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Fisiologia Humana Aplicacion a la actividad fisica Calderon-174

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• SISTEMA DIGESTIVO Y METABOLISMO 
4. Agua y electrólitos (50% del volumen total de la bilis): los 
cationes (Na• y K•) se encuentran en la misma concentración 
que en el plasma, mientras que la concentración de HC03- es 
mayor que la existente en el plasma, y la de e¡- es menor. 
La bilis formada por el hígado drena en la vesícula biliar a 
través del conducto hepático común que recoge los conductos 
hepáticos. La bilis se almacena de forma concentrada mediante 
la absorción de sales y agua en la vesícula biliar, con una capaci-
dad de alrededor de 35 mL. Tal es la capacidad del epitelio de 
la vesícula para la reabsorción, que la concentración de las sales 
biliares alcanza un valor de 5 a 20 veces. En condiciones de 
ayuno, la vesícula está relajada y el esfínter de Oddi se encuen-
tra fuertemente contraído. Cuando se produce la llegada del 
quimo al duodeno, la vesícula se contrae fuertemente liberan-
do su contenido a través del conducto biliar común, que es la 
unión del conducto cístico (que procede de la misma vesícula) 
y del conducto hepático común (que procede del hígado). 
El vaciamiento del contenido de la vesícula comienza va-
rios minutos después de iniciada la comida y consta, como 
otros tipos de secreción, de tres fases. En la fase cefálica y la 
fase gástrica (vías colinérgicas) se producen la relajación del 
esfínter de Oddi y la contracción simultánea intermitente de 
la vesícula. La estimulación del sistema nervioso vegetativo 
simpático inhibe el vaciamiento. Durante la fase intestinal 
se produce el mayor flujo de bilis hacia el duodeno. La libera-
ción de colecistoquinina a sangre provoca la contracción de la 
vesícula y la relajación del esfínter. Esta liberación se produce 
por un conjunto de sustancias que estimulan la secreción bi-
liar, como la gastrina (posee cinco aminoácidos iguales a la 
colecistoquinina) y la secretina, que incrementan el volumen 
y el contenido de HC03- en la bilis. 
La función de la bilis consiste en emulsionar los lípidos 
de la dieta formando las denominadas micelas, que son 
unas estructuras compuestas de ácidos biliares y lípidos de 
la dieta. La emulsión de los lípidos permite que, antes que 
el quimo alcance el íleon, la grasa haya sido completamente 
absorbida, lo que implica que, en condiciones fisiológicas, 
no aparezcan lípidos en las heces. Los ácidos biliares no uti-
lizados (aproximadamente el SO%) son reabsorbidos por vía 
portal y pasan de nuevo al hígado. Este proceso se conoce 
como circulación enterohepática. Por lo tanto, la síntesis 
de sales biliares por el hígado depende directamente de la 
velocidad de recirculación de la bilis. El valor es de 0,3 g/ día, 
que reemplaza la cantidad perdida por las heces. 
La mucosa intestinal dispone de unas glándulas, las glán-
dulas de Brunner, responsables de la secreción propiamen-
te intestinal y situadas en la primara parte del duodeno. La 
secreción de moco también es realizada por las células de 
Goblet y similares a éstas, células situadas en las crestas de 
Liberkühn, que se encuentran dispersas por la mucosa del 
yeyuno. La cantidad es de alrededor de 1,5 Lldía, cuyo con-
tenido principal es moco (protege a la mucosa del daño me-
cánico), electrólitos y agua (isosmótico respecto al plasma). 
En el duodeno, el jugo intestinal tiene una concentración 
de moco muy elevada, mientras que los electrólitos están en 
concentraciones similares a las del plasma. En el yeyuno, sin 
embargo, la secreción es acuosa. 
La secreción intestinal se encuentra bajo el control hor-
monal, aumentando principalmente la secreción de moco y 
con poco efecto sobre otros componentes, en respuesta a la 
gastrina, la secretina y la colecistoquinina. Sin embargo, la 
principal respuesta se produce por el desencadenamiento de 
reflejos locales, provocados por la presencia del quimo. Tam-
bién se encuentra bajo el control nervioso, de manera que la 
estimulación vagal incrementa la secreción y la del simpático 
la inhibe. La secreción intestinal tiene una doble función: 
a) proteger la mucosa y aportar un medio acuoso para las 
reacciones de hidrólisis y b) mejorar el proceso de absorción, 
sirviendo como disolvente para los productos de la digestión 
y como emulsión de las grasas y sus productos. 
La motilidad intestinal se encuentra bajo la influencia 
del sistema nervioso vegetativo y de la acción hormonal. Sin 
embargo, parece que el control se realiza principalmente por 
reflejos locales (intrínsecos), desencadenados por la presencia 
del alimento, que provoca la propulsión de éste en dirección 
ortógrada. El parasimpático, a través del nervio vago, estimula 
la motilidad, mientras que el simpático la inhibe. Finalmente, 
entre el intestino y otras wnas del aparato digestivo se desen-
cadenan reflejos. El reflejo gastroileal (gastroentérico) inten-
sifica la peristalsis en el íleon, vaciando el quimo, a través de 
la válvula ileocecal, en el ciego. El reflejo ileogástrico retrasa 
el vaciado cuando el íleon se distiende. Se desconoce si estos 
reflejos son mediados por vía nerviosa o por vía hormonal. 
Las interacciones hormonales con el sistema nervioso 
en el control de la motilidad intestinal no se encuentran 
determinadas. Se sabe, por ejemplo, que la gastrina y la 
colecistoquinina incrementan la motilidad en el intestino 
delgado, en su porción superior. Sin embargo, el gluca-
gón, la secretina y la adrenalina inhiben la motilidad in-
testinal. El vaciamiento del quimo en el intestino grueso 
se produce lentamente debido a la relajación refleja del 
esfínter ileocecal. Al mismo tiempo, la distensión del cie-
go contrarresta la actividad del esfínter, evitando un vacia-
miento adicional del íleon. 
• Digestión y absorción en el intestino delgado 
La digestión es el proceso por el cual las moléculas ingeridas 
son «divididas» en moléculas más sencillas a través de las secre-
ciones digestivas, señaladas en los apartados anteriores. Aunque 
la digestión se inicia en la boca y el estómago, es en la luz del 
intestino delgado donde se completa de forma absoluta. La ab-
sorción es el proceso por el cual las moléculas sencillas, produc-
to de la digestión, son transportadas al interior de las células 
epiteliales y, posteriormente, a la sangre. El paso de las molécu-
las sencillas desde la luz intestinal hacia la circulación sanguínea 
o linfática se produce por diferentes mecanismos de transporte: 
transporte activo, difusión facilitada o transporte pasivo. Escapa 
a los objetivos de este texto describir los mecanismos molecula-
res que permiten la absorción de los nutrientes. 
Visión general de la absorción 
Cuando las biomoléculas ingeridas llegan al yeyuno, prác-
ticamente se encuentran como sillares estructurales, es decir,

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