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Percia, M Lo grupal y la cuestión de lo neutro

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1 
Lo grupal, la cuestión de lo neutro 
 
Marcelo Percia 
 
 
1. 
Lo neutro es una astucia para escapar de los lugares fijos que el lenguaje 
nos impone.1 
 
Lo grupal no se reduce a lo que los grupos insisten en ser. 
Lo grupal sirve de pasadizo para escapar del terreno pantanoso de los 
grupos. 
Los grupos parecen ciénagas que tientan a entrar y no dejan salir. 
En esos espacios del estar juntos -entre amores y odios, fidelidades y 
traiciones- cada tanto se boceta una pista de despegue para la inesperada 
potencia de los desanudados. 
 
2. 
Las prácticas clínicas con grupos iniciadas por psicoanalistas2, alrededor de 
1950 en Buenos Aires, se realizan en contra de la institución del 
psicoanálisis de su tiempo. 
Lo grupal es pensamiento portador de disidencia. 
Lo neutro es un antídoto contra la institucionalización de La posibilidad. 
Lo posible llama intensidades negadas: sin certificación ni constancia de 
existencia probada. 
 
3. 
Lo Grupal es la expresión que sirvió de contraseña política para una 
publicación que alcanzó en nuestro país diez volúmenes colectivos entre 
1983 y 1993, promovida por Eduardo Pavlovsky, Juan Carlos De Brasi y 
Hernán Kesselman. 
 
Explica Pavlovsky (1983), en la presentación del primer tomo de Lo 
Grupal, que la iniciativa retoma, tras los años de exilio, la revuelta del 
psicoanálisis argentino que en los años setenta decide acompañar el 
movimiento social emancipador de aquellos tiempos, testimoniando su 
ruptura con la Asociación Psicoanalítica Argentina a través de los libros 
Cuestionamos 1 y 2 compilados por Marie Langer y Armando Bauleo. 
 
4. 
 
1 El pensamiento de lo neutro reconoce entre los autores franceses (Foucault, Deleuze, Barthes, Derrida) 
una deuda con Maurice Blanchot. 
2 Pichon Riviere, Marie Langer, Emilio Rodrigué, entre otros. 
 2 
Lo neutro es un modo de concebir lo no pensado. 
Un modo de alojar intensidades que vacilan cada vez que son empujadas al 
encierro en un referente. 
 
5. 
El Antiedipo de Deleuze y Guattari (1972) es un libro que comienza con el 
hablar de lo neutro: “Ello funciona en todas partes, bien si parar, bien 
discontinuo. Ello respira, ello se calienta, ello come, ello caga, ello besa. 
Qué error haber dicho ‘el’ ello. (…) yo y no-yo, exterior e interior ya no 
quieren decir nada”. Ello no es pronombre de la tercera persona, ni el 
sustantivo-fuente del manantial inconsciente: ello es un apelativo 
provisorio de lo neutro, sujeto preposicional sin representación ni 
identidad.3 
 
El grupo no habla: no se trata de una sola boca parlanchina, pero lo grupal 
es la voz inaudible del habla colectiva. 
 
6. 
Escribe De Brasi (1986) en el prólogo a Lo Grupal 3: “Lo grupal dice, a un 
oído atento, sobre conjunciones, disyunciones, atravesamientos; evoca 
multiplicidad de formas y repertorios que arman esas fluidas -a veces 
efímeras- ‘positividades’ llamadas grupos”. 
 
Lo grupal es movimiento que piensa subjetividad y política, angustia y 
deseo, amor y odio, proximidad y distancia. 
 
7. 
En una entrevista (1997) Juan Carlos De Brasi recuerda que la publicación 
Lo Grupal fue un proyecto de pertenencia en tiempos de la postdictadura: 
“En esos devenires, la fórmula-advertencia ‘lo grupal no son los grupos’ 
nos sirvió como un estilete negativo para hundirnos en tierras soleadas. Y 
para impulsarnos a salir de la encerrona que acecha a cualquier idea de 
‘sujeto’ o ‘subjetividad’ a secas; ahí hubiéramos quedado atrapados en 
una mera relación de antagonismo con la ‘objetividad’ o en alguna versión 
sustancialista, donde ahora la ‘subjetividad’ ejercería la impostura que 
denunciaba en su oponente. De modo que circulando por otros senderos 
llegamos al desfondamiento de la misma idea de subjetividad”. 
 
 
3 La noción de Ello que Freud transforma en una instancia de su teoría del psiquismo, fue tomada de 
Groddeck (1923). Así lo admite Freud en una carta al autor de El libro del Ello: “En su Ello no reconozco 
a mi Ello, civilizado y burgués, despojado de su misticismo. Sin embargo, usted sabe que el mío deriva 
del suyo”. Ese supuesto misticismo de Groddeck, sin embargo, estaba familiarizado con el empleo de lo 
neutro que alemán hacía Nietzsche. 
 
 3 
En la proposición lo grupal no son los grupos, lo neutro transforma la 
negación en enunciado infinito (no son los grupos ni las instituciones, ni las 
comunidades, ni las multitudes ni los conjuntos). No importa lo que es sino 
lo que acontece (en los grupos, las instituciones, las comunidades, las 
multitudes, los conjuntos) inesperado. 
 
Lo neutro es un ardid para pensar con la lengua sin encallar en sustantivos 
establecidos: un modo de escapar de las contundencias cerradas del no y el 
sí. Una cosa es una negación (o una afirmación) absoluta y otra es una 
negación (o una afirmación) infinita: si lo absoluto ejerce el poder de la 
clausura (no hay nada fuera de mi negación o de mi afirmación), lo infinito 
llama o sigue las pistas de lo que huye inclasificado. 4 
 
8. 
De Brasi piensa lo grupal como movimiento de autores y de prácticas que 
ensaya un pasaje desde el estudio de los grupos y sus componentes 
históricos (conflicto y cohesión, interacción y roles, resistencias y 
transferencias, ilusiones y supuestos, asociaciones del psiquismo y el 
narcisismo) hacia “Lo Grupal (y la producción de subjetividad), especie de 
acontecimiento blanco que dispara el neutro ‘lo’, neutro del que carecen 
todavía algunas lenguas…”. 
 
Lo grupal para De Brasi fue un deslizador, un fluir en otro sentido, una 
fuga de los grupos hacia la interrogación sobre las condiciones de 
producción de subjetividad. Lo neutro como contraseña de un tránsito 
histórico, estético, político y de ideas clínicas hacia otros modos de 
pensamiento y acción. Eso que llamó el acontecimiento blanco (tal vez el 
acontecimiento de lo neutro) posibilitó a algunos el deseo de pensar todo de 
nuevo y de prefigurar otro género narrativo. 
 
9. 
Para Blanchot (1969) lo neutro es un modo de alojar lo desconocido sin 
confinarlo a lo conocido ni a lo todavía no conocido: acogida de lo 
desconocido como lo infinitamente inalcanzable. A partir de una pregunta 
que encuentra en un poema de René Char “¿Cómo vivir sin desconocido 
 
4En la entrevista a la que se hace referencia, De Brasi, por momentos emplea las expresiones lo grupal y 
la grupalidad como alusiones en proximidad. Dice: “hablo de grupalidad para arrancar al término de su 
uso adjetivo…”. Suele decirse talleres grupales, técnicas grupales, coordinadores grupales, 
producciones grupales, como si la cosa grupal fuera una cualidad de los talleres, las técnicas, los 
coordinadores, las producciones. De Brasi no piensa grupalidad como núcleo esencial arrancado de la 
contingencia del habla y la acción de los grupos, sino como horizonte ético, siempre móvil, de una 
enunciación colectiva. 
 
 4 
ante sí?”, propone pensar que “Vivir en lo desconocido ante sí quiere decir 
también vivir ante lo desconocido y ante sí como desconocido”. 
 
Lo grupal es la memoria de lo desconocido que los grupos olvidan. 
 
La separación irreducible con el otro me pone frente a las infinitas 
distancias que crecen en mí. 
 
Lo desconocido no es el otro, sino lo otro del otro; no es mi otro yo, sino lo 
otro del yo; no es el futuro, sino lo otro del porvenir. Lo otro es el diferir 
mismo que late en lo existente. 
 
Lo inconsciente es lo que se enuncia sustraído del enunciado conocido. 
 
Tal vez lo neutro sea una astucia para aprender a desconocer lo conocido. 
 
10. 
Lo grupal es llamado de soledad: no ensimismamiento novelado del que se 
recluye ni ansiedad asociativa de los que se juntan, soledad del que se sabe 
solo y llamado como constante vocación e invocación del otroy lo otro, 
incluso lo extraño en uno mismo. 
 
11. 
Una cita de Michel Serres: “Amar a alguien es oírle contar su vida y 
contarle la tuya. Existir es relatar la propia vida. Hay que hacer que la 
vida sea algo que se pueda decir. Todos necesitamos un relato para 
existir”. 
 
Lo grupal: invención de espacios para uno e infinitos relatos. 
 
12. 
Lo neutro se resiste a quedar confinado en las opciones existentes. 
Lo neutro: ni uno ni otro, ni una cosa ni otra, escapa a toda definición, no 
puede clasificarse. 
 
Lo grupal no se reduce al repertorio de los grupos conocidos. 
 
13. 
Escribe Blanchot (1981): “Lo otro habla. Pero cuando lo otro habla nadie 
habla, pues lo otro, al que debe evitarse honrar con una mayúscula que lo 
fijaría en un sustantivo de majestad, como si poseyera alguna presencia 
sustancial, incluso única, precisamente nunca es sólo lo otro, tal vez no sea 
ni uno ni lo otro, y el neutro que lo señala lo retira de ambos, como de la 
 5 
unidad, estableciéndolo siempre fuera del término, del acto o del sujeto en 
que pretende ofrecerse”. 
 
Lo otro habla dice lo inquietante, sugiere que la palabra no es de nadie, que 
las identidades llegan mucho después o nunca a adueñarse de esa 
efervescencia anunciadora. Lo neutro interesa como revuelta anti-
mayúscula, como fuerza desbordante que delira (se sale de surco) cada vez 
que un límite se declara horizonte natural de las cosas. 
 
14. 
Lo grupal: posibilidad de grupo, imaginación que se abre a los infinitos 
grupos posibles. 
 
15. 
Maurice Blanchot escribe (1969) que: “Lo neutro es aquello que no se 
distribuye en ningún género: lo no-general, lo-no genérico, así como lo no 
particular”. 
 
Lo grupal se resiste a las generalizaciones de los grupos, a la enumeración 
de rasgos que parecen comunes, a la descripción de casos particulares de un 
universal ya establecido. Lo grupal es espera de lo único. 
 
16. 
Lo neutro esquiva la soberbia de las opciones consagradas, dice: “ni lo uno 
ni lo otro: lo posible más allá de lo uno y más acá de lo otro”. 
 
Lo grupal no es la arrogancia de los grupos. 
 
17. 
Lo neutro crece entre las cosas. 
 
Lo neutro es pasión del ni: ni masculino ni femenino, ni activo ni pasivo, ni 
vivo ni muerto, ni presente ni ausente, ni visible ni invisible. El ni no 
importa tanto por lo que parece negar, como por lo que fuerza a pensar 
entre las cosas ya pensadas. 
 
Lo grupal es potencia todavía no nacida o exiliada de los grupos. 
 
18. 
Barthes anota que lo neutro es la producción de un espacio: un 
espaciamiento.5 
 
5 Todas las citas de Roland Barthes pertenecen a sus notas de 1977-1978. Algunos años antes (1971), sin 
embargo, a propósito de pensar las excentricidades clasificatorias en la obra de Fourier recurre a la idea 
 6 
 
Si los grupos (la familia, los amigos, los que se encuentran en las aulas 
escolares y universitarias, los que viajan juntos, los que viven en el mismo 
edificio, los que se encuentran hablando en un hospital porque sufren la 
vida) son laberintos: pequeños territorios segmentados por cientos de 
caminos imbricados, de los cuales, a veces, sólo alguno lleva a una salida; 
lo grupal es pregunta sobre cómo producir espacio en un desierto saturado 
por el sentido común. 
 
Lo grupal es una referencia sutil, no un lugar ni un sitio fijo: un intervalo 
móvil de los solitarios que se reúnen alrededor de nada. 
 
19. 
Si los grupos consagran modelos, normas, culturas; lo grupal es deseo que 
desbarata esas formaciones ya instituidas. 
 
20. 
Lo grupal es reserva de intensidades colectivas que se realizan, a veces, en 
las protestas de los grupos sociales. Lo grupal flota como promesa en la 
indignación por la injusticia y la desigualdad social, esa potencia se expresa 
cuando un colectivo humano decide (más allá del miedo) romper el cerco 
del silencio y hacer oír su denuncia. 
 
El escrache6 es una acción estética política que se hace en público. Suele 
emplearse para denunciar a un violador de los derechos humanos, a un 
personaje corrupto o nefasto. El escrache grita algo que está denegado: en 
esta ciudad, en tu barrio, en la cuadra de tu casa, en tu mismo edificio, vive 
un torturador. 
 
Un grupo interviene señales para indicar la dirección del denunciado, 
realiza pintadas, sentadas con canciones y bailes frente a su domicilio, 
 
de lo neutro. Advierte allí que para que un orden, clasificación o taxonomía no se vuelvan tumbas de las 
cosas, las ideas, las personas, son necesarias las travesías, los pasajes que permitan estar entre un lugar y 
otro, dice que esa “especie de lubricante que el aparejo combinatorio debe utilizar para no rechinar; la 
parte reservada es, pues, la de las Transiciones o Neutras (lo neutro es lo que se sitúa entre la señal y la 
no señal, esa suerte de tapón, de amortiguador, cuyo papel consiste en sofocar, suavizar, fluidificar el 
tic-tac semántico, ese ruido metronómico que señala obsesivamente la alteración paradigmática: sí / no, 
sí / no, sí / no (…) Lo Neutro es, pues, lo opuesto al Término Medio; este constituye una noción 
cuantitativa, no estructural; es la figura misma de la opresión que el mayor número hace padecer al 
menor número: tomado en un cálculo estadístico(…) lo neutro, al contrario, es una noción puramente 
cualitativa, estructural; es lo que desvía el sentido, la norma, la normalidad. Tener gusto de lo neutro es, 
forzosamente, sentir disgusto por el término medio”. 
 
6 Escrache es una palabra que deriva del lunfardo (escrachar: arrojar algo con fuerza; escrachar: 
fotografiar o pescar en infracción). La agrupación de derechos humanos HIJOS la utiliza, desde 1995, 
para describir una acción colectiva de resistencia al indulto otorgado durante el gobierno de Menem a los 
criminales de la dictadura de 1976. 
 7 
dramatizaciones de hechos ocurridos en un escenario improvisado en la 
puerta de su casa. 
 
Si el escrache es una acción de grupo que sirve para denunciar algo; lo 
grupal es la potencia alegre que fluye en toda denuncia colectiva de lo 
socialmente silenciado. 
 
21. 
Lo grupal se resiste a la violencia técnica de los grupos. 
 
22. 
Cuando se sugiere que lo grupal necesita ser pensando más desde las 
prácticas estéticas que desde las teorías psicológicas, psicoanalíticas o 
sociológicas, no se propone ahora hacer talleres artísticos de música, teatro, 
escritura, plástica, circo o danza y otros movimientos; sino aprender de lo 
estético sus modos de aproximarse a los misterios de la sensibilidad y la 
enunciación colectiva, sus modos de alojar lo todavía no catalogado, no 
previsto, no codificado, no representado. 
 
23. 
Roland Barthes encuentra en lo neutro un borde que le sirve para 
diferenciar entre querer asir y querer vivir. 
 
Si las técnicas de grupo son recetas para conducir pequeños colectivos 
humanos, lo grupal es el deseo de lo colectivo desprendido de las 
maniobras control. 
 
24. 
La posición de lo neutro, anota Barthes, no supone ausencia o rechazo de 
deseo, sino flotación eventual del deseo fuera del querer asir. 
 
Si los grupos son conjuntos que se aferran a consignas (vivir en una casa, 
viajar en un barco, concurrir a la misma aula), lo grupal sobrevuela las 
superficies como deseo errático del estar juntos. 
 
25. 
Lo neutro evita estabilizarse en un sentido, anota Barthes: “lo Neutro es 
desapego del sentido”. 
 
Lo grupal es la incesante interrogación por el sentido de los grupos. 
El sentido copula en la pregunta. 
 
26. 
 8 
Si los grupos contabilizan cuántos integrantes los componen, lo grupal se 
interesa por lo intrigante de cada composición. 
 
27. 
Lo neutro aloja intensidades inusitadas. 
 
Si los grupos son sitios de constataciónde lo programado, lo grupal es 
reserva de lo inusitado, incluso alojamiento de lo suscitado. 
 
Los grupos son nombres de fantasías (momentos de reposo) de un 
movimiento sin fin, ese movimiento es la potencia de lo grupal. 
 
A propósito de de las acciones colectivas del Grupo de Arte Callejero, el 
Colectivo Situaciones (2009) escribe: “El GAC no es un grupo sino un 
repertorio de formas operativas, que hacen de su plasticidad una puesta en 
escena a la vez barrial, detallada, intempestiva y colectiva. Su pensamiento 
metodológico, como ellas se ocupan de exponer, implica un conjunto de 
procedimientos donde se reúnen materiales, estrategias y decisiones 
políticas en una misma voluntad de intervención. Y, en ese sentido, el 
grupo no es más que el nombre de fantasía o la superficie de una 
‘producción por movilidad’”. 
 
28. 
Barthes piensa que la lengua es autoritarismo asertivo: la enunciación 
impone la cosa, digo árbol y la palabra obliga una existencia. Anota: 
“Todo lo Neutro es esquive de la aserción”. 
 
Si los grupos son criaderos de mayorías fanáticas que se afirman contra 
algunos disidentes que se oponen, lo grupal es herida de la unanimidad. 
 
29. 
En la expresión lo grupal, lo neutro es un intento de escapar a las figuras 
consolidadas. A veces, no se puede huir de lo existente, pero el que intenta 
la huída, aún sin alcanzarla, la saborea. El intento no es fantasía del 
inmovilizado, sino impulso que procura. Intento es una palabra que anda 
con zancos. 
 
30. 
Lo neutro, tras desprenderse de los lugares comunes, es una posición que se 
disuelve. 
 
Escribe José Lezama Lima: “Las palabras son una red que apresa 
silencios. Prendido el silencio, se disuelve la palabra”. 
 9 
 
31. 
Si los grupos se definen por las intenciones conjuntas, lo grupal es pregunta 
por las intensidades colectivas. 
 
32. 
Barthes anota que lo neutro designa el tiempo del todavía no, el momento 
anterior a las diferencias. 
 
Lo grupal es memoria disponible de todo lo que no son los grupos. 
 
33. 
Los grupos se dejan inmovilizar en calificaciones y encerrar en 
presunciones. Se dice: un grupo numeroso, un grupo callado, un grupo 
demandante, un grupo cálido, un grupo disperso, un grupo agradecido. 
También se utiliza el adjetivo grupal para indicar cualidad de conjunto, se 
dice: un problema grupal, una situación grupal, una producción grupal, un 
escándalo grupal. 
 
En la expresión lo grupal el adjetivo precedido por el artículo neutro queda 
sustantivado. Situarse en lo neutro es un modo de evitar las fijezas que 
suelen adosarse al sustantivo grupo; a la vez que la des-adjetivación del 
término grupal intenta recuperar la potencia que flota en algunas 
situaciones colectivas. 
 
Barthes anota que, sin embargo, no se trata de suprimir ni de censurar los 
adjetivos, sugiere que quizás lo neutro sea aceptar la adjetivación como un 
simple momento, una estación de la posibilidad 
 
34. 
Lo grupal es deseo de pensar, tras la regularidad de los grupos, qué insiste 
como irregularidad; tras la previsibilidad de los conjuntos, qué insiste como 
imprevisibilidad; tras el equilibrio de los colectivos humanos, qué insiste 
como oscilación. 
 
35. 
Lo grupal a veces queda cancelado por las imposiciones de los grupos. 
 
Suele decirse “se incorpora un miembro al grupo” como si -en ese acto- la 
bestia del conjunto se devorara un brazo, una pierna o una oreja. 
 
36. 
 10 
Si los grupos alucinan su unidad, lo grupal es el sueño dispersivo de lo que 
no se junta. 
 
37. 
Si el discurso progresista de los grupos proclama el respeto de las 
diferencias como concesión de mentes amplias que podrían (si no 
estuvieran esclarecidas) optar por despreciarlas, reprimirlas, someterlas o 
eliminarlas; lo grupal es el contacto deseado con el vértigo indiferenciador 
de lo infinitamente singular. 
 
Escribe Blanchot (1969): “Lo neutro. Eso que lleva la diferencia hasta 
dentro de la indiferencia, más exactamente, que no deja a la indiferencia 
en su igualdad definitiva”. 
 
38. 
Si los grupos cultivan el imaginario de la interioridad: fantasías 
inconscientes ocultas, figuras psíquicas defensivas frente a la 
vulnerabilidad, núcleos o fuentes profundas del malestar; lo grupal es 
simultaneidad de lo oscuro y lo claro, de lo cercano y lo lejano, de lo 
presente y lo ausente, de lo dicho y lo callado. Lo neutro aloja lo sombrío, 
distante, inmanente, silencioso. 
 
39. 
Si los grupos son presionados a hacer o no hacer algo, lo grupal es la 
morada en la que la potencia espera. 
 
40. 
Barthes anota el carácter no sistemático de lo neutro, su relación con lo 
ocasional, lo coyuntural, lo inútil. 
 
Si los grupos se rigen por el imperio de la necesidad: la necesidad social e 
institucional, la necesidad de resultados, la necesidad de interpretación, la 
necesidad de conducción; lo grupal es oportunidad de lo colectivo 
innecesario, algarabía de lo contingente. 
 
41. 
Anota Roland Barthes: lo neutro valora lo que perece. 
 
Si los grupos atesoran historias, levantan monumentos, trazan zonas de 
exclusión y coleccionan repeticiones confirmatorias de su razón de ser; lo 
grupal celebra lo perecedero, lo que ocurre por única vez. 
 
42. 
 11 
Una pregunta de Kafka: “en qué momento y cuántas veces, cuando ocho 
personas están conversando, conviene tomar la palabra si no se quiere 
pasar por silencioso”. 
 
Si en los grupos cada uno hace cálculos para cuidar su imagen personal, lo 
grupal es lo incalculable de un colectivo desprendido de los imaginarios 
personales. 
 
43. 
Si los grupos suelen ser espacios de regulación de la afectación, lo grupal 
busca el contacto con lo infinito. 
 
44. 
Si los grupos son pequeños rejuntes de conjurados alrededor de un poder, 
lo grupal es la pregunta sobre qué pueden los colectivos humanos. 
 
45. 
El sujeto colectivo no es un solo cuerpo que marcha unido hacia el 
porvenir; a veces es un estado de ebriedad de muchos que se chocan, se 
lastiman o creen que se acompañan. 
 
Interesa lo grupal como acontecimiento siempre posible y no como moral 
predeterminada para muchedumbres disciplinadas que cumplan los gestos 
solidarios y festivos esperados del estar juntos. 
 
Lo grupal, así invocado, sólo puede narrarse como potencia ya acontecida, 
como existencia nunca imaginada antes de ser vivida. 
 
46. 
Lo neutro es el nombre mismo de lo singular y lo único. 
 
Escribe Deleuze (1969): “El sentido, lo expresado de la proposición, sería 
entonces irreductible a los estados de cosas individuales, y a las imágenes 
particulares, y a las creencias personales, y a los conceptos universales y 
generales. Los estoicos supieron decirlo: ni palabra, ni cuerpo, ni 
representación sensible, ni representación racional. E incluso puede que el 
sentido fuera ‘neutro’, completamente indiferente tanto a lo particular 
como a lo general, a lo singular como a lo universal, a lo personal y a lo 
impersonal. (…) “Anteriormente, el sentido considerado como ‘neutro’ nos 
parecía que se oponía a lo singular, no menos que a las otras modalidades. 
Ya que la singularidad no estaba definida sino en relación con la 
designación y la manifestación, lo singular no era definido sino como 
 12 
individual o personal, y no como ‘puntual’. Ahora, por el contrario, la 
singularidad forma parte del dominio neutro”. 
 
47. 
Deleuze (1969) cita de la obra de Joe Bousquet dos fragmentos para pensar 
lo neutro como acontecimiento de una herida que espera ser habitada: “Mi 
herida existía antes que yo; he nacido para encarnarla (…) Todo estaba en 
su sitio en los acontecimientos de mi vida, antes de que yo los hiciera míos; 
y vivirlos, es sentirse tentado de igualarme con ellos, como si les viniera 
sólo de mí lo que tienen de mejor y de perfecto”. Deleuze sugiere que, a 
veces, logramos habitar esa potencia que vive en nosotros: como si la 
hiciéramosnuestra dándonos al esplendor neutro de un acontecimiento 
“impersonal y preindividual, más allá de lo general y de lo particular, de 
lo colectivo y lo privado” que nos espera. 
 
Lo grupal es el nombre de un acontecimiento del que, a veces, algunos 
grupos se adueñan. Los grupos son efectuaciones posibles de lo grupal. Lo 
neutro aloja lo preindividual e impersonal de la potencias colectivas. 
 
48. 
Anota Barthes: “Lo Neutro sería lo complejo: pero, lo complejo 
inextricable, insimplificable: ‘el enmarañamiento amoroso’ (Nietzsche) de 
los matices, los contrarios, las oscilaciones”. 
 
Los grupos se fundan en el amor, el odio, la conveniencia. Lo grupal es 
deseo enmarañado de lo amoroso, lo odioso, lo inconveniente. 
 
49. 
Anota Barthes: lo neutro es burbujeo de intensidades. 
 
Si los grupos realizan experiencias más o menos satisfactorias, más o 
menos divertidas, más o menos útiles; lo grupal es el secreto de las 
intensidades colectivas satisfactorias, divertidas, inútiles. 
 
50. 
Anota Barthes: lo neutro desbarata los paradigmas si/no, adentro/afuera, 
bueno/malo, hombre/mujer, ausencia/presencia, individual/colectivo. 
 
Si los grupos cultivan identidades individuales y de conjunto; lo grupal es 
invitación a la fuga de todos los reductos cerrados. 
 
51. 
 13 
Anota Barthes: lo neutro tiende a disminuir la superficie de contacto de un 
sujeto con la arrogancia de las afirmaciones que flamean sobre la planicie 
del mundo significado. 
 
Si los grupos suelen contentar fanáticos que se unen a través del odio para 
huir del miedo; lo grupal es alegría colectiva de los que se saben tristes, 
solos, vulnerables. 
 
52. 
Si los grupos creen en sí mismos, aún cuando deciden, a veces, su 
autodisolución; lo grupal es indecisión que no cesa de preguntarse sobre el 
sentido y el valor de las acciones colectivas. 
 
53. 
Si los grupos suelen practicar sacrificios para conjurar el miedo (al grupo, a 
los extraños, a uno mismo); lo grupal es la disposición a practicar la 
hospitalidad con lo que se teme. 
 
54. 
Los grupos suelen ser teatros, escenarios para espiar conductas 
estereotipadas, sitios de intrigas y crisis repetidas, espectáculos de 
personajes buenos y malos, activos y pasivos, tímidos y desenvueltos, 
razonables y caprichosos; lo grupal es otra cosa: potencia de lo impersonal, 
existencia de lo individual diseminado, pujo del sentido no representado. 
 
55. 
Si lo grupal guarda el secreto de la inventiva de los grupos que vendrán; los 
grupos, ya sidos, son conservas de formas canónicas, constrictivas, 
sobresignificadas. 
 
56. 
Lo grupal no son los grupos, pero los grupos son imprescindibles para 
pensar lo grupal. 
 
57. 
Si los grupos son marcos morales de los amuchados, lo grupal resguarda la 
inquietud de lo colectivo indisciplinado. 
 
58. 
Asistimos a una cultura que trata de mantener entretenido al aburrido: de 
interesarlo por objetivos más o menos alcanzables. El mundo social ofrece 
un surtido de trivialidades para matar el tiempo. Matar el tiempo es el 
 14 
enunciado de la cultura del entretenimiento. El entretenido es tenido, 
capturado como público: amordazado en sus deseos. 
 
El tiempo puede ser asesinado estando uno solo o participando en un grupo. 
Los grupos pueden ser campos de exterminio del tiempo (como ocurre con 
las audiencias televisivas). 
 
Lo grupal es la pregunta por el sentido que tiene estar juntos. Lo grupal es 
experiencia de recepción colectiva de que vamos a morir y de que vivir es 
habitar cada momento y, también, copular con el tiempo del otro. 
 
59. 
Las prácticas de grupo agotan su sentido: en un momento, realizan todas las 
posibilidades para las que fueron diseñadas. 
 
Si los grupos se agotan, lo grupal es la inquietud que recomienza cuando 
los recorridos ya realizados se repiten desvitalizados. 
 
60. 
Si los grupos consumen novedades técnicas como ilusión de 
rejuvenecimiento, lo grupal custodia potencias inexploradas, otros sentidos 
que los grupos siempre podrían tener. 
 
61. 
Si lo grupal es el espacio de la simultaneidad, los grupos son nerviosismo 
que dice: hablemos uno por vez, así nos escuchamos todos. 
 
62. 
Los grupos interesan si posibilitan entrever algo de lo grupal: lo grupal 
adviene cuando uno se da cuenta que, ensimismado en los fantasmas de 
siempre, se está perdiendo algo de la fiesta que crece a su alrededor. 
 
63. 
Para dar una puntada más al hilván, una proposición barthesiana: lo grupal 
expresa el grado cero de los grupos. 
 
64. 
Lo grupal no interesa sólo como espacio posible en el que se alojan 
diferencias de los que se reúnen en grupo (obviedad que casi no necesita 
ser dicha), lo que importa, ahora, es lo grupal como ocasión para que, en el 
relato de cada cual, acontezca la posibilidad del diferir en uno mismo, 
oportunidad de una fuga de sí, huída de la obstinada perseverancia de una 
representación. 
 15 
 
Derrida (1968) introduce un artificio para remover en el sustantivo 
diferencia la potencia del verbo diferir tanto en su sentido de rechazar, 
demorar, desviar o reservar como en el del desacuerdo, la alteración, la 
desemejanza, la polémica. Propone un neografismo: si la palabra diferencia 
se escribe en francés différence, sugiera anotar différance (con a) para 
reponer el movimiento de sentidos acallados en el sustantivo de empleo 
habitual. Percibe que lo neutro de la diferencia es lo difiriente. Recupera, 
así, la fuerza del diferir en uno mismo como un modo de abrir paso a lo no 
representado e ignorado de sí. 
 
Inconsciente es el término que dice la productividad de lo difiriente. 
Escribe Derrida: “…la différance nos mantiene en relación con aquello de 
lo que ignoramos que excede la alternativa de la presencia y la ausencia. 
Una cierta alteridad -Freud le da el nombre metafísico de inconsciente- es 
definitivamente sustraída a todo proceso de de presentación por el cual lo 
llamaríamos a mostrarse en persona. En este contexto y bajo este nombre 
el inconsciente no es, como es sabido, una presencia para sí escondida, 
virtual, potencial. Se difiere, esto quiere decir sin duda que se teje de 
diferencias y también que envía, que delega representantes, mandatarios; 
pero no hay ninguna posibilidad de que el que manda ‘exista’, esté 
presente, sea el mismo en algún sitio y todavía menos que se haga 
consciente”. 
 
65. 
Los grupos son espacios propicios para la dramatización del malestar. 
 
Las personas que concurren a grupos tensionados por el poder (casi todos 
los grupos humanos se convocan alrededor de algún poder) tienen 
malestares que comentan en voz baja en pasillos y bares: temores y 
rumores que circulan por fuera de las reuniones. Los espacios de grupo no 
suelen ser transparentes: sitios en los que se pueda ver con claridad todo lo 
que la gente piensa. En El Banquete de Gombrowicz se puede advertir que, 
en los grupos institucionales afectados por las relaciones de poder, se suele 
pedir la palabra para callar. 
 
Lo grupal sabe que no se trata de zarandear a los silenciosos hasta que 
dejen caer de sus bocas las blasfemias contenidas, sino la inclusión de lo 
acallado como extrañeza siempre por alojar, aún sin decir. Lo grupal 
conoce que lo que ocurre es mucho más y muy diferente que eso que 
nosotros creemos comprender. 
 
 16 
En cuanto a los desacuerdos, desavenencias e inconsistencias de la 
conducción, ya se sabe, en el terreno de los grupos, conducir bien es como 
amaestrar una pulga: la única pulga que obedece a las consignas es la pulga 
muerta. También están las que se hacen las mosquitas muertas, pero esas 
son las que fingen inmovilidad para conservar la vida. 
 
66. 
Freud cita en Psicología de las masas y análisis del yo una parábola de 
Schopenhauer (1859) incluida en su Parerga y Paralipómena (términos 
que suelen traducirse como cosas insignificantes y que no vienen al caso)sobre la comunidad de los puercospines, para decir que nadie soporta la 
cercanía íntima con los demás. 
 
En el crudo invierno los puercospines se juntan para darse calor y no morir 
de frío, pero -en esa cálida y necesaria proximidad- no pueden evitar 
lastimarse con las púas que recubren sus cuerpos. En la distancia tiritan 
desamparados y en la proximidad se hieren sin motivo. Una y otra vez 
intentan, sin embargo, acercarse y, una y otra vez, vuelven a alejarse 
llevados y traídos por el frío y el dolor. Y así, entre dos sufrimientos, 
oscilan hasta encontrar el punto preciso en el que pueden darse calor sin 
clavarse las espinas. Esta es para Schopenhauer la paradoja de la vida en 
comunidad. Según el autor de El mundo como voluntad y representación, 
vivimos entre desgracias por culpa de la voluntad: la desgracia de estar 
solos y la desgracia de desear estar con otros: entre el hastío y el 
aburrimiento de los que viven aislados y entre las inevitables lastimaduras 
que nos causan nuestros semejantes (aunque de todas, las que más duelen 
son las del amor). Deseamos estar con otros para escapar del vacío y la 
monotonía que somos, pero los desprecios y desdenes de los demás nos 
llevan a refugiarnos otra vez lejos de todos. La solución de Schopenhauer 
es dar con el punto óptimo, ayudados por la razón escéptica y desapegada 
de todo deseo: a esa distancia justa la llama urbanidad y buenos modales. 
 
Distante de ese pesimismo, al final, ilusionado en cortesías y moderaciones, 
Maurice Blanchot (1971) a propósito de George Bataille describe lo que 
podría llamarse la proximidad de los solitarios: “La amistad, esa relación 
sin dependencia, sin episodio y donde, no obstante, cabe toda la sencillez 
de la vida, pasa por el reconocimiento de la extrañeza común que no nos 
permite hablar de nuestros amigos, sino sólo hablarles, no hacer de ellos 
un tema de conversación (o de artículos), sino el movimiento del acuerdo 
del que, hablándonos, reservan, incluso en la mayor familiaridad, la 
distancia infinita, esa separación fundamental a partir de la cual lo que 
separa, se convierte en relación”. 
 
 17 
Si Schopenhauer descree en la cercanía porque encuentra en ella un motivo 
de insatisfacción y sufrimiento, Blanchot entrevé -en esa distancia infinita- 
una potencia: en la separación irreductible radica el secreto de la 
proximidad. 
 
Si los grupos (embriagados del ideal de unidad) suelen practicar la 
subordinación y el dominio de lo lejano, cultivar el rechazo o la frustración 
por lo extraño, lo grupal es la reserva de la separación que aproxima. 
 
67. 
Una definición de archipiélago dice: conjunto de islas agrupadas por una 
superficie, más o menos extensa, de mar. Otra propone: conjunto de islas 
unidas por aquello que las separa. 
 
Si los grupos alucinan síntesis de unidad más poderosas que las 
oposiciones, lo grupal resguarda el misterio de lo que aproxima separando 
y separa aproximando. 
 
 18 
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 19 
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