Logo Studenta

anatomia y fisiologia del cuerpo-265

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Anatomía y fisiología del cuerpo humano250
feniletanolamina-N-metiltransferasa (PNMT) que completa la 
biosíntesis con la formación de adrenalina. Este paso se facilita 
por el cortisol.
Como a la médula suprarrenal le llega sangre de la corteza con 
mucho cortisol, la adrenalina constituya el 80% de las catecolami-
nas sintetizadas en la médula. 
En los gránulos cromafines, las catecolaminas se almacenan jun-
to con el ATP en una relación aproximada de 4:1 y están asociados
con unas proteínas llamadas cromograninas (A; B y C), que de este 
modo evitan la oxidación de las catecolaminas por las enzimas ci-
tosólicas. La cromogranina A es la más abundante, mientras que la 
B y la C se encuentran en concentraciones menores. 
En los gránulos también hay ácido ascórbico, en forma reducida, 
que constituye una fuente importante para la dopamina beta-hi-
droxilasa.También actúa como antioxidante previniendo la oxida-
ción de las catecolaminas. Los opioides también presentes, podrían 
mediar la analgesia inducida por el estrés y contribuir a la regulación 
del flujo sanguíneo cerebral y consumo de oxígeno. El neuropéptido 
Y podría prevenir el descenso excesivo de la presión arterial durante 
situaciones de shock. La actividad de la médula suprarrenal está ín-
timamente ligada a la intensidad de los estímulos nerviosos. 
En la exposición al frío o durante el ejercicio físico moderado 
la respuesta es inicialmente simpática, pero si aumenta la intensi-
dad o duración de cualquiera de ellos también se activa la médula 
suprarrenal. Uno de los estímulos que aumentan enormemente la 
secreción adrenomedular es el estrés.
Entre el 50 y el 60% de las catecolaminas circulantes está 
unido a la albúmina, a globulinas y a lipoproteínas. Prácticamen-
te toda la adrenalina plasmática deriva de la médula suprarrenal, 
porque la liberada por el sistema nervioso central no atraviesa la 
barrera hematoencefálica. Por el contrario la noradrenalina plas-
mática proviene, en gran parte, de las neuronas posganglionares 
simpáticas. La proporción de noradrenalina que no es captada o 
metabolizada en las sinapsis simpáticas y difunde a la circulación 
es muy pequeña.
4.1. ACCIONES BIOLÓGICAS DE LAS 
CATECOLAMINAS
Los receptores adrenérgicos están localizados en las membranas 
celulares. Existen dos tipos distintos de receptores adrenérgicos para 
las catecolaminas: alfa y beta, que a su vez se subdividen en alfa-
1,alfa-2, beta-1, beta-2 y beta-3 con una distribución característica 
según los distintos tejidos del organismo. Su activación desen-
cadena diferentes respuestas. Cada tipo de receptor adrenérgico 
tiene selectividad para determinados agonistas y/o antagonistas. 
Las catecolaminas endógenas son agonistas mixtos, ya que ambas 
interaccionan con los distintos tipos de receptores, pero existen 
algunas pequeñas diferencias. 
Los distintos tipos de receptores no sólo se diferencian en 
función de sus agonistas y antagonistas, sino también en el modo 
en el que transmiten la señal a través de la membrana. Los re-
ceptores beta 1, 2 y 3 estimulan a las proteínas G estimulantes y 
aumentan la concentración intracelular de AMPc. Los receptores 
alfa-2 activan a las proteínas G inhibidoras por lo que inhiben la 
adenil ciclasa y disminuyen el AMPc.
Por último, la activación de los receptores alfa-1 da lugar a un 
aumento de la concentración intracelular de calcio. 
La unión de un receptor adrenérgico con sus agonistas no 
sólo puede dar lugar a la respuesta celular específica, sino también 
a la desensibilización del receptor. Se acepta que la noradrenalina 
plasmática es un buen índice de la actividad simpática en la ma-
yoría de las situaciones fisiológicas. 
Al igual que en el caso de los glucocorticoides, casi todos los 
tejidos del organismo poseen receptores de membrana para la 
adrenalina y la noradrenalina y su activación desencadena múlti-
ples respuestas fisiológicas que ayudan al organismo a resistir una 
situación de emergencia. 
El efecto global de las catecolaminas en el hígado es la ac-
tivación de la glucogenólisis y la gluconeogénesis e inhibiendo 
la síntesis de glucógeno. Estas acciones dan como resultado un 
aumento de la liberación hepática de glucosa. 
Cualquier descenso en los niveles de glucosa en sangre da lu-
gar a un aumento de los niveles plasmáticos de catecolaminas. 
La adrenalina junto con el glucagón juega un papel importante 
en el restablecimiento de los niveles de glucosa en sangre a tra-
vés de diversos mecanismos (véase regulación de la glucemia más 
adelante). 
En el riñón las catecolaminas aumentan la producción de 
glucosa, actuando a través de receptores alfa-1 adrenérgicos. La 
adrenalina estimula la glucogenólisis en el músculo esquelético 
mediante la activación de receptores beta-2. Al no poseer el mús-
culo la enzima glucosa-6-fosfatasa, la glucosa-6-fosfato produ-
cida como resultado de la glucogenólisis no puede difundir a la 
circulación, y por lo tanto aumentará la producción de ácido lác-
tico, que constituirá un sustrato adicional para la gluconeogénesis 
hepática. 
4.1.1. Metabolismo proteico
En el músculo la adrenalina disminuye el catabolismo proteico, 
efecto que se ha observado tanto in vivo como in vitro y que está 
mediado por receptores beta. Por ello el tratamiento crónico con 
agonistas beta-2 aumenta el contenido de proteínas en el músculo 
en los animales de experimentación, y la extirpación de la médula 
suprarrenal por el contrario lo disminuye. 
4.1.2. Metabolismo de las grasas
El tejido adiposo comprende dos tejidos distintos, el blanco y el 
pardo. Ambos son muy diferentes tanto en su forma como en su 
función. La función primordial del tejido adiposo pardo es la de 
generar calor cuando se induce en él la lipólisis. Sólo hay tejido 
adiposo pardo evidente en el recién nacido. 
En el ser humano el tejido adiposo blanco constituye la reser-
va principal de grasas y por lo tanto su función es la de almacenar 
la energía. El hecho de que el recién nacido tenga tejido adiposo 
pardo inervado por el sistema nervioso simpático, así como que 
sus células expresen el receptor beta-3 adrenérgico, hace pensar 
que estos receptores son importantes para la respuesta termogéni-
ca al frío (en el neonato, un descenso moderado de la temperatura 
ambiente se percibe como frío y llega a duplicar su metabolismo 
basal). 
https://booksmedicos.org
	booksmedicos.org
	Push Button0:

Otros materiales