parerga y Paralipómena (términos que suelen traducirse como cosas insignificantes y que no vienen al caso)sobre la comunidad de los puercospines, para decir que nadie soporta la cercanía íntima con los demás. En el crudo invierno los puercospines se juntan para darse calor y no morir de frío, pero -en esa cálida y necesaria proximidad- no pueden evitar lastimarse con las púas que recubren sus cuerpos. En la distancia tiritan desamparados y en la proximidad se hieren sin motivo. Una y otra vez intentan, sin embargo, acercarse y, una y otra vez, vuelven a alejarse llevados y traídos por el frío y el dolor. Y así, entre dos sufrimientos, oscilan hasta encontrar el punto preciso en el que pueden darse calor sin clavarse las espinas. Esta es para Schopenhauer la paradoja de la vida en comunidad. Según el autor de El mundo como voluntad y representación, vivimos entre desgracias por culpa de la voluntad: la desgracia de estar solos y la desgracia de desear estar con otros: entre el hastío y el aburrimiento de los que viven aislados y entre las inevitables lastimaduras que nos causan nuestros semejantes (aunque de todas, las que más duelen son las del amor). Deseamos estar con otros para escapar del vacío y la monotonía que somos, pero los desprecios y desdenes de los demás nos llevan a refugiarnos otra vez lejos de todos. La solución de Schopenhauer es dar con el punto óptimo, ayudados por la razón escéptica y desapegada de todo deseo: a esa distancia justa la llama urbanidad y buenos modales. Distante de ese pesimismo, al final, ilusionado en cortesías y moderaciones, Maurice Blanchot (1971) a propósito de George Bataille describe lo que podría llamarse la proximidad de los solitarios: “La amistad, esa relación sin dependencia, sin episodio y donde, no obstante, cabe toda la sencillez de la vida, pasa por el reconocimiento de la extrañeza común que no nos permite hablar de nuestros amigos, sino sólo hablarles, no hacer de ellos un tema de conversación (o de artículos), sino el movimiento del acuerdo del que, hablándonos, reservan, incluso en la mayor familiaridad, la distancia infinita, esa separación fundamental a partir de la cual lo que separa, se convierte en relación”. 17 Si Schopenhauer descree en la cercanía porque encuentra en ella un motivo de insatisfacción y sufrimiento, Blanchot entrevé -en esa distancia infinita- una potencia: en la separación irreductible radica el secreto de la proximidad. Si los grupos (embriagados del ideal de unidad) suelen practicar la subordinación y el dominio de lo lejano, cultivar el rechazo o la frustración por lo extraño, lo grupal es la reserva de la separación que aproxima. 67. Una definición de archipiélago dice: conjunto de islas agrupadas por una superficie, más o menos extensa, de mar. Otra propone: conjunto de islas unidas por aquello que las separa. Si los grupos alucinan síntesis de unidad más poderosas que las oposiciones, lo grupal resguarda el misterio de lo que aproxima separando y separa aproximando. 18 Bibliografía. AA. VV. (2009). GAC Pensamientos, prácticas, acciones. Grupo de Arte Callejero. Tinta Limón ediciones. Buenos Aires, 2009. Barthes, Roland (1971). Sade, Loyola, Fourier. Monte Avila Editores. Venezuela, 1977. Barthes, Roland (1977-1978). Lo neutro. Notas de cursos y seminarios en el College de France. Siglo XXI Editores. Buenos Aires, 2004. Blanchot, Maurice (1969). El diálogo inconcluso. Monte Ávila Editores. 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Ediciones Búsqueda. Buenos Aires, 1983. 19 Schopenhauer, Arthur (1859). Parerga y Paralipómena (Traducción Pilar López de Santamaría). Volumen 1 y 2. Editorial Trotta. Madrid, 2006.