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Fisiologia Humana Aplicacion a la actividad fisica Calderon-208

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• SISTEMA DIGESTIVO Y METABOLISMO 
• Metabolismo energético 
Cualquier actividad cotidiana entraña un coste o gas-
to adicional al metabolismo basal. Este gasto adicional se 
denomina metabolismo energético. Como se observa en la 
parte superior de la figura 15-1 , el potencial reductor de 
los sustratos en condiciones basales no se traduce en trabajo 
externo, sino que la mayor parte se transforma en calor y 
trabajo interno (ósmosis, transporte de moléculas, etc.). Sin 
embargo, cuando se realiza una determinada actividad físi-
ca, se gasta energía en desarrollar trabajo externo, lo que se 
ilustra en la parte inferior de la figura 15-1. 
¿Cómo se puede valorar el metabolismo energético? De 
forma similar al cálculo del metabolismo basal, midiendo 
el V02 se puede estimar el gasto energético. En función del 
vol, es frecuente clasificar el metabolismo energético en las 
categorías mostradas en la tabla 15-3. 
Los datos de la tabla 15-3 son únicamente orientati-
vos. Además de la intensidad, los esfuerzos se pueden ver 
influidos por factores diversos, como la duración, las con-
diciones ambientales, el lugar donde se realiza el ejercicio, 
etc. A pesar de estos inconvenientes, en los ejercicios esta-
bles basta con medir el vo2 una o dos veces para estimar 
el gasto energético. Finalmente, a lo largo de la historia 
de la ciencia, se ha medido el gasto energético en diversas 
actividades. 
• Estados nutricionales 
El metabolismo global presenta variaciones derivadas del 
estado nutricional del animal, por lo que se distinguen las si-
guientes situaciones: ayuno y estado alimentario o pospran-
drial. La fase de ayuno oscila considerablemente. Aunque de 
difícil delimitación, se puede dividir en dos períodos: ayuno 
de corta duración y ayuno prolongado. 
Moderada 0,5-1 7,1-14,2 2-4 
2,5-5 
Fuerte 1-1,5 14,2-21.4 4-6,1 
5-7,5 
Muy fuerte 1,5-2 21,4-28,5 6,1-8 
7,5-10 
Extenuante >2 > 28,5 >8 
> 10 
Según el tipo de alimento ingerido, apJ:oxim;adam 
después de 3 a 4 horas, el hígado recibe todas las mc)lé<:ull• 
simples que han sido absorbidas a través del intestino. 
produce un incremento de la glucosa sanguínea (sobre 
si la comida es rica en carbohidratos), que en el hígado 
termina un incremento de la fosforilación de la glucosa 
a su vez, condiciona: a) un incremento de la relación 
na/glucagón (estimulación de la síntesis de glucógeno); 
utilización para la síntesis de ácidos grasos y su liberación 
tejido adiposo, y e) su utilización como combustible. 
Como los seres vivos no siempre disponen de dll.lll~uu­
para llevar a cabo sus funciones vitales, ello supone la 
eludible necesidad de almacenar la energía. Este dll.u«<..o.o._ 
miento se produce, fundamentalmente, durante el oerto~• 
posprandrial. En la tabla 15-4 se muestran las reservas 
energía potencial a través del almacenamiento o la uullLl.,.. 
ción de las biomoléculas. Del análisis de la tabla se vuo;:u.:-
sacar importantes conclusiones: 
l. Cuantitativamente, el mayor almacenamiento de 
gía es en forma de grasa. El motivo de este mayor dllllldl.ct.ti._ 
miento es doble: 
• Por un lado, la liberación de energía de 1 g de grasa 
tética con 6 átomos de carbono es de 45 ATP, miem:GIII• 
que la misma cantidad de glucosa (6 átomos de carooJQ • 
libera 38 ATP. Esta razón parece por sí sola suficiente. 
En todos los tejidos, 
pero fundamentalmente 
en ido muscular 
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