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FUNCION Y ESTRUCTURA DEL CUERPO HUMANO (285)

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Capítulo 11 Sangre 257
de eosinófilos existentes. ¿Por qué? Porque esta célula 
está especializada en la defensa frente a los parásitos 
(v. tabla 11-1).
El término leucopenia se refiere a una cifra de 
leucocitos anormalmente baja (menos de 5.000/mm3 
de sangre). Una serie de trastornos patológicos 
pueden afectar al sistema inmunitario y disminuir la 
cantidad de leucocitos circulantes. El síndrome de 
inmunodeficiencia adquirida o sida, que se estudiará 
en el capítulo 13, es un ejemplo de enfermedad carac­
terizada por leucopenia intensa. El término leucocito­
sis se refiere a una cifra de leucocitos anormalmente 
alta (por encima de 10.000/mm3 de sangre). Es una 
anomalía mucho más común que la leucopenia y casi 
siempre acompaña a infecciones.
Tipos de leucocitos y sus funciones
Granulocitos. Los neutrófilos son los más numero­
sos dentro de los leucocitos activos que se llaman 
fagocitos y que protegen al organismo frente a la 
infección por gérmenes invasores, introduciéndolos 
en sus propios cuerpos celulares y digiriéndolos 
durante el proceso de fagocitosis (v. fig. 11-5).
Los eosinófilos también se comportan como fago­
citos débiles. Quizá una de las funciones más impor­
tantes de estas células sea, como se ha descrito antes, 
la protección frente a la infección por determinados 
helmintos.
Los basófilos secretan en la sangre periférica la 
sustancia química llamada histamina, que se libera 
durante las reacciones inflamatorias. También produ­
cen el potente anticoagulante heparina, que contri­
buye a evitar la coagulación de la sangre mientras 
fluye a través de los vasos sanguíneos del cuerpo.
Agranulocitos. Los monocitos son los leucocitos 
más grandes. Igual que los neutrófilos, se comportan 
como fagocitos agresivos. Dado su tamaño, son 
capaces de engullir organismos bacterianos de mayor 
dimensión y células tumorales malignas. Los macró- 
fagos (que significa «comedores grandes») son 
monocitos especializados que han crecido hasta 
alcanzar varias veces su tamaño original tras salir del 
torrente circulatorio. Se comentan en detalle en el 
capítulo 13.
Los linfocitos ayudan a protegernos contra las 
infecciones, pero lo hacen mediante un proceso dife­
rente a la fagocitosis. Los linfocitos intervienen en la 
respuesta inmune, una serie compleja de procesos 
que nos proporcionan inmunidad frente a las enfer­
medades infecciosas. Las células llamadas linfocitos B 
producen de modo activo unas proteínas especializa- 
© das, denominadas anticuerpos, que destruyen de forma
Fagocitosis. Representación esquemática de 
la fagocitosis por un neutrófilo (observe el núcleo multilobu- 
lado). Las prolongaciones del citoplasma rodean a las bacte­
rias, que son atrapadas hacia el citoplasma a través de la mem­
brana celular.
específica determinadas bacterias, virus o toxinas 
químicas. Los linfocitos T no secretan anticuerpos, 
pero nos defienden al atacar directamente a las células 
víricas o tumorales malignas. Los detalles del sistema 
inmunitario se analizan en el capítulo 13.
Trastornos de los leucocitos
El término leucemia se emplea para describir una 
serie de cánceres de la sangre que afectan a los leuco­
citos. En casi todas las formas de leucemia se produce 
un aumento enorme del número de leucocitos o leu­
cocitosis. Es frecuente encontrar recuentos de leuco­
citos superiores a 100.000/mm3 en sangre periférica. 
Los distintos tipos de leucemia se clasifican como 
aguda o crónica, en función de la rapidez de aparición
Leucocito
Bacteria
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