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• SISTEMA CARDIOVASCULAR rápido de la presión. Durante esta fase se escucha el primer ruido cardíaco, que se debe a las vibraciones de las válvulas auriculoventriculares al cerrarse y, en menor medida, al mo- vimiento retrógrado de la sangre y a la contracción auricular. Período de eyección rápida (número 2 en la Fig. 2-6). Jus- tamente cuando la presión en el ventrículo supera la presión aórtica, se produce la apertura de la válvula semilunar (letra B en las Figs. 2-6 y 2-7) y, como consecuencia, empieza a salir la sangre. Al estar sometida ésta a una gran presión en la fase an- terior, la salida es considerable, lo que puede verse en la figura 2-6 por el descenso del volumen en el ventrículo izquierdo. Mientras que esto sucede, la aurícula izquierda se está llenando. Período de eyección lenta (número 3 en la Fig. 2-6). Con- forme el flujo de sangre en las arterias periféricas alcanza un equilibrio con el flujo en la aorta, la curva de presión intra- ventricular llega a su valor máximo (120 mm Hg), registrán- dose una estabilización del volumen ventricular. La aurícula izquierda prosigue con su llenado. Período de relajación isovolumétrica (número 4 en la Fig. 2-6). El cese de la actividad ventricular provoca un descenso de la presión del ventrículo izquierdo respecto a la existente en la aorta, cerrándose la válwla aórtica (letra C en las Figs. 2-6 y 2-7) por el flujo retrógrado de la sangre. Durante esta fase se puede escuchar el segundo ruido cardíaco, que se debe a las vibraciones de las válvulas semilunares. El hecho de que las válvulas mitra! y aórtica se encuentren cerradas y que la presión en el ventrículo izquierdo sea mayor que en la aurícula izquierda, hace que el volumen ventricular no cambie, de ahí el nombre que recibe este período. Los ventrículos no se han va- ciado completamente, quedando aproximadamente de un 35 a un 45% del volumen total antes de iniciarse la contracción. Período de llenado rápido (número 5 en la Fig. 2-6). Cuan- do la presión en la aurícula supera la presión en el ventrículo, se produce la apertura de la válvula mitra! (letra D en las Figs. 2-6 y 2-7) y comienza a entrar la sangre rápidamente. La disposición anatómica de las aurículas respecto a los ven- trículos permite que la diferencia de presiones entre ambas cavidades no tenga que ser muy grande. Además, la relajación ventricular hace el efecto de pistón, succionando la sangre contenida en las aurículas y, por lo tanto, ayudando al llena- do ventricular. Durante esta fase se puede escuchar el tercer ruido cardíaco (inconstante), debido a las vibraciones de la pared ventricular, que es más frecuente en niños y jóvenes. Período de llenado reducido (número 6 en la Fig. 2-6). Durante este período sigue entrando sangre, pero de forma mucho más lenta, llegando los ventrículos a alcanzar prác- ticamente su máxima dimensión diastólica, lo que significa que prácticamente el llenado se ha completado. Período de contracción auricular (número 7 en la Fig. 2-6). El llenado ventricular termina con la contracción (sís- tole) de la aurícula izquierda, que produce un incremento del volumen y de la presión ventricular. Esta fase finaliza con el cierre de la válvula mitra! (letra A en las Figs. 2-6 y 2-7). El incremento de volumen no es muy considerable y sólo adquiere importancia, en condiciones fisiológicas, durante frecuencias cardíacas elevadas cuando se reduce el tiempo de llenado. Durante esta fase se puede escuchar, mucho menos frecuente aun que el tercer ruido, el cuarto ruido cardíaco, debido a las vibraciones de la pared ventricular a consecuen- cia del movimiento de la sangre por la contracción auricular. Diagrama de presión/volumen El ciclo cardíaco también se puede presentar gráficamen- te como en la figura 2-7 (presión-volumen). Esta forma pre- senta la ventaja de tener las dos variables mencionadas al mismo tiempo y ser gráficamente un verdadero ciclo. Sin embargo, tiene la desventaja de no poderse observar la ve- locidad de los cambios de volumen, al no relacionarse con el tiempo, lo que dificulta la representación de las diferentes fases durante la eyección y el llenado. Como se ha visto, el ciclo cardíaco comprende siete fases, y en la definición inicial dada se hacía mención únicamente a dos fases genéricas: sístole y diástole. Por lo tanto, es necesario redefinir el ciclo cardíaco, con las siguientes puntualizaciones: • • • • El período de sístole no es equivalente al fenómeno de vaciado de los ventrículos. Este hecho justificaría que el período de contracción isovolumétrica estuviera dentro de la sístole y, sin embargo, no se expulsara sangre de los ventrículos. El período de diástole no equivale al fenómeno de llena- do ventricular. Así, se justificaría el período de relajación isovolumétrica. Tanto durante la salida como durante la entrada, los ven- trículos se vacían o llenan a diferente velocidad. Esto justificaría los períodos de eyección rápida y lenta y de llenado rápido y lento. La contracción de las aurículas encaja genéricamente den- tro de la diástole, a pesar de denominarse sístole auricular. En cumplimiento de la ley de continuidad del flujo, las dos bombas cardíacas expulsan idéntico Yolurnenlminuto o gasto cardíaco. Sin embargo, desde el pumo de vista anatómico, los dos ventrículos difieren, lo que ineludiblemente entraña ciertas diferencias respecto al ciclo cardíaco, no en lo que se refiere a las fases en sí, que son idénticas, sino a los valores de presión. En la figura 2-8 se represenran dos ciclos cardíacos correspon- dientes a los ventrículos izquierdo y de:recho. Aunque en un simple latido pueda diferir la canrid:>d e sangre eyectada por cada uno de los dos venrrirulos, en un ñempo suficientemente prolongado expulsan la misma ya que la FC es preci- samente la misma. Por oonsiguie:nre, las diferencias puntuales del volumen de eyección o sisiólioo son consecuencia de la diferencia entre el volumen diasolliro final (VDF) o volu- men telediastólico (VIl)) y d sistólico final (VSF) o volumen telesistólico El VE puede expresarse ~ y con relación a la supe:dirie adecuada, pues el gasro caJmo!CD
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