Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
• SISTEMA DIGESTIVO Y METABOLISMO El estómago permite degradar el alimento a través de dos importantes funciones: motilidad y secreción. Los mo- vimientos gástricos son esenciales para la degradación y la mezcla con la secreción de enzimas y ácido clorhídrico. En el intestino delgado tiene lugar, por decirlo de algún modo expresivo, la esencia de la función digestiva: la absorción de los nutrientes degradados. En el conjunto del intestino delgado -formado por el duodeno, el yeyuno y el íleon- básicamente se producen los tres fenómenos generales de la digestión: motilidad, secre- ción y absorción. La secreción que permite la completa de- gradación de las biomoléculas en el intestino delgado provie- ne del hígado y el páncreas, además de provenir de las propias glándulas de la pared intestinal. En el intestino grueso o colon se producen también las tres funciones digestivas: motilidad, secreción y absorción. La función de absorción de agua y electrólitos es fundamen- tal en el equilibrio hidroelectrolítico. El colon es el lugar donde se produce la eliminación de desechos y sustancias no digeribles. Aparentemente, la función digestiva es poco importante durante el ejercicio, al no intervenir directamente en el apor- te del combustible o del oxígeno. Sin embargo, ello no es así: la redistribución del gasto cardíaco pasa ineludiblemente por un descenso del flujo sanguíneo en el tubo digestivo, lo que condiciona un descenso de la función. Tres cuestiones se pueden poner de manifiesto en la relación aparato digestivo/ ejercicio: • Es obvio que una correcta nutrición pasa indefectiblemen- te por una idónea función digestiva. • Igualmente lógico es que en un ejercicio dinámico de lar- ga duración se produce una pérdida de líquido y electró- litos, que ineludiblemente es necesario reponer. La fun- ción digestiva en la reposición hidroelectrolítica ha sido y es un aspecto muy estudiado en fisiología del ejercicio, cada vez con mayor relevancia al haber proliferado las pruebas de ultrarresistencia. • Aunque no está relacionada directamente con la fisiolo- gía, la última cuestión relevante que implica a la función digestiva es la relativa frecuencia con que se producen alteraciones en el estado nutricional del deportista, como la deficiencia de hierro o alteraciones de la función diges- tiva de esófago y estómago. ESTRUCTURA DEL APARATO GASTROINTESTINAL La estructura de la pared del aparato gastrointestinal presenta una serie de rasgos comunes. En cada uno de los territorios existen cuatro capas: mucosa, submucosa, mus- cular externa y serosa. La mucosa se encuentra formada por tejido epitelial, conjuntivo (fibras de colágeno y das- tina) y tejido muscular liso. Este último constituye lo que se conoce como muscularis mucosae. La submucosa se en- cuentra formada principalmente por fibras de colágeno y elastina, y es en esta capa donde se sitúan las glándulas secretoras, las terminaciones nerviosas y los vasos sanguí- neos. La muscular externa está constituida por dos capas de tejido muscular liso: interna, cuyas fibras se disponen de forma circular, y externa, con disposición de sus fibras musculares de forma longitudinal. La serosa es la capa más externa y se encuentra formada por tejido conjuntivo y una capa de células mesoteliales. El control de la motilidad y de la secreción del aparato gastrointestinal se realiza en gran parte bajo la acción dd sistema nervioso autónomo. Como en muchos otros terri- torios, la «comunicación>> entre el sistema nervioso central autónomo y las paredes del aparato gastrointestinal se rea- liza a través de sinapsis entre grupos de neuronas, unas si- tuadas en el sistema nervioso central y otras localizadas en la propia estructura de la pared del aparato gastrointestinal Así, en la pared del aparato gastrointestinal, hay gran can- tidad de neuronas y terminaciones nerviosas que se dis tri- buyen en los denominados plexos de Meissner y Auerbacb. localizados en la submucosa y en la capa muscular externa, respectivamente. La figura 13-2 representa de forma esquemática b. inervación del aparato gastrointestinal. En la figura se han agrupado, en el denominado plexo entérico, los dos plexos nerviosos descritos. Para una mayor simplificación se han omitido las relaciones de inervación entre los dos plexos - ruados en las capas muscular y submucosa. Por lo tanto, plexo entérico, suma de los plexos nerviosos situados en lz capas de la pared del tubo digestivo, interviene en la regula-- ción de la motilidad y de la secreción de forma muy impor- tante, pues la sección de los ilervios vegetativos no anula por completo estas funciones. El simpático, vía plexo cefálico. ejerce su función no directamente sobre la musculatura _ glándulas secretoras, sino estableciendo relación con las neo- ranas situadas en el plexo entérico. La acción del simpáti sobre las funciones del aparato gastrointestinal, de foriiD general, es inhibidora. A diferencia del simpático, las fibrz del parasimpático, a través del vago, establecen relación di- recta con las fibras musculares y glándulas a través del pl entérico. La estimulación del sistema parasimpático a su estimula las funciones del aparato gastrointestinal. Pregangl ionar Células Células Células Células musculares secretoras musculares secretoras Figura 13-2. Representación esquemática de la inervación del gastrointestinal. Se denomina plexo entérico a la suma de los 1 terminaciones nerviosas localizadas en la submucosa (plexo de Me1ssm~ru1 y en la capa muscular externa (plexo de Auerbach).
Compartir