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Fisiologia Humana Aplicacion a la actividad fisica Calderon-166

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• SISTEMA DIGESTIVO Y METABOLISMO 
El estómago permite degradar el alimento a través de 
dos importantes funciones: motilidad y secreción. Los mo-
vimientos gástricos son esenciales para la degradación y la 
mezcla con la secreción de enzimas y ácido clorhídrico. En 
el intestino delgado tiene lugar, por decirlo de algún modo 
expresivo, la esencia de la función digestiva: la absorción de 
los nutrientes degradados. 
En el conjunto del intestino delgado -formado por el 
duodeno, el yeyuno y el íleon- básicamente se producen los 
tres fenómenos generales de la digestión: motilidad, secre-
ción y absorción. La secreción que permite la completa de-
gradación de las biomoléculas en el intestino delgado provie-
ne del hígado y el páncreas, además de provenir de las propias 
glándulas de la pared intestinal. 
En el intestino grueso o colon se producen también las 
tres funciones digestivas: motilidad, secreción y absorción. 
La función de absorción de agua y electrólitos es fundamen-
tal en el equilibrio hidroelectrolítico. El colon es el lugar 
donde se produce la eliminación de desechos y sustancias 
no digeribles. 
Aparentemente, la función digestiva es poco importante 
durante el ejercicio, al no intervenir directamente en el apor-
te del combustible o del oxígeno. Sin embargo, ello no es 
así: la redistribución del gasto cardíaco pasa ineludiblemente 
por un descenso del flujo sanguíneo en el tubo digestivo, lo 
que condiciona un descenso de la función. Tres cuestiones se 
pueden poner de manifiesto en la relación aparato digestivo/ 
ejercicio: 
• Es obvio que una correcta nutrición pasa indefectiblemen-
te por una idónea función digestiva. 
• Igualmente lógico es que en un ejercicio dinámico de lar-
ga duración se produce una pérdida de líquido y electró-
litos, que ineludiblemente es necesario reponer. La fun-
ción digestiva en la reposición hidroelectrolítica ha sido 
y es un aspecto muy estudiado en fisiología del ejercicio, 
cada vez con mayor relevancia al haber proliferado las 
pruebas de ultrarresistencia. 
• Aunque no está relacionada directamente con la fisiolo-
gía, la última cuestión relevante que implica a la función 
digestiva es la relativa frecuencia con que se producen 
alteraciones en el estado nutricional del deportista, como 
la deficiencia de hierro o alteraciones de la función diges-
tiva de esófago y estómago. 
ESTRUCTURA DEL APARATO GASTROINTESTINAL 
La estructura de la pared del aparato gastrointestinal 
presenta una serie de rasgos comunes. En cada uno de los 
territorios existen cuatro capas: mucosa, submucosa, mus-
cular externa y serosa. La mucosa se encuentra formada 
por tejido epitelial, conjuntivo (fibras de colágeno y das-
tina) y tejido muscular liso. Este último constituye lo que 
se conoce como muscularis mucosae. La submucosa se en-
cuentra formada principalmente por fibras de colágeno y 
elastina, y es en esta capa donde se sitúan las glándulas 
secretoras, las terminaciones nerviosas y los vasos sanguí-
neos. La muscular externa está constituida por dos capas 
de tejido muscular liso: interna, cuyas fibras se disponen 
de forma circular, y externa, con disposición de sus fibras 
musculares de forma longitudinal. La serosa es la capa más 
externa y se encuentra formada por tejido conjuntivo y una 
capa de células mesoteliales. 
El control de la motilidad y de la secreción del aparato 
gastrointestinal se realiza en gran parte bajo la acción dd 
sistema nervioso autónomo. Como en muchos otros terri-
torios, la «comunicación>> entre el sistema nervioso central 
autónomo y las paredes del aparato gastrointestinal se rea-
liza a través de sinapsis entre grupos de neuronas, unas si-
tuadas en el sistema nervioso central y otras localizadas en 
la propia estructura de la pared del aparato gastrointestinal 
Así, en la pared del aparato gastrointestinal, hay gran can-
tidad de neuronas y terminaciones nerviosas que se dis tri-
buyen en los denominados plexos de Meissner y Auerbacb. 
localizados en la submucosa y en la capa muscular externa, 
respectivamente. 
La figura 13-2 representa de forma esquemática b. 
inervación del aparato gastrointestinal. En la figura se han 
agrupado, en el denominado plexo entérico, los dos plexos 
nerviosos descritos. Para una mayor simplificación se han 
omitido las relaciones de inervación entre los dos plexos -
ruados en las capas muscular y submucosa. Por lo tanto, 
plexo entérico, suma de los plexos nerviosos situados en lz 
capas de la pared del tubo digestivo, interviene en la regula--
ción de la motilidad y de la secreción de forma muy impor-
tante, pues la sección de los ilervios vegetativos no anula por 
completo estas funciones. El simpático, vía plexo cefálico. 
ejerce su función no directamente sobre la musculatura _ 
glándulas secretoras, sino estableciendo relación con las neo-
ranas situadas en el plexo entérico. La acción del simpáti 
sobre las funciones del aparato gastrointestinal, de foriiD 
general, es inhibidora. A diferencia del simpático, las fibrz 
del parasimpático, a través del vago, establecen relación di-
recta con las fibras musculares y glándulas a través del pl 
entérico. La estimulación del sistema parasimpático a su 
estimula las funciones del aparato gastrointestinal. 
Pregangl ionar 
Células Células Células Células 
musculares secretoras musculares secretoras 
Figura 13-2. Representación esquemática de la inervación del 
gastrointestinal. Se denomina plexo entérico a la suma de los 1 
terminaciones nerviosas localizadas en la submucosa (plexo de Me1ssm~ru1 
y en la capa muscular externa (plexo de Auerbach).

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