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ONU y Política Internacional de Venezuela

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Órganos que componen a la ONU
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) es una organización internacional fundada en 1945 tras la Segunda Guerra Mundial. Al inicio, 51 países se comprometieron a mantener la paz y la seguridad internacional. Además, a fomentar entre las naciones relaciones de amistad y promover el progreso social, la mejora del nivel de vida y los Derechos Humanos.
El número de miembros de la ONU ha crecido de los 51 Estados miembros originales en 1945 a los 193 Estados miembros actuales. Cada uno de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas es un miembro de la Asamblea General. Los principales órganos de las Naciones Unidas son la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y Social, el Consejo de Administración Fiduciaria, la Corte Internacional de Justicia y la Secretaría de la ONU. Todos se establecieron en virtud de la Carta de las Naciones Unidas cuando se fundó la Organización en 1945.
· La Asamblea General es el órgano representante, normativo y deliberativo de la ONU, y el único que cuenta con representación universal al estar representados sus 193 Estados Miembros.
· El Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad principal, según lo estipulado en la Carta de las Naciones Unidas, de mantener la paz y seguridad internacionales.
· El Consejo Económico y Social es el encargado de tratar los asuntos económicos, sociales y medioambientales, mediante la revisión de las políticas que se adaptan, su coordinación y la creación de recomendaciones.
· El Consejo de Administración Fiduciaria se estableció en 1945 y tenía como misión, según el Capítulo XIII de la Carta de las Naciones Unidas, la de supervisar internacional a los 11 Territorios fideicomisados, puestos bajo la administración de 7 Estados Miembros, y asegurar que se les preparaba para la autonomía y la independencia.
· La Corte Internacional de Justicia es el órgano judicial principal de las Naciones Unidas. Su sede está en el Palacio de la Paz en la Haya (Países Bajos). Es el único de los seis órganos principales de la Organización que no se encuentra en Nueva York.
· La Secretaría está encabezada por el Secretario General y lo conforman decenas de miles de miembros de personal internacional.
Los países miembros de la ONU son:
Afganistán, Albania, Alemania, Andorra, Angola, Antigua y Barbuda, Arabia Saudita, Argelia, Argentina, Armenia, Australia, Austria, Azerbaiyán, Bahamas, Bangladés, Barbados, Baréin, Bélgica, Belice, Benín, Bielorrusia, Birmania, Bolivia, Bosnia y Herzegovina, Botsuana, Brasil, Brunéi, Bulgaria, Burkina Faso, Burundi, Bután, Cabo Verde, Camboya, Camerún, Canadá, Catar, Chad, Chile, China, Chipre, Colombia, Comoras, Corea del Norte, Corea del Sur, Costa de Marfil, Costa Rica, Croacia, Cuba, Dinamarca, Dominica, Ecuador, Egipto, El Salvador, Emiratos Árabes Unidos, Eritrea, Eslovaquia, Eslovenia, España, Estados Unidos, Estonia, Etiopía, Filipinas, Finlandia, Fiyi, Francia, Gabón, Gambia, Georgia, Ghana, Granada, Grecia, Guatemala, Guayana, Guinea, Guinea ecuatorial, Guinea-Bisáu, Haití, Honduras, Hungría, India, Indonesia, Irak, Irán, Irlanda, Islandia, Islas Marshall, Islas Salomón, Israel, Italia, Jamaica, Japón, Jordania, Kazajistán, Kenia, Kirguistán, Kiribati, Kuwait, Laos, Lesoto, Letonia, Líbano, Liberia, Libia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Madagascar, Malasia, Malaui, Maldivas, Malí, Malta, Marruecos, Mauricio, Mauritania, México, Micronesia, , Moldavia, Mónaco, Mongolia, Montenegro, Mozambique, Namibia, Nauru, Nepal, Nicaragua, Níger, Nigeria, Noruega, Nueva Zelanda, Omán, Países Bajos, Pakistán, Palaos, Panamá, Papúa Nueva Guinea, Paraguay, Perú, Polonia, Portugal, Reino Unido, República Centroafricana, República Checa, República de Macedonia, República del Congo, República Democrática del Congo, República Dominicana, República Sudafricana, Ruanda, Rumanía, Rusia, Samoa, San Cristóbal y Nieves, San Marino, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía, Santo Tomé y Príncipe, Senegal, Serbia, Seychelles, Sierra Leona, Singapur, Siria, Somalia, Sri Lanka, Suazilandia, Sudán, Sudán del Sur, Suecia, Suiza, Surinam, Tailandia, Tanzania, Tayikistán, Timor Oriental, Togo, Tonga, Trinidad y Tobago, Túnez, Turkmenistán, Turquía, Tuvalu, Ucrania, Uganda, Uruguay, Uzbekistán, Vanuatu, Venezuela, Vietnam, Yemen, Yibuti, Zambia y Zimbabue.
Política internacional de Venezuela en los años 70 y 80 comparada con los años 2000
Durante los años 70 y 80 la política exterior de Venezuela se formuló con el fin de respaldar la estabilidad democrática de la experiencia venezolana, en abrir la agenda exterior hacia los temas económicos de la integración, participando en la ALAC ( Aladi), en el Pacto Andino (Comunidad Andina), de forma plena en la OPEP, acercándose a los países del Caribe y retomando las negociaciones fronterizas con Colombia y Guyana. El tiempo en que transcurre el gobierno de Caldera presentó importantes transformaciones en la política internacional.
La política exterior del gobierno de Caldera (1969-1974) oriento las relaciones de Venezuela con los Estados Unidos hacia los temas económicos y hacia la promoción de la política del pluralismo ideológico, con el fin de respetar la diversidad de regímenes políticos en América Latina y el Caribe. Con esta política se estaba dispuesto a reconocer una situación de facto no contemplada por la Doctrina Betancourt: el surgimiento de regímenes militares en el continente y la estabilización del régimen cubano.
La política del pluralismo ideológico y el énfasis en mejorar los aspectos económicos simbolizados por la denuncia del tratado comercial de Venezuela con los Estados Unidos, se apartaron de la tesis del gobierno de Nixon, que enfocaban los problemas de América Latina desde el punto de vista de las esferas de influencia y los parcelamientos ideológicos, diferentes a las políticas venezolanas de nacionalismo e integración económica. En definitiva, el país pudo adelantar una política más activa a escala mundial (junto con el acercamiento a Asia y África), promover la democracia en el continente (a fin de superar el aislamiento de los regímenes militares y apoyar a sectores de oposición) y responder a un pragmatismo y a un optimismo político que definieron a la década de los 70 y que sirvieron de base para el acercamiento estatal de Venezuela hacia un Caribe en pleno proceso de independencia.
En el gobierno de Carlos Andrés Pérez (1974-1979) la política internacional se orientó hacia los Estados Unidos en dos direcciones, la primera de ellas hacia la implantación de unas relaciones de país a país, y la segunda hacia una política de apoyo a los esfuerzos por construir un nuevo orden económico, el desarrollo de una posición más política de la OPEP, de la cual Venezuela es miembro fundador, la creación del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), y la búsqueda de una acción multilateral para lograr mayores controles al capital multinacional.
Por otra parte, durante el gobierno de Luis Herrera Campíns (1979-1984), la política exterior de Venezuela coincidió con los intereses de los Estados Unidos en el desarrollo de una política regional de alternativa no socialista en el Caribe. La ejecución de esas políticas llevó a la concertación dentro del esquema de distribución regional del poder occidental, aunque tuviera sus diferencias con los Estados Unidos, dada la posición contraria de Venezuela durante la guerra de las Malvinas en donde se condenó el apoyo norteamericano a Gran Bretaña, y durante la invasión de tropas norteamericanas a Granada, cuando también se condenó la acción bajo la invocación del principio de no intervención (aunque se justificó la acción multilateral de apoyo a esa invasión por parte de los países del Caribe Oriental). También hay que añadir las diferencias entre Venezuela y Estados Unidos en torno a Nicaragua, más que todo por el rechazo venezolano de apoyar abiertamente a la oposición antisandinista y a abandonar a los sectores moderados en el interior de la revolución.
Luego, en el gobierno de Lusinchiratificó los objetivos de la política de Venezuela hacia los Estados Unidos, pero dando un mayor énfasis a los aspectos económicos: la negociación de la deuda externa, la posibilidad de reorientar la política de promoción de las inversiones extranjeras y la defensa del hierro y el petróleo frente a las políticas proteccionistas del gobierno Reagan.
Durante los años de 1980 a 1988, la política exterior de Venezuela se vio limitada en su extensión dada la caída de los precios del petróleo (con la excepción de los años de 1980 y 1981), el peso de la deuda externa y la aparición de tensiones políticas internas y no consensuales en la política exterior, y fortaleciendo a dirigentes y partidos de centro organizados en la región caribeña. En 1989, dada la convergencia del impacto de los cambios globales con el deterioro de la situación política en Venezuela, las relaciones internacionales de Venezuela se van a caracterizar por ser más complejas y variadas. Con la segunda presidencia de Carlos Andrés Pérez (1989-1993), se adoptaron las políticas en boga dentro del FMI y el Banco Mundial, aunque originaron una profunda reacción negativa en la población, se retomó al activismo de la política exterior de Venezuela, pero, a diferencia de otros países latinoamericanos, sin sacrificar las múltiples identidades de Venezuela en el exterior.
A mediados de la década de los ochenta PDVSA se internacionalizó comprando refinerías en el extranjero y otros activos que la convirtieron en una de las principales empresas latinoamericanas. Se asentó en su dirigencia la idea de aumentar la producción por la vía de la colaboración con las transnacionales del petróleo. De hecho, Carlos Andrés Pérez volvió a practicar la política de las “dos manos”, vale decir oscilando entre un internacionalismo menos tercermundista y más orientado hacia los temas comerciales de cooperación norte-sur y de integración, y un regionalismo hemisférico más comprometido con la apertura económica y la democratización. Esto dio lugar a una política internacional que provocó mucha irritación en Venezuela, constituyéndose en una de las principales causas que provocaron los dos intentos de golpe de Estado en 1992, especialmente cuando se les asignan campos de exploración a las compañías europeas y estadounidenses, lo que supuso una bajada de los precios que afectó a la economía venezolana. Se desató una crisis económica que tuvo un impacto político y cultural fuerte en la sociedad venezolana, debido a las expectativas de progreso que el petróleo había generado.
Desde 1999 la política exterior de Venezuela ha dado un giro que ha cambiado el tradicional manejo de la diplomacia como instrumento para el manejo de las relaciones internacionales y la coexistencia entre naciones, a una diplomacia dirigida al logro de objetivos ideológicos claros: la promoción del socialismo de siglo XXI y la consolidación de la integración latinoamericana y caribeña. Sobre la base de estas ideas se impulsan y fortalecen las políticas y alianzas que se han venido impulsando, tanto en el orden interno como en el plano internacional. Los movimientos a lo interno de Venezuela, en el plano regional y a nivel internacional han provocado transformaciones en distintos momentos, afirmando que se está en presencia de un nuevo paradigma de la política exterior venezolana que surgió a partir del Gobierno del presidente Hugo Chávez.
En los primeros años de la gestión de Chávez, se conservaron algunos elementos y principios de lo que había sido la política exterior venezolana durante los gobiernos anteriores, y en algunos casos se profundizaron las líneas de acción precedentes, como la relación especial que se venía construyendo con Brasil desde mediados de los años 90. En octubre del año 2000 se suscribieron los primeros acuerdos de cooperación con Cuba, una suerte de anticipo de lo que, años más tarde, se revelaría como una relación estratégica privilegiada, con todos los efectos que tendría para la vida cotidiana de los venezolanos. 
Las relaciones con Estados Unidos comenzaron a revelarse antagónicas, aunque sin perder la prioridad que tradicionalmente habían mostrado, con los vínculos comerciales consolidados como los correspondientes a dos socios de primer orden. El petróleo venezolano continuó fluyendo normalmente a EEUU, al tiempo que se suspendían algunos programas de cooperación en el ámbito militar y se exigía el retiro de la misión militar estadounidense de las instalaciones del Fuerte Tiuna, donde históricamente había funcionado. Los años 2002 y 2003 fueron turbulentos en el plano político. Los acontecimientos de abril de 2002 y la temporal separación del poder del presidente significaron un freno en los planes y objetivos de construir un tejido de relaciones estratégicas. Las complicadas circunstancias internas lo impulsaron a buscar la legitimación de su gobierno en la escena internacional.
En esos años, la extrema polarización de la sociedad venezolana y la violencia política fueron motivo de preocupación de la comunidad internacional. La paralización de la industria petrolera añadió una variable que afectaría la percepción de Venezuela como un proveedor de petróleo confiable. Sin embargo, con el triunfo de Chávez en el referéndum revocatorio de agosto de 2004 se inició una nueva etapa de la política exterior, que se expresó en la sustitución del esquema tradicional de inserción internacional de Venezuela. Así, la consolidación del proyecto revolucionario y la conformación de alianzas geopolíticas y estratégicas con otros países pasaron a ser los ejes centrales de la política exterior. Paralelamente, se aceleró la ruptura institucional del Ministerio de Relaciones Exteriores, al tiempo que se avanzó en el proceso de ideologización de la estructura del servicio exterior. En esta nueva fase, resultó cada vez más evidente la impronta presidencial en todas las acciones y decisiones vinculadas a las relaciones internacionales y el carácter personal de la ejecución de la política exterior.
La nueva política exterior incluyó algunas acciones muy visibles, como las alianzas con Cuba, Irán, China y Rusia. En el ámbito económico, la estrategia está dominada por la utilización del petróleo como un elemento fundamental para la articulación de nuevas alianzas, las recurrentes críticas al modelo neoliberal y los llamados a trascender el modelo capitalista.
¿Cuál es la posición de Venezuela ante los órganos de la ONU?
El 11 de octubre de 2022 Venezuela pierde su lugar en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU para el período 2023-2025 al obtener 88 votos, por debajo de la mayoría requerida de 97 votos. La pérdida de este espacio ocurre días después de que en esa misma instancia se debatiera el informe de la Misión de Determinación de los Hechos que documenta violaciones de derechos humanos en Venezuela, de las que se ha señalado a Maduro y otros altos funcionarios como responsables, por lo que el mismo consejo decidió extender el mandato de este cuerpo de investigación por dos años más.
El expediente de torturas, detenciones arbitrarias y persecución a opositores ha sido alimentado por informes de la Alta Comisionada de Derechos Humanos, la misión independiente y también la Fiscalía de la Corte Penal Internacional, que abrió una investigación sobre Venezuela.

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