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CAPÍTULO 15 Sistema endocrino 361 FIGURA 15-35 Hiperplasia de paratiroides, vista macroscópica En este paciente con hiperplasia de paratidoides se han extirpado tres glándulas y media (sólo queda media glándula inferior izquierda). Aunque en la hiperplasia todas las glándulas paratiroides están aumentadas de tamaño, el aumento puede ser asimétrico. Desde el punto de vista microscópico, hay con más frecuencia hiperplasia de células principales, pero también pueden proliferar otros tipos de células de las paratiroides. La hiperplasia de paratiroides es la segunda forma más frecuente de hiperparatiroidismo primario, siendo responsable del 10 al 20% de los casos. A veces la hiperplasia de paratiroides se asocia a MEN 1 o a MEN 2A. FIGURA 15-36 Carcinoma de paratiroides, vista macroscópica Aquí se muestra una masa pardusca e irregular que invade el tejido tiroideo adyacente, de color rojo-marrón. El carcinoma de paratiroides es la forma menos común de hiperparatiroidismo primario, siendo responsable de menos del 1% de los casos. Estos carcinomas tienden a invadir los tejidos circundantes del cuello, lo que complica la resección quirúrgica. La concentración de calcio en el suero a menudo está muy elevada. También pueden verse concentraciones muy altas de calcio sérico en asociación a tumores malignos de otras localizaciones, en particular como síndrome neoplásico en el que hay elaboración de un péptido relacionado con la PTH. FIGURA 15-37 Carcinoma de paratiroides, vista microscópica En este carcinoma de paratiroides, que se ve a mediano aumento a la izquierda y a gran aumento a la derecha, se observan bandas distintivas de tejido fibroso entre los nidos de células de carcinoma. Los nidos de células neoplásicas no son muy pleomorfos, de modo que los únicos indicadores definitivos de malignidad son la invasión y las metástasis. La concentración sérica alta de PTH en los carcinomas de paratiroides, al igual que en los adenomas y las hiperplasias, puede aumentar la actividad osteoclástica del hueso y la remodelación ósea, dando lugar a la osteítis fibrosa quística y al «tumor pardo» del hueso.