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• SISTEMA DIGESTIVO Y METABOLISMO • Actividad vegetativa: la inervación del colon, como en todos los territorios del aparato digestivo, es doble, por los sistemas simpático y parasimpático. La estimulación del simpático disminuye el tiempo de tránsito al detener los movimientos del colon, mientras que el parasimpático provoca los efectos opuestos. La motilidad del colon aumenta durante una comida y poco después de ésta y es la consecuencia de los reflejos gas- trocólico e ileocólico. El primero es mediado por vía ner- viosa y probablemente por mecanismos hormonales, pues se han comprobado movimientos incluso cuando el quimo no está presente en el colon. La doble inervación del colon podría participar en la estimulación o la inhibición de este reflejo. El parasimpático establece sinapsis con las neuro- nas del plexo entérico y su bloqueo disminuye la respuesta inicial del reflejo. Sin embargo, cuando se bloquea el pa- rasimpático, el reflejo no queda anulado por completo, lo que parece indicar que en su mantenimiento interviene el factor endocrino. El resultado final de la motilidad es la propulsión de la masa fecal hacia el recto y el ano para su expulsión. El es- fínter del ano presenta dos componentes: interno y externo. El esfínter interno está formado por una capa de músculo liso circular, no se encuentra bajo el control de la voluntad y se relaja únicamente cuando el recto o el colon sigmoideo se distienden. El esfínter externo se encuentra formado por músculo estriado que rodea al esfínter interno y se extiende hacia fuera de éste. El control es voluntario. Cuando se pro- duce un aumento de la presión intraabdominal, la disten- sión del recto produce la contracción refleja del esfínter ex- terno. Un mayor grado de distensión, como sucede durante la defecación, provoca la relajación. Cuando se distiende el recto, se produce un incremento de las contracciones peristálticas del colon distal, el sig- moides y el recto, aumentando la presión en el recto, tanto en el esfínter interno como en el externo. Además, por vía espinal se refuerza la onda peristáltica en el colon y el sig- moides. Determinadas maniobras, como la espiración for- zada, incrementan la presión intraabdominal. El resultado es que ambos esfínteres se abren y se produce la expulsión de las heces. El proceso finaliza cuando el esfínter externo se cierra. La mucosa del colon posee numerosas células de Goblet que secretan mucina, principal componente de la secreción del colon, cuya alcalinidad lubrifica y protege a la mucosa del daño mecánico y permite unir los restos fecales. La fun- ción absortiva del colon se reduce a la absorción de agua, Na• y otros minerales. De los 500 a 2.000 mL de quimo que entran en el colon diariamente, normalmente se eliminan menos de 100 mL de fluido, lo que implica que el 90% ha sido absorbido. • Absorción en el intestino grueso La absorción de agua y electrólitos es muy activa en el colon ascendente y transverso. El Na• es activamente ab- sorbido en contra de gradiente electroquímico. El Ct es absorbido como en el íleon, a través de un intercambio co el HC03- , que es excretado a la luz intestinal. Aunque absorción de agua en el colon es muy pequeña comparada con la que se realiza en el intestino delgado (v. antes), SE absorbe pasivamente por difusión siguiendo un gradienre establecido por la absorción de Na· y Ct. Además, pue * absorberse agua en contra de un elevado gradiente osmó- tico. El K+ se absorbe pasivamente a favor de su gradienre electroquímico. No obstante, puede también excretarse. cuando la concentración en la luz intestinal es inferior 25 mmol; concentraciones superiores provocan la absor- ción. En la mayor parte de las circunstancias, en el colon SE produce la secreción neta de potasio. El gas formado en el colon (C02, CH4, H 2 y N 2) se produce a través de: aire procedente de la ingestión de los alimentos y bebidas y aire formado por la acción de las bac- terias saprofíticas del íleon y el colon. La mayor cantidad de: gas en el colon se produce como consecuencia de la rotur2 de los nutrientes no absorbidos, efectuada por la flora bac- teriana. Aunque la cantidad de gas formado es muy elevada (alrededor de 7-10 L/día), la mayor parte difunde a través de la mucosa intestinal, reduciéndose a unos 600 mL/día. Además, las bacterias transforman las proteínas restantes en aminoácidos y degradan éstos en componentes más sencillos como indo! y sulfuro de hidrógeno, algunos de los cuales son transportados en las heces y otros pasan a la sangre. APARATO DIGESTIVO Y EJERCICIO Como se ha indicado en la introducción, el aparato diges- tivo es la parte más ignorada en relación con el ejercicio. o obstante, cuando se realiza una búsqueda bibliográfica en la que se incluyan estos dos términos, se encuentra la <<sorpresa. de una considerable información. Dado que el aparato diges- tivo no interviene directamente durante el ejercicio, el interés de los investigadores se ha centrado en las repercusiones que desencadena la práctica del ejercicio sobre alguna o algunas de las funciones digestivas. Las alteraciones gastrointestinales consecutivas al ejercicio son habitualmente momentáneas. Por otra parte, es obvio que un adecuado funcionamiento dd aparato digestivo repercutirá positivamente en la salud dd deportista. Finalmente, dado que cada vez son más frecuentes las pruebas de ultrarresistencia, la participación del aparato digestivo en la hidratación y la homeostasis de los sustratos metabólicos es fundamental para el rendimiento. Por lo tan- to, a continuación se abordará la relación aparato digestivo/ ejercicio de la siguiente manera: • Relación entre el aparato digestivo y el rendimiento. • Relación entre manifestaciones de mal funcionamiento del aparato digestivo y ejercicio. • Relación aparato digestivo/rendimiento Diversos estudios han abordado la función digestiva en relación con el rendimiento, principalmente para conocer el tipo de hidratación y la alimentación que deben llevar los
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