Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
LA FILOSOFIA EN CUBA 1790-1878 O. C. Ternevoi FILOSOFIA EDITORIAL DE C«€!MC!IAS SOCIALES, LA HABANA 1981 T o m a d o d e l a E d i t o r i a l d e l a U n i v e r s i d a d E s t a t a l d e B ie lo - r r u s i a " V . I . L e n i n " , M in s k , 1972. T r a d u c c i ó n : F é lix d e l a U z E d i c i ó n : N o r m a S u á re z S u á r e z D is e ñ o : A n a S u á r e z D ía z C o r r e c c i ó n : L u c ía A re n a l L in a re s y L o u r d e s P é r e z N ú ñ e z © E d i t o r i a l d e C i e n c i a s S o c i a l e s , 1981. E d ic ió n r e a l i z a d a c o n a u t o r i z a c i ó n d e l C e n t r a N a c i o n a l d e D e r e c h o d e A u t o r d e l a R e p ú b l i c a d e C u b a . E s t i m a d o l e c t o r , l e e s t a r e m o s m u y agradecidos s i n o s h a c e l l e g a r s u o p i n i ó n , p o r e s c r i t o , a c e r c a d e este l i b r o y d e n u e s t r a s e d i c i o n e s . E d i t o r i a l d e C i e n c i a s S o c i a l e s , c a l l e 14 N o . 4104 , P l a y a , C i u d a d d e L a H a b a n a , C u b a . PROLOGO Cuba socialista es el primer territorio libre de América. "La Revolución Cubana —expresa el Documento de la Confe rencia Internacional de Partidos Comunistas y Obreros del año 1969— rompió la cadena del yugo imperialista en América Latina y condujo a la creación del primer Estado socialista en el continente americano, lo que significó un viraje histórico y abrió una nueva etapa al movimiento revolucionario."1 La trascendencia internacional de esta revolución está determina da por el vivo interés que despierta la circunstancia de que haya sido precisamente Cuba, antigua colonia de España y, más tarde, semicolonia de Estados Unidos, el país que se convirtió en cuna y avanzada del socialismo en América. Para dar respuesta a esta cuestión es imprescindible volver la vista a la historia económica, política e intelectual de la Isla de ]« Libertad. En este caso no debemos limitarnos exclusivamente a los trabajos políticos y periodísticos que arrojan luz sobre los acontecimientos del momento actual. Se necesitan inves tigaciones científicas complejas de los problemas de la histo ria, la economía, la cultura y la ideología cubanas. Debe desti narse (in lugar especial al estudio de la ideología progresista cubana y u uno de sus elementos más importantes: la filoso fía. Como, según palabras de Marx, "toda filosofía verdadera es la quintaesencia espiritual de su t:puca"r- ésta no puede comprenderse sin el estudio de la actividad de los pensadores progresistas del pasado y de sus filosofías. " .. .Los filósofos —escribía Marx— no crecen del suelo como hongos; son el producto de su época y su pueblo, cuya savia más sutil, pre ciosa e invisible circula por las ideas El mismo espíritu que construye ferrocarriles con las manos de los obre 5 ros, construye también los sistemas filosóficos en el cerebro de los filósofos. La filosofía no se encuentra fuera del mundo, del mismo modo que el cerebro del hombre no está fuera de éste. .. r'E En Cuba, como en cualquier otro país, la filosofía progresis ta, verdadera, está indisolublemente ligada a la vida del pueblo, a su lucha revolucionaria por la libertad y la independencia. Por estas razones, nuestro creciente interés hacia el pasado heroico de Cuba, hacia la historia de su movimiento de libe ración y su ideología progresista es perfectamente válido y está más que justificado. Como escribiera A. I. Herzen, al tomar plena conciencia del pasado esclarecemos el presente, al penetrar con más profundidad en el sentido de lo acontecido descubrimos el sentido del futuro, al mirar hacia atrás avanza mos. Para una mejor comprensión del momento actual, de su vinculo con el pasado revolucionario, es imprescindible volverse hacia la historia de la filosofía y el movimiento de liberación cubanos. Este vínculo encontró reflejo en dos conmemoracio nes gloriosas, celebradas por el pueblo cubano y toda la huma nidad progresista: el centenario de la Revolución del 10 de Octubre de 1868 y el décimo aniversario de la Revolución Socia lista del Primero de Enero de 1959, símbolos del comienzo heroico y el final triunfal de la lucha por la libertad y la inde pendencia de Cuba. El estudio de la herencia revolucionaria y filosófica del pasa do ocupa un lugar destacado en el leninismo. Para todos nos otros es ejemplo inspirador la actitud leninista hacia los pro blem as de la lucha ideológica y revolucionaria en Rusia. Lenin siempre puso estos problemas en el centro de su atención y los estudió en su indisoluble unidad; una evidencia de esto es el examen integral que hizo de ellos en trabajos como En rtiE/tturia de Herzen, El papel de los estamentos y las clases en el movimiento de liberación y Del pasado de la prensa obre ra. en Rusia. Lenin ofreció una brillante valoración del papel histórico de los estamentos y clases, las generaciones de revo lucionarios y pensadores que actuaron en el movimiento de liberación, "en la revolución En esencia, se tra ta de la misma tarea que se plantea al investigar la filosofía cubana. Al estudiar su historia, el autor se ha orientado por los postulados marxista-leninistas acerca del inmenso papel del pensamiento filosófico de vanguardia en la fundamentación teórica del movimiento de liberación y la preparación ideológica de las revoluciones sociopolíticas. Por este motivo, el surgimiento y desarrollo de la filosofía cubana se examinan en estrecha ligazón con la historia econó mica y política de Cuba, con la lucha del pueblo cubano por su libertad e independencia contra el colonialismo español y, con posterioridad, contra las aspiraciones de conquista de Estados Unidos. Los materiales y documentos de las conferen cias internacionales de los partidos comunistas y obreros de los años 1957, 1960 y 1969, las Declaraciones de La Habana de 1960 y 1962, y los discursos e intervenciones de Fidel Castro tienen particular importancia para la comprensión correcta del movimiento revolucionario y la ideología progresista en Cuba. La filosofía de Cuba es un campo que permite todo un con junto de investigaciones científicas básicas. La imperiosa nece sidad de éstas viene dictada por la circunstancia de que ni en la Unión Soviética, ni en el extranjero, incluyendo la propia Cuba, existe una historia marxista-leninista íntegra de la filo sofía cubana. Nuestra monografía no se propone eliminar del todo esta ausencia. La misión del autor se limita a la investi gación del pensamiento filosófico durante la primera etapa del movimiento criollo de liberación en Cuba (1790-1878). Durante esa etapa, la lucha contra el yugo colonial español fue encabezada por los terratenientes criollos, descendientes de conquistadores y emigrantes españoles que se habían esta blecido en la isla y vincularon a ésta sus destinos, por lo cual consideraban que era Cuba y no España su verdadera patria. Los mejores hombres de entre los criollos fueron los primeros que hicieron ondear en Cuba la bandera de la revolución, al igual que en Rusia, donde, según Lenin, lo hicieron "los mejo res hombres de la En la monografía se analiza un período que ocupa un impor tante lugar en la historia de Cuba y de su filosofía. ¿ Pur qué es importante este período? En primer lugar, está indisolublemente enlazado con los acontecimientos actuales en Cuba, aunque lo separa casi un siglo de éstos. Fue el período coronado por la revolución de 1868-1878, conocido también en la historia como la Guerra de los Diez Años. Todo lo que sucedió después en Cuba fue la ejecución del testamento de esta primera revoluciún, su continuación y desarrollo sujeto a ley. Por lo tanto, el período criollo no es sólo toda una etapa en el movimiento de libera ción cubano, pues a él está vinculado el comienzo de la Revo lución Cubana, que concluyó victoriosamente en el año 1959.Fidel Castro tenía toda la razón cuando en su discurso del día 10 de Octubre de 1968, con motivo de la conmemoración 7 del centenario de la Revolución de 1868 expresara: "Nuestra Revolución, con su estilo, con sus características esenciales, tiene raíces muy profundas en la historia de nuestra Patria. Por eso decimos, y por eso es necesario que lo conprendamos con claridad todos los revolucionarios, que nuestra Revolución es una Revolución, y que esa Revolución comenzó el 10 de Octu bre de ÍE6E Como vemos, esta evaluación se asemeja a la profunda formulación leninista, antes mencionada, acerca de la unidad de la "revolución rusa", que destaca la continuidad y el vínculo de sus principales etapas, de todas las generacio nes de revolucionarios, y nos recuerda que la Gran Revolución Socialista de Octubre es la conclusión sujeta a ley de todo el movimiento de liberación ruso que había comenzado con la insurrección de los decembristas el 14 de diciembre de 1825. En segundo lugar, con el período criollo está relacionado el nacimiento mismo de la filosofía cubana, la cual, desde sus comienzos se manifestó como una "filosofía de la renova- tiún 'V e incluso como filosofía de la revolución, pues la parte mejor y más patriótica de los criollos se caracterizaba por su espíritu progresista y revolucionario. De la misma forma que la revolución burguesa del siglo x v i i i en Francia fue precedida por la revolución en la filosofía, en Cuba, la revolución de 1868 fue antecedida por su propia revolución filosófica. Su fuerza motriz comenzó a surgir en la isla durante la década de los años 90 del siglo x v i i i : el movimiento ilustrado, cuya bandera ideológica era la filosofía de vanguardia de la Ilustración cuba na o criolla. Conocemos perfectamente bien el gran mérito histórico que tuvieron los filósofos del siglo x v i i i en la pre paración de la revolución francesa de 1789, quienes, según señalara Lenin, fueron reconocidos como "líderes de la burgue- sfc" .6 Lo mismo puede decirse del papel más modesto, pero igualmente importante, que en la preparación de la revolución desempeñaron en Cuba pensadores criollos de vanguardia como José Agustín Caballero, Félix Varela, José de la Luz y Caballero y otros. Ellos fueron los que tuvieron más influencia durante el período que puede denominarse como prólogo a la Revolu ción Cubana del 10 de Octubre de 1868. Por estas razones, dichos pensadores pueden considerarse también "hombres del 10 de Octubre", junto a Carlos Manuel de Céspedes e Ignacio Agramonte, jefes reconocidos de esa revolución; es decir, for man parte de la primera generación de combatientes por una t'Lctü libre y soberana. Con todo fundamento podemos afirmar que los revolucionarios y pensadores criollos fueron hermanos de sangre de los "grandes revolucionarios franceses de la bur- yuesía'"1, y los decembristas revolucionarios provenientes de la nobleza en Rusia. La filosofía y la revolución de los criollos fue la primera piedra que se puso en los cimientos de la Cuba socialista moderna. La chispa criolla encendió la llama de la Revolución Cubana, y el pensamiento filosófico crioLo de vanguardia se remonta en sus orígenes a fuentes criollas. L;i filosofía de la Ilustración criolla constituye una verdade ra ierra incógnita para los lectores soviéticos y la mayoría de los especialistas en filosofía. La literatura marxista y progre sista de la historia de la filosofía cubana es extremadamente pobre, y esta pobreza se hace más evidente si observamos la extensa literatura que existe sobre los problemas de la historia, la economía y la cultura de Cuba.* Actualmente, en la Unión Soviética no disponemos de monografías de los pensadores progresistas cubanos del período criollo y ni siquiera conta mos con una traducción al ruso de alguna de sus obras.** Acerca de los filósofos criollos podemos encontrar alguna infor mación, pequeña aunque sustanciosa, en los trabajos de Ricar do Burguete publicados como capítulos y artículos en obras como Historia de la filosofía, Enciclopedia íilosóíicn y P a sa dores progresistas de América Latina. "** Los artículos del investigador y dirigente cubnno Carlos Rafael Rodríguez (lítírva de José de la Luz y Caballero y José Manuel Mestre) ron de gran interés, así como del historiador Emilio Roig de Leuch- senring (acerca de Varela).LD mencionar también la monografía de J. M. García Espinosa Epoca de gestación, en la * E n la Unión Soviética han hecho un considerable aporte al estudio de estos problemas I. R. Grigulevich, V I. Ermolaev, A. M Zorina, E. L. Nitoburg, L. Yu. Slezkin- en Estados Unidos William Foster y Philip Fomer, y ijn Cuba Juan Marinello, Blás Roca, Carlos Rafael Rodríguez, Antonio Efttfi .. Jiménez, Julio Le Riverend, José Antonio Portuondo, Raúl Cepero Bonilla, Raúl Roa, Sergio Aguirre, José Rivero Muñiz, José López Sánchez, Emilio Roig de Leuchsenring, Elias Entralgo, Fernando Ortiz, Alejo Carpentier y otros (véase la "Bibliografía1?. Hay que mencionar, además, algunos trabajos colectivos publicados en la Unión Soviética: Cuba, problemas de la ideolo gía y la cultura nacional de los países de América Latina; La lucha por la independencia en América Latina (1810-1826); Las naciones de Amdrica Latina (véase la "Bibliografía"). La literatura soviética y extranjera que hemos men cionado es de valiosa ayuda para esclarecer las condiciones y causas históricas del surgimiento del pensamiento filosófico progresista cubano y definir principales períodos históricos de su desarrollo. Acerca de la historia de la filosofía cubana, en la LTniÓn Soviética sólo se han editado dos monografías, las de O. S. Temovoi: José Marti, y de Y. I. Shiskina: Las concepciones sociales y políticas de José Martí (véase la "Biblio grafía"). Ambas monograffas están dedicadas a la concepción del mundo de un mismo pensador, por lo que no ofrecen una imagen de toda la filosofía cubana. *** Véase la "Bibliografía". £ cual se esclarece la génesis de la filosofía cubana y se ofrece un análisis de la concepción del mundo de José Agustín Caba llero.1 i De particular importancia son algunos trabajos y mani festaciones de los propios pensadores cubanos de vanguardia del pasado para comprender y valorar correctamente la filoso fía cubana del período criollo, como Félix Varela, José de la Luz y Caballero, José Manuel Mestre, así como José Martí, Enrique José Varona y Manuel Sanguily." Del tema que nos interesa disponemos de una amplia litera tura histórico-filosófica burguesa, la cual, a pesar de los ricos y a menudo interesantes datos que nos ofrece, de ciertas obser vaciones justas, sobre todo, en los trabajos de Roberto Agra- monte, Medardo Vitier y A. Hernández Travieso,"* debe ser abordada muy críticamente, sobre todo en lo que respecta a problemas históricos de la filosofía cubana, como su periodi- zación y valoración global, sus particularidades nacionales y las leyes generales de su desarrollo. De todo lo antes expuesto se desprende que el presente libro es, en esencia, la primera experiencia de investigación sistemática del período criollo en la historia de la filosofía cubana desde las posiciones del marxismo-leninismo. La estruc tura del libro está condicionada por la lógica objetiva del proceso filosófico, ideológico y revolucionario-liberador cuba no. En el primer capítulo se examinan algunos de los problemas teóricos y metodológicos más importantes relacionados con la periodización científica de la historia de la filosofía cubana y se explican las causas históricas del nacimiento y desarrollo de la misma. Al hacerlo, hemos puesto énfasis en la caracteri zación del papel histórico de los criollos, en la teoría y la práctica del criollismo, como exigencia del propio objeto de nuestra investigación. En los capítulos siguientes se analizan las concepciones filosóficas de Caballero, Varela y De la Luz, así como las de algunos de sus partidarios y opositores.En el capitulo final ofrecemos una valoración histórica general de la filosofía progresista criolla de la Ilustración y mostramos sll relación con la revolución de 1868, la etapa democrático- revolucionaria siguiente en la historia de la Revolución Cubana y In actualidad. De esta forma queda subrayada la importancia actual del tema que tra ta la monografía. Nuestro interés por la historia de la filosofía cubana no ha sido motivado sólo por razones * Véase la "Bibliografía'’. ** Ibfdem. m académicas, pues está condicionado también por la necesidad de analizar, a la luz del leninismo, los nuevos procesos del desarrollo histórico y las tareas de la lucha ideológica en la etapa presente. Por estas razones, el autor busca alcanzar, al orientarse por el principio leninista del espíritu de partido, un fin politico y científico: no sólo llenar un conocido vacío en la ciencia histórico-filosófica marxista, sino hacer un mo desto aporte a la defensa y propaganda de las tradiciones filosóficas y revolucionarias del pueblo cubano. Los trabajos leninistas ¿A qué herencia renunciamos? y Acerca del orgullo nacional de los grandes rusos, y el artículo de José Martí Vindicación de Cuba, son ejemplos de una justa actitud hacia esto. Hoy las tradiciones filosóficas y revolucionarias han adquirido gran importancia, debido al enfrentamiento cada vez más enconado entre do? mundos y. sobre todo, dos ideolo gías: la comunista y la burguesa. Es imposible triunfar en esta lucha sin contraponer la comprensión materialista de la histo ria filosófica cubana al punto de vista proimperialista de "pensadores canijos (.. .) pensadores de lámparas”,12 de los "profesores reaccionarios de filoEufia".-1’ Esta tarea es inminente en Cuba socialista, que sufre la constante presión del imperia lismo norteamericano. En estas condiciones, el correcto escla recimiento y la defensa de su herencia nacional constituyen instrumentos poderosos para la educación política de las masas, tal como señalara Fidel Castro en el discurso antes aludido: "Si las raíces y la historia de este país no se conocen, la cultura política de nuestras masas no estará suficientemente desarrollada. Porque no podríamos siquiera entender el marxis mo, no podríamos siquiera calificarnos de marxistas si no empezásemos por comprender el propio proceso de nuestra revolución, y el proceso del desarrollo de la conciencia y del pensamiento politico y revolucionario en nuestro país durante cien años. Si no entendemos eso, no sabremos nada de política. "Y desde luego, desgraciadamente, mucho tiempo hemos vivi do ignorantes de muchos hechos de la historia. "Porque si el interés de los que se aliaron aquí con los impe ria lis ta -e ra ocultar la historia de Cuba, deformar la historia de Cuba, eclipsar el heroísmo, el mérito extraordinario, el pen samiento y el ejemplo de nuestros héroes, los que realmente están llamados y tienen que ser los más interesados en divul gar esa historia, en conocer esa historia, en conocer esas raíces, en divulgar esas verdades, somos los reWtucitm arioi.Ir;* Es comprensible entonces la importancia que tiene el escla recimiento marxista-leninista de este período de la historia 11 cubana, con el cual - c o m o destacara Fidel Castro en su discur so— están relacionados el nacimiento de la nación cubana y de su conciencia política revolucionaria. En su trabajo, el autor ha utilizado como fuente primaria fundamental 26 tomos de las obt-as filosóficas originales de los pensadores criollos editados pot la Universidad de la Flabana en la serie "Biblioteca de Autores Cubanos"." Con la finalidad de simplificar el uso del aparato científico, cuando nos remiti mos a esas obras utilizamos las siglas BAC. que corresponden a las letras iniciales del nombre de la serie en español, después de las cuales anotamos el número del tomo y la página. Véase la "Bibliografía". 11 Notas 1 Conferencia Internacional de los Partidos Comunistas y Obreros. Documentos y materiales. Moscú, 5-17 de junio de 1969. Ed. en ruso, Edit. Politizdat, Moscú, 1969, p. 314. 2 C. Marx y F. Engels: "El editorial del no. 179 del Kolnische Zeitung". Sobre la religión. Edit. Cartago, Buenos Aires, 1959, p. 28. 3 Ibídem. * V. I. Lenin: Obras completas. Edit. Política, La Habana, t. 18, p. 23. “ Ibídem, t. 19, p. 327. 4 G r a n m a , 11 de octubre de 1968. 7 Ricardo Burguete: "La filosofía de la renovación". Pensado res progresistas de América Latina (xix-comienzos del ¡el). Edi ción en ruso, Edit. Misl, Moscú, 1965, p. S. *V. I. Lenin: ob. cit., t. 2, p. 496. a Ibfdem, t. 29, p. 364. 10 C R. Rodríguez: José Manuel Mestre. La filosofía en La Habana, La Habana, 1938. José de la Luz y Caballero, La Habana, 1947. E. Roig de Leuchsenring: “Varela en 'El Haba nero'", Prólogo a El Habanero, Biblioteca de Autores Cuba nos, Editora de la Universidad de La Habana, La Habana, 1962, t. 4, p. XLI-LXXXVII. 11J. M García Espinosa: Epoca de gestación. Academia de Ciencias de Cuba, 1966. 13 1 2 José Martí: Obras com pleta. Editorial Nacional de Cuba, La Habana, t. 6, p. 22. 31 V. I. Lenin: ob. cit., t. 14, p, 339. 14 Granma, 11 de octubre de 1968. 1 4 CAPITULO í PERIODIZACIÓN DE LA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA CUBANA A LA LUZ DEL LENINISMO La filosofía de la Ilustración criolla es una importante parte componente de la herencia revolucionaria y cultural del pueblo cubano. Al investigarla es preciso resolver una importantísima tarea teórica y metodológica: la periodización de la historia de la filosofía cubana desde las posiciones del leninismo. Dicha periodización debe relacionarse forzosamente con la "historia de las ideas”' en Cuba, con las épocas históricas del desarrollo del país, así como las principales etapas del movimiento de liberación cubano, pues, como enseña el leninismo, a pesar de toda su independencia relativa, el "desarrollo de las ideas" depende, en última instancia, "del de las cosas"." 1. CONDICIONES HISTÓRICAS DEL SURGIMIENTO DE LA FILOSOFIA EN CUBA. LA "ISLA DEL AZÚCAR Y LOS ESCLAVOS" EN LA EPOCA DEL ESTABLECIMIENTO DEL CAPITALISMO Metodología leninista de la periodización Podemos afirmar, sin exageraciones, que la periodización es uno de los principales problemas en cualquier ciencia histórica, incluyendo la historia de la filosofía cubana. En ella se mani fiesta el irreconciliable espíritu de partido y la oposición entre los postulados teóricos y metodológicos de la historia de la 15 filosofía marxista y burguesa. A los "teóricos" burgueses los caracteriza el idealismo y la metafísica, así como expresara Lenin, la "búsqueda, tan de moda hoy, quasi realista, aunque en realidad ecléctica, detrás de una completa enumeración de todos los índices y todos los 'factores' por separado1', que "hace que el 'teórico' no vea el bosque a causa de los árboles1'.9 Por supuesto, en las obras de los historiadores burgueses de la filo sofía cubana pueden encontrarse algunas observaciones certe ras acerca de la periodización de la misma. Sin embargo, debido a la limitación clasista de esos investigadores, así como a lo erróneo de los fundamentos metodológicos (eclecticismo o una metafísica y un idealismo definidos) n-o pudieron solucio nar de forma científica este problema.* Lenin nos previno: "cuando se tra ta de filosofía, no puede ser creída ni una sola palabra.. de los profesores burgueses, de la misma forma que "tan pronto se tra ta de la teoría gene ral de la Economía Política, no se puede creer ni una juírt palabra de ninguno de los profesores de Economía Políti ca. . . r,J En el caso que nos ocupa tampoco se les puede creer, pues se tra ta de la “teoría general" sobre la periodización de la historia de la filosofía cubana. Sólo el leninismo nos seíiala el camino correcto para la elaboración científica de esta historia, pues es "metodología del pensamiento revolucionario y la acción revolucionaria”/1 Para nosotros tiene una importancia teóricay metodológica de principio la periodización leninista de la historia universal, y del movimiento de liberación en Rusia, la cual, como sabe mos, fue utilizada por Lenin como fundamento científico para establecer las principales etapas de desarrollo del pensamiento social ruso de avanzada. La periodización marxista-leninista de la historia a partir del año 1789 (y teniendo en cuenta la corrección introducida por la Gran Revolución Sccialista de Gfctuhrc en la definición de la frontera cronológica entre la segunda y la tercera épo ca)** es la que ofrecemos a continuación. La primera época (1789-1871) "que se extiende desde la Gran Revolución Francesa hasta la guerra franco-alemana, es la * No existe siquiera una concepción integral acerca de la periodización de la filosofía cubana en historiadores burgueses como Medarlo Vitier y Roberto Agramonte, quienes de hecho sustentan la teoría de la "filiación de ideas", por lo que se in c lin a al silencio en cuanto a la lucha entre materialismo e idealismo. ** Lenin, en el trabajo Bajo hxm bandera ajena, indica ul año de comienzo de la Primera Guerra Mundial: “ . . .2) 1871-1914; 3) ¿1914?’’ (V. I. Lenin: ob. cit . t. 26, p. 143.) 16 época de ascenso de la burguesía y en la que ésta triunfa plena mente. Nos hallamos aquí ante la línea ascendente de la burguesía, en la época de los movimientos democrático-burgue- ses en general y de los movimientos nacionales burgueses en particular, en la época en que las instituciones caducas de la sociedad feudal y absolutista se desmoronan rápidam ente''/■ Según la definición de Lenin, "el movimiento de la burguesía contra las fuerzas feudales y absolutistas" era la "fuerza motriz principal" del progreso histórico, su "contenido objetivo”.7 La segunda época (1871-1917) es "aquélla en que la burgue sía, llegada a su plena dominación, comienza a declinar; es la del tránsito de la burguesía progresista al capital financiero reaccionario y ultrarreaccionario. Es la época en que una nueva clase prepara y reúne lentamente sus fuerzas, la época de la democracia contemporánea”;3 es decir, cuando é) proleta riado y sus aliados se aprestan a la lucha contra el imperia lismo. La tercera época (desde 1917 hasta hoy) es la época del tránsito del capitalismo al socialismo. En el centro de la época actual encuentra la clase obrera internacional y su principal creación: el sistema mundial del socialismo. En el articulo "Del pasado de la prensa obrera en Rusia', Lenin deslindó también tres etapas fundamentales del movi miento de emancipación en Rusia "correspondientes a las tres principales clases de la sociedad rusa, que marcaron su huella en ese movimiento: 1) el período de la nobleza, desde 1825 a 1861, aproximadamente; 2) el período de los intelectuales raznochintsi o democrático-burgués, aproximadamente desde 1861 hasta 1895; 3) el período proletario, desde 1895 hasta nuestros díáS?l.D El análisis de la periodización leninista nos ayuda a descu brir su principio me'urológico básico. El cirrCCer progresista y r e v a l u c i t m z i i d de una u otra clase es, "en primer lugar", ]í, q u j e caracteriza, según Lenin, el contenido fundamental de lar "grandes épocas históricas", al igual que de los correspondien tes "grandes movimientos hlEL-áricoE \ ]0 Al periodizar la histo ria, Lenin se guiaba por este criterio objetivo. Al caracterizar tato enfoque escribía: "El método de Marx consiste, ante todo, en tomar en cuenta el contenido objetivo del. proceso histórico en un momento dado y en una situación dada, a fin de com prender, en primer lugar, cuál es la clase cuyo movimiento es la principal fuerza motriz del posible progreso en esa situa ción dada.”11 17 Lenin insistía: "la teoría marxista exige de un modo absolu to que, para analizar cualquier problema social, se le encuadre dentro de un marco histórico determinado, y después, si se tra ta de un solo país ( ...) que se tengan en cuenta las particu laridades concretas que distinguen a este país de los demás dentro del marco de una y la misma época histórica".12 Señala ba, además, que "sólo el conocimiento de los rasgos funda mentales de una época dada servirá de base para considerar las particularidades más detalladas de tal o cual país".13 Al centrar la atención en los "rasgos fundamentales” que de terminan los marcos cronológicos de las épocas históricas, Lenin advertía: "Por supuesto, estas delimitaciones, como en general todas las que se dan en la naturaleza o en la sociedad, son delimitaciones convencionales y móviles, relativas y no absolutas. Sólo de un modo aproximado tomamos los hechos históricos como destacados, los que más saltan a la vista, como jalones de los grandes movimientos históricos."'1 Con la misma decisión se abstrae de lo casual: " . . . En toda época hay y habrá movimientos parciales, particulares, dirigidos tanto hacia adelante como hacia atrás; hay y habrá desviaciones con res pecto al tipo medio del movimiento. No podemos saber con qué rapidez y con qué éxito se desarrollarán los diferentes movimientos históricos de una época dada".15 Según Lenin, el "momento determinante”16 es otro: " . . . Podemos saber y sabemos cuál es la clase que se encuentra en el centro de tal o cual época y determina su contenido fúndamental, la tenden cia principal de su desarrollo, las particularidades esenciales de su situación histórica, etcétera."17 Aunque Lenin exigía poner al descubierto "las raíces de todas las ideas sin excepción y de las diversas tendencias que se manifiestan en el estado de las fúerzas productivas materiales",18 tenía en cuenta, al mismo tiempo, la independencia relativa del desarrollo de las ideas. Evidencia de esto es, por ejemplo, la valoración leninista del papel de Herzen y Belinski en la historia del movimiento de emancipación y del desarrollo del pensamiento social de van guardia en Rusia." Lenin sometió a una crítica demoledora el libro de V. Shulia- tikov: La justificación del capitalismo en la filosofía de Europa * Al caracterizarlos como los hombres más relevantes del período de la noble za, Lenin destaca el papel especial de Herzen durante este periodo ("los decembristas y Herzen") y habla de su evolución posterior como de un demócrata revolucionario y predecesor del socialismo en Rusia (V. I. Lenin: ob. cit., t. 18, pp. 17-24). Lenin indicó el papel particular de Belinski, quien aun bajo el derecho feudal fue un predecesor de la eliminación total de los nobles por los raznochnitsi. (V. I. Lenin: ob. cit., t. 20, pp. 243-244.) Occidental. Enumeraba entre sus defectos el antihistoricismo y el estrecho esquematismo clasista, que se manifestaban en la ausencia "de un análisis concreto de períodos, formaciones, ideologías",,D El autor del libro nada decía, por ejemplo, acerca del diferente papel de los ideólogos de la burguesía progresista y reaccionaria en las diferentes épocas históricas, lo que lo condujo a una evaluación muy primitiva de ellos como reaccio narios, ya que su punto de partida era que toda la burguesía constituía una clase explotadora reaccionaria. Pero eso era el "método” de Shuliatikov. En su "vulgarización de la historia de la filosofía olvida por completo la lucha de la burguesía con tra el feudalismo" y "el clc2ÍcH]t&TnuJ|.w "Todo el libro —con cluía Lenin— es un ejemplo de vulgarización extrema del mate rialismo (...) Una caricatura del marxismo en la fjiríorifl."33 Cuando analizaba cualquier fenómeno social valoraba pen sadores y realizaba analogías; Lenin se valía rigurosamente del enfoque histórico y tomaba siempre en consideraciún la seme janza objetiva entre el desarrollo social de los países, las épocas históricas y las etapas del movimiento de liberación. Exigía también que se evaluaran los méritos históricos de un pensa dor no por lo que dieron en comparación con las exigencias y conocimientos actuales, sino por lo que ofrecieron de nuevo respecto a sus predecesores.Un ejemplo brillante de analogías científicas lo encontramos en las profundas comparaciones leni n is ta -e n tre la Ilustración francesa (siglo xvm) y rusa (siglo xix) y también entre la democracia y el populismo en China y Esta es, en rasgos generales, la metodología dialéctico-ma terialista seguida por Lenin al elaborar su periodización de la historia universal y el movimiento emancipador en Rusia. Sin embargo, para nosotros no sólo es importante la metodología leninista de la periodización, sino la periodización misma como tal. Esta última tiene valor para nosotros pues es una concep ción teórica, aunque de más está decir que la caracterización leninista de la época de 1789 a 1871 y de la etapa de la nobleza en el movimiento emancipador ruso tiene relación directa con nuestra investigación del período criollo en la historia de Cuba y de su filosofía (1790-1878) y nos ayuda a hacer analogías históricas en el desarrollo de las ideas de vanguardia y la lu cha revolucionaria en Rusia y Cuba, en Cuba y Francia. La periodización leninista es la clave para el estudio y la comprensión científica de la historia de la filosofía cubana y la elaboración de su periodización. Por supuesto, tenemos en cuen ta una aplicación creadora y no mecánica de la periodización 19 leninista y su metodología a la investigación de los problemas que nos interesan. Semejante enfoque presupone la necesidad de un examen histórico-concreto, rigurosamente científico de estos problemas, en primer lugar, en relación con las épocas históricas por las que atravesó Cuba en su desarrollo y, en segundo lugar, en su concatenación con las etapas principales del movimiento de liberación cubano. Cuba en 1790. Frontera entre dos épocas La causa última y la fúerza motriz decisiva de todos los acon tecimientos históricos importantes residen "en el desarrollo económico de la sociedad, en las transformaciones del modo dd producción y de cambio, en la consiguiente división de la sociedad en distintas clases y en las luchas de estas clases en tre e:".-1 Engels escribió que "en cada época histórica, el modo predominante de producción económica y de cambio y la orga nización social que de él se deriva necesariamente, forman la base sobre la cual se levanta, y es la única que explica la his toria política e intelectual de dicha época.. .":i Por estas razones, es del todo imposible abordar el estudio de la filosofía cubana del período criollo sin esclarecer las con diciones históricas de su aparición y desarrollo, es decir, sin definir con precisión la época histórica que vivía entonces Cuba y las peculiaridades concretas que la diferenciaban de otros países dentro de los marcos de una misma época. Es proce dente entonces trazar analogías con la evaluación leninista de lo general y lo particular en el desarrollo del capitalismo en Rusia. En la época de 1790 a 1878 vemos en Cuba 'Tos mismos proce sos fundamentales en el desarrollo del espita l im o " ,35 lo que, sin embargo, no debe llevamos a olvidar las particularidades del establecimiento y el desarrollo de ese régimen en Cuba, que encontraron expresión plena en las particularidades nacionales de la historia de sus ideas y de su lucha por la libertad y la independencia. Resulta evidente que sin tomar en cuenta la dialéctica de lo general y lo particular es imposible comprender la evolución económica y la "historia política e iatd«itííáP“ del país. Lenin escribió " . . . Quien se dedica a los problemas particulares sin antes resolver los generales, fatalmente 'tropezará' con estos problemas generales a cada paso, y sin darse tnííníH.”27 Por consiguiente, es imprescindible trazar primero la periodización de la historia del desarrollo económico cubano, establecer los 20 rasgos generales de cada período por separado y concretar tam bién la “teoría general" de cada uno de ellos mediante el seña lamiento de las características del desarrollo general de Cuba y del capitalismo cubano en particular. Como han reconocido la mayoría de los investigadores, y con este punto de vista esta mos de acuerdo, el año 1790 marca las fronteras entre dos épo cas en la historia de la Cuba colonial: 1510-1790 y 1790-1878. Por este motivo, todos los acontecimientos históricos (entre ellos la revolución filosófica) sólo pueden ser correctamente comprendidos si se tienen en cuenta las diferencias fundamen tales entre estas dos épocas (y no los movimientos y episodios aislados) de la historia de Cuba y se analizan las condiciones históricas, en primer lugar económicas, del paso de una época a ctra Aproximadamente hacia 1510, es decir, poco después del des cubrimiento de Cuba por Colón (1492), la isla se convirtió en objeto de la colonización española. La colonización de América fue una de las manifestaciones del proceso de acumulación ori ginaria de capital. Marx escribió al caracterizar esta época: "El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata en América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del conti nente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capLtalEstfi.,',]* El robo y la expoliación fueron el único objetivo de los con quistadores españoles; el oro era la palabra mágica que los empujaba a atravesar el océano y llegar a Air.írica-^ En Cuba, la conquista estuvo acompañada de la eliminación, por los colo nizadores, de los indios y de su antiquísima civilización. La isla fúe convertida en una factoría colonial, en un apéndice agrario y proveedor de materias primas a la colonia. Mediante el esta blecimiento de un riguroso monopolio comercial, los coloniza dores españoles controlaban el desarrollo económico de su colonia y detenían por todos los medios su progreso industrial. El cruel régimen colonial implantado en Cuba se mantuvo prácticamente invariable hasta la liberación del país del domi nio de España, en 1898. Desde los tiempos de la conquista hasta finales del siglo x v i i i y comienzos del xix, el desarrollo de Cuba transcurrió a ritmos extremadamente lentos. En esto influyó de manera nefasta la decadencia económica y política que sufría la propia metrópo li durante ese tiempo. Además, cuando los conquistadores espa ñoles no pudieron encontrar yacimientos considerables de oro 31 y plata en el país lo relegaron al plano de "una tierra carente de ventajas". La isla era considerada por España como punto de tránsito en su comercio con las colonias continentales y puesto de avanzada en la defensa de éstas. De todas formas, Cuba consiguió algunos logros durante esta "prolongada época de miseria", llamada así por el historiador y geógrafo español del siglo xix Jacobo de la Pezuela. Durante este período se sen taron las bases de la estructura económica y social de la socie dad colonial cubana. El desarrollo económico de Cuba hasta 1790 puede caracte rizarse mediante los índices siguientes. Hacia 1702, la pobla ción del país era de unas 20 000 personas, de las cuales 13 000 vivían en La Habana o sus alrededores. Según el censo de 1791-1792, la población de la colonia habia crecido hasta 172 620 habitantes, compuesta por 96 440 blancos (criollos asi como "pirenaicos", es decir, nativos de España), 31 847 negros y mulatos libres y 44 333 esclavos. En el año 1776 vivían en La Habana 76 000 personas (en Nueva York sólo 12 000). La eco nomía de la isla adquirió un carácter típicamente colonial, mixto. Estaba formada por fincas de diferentes tipos (multitud de pequeñas posesiones y una pequeña cantidad de grandes) que se ocupaban, a escala relativamente pequeña, de cultivos agrícolas para la exportación, como el tabaco, el café y la gana dería. Según ese mismo censo, en Cuba existían 399 grandes economías ganaderas, 478 plantaciones de caña de azúcar y 7814 posesiones agrícolaspequeñas. Merece la pena señalar que ya por esos tiempos habia crecido visiblemente el peso específico de la producción de azúcar y el sistema de la escla vitud de plantación en la economía ligado a ella, aunque las posibilidades potenciales de este sistema se revelaron plena mente en el transcurso del ulterior desarrollo económico de la isla, después de 1790. Régimen económico ¿Cuál era el régimen económico que se había formado en Cuba durante esta época? Sin proponernos ofrecer una res puesta definitiva acerca del problema, sólo prestaremos aten ción a aquellos aspectos que tienen relación directa con el tema de la presente monografía.* + Acerca de esto se habla con más detalle en la obra de Julio Le Riverend: Historia económica de Cuba. Tienen gran interés las obras de Blas Roca: Los fundamentos del socialismo en Cuba y de William Foster: Esbozo de ruu his toria política de las Américas ñ Luir la "Bibliografía"). 22 No hay dudas de que en la base y la superestructura, for madas durante la época que nos ocupa del régimen colonial, predominaban las relaciones precapitalistas. En su fundamento era éste un régimen feudal, como el propio colonialismo espa ñol. Sin embargo, el feudalismo importado e introducido gra dualmente por los colonizadores españoles no era un feudalis mo "puro". Bajo la influencia de las condiciones locales, el feudalismo español sufrió en Cuba una evidente transformación al adaptarse a las circunstancias concretas de la época. Como resultado del exterminio bárbaro de la población indígena y del insuficiente arribo de emigrantes desde la metrópoli, a los colonizadores españoles se les planteó el difícil problema de asegurar fuerza de trabajo a las emergentes haciendas feuda les, esto fue resuelto de un modo igualmente bárbaro: mediante la introducción forzada de la esclavitud, a partir de la impor tación de esclavos provenientes de Africa. De esa forma, la pro piedad feudal del suelo no estuvo acompañada de la servidum bre, sino de un régimen emparentado con ésta, la esclavitud (debido a que ambos sistemas de trabajo se asientan en la violencia extraeconómica). La simbiosis de feudalismo y escla vitud se mantuvo en la base de la economía colonial cubana hasta la revolución de 1868-1878. No estamos de acuerdo con la afirmación de que Cuba nun ca conoció el feudalismo ni sus rezagos. Como es sabido, Lenin consideró profundamente errónea y científicamente inconsis tente una aseveración similar respecto a Estados Unidos. Al rechazar y caracterizar el desarrollo del capitalismo en la agri cultura de este país escribió: "Esta afirmación es abiertamente contraria a la verdad, pues las supervivencias económicas de la esclavitud no se diferencian en absoluto de las supervivencias similares del feudalismo. . "Podemos observar aquí ( ...) el pasaje de la estructura esclavista —o, lo que en este caso es lo mismo, feudal— de la agricultura a la estructura mercantil y capitalista. . .,rai Estas formulaciones leninistas son más válidas aún para Cuba, donde existía todo un conjunto de relaciones precapita listas con supervivencias feudales, esclavistas y patriarcales. Tampoco se deben exagerar la importancia de las tendencias capitalistas en el desarrollo económico de la Cuba colonial hasta 1790, las cuales eran un débil reflejo de la aurora del capitalismo en Europa. Sobre la Cuba de este período no puede decirse lo mismo que escribió Engels acerca de Estados Uni dos: su historia "comienza en presencia de elementos de la so ciedad burguesa moderna formados ya en el siglo sv n 1;1- .. Estados Unidos es por su origen mismo, un pais moderno y burgués ( ...) fundado por petits bourgeois y por campesinos que habían huido de la Europa feudal para establecer una so ciedad puramente burguesa."* En la economía colonial de Cuba y hasta 1790 existían, por lo menos en germen, determinados elementos del capitalismo. Empero, no tuvieron un desarrollo tan amplio como en Esta dos Unidos durante los siglos xvrr y xviii. A diferencia de Estados Unidos, donde la tendencia del desarrollo dominante en ese período era la capitalista, en la Cuba de hasta la década de los años 90 del siglo xvm predominaban las formas preca- pitalistas de explotación. Sin embargo, después de 1790 el capital comenzó a abrirse paso en Cuba, liberando gradualmen te la agricultura de los derroteros del feudalismo y la esclavi tud, incorporándola a la circulación comercial y, con ello, al desarrollo capitalista mundial y sacándola del estancamiento y la rutina, propios del medioevo y el régimen patriarcal. Como señalaron Marx en el tomo 3 de El Capital y Lenin en jVwíVím datos acerca de las leyes del desarrollo del capitalismo en la agricultura, el capitalismo en el agro no depende de la forma de la agricultura y la explotación del suelo; obstruyendo la agricultura medieval y patriarcal de los más diferentes tipos (en Cuba; feudal, esclavista, media y pequeña libre), el capita lismo ias subordina a sí mismo, aunque de diferente forma y mediante procedimientos distintos. Entre las variadas f o r m a s de penetraciún del capitalismo en la agricultura de Cuba ofrece particular interés la peculiar transformación capitalista del sis tema de esclavitud de plantación como base de la economía colonial. Como se sabe, la esciavitud funciona como modo dominante de producción sólo en la formación esclavista, mientras que en otras formaciones, en las épocas históricas de tránsito, no desempeña un papel independiente. La naturaleza de la escla vitud en Cuba era doble desde los comienzos mismos. Por un lado, como forma de explotación precapitalista basada en la coacción extraeconómica estaba emparentada con el feudalismo * Por supuesto, esto no significa que el capitalismo en Estados Unidos surgió en forma "pura" o sobre un terreno "puro". Como en los demás lugares, nació en forma de elementos dentro de las entrañas del viejo régimen feudal, y se desarrolló en lucha contra l:I y sus rezagos. Engels señala el nacimiento relativamente temprano del capitalismo en Estados Unidos y la formación de L-.ILU como un estado burgués y no feudal, lo que fue el objetivo funda mental de sus fundadores, quienes trataron de institucionalizar una sociedad libre de las reminiscencias del feudalismo. (F. Engels: "Carta a Danielson", 17 de octubre de 1893. Obras escogidas, Edición en Lenguas Extranjeras, Moscú, t. 2 , p . 472.) (servidumbre). El feudalismo se apoyaba en el sistema de la economía de plantación esclavista que, hasta finales del siglo x v i i i , siguió siendo patriarcal-natural, en lo fundamental. Por otro lado, la esclavitud en Cuba fu t engendrada por la épo ca de la acumulación originaria de capital. Como indicó Marx, "lo mismo que las máquinas, el crédito, etc., la esclavitud direc ta es la base de la industria burguesa.".10 Le dio valor a Cuba como colonia, pues sin la esclavitud no hubiera habido azúcar y sin azúcar, y la industria ligada a ella, no se hubiese produ cido el desarrollo capitalista del país. Por estas razones, el sisteina de esclavitud de plantación que se afianzaba en la isla, aunque se basaba en métodos de explo tación precapitalistas, llevaba en su seno la tendencia capitalis ta de desarrollo. La producción de azúcar para la exportación, basada en la esclavitud, anunciaba la descomposición del viejo régimen en Cuba. La propia economía de plantación comenzó a transformarse, gradualmeiite, de patriarcal-natural en econo m í a mercantil de tipo capitalista. La aclaración de lo especifico de la transformación capitalista de la economía de plantación es muy importante en el caso de Cuba, pues con ella están rela cionadas la promoción y la actividad de la clase de los hacen dados-esclavistas, la cual desempeñó, durante el período de 1790 a 1878, el papel rector en el movimiento liberador e ilu- minista y en el desarrollo de la ideología y la cultura nacional. La valoración del papel históricode esta clase tiene importan cia de principio para la comprensión correcta de todos los p o- blemas relacionados con la explicación científica de la génesis y el desarrollo del pensamiento filosófico de vanguardia en la Cuba de esos tiempos, cuyo análisis constituye el objeto de esta investigación. Estos son los rasgos característicos dcL régimen económico de Cuba colonial, que determinaron el desarrollo del pais hasta 1790 y ejercieron una influencia sustancial sobre todo el pro ceso de establecimiento del capitalismo en Cuba. ¿Cómo trans currió el desarrollo de Cuba durante el período de 1790 a 1878? Eí LÍdSílrríjJfrn r:<V>PZíj J J ííc Clí^ír fVsjjiTtis' rfa ¿790 En el siglo a is Cuba era un país agrario atrasado con una industria poco desarrollada. La economía de plantación, que utilizaba coactivamente el trabajo de los negros esclavos y esta ba' orientada a la exportación de azúcar y otros producios agrícolas, fue durante casi todo el siglo pasado la base del sis 1 5 tema económico cubano. Sólo hacia 1886, con posterioridad al resto de los países de la América española, Cuba abolió la escla vitud, que junto con el régimen colonial frenaba seriamente el desarrollo de las relaciones capitalistas en el país. Hacia finales del siglo xix, la economía de Cuba se especializó, cada vez más, en la producción de azúcar y adquirió un carácter monocultor cada vez más marcado. A aumentar la producción de azúcar de caña desde 10 000 toneladas en 1774 hasta 750 000 en 1869 (cerca de un tercio de la producción mundial), el pequeño país se convirtió en un gigantesco central azucarero que trabajaba para el mercado mundial. El carácter monocul tor de la economía situaba toda la vida de la isla en dependen cia plena de la coyuntura de este mercado. La situación de Cuba empeoró debido a la circunstancia de que el país pasó a ser prácticamente dependiente de un mer cado: el de Estados Unidos. A mediados del siglo xix, el 62 Hn de todas las exportaciones de azúcar cubano iba a parar a Esta dos Unidos y sólo el 3 % a España. El azúcar se convirtió en la riqueza principal de Cuba, en base de sus exportaciones. El monocultivo escondía funestas consecuencias para la isla." La creciente dependencia económica de Cuba respecto a Estados Unidos constituía un síntoma amenazador del proceso ya ini ciado de conversión del país, que no se habia desembarazado aún del yugo del colonialismo español, en patrimonio colonial de nuevos amos: los imperialistas norteamericanos. Sobre la base del desarrollo de la producción azucarera des tinada a la exportación, y la formación de las relaciones capi talistas, se produjo el reequipamiento técnico de la industria y la agricultura. Creció con particular rapidez la industria azu carera: en 1791 existían 478 ingenios; en 1827, 1000; 1442 en 1846, y 2 000 en 1869, lo que constituyó una cifra record para Cuba.** No obstante, éstas estaban muy lejos de ser lo que podríamos llamar empresas de tipo capitalista. La revolución industrial iniciada en Inglaterra llegó a Cuba con gran retraso, razón por la cual los ingenios se caracterizaban por un bajo * Esto ya habia sido señalado por José Martí. Escribió con amargura que el azúcar, el café y otros monocultivos alzaban temporaimente a los países latinoamericanos, aunque lo m ás común era que los lanzaran al abismo. Estos cultivos lo mismo se convertían en oro que en una pompa de jabón. Las conclusiones del demócrata revolucionario cubano suenan como una adver tencia: "Comete suicidio un pueblo el día que fía su subsistencia a un solo fruto." (José Martí: Obras completas, t. 7, p. 21.) **Con el desarrollo del capitalismo en Cuba se produjo la reconstrucción téc nica de la producción azucarera, esto hizo que se concentrara en grandfts fábricas. Como resultado de este proceso, la producción general de azúcar creció mientras disminuía el número de ingenios. 2f> nivel de mecanización y equipamiento técnico. El trabajo fun damental era realizado manualmente por esclavos. Hacia fina les de la década de los años 40 del siglo xix, en las fábricas de azúcar laboraban unos 40 obreros (asalariados) que se ocu paban de las máquinas de vapor y los aparatos de vacío. EL desarrollo del capitalismo iba acompañado de cambios sustanciales en la estructura de clases y la composición nacio nal de la población del país. El "boom azucarero" fue provo cado por el rápido crecimiento de aquélla. En comparación con 1774, la población de Cuba creció 8 veces hacia 1861, alcan zó la cifra de 1 400 000 habitantes. La población aumentó, en lo fundamental, a cuenta de la introducción de esclavos. Si desde el año 1512 hasta 1790 en Cuba se introdujeron 90 000 esclavos, desde 1790 hasta 1880 se trajeron 900 000. El crecimiento de la población iba unido a una disminución del peso específico de la capa de los "pirenaicos" y a un aumento de un nuevo grupo de población: los criollos. En 1861, el 46 % de la población de Cuba estaba formada por criollos, el 28 % por negros esclavos, 21 16 % por negros y mulatos libres, el 8 % por españoles y el 2 % por chinos. Los negros y mulatos libres eran 221 417, mientras los esclavos alcanzaban la cifra de 368 550. Durante censo de población de 1872 fueron registrados unos 40000 hombres que trabajaban por un salario: panaderos, tabaqueros ■■ trabajadores del ferrocarril. El régimen colonial español en Cuba se caracterizaba por el entrelazamiento del yugo nacional y social. Las leyes que establecían la discriminación nacional y racial ’■ defendían el sistema de relaciones sociales basadas en la esclavitud determinaron directamente, durante largo tiempo, la posición social del hombre. Por esta razón, la composición nacional de la población reflejaba, hasta cierto punto, la divi sión en clases de la sociedad, su estructura social. En la cima misma de la jararquía social se encontraban los comerciantes ricos, el gran clero y la aristocracia m ilitar y burocrática. Esta capa privilegiada estaba formada, en lo fundamental, por espa ñoles. En el sistema de administración colonial, los españoles ocupaban los principales puestos militares, administrativos y eclesiásticos. Los criollos mantenían una posición menos privi legiada: eran los propietarios de plantaciones y haciendas gana deras. Por debajo de ellos se encontraba la importante capa de la burguesía local y un amplio estamento de empleados, milita res e intelectuales. Más abajo aún estaban los campesinos me dianos y pequeños, los artesanos y pequeños comerciantes, y los obreros asalariados. Por último, los negros esclavos ocupaban 27 el peldaño más bajo de la escala social. Desprovistos de toda propiedad después de sll emancipación, durante 1880-1886, pasa ron rápidamente a la condición de obreros asalariados agrícolas y urbanos. Sólo una pequeña cantidad de negros pudo "conver tirse en gentes" después de la emancipación, al pasar a ser propietarios de tierra o artesanos. Con el desarrollo del capitalismo en Cuba, sobre todo después de abolida la esclavitud, se aceleró la diferenciación clasista que ya desde antes se observaba en todos los grupos nacionales y de raza, lo que contribuyó mucho al acercamiento y nivela ción de la posición social de todos los "pobres de la tierra" (José M artí), independientemente del color de la piel y la nacio nalidad. Entre la población blanca, es decir, de españoles y criollos, por estos tiempos se había delimitado ya una minoría explotadora, en cuyas manos se concentraban el poder y las riquezas y una mayoría desposeída que, a pesar de los prejui cios raciales nacionalistas, gravitaba hacia la solidaridad con sus hermanos de clase de la población negra y mulata. La modificación de la actitud hacia negros y mulatos por parte de la población blanca f n c reforzada por la sangre vertida de conjunto en los campos de batalla por la independencia nacio nal. No es casual que hayan sido un criollo descendiente de españoles, José Martíy un mulato descendiente de negros escla vos, Antonio Maceo, quienes se convirtieron en símbolos nc sólo de heroísmo en la lucha por la independencia nacional, sino también de la unidad entre las distintas razas que compo nían la población de la joven nación cubana. Debe añadirse que negros y mulatos hicieron un aporte sustancial al desarro llo de la cultura nacional cubana. Por estas razones estamos plenamente de acuerdo con el sabio cubano Fernando Ortiz cuando afirma que "sin el negro Cuba no sería Ciibii''.1'1 L<1 etittiirti liocioitat, la Ciencia y ia educación en S79O-I078 El período criollo, que originó profundos cambios en la es tructura socioeconómica de Cuba, ocupa también un lugar destacado en la historia de la cultura nacional, la educación ir la ciencia del país. El establecimiento I l i nación cubana, condicionado por el desarrollo dei capitalismo en Cuba, iba acompañado de la for mación de la autoconciencia nacional y de una cultura nacional propia. Como era de esperar, este proceso que se dibuja ya durante la década de los años 90 del siglo xvm encontró feroz 2& resistencia por parte de los poderes oficiales y de la iglesia católica, fiel guardián del dominio de España y baluarte del oscurantismo medieval. Durante todo el periodo colonial, la iglesia católica, convertida gracias a la Inquisición en el instru mento más tenebroso del colonialismo y el absolutismo espa ñol, ayudó celosamente a los españoles que expoliaban la isla a preservar el dominio sobre las mentes de los hombres. La iglesia mantenía firmemente asidas la educación, la ciencia y la filosofía, impidiendo su libre desarrollo. La educación religiosa, accesible sólo a unos pocos, estaba formada fundamentalmente por la teología, la filosofía escolás tica y algunas migajas de física aristotélica que envejecía irremisiblemente. E ra éste el "pan espiritual" del cual se ali mentaron varias generaciones de cubanos, bajo la vigilancia rigurosa de sus maestros escolásticos. Éstos cuidaban afanosa mente que semejante "papilla" escolástica fuera tragada y dige rida y que ninguna influencia extraña alterara el proceso de acceso al conocimiento humano establecido durante siglos y personificado por la teología. Reinaba por doquier la práctica pedagógica de educar en los alumnos el sometimiento ciego a las autoridades, mientras se consideraba sedicioso cualquier pensamiento independiente. "Magister dixit"* era la máxima convertida en criterio de la verdad y de la disciplina mecánica en las escuelas. Un Aristóteles preparado por los escolastas era considerado "príncipe de la sabiduría", "maestro de maestros" cuya autori dad no originaba duda alguna. Se consideraban igualmente autoridades infalibles a los "padres de la iglesia" como San Agustín y Santo Tomás de Aquino, pilar de la escolástica medieval que mucho hizo por adaptar el aristotelismo a las necesidades de la iglesia católica. "El escolasticismo y el clerica lismo tomaron lo que habia de muerto en Aristóteles—señalaba Lenin—, pero no lo que habia de vivo (. ..) La lógica de Aris tóteles es una investigación, una búsqueda, una aproximación a la lógica de Hegel, y ella, la lógica de Aristóteles (que en todas partes, a cada paso, plantea precisamente el problema de la dialéctica) ha sido convertida en un eccolasticismo muerto. La escolástica ocupaba las posiciones dominantes en las escuelas bajo la presión de la iglesia católica, poseedora del "monopolio sobre la educación IntelectualIJ-aü La escolás tica, predominante en la enseñanza escolar y también en la universitaria, fue la filosofía oficial en varios países europeos hasta los siglos Jívu-wní, es decir, hasta la época de la Ilustra- * El maestro lo h a dicho. ción. Su posición era mucho más firme en España, por ser este país un baluarte del feudalismo y el catolicismo. La esco lástica duró en España (como en Cuba) hasta comienzos del siglo xix. Se trataba ya de la llamada segunda escolástica, reducida en lo fundamental al tomismo, que se habia conver tido en filosofía oficial del catolicismo. La filosofía escolástica desempeñaba el papel de servidora de la teología, pues el domi nio de ésta en todos los campos de la actividad intelectual y educativa era apoyada por los poderes civiles y eclesiásticos. La situación en Cuba era igual a la que existía en España. Pero lo infructuoso de la escolástica, su distanciamiento de la vida, se puso de relieve sobre el fondo de las conquistas cien tíficas. La palabra "escolástica" se convirtió en expresión de conocimiento escolar formalizado sin valor científico o vital alguno. En Cuba no existía la enseñanza laica; los centros educativos eran los seminarios y monasterios que ofrecían cierta enseñan za primaria y media. Sólo en 1728 abre sus puertas la Real y Pontificia Universidad de la Habana, aunque ya se habían fundado otras en Santo Domingo (1538), México y Lima (1551), Quito (1586) y Bogotá (1592). Desde el momento de su crea ción hasta la emancipación de Cuba del yugo español estuvo sometida al control omnipotente de los poderes coloniales espa ñoles y la iglesia católica. No es casual que las nuevas corrien tes en filosofía y educación nacieran en los seminarios y no en la universidad, en la cual predominó la metafísica hasta las vísperas mismas de la Revolución de 1895. Se sabe que Varela realiza su conocida reforma del sistema de enseñanza de la filosofía (eliminación de la escolástica, sustitución del método irreflexivo de memorización por el de la explicación, supresión del latin y enseñanza en español, introducción del estudio de la física y de otras ciencias naturales) durante 1811-1818, mucho antes de que la Universidad de la Habana, en 1842, se atreviera a incorporar algunas novedades parecidas. En su ÍSMlJutlld, la enseñanza universitaria, y la primaria y la media se encontraban en un estado deplorable bajo la influen cia de los poderes coloniales y eclesiásticos. A finales del siglo xix, sólo el 0,7 % de los gastos de la administración espa ñola en Cuba estaban destinados a la enseñanza superior. La enseñanza primaria y media eran financiadas por los munici pios, que no dedicaban a ella más que el 2,5 de los impuestos percibidos. La mayoría aplastante de la población (85 %) era analfabeta. La educación era un privilegio de las clases pudien tes, mientras que el pueblo humilde tenía que conformarse exclusivamente con el duro trabajo físico.* Sólo la Revolución Socialista puso fin a esta situación «canda losa-0' El papel nefasto de la iglesia católica se manifestaba también en su aspiración a introducir en todo el sistema de enseñanza y en las relaciones sociales el veneno mortal del racismo. Ofreció incluso su doctrina para justificar la esclavitud, como si ésta hubiera sido establecida por Dios. Valorando el papel reaccionario de la iglesia en América, William Foster escribió: "La iglesia (...) desempeñó un doble papel en la conquista y explotación de las colonias en América: en primer lugar, otorgó su sanción moral y religiosa a los actos de barbarismo tan abundantes en toda la historia de las colonias; en segundo lugar, paralizó la resistencia de los pueblos sometidos, envene nando su conciencia con la religión, expresión de los intereses de la clase d o m i n a n t e . " ' ’ Durante todo el período colonial de cuatro siglos en Cuba, la iglesia católica fue el baluarte del colonialismo español y la religión, a lo que contribuyó en no poca medida la circunstan cia de que su cima dirigente estaba formada por españoles. Es cierto que durante el siglo xvm , y sobre todo el xix, la iglesia se vio conminada a adaptarse al espíritu de la época y a las exigencias de los criollos: debilitar su control sobre la educación, modernizar la escolástica y aceptar más tarde la elimina ción de ésta como corriente dominante en la filosofía. De los servidores de la iglesia salieron los primeros ilustrados cubanos que supieron comprender el espíritude la época y rompieron con el oscurantismo tradicional. Por supuesto, eran pocos y la mayoría de ellos defendía el régimen colonial y la esclavitud. La iglesia católica actuó en todas las etapas de la historia cubana como enemiga de la independencia, el pro greso y la educación popular. Así fue en el pasado y así fue durante la Revolución Socialista, aunque la mayoría del bajo clero, de espíritu patriótico, la ap oyó.. J Pero a pesar de lo fuerte que era el control reaccionario sobre el pensamiento y de lo elevada de la muralla con que los poderes coloniales y eclesiásticos intentaron aislar la isla de Ll "nefasta influencia" de los nuevos tiempos, la época de la Ilustracíún abarcó también a Cuba. Bajo la influencia direc ta de la revolución burguesa francesa de 1789 y de las guerras por la independencia en América Latina, durante 1810-1826, * Según los datos de Antonio Bachiller y Morales, en el año 1851 había en Cuba 378 escuelas primarias y el mismo número de maestros. De 139311 niños en edad escolar (entre 5 y 15 años) sólo recibían educación 12 936, entre ellos 574 "de color". (Antonio Bachiller y Morales: Apuntes para la historia de las letras y de la instrucción pública en la Isla de Cuba, La Habana, 1965.) 3 \ comienza t-n Cuba una revolución cultural, que se despoja de la teología, y sobre las ruinas del medioevo, nace el pensa miento filosófico libre, núcleo de la revolución ilurninista. Las ideas de la Ilustración penetran en Cuba a pesar de toda la resistencia de los poderes coloniales y eclesiásticos. Comenzó el difícil y prolongado proceso de ascenso cultural e intelec tual del pueblo cubano. Como expresión de los intereses de la nación en formación, sus primeros pensadores fueron hombres de pensamiento vanguardista, cuyas aspiraciones todas estaban encaminadas a lograr la independencia del país y luchar contra el régimen colonial y su reaccionaria ideología religioso-esco- lástica oficial. Gracias a ellos, en Cuba se sentaron las bases de una cultura y una ciencia nacionales y de avanzada. Antonio Núñez Jiménez, quien fuera presidente de la Academia de Ciencias de Cuba escribió: "No cabe duda que la época colonial, también en el plano cultural, dejó a Cuba una pesada herencia: el analfabetismo de las amplias masas, la superstición y la dis criminación. Pero no debe olvidarse que fue precisamente esa época, sobre todo el siglo xix, la que marcó el impetuoso flore cimiento del arte y la cultura cubanos, la que dio escritores como Heredia, Zenea, Plácido, Avellaneda y Cirilo Villaverde; científicos como Poey y Gundlach; médicos tan destacados como Romay, Albarrán y Finlay. Por esos tiempos se difun dieron ampliamente las ideas democráticas de Céspedes, Maceo y Martí. El desarrollo del pueblo cubano debe mucho a estos notables representantes de su poca numerosa intelectualidad."40 Es característico que los pensadores criollos de avanzada como Caballero. Varela, De la Luz, Mestre y más tarde, Varona y Martí fúeron también magníficos pedagogos. En sus obras pedagógicas se pronunciaron siempre por el desarrollo de la educación popular Los educadores criollos “enterraron” el viejo método escolástico de enseñanza basado en la memori zación mecánica de los textos, introdujeron en la práctica pedagógica el método explicativo, así como utilizaron el pensa miento creador de los propios estudiantes y cultivaron el estu dio de las ciencias naturales. En el desarrollo de la educación desempeñó un papel pre ponderante la Sociedad Económica de Amigos del País, fonda da por criollos en 1793, la cual llegó a tener la primera biblio teca nacional. Fueron centros de educación de vanguardia los seminarios de San Carlos y San Ambrosio, en los cuales estudia ron y más tarde enseñaron Caballero, Varela v De la Luz, ¡i£Í como el Colegio El Salvador, fundado por Luz y Caballero en 1848. i : Hacia comienzos del siglo xix nace la ciencia cubana. En lucha contra la escolástica se libera de la teología filosófica, gracias a esto se logra el "restablecimiento de la ciencia” que se había producido ya en Europa Occidental, debido a los esfuer zos de Bacon, Descartes y sus seguidores. Se elaboraron obras históricas; en el año 1760 aparece la "Descripción de la Isla de Cuba” de Nicolás Joseph de Ribera (el manuscrito fue des cubierto en 1791); en 1791 el Teatro histórico, jurídico y polí tico ttnltíiir de la Istia Fernandina de Cuba y principalmente de su rupiiuif de Ignacio José de Urrutia y Montoya, en 1813; la tlüiorki de la Isla de Cuba y ¿rtr especial de La Habana, de J. Valdés; en 1855, los Apuntes para la historia de las U-itu.'i y de la instrucción pública en la Isla de Cuba (en 3 lomos) de Antonio Bachiller y Morales; y en 1879, la Historia de la esclavitud (en 4 tomos) de José Antonio Saco. Este últi mo trabajo es único en su clase, pues en él se expone toda la historia de la esclavitud en América Latina a partir de la con quista. Con el desarrollo de la industria y la agricultura progresan las ciencias naturales, en primer lugar, la física, la química, la zoología y la botánica. En 1818 se inaugura en la Habana un jardín botánico. Pero el estudio de las disciplinas de la naturaleza en las escuelas y la universidad se ve obstaculizado no sólo por la falta de profesores y del instrumental necesario, sino también por el prejuicio profundamente enraizado, en la población pudiente privilegiada, de considerar el trabajo físico y la actividad de los naturalistas como algo vergonzoso e inferior a los quehaceres del cura, jurista o empleado. Y como quiera que la educación era únicamente accesible a los criollos ricos, sólo algunos entusiastas dedicaron su vida a esa "ingra ta" actividad. El régimen colonial era un obstáculo particularmente fúerte al desarrollo de las ciencias naturales. Carente de medios, el poder enterró distintos proyectos para crear laboratorios, cáte dras y escuelas de perfil técnico. Sólo se alcanzaron algunos éxitos en los campos de la medicina y la biología, sobre todo, gracias al entusiasmo de los propios científicos, como fúeron los casos del biólogo Felipe Poey y de los médicos Tomás Romay y Carlos J. Finlay. Pero en otras áreas debido a nume rosas causas objetivas, las actividades no pasaron de ciertas aplicaciones de pocas conquistas de las ciencias naturales. No se desarrollaban investigaciones teóricas propias. El atraso económico y el estancamiento en el campo de las ciencias y la técnica vinculado a él fúeron transmitidos por herencia a la 1 - 1 « . ] i J j j y T L i Cuba burguesa y de aquí pasaron casi sin cambios a los .i< Hu les constructores de la nueva Cuba Socialista, país que Ltniim grandes esfuerzos por superar estos problemas, propios de- todos los antiguos países coloniales y dependientes. En estas condiciones se produce un considerable ascenso de la literatura y el arte cubanos. Surge la escuela nacional de pintura y se crean las primeras obras plásticas. El pintor Escobar dio inicio a una nueva tradición de pintura al romper con la vieja escuela de pintura eclesiástica. Su continuador fue Juan Bautista Vermay, alumno del célebre J. D. David. Vermay llegó procedente de Francia y se estableció en Cuba, convirtién dose, de hecho, en un pintor cubano. Por iniciativa suya, en el año 1818, se creó la academia San Alejandro, que formó varias generaciones de pintores cubanos. Es cierto que muchos pintores se encontraban influenciados por el academicisma europeo, lo que menoscababa el contenido nacional de sus obras. El nacimiento del movimiento independentista e ilus trado durante la primera mitad del siglo xix despertó el interés de los artistas hacia la vida de su pueblo. Aparecen entonces los costumbristas en la gráfica y la pintura, quienes dedican sus obras a la vida cotidiana y al paisaje de Cuba: Garnerev, Laplante, Mialhe, Barañano, y Landaluze, éste último creador del popular personaje de Liborio, imagen del criollo perspicazy bondadoso. En la pintura cubana de mediados del siglo x tx dejaron una huella imborrable los paisajistas Chartrand y Cisneros. Se renueva también la vida musical. En 1814 se crea en la Habana una academia de música. El fundador de la escuela nacional de música fue el compositor Manuel Saumell. Otros destacados compositores fueron Ignacio Cervantes, Laureano Fuentes, el negro José Manuel Jiménez y el mulato José White. Hay que señalar que la música nacional cubana surgió sobre la base de la cultura española, aunque sometida a la influencia del arte musical negro, como resultado de una síntesis y elabo ración creadora, es decir, a partir d e materiales locales. En el campo de la literatura los logros fueron de considera ción. El proceso literario fue la base del renacimiento cultural y estuvo estrechamente ligado a la ideología. El amor hacia la tierra nativa, la libertad y la independencia de Cuba se con virtieron en las ideas dominantes de la literatura cubana del siglo xrx. Los escritores criticaron el despotismo, la tiranía y la esclavitud. La vida literaria se concentro inicialmente alrededor de la Sociedad Económica de Amigos del País y, más tarde, en torno a revistas y en círculos. En 1834, de la Socie dad Económica se separó una sección literaria y a partir de ella se fundó la Academia Cubana de Literatura, que desde sus comienzos tuvo que enfrentarse al poder colonial, pues este veía en ella, no sin fundamentos, una organización conta minada por las ideas separatistas. Fue rápidamente clausurada y José Antonio Saco fue expulsado del país por haberse opuesto a esa medida. Se prohibió la publicación de la Revista Bimes tre Cubana. Después de cerrada la Academia, los escritores comenzaron a reunirse en la casa del crítico literario Domingo del Monte. La actividad de éste como escritor y crítico contribuyó a la tormación de la literatura nacional cubana y al afianzamiento en ella del romanticismo revolucionario. En sus numerosos artículos escribió acerca del elevado destino social del arte y el deber ciudadano de los escritores, llamados a defender en sus obras los intereses de la patria y a condenar la esclavitud. Del Monte escribió que el poeta "antes que poeta se conside rará hombre, en la calidad de tal empleará todas las fuerzas de su ingenio en cooperar con los demás artistas y filósofos del siglo que sean dignos de llamarse hombres, es decir, que sientan con bríos de tal, y encierren en sus pechos corazones enteros y varoniles, a la mejora de la condición de sus semejan Les' .l| Muchos poetas cubanos deben su formación a Del Monte, pues heredaron de él el amor a la patria, el odio a sus opresores y la aspiración a "cubanizar la poesía", vinculándola a la vida de la-nación que surgía. Con una clara conciencia del sentido social de la literatura, los escritores cubanos de avanzada del período criollo crearon numerosas obras patrióticas que entraron en el fondo dorado de la literatura cubana. Un destacado poeta nacional fue el "Homero cubano", José María Heredia, el primero que en Cuba llamó a combatir el yugo español, proclamó la independencia v la libertad de la patria y fue condenado al exilio. Publica en el año 1825 el "Himno del Desterrado", especie de juramen to de los patriotas cubanos que afirma la fidelidad a la patria. Otro gran poeta de esos tiempos fue Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido). En su poesía ("El hijo de maldición", "La partida del pirata"), Plácido condenó la tiranía y la esclavitud, glorificó el trabajo, la libertad y la dignidad humana. Fue fusi lado por sospechas de haber participado en una conspiración contra España. El poeta Juan Francisco Manzano, el poeta y dramaturgo José Jacinto Milanés, autor de un drama penetrado de ideas antiabsolutistas "El Conde Alarcos”, y la poetisa Ger trudis Gómez de Avellaneda, cuyos versos estaban colmados 35 de motivos patrióticos, fue on muy conocidos. Los participan tes en el grupo ME1 Laúd del Desterrado”, entre los cuales des colla Juan Clemente Zenea, crearon a mediados del siglo xix una poesía revolucionaria que exaltaba el heroísmo, el sacrificio y la valentía de los patriotas cubanos. La pléyade de poetas es coronada por el nombre de José Martí, quien saluda triunfal mente el comienzo de la guerra revolucionaria por la indepen dencia de la patria en sus primeros versos: el soneto ”E1 10 de Octubre” y el poema ”Abdala”. Muchos poetas participaron con las armas en la mano en los combates contra los españoles durante la Revolución de 1868-1878. El desarrollo de la prosa cubana durante este período está relacionado en lo fundamental con los nombres de Anselmo Suárez y Romero, quien en su novela Francisco protesta contra la esclavitud, y de Cirilo Villaverde, autor de los cuentos Teresa y Una cruz negra y de la novela Cecilia Valdés, en la cual con dena la esclavitud y el comercio de esclavos. Desde sus inicios mismos, la literatura nacional cubana está penetrada de espíritu patriótico y ligada estrechamente a la lucha revolucionaria de su pueblo por la libertad y la indepen dencia, por lo que fue recibida por el poder colonial con malos ojos. Las obras de los literatos cubanos fueron prohibidas y destruidas, y sus autores ferozmente perseguidos. Heredia, Del Monte, Villaverde y otros pasaron buena parte de sus vidas en el exilio. No obstante, nada pudo quebrar la valentía ciudadana de esos escritores ni obligarlos a que renunciaran a sus ideales. En el artículo ”Cirilo Villaverde”, José Martí llamó al primer nove lista cubano de patriota entero, combatiente abnegado y fiel hijo de Cuba que no reparó en sacrificios por la felicidad de su patria^3 Esta valoración puede hacerse extensiva a todos los literatos patriotas del período criollo, gracias a ellos se sentaron las bases de la literatura nacional cubana. El proceso de establecimiento de la literatura cubana fue complejo y contradictorio; sintió la influencia del neoclacisis- mo y el romanticismo. La mayoría de las primeras obras fue ron escritas en el espíritu del romanticismo progresista, lo que estuvo dictado, en grado sumo, por el énfasis en la lucha por la libertad y la independencia de la patria. La formación de la cultura nacional en Cuba estuvo íntima mente enlazada con el desarrollo del pensamiento filosófico de vanguardia, que ofreció los fundamentos teóricos de la necesi dad histórica de la revolución cultural y resolvió sus problemas, más acuciantes, comenzando por el método científico del cono- 3 6 cimiento y acabando por los problemas estéticos de la literatura y el arte. En la Cuba colonial se produjo un deslindamiento entre dos naciones y dos culturas: la española y la nacional cubana, que reflejaba cada vez más el antagonismo entre la metrópoli y la colonia. Metrópoli y colonia Alejandro de Humboldt, quien visitara la isla a comienzos del siglo xix y se convirtiera —según palabras de De Luz— en su Msegundo descubridor”, llamó al país MPerla de las Antillas”, MIsla de Azúcar y BscUtob11̂ Y en realidad, la Cuba de esos tiempos era Mun país de esclavos, un país de señores” . Los colonizadores españoles expoliaban la isla y oprimían inmiseri- cordemente a su población. Cuba, convertida en colonia de una España feudal-monárqui- ca atrasada, era expresión de todos los defectos de la metrópoli. Como señaló Marx, ya desde la segunda m itad del siglo xvi se observaban en España "esos síntomas tan repulsivos de ignomi niosa y lenta putrefacción que presentó el Imperio Turco.. La decadencia política y socioeconómica de España se extendió hasta los comienzos mismos del siglo xix, donde después de un largo estancamiento del desarrollo capitalista aparecieron los primeros rasgos de progreso. Pero, debido a las poderosas reminiscencias del feudalismo (influencia de los terratenientes eclesiásticos y seglares, la iglesia católica, la superestructura feudal-monárquica, etc.) el desarrollo de España por el cami no del capitalismo
Compartir